Por Lucía Bernstein Alfonsín
Fotografía: Sabrina Nicotra y Sofía Barrios

La impactante cifra de medio millón de personas marchó bajo la consigna «Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo». Muchos lo hicieron desde Liniers a Plaza de Mayo y otros se sumaron directamente en la 9 de Julio. La unidad de los movimientos sociales se expresó en San Cayetano.

Gorras, camperas y el vapor de mates calientes cubrieron las caras dormidas de los compañeros que esperaban en avenida Rivadavia y Cuzco desde las ocho de la mañana. En la mañana fría de Buenos Aires el encuentro y los abrazos acompañaron al sonido de los redoblantes ya ansiosos de movimiento. 

Este año, bajo la consigna “Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo”,  los movimientos sociales conocidos como “Los Cayetanos”  convocaron una vez más a movilizar el 7 de agosto, día de San Cayetano, patrono del trabajo.

Entre el manto de banderas que ya desde temprano comenzaban a cubrir la avenida, la bandera grande de la UTEP se impuso al frente y al centro mostrando en letras grandes la “Unión de los trabajadores y trabajadoras de la economía popular”. Las banderas de las organizaciones sociales Corriente Clasista y Combativa (CCC), Somos Barrios de Pie, el Frente Popular Darío Santillán, el Movimiento Evita, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y de la Vía Campesina, entre otras, ya teñían la calle de colores.

Algunos arrancaron a caminar desde Luján el martes, otros en las asambleas populares del sábado, también estaban los que se sumaron en Liniers, el domingo a las ocho y en avenida de Mayo y 9 de Julio ya los últimos esperaban desde temprano la llegada de sus compañeros para realizar el acto central. 

“El 7 de agosto, día de San Cayetano, es una fecha que nos abraza a todos y todas quienes formamos parte de la UTEP, pero también es la fecha en donde pudimos construir nuestro sindicato. Nosotros arrancamos siendo el triunvirato, después el cuarteto y bueno, así se conformó la UTEP. Gracias a esta fecha que nos abrazaba de manera conjunta. Este es ya el séptimo año en que nos movilizamos”, dijo Dina Sánchez, secretaria general de la UTEP.

Cruzando las vías sobre Cuzco, dejando atrás a las pecheras de colores y los redoblantes, el santuario de San Cayetano tenía una cuadra de fila para ingresar. A un costado, una línea de carpas blancas donde vendían chapitas, colgantes, cuadros y estatuas del santo. “Se vende mucho hoy”, dijo María mientras le entregaba un collar rojo a una pareja que quería un recuerdo de la fecha. 

“Hay espigas, espigas, espigas ¿Qué va a llevar mi príncipe?”, se escuchó de fondo.

El olor a sahumerio y palo santo inundaba la cuadra. “Dos por cien las espigas”, grita un señor. El santuario decorado de blanco y amarillo convocaba a un centenar de fieles que esperaban ser bendecidos con “pan y trabajo”, como decia el pasacalles ubicado frente al mismo. 

 De vuelta en la avenida Rivadavía, se escuchó gritar “agarremos al medio”, mientras un grupo se acomodaba al centro de la columna que ya ocupaba tres cuadras. 

 “Frente a la agenda del sector concentrado que continúa pujando por sus intereses particulares en detrimento de las mayorías, especulando y remarcando sin resignar nada; nosotros y nosotras estamos en la calle para imponer nuestra agenda, que puja por los intereses y las necesidades de los y las de abajo. En un contexto de persecución a las organizaciones, seguimos fortaleciendo la unidad, profundizando la organización y peleando por Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo”, decía el comunicado de la UTEP.

 “¡Qué onda Tano!”, gritó uno a su compañero, que con una sonrisa se acercó a abrazarlo mientras le daba pequeños golpes sobre la campera con la frase “Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores”.

 Las espigas se colaron entre mochilas, dedos y abrazos, con la intención de bendecir a los portadores. Previo a salir se escucha la bendición del cura que cierra con “buena marcha hermanos”. 

 “Acá tenés a los peregrinos de Francisco, a los movimientos sociales, a los samaritanos y a samaritanas ¡Arrancamos compañeros!”, gritaron desde el parlante al mismo tiempo que los pies se ponían en marcha para comenzar la caminata.

Primero avanzó la Virgen sujetada por Juan Grabois y rodeada de dirigentes y creyentes. Unos pasos más atrás, la seguía una fiesta de tambores y banderas, acompañada por la militancia. 

Del altavoz de la camioneta que lideraba la marcha sonaba un chamamé. Los “Misioneros de Francisco” acompañaron a la Virgen con su barredora celeste y blanca desde Luján. Frenando cuando se necesitaba para esperar a las organizaciones sociales que seguían atrás, religiosos y militantes avanzaron por avenida Rivadavia. 

Adelante, aparecieron las banderas de los santos populares: Evita, Maradona, Néstor y Cayetano. En la barredora de “Pan, Paz, Tierra, Techo y Trabajo” comenzaba el agite de trapos y el estruendo de las baquetas golpeando los tambores.

“Venimos con un escenario económico social bastante complejo. Nosotros en la economía popular organizada tenemos mucho trabajo, lo que no tenemos son derechos. Eso es lo que venimos a plantear, la Ley Integral de Tierra, Techo y Trabajo -dijo Dina-. El privilegio de comer no lo tienen todas las personas. Creemos que hay que levantar la voz, porque sino pasa lo que pasó hace un par de semanas. El campo levantó la voz y tuvo rápida respuesta, no fue así con los sectores populares. Hay un sector que la está pasando realmente mal y hay que avanzar con respuestas concretas. En los últimos anuncios lo único que hemos obtenido son respuestas para el mercado y para el campo, pero para las organizaciones la única respuesta que hay es la auditoría”.

“Se instaló la idea de que nuestros compañeros no trabajan y yo los veo laburando todo el día”, dijo Esteban “Gringo” Castro, secretario general de la UTEP, quien inició su caminata desde Luján. “Es momento de que le dejemos un mensaje a esa derecha dura que nos viene persiguiendo. Porque se viene el 2023 y claramente ellos van a querer volver. Nosotros les estamos demostrando que estamos organizados y organizadas”, agregó Dina Sánchez. 

Pasando la autopista, entre risas, se escucharon las voces coordinadas de un grupo de mujeres gritando “Ehhhhh”,en el momento en que se cortó el chamamé y se subió el volumen de una cumbia. “Y cuando no estás / me falta el aire”, sonaba y los cantos de las compañeras acompañaban la letra mientras manos y pies se movían al ritmo de los aplausos. “¡Vamo’!”, grita uno al avanzar. La columna no dejó una cuadra de Rivadavia sin recorrer.

 Mientras tanto en avenida de Mayo y 9 de Julio se escuchaba cantar: “Unidad de los trabajadores / Y al que no le gusta se jode, se jode / Unidad de las trabajadoras / Y al que no le gusta que se joda, que se joda”. Tambores, trompetas y columnas de banderas marcaron la pasarela al escenario y dispersaron detrás suyo a miles de militantes que esperaban la llegada de sus compañeros. Siguiendo por la 9 de Julio un mar celeste, azul y blanco se extendía hasta rodear el Ministerio de Desarrollo. 

 “Compañeros, la columna que viene desde Liniers y desde Luján está llegando a la Plaza Congreso. Ya estamos para recibirlos ¡Vamos compañeros que ya llegan! -gritan desde el escenario-. Hoy salimos para mostrarles que además de trabajar venimos con propuestas concretas”. 

 “Compañeros, recibimos a la columna que está marchando desde las ocho de la mañana por Tierra Techo y Trabajo”, se escuchó desde el escenario mientras miles de suelas gastadas dejaban su huella en la avenida de Mayo y, entre aplausos, las rejas se abrían para dejar pasar a los caminantes. 

 Se esperaba una multitud y una multitud llegó. Cerca de medio millón de personas ocuparon la 9 de Julio. El mar de banderas, devotas del viento, rodearon el escenario y se extendieron por cuadras hasta el Congreso.  

 “Una vez más, los compañeros trabajadores de la economía popular, esos que un puñado de chetos llaman planeros, nos hacemos presentes, como cada 7 de agosto para reclamar por políticas públicas concretas -decía Nicolas Caropresi, referente del MTE, desde el escenario -:Tierra, techo y trabajo. Esas reivindicaciones convertidas en proyectos de ley y hoy movilizadas en la calle a través de las organizaciones sociales que convierten los derechos en una reivindicación política”.. 

El acto comenzó oficialmente con la lectura del documento de la UTEP, que subrayaba que “en estos tiempos donde apremia la pobreza y donde se ha profundizado la persecución judicial contra los movimientos populares, reivindicamos nuestra unidad en la diversidad, en la defensa de los intereses de los de abajo”.

 Desde el escenario los y las referentes de los movimientos populares dieron sus discursos. “Lo que nos falta no es trabajo, son derechos laborales”, dijo Gildo Onorato, dirigente del Movimiento Evita, mientras arrancaba el acto. Por su lado, Juan Carlos Alderete, coordinador nacional de la CCC y diputado por el Partido del Trabajo y el Pueblo en el Frente de Todos, dijo que “esta jornada, como las anteriores, alumbra y nos da fuerza, porque la situación se va agravando para nuestro sector”. “El amor por nuestro pueblo, eso es lo que nos motoriza a salir todos los días a la calle”, subrayó Norma Morales, referenta de Barrios de Pie y secretaria adjunta de la UTEP, entre los aplausos de sus compañeros. 

 El cierre del acto, al terminar el discurso del “Gringo” Castro, cerró con un millón de pies saltando al ritmo de “No lo soñé”, mientras la parrillas seguían levantando su humo y las banderas se agitaban con el viento.