Llegaron los octógonos

Llegaron los octógonos

Tras un año de la reglamentación de la Ley 27.642 de Promoción de la Alimentación Saludable, más conocida como de etiquetado frontal, ANCCOM consultó a referentes acerca de su cumplimiento.

Durante abril, como siempre, los supermercados se llenaron de golosinas vinculadas a la celebración de Pascuas: huevos de chocolate, roscas festivas y una variedad de dulces afines a la efeméride, aunque la novedad, este año, fue que todos ellos debieron incluir los ya reconocidos octógonos negros que advierten del exceso de grasas, azúcares, sodios y calorías.

Las empresas alimenticias, al momento de la publicación de la Ley de Etiquetado Frontal, tuvieron un plazo de seis meses para comenzar a incorporar los sellos en la mercadería y en algunos casos se dispuso un período de dos años para la adecuación de aquellas que estén en proceso de adaptación de los valores nutricionales de sus productos.

En la actualidad, gran parte de las firmas ya adecuaron sus envoltorios a raíz de la decisión del Gobierno nacional de controlar que todos los bienes que salen de las plantas de producción cuenten con el respectivo octágono a partir de febrero de este año, el momento en que vencía el plazo de adaptación.

“El primer tiempo en que entró en vigencia la ley no fue acatada por todas las industrias alimenticias, sino que se fue insertando en los envases de modo paulatino. Hoy las multinacionales como Arcor, Cañuelas, La Serenísima o Molinos Río de la Plata son las que más se apegan al cumplimiento incorporando los octógonos en todos sus productos. En cambio, empresas más chicas o Pymes, son aquellas en que todavía los sellos no alcanzan a presentarse en gran parte de su mercadería e incluso esto, a menudo, sucede con las marcas propias que son comercializadas por los supermercados”, señala a ANCCOM una fuente de la empresa PDV, encargada de prestar servicios de reposición en todo el país.

Por otro lado, las compañías de comestibles están buscando constantemente implementar nuevas formas de atraer a los consumidores y no provocar el rechazo de sus productos a partir de los excesos detallados en los paquetes. Se está comenzando a idear la incorporación de códigos QR con la finalidad de informar de forma más sutil a los compradores sobre los valores nutricionales.

Los octógonos integrados en los productos comercializados cuentan con las respectivas leyendas de alto en grasas saturadas, alto en azúcares, alto en sodio, contiene grasas trans, contiene edulcorantes y contiene cafeína, los cuales integran una categoría de modelos de etiquetado del tipo semi interpretativos.

La ley se pone del lado de los compradores al reclamar y exigir a las empresas de alimentos por un etiquetado veraz y sin intervención de estrategias de marketing y/o publicidad engañosa. “La aplicación de esta normativa pretende contribuir a una alimentación saludable de la sociedad para impulsar un cambio en sus hábitos alimenticios y generar conciencia. La ley se adaptó considerablemente a los Derechos del Consumidor que conforman la Reforma Constitucional de 1994 que detalla nuestros derechos como ciudadanos a la protección de la salud y la educación relativa a esta como establecen los artículos 41 y 42 de la Constitución Nacional”, afirma el abogado especializado en derechos del consumidor Diego Simonetti.

Aquellas empresas que no cumplan con el respectivo etiquetado se encontrarán bajo infracción y deberán pagar una multa prevista en la Ley 24.240 de Defensa al Consumidor y detallada en la normativa de Lealtad Comercial que hoy ronda los 400 millones de pesos.

La Ley de Etiquetado Frontal o también denominada Ley de Promoción de Alimentación Saludable publicada en marzo de 2022 tiene por objetivo regular la promoción y publicidad de alimentos y bebidas no saludables, muchas veces dirigidas al público infantil y adolescente. El sellado garantiza el derecho del consumidor a estar correctamente informado.

«Larreta cuidate, las enfermeras paramos si no hay respuesta»

«Larreta cuidate, las enfermeras paramos si no hay respuesta»

La enfermería, una vez más, marchó por las calles del centro porteño para reclamar a Larreta el reconocimiento como trabajadores de la salud. Por el momento, enfermeras y enfermeros porteños figuran en el escalafón de administración.

Una vez más, las avenidas Corrientes y Callao se llenan de ambos, guardapolvos y uniformes de todos los colores. Miles de enfermeros colman las calles con carteles que dicen “somos esenciales y también profesionales”, “no queremos más ajustes, no queremos exclusión”, “justicia: escucha a la enfermería, no al poder”, “somos enfermeros, no administrativos”. Va cayendo la noche y comienzan a prenderse las primeras antorchas. El olor a alcohol, desinfectante y quemado se mezcla con el aroma de mates y sandwiches, la merienda de aquellos enfermeros que acaban de terminar su jornada laboral. 

“¡Vamos compañeros, enfermería unida para que nos escuche Larreta!” se escuchó el grito desde el camión que lideraba la marcha. Convocados por ALE (Asociación de Licenciados de Enfermería), SITRE (Sindicato de Trabajadores de Enfermería) y ATE (Asociación Trabajadores del Estado) los enfermeros empiezan su recorrido hacia el Poder Judicial de la Ciudad de Buenos Aires para reclamar la inclusión en la Ley 3065 que regula a los profesionales de salud y de la cual están excluidos.

La marcha se ve teñida de un ambiente familiar, los niños y adolescentes se enredan entre los pañuelos que dicen “inclusión YA”. Enfermería es una profesión conformada, en general, por mujeres que son el sostén del hogar, para muchas de ellas la única posibilidad de reclamar implica el acompañamiento de sus hijos. Ganan sueldos miserables, las empujan al pluriempleo y las obligan a sobrevivir como puedan. “Luchamos para conseguir  nuestro reconocimiento, nuestro salario y la posibilidad de tener una vida digna, tiempo de descanso, con vacaciones, poder disfrutar de la vida. No merecemos solo trabajar en buenas condiciones, también merecemos tener descanso y posibilidades de recreación, de seguir un proyecto personal y familiar”, destacó la representante de ATE. 

 

Mientras las luces de los emblemáticos edificios de calle Corrientes alumbran a la movilización, cientos de personas interrumpen sus cenas y cafés para acompañar el reclamo con aplausos, silbidos y grabar el momento.  “Quiero hablar a la sociedad, a los vecinos que están acá, que salieron al frente. Primero disculparnos por estar acá, haciendo este llamado, pero la verdad que necesitamos también de su apoyo. Nosotros, los hospitales públicos, somos los que los atienden a ustedes”, dice Pilar Zapata la licenciada en enfermería con un tono que se mezcla entra la culpa y la necesidad. Durante mucho tiempo, ante la posibilidad de que enfermería realice un paro se los amenazó con denunciarlos por abandono de persona. Para ellos salir a la calle, denunciar y protestar conlleva romper con el cargo de conciencia que se les ha inculcado por años.

El ritmo de la marcha es marcado por el sonido de bombos, tambores, silbatos y el canto de “cuidate Larreta de las enfermeras que paramos si no hay respuesta”. Al pasar la extensa columna de empleados de salud, se escuchó “ahí estuvo papá ¿no?” mientras un niño señala la bandera del hospital Ramos Mejía. Era imposible ignorar el reclamo, todos en algún momento habían sido atendidos en un hospital público.

“La perdí a Nora”, se comentan entre enfermeras del Hospital Gutiérrez. “Se fue, entraba a las doce en el Güemes”, le recordó otra colega.

El sueldo de enfermería se encuentra por debajo de la canasta básica. La mayoría de los trabajadores de salud deben recurrir a otros empleos u horas extras para llegar a fin de mes. La inclusión en la Lley 3065 no solamente significaría el reconocimiento a su profesión sino también un cambio significativo, importante y necesario en los ingresos mensuales. 

“Hoy en promedio una enfermera o un enfermero está ganando 140.000 pesos. La inclusión representaría cobrar prácticamente el doble de lo que estamos cobrando en este momento” comentó a ANCCOM, Cristian Acosta, miembro de SITRE y licenciado en enfermería.

Tener enfermeros sobreexplotados, que denuncian que no poseen los elementos necesarios y que ven sus ingresos sobrepasados por la inflación representa una disminución en la atención de calidad. “Es imposible trabajar con cinco horas de sueño y que encima te recorten el sueldo” comentó Juana, trabajadora del CESAC 17.

Llegando hacía la sede del Poder Judicial de Buenos Aires, sobre la calle Hipólito Yrigoyen se alzan los pedidos de justicia y nuevamente comienzan los cantos de “enfermería unida y al que no le gusta se jode, se jode”, acompañados por el movimiento de carteles y banderas.

“La población está en riesgo porque las enfermeras, porque los trabajadores de la salud estamos en riesgo. ¡Somos esenciales!” expresó en el escenario la representante de ATE mientras las antorchas que en un principio dieron fuerza al reclamo se iban apagando. Las carpas se iban abriendo y aparecían los primeros puestos de café y té que acompañarían la larga noche de vigilia. La movilización terminó, pero la lucha continúa.

El dengue ataca de nuevo

El dengue ataca de nuevo

La epidemia transmitida por el mosquito de patas blancas está instalada en las zonas sur y oeste de la Ciudad de Buenos Aires y los vecinos reclaman falta de prevención y atención por parte del gobierno porteño.

Nuevamente, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires atraviesa un brote epidemiológico debido a la enfermedad del dengue -transmitida por la picadura del mosquito Aedes aegypti- después del último que tuvo lugar en el 2020. En las últimas semanas se registró un gran aumento de casos y, según el Boletín Epidemiológico Semanal publicado por el Gobierno de la Ciudad, el escenario es de alto riesgo. Tanto la comuna 9 como la 10, compuestas por los barrios de Mataderos, Parque Avellaneda, Liniers y Monte Castro, entre otros, son las más afectadas por la situación.

Las personas que llegan a las guardias de los hospitales y a los Centros de Salud y Acción Comunitaria (CeSAC) con síntomas, y que residen en alguno de los barrios con mayor circulación, se las diagnostica sin la necesidad de realizar prueba alguna, por la gran cantidad de casos. Según los datos presentados en el Boletín mencionado, es evidente la circulación comunitaria tanto de dengue como de chikungunya, siendo DEN-2 Y DEN-1 los serotipos con mayor presencia.

El barrio de Mataderos es hoy el principal foco de contagio lo que se debe, en parte, a los grandes espacios verdes que se encuentran allí. Grisel El Jaber es residente de la zona, atravesó en dos ocasiones esta enfermedad y, en diálogo con ANCCOM, comentó: “Estuve con dengue en el mes de diciembre, fue la segunda vez y no había ningún reporte de casos y tampoco ningún sistema de prevención”. Sobre las medidas tomadas por las autoridades, agregó que “en los primeros llamados que se hicieron al Gobierno de la Ciudad por pedidos de fumigación, se solicitaban un montón de datos adicionales para verificar la veracidad de los casos, es decir, no se les creía a los vecinos y, evidentemente, la fumigación no estaba contemplada para nada”.

Según la información difundida por el Ministerio de Salud de la Nación, el contagio del dengue ocurre cuando el mosquito se alimenta de la sangre de una persona infectada, adquiriendo así el virus, y al pasar entre ocho y doce días ya es posible la transmisión a una persona sana a través de una picadura. Los principales síntomas son fiebre, dolor muscular, dolor de cabeza, cansancio intenso, náuseas y vómitos. En general, las personas que padecen la enfermedad por primera vez no corren riesgo, pero, al adquirirla por segunda vez, es posible atravesar una situación de mayor gravedad. Este fue el caso de El Jaber, quien afirmó: “Se siente un dolor muy grande en los huesos, como si te los rompieran, y mucho dolor articular; también en la piel tuve erupciones. Realmente es una enfermedad que moviliza bastante”. 

Por otro lado, las campañas de prevención resultan de gran importancia para evitar nuevos brotes; sin embargo, en algunos lugares de la Ciudad la concientización es más difícil de alcanzar. Esto ocurre en la mayoría de los barrios populares por lo que se convierten en zonas de mucho riesgo para sus habitantes. Griselda Galarza es vicedirectora de la Escuela de Enseñanza Media N°3, ubicada en el barrio denominado Bajo Flores, y sostuvo al respecto que, en las últimas semanas, por la falta de urbanización y la poca regulación que hay sobre las construcciones llevadas a cabo, es muy común encontrar espacios con mucha humedad y agua acumulada, lo que contribuye a la proliferación del dengue. “No hay un plan de salud. Los CeSAC están absolutamente colapsados siempre, pero en el caso del dengue, los pacientes se tienen que derivar a hospitales porque los tratamientos se dan ahí”, agregó Galarza respecto a la falta de acciones oportunas y a la materialización de políticas sanitarias de parte de las autoridades porteñas. Finalmente, concluyó: “La contención real a todas las situaciones, tanto a nivel epidemiológico o a nivel de violencia y vulneración de derechos, se terminan resolviendo por la enorme capacidad de solidaridad que tejen las organizaciones sociales”.

Mientras tanto, el Jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, se refirió a la problemática a través de su cuenta de Twitter y expresó: “Al día de hoy tenemos registrados 3.436 casos de dengue de los cuales solo 8 presentaron cuadros de gravedad”. Por otro lado, también hizo énfasis en la toma de conciencia de parte de los vecinos y afirmó que está haciendo todo lo que está a su alcance para frenar el avance del dengue. ¿Será así?

Los trastornos del habla aumentaron sin la presencialidad escolar

Los trastornos del habla aumentaron sin la presencialidad escolar

El retorno a la cotidianidad escolar dejó en evidencia los efectos del aislamiento por la pandemia. Fonoaudiólogos y docentes explican qué pasó con los niños de jardín de infantes.

Los trastornos específicos del lenguaje (TEL) y del habla aumentaron tras el aislamiento obligatorio del 2020 de forma significativa en niños y niñas. La limitación de los vínculos y la interacción con pares pueden ser una de las causas en estos retrasos en el desarrollo integral de las infancias post pandemia. ¿Qué dicen las especialistas? ¿Cómo influye la recuperación de la educación presencial plena?

Para Laura Kolodny, licenciada en Fonoaudiología con orientación en Neurolingüística de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y docente de Musicoterapia en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES), “el aislamiento afectó bastante al desarrollo del lenguaje, dependiendo de la edad y de qué tan construido estaba el lenguaje en su momento. Antes tenía una lista de espera de muchos pacientes, pero en 2021 aumentó sobre todo en un grupo etario de tres años que todavía no hablaba. La pandemia atrapó a chicos de uno o dos años,  que están en la edad de la adquisición del lenguaje”, afirma.

El relato de Yesica Muñoz, estudiante del Profesorado de Nivel Inicial en el Instituto Superior de Formación Docente y Técnica N° 55 (I.S.F.D. y T. N°55) de Escobar y mamá de un niño de hoy cuatros años en tratamiento por TEL coincide con los efectos de haber pasado un año confinados: “A los cuatro días de que el presidente decretó la pandemia, él cumplió dos años. Empezó jardín en 2021 a los tres, pero eran cuatro burbujas, no iba casi nunca. Recién este año comenzó normal”, señala, y destaca también que durante ese período de encierro el estímulo estuvo siempre presente: “En el profesorado aprendí tantas cosas y él estaba en una edad súper accesible para eso. Le leí libros, hacíamos juegos, entonces no tuvo nada que ver la falta de estímulo. Cuando me junté con una amiga y su hijo, de la misma edad que el mío, me di cuenta que hablaba muchísimo más que él. Llamé a la fonoaudióloga y dos semanas después el jardín me recomendó que lo lleve”.

En las consultas la fonoaudióloga le comunicó que el no ir al jardín provocó su retraso en el aprendizaje del lenguaje. “Me dijo que él necesitaba eso, el contacto con otros niños y niñas. No salía a ningún lado. Tenía la plaza en la otra cuadra y no podíamos ir. Cuando salió fue un niño muy feliz, ahí empezó a demostrar lo que es él ahora”, dice.

Según Kolodny, “son las interacciones con otros pares las que las niñas y los niños necesitan para poder comunicarse y las que tenían estaba muy reducida a la familia. Se perdió también el vínculo con otros pares en las plazas, en los lugares de diversión, con el resto de la familia, los tíos, los primos, con los amigos de las familias y sus hijos. Probablemente con las personas que vivían pasaban ocho horas frente a una compu, así el formato de comunicación estaba un poco complicado”, resalta.

En este sentido, Fabiana Ferrero, licenciada en Educación Inicial de la Universidad Nacional de Luján (UnLu), jefa del Campo Práctico 1 y 2 del Instituto Superior de Formación Docente y Técnico N° 55 de Escobar y maestra jardinera de hace treinta y siete años, remarcó la importancia de la educación inicial para las infancias: “Lo social que tiene la escuela no lo tiene nadie. La microsociedad la tiene en el jardín o la guardería. El estar presencial hace que sea más independiente y que adquiera un montón de habilidades que atrás de una pantalla no se pueden lograr. En el entorno familiar el niño habla mal pero la familia le entiende lo que quiere. Distinto es cuando no están en ese entorno, tienen que competir en el buen sentido con otro. Y para eso necesitan muchas habilidades, poder comunicarte, hacer valer tu palabra”, expresa.  

Cuando los jardines retornaron a una presencialidad con jornada completa, pudo notar la cantidad de niños con dificultad para comunicarse. “Tienen como un retraso de dos años. Hay un retraso importantísimo”, expresa Ferro.

Siguiendo esta línea, la licenciada en Fonoaudiología Fernanda Medina de la UBA, que atiende en forma particular y en un centro para chicos con discapacidad, dice: “La educación inicial permite exponer a los niños a situaciones nuevas y aprendizajes nuevos. Dentro de lo que es el desarrollo del lenguaje está muy marcado que es el entorno donde adquirimos el lenguaje por estar expuestos; no solo es la palabra de oído, sino lo que huelo, lo que siento, los gestos”.

Mayra Ruiz, licenciada en Psicopedagogía de la Universidad de Flores y parte del espacio terapéutico de aprendizaje Brinca y Rebrinca de General Pacheco, donde articulan distintas áreas para todas las edades, pudo notar como la cantidad de casos post pandemia se multiplicaron. “Aumentaron las consultas un 99%. Hay muchos chicos que están llegando a grados altos sin saber leer ni escribir. Si bien no le podemos echar toda la culpa a la pandemia, en ese tiempo del haber estado aislados, afectó. Todo lo social es muy importante para el chico para lo que es el habla. Al no poder pronunciarlo de manera adecuada es muy difícil que lo puedan pasar a un símbolo como lo puede ser una letra”, asegura.

El TEL está enmarcado en el campo de la salud mental y discapacidad. “La ley de discapacidad está dictada, pero no se están cumpliendo algunos aspecto de la regulación estatal. Hay que cambiar un poco el paradigma; no ver al niño como el niño que no llega a algo, somos nosotros los que estigmatizamos y tenemos que cambiar el chip de que somos la barrera. El niño no tiene que adaptarse a los sistemas, si no al revés”, exige la fonoaudióloga Kolodny.

Más presupuesto para el pago de deuda, menos para las áreas sociales

Más presupuesto para el pago de deuda, menos para las áreas sociales

A diferencia del año pasado, el gobierno obtuvo la aprobación del Presupuesto nacional en el Parlamento. Disminuyen las partidas en áreas sensibles.

El Senado convirtió en ley el Presupuesto 2023 con 37 votos positivos y ninguno negativo. El proyecto contempla un gasto total de casi 29 billones de pesos, un crecimiento económico del 2%, una inflación proyectada del 60% y la reducción del déficit fiscal del 2,5 al 1,9%.  ¿Pero qué análisis puede hacerse de la norma?

Luego de haber conseguido los votos necesarios en Diputados, el oficialismo logró la sanción definitiva por unanimidad en una sesión que no contó con la presencia de la oposición. Los legisladores de Juntos por el Cambio habían anticipado su decisión de no participar debido a la incorporación en el temario del decreto que establece nuevas designaciones en el Consejo de la Magistratura.  

De esta manera, el Gobierno vuelve a tener Presupuesto luego de que en el año 2021 la oposición  votara en contra del proyecto y dejara al Poder Ejecutivo sin repartición de partidas por segunda vez en la historia.

En diálogo con ANCCOM, el economista Martin Hourest destaca el acuerdo político que implicó la votación en la Cámara Baja y señala: “Lo que se discute no es una cuestión de política fiscal sino de equilibrio de la balanza de pagos. Todo aquello que no entorpezca su financiamiento será materia de acuerdo”. Agrega, al mismo tiempo, que la votación del proyecto juntó a una parte sustantiva del arco político que va en tándem con las votaciones de los acuerdos con el FMI.

En ese sentido, agrega que el proyecto no debe ser leído como una guía a partir de la cual se puedan prever los efectos de la política económica y que, para dar cuenta de ello, habría que mirar los acuerdos con el FMI.  Sin embargo, advierte que no lo menciona de forma peyorativa y afirma: “Esos acuerdos habilitan el acceso a financiamiento internacional y, en un país que no tiene acceso a los mercados de crédito, el ingreso de dólares es el que determina el nivel de actividad y de empleo”.

Por su parte, Julieta Izcurdia, Coordinadora del Programa Justicia Fiscal en ACIJ, menciona que desde la organización no observan una mayor inversión en comparación con otros años en áreas tales como derecho a la vivienda, a la educación, políticas de género o de ambiente. Sin embargo, advierte lo siguiente: “Existe un aumento en la participación en el total del Presupuesto de los fondos destinados a pagar la deuda pública y, al mismo tiempo, bajan considerablemente las partidas dirigidas a seguridad social”. Destaca, al mismo tiempo, lo problemático que resulta esta orientación de las partidas en un contexto en el cual no mejoran los índices socioeconómicos. 

Otro de los focos de discusión en los cuales hace foco Izcurdia reside en políticas de Ambiente. Al respecto, dice: “La asignación de recursos para el Ministerio de Ambiente en el 2023 será menor de lo que se destinará a sostener el régimen de promoción de la minería. Un régimen que no se revisó desde un enfoque socioambiental y sobre el cual no contamos con información clara para saber si es necesario seguir incrementando sus fondos».

Por último, subraya la importancia de cara al año entrante de revisar la política fiscal de nuestro país. “Uno de los problemas que tenemos es que nuestro sistema impositivo está sostenido por el IVA y el Impuesto a las Ganancias, debemos avanzar en aquellos impuestos progresivos que no tienen demasiada participación y nos permitan robustecer el sistema con el objetivo de darle prioridad al gasto social, que es la única forma de revertir la situación de desigualdad que afecta a la mitad de nuestra población”.