Por Antonella Liborio
Fotografía: Lucia Barrera Oro

¿Está conforme con los términos en que se está llevando a cabo el debate en el plenario de comisiones?

Sí, muy conforme. Cuando diseñamos el debate nos propusimos tres objetivos. El primero tenía que ver con que exista la posibilidad de escuchar todas las voces, creo que eso lo hemos logrado. Cuando el presidente Macri anunció su apoyo al debate planteó ese tema y nosotros coincidimos en esa línea. En total más de 700 expositores habrán tenido la posibilidad de hablar y en ese sentido creo que hemos logrado el primer objetivo. El segundo era que sea un debate respetuoso, tolerante y con altura en un tema que divide al Congreso y a la sociedad, pero yo creo que divide más al Congreso que a la sociedad. La gente en la calle mayoritariamente está a favor, sin embargo en el Congreso está más parejo. El mejor legado que podemos dejar frente a este tema que nunca se debatió en el Congreso es hacerlo con respeto. Y el tercer objetivo era que el tratamiento de alguna manera sirviera, al ser extendido a lo largo del tiempo, para generar el debate en la sociedad. Y eso también se logró: el tema se debate en las provincias, en las escuelas, en la calle. Y es un logro, no sólo por el hecho de que está siendo tratado sino también y, fundamentalmente, por la lucha de las mujeres.

Teniendo en cuenta que el tema de la interrupción voluntaria del embarazo es transversal, ¿cómo fueron los días previos al anuncio del presidente Macri respecto al tratamiento del tema en el Congreso?

Desde el año pasado nosotros veníamos planteándole al Gobierno que este era un año oportuno para armar una agenda vinculada con lo social, no tan de leyes duras desde lo económico. Al ser un año no-electoral pensamos que podía ser una buena oportunidad y en ese marco propusimos una agenda de leyes y proyectos a tratar, donde por supuesto figuraba en primer lugar la despenalización del aborto pero también se fueron agregando otras como la nueva ley de VIH Sida, una nueva Ley Antidiscriminatoria, una nueva Ley de Adopción, etcétera. Esa es la agenda que le planteamos al Presidente y esta propuesta sumada a la lucha de las mujeres hizo que el Gobierno tomara la decisión de apoyar el debate en el Parlamento.

En cuanto a la despenalización del aborto ¿qué peso tienen las mujeres en el interior del bloque PRO?

La mujer tiene un peso general en el tema porque lógicamente estamos luchando por ampliar su derecho a decidir. De todas maneras, frente a una problemática como esta, los hombres no podemos mirar para otro lado. Es un tema que afecta a toda la sociedad y los hombres somos parte, sobre todo los diputados hombres que tenemos que votar. Al interior, el bloque está muy dividido. Incluso hay muchas mujeres que no tienen una posición favorable.

¿Cómo se vinculan los diputados del PRO y de Cambiemos que están a favor de la despenalización con los diputados de la oposición que también están a favor?

Ha sido un lindo desafío, una linda experiencia. Estamos acostumbrados a debatir con los diferentes bloques asumiendo siempre posiciones distintas o generando acuerdos de forma orgánica de bloque a bloque. Acá las negociaciones son mezcladas y eso es un buen ejercicio, yo creo que sirve para mejorar las relaciones personales, para buscar los puntos en común. Por eso aspiramos a que este modelo de transversalidad se traslade a otras leyes. Sobre todo creo que se va a dar en el caso del tratamiento de la Ley de Sida, donde las posiciones también difieren al interior de cada bloque.

¿Arriesga un resultado en el recinto?

Soy optimista. Va a estar muy parejo, porque el Congreso está muy dividido. Quizá por una cuestión generacional. La juventud claramente está a favor, eso lo vemos en la calle, en las escuelas, en la universidad. Pero creo que tenemos serias chances de dar media sanción. Estamos muy cerquita, es un voto a voto pero pienso que hay muchos factores que van a llevar a los diputados a decidir favorablemente. Sobre todo porque en general hay conciencia de que penalizar a la mujer en casos de aborto está mal. Además, rechazar la ley implica mantener en vigencia una legislación de 1921, votada por un Congreso integrado solamente por hombres, donde la mujer no sólo no votaba, sino que ni siquiera tenía la patria potestad de sus hijos. Mantener esa legislación antigua sería un retroceso enorme. Creo que todo eso va a pesar y vamos a terminar aprobando la ley.

Si Diputados aprueba, ¿qué va a pasar en el Senado?

Hoy por hoy parece que el Senado está muy en contra, pero si la ley llega a la otra Cámara y los senadores se ven en la obligación de tratarla porque los diputados le hemos dado media sanción, creo que es posible que cambien de posición. Va a ser un proceso difícil, incluso más difícil que el debate en Diputados pero tengo fe que si sacamos la media sanción podemos aspirar a convertir el proyecto en ley.

Entonces, ¿cree que antes de las elecciones del año que viene tenemos Ley de Despenalización del Aborto?

Soy optimista. Si dependiera de mí por supuesto que sí. Trabajamos día a día y vamos a seguir trabajando muchísimo para que así sea.