Jul 15, 2021 | Novedades, Trabajo
La actividad del turismo estuvo suspendida desde marzo hasta diciembre del 2020 y, desde su apertura hasta hoy, continuó con restricciones y momentos de confinamiento. Aldo Elías, vicepresidente de la Cámara Argentina de Turismo (CAT) comenta que “el sector está muy complicado, el turismo fue de las actividades más castigadas desde el principio de la pandemia. Luego de la apertura en diciembre, vinieron medidas restrictivas que fueron tomadas a último momento, sin ningún tipo de aviso o trabajo en conjunto para minimizar los impactos negativos”.
La información que tiene la CAT es que el sector cuenta con alrededor de 60 mil empresas y genera más de un millón de puestos de trabajo. En pandemia cerraron 11 mil empresas y se perdieron 150 mil puestos de trabajo.
Fabián Tommarello, presidente de la Asociación de Guías de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires (AGUITBA), cuenta que “el sector nunca terminó de reactivarse” y agrega: “En CABA el 98% de los guías no han vuelto a trabajar desde marzo del 2020, es decir, hace 16 meses que la mayoría está sin trabajar”. Además, Tommarello explica que la Ciudad es un destino particular para los guías de turismo: “Buenos Aires no es como en otros lugares del país, donde el turista necesita un guía. La ciudad ofrece muchas opciones al alcance de cualquiera, nosotros vivíamos mayormente del turismo extranjero o educativo”.
La circulación de nuevas variantes del covid-19 hizo que una de las medidas tomadas por el gobierno nacional fuera el cierre de las fronteras para el turismo internacional. “Nosotros estamos trabajando para que la apertura de fronteras sea a mediados de agosto”, subraya Elías.
Otro destino que espera la llegada del turista extranjero es el Parque Nacional Perito Moreno. Catalina Martínez, guardaparque e intendente del Parque, comenta: “En la última temporada tuvimos 270 visitantes, cuando antes estábamos acostumbrados a tener 1200”. El Parque Nacional Perito Moreno se encuentra en la provincia de Santa Cruz, a 220 kilómetros de la ciudad Gobernador Gregores. Martínez explica que es un destino particular para visitar, por su accesibilidad y clima: “Cuando abrimos en diciembre, nos adaptamos a los protocolos dispuestos por la provincia: distanciamiento social, uso de barbijo, ingreso de vehículos de hasta cinco personas, limpieza de baños, etc. Sin embargo, al no poder garantizar la desinfección, lo que todavía no pudimos abrir son los refugios, aquellos lugares donde los turistas podían descansar en un lugar cerrado y caliente, donde a veces podían pasar la noche”. En cuanto a los guías, Martínez comenta que “de los 19 guías habilitados, ninguno ha podido trabajar aún”.
ANCCOM también dialogó con Ángel Palma, presidente de la Asociación de Guías de Turismo de Iguazú (AGUIATY): “Puerto Iguazú vive exclusivamente del turismo, para nosotros significa el 90% de la economía local. Nos vimos en una situación muy particular, de un día para el otro dejamos de trabajar, no estábamos preparados para eso. Tuvimos que ayudar a colegas en lo psicológico; nuestra salud mental se vio perjudicada”. En cuanto a lo económico, Palma cuenta que el Ministerio de Turismo de la Provincia escuchó sus demandas y brindó subsidios y módulos de alimentos. “Fueron algunas asistencias económicas que ayudaron a los colegas” resume Palma.
En cambio, Tommarello, considera que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no escuchó sus necesidades: “Cuando pedimos ayuda económica nos la negaron, también pedimos la quita de impuestos y tampoco tuvimos respuestas. Desde Nación se nos incluyó en distintos programas, pero no todos los guías pudimos recibir la ayuda. No estamos conformes con las medidas que están tomando”. También hubo entregas de módulos de alimentos, Tommarello relata que al principio los guías no estaban en esa necesidad, pero hoy la situación se complicó más: “Hay muchos guías que la están pasando mal, no pueden pagar el alquiler ni los servicios”.
Ante la difícil situación económica, “muchos guías se tuvieron que reinventar”, comenta Palma y agrega: “Nosotros organizamos cuatro ferias, aparecieron guías que hacían artesanías, repostería, panadería, herrería. Por suerte, las ferias al aire libre tuvieron circulación constante y con los protocolos funcionaron muy bien”. Por su parte, Tommarello explica que los guías de CABA tuvieron que vivir de ahorros, y muchos intentaron trabajar en otros rubros: “Lo que pasa es que los guías sabemos de historia, arte, geografía, idiomas, pero muchos no sabemos de sistemas informáticos como para insertarnos en una oficina”.
La esperanza en la campaña de vacunación
Desde hace varios meses la campaña de vacunación en todo el país avanza a buen ritmo. “Nosotros, al tener a la mayoría del sector vacunado, podemos decir que estamos viendo una pequeña lucecita en el fondo del túnel”, confiesa Palma. Elías adhiere y agrega: “Depende todo de la vacunación, si logramos vacunar a todos los argentinos, la recuperación del sector va a ser mucho más rápida”.
En Puerto Iguazú, hubo una lucha desde la Asociación de Guías de Turismo para vacunar al sector. “Nosotros tuvimos una iniciativa de pedir que vacunen al sector turístico, pero no sólo guías, sino también hoteleros, gastronómicos, transportistas, y se está cumpliendo, por supuesto que sin afectar al ritmo de vacunación de la provincia”, explica Palma. Además, lo que apuntan es que Puerto Iguazú sea considerado un destino seguro: “Sabemos que no es el fin de la pandemia, pero según los especialistas, con la mayoría de la población vacunada, el riesgo de contagiar al turista es bajo”, resumen desde AGUIATY.
Expectativas para las vacaciones de invierno
Tanto en Ciudad de Buenos Aires como en Provincia de Buenos Aires, las vacaciones de invierno están programadas entre el 19 y el 31 de julio. “A esta altura, el año pasado estuvimos prohibidos, con lo cual, cualquier movimiento en este momento va a ser mucho mejor que lo que tuvimos el invierno pasado. Igualmente, creemos que no va a superar el 40% de la ocupación en relación a años anteriores”, sintetizan desde la CAT.
Durante la temporada de verano, Puerto Iguazú abrió sus puertas y aunque hubo un 10% de movimiento en relación a años anteriores, pudieron comenzar a trabajar: “Antes de la pandemia teníamos alrededor de 6 mil visitantes por día, el verano pasado tuvimos un promedio de 1800 visitantes por día, y trabajamos más los fines de semana de carnaval y semana santa, donde llegamos a 3 mil visitantes”, comenta Palma, y confiesa que las vacaciones de invierno va a ser un buen momento para comenzar a reactivar al sector: “Ya tenemos entradas compradas para la temporada de invierno, creemos que vamos a trabajar bien”.
Sin embargo, en CABA no tienen las mismas expectativas: “No tenemos ningún tipo de esperanza en las vacaciones de invierno. Cada vez hay más restricciones entre vuelos internos, cumplimiento de cuarentena y demás medidas”, se queja Tommarello. Además, explica que la mayoría de los guías de la Ciudad de Buenos Aires son contratados por agencias de viajes y no hay ninguna que los haya llamado para las vacaciones: “Tenemos esperanzas para los últimos meses del año, pero todo cambia cada día” resumen desde AGUITBA.
El Parque Nacional Perito Moreno abre sus puertas desde octubre hasta mayo, es decir que, durante las vacaciones de invierno, está cerrado. “Pretendemos para la próxima temporada –2021/2022- tener el parque totalmente abierto, incluido los refugios”, comenta Martínez, pero a la vez, coincide con Tommarello en que “ante la situación de emergencia sanitaria, todo puede cambiar”.
“Nosotros creemos que hay una cantidad de gente que pudo mantener sus empleos e incluso, se vieron beneficiados y pudieron ahorrar, entonces muchos van a querer invertir en viajes”, consideran desde la AGUITBA y esperan: “Ojalá sea así, por todos, por los que necesitamos trabajo y por la gente que tiene ganas de viajar”.
“Contamos con medidas excelentes para convivir con el covid-19”, subraya Elías y piensa que una parte importante es la “responsabilidad individual y social. Podes tener los mejores protocolos, pero si la persona no quiere cuidarse y no respetarlos, no hay mucho que podamos hacer, depende de cada uno”.
Nov 12, 2020 | Comunidad, Novedades
Uno de los sectores más golpeados desde el inicio de la pandemia y el que más interrogantes genera por las pocas precisiones que se conocen hasta el momento, es el del turismo.
Se pudieron establecer protocolos de cuidado y distanciamiento social para la reapertura, también hubo iniciativas claras por parte del gobierno nacional que favorecen al sector como el programa Previaje, el cual brindará un crédito por el 50% del total de los gastos realizados a quienes adquieran sus vacaciones para 2021 antes de fin de año, que podrán utilizar en otras compras dentro del sector durante todo el 2021.
Una de las discusiones que pudo poner en agenda la pandemia es el incentivo de un turismo sustentable: no sólo promover un consumo turístico que priorice la conservación ecológica y que utilice racionalmente los recursos naturales sino, también, y más aún con la crisis sanitaria, un turismo descentralizado que le de un fuerte impulso a los destinos satélites de las ciudades importantes, como lo son Mar del Plata, Córdoba, Rosario, Mendoza o Bariloche, entre otras.
Lo novedoso de este concepto es el eje que aporta la técnica territorial del programa de Turismo Sustentable de la provincia de Salta, Julieta Del Carpio, quien acompaña a tres comunidades guaraníes en el norte de la provincia, ubicadas a unos kilómetros de la ciudad de Tartagal. “Es una gestión colectiva en la cual deciden qué prácticas y rituales compartir y cuáles no con los visitantes”, define Del Carpio a lo que se conoce como turismo comunitario o sustentable.
Estos colectivos están integrados por grupos de familias criollas y guaraníes que aceptan viajeros en su sistema comunitario con el fin de enseñarles las actividades y costumbres locales. La idea es que el turista conozca formas de vida genuinas y auténticas acerca de la comunidad y se inserte en la dinámica propia de sus rituales religiosos y culturales. Las experiencias vitales que adquiere cualquier turista pueden ir desde la producción agropecuaria, la realización de talleres acerca del consumo de alimentos naturales y orgánicos, hasta el aprendizaje de la cultura guaraní a través del lenguaje. Estos grupos o sitios rurales comunitarios se conocen con el nombre de Yariguarenda, Campo blanco y Peña morada.
Los últimos meses lograron hacer frente a la crisis sanitaria volviendo y reencontrándose con sus antiguas raíces agropecuarias. Del Carpio cuenta que sus saberes acerca de la alimentación están fuertemente relacionados con su espiritualidad y que la gran destreza en la interpretación ambiental les ha permitido autogestionar su comunidad e independizarse completamente de la actividad turística. El colectivo de Yariguarenda , por ejemplo, logró triplicar sus ventas a través de un sistema de deliverys de frutas y verduras orgánicas que comercializan en los grandes centros urbanos de la provincia.
Esta política autosostenible fue clave para que el virus no ingrese a su territorio y así proteger fundamentalmente al “consejo de ancianos” local.
Otra forma de turismo comunitario, cooperativo o autogestivo es el reconocido camping El Montañés, una cooperativa de trabajadores ubicada en la localidad de Potrerillos sobre la Cordillera de los Andes y al sur de la provincia de Mendoza. Su situación frente a la pandemia es sumamente distinta ya que la actividad turística era casi su única fuente de sustento económico. Si bien el camping posee amplias hectáreas de espacios al aire libre para adecuarse a los protocolos necesarios para la apertura que proponen desde el Estado nacional, lo cierto es que a la fecha han recibido muy pocas reservas, lo que hace tambalear su continuidad. Los baños compartidos y el sistema de dormis fueron la gran limitante de este sector a la hora de enfrentar una pandemia de tal envergadura.
Lorena Romero, una de las trabajadoras de la cooperativa, cuenta que si antes de fin de año su situación económica no mejora probablemente el camping tenga que cerrar sus puertas y esto dejará a siete familias sin ningún tipo de ingreso económico.
Este dramático pronóstico no desalienta todas las estrategias que la cooperativa está llevando a cabo para revertir los efectos de la pandemia. Una de ellas es la diversificación del rubro, optaron por transformar su campamento en un gran restaurante y lugar de esparcimiento donde los visitantes tendrán que hacer su reserva con antelación. La propueesta incluye el servicio de gastronomía, una parrilla privada y canchas de vóley y fútbol. Romero cuenta que la cooperativa recibió una casi nula ayuda estatal frente a la crisis, sumado a que necesitaron realizar una gran inversión para poder transformar su camping en un rubro prácticamente gastronómico que cumpla con las reglamentaciones sanitarias para poder recibir gente.
Así y todo puede verse una luz al fondo del túnel: la amplia trayectoria de este grupo cooperativo y la buena recepción y confianza que construyeron entre sus clientes es una salida de la crisis más que plausible.
En el extremo opuesto del cooperativismo se encuentra RCT, Residencias Cooperativas de Turismo, un club vacacional de Chapadmalal que emplea a más de 100 trabajadores. Su ingreso principal son las cuotas mensuales que los socios pagan mensualmente para asegurarse una quincena fija de verano en el complejo hotelero. El establecimiento brinda todo tipo de servicios, tanto a sus socios como a aquel que quiera hacer una reserva esporádica. El beneficio económico que tiene RCT es que es un espacio enorme que se organiza mediante la reserva de tiempos compartidos, “departamentos que los socios reservan y tienen absolutamente todo”, describe Alicia Telechea, asistente de presidencia.
De todas formas, saben que hay espacios que no van a poder habilitar, como las piscinas climatizadas, el servicio de spa, el gimnasio o los comederos cerrados.
Telechea cree que el mayor obstáculo que les trae la pandemia es la ejecución de la actividad recreativa para niños y adultos, un servicio que suele ser una de las cualidades más buscadas por las familias a la hora de elegir RCT como destino de veraneo ya que los padres tienen la tranquilidad de que sus hijos se entretienen en un lugar seguro.
En cuanto a los protocolos proyectados de cara a esta temporada, Telechea afirma que van a poder abrir sus puertas pero para eso tuvieron que modificar la forma de reserva para que los ingresos y egresos no se centralicen en un mismo día, reorganizar la distribución de los puestos en su balneario privado y disponer los recursos necesario para la higiene del lugar y de los huéspedes.
A grandes rasgos, Telechea cuenta que su cooperativa no sufrió mayores pérdidas porque la gran mayoría de los socios decidieron mantener su cuota mensual. Temen que el efecto se sienta más en las reservas esporádicas que representan una importante fuente de ingreso para la cooperativa.
Estas tres realidades diversas nos muestran un mapa que pretende ser representativo de las experiencias en las cuales estuvieron insertos uno de los sectores más castigados por el virus global. Dentro del turismo los grupos autogestionados o comunitarios, fundamentalmente, tuvieron que reconfigurar y transformar sus formas de subsistencia.