Por Iara Guglielmucci
Fotografía: Gentileza AGD

Dos oficiales y una camioneta de la Policía de la Ciudad se presentaron en la sede principal de la Asociación Gremial Docente (AGD) mientras se llevaba adelante una asamblea.

El pasado lunes 4 de agosto la Asociación Gremial Docente (AGD) de la Universidad de Buenos Aires sufrió una intimidación de parte de la Policía de la Ciudad. Dos oficiales y una camioneta se presentaron en la sede principal del gremio en el marco de una asamblea cuyo temario eran las futuras huelgas y manifestaciones. Los oficiales interrogaron a los participantes, pidieron sus datos y se mantuvieron en la puerta del edificio durante toda la reunión, con las luces del patrullero ostensiblemente encendidas.

La AGD forma parte de la Conadu Histórica (Federación Nacional de Docentes Universitarios) y convoca asambleas regularmente como modo principal de organización, deliberación y toma de decisiones. Javier Palma, secretario general de la asociación en la Facultad de Ciencias Sociales, remarcó que la presencia de la policía en la reunión fue un hecho de intimidación sin precedentes. “Que vengan a mostrarse a la sede del sindicato en los momentos de la asamblea es un hecho inédito”, afirmó. “Esto solo se puede leer en el marco del avance sistemático en contra de las libertades democráticas que lleva adelante el gobierno. No es casualidad que apunten a los sectores en lucha”, aseguró el secretario general.

Si bien los miembros del sindicato están acostumbrados a la presencia de oficiales en sus manifestaciones, esto no había sucedido nunca en el ámbito de una reunión cerrada. “Es mucho más común que te pase en la vía pública, cuando cortamos una calle para hacer clases públicas tenemos que enfrentarnos a la policía”, explicó Palma. 

Laura Carboni es secretaria general de la Asociación Gremial Docente (AGD) de la UBA y secretaria adjunta de la AGD del Colegio Carlos Pellegrini.

También llegó temprano a la reunión para preparar el espacio y ordenar, por lo que tuvo un encuentro con los oficiales antes de entrar al edificio, donde la policía justificó su presencia alegando que los participantes habían pedido seguridad para el evento. “Cuando les dijimos que no, bajo ningún concepto, nos pidieron nuestros nombres pero no se los dimos. Decían que los necesitaban por si alguien presentaba una denuncia”, aclaró Carboni. Si bien la asamblea pudo realizarse con normalidad a pesar del amedrentamiento, más tarde llegó una camioneta que se apostó en la entrada del sindicato, donde se mantuvo con las luces azules encendidas durante toda la reunión “haciéndonos saber que estaban ahí, ostentando”, describió Carboni. 

Entre el gobierno de la ciudad y las políticas nacionales pareciera haber una alianza o “una sintonía, una orientación común en cuanto a cómo abordar a quienes se dedican a organizar la lucha callejera”, en palabras de la secretaria general de la AGD. “La responsabilidad le cabe a Macri, pero claramente es en consonancia con la orientación en seguridad que tiene el gobierno nacional”, añadió Carboni en referencia a las políticas represivas llevadas adelante por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, exintegrante del PRO ahora en las filas de La Libertad Avanza. En estas circunstancias, la figura de Bullrich se presenta como un emblema de la alianza actual entre ambas fuerzas políticas.

Espionaje a los opositores

El amedrentamiento en la sede del sindicato docente no se dio de forma aislada, sino que formó parte de una serie de operativos en los que la Policía de la Ciudad procedió de la misma manera, vigilando e interrogando. “Esto ya había sucedido el sábado pasado en el local de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). Se estaba desarrollando un cabildo abierto convocado por trabajadores y trabajadoras del Garrahan, al que concurrimos sindicatos, organizaciones sociales y todo aquel y aquella que le está dando un apoyo a esta lucha tan genuina, y pasó exactamente lo mismo. Un policía se acercó, le preguntó al portero qué tipo de evento se estaba realizando en ese momento y qué cantidad de gente había en el local. Tampoco le contestaron.”, explicó Carboni. Laura añadió que esto se repitió el mismo sábado por la tarde en la asamblea del Ni Una Menos en un local de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA), donde también se presentaron a intimidar.

La situación se agrava al tener en cuenta que esta misma semana se filtró un informe de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), que dio cuenta de actividades de espionaje interno a gremialistas y jubilados. Se reveló que los fondos de la institución están siendo utilizados para espiar a opositores, hecho que atenta contra los derechos civiles. “Este espionaje no debería ocurrir en el marco de la democracia”, declaró Carboni.

Las próximas medidas de protesta

Los dirigentes del gremio aspiran a que las movilizaciones se den en unidad con otras luchas y que logren tener una amplia convocatoria, entendiendo la masividad como un factor determinante para la seguridad y efectividad del reclamo. “Preparemos el no inicio del segundo cuatrimestre y una marcha federal a Plaza de Mayo”, leía la convocatoria que difundió la AGD de la UBA por redes sociales y en su sitio web. 

La asamblea y el Congreso de la Conadu histórica votaron a favor de efectuar una semana de paro a partir del lunes 11. Por otro lado, hoy 6 de agosto se tratará la Ley de Financiamiento Universitario, una de las medidas que el presidente vetó el año pasado y que, según dijo abiertamente, probablemente rechace nuevamente. “No tiene ningún problema de bajarle las retenciones al campo, pero sí en aprobar la ley para nosotros, que somos los que tenemos unos salarios que están por el piso”, sostuvo la secretaria.

En cuanto a las medidas legales, el sindicato ya realizó una denuncia pública en sus medios de comunicación por el incidente ocurrido este lunes. Por el momento sus miembros no discutieron la posibilidad de hacer una denuncia judicial, si bien la Secretaria General afirmó que no lo considera de gran utilidad en este caso particular. Esta percepción se debe a la falta de respuesta que han obtenido en ocasiones anteriores de parte del Poder Judicial. Carboni explicó que si bien es la primera vez que se da un amedrentamiento de estas características, “ya había habido casos de acoso y amenazas a los integrantes del gremio”.

Manifestarse con efervescencia

A pesar de la constante represión, las movilizaciones en contra del gobierno se mantienen y siguen creciendo. “Hay mucha efervescencia, hay fábricas tomadas, hay trabajadores haciendo asambleas, está el movimiento piquetero cortando calles, hubo cortes en la Panamericana. El aparato represivo se refuerza cuando ve que hay respuesta, y esa respuesta hoy no es masiva. Por eso el Estado está interviniendo, para que no crezca”, declaró Laura.

Tanto Palma como Carboni estuvieron de acuerdo en que estos operativos son una forma de evitar la conflictividad social, por un lado es intimidando y amedrentando y por el otro lado es descargando directamente la violencia sobre las personas que se manifiestan. “En este momento se están produciendo ambas cosas. Es la única forma de dejar pasar el ajuste, que no es solamente una palabra, es gente muerta de hambre”, afirmó la secretaria.