Por Natasha Gazvoda
Fotografía: Daniela Morán

Axel Kicillof posando para una foto haciendo el símbolo de "V" con sus dedos.Su nombre suena como posible candidato para Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Este mes fue tapa de la revista Forbes y se paró frente a la globalización y al G-20 en su ponencia en el Foro Mundial de Pensamiento Crítico organizado por CLACSO. Para Axel Kicillof, las crisis financieras son globales y provocan un efecto dominó en lo político y lo social. “Hay que salirse del relato y atender la realidad: las necesidades del pueblo. Las medidas del kirchnerismo hoy serían tibias”, dice y agrega: “No necesitamos ya una autarquía para el abastecimiento interno, sino integrarse regionalmente y adaptar la industria tecnológica al capital del trabajo humano”. Habló para ANCCOM sobre los nuevos desafíos de cara al 2019, diferentes a cuando fue Ministro de Economía.

¿Cuáles son los nuevos desafíos respecto de 2015?

Las cuestiones son las mismas y hay que encararlas a largo plazo. Inclusión, industrialización y crecimiento. Son complejos de aplicar, pero se suma la crisis de cuentas internas, el endeudamiento garrafal, la pérdida de puestos de trabajo privado y público. Hay que aplicar políticas de shock para recuperar el consumo y el empleo. Después trabajar en lo estructural, y en tercer lugar, manejar la deuda de acuerdo a en qué posición nos deja (el presidente Mauricio) Macri.

¿Cómo generar empleo en tiempos de tecnologización y de necesidad de producir para, entre otras cosas, hacerle frente a la deuda?

Para impulsar medidas nuevas para este clima diferente se necesita no sólo unidad sino un pensamiento homogéneo, que le de impulso político a esta propuesta alternativa. No tengo ninguna esperanza en el actual gobierno. El gobierno habla contra el Estado, pero es mentira. Están usando al Estado para hacer una formidable redistribución de la riqueza regresiva desde los sectores más humildes. La sola iniciativa de redirigir esta redistribución progresivamente generaría más demanda, dentro de un mercado interno, más industria, empleo y devolvería el bienestar perdido.

¿Cómo abordar una industrialización en un marco de restricción externa importante y sin caer en políticas «antiempresa»?

El gobierno de Macri está a favor a de las empresas, pero las está fundiendo a todas. Abre un interrogante interesante. Les iba mejor en nuestro gobierno: los supermercados abrían sucursales, los alquileres subían para los comercios frente a la apertura de nuevos locales. No era nuestro objetivo estatizar todas las empresas, ni crear todas empresas públicas: confiamos en los privados y en su rol central, requirió garantizar rentabilidad para no llevarlos a pérdida. Esto va en contra de la campaña mediática del gobierno y de muchas declaraciones de empresarios, que son diferentes a los balances expansivos que tuvieron. Nos debemos conversar con el sector empresario para comprender cuáles son sus intereses hoy y mediar con un problema, como decía Cristina, de nivel sociológico: fuimos a favor de las empresas pero no así comprendidos por sus empresarios.

Respecto a la deuda, en un contexto de integración global que restringe toda posibilidad de romper con el FMI, ¿cómo manejar este «cepo estructural»?

Ningún país ha «defaultiado» con el Fondo. Pero sí es verdad que al ser una asociación, se pueden discutir reestructuraciones menos traumáticas con el foro de países miembros. Esto pasó varias veces. La cuestión de la deuda privada es el gran desafío que deja Macri. ¿Qué vencimientos tendrá? Habrá que ver si se decide a actuar responsablemente porque ha hecho un despilfarro. Deuda muy cara, a corto plazo, en cantidad garrafal. Este cuadro es muy complejo y habrá que analizarlo con una oposición unida para ya  empezar a trabajar y que el deterioro de la situación nacional no tome dimensiones más graves.