“Fue un crimen racial y de lesa humanidad”

“Fue un crimen racial y de lesa humanidad”

Orlando Carriqueo, vocero del Parlamento Mapuche Tehuelche de Río Negro, evaluó el juicio por el crimen de Rafael Nahuel, habló de otros conflictos territoriales en la Patagonia y de la política violenta y represiva desplegada por el gobierno de Mauricio Macri que amenaza a volver con Javier Milei.

El juicio de Rafael Nahuel parece atípico porque se lleva adelante en Fiske Menuco (General Roca) y no en Bariloche que es donde se cometió el asesinato.

 

Los papás se trasladaron alguna semana para seguir las primeras audiencias pero tanto los imputados como todos los testigos, mayormente los de la fuerza de seguridad, declararon a través de la plataforma Zoom. Ninguno se presentó a declarar en la sede judicial, los únicos que lo hicieron fueron los testigos que resultaron heridos y detenidos el día que mataron a Rafael Nahuel. Los que lo bajaron del cerro.

 

¿Qué balance hace a pocas horas del veredicto?

Los peritajes balísticos dan cuenta de una persecución, no de un enfrentamiento, no hay vestigio de eso, creo que quedó demostrado a lo largo del juicio. Entendemos que que está demostrado el asesinato por parte del Estado y para nosotros es un crimen de lesa humanidad. Si una fuerza de seguridad de un Estado utiliza una orden judicial, entra un territorio comunitario y mata a un integrante de una comunidad indígena es un crimen de lesa humanidad y hay responsables porque esto no es un crimen común, éste es un crimen racial que se dio en una época donde el Estado venía planteando la violencia como un mecanismo para callar. Macri venía planteando la violencia para para combatir la supuesta inseguridad. No por nada la ministra de Seguridad recibió a un policía que mató por la espalda. Matar por la espalda y desaparecer fue una política de Estado del gobierno de Macri porque mataron a Rafael Nahuel  y Santiago Maldonado había estado desaparecido 78 días. El informe RAM (Resistencia Ancestral Mapuche) que inventó Patricia Bullrich es la clara perspectiva del tratamiento de una política indígena que era a los tiros.

 

¿Cuál era el objetivo de esa política?

No solo fue la orden de matar a un mapuche para poner un freno a todas las reivindicaciones territoriales, algo que no resultó porque las comunidades van a seguir reclamando y reivindicando su tierra. El Estado no reconocía esa necesidad y buscaba aleccionar, imponerse con violencia para dar un ejemplo. Esa coerción también se llama terrorismo de Estado. Es grave que en democracia el Estado utilice el terror como una manera de aleccionar y para eso mate gente o la desaparezca con las fuerzas de seguridad. Y el aparato judicial en conjunto con ese Estado violó todos los marcos normativos internacionales, no sólo el Convenio 169 de la ONU (que establece el derecho de los pueblos indígenas a mantener y fortalecer sus culturas, formas de vida e instituciones propias, y su derecho a participar de manera efectiva en las decisiones que les afectan), sino todo un plexo normativo nacional e internacional, y la misma Constitución. Deciden matar a un integrante de una comunidad y eso lo hizo al Poder Judicial con anuencia y con el impulso del Poder Ejecutivo.

 

¿Por eso la acusación fiscal fue el exceso en la legítima defensa?

Sí, porque la Justicia avaló la teoría sin pruebas de lo que dijeron los prefectos, que son los responsables del asesinato. Fue la única palabra que se había escuchado y que se tomó en cuenta, El Poder Ejecutivo le dio carácter de verdad a la teoría del enfrentamiento pero hubo una política del Estado de darle todas las herramientas al Poder Judicial y a la Prefectura para ocultar el crimen. 

Sería una calamidad si no l os condenan. Serúa muy peligroso para la estabilidad de la zona que este crimen quede impune.

Orlando Carriqueo

¿Qué expectativas tenés para la sentencia?

Sería una calamidad si no los condenan. Sería muy peligroso para la estabilidad de la zona que esto quede impune Por la familia, por la comunidad y por lo que significa para la democracia que no se sepa la verdad en un juicio.

 

¿Cómo impactó el asesinato de Rafael Nahuel y este juicio en sus vidas?

Somos una organización política y a mí me tocó estar activo en estos años. Me eligieron werken, es decir, vocero de la organización el 26 de septiembre del 2017, cuando Santiago Maldonado ya estaba desaparecido. Dos meses después matan a Rafael Nahuel. Para nosotros fue una experiencia muy compleja. Nos tocó ponerle la palabra a la mesa de diálogo y ponerle la palabra a los argumentos políticos. En el gobierno de Macri no logramos el diálogo, pero después se generó una mesa alternativa de resolución del conflicto en Villa Mascardi, no se llegó a un acuerdo y vino un nuevo desalojo. Volvimos a forzar una mesa de diálogo, y ahí sí se llegó un nuevo acuerdo pero el gobierno todavía no ha cumplido la devolución del rehue, que es un sitio sagrado de la comunidad en Lakken Winkul Mapu. En cuanto a la familia, quedó destruida. El papá y la mamá no pertenecen a la comunidad, si bien el papá se reconoce mapuche; la mamá, no. No pasó por este proceso identitario. Y es la historia de la mayoría de quienes habitamos esta parte del territorio, la comunidad hoy está fuera del territorio. La machi (sanadora), que es prima de Rafael Nahuel, se llama Betiana Colhuan y todavía está fuera del territorio. El encuentro feminista que pasó acá en Bariloche trajo muy fuertemente la discusión sobre la devolución de ese Rehue sagrado, y sobre las violencias que existen en distintos casos en esta provincia.

Además, en 2020 ocurrió el crimen de Elías Garay.

Así es. Ha habido una política continuada que permite la violencia cuando hay reivindicaciones territoriales. También tuvimos a Natividad Antual, en otro conflicto de reivindicación territorial, rodeada por la policía durante cinco meses mientras ella vivía en un corral sin nosotros. Podíamos ingresar dos veces por semana para llevarle alimentos, abrigo y ropa pero estuvo en un confinamiento forzado y custodiado. Son graves violaciones a los derechos humanos que se suceden en la Patagonia. Si el Estado no habilita los canales de diálogo y las soluciones, el conflicto está asegurado de acá a 100 años a 200 o 500 o a mil, porque el pueblo mapuche va a reclamar territorio como víctima de un genocidio, no hay vuelta atrás con el proceso de ocupación territorial. 

¿Denunciaron que tuvieron complicaciones para el traslado de los de los testigos de la querella de la familia?

El Estado puso algo para los testigos, es su obligación. Pero no fue suficiente. Por eso desde acá las comunidades y organizaciones sociales en cada audiencia estuvimos reclamando frente al Juzgado Federal. Por eso digo que es un juicio atípico, los papás siguen este juicio vía zoom desde Bariloche. Vinieron para el inicio y volvieron a venir cuando declararon los testigos de la comunidad y para los alegatos, cuando se cruzaron con el fiscal Rafael Vehils Ruiz por haber pedido sólo cinco años de pena para los miembros del grupo de élite Albatros de la Prefectura, al que pertenecen los cinco imputados. Seguramente estarán en la sentencia, el miércoles 29, que esperamos sea condenatoria. 

El viejo truco de convertir a la víctima en victimario

El viejo truco de convertir a la víctima en victimario

La defensa de los prefectos imputados por el crimen de Rafael Nahuel volvió a plantear la teoría del enfrentamiento armado y en los alegatos pidió su absolución.

En el Tribunal Oral Federal de Roca donde se lleva a cabo el juicio por el asesinato de Rafael Nahuel ayer tuvieron lugar los alegatos de la defensa de los imputados. Los abogados de los prefectos, luego de ocho horas, pidieron la absolución para los cinco albatros y la eximición de la pena. Será el miércoles 29 de noviembre cuando se escuchen las palabras finales de los acusados y el veredicto del tribunal. 

Con una sala llena y de forma remota, el abogado Marcelo Rocchetti habló en defensa de los prefectos Francisco Pintos, Guillermo Cavia y Carlos Sosa y pidió que sean eximidos de toda sanción. Solicitó también abrir investigaciones contra las propias víctimas de armas de fuego de aquel 25 de noviembre en Villa Mascardi, Johana Colhuan y Gonzalo Coña, a quiénes acusó de haber disparado armas de fuego y de tener un plan para resistir a las fuerzas de seguridad.

En esa misma línea se expresaron las abogadas Alejandra Busseti y Anabella Schmidt quienes pidieron la absolución de sus defendidos, Sergio García y Juan Obregón, por haber actuado dentro de la legítima defensa, con la idea de que no hubo “excesos”, y de que cumplían con su deber y con una orden judicial.

Con la intención de culpar a las víctimas, Rocchetti manifestó una vez más la existencia de armas de fuego entre los mapuches y los señaló como un “grupo violento con antecedentes violentos”. Reconoció que Cavia fue el autor de un disparo, pero lo excusó por no tener intenciones de matar. Incluso argumentó que los prefectos respondieron a los ataques mapuches tirando bolitas de pintura: “Llegó un momento que las bolitas de pintura se acabaron. Ahí Cavia solicita permiso para responder con arma de fuego, porque su vida estaba en riesgo”. 

El defensor atacó con dureza los alegatos de las querellas, que habían pedido la semana pasada prisión perpetua para los imputados del asesinato de “Rafita” Nahuel, y solicitó que sean anulados. En su extenso alegato expresó que los residuos de pólvora hallados en las manos de Nahuel y de los dos sobrevivientes Fausto Jones Huala y Lautaro Curruhuinca demuestran que sí usaron armas de fuego, y descartó que sean válidos los peritajes de la causa que indican que esos residuos llegaron a ellos por transferencia.

Una nueva audiencia se realizará el próximo 22 de noviembre, una semana antes del veredicto, donde tendrán lugar los planteos de nulidad y en la que las partes podrán hacer pedidos de dúplicas y réplicas. A pesar del pedido de la querella para que la audiencia final se realice en Bariloche luego de seis años de un caso sin resolución, el magistrado respondió que será en General Roca sin dar fundamentos. 

Afuera del tribunal se volvieron a convocar organizaciones de pueblos originarios de la Patagonia, así como sindicales como los docentes de Aduc, y la audiencia fue transmitida por una cobertura colaborativa de medios alternativos. En esa transmisión, recordaron que Rocchetti fue jefe de Gabinete de Cristian Ritondo en el ministerio de Seguridad durante el mandato de María Eugenia Vidal.

La querella pidió perpetua para los acusados de matar a Rafael Nahuel

La querella pidió perpetua para los acusados de matar a Rafael Nahuel

Hubo tensión en la lectura de los alegatos porque la fiscalía solo pidió cinco años para los imputados.

Una nueva semana de audiencias por la Causa Pintos, el caso que involucra el asesinato de Rafael Nahuel, tuvo lugar en el Tribunal Oral Federal de Roca. En esta ocasión se realizaron los alegatos por parte de la querella y de la fiscalía. Las fuertes diferencias en sus pedidos provocaron enojo y tensión entre los presentes: prisión perpetua, por un lado, y cinco años de prisión, por el otro. Los imputados en los que recaerá alguna de estas dos condenas son Sergio Guillermo Cavia, Francisco Javier Pintos, Juan Ramón Obregón, Carlos Valentín Sosa y Sergio García, miembros de la Agrupación Albatros. 

Un amplio desarrollo por parte del abogado de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, Mariano Przybylski dejó en claro que lo sucedido aquel 25 de noviembre del año 2017 “no fue un enfrentamiento ni una emboscada, sino una persecución”.. Recordó lo planteado por los peritos respecto a la posición ascendente en la que se encontraron distribuidas las 31 vainas que dan cuenta de los 150 metros en los que Gendarmería avanzó disparando. Esto coincide con lo planteado por los testigos como con las heridas que se produjeron en tres personas ―entre ellas Rafael Nahuel― cuya trayectoria es de atrás hacia adelante: ellos escapando y los imputados persiguiéndolos. 

El abogado confirmó que quien realizó el disparo mortal fue el efectivo Sergio Cavia, sin embargo planteó que esto resulta irrelevante dado que se actuó de forma coordinada al no obedecer la orden de esperar refuerzos y luego encubriendo lo sucedido. Planteó también que no se puede hablar de un escenario de legítima defensa ya que no existieron armas de fuego por parte de los mapuches. 

El alegato de la querella de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) de Bariloche ratificó el pedido de prisión perpetua para los cinco involucrados y pidió que en el caso del cabo Pintos se agregue el agravante de “odio racial”. 

La audiencia del miércoles contó con un tenso cierre luego de que el fiscal Rafael Vehils Ruiz solicitara la condena de cinco años de cárcel para los imputados, al encuadrarlo como “homicidio agravado con exceso en la legítima defensa”. Esto provocó el enojo y disgusto de los padres de Rafel Nahuel allí presentes, quienes sostuvieron que no se trató de ningún enfrentamiento: “A mi hijo le pegaron un tiro por la espalda”, sentenció su padre. 

Por su parte, el fiscal sostuvo la existencia de armas de fuego por parte de los mapuches basándose en la presencia de pólvora que se encontraba en las manos y ropa de Nahuel, de Fausto Jones Huala y de Lautaro González Curruhuinca, los jóvenes que bajaron el cuerpo de la víctima. Dicha prueba, como ya había sido explicado por los peritos y fue oportunamente recordado por Przybylski, no es suficiente ya que los restos de fulminante pueden encontrarse entre los presentes cercanos a quien realizó el disparo, pero no necesariamente haber disparado. 

La próxima semana llegará el turno de los alegatos de las dos defensas que representan a los prefectos Sergio Cavia, Francisco Javier Pintos, Carlos Velntín Sosa -el abogado Marcelo Hugo Rocchetti- y Ramón Obregón y Sergio García -abogadas Anabella Schmidt y Alejandra Bussetti-. Se espera que el 22 de noviembre se lea el veredicto del caso aunque existe la posibilidad de postergarse debido a las nulidades planteadas por la defensa.

Habrá una nueva inspección ocular en la causa por el asesinato de Rafael Nahuel

Habrá una nueva inspección ocular en la causa por el asesinato de Rafael Nahuel

La ordenó el tribunal y se hará en el territorio donde fue baleado el joven mapuche hace seis años, en Villa Mascardi, Bariloche. Algunos de los prefectos acusados estarán presentes.

El Tribunal Oral Federal de General Roca, Río Negro, ordenó para el 24 de octubre a las 15 la realización de una nueva inspección ocular en el lugar en el que Rafael Nahuel, a sus 22 años, fue asesinado -según la imputación- de un disparo en la espalda por efectivos de la Prefectura Naval Argentina en la Lof (comunidad) Lafken Winkul Mapu, durante un operativo represivo posterior al desalojo realizado en el marco de una denuncia por usurpación hecha por Parques Nacionales. Luego de las audiencias de esta semana, restan nada más 16 testimonios de los más de cien previstos al inicio del juicio.

El juez federal Alejandro Silva, presidente del tribunal, definió acelerar y agilizar lo restante de la prueba testimonial ofrecida por la Fiscalía y la defensa para la próxima semana. El martes 10 y miércoles 11 de octubre tendrían que declarar los últimos testigos del cronograma, casi todos prefectos colegas de los cinco oficiales imputados.

En comunicación con ANCCOM, el abogado querellante Ezequiel Palavecino expresó que fueron fuertes las declaraciones de los testigos presenciales Johana Colhuan, Fausto Jones Huala, y Lautaro González Curruhuinca, todos integrantes de la comunidad a la que pertenecía Rafael Nahuel y quienes lo acompañaban el día del asesinato. Colhuan además era su prima y fue una de las heridas. “Los testimonios de la semana que viene son más que nada de ‘actuación’ y gente de a pie, que estaba en la ruta” agregó. Con respecto a la inspección ocular que está por realizarse en el lugar del homicidio manifestó que va a ratificar los relatos de los testigos presenciales y colocará a los jueces en el lugar del hecho.

 

Durante las audiencias de este tramo las declaraciones de los testigos fueron más acotadas. Entre los testimoniantes hubo civiles, efectivos de la Policía de Río Negro y la Policía Federal Argentina que participaron en los operativos o que transitaban por la Ruta Nacional 40 el día del crimen.

El homicidio ocurrió el 25 de noviembre de 2017 en un territorio disputado por la comunidad Lafken Wilkun Mapu y el Parque Nacional Nahuel Huapi. A mediados de diciembre de ese año se hizo una primera inspección en la que se recolectaron 31 vainas servidas que pertenecían a disparos realizados con munición 9mm de armas oficiales. Los cinco imputados que pertenecían a la Agrupación Albatros de la PNA están siendo juzgados en instancia oral y pública desde el pasado 15 de agosto.

El nuevo reconocimiento ocular fue aceptado por los jueces a petición del Ministerio Público representado por el fiscal Rafael Vehils Ruiz. De los cinco imputados, participarán los albatros Juan Obregón y Sergio García, defendidos por las abogadas Anabella Schmidt y Alejandra Bussetti. Los otros tres, Guillermo Cavia, Carlos Sosa y Francisco Pintos, representados por Marcelo Rochetti, adelantaron su ausencia sin dar fundamentos. También estarán presentes quienes acompañaban a Nahuel en el momento de su asesinato: Colhuan, Jones Huala y González Curruhuinca.

El operativo busca establecer el lugar donde fue el homicidio de Nahuel, pues según entienden los abogados querellantes, el grupo de los mapuches fue perseguido por los Albatros más allá de los límites del territorio que había reclamado y ocupado la comunidad.

Renunció el juez que llevaba la causa de Arshak Karhanyan

Renunció el juez que llevaba la causa de Arshak Karhanyan

El caso había sido expuesto por Leandro Santoro en el debate entre candidatos a Jefe de Gobierno. La familia del policía desaparecido en 2019 cuestionaba al magistrado por la parálisis de la causa.

Conferencia en el Congreso al cumplirse cuatro años de la desaparición de Arshak Karhanyan.

El lunes 2 de octubre el abogado de la familia del policía Arshak Karhanyan había pedido el reemplazo del juez Alberto Baños por no avanzar en la investigación. Esto ocurrió luego de que en el primer debate entre los candidatos a jefe de Gobierno de la Ciudad, el postulante de Unión por la Patria, Leandro Santoro, interpelara al candidato oficialista Jorge Macri, en una caso extraño que lleva cuatro años cajoneado.  Karhanyan, había trabajado en la División Exposiciones que custodiaba las escuchas ilegales durante el gobierno de Mauricio Macri.

“Solicitamos el apartamiento del juez Baños de la causa de Arshak Karhanyan quien acaba de renunciar hace unos días. Eso cambia el panorama. Ahora vamos a hacer nuevas presentaciones ante un magistrado nuevo para ver si podemos avanzar con la causa”, dijo Mariano Przybylski, Director Nacional de Políticas contra la Violencia Institucional de la Secretaría de Derechos Humanos y representante de la familia de Arshak. Luego de su entrevista con ANCCOM se conoció que el titular del juzgado en lo Criminal y Correccional Nº27 de Capital Federal había presentado su renuncia y que la misma fue aceptada el 22 de septiembre pasado. 

Una semana después –el 27 de septiembre– , durante el debate de candidatos a Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Santoro recordó:  «Hace cuatro años que falta un policía. Falta Arshak. No hemos logrado que el jefe de Gobierno reciba a su madre. No existe una imagen de Arshak en ningún patrullero ni comisaría. Es asombroso que en una ciudad como esta nos falte un policía, y la mayoría de ustedes se está enterando por mí. Es crucial que la verdad salga a la luz y que le informemos a la madre sobre el paradero de su hijo».

Arshak Karhanyan, oficial primero de la Policía de la Ciudad, tenía 28 años al momento de su desaparición, vivía en un departamento alquilado en Caballito y estaba estudiando ingeniería informática en la UTN (Universidad Tecnológica Nacional). Fue visto por última vez el domingo 24 de febrero de 2019 luego del mediodía mientras estaba de franco. Su hermano mayor, Tigran, fue a buscarlo al día siguiente y no lo encontró. Hizo la denuncia 48 horas después en la misma comisaría donde trabajaba y le dijeron que esperara hasta el miércoles a la mañana, cuando le tocaba volver al servicio, al que nunca regresó.

Rosa Karhanyan, madre de Arshak.

Una cámara de seguridad captó ese domingo a Arshak teniendo una tensa charla de treinta y seis minutos en la vereda de su casa con Leonel Herba, quien había sido su compañero en la División de Exposiciones de la Policía porteña. Salió de su departamento, dejó sus dos teléfonos celulares y su moto en la puerta. Aparentemente portaba su arma reglamentaria y su placa. Llevó su tarjeta de débito y otros elementos que jamás fueron hallados. Un rato más tarde, fue a un cajero Link cerca de la estación Primera Junta de la Línea A del subte donde sacó dos mil pesos, cambió su clave, y se dirigió a un supermercado Easy donde compró una pala de punta que pagó en efectivo y guardó en su mochila. A partir de allí, no existen más filmaciones que permitan conocer su ubicación.

La fiscalía pidió preservar todas las filmaciones a cinco cuadras del local y de la casa del policía desaparecido, pero cuando pidieron las del día y hora de la desaparición la Policía de la Ciudad mandó a la fiscalía las de dos días después. El primer rastrillaje de la fuerza de seguridad porteña duró pocos minutos y lo hicieron con poco personal. El peritaje sobre el celular personal de Arshak fue realizado por la Superintendencia de Cibercrimen de la Policía de la Ciudad –creada por el exministro de Justicia y Seguridad Eugenio Burzaco– que devolvió el teléfono con un cartel que decía “desactivado” y así no se pudo saber con quién habló en los días en los que desapareció.

El principal cuestionamiento que denuncia la familia y los organismos de derechos humanos es que la Policía de la Ciudad, principal sospechosa del hecho, sea la encargada de realizar la investigación y el peritaje en la causa. Sin embargo, el juez Alberto Baños lo desestimó. También rechazó el cambio de carátula a “Desaparición forzada” para que pueda ser tratado en un juzgado federal, así como el pedido de citar a declarar como imputado a Herba, argumentando que no había suficientes pruebas, a pesar de que en las conversaciones con su pareja Jazmín Soto, obtenidas en la intervención de su celular. ella le dice: “Y a vos que te buscan por hacer desaparecer gente, yo no te voy a cubrir más”.

“Al nuevo juez en primer lugar le vamos a pedir que reciba a la mamá de Arshak. También va a ser bueno tener una audiencia y ver algunas medidas pendientes. La idea es retomar las pruebas que Baños había desestimado y pedirle que aparte a la Policía de la Ciudad de la investigación”, continuó Mariano Przybylski y, agregó, que “lo último que queríamos que haga Baños era pedir a Gendarmería o algún otro organismo sistematizar la información de ADN de personas no reconocidas que hay en otras causas judiciales para hacer una comparación de perfil genético con Arshak”, una pesquisa también eludida en la causa.

Según entiende Przybylski, a  partir de ahora resulta posible abrir línea investigativa en relación con otros expedientes en proceso, como los caratulados como NN. “También vamos a volver a pedir que citen a Herba a indagatoria”, subrayó.

Según cuentan sus familiares, Arshak no estaba contento dentro de la policía. En su círculo íntimo comentaba que algunos de sus compañeros ingresaban a la fuerza para robar y hacer negocios. “Estuvo trabajando durante un tiempo en la División de Exposiciones, que se encarga de allanamientos, operativos en la vía pública, cosas un tanto especiales, porque ahí también se guardaban las escuchas telefónicas ilegales que había ordenado Macri en su momento. Una de las hipótesis es que posiblemente haya visto algo que no sólo comprometía a un superior, sino a alguien de mucho más nivel como un funcionario de mucha jerarquía. Algo vio, algo sabía y se quiso abrir”, dice en diálogo con ANCCOM el periodista Eduardo Silveyra, autor de La Gorra. Prontuario de la Policía de la Ciudad.

“Es muy sintomático todo el proceder del Gobierno de la Ciudad, como entregar los registros de las cámaras de seguridad de otros días. Y otra cosa llamativa que es parte del diseño que tiene esta fuerza para ocultar cosas o entorpecer la investigación”, explica Silveyra. “La causa cayó en el juzgado de Baños, un juez sumamente experimentado en entorpecer y cajonear causas. Una de sus primeras fue la profanación del cadáver de Perón. El tipo hizo todo lo posible para que la causa no avanzara y al final prescribiera”, cerró el periodista especializado.

De momento, la continuidad del proceso depende del juez subrogante Martín Yadarola hasta la designación de un nuevo magistrado.