El Frente Sindical, integrado por todas las representaciones gremiales docentes y no docentes, determinó medidas de fuerza para toda la semana en reclamo de aumento salarial y presupuestario. Continúa el derrumbe de los sueldos en el sector.
Las 66 universidades nacionales no iniciaron este lunes el segundo cuatrimestre debido a un paro de actividades convocado por el Frente Sindical que incluye a todas las representaciones gremiales docentes y no docentes del país. Según las organizaciones y las instituciones de estudio, la medida de fuerza se extenderá entre 24 horas y una semana. Todas reclaman al gobierno aumento salarial y mejoras presupuestarias que permitan revertir la crisis en la que se encuentra sumergida la educación superior.
El secretario general de ADUBA, Emiliano Cagnacci, afirmó que «el Gobierno no escucha y continúa asfixiando a los trabajadores universitarios, cuyos salarios están mayoritariamente bajo la línea de pobreza». Según un informe del Consejo Superior de la UBA, el poder adquisitivo de docentes y no docentes se redujo casi un 50% durante 2024, caída que se profundizó en los primeros meses de este año.
Según este dirigente, los últimos aumentos fueron de 1,3% en junio, julio y agosto, pero se cobrarán juntos este mes, y fueron definidos por resoluciones ministeriales sin la mesa paritaria que exigen los convenios colectivos de trabajo. En todos los casos, el incremento es por debajo del índice oficial de la inflación, por lo que continúa el deterioro de los salarios.
Mientras que FEDUBA decidió un paro para este lunes y realizar jornadas de visibilización del conflicto durante toda la semana, la Asociación Gremial Docente de la Universidad de Buenos Aires convocó a un paro total hasta el viernes. El llamado a la medida de fuerza de la AGD se produce en un clima de tensión: el 4 de agosto, la policía de la Ciudad se presentó en la sede central del gremio minutos antes de una asamblea y mantuvo una patrulla frente al lugar hasta que finalizó la reunión. Ileana Celotto, secretaria general del sindicato, calificó la situación como “una maniobra de amedrentamiento y espionaje, prácticamente”.
La medida de comenzar el segundo cuatrimestre con un paro no es aislada. Celotto explicó: “Este plan de lucha no puede hacerse al final del cuatrimestre, porque es el momento del cierre, cuando los estudiantes están preocupados por sus notas y por terminar las materias. No es un buen momento para planificar algo más grande que pueda ir creciendo”.
El objetivo inicial planteado en esa asamblea –que tuvo “custodia” policial– era implementar paros alternos, una semana sí y una semana no. Sin embargo, la mayoría de las federaciones votó por una continuidad de las medidas con paros rotativos de 48 horas para las semanas del 18, 25 de agosto y 1 de septiembre, además de convocar a una marcha nacional universitaria en la primera quincena de septiembre.
Sueldos inexistentes
Javier Palma secretario general del AGD de Sociales declaró:“Venimos con un deterioro salarial enorme, 45% de pérdida de poder adquisitivo desde noviembre del 2023. No hemos tenido respuesta. Ni siquiera tenemos un espacio en el cual plantearnos. El gobierno no convoca paritarias desde septiembre del año pasado”.
La situación sigue siendo crítica y el gobierno de Javier Milei decide responder con un plan que los profesores y docentes llamaron como minicuotas. Porque a partir de agosto y hasta noviembre impusieron aumentos mensuales que no recuperan su salario devaluado. Celloto compartió su opinión al respecto de las minicuotas: “En agosto cobraremos 1,3% de junio y julio, en septiembre 1,3%, en octubre 1,2%, en noviembre 1,1% y en diciembre 1,1%. Parece una provocación, porque cuando vos tenes un salario inicial de 240 mil pesos, cuando el gobierno sabe que hay renuncias permanentes en todas las categorías docentes por temas de salario, que digan que aumentan un 7% en un semestre es una insensibilidad”.
Palma comentó: “Esta destrucción de nuestras condiciones materiales trae consecuencias en la calidad de la enseñanza; los docentes no estamos en condiciones de perfeccionarnos ni de comprar libros, y hasta tenemos problemas para llegar a la universidad.”
Desde el Frente Sindical –integrado por Fedun, Conadu, Conadu Histórica y Fatun– auspiciaron que la jornada de lucha del 11 “contará con un alto acatamiento”. Desde Fedun indicaron que “el gobierno de Milei decide no convocar a la paritaria, da aumentos que se encuentran por debajo de la inflación y no aumenta el presupuesto de los gastos de funcionamiento y de la beca para estudiantes”. Y agregaron que “es la mayor pérdida del poder adquisitivo de la historia, nuestro salario se ha convertido en el peor de Latinoamérica”. Hasta el 24 de agosto se llevarán adelante jornadas de visibilización del conflicto en las distintas casas de estudio y con diferentes modalidades.
Movimiento estudiantil y marcha universitaria
La AGD plantea que es momento de acelerar y marcar una dirección, recordando que siempre que la docencia universitaria logró avances fue en las calles. El movimiento estudiantil juega un rol clave en esta lucha. Según Palma, “es fundamental vincular a los estudiantes y permitir la emergencia de un movimiento estudiantil organizado dentro de un plan de lucha serio que les muestre un camino claro”. A su criterio, aunque las acciones de visibilización son necesarias, a veces no alcanzan y no han logrado mucho. Por eso considera que, frente al momento crítico que atraviesa la educación pública tiene que haber unidad entre profesores y estudiantes para pelear por sus derechos.
El reclamo no es solo de los estudiantes ni de los docentes. Ileana Celotto afirmó que “este es un conflicto contra un gobierno que se opone a la educación pública y también a la salud pública, por eso también traemos la situación crítica del Hospital Garrahan”. Como señala el posteo oficial de AGD en sus redes sociales, “la lucha es ahora”, acompañada por trabajadores del Conicet, Inta, CNEA y otros sectores que se suman frente al retroceso en salarios y condiciones de trabajo. Palma concluye: “La fortaleza está en llevar la pelea a las calles y en mostrar que la universidad pública es un derecho que intentan destruir, pero que no lo van a lograr”.
Sociales alerta
Por su parte, la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA emitió un comunicado sobre la crisis presupuestaria, en el que anunció la decisión de cubrir con recursos propios cuestiones elementales como la limpieza, el mantenimiento de los ascensores y servicios esenciales. Con la firma de la decana Ana Arias y del vicedecano Diego de Charras, la Facultad mencionó también el deterioro salarial de docentes y no docentes. “La pérdida constante del poder adquisitivo impacta directamente en quienes sostienen la vida universitaria todos los días”, expresó. ”Es urgente que se revierta esta política de desfinanciamiento” porque “sin presupuesto no hay educación, no hay salud, no hay ciencia, no hay futuro”, concluyó.