Por Karen Saucedo
Fotografía: Gentileza Prensa Quilmes Rock

Trueno dio la sorpresa y cerró la primera jornada del Quilmes Rock junto a la mítica banda inglesa. Conmovió a dos generaciones con el tema Clint Eastwood.

Después de nueve años, volvió el mítico festival Quilmes Rock a la escena de Buenos Aires y causó furor por un encuentro inesperado al final de la noche, entre Trueno y Gorillaz.

En su primer día en esta nueva edición, hubo artistas para todos los géneros y todas las edades, desde la emblemática banda Virus, que comenzó su gira despedida, hasta Trueno, el rapero de 20 años, furor entre los jóvenes, que así inició el tour de su primer álbum de estudio, Atrevido, dando paso a lo próximo que se viene, Bien o Mal. También pasaron por Tecnópolis artistas de renombre como Vicentico, en el escenario Claro, y Estelares, en el escenario principal. Conociendo Rusia y Airbag interpretaron sus canciones más reconocidas y se llevaron muchos aplausos durante sus presentaciones. Aunque, por supuesto, los más esperado era la banda inglesa liderada por Damon Albarn.

Luego de una noche que venía encabezada por míticas bandas de la industria nacional, y rondando las 22, salió a escena un joven encapuchado, causando asombro entre muchos adultos que se agolpaban esperando el cierre de la noche a cargo de Gorillaz. Trueno, con tan solo 20 años, en poco más de una hora logró cautivar a las más de 60 mil personas. Mayormente, un público más grande, que al principio del show aún miraba con sorpresa al joven oriundo de La Boca, pero a quien despidió con una ovación. Una vez en el escenario, Trueno invitó a su padre, Pedro Palacios, un reconocido rapero argentino, que lo acompañó durante la segunda mitad del show. Cerró su paso por el Quilmes con “Dance Crip”, su hit del momento. “En la calle me conocen como el hip-hop, The hit, the real dance Crip. La cara de los jóvene’ ‘el país” entonó Trueno y el público enloqueció, era la canción más esperada. Pero, aunque en ese momento no lo sabíamos, no iba a ser el final de su paso por la edición del Quilmes Rock.

Mateo Palacios Corazzina, más conocido como Trueno, es un freestyler que rápidamente logró acaparar la industria del rap argentino. Influenciado por su padre, que desde chico lo dejó moverse libremente por la escena del rap nacional, logró una mayor notoriedad luego de su paso por el Lollapalooza 2019 y, principalmente, con la “BZRP Music Session” #6, a cargo del productor musical Bizarrap. A partir de ahí, todo fue subida para el joven oriundo de La Boca. Ese mismo año, ganó la Batalla de los Gallos de 2019, con tan solo 17 años, logrando aún más reconocimiento, ya no solo en el plano nacional, sino también en el internacional. Al año siguiente, lanzó su primer álbum de estudio, con canciones que se popularizaron de forma instantánea, como “Mamichula” con Nicki Nicole y “Sangría” con Wos. Este año logró encabezar uno de los festivales más icónicos de la escena musical de Argentina y su show de ayer demostró por qué. 

«Gorillaz, welcome to the Jungle de Argentina», recibió el freestyle a la banda inglesa.

Pasadas las 23:20, salió a escena la banda más esperada de la noche, liderada por Damon Albarn, quien marcó su regreso a Argentina, luego de su paso en 2017, con “M1 A1”, iniciando una noche épica. Realizó un largo recorrido por toda su trayectoria, de más de 20 años, e hizo fuerte hincapié en sus hits, tocando solo tres temas de su último álbum, lanzado en 2020. El público coreó temas icónicos como “Tomorrow Comes Today”, “Rhinestone Eyes” y “19-2000”. Damon, como siempre que se presentó en Argentina, se mostró muy agradecido y cariñoso con el público que, una vez más, se rindió a sus pies. Interpretó la mayor parte del show con una bandera argentina sobre sus hombros, e incluso cubriendo su rostro, y se animó a bajar y cantar con su público, que se agolpaba para estar lo más cerca posible del líder de la banda. Pero cuando la noche llegaba a su fin y todo parecía seguir su curso normal, a las 00:50 y en medio de la última canción de Gorillaz, “Clint Eastwood”, su primer sencillo con el que aparecieron allá por el 2001 y rompieron la escena musical, subió al escenario un pibe de tan solo 20 años a darle más épica al cierre de una noche inolvidable. Trueno apareció en el escenario principal para tirar un freestyle, acompañado de la melodía a cargo de Damon Albarn. El joven le dio la bienvenida a la banda inglesa con una frase que marcó la noche, “Gorillaz, Welcome to the jungle de Argentina”, y el público, que aún se encontraba en estado de shock, se unió en un grito ensordecedor. A partir de ese momento, la edad variada del público dejó de notarse y, tanto adolescentes como adultos, enloquecieron ante tal encuentro. Trueno siguió su freestyle, “desde Argentina llegamos hasta Inglaterra, por culpa de un micrófono, ya no existen más guerras”, y marcó un antes y un después en la escena musical nacional, no solo por el tinte político e histórico que significó esa frase, sino por el encuentro entre un reconocido músico inglés y un joven argentino que aún está dando sus primeros pasos en la escena internacional pero que demostró no tener techo. Este encuentro es aún más icónico si reparamos en el detalle de la edad de Mateo, que aún ni siquiera existía cuando “Clint Eastwood” sonaba en todas las radios del mundo. De esta manera, se encontraron dos generaciones, oriundas de distintos países, pero que, durante cinco minutos, se fundieron en uno y lograron un cierre épico que va a dar que hablar durante mucho tiempo.