Plata y amor

Plata y amor

Hernán Urra fue una de las tres medallas de plata argentina de los últimos Juegos Paraolímpicos. Recién llegado de París, repasa la experiencia de su tercera participación en la maxima competencia internacional, en el que también decidió pedirle casamiento a su novia.

Hernán Urra volvió de los Juegos Paralímpicos con una medalla de plata, pero con dos alegrías bajo el brazo. El atleta oriundo de Cinco Saltos, provincia de Río Negro, además de batir el record panamericano en Lanzamiento de Bala F-35 y conseguir la presea en su categoría, recibió el sí de su novia Candela justo después de bajarse del podio.

En diálogo con ANCCOM, Hernán detalla su paso por París y lo que le depara el futuro, ya pensando en los juegos de Los Angeles 2028.

Urra comenzó a practicar atletismo a los doce años, motivado por Federico, un entrenador de su pueblo que lo vio jugar al fútbol en las canchas del barrio La Armonía. “En ese momento no era consciente de mi discapacidad. Siempre me sentí un chico más en el barrio”, afirma Hernán, que tiene parálisis cerebral, un trastorno que afecta a sus miembros inferiores y le dificulta el andar. “Fede me preguntó si me gustaba correr o nadar, y bueno a partir de ese momento comencé a entrenar con él y a participar de distintos eventos en Río Negro que me fueron abriendo puertas hasta llegar al CeNARD”.

Finalmente, se decantó por el lanzamiento de bala, y desde que lo practica de manera competitiva obtuvo una  medalla en Juegos Panamericanos (oro), dos en mundiales (plata y bronce) y tres en Juegos Paralímpicos (todas plata), incluyendo esta última en París 2024.

 

Es tu tercer Juego Paralímpico ¿Qué podés destacar de tu paso por París en comparación con los otros dos?

Río 2016 fue divertido. La gente era buena onda y me vine muy contento con los resultados. Ahí aprendí que estoy para dar mucho más. Tokio, por su parte, fue diferente, sin público  por la pandemia y plagado de normas. Todos los días nos hacíamos un hisopado, no nos podíamos enfermar ni salir de las habitaciones. Y en París competí con 30.000 personas en el estadio, una absurda cantidad de gente para mí. Me traje un lindo recuerdo, y además pudimos mejorar la marca, que son los objetivos principales. Mejorar la marca y subirnos al podio.

 

¿Cómo se vivió la estadía en Francia?

Fuimos unas semanas antes de la competencia a Taverny, un pueblo cerca de París. Estuvimos preparándonos con el equipo de atletismo, como metidos en una cápsula del tiempo. Taverny es una ciudad muy chica, y se ve que se conocen todos, Íbamos al supermercado y todos se nos quedaban mirando, algunos nos pedían autógrafos. Los franceses nos trataron como reyes, nada que ver con lo que se piensa acá. En cuanto a las instalaciones, eran de primer nivel. La pista tenía tres meses de haber sido restaurada, estaba como nueva y solo para nosotros. Eso es algo que te da muchas ganas de esforzarte más y competir.

 

¿Y qué recordás del día de la competición?

La verdad que en ese sentido estuve demasiado bien. Sabía que estaba para dar mucho más, yo creo que la medulla de oro se me escapa por mi ansiedad. Me veía el doble de fuerte que todos mis rivales, pero bueno, no se dio. Por suerte pudimos mejorar la marca y subirnos al podio. El tercer lanzamiento que hice fue de más de diecisiete metros, era para hacer récord olímpico pero me lo cobran nulo porque hice un pequeño roce en la tarima, cosa que no se puede. Tampoco me iba a poner a discutir.

 

Y luego de la entrega de medallas protagonizaste un momento romántico. ¿Lo tenías preparado?

El mismo día de la competencia estaba preparando mi camiseta, y se me cruzó la idea de pedirle casamiento a mi novia que iba a estar en las gradas. Nadie sabía, nadie se lo esperaba. Ni mi entrenador, que es el que está siempre conmigo. Y pensé, “Bueno, vamos a largarnos desde el último piso hasta la pileta. Si sale, sale. Si no, bueno, habrá otras oportunidades”. Y salió, obvio que salió. Le escribí en la parte de atrás de mi cartel y después de la premiación estaba muy emocionado, entonces la fui a buscar. Ella estaba en la segunda planta del estadio, y cuando la llamé haciéndole señas bajó corriendo, atropellando a mucha gente. Recuerdo a la seguridad del lugar yendo atrás de ella sin poder frenarla. Y bueno, ella me vino a abrazar, festejando el triunfo y le digo, “¿Y vos qué decís?” y me dice “¿De qué querés que te diga?” Y ahí le muestro el cartel, y ahí es donde explotamos los dos de alegría, y bueno, me dijo que sí. Los que nos rodeaban estaban más eufóricos que nosotros. Fue genial.

 

Y ahora ¿cómo sigue tu carrera?

La semana que viene empezamos a entrenar de a poco, el objetivo no es parar tanto, porque después cuesta volver. Así que ya empecé a moverme. Vamos a parar para las fiestas, y después apuntar a Los Ángeles directamente. Sé que vienen algunas giras mundiales, panamericanas, muchas cosas, pero bueno, yo siempre apunto al próximo juego olímpico directamente. Quizás es medio difícil, pero yo trato de pensar en lo más alto y prepararme para eso. Y para llegar, todavía somos muy jóvenes, voy a cumplir ahora veintiocho años, y mis rivales tienen alrededor de cuarenta años. Todavía estamos para seguir batallando. El sueño es jugar cuatro juegos más, o tres. Y después, bueno. Dejarle el lugar a otro. El trabajo que venimos haciendo día a día creo que va a dar frutos, el apoyo de la familia, de mis hijos, son los grandes pilares que tengo, y son los que me dan el aliento para seguir. También estamos luchando por la pista profesional en Cinco Saltos, porque la que tenemos es de tierra, y para entrenar como se debe tenemos que viajar hasta Neuquén todos los días, y eso es un desgaste extra que debemos hacer los atletas de acá.

El deporte de alta competencia siempre requirió el apoyo y el impulso del Estado, ¿cómo ves su actualidad en este contexto de ajuste y desmantelamiento de los organismos públicos?

No soy de meterme a opinar respecto a la política. Gracias a Dios, mi ciudad, mi provincia y mi país me han tratado bien siempre, nada de qué quejarme. Yo estoy donde estoy y mis logros son gracias a mí sacrificio, esfuerzo, dedicación y a las personas que siempre me apoyan.

«La realización de películas argentinas tiende a cero»

«La realización de películas argentinas tiende a cero»

Cae el empleo en la industria cinematográfica actual a partir de las nuevas políticas que redujeron el financiamiento a las producciones audiovisuales.

Como consecuencia del desfinanciamiento del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y de la crisis económica que atraviesa el país, la producción cinematográfica nacional descendió a niveles mínimos y miles de puestos de trabajo corren peligro. La actividad entró en un tobogán luego de la resolución 16/2024 del organismo, emitida el mes de marzo, que congeló la asignación de financiamiento a proyectos audiovisuales, y tras el decreto 662/2024 del 27 de julio, que reglamentó que cada proyecto debe contar, como mínimo, con un cincuenta por ciento de financiamiento propio para recibir algún incentivo económico.

“La realización de películas argentinas tiende a cero en un sentido cuantitativo. Nosotros, los distribuidores, lo notamos porque si no hay largometrajes no tenemos trabajo”, remarca Manuel García, presidente de la Cámara Argentina de Distribuidores Independientes de Cine. En consecuencia, resalta que “es un impacto progresivo si comparamos el año anterior con este, en donde la cantidad de obras se reduce. Si no hay una política cultural activa, el 90% del cine nacional no va a tener posibilidades de hacerse”.

Desde su rol, destaca que los estrenos que se están dando este año son producciones que se realizaron durante la gestión anterior. Más allá de películas financiadas por plataformas de streaming internacionales, en este momento “no se está filmando nada”.

Así lo percibe Ramsés Tuzzio, director de Orégano: La Familia Fracaso, película independiente recientemente estrenada en el Cine Gamount: “Se producen muchas menos películas a nivel comercial y estas deben buscar otras alternativas para financiarse”.

Esta caída deja sus efectos en el mercado laboral del sector. Según Tuzzio, “el trabajo y las producciones cayeron mucho. Varios perdieron su trabajo o directamente no consiguen empleo exclusivamente en producciones audiovisuales, teniendo que mutar a otros rubros”.

Un informe del INCAA publicado en septiembre del 2023, anotició un crecimiento del 45% del trabajo registrado en la industria entre 2007 y 2022. Según el Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina, el año pasado se registraron 28.565 puestos de trabajo y se realizaron 79 largometrajes de ficción. Este número de películas y empleos corren peligro y la oferta laboral ya se ve afectada.

Corina Safer trabaja como sonidista desde hace seis años en producciones audiovisuales y es su principal fuente de ingreso. Más allá de que subraya que la gran mayoría del empleo disponible es por relaciones y contactos, resalta que “del año pasado para atrás era un mercado laboral grande”.

Sin embargo, lamenta que hoy la situación “es un desastre: Hay una falta de trabajo angustiante, se vio disminuida la oferta de forma abrupta en unos pocos meses. Conozco gente grosa que está trabajando de Uber o de otras cosas por fuera del sector. Estamos todos en números rojos, hicieron mierda la industria». En ese sentido, señala que antes con sus ingresos vivía bien, dándose algún que otro gusto, pero que ahora tiene que ajustarse, restringiendo consumos por la falta de flujo de ingresos y de trabajo.

García detecta que la situación actual de la industria cinematográfica es similar a la que atravesó en la pandemia: “Hay mucha gente calificada con trayectoria en producción, técnica, actores y actrices sin trabajo. Todo eso está volviendo a pasar, pero ahora con la diferencia de que no hay un Estado presente que ayude y las políticas que se prometen a futuro no permiten pensar que esto pueda revertirse”, remarcó.

A su vez, la falta de trabajo y la ausencia de legislación laboral en el área afecta negativamente las condiciones laborales de los trabajadores. Julieta Muriel es asistente de producción de efectos visuales y destaca que, si bien en esta línea hay una buena oferta de trabajo, “es un mercado muy demandante y bastante precarizado. Es el único rubro que no tiene un sindicato. En otros hay un tarifario con el cual uno se puede regir, pero este no es el caso. Una regulación sería clave para mejorar las condiciones y el flujo de trabajo”, recalcó.

Asimismo, Safer cuenta que hay gente que se aprovecha de la crisis en el sector: “Por la necesidad que existe ahora, están acortando un montón los presupuestos y muchas veces se ofrecen salarios de hace dos años atrás. Por la necesidad de trabajo, la gente los agarra”.

Al mismo tiempo, también está siendo afectada la posibilidad de exhibición, luego de la desreglamentación de la cuota de pantalla nacional en cines comerciales. El Decreto 662/2024 también le otorgó únicamente al presidente de la institución, Carlos Pirovano, la facultad de fijar dicha cuota, aunque no especificó el mecanismo o criterio para hacerlo. Esto termina de generar un caldo de cultivo esquivo para la industria audiovisual nacional, atentando contra el financiamiento de las producciones independientes y limitando sus posibilidades de exhibición.

Según García, “no se produce y lo que está producido no tiene un impacto público. Las herramientas que tiene el cine argentino para ser exhibido las eliminaron. Es extraño porque se supone que esta era la gestión que se quejaba de que el cine argentino no tenía audiencia”. En esa línea, subrayó que la situación es una especie de profecía autocumplida por parte de la política cultural por parte del gobierno: “Decían que nuestro cine no tenía audiencia y hoy está mal financiado y está mal promovido. El cine argentino está siendo sometido a una muerte lenta”.

 

 

“Cobramos por debajo de la canasta básica”

“Cobramos por debajo de la canasta básica”

Médicos residentes de hospitales públicos dependientes de Nación realizaron un paro de 48 horas y se movilizaron a la sede del Ministerio de Salud en reclamo de un aumento salarial. Tras meses de protestas y ante la indiferencia oficial, anticipan la continuación del plan de lucha.

La marcha y la medida de fuerza –del 25 al 26 de septiembre inclusive– fue convocada por una asamblea que concentra a todas las residencias que dependen del Ministerio de Salud de la Nación. “Somos más de 15 hospitales con algunas otras instituciones. Incluso algunos hospitales que no están en Provincia de Buenos Aires ni en la Ciudad, sino en otras jurisdicciones”, explica Elián Salis, residente de clínica médica del Hospital Posadas. “Conformamos esta asamblea hace tiempo, no sólo con el aumento salarial como reclamo, sino también en defensa de la salud pública, en un contexto donde vemos que se está llevando adelante un ajuste considerable en recursos y, principalmente, en la cuestión salarial”.

A través de un comunicado, los médicos residentes del Garrahan expresaron su preocupación por la crisis en el sistema médico público e informaron su decisión de ir al paro y a la movilización. “Desde abril hemos advertido sobre esta situación y fuimos  adoptando medidas de fuerza de manera escalonada. A raíz de esas acciones y sucesivas negociaciones, se logró el compromiso de una recomposición salarial a través de un bono no remunerativo desde julio de 2024, con la promesa de incorporarlo al salario a partir de enero del próximo año. Sin embargo, a la fecha, dichas promesas no han sido efectivizadas y se ha interrumpido el diálogo con las autoridades, lo que nos obliga a retomar las medidas de fuerza”.

“Nos habían prometido un 35 por ciento de aumento entre junio y julio, que nos venían pateando, diciendo que requería de algunos trámites de aprobación. Íbamos a hacer el paro de 48 horas sin guardia, ahí fue cuando se pudo movilizar la última firma que nos faltaba para conseguir el aumento prometido”, señala Matías, residente del Garrahan. “Dos horas después de que nos comunicaron que la firma final ya estaba, terminaron dando el aumento de baja porque no estaban los fondos suficientes”.

“Hace un montón que cortaron el diálogo, cuando nosotros siempre estuvimos dispuestos. La última respuesta había sido esta promesa que nunca se hizo efectiva. Meses de espera, de paciencia. De creerles, básicamente”, dice Clara, residente del Garrahan. “Lo que queremos es que (Mario) Russo nos escuche para así poder conseguir lo que estamos pidiendo”, agregó, en referencia al Ministro de Salud de la Nación y de quien depende la decisión por el aumento salarial.

Los residentes movilizaron ayer a las 9.30 desde el Garrahan y recorrieron marchando el trayecto que separa al hospital de la sede del Ministerio. Llegaron escoltados por la policía y por agentes de tránsito de la ciudad y se concentraron en la base del edificio de Moreno y Lima.

Un cordón policial se formó entre los convocados y las puertas del Ministerio. Del otro lado de la calle aguardaban estacionados un carro hidrante y dos camionetas de la Federal. Los efectivos no permitieron cortar la Avenida 9 de Julio, por lo que los médicos recurrieron a otras maneras de llamar la atención, como la ocupación de la senda peatonal cuando el semáforo se teñía de rojo o el uso de carteles con consignas como “900 mil mínima, plata hay” o “Como mal, duermo mal, cobro mal”.

 “Este es el primer paro que tenemos sin guardia”, agrega Matías. “Eso repercutió un montón porque los residentes somos una pata muy importante en los hospitales. A pesar de eso, contamos con el apoyo de los médicos de planta del hospital.”

“Lo que tiene de particular el Garrahan es que también se están sumando médicos de planta al reclamo, es decir que hay otros profesionales que forman parte de la institución que se están plegando a defender al hospital frente al recorte y el ajuste”, señala Elián.

Juan Pedro, residente del Garrahan involucrado con el reclamo, explica la razón por la cual decidieron que el paro incluya a las guardias médicas: “La medida fue para visibilizar realmente la labor de los residentes”.

 

 “El contexto es de un deterioro sustantivo del poder adquisitivo. Si comparamos nuestros salarios con el de residencias de otras jurisdicciones, los nuestros son los peores pagos”, apunta Elián Salis. “Un residente de primer año a nivel nacional cobró el último mes $721.000 en un contexto donde el trabajo asciende a casi 12 horas diarias con guardias de 24 horas cinco o seis veces al mes. La diferencia es considerable si lo comparamos con un residente de Ciudad Autónoma de Buenos Aires que, incluso a veces teniendo una menor carga horaria, estaba cobrando por arriba de los $950.000”.

“Hasta el momento seguimos cobrando por debajo de la canasta básica familiar”, denuncia Elián. “Si no hay respuesta, probablemente vayamos a una nueva medida de fuerza la semana que viene, en conjunto con otros sectores como los universitarios, los docentes de los colegios medios y otros trabajadores de la salud, para confluir en una gran manifestación en defensa de la salud y de la educación pública”.

Los vecinos de Beccar quieren un parque público

Los vecinos de Beccar quieren un parque público

La Asamblea Barrial de Béccar se opone a la construcción de un shopping de Cencosud, licitado en 1996, en un predio que ocupaba la antigua Obras Sanitarias. Hoy se trata de un baldío y su futuro depende de un fallo judicial.

Los segundos y cuartos domingos de cada mes, por la tarde, los vecinos de la Asamblea Barrial de Beccar se reúnen en el frente del expredio de Obras Sanitarias licitado a Cencosud en 1996. Su propósito es visibilizar la lucha que llevan adelante para que el Municipio de San Isidro los convoque y que el Poder Judicial dictamine a favor de que el terreno vuelva a manos del Estado para que se concrete el anhelo de establecer en ese lugar un parque público. En el último tiempo Ramón Lanús, intendente del partido ribereño y empresario vinculado al negocio inmobiliario, manifestó su intención de llegar a una transacción con la multinacional, a lo que los miembros de la asamblea se oponen contundentemente.    

El derecho a la vivienda, a un medioambiente sano, la participación ciudadana en la planificación urbana y la conservación de la identidad de un pueblo son algunas de las consignas que convergen en el lema “Sí al parque público de Béccar”. La organización y lucha colectiva de la asamblea local espera la resolución judicial desde 2017. Hace casi 30 años que el predio ubicado en Av. Centenario y Tomkinson es reclamado por la comunidad. Aun así, en 1996 Cencosud ganó la licitación para construir un centro comercial en el lugar en un plazo determinado, con la condición de dominio revocable. La multinacional ya perdió sus derechos sobre el lugar, pero se niega a reconocerlo. 

Las rejas que imponen distancia y el estado de abandono del lugar no resultan trabas para resignar el reclamo. Tampoco la gran cantidad de carteles de color amarillo y negro que remarcaban que es una propiedad privada monitoreada por agentes de seguridad. Muchos de quienes se hicieron presentes en el último encuentro son personas mayores, gran parte mujeres, que dedicaron un largo rato de su fin de semana a hacer visible el reclamo. Armaron banderines y pintaron carteles que luego amarraron junto a escritos en las paredes que afirmaban: “Sí al parque público de Béccar”. Una rayuela y otras manifestaciones artísticas en colores dan vida a una vereda desamparada. El pasto del terreno se mantiene corto porque adentro hay caballos que se alimentan de él, aunque no son capaces de disimular la basura acumulada y el desmoronamiento de las instalaciones.

La Asamblea Barrial de Béccar nació en el caótico diciembre del 2001. Elda Cedro se unió en febrero de 2002 y sostuvo que “fueron las distintas causas lo que nos mantuvo tantos años unidos”. Cedro considera a la pandemia como factor fundamental de la reflexión ciudadana sobre la importancia de vivir en un medioambiente sano y la importancia que devino para el reclamo por el parque público. Mientras pintaban con stencils sobre cartones, una de las integrantes de la asamblea repartía a quienes pasaban por la vereda volantes con el reclamo. Ninguno los despreció. Como en cada encuentro, se sentaron en ronda para comentar sobre las actualizaciones del caso y reflexiones sobre la comunidad de la que son parte. 

El expredio de Obras Sanitarias es un punto clave para Béccar, por su ubicación geográfica cercana a las desiguales realidades socioeconómicas de la ciudad. En la parte de atrás es lindero de La Cava, un barrio popular donde, dado las características del terreno por la extracción de arcilla para la fábrica de ladrillos que funcionaba en el lugar, viven en condiciones de hacinamiento y marginación social. 

Junto a una cátedra de Arquitectura de FADU los miembros de la asamblea diseñaron un anteproyecto donde, entre otros objetivos planteados, tres hectáreas del terreno serían destinadas a la construcción de viviendas para vecinos de La Cava. El predio comprende 20 hectáreas de arboleda añosa, diversidad de flora y fauna y estructuras de galpones que, en manos del Estado, resultaría fundamental para garantizar el acceso a la salud pública, a la cultura, al ocio y a  la recreación. 

En un informe que presentó Cencosud en el 2017 expusieron que cementar el predio provocaría la pérdida de la totalidad de su biodiversidad. Más allá de la legislación provincial y consensos internacionales que establecen necesarios entre nueve y diez metros cuadrados de espacio público verde por habitante para una mejor calidad de vida, en Béccar no se superan los 1,5 metros cuadrados.

“Si al parque público Béccar” es la consigna que busca conservar uno de los pocos pulmones verdes que le quedan a la localidad. Los años noventa, durante el menemismo, estuvieron signados por la privatización y el achicamiento del Estado. Fue en este contexto que salió la licitación del predio de Obras Sanitarias y en 1996 fue adjudicado a Cencosud. Tomaron posición en el lugar bajo la condición de dominio revocable, es decir que volvería a manos del Estado nacional en caso de no cumplir con lo pautado. El plazo exacto que tenían para llevar a cabo la construcción estaba expresado en un expediente del que no se conoce paradero, pero por defecto en 2016, 20 años después de la licitación, la Administración de Bienes del Estado (AABE) inició el recorrido judicial para recuperarlo. 

Paradójicamente, el presidente de la AABE entre 2015 y 2019 fue Ramón Lanús, actual intendente de San Isidro, quién ganó la interna de Juntos por el Cambio a Macarena Posse, heredera de una “dinastía” de 40 años de poder en el partido. Según argumentan los vecinos de la Asamblea Barrial de Béccar en la carta presentada el 28 de agosto ante el Concejo Deliberante, el mandatario no disimula sus intenciones de llegar a un acuerdo de manera extrajudicial entre Cencosud y el Estado nacional. Los vecinos, que insisten en la recuperación del espacio verde, esperan el dictamen del Juez Patricio Maraniello y no ven posible un acuerdo con la multinacional, que dejó a la deriva el lugar hace 28 años.  

Cedro argumenta que nunca hubo herramientas democráticas para el pueblo en torno a la planificación urbana, ni tampoco una convocatoria a la comunidad cuando se tratan cuestiones vinculadas al medio ambiente, presente en el Acuerdo de Escazú aprobado en Argentina en 2020 . “Hay siempre una resistencia, y eso es un mérito para nosotros” reflexionó una integrante de la ronda ante el recuerdo de los intentos de atropello con respecto al predio que supieron sortear. En cuanto a la causa judicial, lo próximo que esperan son los resultados del tercer peritaje ambiental solicitado por Maraniello, que Cencosud durante cuatro años intentó evadir. “Si al parque público de Béccar” es una lucha que espera la definición del juez, aun conociendo los tiempos que comprende el proceso, porque consideran al parque fundamental para la identidad y el futuro de las nuevas generaciones.

 

Con orgullo contra el hambre

Con orgullo contra el hambre

La Asociación Mocha Celis, de la comunidad travesti trans, organizó un reparto de comida caliente a quien necesitara calmar el hambre. Los discriminados por odio dieron de comer a otros perseguidos, los abandonados por la política ecónomica del gobierno de Javier Milei.

La calle está en silencio a pesar de ser plena avenida en el barrio Balvanera. Es un domingo gris, ventoso, con probabilidades de lluvia, excusa perfecta para encerrarse en la casa y pasarlo con la misma ropa con la que se sale de la cama. Pero en la esquina de Jujuy y México, a metros del bachillerato Mocha Celis, de la comunidad travesti trans, entran a la plaza unos tacos rojos de la altura de un rascacielos, un shorcito que cubre lo necesario, tops de encaje sofisticados, escotes prominentes, maquillajes glamorosos y mucha coquetería. Pero de a poco también se animan a entrar tímidamente unas viseras, remeras de fútbol, pantalones desgastados, bolsas de tela vieja y zapatillas agujereadas. Detrás de ellos, unos fuentones calientes y llenos de fideos mostachol con salsa boloñesa y queso. En la plaza Velazco Ibarra, la Comisión Organizadora de la Marcha del Orgullo Línea Histórica (COMOLH) se prepara para recibir a quien quiera acercarse a la primera olla popular que realiza, “contra el hambre y el odio”.

La convocatoria es alta, son más de 50 banderas superpuestas en la reja de la plaza, todas de las organizaciones y asociaciones civiles que se agrupan bajo el Frente Orgullo y Lucha. La mesa del domingo necesitó metamorfosearse a banco de plaza, maceta, mantita sobre el suelo, todo lo que sirviera de asiento. “Hay ganas de recuperar la fiesta y ganas de participar y de construir ese mundo en el que queremos vivir”, exclama Francisco Quiñones Cuartas, director de la Mocha.

En esta ocasión inaugural, la Mocha se puso al hombro la preparación de unos diez kilos de fideos, una cantidad equitativa de salsa, bowls de queso rallado que parecían imitaciones a escala del planetario y hasta un ollón de arroz con leche de postre. Su cocina trabajó un día entero, porque también guardaron en el freezer dos eventos próximos más: uno de pastel de papa y otro de empanadas. El activismo no se sacia con una sola comida. 

—Sofi, ¿te ponés dos paquetes de fideos más? Hay gente que quiere repetir.

En la sobremesa, ahora con todas las panzas satisfechas, el tema de debate es la convocatoria al próximo 2 de noviembre, la 33° marcha del Orgullo. Esta vez, su consigna será “El orgullo no se vende, se visibiliza y se defiende”. Las políticas del gobierno de La Libertad Avanza son un ataque directo a la comunidad, como el cierre del INADI, la prohibición del lenguaje inclusivo en la administración pública, el desfinanciamiento de programas de acompañamiento, y todo un caldo de cultivo basado en “la lucha cultural” que bienrecibe a la violencia, discriminación e invisibilización de la comunidad LGBTIQ+. En esta cuenta neoliberal, al odio se le suma el hambre.

Pero el zarpazo del león no es más que una historia que se repite para muchas de las personas aquí sentadas. Para Virginia Silveira, la nueva directora de la Asociación Mocha Celis, egresada de su bachillerato, no hay tiempo para debates twitteros cuando la compañera de al lado no llega a fin de mes, o si otra no recibe sus medicamentos y una jubilación suficiente para tener una vejez digna (a pesar de que la expectativa de vida siga siendo entre los 35 y 40 años), o si una persona no tiene otro hogar más que la calle. 

Por eso, esta olla no es solo un discurso político combativo, es una idea materializada, un almuerzo de domingo con una familia que te sienta en su mesa sin conocerte, porque entiende que la mejor herramienta son los lazos tejidos a través del amor y el afecto. Solo el arroz con leche del fin de la jornada es tan dulce como esta red.