Por Carla Spinelli
Fotografía: Archivo: Florencia Ferioli, Camila Godoy, Cristina Sille

Después de la pandemia, a tres años de la votación en La Plata, cuando se decidió reconocer las diferentes identidades y naciones y unirlas en la misma lucha, tendrá lugar en San Luis el primer Encuentro explícitamente inclusivo.. También será la primera vez que habrá otro encuentro, el tradicional y ahora minoritario, que se realizará también en San Luis, dos semanas después.


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El 8, 9 y 10 de octubre, en la ciudad de San Luis desembarcará el 35º Encuentro Plurinacional de Mujeres Lesbianas, Trans, Travestis, Intersexuales, Bisexuales y No Binaries en Territorio Huarpe, Comechingón y Ranquel. 

Este largo nombre es el producto de una disputa cultural y discursiva de hace años. No se trata solo de un cambio de título, sino que refleja, con la mención de cada identidad y la ampliación de lo nacional, una reparación histórica y política que busca la unión de las diversas cosmovisiones, culturas e identidades feministas y transfeministas en una lucha “anticolonial, anticapitalista y antipatriarcal”. 

Además de una reivindicación socio-cultural e histórico-política, el encuentro hace circular la economía de cada ciudad que es elegida como sede. Para octubre se esperan más de 100 mil personas -las que se sienten representadas en aquel largo título- de todos los rincones del país. La titular de la Secretaría de la Mujer, Diversidad e Igualdad de San Luis, Ayelén Mazzina, afirmó durante una conferencia de prensa que a partir del Encuentro se estima “una inyección económica superior a los 2.000 millones de pesos”, en rubros como alojamiento, gastronomía, transporte, entre otros.

Sin embargo, no toda la ciudad abraza a les encuentreres con el mismo gusto. Las iglesias, parroquias y catedrales puntanas están tomando medidas de seguridad, cerraron sus puertas y montaron guardias desconfiando de posibles ataques. En un documento dirigido al Ministerio de Seguridad y al de Gobierno, Justicia y Culto, la Asociación Pastoral de San Luis rogó que garanticen “la paz y la seguridad de los ciudadanos y sus bienes”, asignándoles “la responsabilidad de civil y penal de realizar el resguardo de los templos de la Iglesia Evangélica y sobre todo integridad física de los pastores y de los miembros de la comunidad cristiana”.

La historia de los encuentros comienza en 1986 con las primeras mil mujeres que se reunieron en Buenos Aires bajo el nombre de “Encuentro Nacional de Mujeres”. Con la nueva ola de feminismo que estalló en Argentina a partir de 2015 todo comenzó a replantearse y con ello la cuestión de las identidades. La premisa clave de esos años fue “lo que no se nombra no existe” y con esta bandera muchos grupos del feminismo y transfeminismo comenzaron a debatir sobre los límites excluyentes del nombre del encuentro como algo “nacional” y de “mujeres”. 

En 2019 las aguas ya se estaban dividiendo. Ese año, en el 34º Encuentro realizado en La Plata, el más masivo de su historia, el debate sobre la identidad -ya planteado anteriormente en los encuentros anteriores de Chaco en 2017 y en Trelew en 2018- proliferaba en todos los talleres. Tras la lectura de sus conclusiones en el acto de cierre, se definió que a partir de ese momento el encuentro sería plurinacional y haría mención de cada una de las identidades disidentes sexuales que lo integran. 

Había solo un sector minoritario que se oponía a esta reforma e insistía con volver al viejo título -desterrado por su exclusión- de “Encuentro Nacional de Mujeres”. Este está encabezado por la campana del feminismo conservador y del PCR (Partido Comunista Revolucionario) que conciben al movimiento sin la integración de personas trans y otras disidencia por no considerarlas como mujeres. En las sucesivas asambleas este grupo insistió con su reclamo, pero no logró el número suficiente para tomar posición como minoría.

Es así que, por primera vez en su historia, se organizarán dos encuentros. En octubre el inclusivo y plurinacional, realizado de forma autónoma, independiente y autogestionado, y en noviembre el nacional únicamente de mujeres, encabezado por el PCR y el feminismo conservador, los días 19, 20 y 21, también en la ciudad de San Luis. 

El encuentro inclusivo de este año abrirá con una ceremonia ancestral y contará con 105 talleres organizados en 15 ejes de trabajo como “Identidades y sexualidades”, “Territorios”, “Activismos y organización”, “Derechos Humanos y acceso a la justicia”, “Coyuntura geopolítica y económica”, entre otros. Durante el fin de semana se realizarán dos marchas. Una el sábado contra los travesticidios y transfemicidios y la otra el domingo, la marcha 35° del encuentro. La noche del domingo culminará con el clásico festejo de la peña pluridisidente y el lunes por la mañana se celebrará el acto de cierre donde será elegida la próxima sede y se hará lectura de las conclusiones de los talleres.