El grito de liberación palestino llegó a Buenos Aires

El grito de liberación palestino llegó a Buenos Aires

Roger Waters sentado en una silla hablandole al público en el Festival "Por un mundo sin muros" organizado por BDS Argentina, en el Teatro Tras bambalinas,

Roger Waters aclaró que no es antisemita pero ese no es motivo para que apoye el “genocidio lento”, como lo definió, que viven los palestinos en Medio Oriente.

El pueblo palestino sufre, desde hace décadas, el apartheid impuesto por el Estado de Israel que desoye tratados y resoluciones internacionales. Miles de familias desalojadas de sus hogares, muros que dividen a la población y la violencia omnipresente de sus fuerzas militares que siguen marcando las reglas de juego.

“Cada cosa que hace Israel está fuera de la ley, la ocupación y los asentamientos de colonias en las tierras conquistadas son ilegales, pero igual lo hacen. Debemos continuar luchando y gritar una y otra vez, ‘por favor, ¿podemos vivir dentro de la ley?’. Exijamos que no nos puedan patear la puerta en el medio de la noche o arrestarnos por la calle porque no les gusta lo que decimos, o cómo nos miramos o nos vestimos”, exclamó Roger Waters en el X Festival “Por un mundo Sin Muros”, organizado por el Comité Argentino de Solidaridad con Palestina y por el capítulo argentino del Movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS).

Durante la jornada, realizada en el Teatro Bambalinas de San Telmo, y antes de su segundo recital en el país, Waters fue parte de una charla moderada por el Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y la periodista Cynthia García. Allí aclaró, una vez más, que no es antisemita pero ese no es motivo para que apoye el “genocidio lento”, como lo definió, que viven los palestinos en Medio Oriente.

Waters es miembro activo de BDS, organización que impulsa en distintas partes del mundo campañas contra el régimen de exclusión del gobierno de Israel. “Primero nos ignoraron, después se burlaron de nosotros, luego nos combatieron pero finalmente ganaremos”, sostuvo el músico británico en referencia a la persecución y criminalización que sufre BDS.

Lectura de poesía y manifiestos, presentación de la compañía argentina de danzas armenias y del ballet folklórico palestino, el rap de Daniel Devita –uno de los más ovacionados– fueron algunos de los números que dieron color y vida al festival.

“Participo de este tipo de actividades culturales en función de hacer visible la lucha del pueblo palestino y su existencia. Es estar todo el tiempo sembrando conciencia porque considero que es una causa humanitaria, algo que no puede seguir ocurriendo. Es injusto por donde se lo mire. Las convenciones de Ginebra, la Carta de las Naciones Unidas, el Estatuto de Roma o el Acuerdo de Oslo, todo parece palabra muerta porque no se respeta. Debemos, cada uno desde su lugar, ayudar a visibilizarlo”, reflexionó la actriz argentina de ascendencia libanesa Alejandra Craham, quien recitó el poema “Sobre esta tierra”, de Mahmud Darwish, el famoso poeta de la resistencia palestina que redactó el recordado discurso de Yasser Arafat ante la ONU en el que dijo: “Traigo en una mano la rama de olivo y en la otra un fusil, no permitan que deje caer la rama de olivo”.

La charla en el Festival vista detrás del escenario

«Las convenciones de Ginebra, la Carta de las Naciones Unidas, el Estatuto de Roma o el Acuerdo de Oslo, todo parece palabra muerta. Debemos, cada uno desde su lugar, ayudar a visibilizarlo”, reflexionó Alejandra Craham.

Desde la constitución del Estado de Israel en 1948, el pueblo palestino padece la violación de todos sus derechos y el avasallamiento constante de su identidad y de su tierra. “Sufren un aislamiento permanente. Hay familias que viven encerradas en pequeños asentamientos y que para salir a trabajar en sus cosechas en el campo, dependen de la buena voluntad del soldado apostado en un muro que el gobierno israelí construyó ilegal y arbitrariamente allí. Hay más de 600 puestos de control o checkpoints, una forma de hacerles la vida imposible, una forma de expulsión y de limpieza étnica cotidiana. Es muy importante que estas cosas se conozcan. En un encuentro planteaba cómo nos sentiríamos en Argentina si quisiéramos ir de la Ciudad de Buenos Aires a Rosario y para ello tuviéramos que pasar entre 80 y 100 inspecciones distintas. ¿Cómo nos sentiríamos acá? Es impensable. Los palestinos lo sufren a diario”, se lamentó Tilda Rabi, presidenta de la Federación de Entidades Argentino-Palestinas  en diálogo con ANCCOM.

Mientras los palestinos luchan por su autodeterminación, Israel promueve el proyecto de ser un estado judío solamente para los judíos. “Se quedan con las mejores tierras, destruyen las de los palestinos y dominan un recurso elemental como el agua. Su proyecto es la colonización de Cisjordania, lo que ellos llaman ‘Judea y Samaria’”, explicó Rabi.

Todas las personas del público levantan sus celulares para grabar a Roger Waters

Waters fue parte de una charla moderada por el Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y la periodista Cynthia García.

“Luego de la nakba –cuando miles de palestinos fueron expulsados por las tropas sionistas–, creció un sentimiento y un profundo orgullo de lo que es ser palestino.  Porque el palestino tiene la doble carga de tener su cultura, a pesar de todo lo que hace el colonizador para borrar su memoria, y sobrevivir. Es un doble esfuerzo porque existir, para nosotros, es resistir”, afirmó el cónsul de la embajada de Palestina, Khaldum Almassri, presente en el festival.

“La postura actual de la administración  de los Estados Unidos, encabezada por Trump, está totalmente del lado del gobierno de ultraderecha de Benjamín Netanyahu, cuyo objetivo es  liquidar el derecho de los palestinos. Esto no nos va a detener, vamos a seguir luchando, siempre apoyados por los libres del mundo, con mucha solidaridad del pueblo argentino, por una Palestina libre e independiente con Jerusalén oriental como capital”, agregó Almassri que, asimismo, resaltó la importancia de defender y difundir su cultura milenaria, dado que los palestinos son herederos de los cananeos, los fundadores de Jericó, una de las ciudades más antiguas de la Tierra.

Agustín Dib, director del Club de la Cultura Árabe, donde se enseña el idioma y las costumbres palestinas, destacó el especial interés que ha despertado en muchos jóvenes argentinos el mundo árabe. “El pueblo palestino está hace más de 70 años tratando de ser exterminado. Nosotros elegimos el terreno cultural para dar la lucha porque cuanto más sea conocido su legado, tradiciones y costumbres, más difícil va a ser que sea borrado del mapa. Con un pueblo como Jericó con más de diez mil años de historia  ininterrumpida, ¿cómo pueden negar que el pueblo palestino existe? Lo que hacemos nosotros es visibilizar la cultura y los mensajes hermosos del mundo árabe, en particular de Palestina. Esos mensajes los comparten y recitan argentinos que los hacen propios, los pasan por el cuerpo y eso genera una conexión muy grande. Produce acercamiento. Porque cuando no se conoce algo, genera miedo e incertidumbre, y donde hay miedo las semillas del odio germinan”, subrayó Dib.

Valeria Ruiz Shulze, integrante de BDS Argentina, alertó sobre la multiplicación de acuerdos económico-militares de distintos países de Latinoamérica con Israel, a través de la compra de armamentos y tecnología de punta. “Desde BDS buscamos boicotear económicamente a Israel para que deje de usar esos recursos para legitimar un sistema de apartheid. Generar conciencia y empatía en tanto ese armamento que está matando a miles de palestinos es el mismo que se compra y utiliza acá para criminalizarnos a nosotros”, argumentó.

Todas las personas del público levantan sus celulares para grabar a Roger Waters

«El palestino tiene la doble carga de tener su cultura, a pesar de todo lo que hace el colonizador para borrar su memoria, y sobrevivir. Es un doble esfuerzo porque existir, para nosotros, es resistir”, afirmó Khaldum Almassri.

Precisamente, en el festival se presentó el libro El militarismo Israelí en América Latina, editado por BDS y el Comité Argentino de Solidaridad con Palestina, donde se desarrolla un extenso informe sobre la compra de armas y acuerdos militares con Israel por parte de gobiernos de la región, desde los períodos dictatoriales hasta hoy. Actualmente se observa una intensificación de este vínculo con la avanzada de gobiernos neoliberales. “El año pasado, durante la visita a Buenos Aires de Netanyahu -denunciado por crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad-, se firmaron cuatro acuerdos que no se anunciaron en la Cancillería argentina pero sí en la de Israel. Uno de ellos anunciaba el incremento del comercio entre ambos países sin especificar en qué rubro. Lo que estamos viendo es que ese incremento es de compra de armas y sistemas de control por parte de Argentina. A esto se suma el convenio entre los servicios secretos de ambos países”, puntualizó Germán Romano, integrante del Comité Argentino de Solidaridad con Palestina y uno de los responsables del informe que se presentó.

“Los ejemplos se replican. Tenés a Mario Montoto, principal proveedor de armas israelíes en Argentina. A  Germán Efromovich, dueño de Avianca, quien le compró la compañía MacAir a Macri, que fabrica drones israelíes en Brasil. O el caso de Fadea, la empresa de aeronáutica del Estado Argentino, que luego de un brutal recorte de 400 trabajadores selló un contrato con una firma israelí de aviones militares”, detalló Romano.

“No hay sólo muros de concreto, de cemento –dijo desde el escenario Adolfo Pérez Esquivel–, hay un muro más difícil de derribar que es el que está en la mente y en el corazón de muchos. Debemos buscar estrategias para llegar a la liberación de los pueblos”.

En primera fila, lo escuchaban la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, la de Madres, Hebe de Bonafini, y referentes de otros organismos de derechos humanos. Carmen “Tota” de Guede, de Madres Línea Fundadora, expresó: “Lo peor que hay es la indiferencia con los pueblos que sufren y esto también sucede aquí, en nuestro país. Nos cuidamos nosotros pero no cuidamos del otro que está sufriendo más aún. Cuando nos duela a todos el dolor del otro, vamos a ser libres, si no vamos a tener siempre sobre nuestra conciencia la indiferencia y el peso de no haber pensado ni haber hecho algo por los demás”.