El fin de una era en San Luis y la continuidad en Tucumán

El fin de una era en San Luis y la continuidad en Tucumán

La derrota del candidato de Alberto Rodríguez Saa termina con una dinastía que dominó la provincia puntana durante cuatro décadas. Mientras tanto, en el jardín de la república, Osvaldo Jaldo aseguró la continuidad del justicialismo. También hubo elecciones en Mendoza y Corrientes.

El candidato de Cambia San Luis, Claudio Javier Poggi, cosechó el 53,2% de los votos 

San Luis, Tucumán, Mendoza y Corrientes fueron a las urnas en elecciones que miraron atentamente el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, pensando en nacionalizar los resultados.

Con el 95% de las mesas escrutadas, el candidato de Cambia San Luis, Claudio Javier Poggi, cosechó el 53,2% de los votos, imponiéndose por sobre el candidato oficialista de Unión por San Luis, Jorge Omar “Gato” Fernández, quien obtuvo el 45,8%.

Gastón Hissa, candidato de Cambia San Luis, ganó las elecciones a intendente en la capital de la provincia con el 54,8% de los votos. Segundo quedó Sergio Tamayo, el actual intendente y candidato oficialista de Unión por San Luis sacó el 43,6%.

En San Luis se utiliza el sistema electoral de Ley de Lemas, como en Formosa, Misiones y Santa Cruz. En el caso de la provincia puntana, el gobernador, Alberto Rodríguez Saá, emitió el decreto 52 en febrero de este año, y de esta forma, aplicó este método conocido como doble voto simultáneo y acumulativo, además de derogar las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) en la provincia.

Desde el retorno a la democracia, sólo dos personas ganaron elecciones a gobernador en San Luis, además de los hermanos Rodríguez Saá: Claudio Javier Poggi y María Alicia Lemme. Poggi lo consiguió dos veces. En 2011, llegó a la gobernación bajo el ala e los hermanos que desde 1983 encarnaron el poder en esa provincia. Ahora, en 2023, vuelve, pero desde la vereda de en frente. Cuenta con el apoyo del precandidato a presidente, Horario Rodríguez Larreta, y con el senador nacional por el Frente de Todos, Adolfo Rodríguez Saá, peleado con su hermano Alberto, quien se quedó representando al peronismo.

Como señala Viviana Edith Reta, decana de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), “después de 40 años pierde el Partido Justicialista en San Luis. Para muchos puntanos, es el único gobierno que habían vivido, incluso durante el primer mandato de Poggi, porque aquella vez fue gobernador por el PJ. Con el apoyo de Juntos por el Cambio en la provincia y la coalición que se armó, logró un triunfo importante. No sabemos si esto va a cambiar mucho la dinámica de la provincia, pero sí es una ruptura importante en términos de los cambios que se pueden producir en la provincia. Más allá de que nos guste o no el candidato que ganó, es importante la renovación de nombres, parcial al menos. Es importante un cambio de figuras.”

Por su parte, Ramón Sanz Ferramola, Doctor en Filosofía, Posdoctor en Humanidades y Ciencias Sociales, y Profesor Titular Efectivo de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), asegura: “Si tuviéramos que caracterizar esos 40 años de ‘caudillismo de los hermanos Rodríguez Saá’, más allá de los discursos, muchas veces altisonantes, se caracterizaron por ser gobiernos de un peronismo de centro derecha donde la obra pública ocupó el rol central. Esa obra pública trajo como consecuencia el cambio de un perfil de la estructura de la provincia: casas sociales, hospitales, escuelas, rutas, que fueron muy importantes para la transformación de San Luis. Pero es importante remarcar que siempre se trató de un peronismo de centro-derecha.”

En tanto, Enrique Elorza, profesor integrante del Centro de Pensamiento Crítico Pedro Paz y director de la Especialización en estudios socioeconómicos latinoamericanos de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), afirma: “El tema a complejizar y pensar no es tanto en el orden provincial, sino en el orden nacional. Llegamos, después de 40 años de democracia, con una política profesionalizada de ambos sectores: del partido gobernante y la alternancia parlamentaria que tiene vocación de poder (lo que fue en su momento el radicalismo y lo que puede ser ahora el PRO y sus alianzas).”

El intelectual agrega: “Poco se habla de que hay una unificación de pensamiento. Tanto en el actual oficialismo, como en la oposición, hay como un acuerdo tácito en temas que verdaderamente complican a nuestro país. Ambos sectores no ven como un problema a la concentración económica (desigualdad, inflación), y en el caso de verlo, no lo enfrentan como tal.”

Por otro lado, añade otras similitudes entre ambos espacios: “Es visto como natural que el excedente de los sectores estratégicos del desarrollo de la economía (litio, comercio exterior) tenga que ser capturado por el sector privado y después, a partir del mercado, que se dé el equilibrio necesario. También con el tema de la deuda externa que en ambos sectores hay acuerdo en pagarla. Y en último lugar, el vínculo con el Fondo Monetario Internacional, que ambas coaliciones piensan que, si no hay acuerdo con el Fondo, viene el abismo. Creo que estos cuatro temas, más allá de quién gane, van a estar ausentes en las decisiones nacionales.”,

En Tucumán, en cambio, la oposición no logró vencer al Partido Justicialista. Con el 89% de las mesas escrutadas, el candidato del Frente de Todos, Osvaldo Francisco Jaldo, obtuvo el 56,3% de los votos, sacando amplia diferencia sobre el candidato de Juntos por el Cambio, Roberto Antonio Sánchez, quien sacó el 34,1%.

En San Miguel de Tucumán hubo polémica con el sistema de recuento de votos, ya que se quedó tildado y no avanzó más. Con la gobernación definida, la expectativa estaba en la disputa por la Capital, bastión de Germán Alfaro, de Juntos por el Cambio, que impulsa a su esposa, la senadora Beatriz Ávila, como su sucesora. El peronismo, que busca recuperar la Capital después de ocho años, se aferra al triunfo parcial de Rossana Chahla, que se impone por menos de un punto, con el 84, 6% de las mesas escrutadas. La definición será voto por voto.

En tanto, en Mendoza, con el 99% de las mesas escrutadas, Alfredo Cornejo ganó las elecciones PASO al superar con el 42,7% de los votos en la interna de Cambia Mendoza a Luis Petri, y se perfila como el favorito para ganar las elecciones generales. En segundo lugar quedó el postulante de la Unión Mendocina con el 20,3% de los votos, Omar de Marchi. Ambos se presentarán en las elecciones generales como candidatos a gobernador.

En Corrientes, también con el 99% de las mesas escrutadas, el radicalismo de Gustavo Valdés tuvo una victoria contundente en las elecciones legislativas, ya que sacó el 66% de los votos, por sobre el Frente de Todos, que consiguió el 27%.

Un domingo peronista

Un domingo peronista

Los oficialismos fueron reelectos en las elecciones para gobernador de La Pampa, Salta y Tierra del Fuego, donde el voto en blanco se convirtió en la segunda fuerza.

En La Pampa, con el 96% de las mesas escrutadas, el gobernador y candidato del Frente Justicialista Pampeano, Sergio Raúl Ziliotto, alcanzó el 47,6% de los votos, conservó el invicto de cuatro décadas del peronismo y logró su reelección, en una disputa ajustada con el diputado nacional y candidato de Juntos por el Cambio, Martín Berhongaray, quien sacó el 42,1%. En tanto, en Salta y Tierra del Fuego también triunfaron los oficialismos, cercanos al Frente de Todos.

“Tomamos este triunfo como una ratificación de la gestión. No estamos ajenos a todo lo que nos ha tocado vivir en estos tres años. Las consecuencias exógenas, la crisis nacional, mundial, afectaron. Pero, pese a todo, el peronismo seguirá gobernando La Pampa”, celebró Ziliotto, quien habló también de la unidad del oficialismo provincial. Y planteó: “En el peronismo tenemos que discutir qué queremos en Argentina. El primer elemento que tenemos que garantizar es la unidad. Reglas de juego para sostener la unidad, después los nombres propios”.

En la disputa también estuvieron los candidatos de Comunidad Organizada, Juan Carlos Tierno, que obtuvo el 6,8%; del Frente de Izquierda, Luciano González Cabiati, que sacó el 1,4% del Movimiento Federalista Pampeano, Héctor “Tito” Fazzini, que logró el 1,1%; y del Partido Desde el Pie, con Claudio Acosta que tuvo el 1%

En Santa Rosa, ciudad capital de La Pampa, el intendente y candidato del Frente Justicialista Pampeano, Luciano Di Nápoli, fue reelecto en el cargo con el 44,1% de los votos. Segundo quedó el candidato de Juntos por el Cambio, Francisco Torroba, quien obtuvo el 40,8%.

Sin embargo, como sostiene Juan Pablo Gavazza, periodista de El Diario de La Pampa y de Radio Kermés, “la oposición consolidó una base sólida en estas elecciones provinciales. Juntos por el Cambio, la UCR y sus aliados del PRO ganaron 11 municipios que estaban en manos del peronismo; y una tercera fuerza,  Comunidad Organizada, ganó otros tres municipios. Es decir, que en las elecciones de ayer el peronismo perdió 14 municipios. La oposición tuvo una gran elección, quizás hasta impensada. Ésta es la mejor elección que hayan hecho alguna vez desde el regreso de la democracia, es la ocasión en que más se acercó y más puntos sacó”.

“Es la segunda vez en La Pampa (la primera vez fue en la elección anterior, hace 4 años) que desdobla las elecciones locales de las nacionales. Fue una estrategia para despegarse de la mala imagen del gobierno de Alberto Fernández. Hicieron campaña despegándose del gobierno nacional, provincializaron la elección, plebiscitaron la gestión provincial, pero sin engancharse con las figuras nacionales”, sostuvo por su parte Gustavo Silvestre, docente de la Licenciatura en Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Pampa (UNLPam).

En Salta, Gustavo Sáenz, gobernador y candidato de la Alianza Gustavo Gobernador, seguirá al frente de la provincia norteña, al obtener el 47,5% de los votos, imponiéndose por amplia diferencia sobre el candidato de Juntos por el Cambio, Miguel Nanni Valero, quien obtuvo el 17,3%. Le siguen: Emiliano Rafal Estrada, del Frente Avancemos (16,2%); Walter Raúl Wayar, de Entre Todos (5,1%); Lía Verónica Caliva, de Salta para Todos (2,9%); Lucio Manuel Paz Martínez, del Frente Salta Avanza con Vos (2,7%); Claudio Ariel Del Pla, del Frente de Izquierda (2,2%); Violeta Gil, de Política Obrera (2%).

En Tierra del Fuego, en tanto, el gobernador, Gustavo Adrián Melella, obtuvo el 51,3% de los sufragios. Con un 21,5%, el segundo lugar lo ocupó el voto en blanco. De esta manera, los sobres vacíos fueron más que los votos de las principales figuras opositoras, como Héctor Antonio Stefani, de Propuesta Republicana, que sacó el 11,1% y  Laura Andrea Almirón, de Republicanos Unidos y aliada de Javier Milei a nivel nacional, que solo tuvo el 7,5%. Pablo Daniel Blanco, candidato radical de Juntos por el Cambio, logró el 5,6% y y Lucía Zulma Fernández, del Frente de Izquierda, el 3%. Además, hubo una baja en la participación respecto a las últimas elecciones: pasó del 73,8% al 71,6%.

En el caso de San Juan, la Corte Suprema de Justicia había suspendido los comicios para la elección a gobernador (como en Tucumán), por lo que únicamente se definieron los cargos de diputados departamentales, diputados por la proporcional, intendentes y concejales. Ganó el oficialismo en 14 departamentos, pero perdió en la capital donde ganó la intendencia la diputada nacional Susana Laciar, candidata de Juntos por el Cambio.

Fue terrorismo de Estado

Fue terrorismo de Estado

El Tribunal Oral Federal de Tucumán (TOF) dio a conocer, el viernes 15 de septiembre, el veredicto de la mega causa “Operativo Independencia”, abierta contra 17 represores acusados por delitos de lesa humanidad cometidos contra 271 víctimas, entre febrero de 1975 y marzo de 1976. En el histórico juicio que se llevó a cabo en esa provincia, declararon 455 testigos -entre sobrevivientes de Centros Clandestinos de Detención y familiares de víctimas- sobre los hechos ocurridos durante el gobierno de María Estela Martínez de Perón. El proceso que comenzó el 5 de mayo de 2016 finalizó, luego de que el Tribunal -integrado por los jueces Gabriel Casas, Carlos Jiménez Montilla y Juan Carlos Reynaga- leyera la sentencia que incluyó seis condenas a cadena perpetua, tres de prisión superiores a los diez años, una de apenas cuatro años y siete sorpresivas absoluciones. La sesión cerró con algunos fallos divididos y con la sensación de ausencia de justicia.

El pedido de los fiscales Pablo Camuña, Agustín Chit y Julia Vitar, que habían requerido la pena de prisión perpetua para diez de los imputados -Roberto Heriberto (El Tuerto) Albornoz, Luis Armando De Cándido, Ricardo Oscar Sánchez, Miguel Ángel Moreno, Jorge Omar Lazarte, Enrique José del Pino, Manuel Rubén Vila, Néstor Rubén Castelli, Jorge Gerónimo Capitán, y Omar Edgardo Parada- solo se dictaminó de manera parcial, ya que únicamente los seis primeros recibieron ese castigo. En cambio, tres de los cuatro restantes recibieron penas inferiores -Vila fue condenado a 10 años de cárcel, Castelli, a 18 años, y Capitán, a 16 años- mientras que Parada fue absuelto de todos los cargos pese a la gran cantidad de pruebas presentadas en su contra que adjudicaban su responsabilidad a decenas de casos de privación ilegítima de la libertad, torturas, vejaciones, delitos sexuales y homicidios, entre otros crímenes.  Por su parte, el ex militar Pedro López, por el cual la fiscalía había solicitado 13 años, finalmente recibió cuatro –pena que fue conmutada por considerarse ya cumplida-, sirviéndole como atenuante su servicio en la Guerra de Malvinas en 1982.  Por último, a pesar de los reclamos de las víctimas, los familiares de desaparecidos y de los organismos de los derechos humanos presentes en la audiencia, el tribunal dictó la absolución a José Ernesto Cuesta, Ramón César Jodar, Camilo Orce, José Luis del Valle Figueroa, Alberto Svendsen y José Roberto Abba.

En el histórico juicio declararon 455 testigos -entre sobrevivientes de Centros Clandestinos de Detención y familiares de víctimas-.

En diálogo con ANCCOM, Agustín Chit, fiscal de la causa, relató los hechos vividos durante el cierre del juicio. “De los 17 imputados, 10 fueron condenados, de los cuales sólo seis recibieron prisión perpetua. Y hubo siete absoluciones. Sobre los 10 primeros, se determinó que son culpables por crímenes de lesa humanidad, y por ende, se acreditó que hubo un plan sistemático de exterminio de personas opositoras. De este modo se tiró por tierra uno de los argumentos de la defensa, que decía que había habido una guerra durante el Operativo Independencia”, expuso Chit y, mostrando su disconformidad con el fallo del tribunal, agregó: “En relación con los imputados, advertimos una serie de inconsistencias en los veredictos. Porque algunas de las absoluciones fueron mencionadas con algunos criterios que a nosotros nos llaman la atención, porque no se condicen con las otras condenas que se dictaron. Entonces estamos expectantes para ver cómo el tribunal va a fundamentar la decisión de absolver a siete personas, no sólo por las pruebas que había en su contra y las penas que nosotros habíamos pedido -que eran muy elevadas- sino porque habiendo condenado a perpetua a otros imputados que quizás tuvieron el mismo rol o se desempeñaron en funciones similares, no entendemos por qué absolvió a unos y condenó a perpetua a otros”, desarrolló y advirtió: “Este va a ser un punto por el cual nosotros vamos a ir a Casación para impugnar este fallo. En el caso de las seis condenas a perpetua, no tenemos objeción acerca del fallo, porque eran las penas que nosotros habíamos pedido, pero algunos de los otros condenados obtuvieron penas inferiores a las que solicitamos. Este también va a ser un punto de impugnación en la Casación.”

Esteban Herrera es hijo de Abel Herrera, víctima del Operativo Independencia: “Es un fallo que deja un sabor muy amargo por la cantidad de absoluciones, sobre todo en casos muy emblemáticos, como el de Omar Edgardo Parada, que era el máximo responsable del Centro Clandestino de Detención Santa Lucía, cuya responsabilidad estaba suficientemente probada. Las absoluciones fueron tremendas porque, de alguna manera, están negando la condición de las víctimas de crímenes por los cuales no hay ningún condenado. Hay víctimas que han sido doblemente estigmatizadas, por las causas fraguadas en aquella época y ahora al negarles la condición de víctimas”, manifestó. Su madre, Georgina Simerman, fue secuestrada embarazada en 1977 y permanece desaparecida, Esteban busca a su hermano o hermana nacido en cautiverio. “Por otro lado hubo seis condenas a perpetua, en varios casos a represores que ya estaban condenados por otras causas, y algunas penas que superan los diez años. Mi padre -que militaba en el frente de propaganda del ERP- está entre las 271 víctimas y en el juicio declaré como testigo a partir de la reconstrucción que pude hacer acerca de la militancia de mi papá”, recordó y apuntó: “Por su caso hubo tres condenados. Se comprobó que fraguaron una persecución y dijeron que había sido abatido en un tiroteo. En realidad, lo secuestraron el 16 de septiembre (de 1975) en la vía pública y recién el 6 de octubre entregaron su cuerpo junto a los de otros cinco compañeros. Hicieron pasar sus ejecuciones por un enfrentamiento, a pesar de que eran evidentes los signos de tortura y los balazos a quemarropa con los cuales fueron ejecutados. Por el caso de ellos condenaron a perpetua a Albornoz, a Lazarte y a Del Pino por tormentos agravados y homicidio triplemente agravado.”

A pesar de los reclamos de las víctimas, los familiares de desaparecidos y de los organismos de los derechos humanos presentes en la audiencia, el tribunal dictó la absolución a siete de los imputados.

En la misma línea se expresó el militante de H.I.J.O.S Tucumán Iván Jeger, cuyo padre, el librero Maurice Jeger, fue secuestrado el 8 de julio de 1975 junto a su pareja Olga Cristina González, y permanece desaparecido. “Este fue el decimosegundo juicio por delitos de lesa humanidad en Tucumán, y es la primera vez que hay tantas absoluciones”, refirió Jeger. “De los que recibieron condenas a perpetua, la mayoría ya habían sido condenados, aunque también hubo algunos que recibieron perpetua por primera vez. Entre ellos está Enrique Del Pino, que estuvo implicado en la causa de mi papá. Pero también hubo muchos absueltos, como Camilo Orce, que integraba la patota del (ex comisario) Malevo Ferreyra en Tucumán. Fue bastante duro el fallo. Además, en esta causa se está juzgando un operativo que ocurrió durante un gobierno constitucional, con Isabel Perón en la presidencia. Hay muchos políticos responsables -entre ellos la misma Isabel Perón-, que no estuvieron en el banquillo de los acusados y que, si bien fueron propuestos como imputados, fueron separados por el tribunal”, reflexionó el hijo de Jeger, que como Esteban busca un hermano o hermana nacido en cautiverio. “Lo tremendo de las absoluciones es que la gente que testificó contra los imputados ahora está con justificado temor, porque los represores a los que acusaron quedaron libres. No queda la sensación de que se haya hecho justicia”, aseguró. Luego recordó que la pareja de su padre, Olga Cristina, estaba embarazada de cuatro meses al momento de su secuestro. Ella también continúa desaparecida e integra una lista de 15 mujeres embarazadas que fueron secuestradas en el Operativo y de cuyos destinos, al igual que el de sus hijos por nacer, jamás se supo nada.

“Para nosotros, como fiscales, este juicio fue un enorme desafío. Y sobre todo lo fue para las víctimas y los testigos, que apostaron nuevamente a la Justicia, luego de 42 años, para declarar y contar los horrores que vivieron. Se trata en su mayoría de personas de condición muy humilde, del interior de la provincia de Tucumán, que en muchos casos se acercaban por primera vez a un tribunal. Y creo que el tribunal no estuvo a la altura de sus circunstancias para mensurar y dimensionar las exposiciones de las víctimas”, expuso el fiscal Chit, describiendo la causa en estos términos: “Fue un juicio histórico por la cantidad de casos -por el momento, es el juicio más grande que hubo en Tucumán- y por la cantidad de imputados, muchos de los cuales fallecieron en el proceso y otros a quienes les garantizaron impunidad. Pero incluso con 17 imputados, fue un juicio de enorme relevancia para Tucumán, que de alguna manera intentó retratar una explicación, sin salirse del marco jurídico-penal, de lo que vivió la provincia desde la década del 60 en adelante”.

Una de las principales particularidades del denominado “Operativo Independencia” es que, a diferencia de muchos de los crímenes de lesa humanidad perpetrados durante la década del 70 por el terrorismo de Estado, este se dio en el marco de una democracia, meses antes del golpe de Estado que derrocaría al gobierno constitucional de Isabel de Perón e instauraría en Argentina la dictadura autodenominada “Proceso de Reorganización Nacional”. Se estima que del total de desapariciones forzadas cometidas en la provincia de Tucumán, en el periodo comprendido entre 1975 y 1983, cerca del 30 por ciento tuvieron lugar en este operativo llevado a cabo por las Fuerzas Armadas bajo las órdenes de Acdel Vilas y de Domingo Antonio Bussi. Historiadores, políticos y expertos en el tema describen al “Operativo Independencia” como un ensayo del sistema represivo clandestino y la antesala del plan sistemático de desaparición forzada de personas y de exterminio que más tarde se extendería a todo el país y sería implementado por la dictadura de la Junta Militar a escala nacional.

Historiadores, políticos y expertos en el tema describen al “Operativo Independencia” como un ensayo del sistema represivo clandestino.

Sobre este punto, el fiscal Chit manifestó: “Sabemos que en las sentencias que se dictaron en las otras once causas por delitos de lesa humanidad en Tucumán, desde el tribunal se afirmó que el terrorismo de Estado había funcionado en Tucumán antes del golpe de Estado de 1976. A partir de esos antecedentes, se entiende que el tribunal consideró que Tucumán fue un tubo de ensayo en relación a la sistematicidad de la aplicación del terrorismo para lo que posteriormente sería el terrorismo de Estado ampliado sobre todo el territorio nacional. Si el tribunal es consecuente con sus propios antecedentes, y habiendo calificado los hechos en las condenas como crímenes de lesa humanidad, no creemos que se pueda apartar de este criterio, de que el Operativo Independencia efectivamente fue la prueba de lo que sería luego el terrorismo de Estado a nivel nacional durante la dictadura.”

Ante el desconsuelo de las víctimas por las absoluciones, todavía queda pendiente la instancia de Casación, que tendrá lugar en noviembre tras la lectura de los fundamentos de los magistrados respecto a sus leves sentencias. Allí, la fiscalía y los querellantes apelarán las decisiones del tribunal e intentarán revertir los resultados con sabor a injusticia con los que concluyó la Megacausa.

“El próximo paso es leer los fundamentos, el 8 de noviembre, y luego vamos a hacer una presentación ante la Cámara de Casación Federal para que revise aquellos puntos que nosotros consideramos que fueron tratados incorrectamente y que creemos que han sido una equivocación por parte del tribunal”, declaró Chit, y agregó:También existe en el TOF otro juicio del Operativo Independencia con nuevos imputados por causas de lesa humanidad y que tendrá lugar el próximo año, con lo cual este juicio va a funcionar como un precedente. Por eso va a ser importante que la Casación revise con mucha celeridad estas sentencias”.

Por su parte, Jeger afirmó: “En noviembre van a leer los fundamentos de la sentencia y se va a hacer una apelación en Casación porque, tanto en las absoluciones como las condenas menores a las que se había pedido, uno de los jueces, Juan Carlos Reynaga, siempre votó en disidencia; por ejemplo en algunas absoluciones él había votado perpetua. Al ser un fallo dividido, nos habilita para apelar. Desde el punto de vista personal, teniendo en cuenta cómo está la situación del país y quienes nos gobiernan, yo no tengo muchas esperanzas de que se reviertan los fallos. Pero aun así vamos a utilizar todos los medios que están a nuestro alcance. Nosotros siempre sostenemos que estos tipos son juzgados por un tribunal pero son condenados por la sociedad.”

“Yo sigo repitiendo que, con el clima político que tenemos en la actualidad, no quiero que la familia de Santiago Maldonado tenga que esperar 40 años para obtener justicia. Durante la sentencia también pedimos por su aparición”, concluyó Herrera, haciendo referencia al reclamo que se hizo presente en la audiencia por la aparición con vida de Santiago Maldonado, que lleva 50 días desaparecido.

Actualizada 20/09/2017.