Por Lucas Lufrano
Fotografía: Daniela Yechua, Deborah Valado, Noelia Pirsic

El escrutinio provisional de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) arrojó que Daniel Scioli, el candidato presidencial del Frente para la Victoria (FPV), alcanzó el 38,4 por ciento de los votos y amplió a casi 8 puntos y medio su diferencia con el segundo espacio, Cambiemos, que sumó el 30,7%. Mauricio Macri ganó la interna con el 24,3%, superando al 3,4% de Ernesto Sanz y al 2,3% de Elisa Carrió. Por su parte, Sergio Massa obtuvo el 14,2% y representará a Unidos por una Nueva Alternativa (UNA), que alcanzó el 20,6% gracias al aporte del 6,4% de José Manuel de la Sota.

El sistema electoral argentino establece la posibilidad de lograr el triunfo en primera vuelta de dos formas: con el 45% de los votos positivos o el 40% y una ventaja de diez puntos sobre el inmediato perseguidor. ANCCOM recogió el análisis de la politóloga María Esperanza Casullo y el sociólogo Carlos De Angelis, coordinador del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEDOP) de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Los profesionales consultados ven improbable que Scioli se imponga de la segunda manera pero no descartaron que alcance la primera.

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“Queda afuera el escenario 40 más 10. Macri retendrá la mayoría de la suma de Cambiemos”, sostuvo a ANCCOM María Esperanza Casullo. Y detalló: “Puede haber un desgrane hacia Margarita Stolbizer pero no será de más de un punto. Básicamente los votantes de Carrió son antikirchneristas. Y los de Sanz también. Los costos de la alianza de la UCR ya están pagados. Nadie lo votó pensando que iba a ganar. Sin haber hecho investigación, veo a un votante que elige a Sanz para tranquilizar su conciencia. De hecho, el grueso que fue con Martín Lousteau en la Ciudad de Buenos Aires votó masivamente a Macri. Ese voto se conservará”.

“El líder del PRO puede acercarse al 35% si se queda con una parte de las simpatías de Massa y de Stolbizer. Y no se le escaparán las de los rivales de su frente. Para retenerlos sólo tiene que apelar al antikirchnerismo explícito. No los une el amor sino el espanto”, agregó por su parte De Angelis.

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Casullo recordó que en las PASO del 2011 y del 2013 ya se había registrado el desplazamiento de una porción de los terceros y cuartos hacia los primeros y segundos. “A Macri le faltan más puntos, pero a priori tendría que lograrlos de manera más sencilla buscando en los sectores que se inclinaron por Massa. No le queda otra y con ellos podría forzar el balotaje”, previó.

Frente para la Primera Vuelta

Para los dos especialistas la incógnita es si el FPV podrá alcanzar el 45%. “No es imposible que evite la segunda vuelta. Le faltan sólo 6,5 puntos. Todos los votos kirchneristas ya los tiene. Tendrá que hacer un trabajo muy fino para identificar de dónde sacar uno o dos puntos e ir incorporándolos”, determinó Casullo.

¿Dónde podrían ir a buscar esos nuevos apoyos? “Primero hay que indagar sobre la disminución en la participación electoral con respecto a los comicios anteriores. Fueron 5 puntos menos del padrón. También hay un 5% en blanco, aunque es poco probable que se inclinen por Scioli si no lo hicieron antes”, señaló el coordinador del CEDOP.
Ambos apuntaron a un potencial acuerdo con los respectivos ganadores peronistas en San Luis y Córdoba. “El sciolismo está ligado al kirchnerismo pero no se sabe dónde empieza y termina cada uno. Es posible apelar a una afinidad justicialista. Adolfo Rodríguez Saá logró el 2,1% y se lo vio feliz. Esos votos están ligados al territorio y aparecen disponibles”, indicó De Angelis. “La elección por De la Sota es más flotante, estratégica y menos ideológica que la de Sanz. Está ligada a su figura y a un programa. Veo una fuga hacia el FPV”, resaltó la politóloga.

Los dos expertos concordaron en que el desempeño en la Provincia de Buenos Aires fue menor al esperado. El sociólogo hizo hincapié en la coyuntura: “Fue una mala semana por las inundaciones, la denuncia contra Aníbal Fernández y las discusiones públicas con Julián Domínguez”. Del mismo modo, su colega consideró que la oposición encontró en la acusación contra el actual Jefe de Gabinete un tema para apuntar sus cañones contra el oficialismo.
Donde hubo divergencias fue en la estrategia para incrementar las simpatías, especialmente en territorio bonaerense. “Hay un grupo de clase media que acompañó a Cristina Fernández y al kirchnerismo con el 54% en 2011. La pregunta es donde está esa diferencia con el caudal actual. No lo veo a Scioli cambiando su discurso; hasta sería peligroso. No es una certeza que Fernández puede recoger todo el voto de Domínguez y, en ese sentido, Felipe Solá no aparece como un mal candidato”, señaló De Angelis.

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De manera contraria se expresó Casullo: “El peronismo suele encolumnarse detrás del ganador. No será relevante que no hayan llegado a octubre los intendentes de Merlo y Moreno, Raúl Othacehé y Mariano West. Aníbal no tendrá problemas en atraer los puntos de su adversario en las primarias. El asunto es si puede conquistar independientes. Por eso creo que Scioli se inclinará ahora por un discurso más moderado, hacia el elector de centro, con recurrencia a temáticas como la seguridad y la economía de las clases medias”.

Tercero en discordia

Los dos especialistas desecharon un acuerdo formal de Massa con Macri. “Asoma un escenario con un Congreso de la Nación donde ninguna fuerza tendrá mayoría simple. En ese marco el terreno parlamentario podría cobrar mayor protagonismo. Así sería provechoso para Massa contar con una bancada desde la cual negociar y por ello no puede jugar a que sus votantes vayan con Macri”, estipuló De Angelis.

Casullo concurrió en esa perspectiva pero añadió un matiz: “Bajarse sería suicida. Ahora debe acumular legisladores. De todos modos, si eligiera una estrategia de autonomía completa con un bloque de diputados lo puede hacer valer pero no le otorgará un éxito inmediato. Es difícil construir en Argentina desde el Poder Legislativo”. Y añadió: “Puede arreglar con los otros dos candidatos o con ninguno. Pero cualquier alianza será informal, por abajo, o llamando a votar por alguno en segunda vuelta”.

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Finalmente, De Angelis y Casullo excluyeron que la cosecha de los partidos de izquierda pueda mirar a los otros candidatos. A 74 días de las elecciones generales del 25 de octubre, el panorama para los tres favoritos está abierto.

Actualización 12/08/2015