Por Nadia Lachner Gould

El Centro Cultural Paco Urondo reunió tres experiencias de emisiones radiales desde presidios. Se viene el encuentro internacional de la Prison Radio Conference.

¿Qué vemos, escuchamos y sabemos sobre las vidas de quienes pasan sus días privados de la libertad? ¿Quiénes y desde dónde las y los hablan? ¿Qué conocemos más allá de los estereotipos estigmatizantes fabricados en noticieros y ficciones?

Estas preguntas reúnen algunas de las cuestiones principales de las que se hablaron, el viernes pasado, en el Centro Cultural Paco Urondo, en el panel ¿Qué onda? Radios y Cárceles en Latinoamérica y el mundo, que reunió diferentes experiencias de radios en cárceles, principalmente, de Reino Unido y Argentina.

En un tiempo histórico en el que reina el mandato de mostrarlo todo, la Defensora del Público, periodista y exdetenida desaparecida Miriam Lewin, se preguntó: “¿Por qué todo es transparente pero la cárcel no?” Y afirmó que «cuanto más transparentes y más porosas son las paredes de las cárceles en cuanto a derecho a la comunicación, menos posibilidades hay de que se violen otros derechos fundamentales como el derecho a la vida, al trabajo y a la salud».

Ya sea como crítica a la concepción empresarial, mercantil e ideologizada de los mensajes que circulan en los medios de comunicación masivos y audiovisuales, ya sea a partir de los interrogantes a cómo estos mensajes imponen ciertas interpelaciones, ya desde los cuestionamientos a la falta de políticas públicas, el derecho humano a comunicarse anudó las diversas exposiciones del panel.

Lewin y Dany Fernandez, integrante del programa La comunicación desde adentro de la Defensoría del Público, comentaron que el organismo trabaja promoviendo en las cárceles el derecho a la comunicación y la formación de audiencias críticas, y analizaron cómo las representaciones y discursos estigmatizantes de los medios funcionan como condena, aunque muchas veces la justicia aún no se haya expedido o lo haga tarde y mal.

“Los medios invisibilizan las problemáticas que se viven en los contextos de encierro así como las acciones inclusivas realizadas en las unidades penales como talleres, cooperativas y la educación a la que acceden internos e internas», seña el informe compartido por la Defensoría del Público que, además, expresa: “El ejercicio de derechos se asocia con la idea de privilegios inmerecidos, fomentando la negación de todo derecho”. Asimismo, denuncia la ausencia de fuentes y estadísticas confiables o el uso sesgado de las mismas en los informes periodísticos.

Traspasar los muros, confrontar estereotipos, romper la incomunicación y el aislamiento, desarmar las frases hechas y contar en primera persona el funcionamiento del dispositivo judicial y la experiencia del encierro es una necesidad y un derecho.

Radio Mosquito, proyecto coordinado por Diego Skliar y Diego Tejerina y realizado por estudiantes del Centro Universitario San Miguel (CUSAM) en la Unidad Penal N° 48 de José León Suárez, cuenta en su episodio 62 la absolución de Martín Muñoz, quien pasó 13 años y 6 meses preso por una “causa armada”.

Para Skliar «no es un tema de visibilidad, nadie puede decir que no sabe cómo se vive en las cárceles argentinas”. Sostuvo que estamos en un momento “triste y problemático” porque se trata de un grado superior de represión legitimada. Y disparó la pregunta: “¿Por qué las voces de las personas privadas de la libertad sólo aparecen en medios comunitarios y no tienen representación en los grandes medios públicos y privados?” Señaló el necesario compromiso de estos actores fundamentales y afirmó que “la política pública no puede ser una carambola” que deje la resocialización en el plano del poder de resiliencia de cada persona.

Fernández, fundador e integrante del proyecto Radio Belgra, y Daniel Tejerina, sociólogo y creador de Radio Mosquito, conocen en carne propia y desde su cuerpo silenciado -y hablado por otro- qué significa el encierro. Coinciden en que recuperar y construir la propia voz es lo que les permitió pensar y construir nuevas narrativas y proyectos de vida. «Fue la literatura y el acceso al espacio radial lo que me llevó a preguntarme quién era, si era en verdad eso que decían de mí, si eran verdad esas representaciones en la radio o la tele de los pibes con visera, si era verdad que quería morirme en cana», contó Dany.

RadiOculta, una experiencia radial puesta en marcha en la cárcel de Devoto en 2017, emite semanalmente los jueves a la medianoche por FM La Tribu y está coordinada por la radio en conjunto con el Programa de Extensión en Cárceles (PEC) de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Alejandro Demasi, de FM La Tribu, insistió en que es preciso que en las cárceles se apropien de la radio como instrumento, “más allá de las organizaciones sociales u organismos públicos vinculados al proyecto” y que una meta colectiva deseable tiene que ser la construcción de una red nacional de este tipo de proyectos.

Phil Maguire, docente, periodista y activista, compartió en el panel la experiencia de National Prison Radio (NPR) en Reino Unido, “una radio hecha por y para personas privadas de la libertad, escuchada aproximadamente por el 75 por ciento de la población que vive en cárceles, en un promedio de 13 horas por semana”. Maguire destacó que NPR tuvo muy buenos resultados y logró cambiar la representación que algunos noticieros tenían sobre lo que pasa dentro de las cárceles, hecho que les sirvió para evidenciar el impacto del proyecto y obtener el apoyo “estratégico y financiero” del Ministerio de Justicia que es hoy “su principal socio”.

Maguiere llegó a Argentina buscando tender redes para un ambicioso proyecto: poner en sintonía las radios en cárceles a escala internacional. El próximo 15 de junio, en Oslo, Noruega, tendrá lugar la primera edición de la International Prison Radio Conference. Se espera que el encuentro sea replicado en 2023 en Londres y en 2024 en algún país de Latinoamérica.¿Queremos involucrarnos y escuchar?