Por Agustina Ahibe
Fotografía: Francisco Rodríguez Pérez

Desde su nacimiento en 2010 hasta el día de hoy, Revista Cítrica recorrió un largo camino. Tras el cierre del diario donde trabajaban, un grupo de periodistas decidió apostar al periodismo autogestivo. Hoy, constituidos como Cooperativa de Ex Trabajadores del Diario Crítica, publican una revista en papel, que  en marzo de este año celebró sus primeros 50 números y además sostienen un sitio web.

Pablo Bruetman fue uno de los 180 trabajadores despedidos de Crítica de la Argentina en 2010, mientras Antonio Mata (quien hoy cumple condena por la administración fraudulenta de Aerolíneas Argentinas en 2001) era su dueño. “Los diarios suelen tener diferentes objetivos según quien los financia. En ese entonces se creía que Mata quería el diario para ejercer presión y obtener la concesión de una aerolínea a su nombre, Air Pampas. Al no conseguirlo, abandonó el diario. Fue atrasando el pago de los sueldos hasta cerrar sin previo aviso”, explica Bruetman.

La redacción de la Revista Cítrica es autogestiva. Hoy están constituidos como Cooperativa de Ex Trabajadores del Diario Crítica.

“El conflicto duró seis meses, de los cuales cinco estuvimos tomando la redacción”, recuerda Maxi Goldschmidt, quien trabaja el diario que dirigía Jorge Lanata desde su fundación, y agrega: “La cooperativa inició con dos proyectos. Por un lado, tener una página web. Por otro lado, se había acercado a nosotros la Federación Asociativa de Diarios y Comunicadores Cooperativos (FADICCRA), que son varios medios recuperados o autogestivos. Ellos nos propusieron hacer una revista de domingo que compitiera con revistas como Viva o Rumbos”.revista

“Hoy somos cinco o seis personas que trabajamos en la redacción. Nos dividimos lo que es web y redes y durante el mes también se trabaja la versión en papel, que es mensual. Además tenemos el contacto y colaboración de mucha gente. Todo lo resolvemos colectivamente, con asambleas, reuniones semanales y de área. El trabajo sin jefe debe ser lo más consensuado y democrático posible”, aclara Mariana Aquino, que se dedica al Área Web del proyecto desde 2013.

“Al principio fue trabajo de hormiga, había veces que creíamos que no llegábamos”, recuerda Bruetman. Fiel a su estilo camaleónico, el proyectó debió mutar en el tiempo: de una revista de domingo se pasó a una versión mensual, para afrontar los costos del papel. A su vez se sumaron trabajadores y la cooperativa se involucró en AreCIA (la Asociación de Revistas Culturales de Argentina). El último cambio sustancial se dio en el 2015 cuando la revista pasó a tener una redacción fija en el Hotel Bauen, recuperado y autogestionado por sus trabajadores.

Los últimos años fueron clave para dar impulso a la revista, debido a la situación que atraviesan los medios a partir del cambio de gobierno. Al respecto Bruetman aclara que “en esta época empezaron a caer medios que fueron creados durante el kirchnerismo y no podían sostenerse en el tiempo. Entonces pensamos “¿Para qué ir a buscar otro medio grande donde trabajar? Eso ya nos pasó con Crítica”. Era momento de apostar, y lo hicimos con la poca plata que teníamos, invertida en tener más horas de trabajo”.

La importancia de los medios cooperativos fue constatada por la revista durante la cobertura del caso Maldonado. Según el sitio oficial de la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo, la Revista Cítrica fue el primer medio en arribar al lugar del hecho. “Llegamos y nos encontramos con toda una trama que no quería ser contada, y fueron esas primeras notas que lograron instalar que se trataba de una desaparición forzada. Esto fue una bisagra para la cooperativa en cuanto a la visibilidad de la revista,  pero sobretodo nos permitió ver el rol social que cumplíamos”, comenta Maxi Goldschmidt.

Con respecto a los horizontes de la publicación, Goldschmidt señala: “Hoy es de distribución gratuita, pero esperamos volver a venderla en un futuro porque la importancia de estar sostenidos por nuestros lectores es algo a lo que apostamos. No nos importa que crezca solamente Cítrica, sino todos los medios autogestivos y experiencias similares que se vienen desarrollando en todo el continente Esto es a lo que más apuntamos: la comunicación entendida como una herramienta y un derecho, y no como una mercancía”.