La cooperativa cultural Proyecto Migra reestrenó Un domingo, su mayor espectáculo como grupo, en el Galpón de Guevara. La obra circense pone en escena “un domingo en familia donde pasan cosas exuberantes y ridículas acompañadas de momentos profundos y poéticos. Es bastante multicolor”, dice Gabriela Parigi, artista de circo, docente y participante de Proyecto Migra.
La obra propone entrar en el universo de un domingo familiar, donde se producen escenas desde lo cómico y grotesco hasta situaciones oscuras, a través de elementos del circo contemporáneo. “Hay técnica pero tiene las cualidades del circo contemporáneo, no es ni teatro ni circo tradicional ni circo-teatro; es algo bien especial”, sostiene Parigi. No se resaltan las proezas espectaculares de las acrobacias, sino que a través de las imágenes que se crean se busca sensibilizar al público y contar una historia. “Es muy pintoresco, muy de cuadro, somos una familia en domingo y pueden pasar un montón de cosas”, adelanta la artista.
Un domingo es una coproducción entre Proyecto Migra y el Galpón de Guevara, espacio dirigido por PierPaolo Olcese. La idea surgió del Festival Internacional de Circo Independiente (FICI) durante el año 2018. “Nosotres teníamos ganas de hacer esta creación con Florent Bergal, director de la obra. Lo conocemos porque fue profesor nuestro. Es una persona muy querida, admirada y un referente dentro del circo contemporáneo”, comenta Parigi. Florencia Valeri, también artista circense y participante de Migra, dice: “Gracias a la asociación con Olcese logramos traer a este director. Era nuestro sueño, nuestro deseo más grande. pero él es francés y sus viajes salían dinero. La verdad fue buenísimo haberlo hecho, tirarnos así a la pileta. Él tiene un método muy claro y una cabeza enorme”.
La creación, como en todos los trabajos de Migra, se dio de forma colectiva. Bergal, el director, abrió las puertas para que los artistas compartieran sus deseos e ideas y a partir de allí comenzó el proceso creativo. “Hablamos todos y él fue encontrando las coincidencias entre nosotros, empezamos a improvisar y ahí empezaron a salir los personajes, todo fue de cero. Bergal dirigió pero con los elementos que nosotros le fuimos dando”, comparte Valeri sobre este primer momento de la obra. Otra particularidad fue la rapidez con la que construyeron el espectáculo, dado que el director sólo podía viajar a la Argentina por un período de no más de tres semanas por vez: la realización se dio en seis semanas con ensayos de lunes a lunes, un tiempo muy corto para lo que suele ser la producción de este tipo de obras. “En otros proyectos por ahí estás un año pasándolo dos veces por semana, en cambio este método para mí está buenísimo porque nos lanzamos y parece que entrás en un viaje, estás sólo pensando en eso”, sostiene Valeri.
La cooperativa cultural
Proyecto Migra se inició en 2015 a partir de la iniciativa de Leticia Vetrano, quien buscaba construir una carpa de circo que funcionara como centro cultural itinerante para poder viajar y llevar propuestas de circo y teatro a distintas partes del país. Vetrano comenzó a convocar a amigos, amigas y gente que estuviera interesada en participar. “Les integrantes de Migra nos conocemos desde hace mucho tiempo, cada une vivió su camino y decidimos volver a Argentina para hacer cosas por el arte y la urgencia del artista en nuestro país”, cuenta Parigi. Para Florencia Valeri compartir los ideales y perspectivas de trabajo fue central en la conformación del grupo y al respecto sostiene: “Si no tenés una convicción enorme por lo que estás haciendo es difícil, nunca llegas a ganar el dinero que significa todo el trabajo que haces. Entonces, si no hay otro condimento que te mueva, lo abandonas.”
El primer gran paso como cooperativa fue construir la carpa y el trailer para transportarla, para lo cual crearon una página de financiamiento colectivo que tuvo mucho éxito y pudieron comenzar el viaje. Parigi recuerda sobre esos primeros momentos: “Cuando la vimos montada fue una emoción enorme pero al mismo tiempo había cosas que no habían quedado como pensábamos, lo fuimos bajando a tierra”. A partir de la concreción del objetivo, las propuestas y proyectos que se impulsaron desde Migra se fueron diversificando, desde las temporadas que hacen todos los años en Uruguay hasta la participación en la producción del FICI. “Nosotres tenemos esa filosofía de trabajar como cooperativa. Todo lo que hacemos lo gestionamos desde nosotres”, dice Gabriela Parigi.
Los artistas sienten a Migra como una segunda familia donde cada participante puede traer sus intereses e inquietudes para ser plasmados en algún proyecto a futuro en este proceso de creación colectiva. Por ejemplo, pusieron en marcha una residencia artística, Enlace, que ya tuvo lugar en Uruguay, Brasil y en nuestro país en las provincias de Córdoba y este año en Buenos Aires. Allí se abre una convocatoria donde cualquier persona puede presentar un objetivo a trabajar en diez días de entrenamiento intensivo. Se proveen elementos técnicos y también se abre un espacio de laboratorio para la investigación. “No hacemos dirección artística, no nos ponemos como directores sino que la idea es poder acompañar el proceso artístico de cada persona”, sostiene Parigi. La Formación Integral de Circo Contemporáneo (FICICO) es otro de los programas propuestos donde los participantes vivencian un proceso formativo anual.
Desde propuestas pequeñas hasta grandes proyectos como el FICICO o Un Domingo la cooperativa cultural intenta democratizar y federalizar el acceso al teatro y al circo en el marco de una coyuntura económica y política que no facilita el camino. “En estos momentos lo único que te salva, te empodera y te da esperanza es la red humana y la gente que hace las cosas por urgencia, por deseo, por estómago, por sangre”, declara Parigi y resalta lo comunitario como el bien indispensable para la construcción de este colectivo.