Por ANCCOM

Murió Viviana Mariño, una apasionada del periodismo, gran maestra del oficio, fundadora de ANCCOM y, hasta ayer, gerenta de Noticias de la agencia Télam.

 

 

Se apagó un motor de máxima potencia. Esta madrugada, murió Viviana Mariño, una apasionada del periodismo, gran maestra del oficio, fundadora de ANCCOM y, hasta ayer, gerenta de Noticias de la agencia Télam.

Egresada de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA, Vivi –como llamábamos todos con mucho cariño- abrazó muy temprano el periodismo. Comenzó en la Agencia Noticias Argentinas, pasó por la primera y fugaz etapa del Diario Perfil y luego escribió en CIMECO, la corresponsalía que tenía en Buenos Aires el Grupo Clarín para sus diarios La Voz del Interior, de Córdoba, y Los Andes, de Mendoza. De allí saltó a editar la sección Política de Tiempo Argentino. Y cuando el matutino fue vaciado por sus dueños, se convirtió en un pilar de la cooperativa de trabajadores que lo recuperó y hasta hoy lo autogestiona. Fue una de las periodistas que se puso el proyecto al hombro, integró el primer Consejo de Administración de la publicación y aportó toda su experiencia y energía para construir un medio que se convirtió en un faro del periodismo en una época en la que tanto se degradó el oficio.

Comprometida con la universidad pública, acompañó su trayectoria profesional con la docencia. En sus clases en el Taller de Expresión III de la Carrera de Ciencias de la Comunicación no solo transmitía sus experiencias y saberes acumulados, sino esa inmensa pasión periodística que le corría por las venas. Sin abandonar el aula, Vivi integró también el equipo que impulsó ANCCOM, donde como editora formó y pulió decenas de redactores que hoy trabajan en diversos medios de comunicación.

A Vivi la sorprendió el cáncer mientras trabajaba en ANCCOM. Se reservó esa noticia, la compartió con muy pocos. Sin perder su eterna sonrisa, continuó formando periodistas, aportando su creatividad y rigurosidad profesional. Decidió ignorar tanto el Alien que le crecía adentro como los efectos de los tratamientos invasivos. Solo se corrió de la labor cotidiana cuando encaró un nuevo y merecido desafío para coronar su carrera profesional: asumir como gerenta de Noticias de Télam.

En la Agencia Nacional de Noticias, la prepotencia de trabajo también le comenzó ganando a la enfermedad. Con gran generosidad, le abrió las puertas de Télam a decenas de jóvenes periodistas, muchos de ellos eran los diamantes en bruto que había pulido en ANCCOM. Siempre decía que había que nutrirse de las nuevas generaciones para no anquilosarse. Y –una vez más- llevó sus convicciones a la acción.

A punto de cumplir 52 años, Vivi deja un vacío enorme. Sobre todo a su compañero Fernando y a sus hijos Isabela y Bruno. A los que hacemos ANCCOM, nos lega una responsabilidad: tendremos que hacer mucha fuerza colectiva para compensar el motor que hace unas horas se apagó.