Por Belén Pardo
Fotografía: Prensa Campo Minado

Tres excombatientes argentinos de Malvinas, protagonistas de la obra Campo Minado junto a otros tantos veteranos ingleses de cuentan su experiencia actoral y testimonial.

Vuelve Campo Minado al Teatro San Martín para el 40º aniversario de la Guerra de Malvinas. El espectáculo de la directora Lola Arias reúne a seis excombatientes argentinos e ingleses para explorar y reconstruir sus recuerdos de la guerra y su vida después de ella. Luego de seis años de su estreno y de presentarse en más de 30 ciudades de todo el mundo, vuelve a la Sala Martín Coronado de jueves a domingos a las 20, hasta el 24 de abril. 

“Nos encanta hacer la obra y contar la historia de Malvinas. Eso es una de las principales cosas que nos motivan. Nosotros somos malvinizadores mundiales, porque llevamos la historia de las islas por un montón de ciudades del mundo para que la gente las conozca, sepan dónde están y, en ese proceso, se dan cuenta que es imposible que sean de los ingleses”, reflexiona uno de los protagonistas del proyecto y veterano de guerra, Rubén Otero.

“¿Qué es un veterano: un sobreviviente, un héroe, un loco?” Estas son algunas de las preguntas que propone la obra teatral mientras confronta distintas visiones del mconflicto armado. Como explica su sinopsis: “Campo Minado indaga las marcas que deja la guerra, la relación entre experiencia y ficción, las mil formas de representación de la memoria”.

En escena se presentan Rubén Otero, sobreviviente al hundimiento del Buque General Belgrano y que actualmente tiene una banda de tributo a Los Beatles; Gabriel Sagastume, un soldado que nunca quiso disparar y hoy es abogado penalista; y Marcelo Vallejo, un apuntador de mortero convertido en atleta de triatlón. 

Estos tres veteranos argentinos comparten escenario con David Jackson, quien se pasó la guerra escuchando y transcribiendo códigos por radio y hoy escucha a otros veteranos en su consultorio de psicólogo; Sukrim Rai, fue un gurkha que supo usar su cuchillo y que en la actualidad trabaja como guardia de seguridad, y Lou Armour fue tapa de todos los diarios cuando los argentinos lo tomaron prisionero el 2 de abril de 1982 y hoy es profesor de niños con problemas de aprendizaje. Este último será reemplazado en esta oportunidad por Tip Cullen, quien es parte del Cuerpo de Marines Reales de la fuerza británica y tuvo experiencias similares a la Guerra de Malvinas. 

En mayo de 2016, la obra se realizó por primera vez en el Royal Court Theatre de Londres y aunque sus protagonistas no son actores, con el tiempo aprendieron a serlo. En ese sentido, Otero comenta: “En las primeras funciones teníamos papeles escritos con escena por escena pegados en el escenario porque no nos acordábamos cómo era la mecánica. Cambió mucho porque ahora tenemos un training increíble. Hoy en día, con la incorporación de Tip, ya nos acordamos tanto que nosotros lo vamos ubicando a él en lo tiene que hacer y que no. Aprendimos a movernos todos juntos. Nos fuimos adaptando, siempre bajo la tutela de nuestra directora. Nosotros ponemos lo nuestro, pero Lola (Arias) es el alma del equipo”.

Gabriel Sagastume también da su punto de vista sobre el proceso: “Vos ves este teatro enorme, del que hay pocos en el mundo, pero nosotros nos sentimos como en casa. La primera vez que entrás es un monstruo y al salir al escenario te preguntas ¿dónde estoy? Ese miedo ya no existe más, estamos muy cómodos y es una alegría juntarnos a volver a hacer la obra”.

El proyecto comenzó cuando la directora argentina Lola Arias seleccionó a los seis veteranos de la guerra y pidió a cada uno de ellos que llevaran diarios donde registrar sus sentimientos y pensamientos con respecto a los sucedido en 1982. Ella asegura que una parte fundamental del proceso creativo fue lidiar con lo que surge de revivir esas experiencias y decidir qué aparecerá en la obra y qué no. “Volvemos al principio y reconstruimos sus recuerdos e historias. Yo creo el texto a partir de lo que me dicen y luego se lo devuelvo y ellos deciden si entra o no, y siempre pueden cambiar de opinión en cualquier momento, incluso una vez que la estamos representando. Ellos tienen el poder. Al final, la autoría de todas mis piezas es una responsabilidad compartida, porque todos estamos involucrados en el proceso», reconocía Arias en un reportaje a The Guardian de Inglaterra. “Esta obra es como una máquina del tiempo. Vemos a estos hombres tal y como son ahora, a sus 50 años, y también echamos un vistazo a su yo más joven, aquellos jóvenes de finales de la adolescencia y principios de los 20 que fueron a la guerra”, describió la directora. 

Pero a pesar de que han pasado cuatro décadas desde la guerra y que realizan la obra hace tanto tiempo, para los protagonistas contar su historia sigue significando lo mismo. “Yo seguiría contando mi experiencia durante todo el tiempo que me quede de vida, porque es una promesa que me hice cuando me salvé del hundimiento del Belgrano. Dije que ante cualquier solicitud de aquellos que quisieran saber mi historia, ya sea un periodista, ir a una escuela o estar en una obra, siempre iba a estar predispuesto a contarla en homenaje a ellos. Es una promesa que tengo hecha, que lo tengo que hacer por ellos”, confiesa Otero. 

Rubén reflexiona sobre lo que significa para él que la gente conozca y vea la obra. “Hoy los jóvenes tienen la posibilidad de escuchar lo que pasó hace cuarenta años y que lo contemos nosotros desde nuestro ser. Y también sería importantísimo para nosotros hacer una gira en el país. Nosotros ya sabemos el sentimiento de todos con respecto a las islas pero que vean como es la obra y la interioricen, es otra cosa”. Y se ilusiona con llevarla a donde fue el campo de batalla: “Nuestro sueño sería hacerla en Malvinas porque nosotros pensamos que los ingleses que viven allí, al ver la obra y al vernos actuar con nuestros compañeros ingleses, cambiarían mucho la imagen que tienen de nosotros. Queremos demostrar que no somos lo que ellos piensan y que nos entiendan, como lo hacen nuestros compañeros de escena. Aquellos que piensan que somos traidores porque estamos con los ingleses, yo les diría que es todo lo contrario. Nosotros somos unos malvinizadores mundiales, porque estamos llevando la historia de Malvinas al mundo”.

Campo Minado se presenta en el marco de las actividades desarrolladas en conmemoración del 40° Aniversario de la Guerra de Malvinas. Incluye funciones accesibles que cuentan con servicios para personas con discapacidad visual y auditiva el sábado 26 de marzo, el viernes 22 y 8 de abril. Además, se encuentra la instalación Manto de neblinas abierta al público de manera libre y gratuita en el hall central del teatro.