Por Milagros Rodríguez Costa
Fotografía: Gentileza Prensa Danubio

Se estrena Danubio, una ficción documental que da cuenta de las operaciones de inteligencia de la dictadura de Onganía sobre los artistas de Europa del este en el Festival de Cine de Mar del Plata.

Este jueves 9 de marzo se estrena Danubio, una ficción documental dirigida y producida por Agustina Pérez Rial que busca recrear lo que sucedía en el año 1968, durante la dictadura de Juan Carlos Onganía, cuando los servicios de inteligencia se dedicaban a vigilar “la infiltración del comunismo en la cultura”. La producción llega a la Sala Leopoldo Lugones de la Ciudad de Buenos Aires buscando interpelar al público a través de una historia inédita.

Siendo licenciada en Ciencias de la Comunicación y habiendo recorrido un largo camino en el ámbito académico, Agustina Pérez Rial decidió buscar su lugar en el mundo de lo audiovisual ya que “sentía que había algo de la forma académica y escrita que tenía un límite en cuanto a las personas que se podía llegar”, según contó en diálogo con ANCCOM. Fue en ese momento cuando Paulina Battendorff, compañera y  guionista de Danubio, le acercó unos legajos de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA) que hablaban sobre las persecuciones que se llevaron a cabo en el Festival de Cine Internacional de Mar del Plata, durante el gobierno de Onganía y en plena Guerra Fría, cuando el comunismo era objeto de terror y persecución.

“Ese legajo tenía solo tres hojas en las que se hablaba de una fiesta que había hecho una sociedad Danubio para que miembros del Partido Comunista local marplatense se pudieran acercar a las delegaciones de los países del este que vinieron al festival durante el año 1968”, relató la directora y comentó que “el primer trabajo fuerte era ver quiénes eran las personas que estaban en esos legajos porque todos los informes eran anulados por Habeas Corpus y Habeas Data para que los nombres no estuvieran expuestos. Más allá de eso, por la manera que tenían de describirlos fue posible averiguar quiénes eran haciendo un trabajo de contrainteligencia”. Es que, más allá de la ficción, la película fue fruto de seis años de una intensa investigación y recopilación de archivos mediante la cual se nos permite entrar en una época de la que poco se habla. Sobre esto, Pérez Rial confesó que “fue muy difícil encontrar los archivos, muchos estaban en manos de coleccionistas privados y eso nos hace pensar el problema del acceso público a los archivos que son parte de una memoria que está muy dispersa”.

La película fue fruto de seis años de investigación y recopilación de archivos.

Mediante una amplia recopilación de archivos de diferentes tipos, ésta ficción documental busca recrear una época en la que el cine, como referente de la cultura, era objeto de censura y de vigilancia por ser considerado peligroso. “En esa época se pensaba que una persona por ir a ver una película podía salir convertida en comunista. El miedo era directamente a la cultura, eso es lo más interesante de la época”, expresó la directora y agregó: “Primero vino la domesticación de la cultura y luego la de los cuerpos en los años posteriores, una domesticación que también era cultural pero que antes estaba más escondida”. Por lo que más allá de la época, Danubio intenta que el público pueda interpelar y repensar la relación entre la cultura y la política en la actualidad.

Danubio se presenta como una ficción documental que sobrepasa todos los límites de un documental tradicional porque hace hablar a la época desde el lugar de la mujer, un lugar de enunciación poco común en una sociedad ampliamente masculinizada. “La historia se cuenta desde la voz ficcional de una mujer rusa que en sí nunca existió, sino que está hecha de mil retazos de entrevistas e investigaciones y representa a todas las que podrían haber sido perseguidas en ese momento”, sostuvo la directora.

Por otro lado, se vuelve interesante pensar el lugar que ocupa la ciudad de Mar del Plata en ésta historia, aquella ciudad “feliz” en la que se realizaban operativos de censura y de inteligencia para controlar a los miembros del Partido Comunista. “Mar del Plata tiene un lado facho muy fuerte –subraya la directora-. Es una ciudad de tres meses de actividad y nueve meses de retracción. En su momento le molestó mucho el peronismo, sobre todo cuando las vacaciones fueron universales y empezaron a llegar las masas: lo necesitó pero le molestó”. Danubio también busca mostrar aquel lado de la “ciudad feliz” que está oculto y es importante conocer.

Después de recorrer festivales nacionales e internacionales Danubio llega a la Sala Leopoldo Lugones, perteneciente al Complejo Teatral de Buenos Aires, del 9 al 12 de marzo a las 21 y del 14 al 16 de marzo a las 18, para invitarnos pensar, reflexionar y disfrutar de una historia nunca antes contada.