Por Guido Vassallo
Fotografía: Guadalupe García

Como un aporte creativo para resistir al ajuste que sufren la cultura y la ciencia: así surgió el “Primer Encuentro de la Ciencia y el Arte” (ECA).  El objetivo propuesto por los organizadores es sencillo y a la vez ambicioso: realizarlo todos los años, y dedicarlo a un hito de la historia artística y científica de nuestro país. Para no olvidar, para exigir y por qué no, para celebrar. En su primera edición se decidió homenajear al mítico Teatro Abierto. La actividad tuvo este lunes pasado  y ANCCOM estuvo ahí para contarlo.

Iluminando el camino

Minutos antes de las 18, empezó a poblarse el Pasaje Santos Discépolo del barrio de Balvanera, con una mixtura de actores, cientistas, espectadores y simples curiosos. En ese lugar se encuentra el mítico teatro El Picadero, lugar donde se realizó la apertura del encuentro.  Allí, Peteco Carabajal y su hijo Homero dieron la bienvenida al ritmo de una chacarera. Luego, la ciencia y la magia se combinaron en Matemagia, el espectáculo de Andrés Rieznik, físico y divulgador científico.

Peteco Carabajal abriendo el ciclo en el Pasaje Santos Discépolo.

Desde El Picadero partió la caminata que desembocó en la Avenida Corrientes, encabezada por un grupo teatral compuesto por saltimbanquis, zanqueros y brujas. El recorrido se detuvo en el Obelisco, sitio donde las llamas de fuego iluminaron la noche, mientras se ofrecían espectáculos teatrales, shows musicales y diversos números científicos. Otra parte de los espectáculos callejeros se realizaron en el ingreso al Paseo La Plaza, sobre Avenida Corrientes al 1660.

Entre las personalidades más destacadas que participaron de los espectáculos al aire libre cabe mencionar a Susana Rinaldi, al conjunto de percusión La Chilinga, a grupos de teatro callejero dirigidos por Héctor Alvarellos, el Grupo Las Estatuas que dirige Diego Goethe, y las compañías de Teatro Comunitario de Catalinas Sur y Barracas, comandados por Adhemar Bianchi y Ricardo Talento.

Mientras el Obelisco se “iluminaba” de arte, en el Teatro Multitabarís Comafi (cuesta aún acostumbrarse a teatros históricos con auspiciantes colados en su nombre) se presentaron con entrada libre y gratuita obras correspondientes al ciclo Teatro Abierto 1981 (“Gris de ausencia” de Roberto “Tito” Cossa, dirigida por Agustín Alezzo, y “Decir Sí” de Griselda Gambaro, dirigida por Guillermo Cacace). Además se brindaron espectáculos de danza (a cargo de Leticia Mazur, Valeria Polorena y Ana Echeverría) y ciencia (a cargo de Gerardo Hochman, Nadia Chiaramoni, Cristian Palacios y Paula Brusca).

Susana Rinaldi en el Centro Cultural de la Cooperación.

Teatro Abierto, país cerrado

Sobre el germen del ECA,  Alejandra Darín, presidenta de la Asociación Argentina de Actores, comentó: “Un día se acercaron (a la Asociación) a pedir una reunión Pepe Novoa y Gerardo Mazur, me reuní con ellos y me contaron que tenían ganas de que la ciencia y el arte se unieran en un evento que fuese simbólico para nuestra comunidad, los artistas y los científicos”. La organización, reconoció Darín, llevó su tiempo: “Empezamos en febrero, nos llevó todo este tiempo organizarlo, convocando a las otras entidades. La idea es hacerlo todos los años y que cada edición tenga un leitmotiv, un recordatorio o consigna. Este año será a los creadores de Teatro Abierto”, sostuvo.

Recordemos su historia: durante la última dictadura cívico-militar, en 1981, un grupo de hombres y mujeres crearon este evento emblemático, faro de la resistencia cultural al terrorismo de Estado. El terrorismo de Estado quiso acallarlo poniendo una bomba en el Teatro El Picadero y provocando su incendio, lo que motivó que otras salas teatrales se pusieran a total disposición. El Teatro Tabarís fue elegido para continuar con el ciclo, siendo homenajeado en esta primera edición del ECA.

La ciencia y el arte unidos bajo la consigna «Iluminando el futuro».

“Víctimas de una derecha ignorante y cruel”

Uno de los momentos más emblemáticos de la tarde-noche se vivió cuando el actor Osvaldo Santoro leyó la carta escrita por Roberto “Tito” Cossa para la ocasión. La potente misiva hizo hincapié en la experiencia de Teatro Abierto, y su correlato en el presente: “Teatro Abierto fue el mayor foco de resistencia cultural a la dictadura cívico-militar, no el único pero sí el que tuvo mayor repercusión. Casi 40 años después Teatro Abierto sigue vivo en la memoria de quienes lo vivimos, y por el relato que le llegó a las nuevas generaciones. De su ejemplo nace hoy este encuentro”.

“Juntarnos hoy científicos y artistas tiene un sentido significativo. Ambos colectivos fuimos y volvemos a ser víctimas de una derecha ignorante y cruel. Nuestros científicos fueron aporreados alguna vez y muchos de ellos tuvieron que exiliarse. Los artistas sufrimos los mismos maltratos. Censura, persecución; la derecha vuelve a ganar. Con otros métodos pero iguales intenciones”, agregó tajante Cossa, en la voz de Santoro.

Personalidades destacadas que participaron de los espectáculos al aire libre .

El espacio de la ciencia

Diego Golombek, investigador del CONICET, dialogó con ANCCOM, y,  respecto a la convocatoria, reconoció que “fue una muy grata sorpresa, vino de parte del colectivo de artistas que organizaron el encuentro, a quienes se les ocurrió que la ciencia debía acompañar este gran evento. No es común considerar a la ciencia como hermana del arte, en el sentido de que son miradas complementarias para comprender el mundo, para ejercer la imaginación y la creatividad”.

Golombek destacó además la originalidad de la propuesta, y lo maravilloso que resultó poder imprimirle una impronta científica a la programación. A la hora de hablar de la actualidad de su campo, se puso serio y sostuvo: “Está claro que la ciencia en Argentina no está pasando por un buen momento, tanto en lo presupuestario (porque los fondos se han reducido en estos años, junto con las posibilidades laborales) como en el lugar que ocupa en la cultura y en el Estado en general. Sigue habiendo grupos de excelencia, y universidades con muy buena formación, pero sin duda que su continuidad está en riesgo”.

La actividad contó con las adhesiones de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires (UBA), de la Cátedra de Morfología de la Facultad de Diseño y Urbanismo de la UBA, de la  Federación Nacional de Docentes Universitarios (CONADU) y de las  Universidad Nacional de Avellaneda,  General Sarmiento, Hurlingham, de las Artes Quilmes y San Martín. Por otro lado, entre otras instituciones que también adhirieron a la movida estuvieron la Asociación Argentina de Actores (AAA) y el Centro Cultural de la Cooperación, la Sociedad General de Autores de Argentina (ARGENTORES)  y la Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes (SAGAI). Por unas horas, la ciencia y el arte se abrazaron para resistir mejor en este escenario.