Por Eva Coronel Gorojod
Fotografía: Mariel Bonino

Se estrena «Algo Incorrecto», una película basada en el abuso sexual infantil perpetrado por un camarista federal. El papel de las hijas del juez en el esclarecimiento del caso y las complicidades del poder.

Inspirada en hechos reales, con la dirección de Susana Nieri, llega a los cines la película nacional que denuncia el abuso sexual en las infancias, protagonizada por Eleonora Wexler y César Bordón. Mar del Plata es la ciudad donde el silencio y la complicidad recorren las calles. En 2005, Rosario y Victoria no se conocen, pero ambas deciden volver. La primera es psiquiatra, recién separada, y necesita la ayuda de sus padres con la crianza de sus dos hijas. Mientras que Victoria, trabajadora social, regresa para hacer justicia por su hermana denunciando a un reconocido juez por abuso sexual infantil.

Jurame que no vas a creer”, le dice el excamarista a su hija. Y Rosario jura. Pero no es la única, el Poder Judicial dictamina que el delito prescribió. Sin embargo, frente a la injusticia, la necesidad de reparación insiste. Años después, Victoria vuelve a abrir la causa, pero necesita un testigo ocular de los testimonios, mientras Rosario recuerda cómo sus amiguitas de la infancia dejaban de ir a sus cumpleaños. Al calor del Encuentro Nacional de Mujeres en 2015, las historias de estas dos mujeres se cruzarán.

“Esta película es una pequeña muestra de que la realidad supera a la ficción ampliamente”, comenta la directora, Susana Nieri. En 2004 se denunció por abuso sexual infantil a Edmundo O’Neill, un reconocido camarista de Mar del Plata. “Yo sé que he hecho algo incorrecto pero no siento culpa”, fue lo que dijo en su declaración el acusado. A partir de la causa, las hijas del juez comenzaron a relocalizar a sus amigas de la infancia, confirmando las sospechas y convocándolas a contar sus historias ante la justicia. Es así que 12 mujeres testificaron, pero se estima que fueron un total de 35 sobrevivientes entre vecinas, sobrinas y amigas que visitaban la casa.

“Yo lo dije en el momento, lo conté, y este tipo nunca más volvió a mi casa y tampoco se habló del tema”, dijo Julia Augé, una de las sobrevivientes, y agrega: “En el cuerpo te queda la sensación de si te creyeron, o no, porque nadie te vuelve a preguntar”. Luego de enterarse de la denuncia inicial, dio su testimonio al fiscal sobre lo ocurrido en Ayacucho, pueblo del que era oriunda la esposa del juez y frecuentaba la familia O’Neill. “Era notorio lo que hacía. Las primas y parientes de la familia de la mujer contaban que se cuidaban entre ellas. Cuando llegaba al pueblo, escapaban por los patios para no estar cerca de él”, señala Julia.

Luego de dos años de investigación, en 2006, las autoridades a cargo entendieron que la causa había prescripto por el tiempo entre la denuncia y los hechos. Si bien aparecieron más acusaciones luego del escrache que se realizó en 2013,  cuando el juez intentó presentar su libro en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, O’Neill pasó sus años en libertad. Su coartada resultó fundamental para morir en 2016 sin juicio ni condena. Augé indica: “No entraba en el horizonte de posibilidades de los adultos: ‘¿Cómo un juez va a hacer esto?’ Y también algo de no querer ver, no querer hacerse cargo. Hoy algo de la impunidad de estos tipos se horadó, pero si los adultos que sufrieron abuso sexual hablan, el cerco se va achicando. La práctica no es tan fácil cuando queda visible, se puede sostener porque es en la intimidad, en la oscuridad, en el silencio y en la amenaza. El poder se ve restringido en la medida que hay más visibilidad de que esto existe y es un delito. Esto estuvo habilitado por gente que miró para otro lado, instituciones que silencian y medios de comunicación que blindan”, manifiesta Nieri y agrega: “La película invita a ver la trama de complicidades porque hay abuso sexual, pero también de poder”.

Los feminismos convocan a una ética del respeto, el cuidado y el amor donde la denuncia converge con la perspectiva de género que posibilita otra forma de construir relatos y transformar el mundo. Desde ese lugar, la directora propone otra forma de contar a través de las sutilezas que visibilizan una red de impunidad sin revictimizar. “La teoría feminista la incorporo para que me ayude a pensar. Nos va formando y ayuda a quienes contamos historias a tener esta mirada atenta, a construir desde ese lugar de denuncia y cuidado”, menciona Nieri y reflexiona: “Es importante contar estas historias porque queremos un mundo mejor para todas, todos y todes. Cuando una toma esa decisión de hablar de estos temas, trata un poco de sanar ese dolor que cargamos como género. Me siento comprometida a tratar de aportar desde donde yo pueda para que nos transformemos en otra humanidad donde podamos vivir libres de todo tipo de violencia, las mujeres, las disidencias y los varones. La película abre una puertita por donde se cuela todo ese dolor que venimos soportando a lo largo de todos estos años. Hay un dolor antiguo porque nos han matado, nos han violado, nos han abusado, nos han desestimado, nos han deslegitimado y nos han silenciado históricamente”.

Algo Incorrecto indaga sobre cuáles son las formas de reparación, verdad y justicia, homenajea a las militancias y materializa el silencio haciendo de lo personal algo político.  La película ya se encuentra en cines como el Espacio Gaumont, Cinemark Palermo y Hoys Abasto, entre otros.