Jun 29, 2019 | Géneros, Novedades
“Con 39 muertes de personas trans en lo que va del año, no podemos tener orgullo», señaló Emilce, de Las Rojas.
“Recordamos el 28 de Stonewall no como una fiesta de colores, sino como la necesidad de visibilidad de las violencias sistemáticas ejercidas a nuestra comunidad, disidente al sexo o género impuestos por el sistema patriarcal. Medio siglo de llantos y lágrimas”, rememoró la Comisión Organizadora en la plaza del Congreso de la IV a Marcha Plurinacional contra los Travesticidios y Transfemicidios en la plaza del Congreso. La manifestación coincidió con el 50º aniversario de aquella revuelta en Nueva York y el día en que se conoció el lamentable veredicto judicial que condena a un año de prisión en suspenso a Mariana Gómez por haber besado en público a Rocío Girat.
En junio de 1969 el comisario Seymour Pine se propuso realizar una “cacería de gays” en la ciudad de Nueva York. Noche tras noche se protagonizaron redadas en el Stonewall: decomisaban alcohol, arrestaban a empleados y detenían principalmente a transexuales y travestis. El 28 de aquel mes, policías vestidos de civil ingresaron al bar, pero esta vez, los concurrentes decidieron defenderse y resistir, y se desató una terrible represión y la rememorada revuelta.
Desde entonces, lesbianas, gays, trans, travestis y bisexuales, se movilizaron como comunidad. El 28 de junio de 1970, en conmemoración del primer aniversario de la revuelta de Stonewall, en Nueva York, se llevó a cabo la primera marcha del orgullo, que se replicó en el resto del mundo.
A medio siglo, las calles porteñas se llenaron de tambores, banderas y carteles que pedían por las tantas vidas de las chicas trans en Argentina y en Latinoamérica que han sido asesinadas por odio a ser ellas. No fue una marcha de orgullo sino de reclamo a que se las deje vivir.
“Señor, señora, no sea indiferente. Se matan a travestis en la cara de la gente”, fue el principal cántico.
“Nosotras reivindicamos nuestra identidad travesti y trans a través de la lucha, la resistencia y la no opresión”, añadió Ivana Gutiérrez, candidata a concejala por la municipalidad de Morón, militante del movimiento Conurbanes por la diversidad y una de las coordinadoras de la Marcha.
Respecto de la importancia de la convocatoria plurinacional Ivana comentó a ANCCOM: “Es un reclamo colectivo porque las luchas individuales hablan de egoísmo, y la lucha colectiva habla de la unidad de los pueblos. Si bien existe la Ley de Identidad de Género (aprobada en 2012), no podemos acceder a la salud, a la educación o al trabajo formal, porque todavía hay una demonización de las identidades travestis y trans”, afirmó y sentenció: “Llamarnos plurinacional es un hecho político”.
“Con 39 muertes de personas trans en lo que llevamos del año, no podemos tener orgullo. El movimiento LGTB tiene una alianza profunda con el Movimiento de Mujeres, porque tiene que ver con que somos parte de un sistema de explotados y oprimidos”, declaró Emilce, militante de Las Rojas.
Otro de los que habló fue Say Sacayán, hermano de Diana Sacayán, asesinada el 11 de octubre de 2015, cuyo caso fue el primero calificado por el Poder Juficial con la figura de travesticidio. “No somos indiferentes a la matanza de travas y trans. Esta marcha nace hace cuatro años con la exigencia de justicia a nuestra referenta Amancay Diana Sacayán. Porque en las calles teníamos que expresar las situaciones de vulnerabilidad en las que se encuentra la población travesti y trans”.
Ivana Gutiérrez, candidata a concejala de Morón, militante del movimiento Conurbanes por la diversidad.
Sin embargo, el asesinato de Diana no fue el único que sentó precedente. “El caso de Marcela Chocobar al principio se llamó homicidio, después fue femicidio y finalmente se llegó a la figura de transfemicidio por crimen de odio”, sostiene Ivana Gutiérrez. “Para matarnos no les importa si somos abolicionistas, reglamentaristas, administrativas, prostitutas, empleadas públicas o almaceneras. Nos matan por nuestra identidad de género, por nuestra elección de vida.”
En este día lluvioso y de luto, también se hizo alusión al vaciamiento de políticas públicas que desde el 2015 eran destinadas a las personas en situación de prostitución, como el seguro de capacitación y empleo, el abandono de los consultorios inclusivos para los tratamientos hormonales y la falta de implementación de la Ley de Cupo Laboral Trans Diana Sacayán (2015).
“No puede ser que el promedio de vida de una chica trans sea de 35 años y que aquellas que lo superen sean consideradas sobrevivientes”, dice Iván, que asiste desde la primera Marcha. “Se las mata por su identidad, porque se las lee mujeres pero no legítimas; el sistema las quiere hombres, las quiere correctas”.
Así también “Hay un genocidio social; muertes que pueden ser evitables como las de aquellas personas que puedan recibir tratamientos para la mejor calidad de vida cuando tienen VIH, porque somos un blanco perfecto para la transmisión de esta enfermedad. La prostitución a veces nos conlleva a esa situación, no es algo que deseemos”, agregó Ivana Gutiérrez.
En el marco del caso de Mariana Gómez, la joven lesbiana que fue agredida por un policía el 2 de octubre de 2017 mientras besaba a su esposa en la estación de Constitución y que ayer fue declarada culpable con una condena por la jueza Marta Yungano por “resistencia a la autoridad y lesiones”. La candidata a concejala de la Municipalidad de Morón se refirió al caso: “Hoy la justicia nos demuestra que sigue siendo machista y heterosexista por condenar a una persona por besarse en la vía pública.”
Mariana Gomez, junto a su pareja Rocío Girat, luego de la sentencia del Tribunal Oral Criminal N°26.
En relación al fallo, Paloma e Iliana, dos participantes de la marcha, compartieron su perspectiva: “Es muy flashero ver que todavía existe gente tan transfóbica y lesbofóbica, con la mentalidad tan cerrada”.
Mariana Gómez acompañada de su esposa, se pronunció en la Plaza del Congreso ante los presentes: “Sabemos que estamos en un estado que nos quiere adoctrinar; no lo vamos a permitir, estamos todes juntes. Ni al closet ni al calabozo volveremos».
La consigna de la marcha fue común: “Señor, señora, no sea indiferente. Se matan a travestis en la cara de la gente”. Pero la convocatoria tuvo también una contramarcha, que partió de la premisa abolicionista, que postula eliminar la prostitución como forma de trabajo.
Flor de Conchita, un chico cisgénero que asistió al evento, les respondió. “Nuestro trabajo es autónomo, es nuestra decisión y se diferencia de las redes de trata. Nos dignifica como cualquier trabajo”.
Sin embargo, luego de tantos testimonios, los más impactantes continuaron siendo los de las protagonistas de la Marcha. “Es una revolución para derrocar al patriarcado que nos maltrata y nos mata. Nuestros corazones no deben dejar de latir porque ellos no se sienten cómodos. He vivido discriminación y violencia verbal, además de miradas y risas, mucho más hirientes que cualquier otro tipo de violencia. Todo por una cuestión de no pertenecer a lo que está establecido”, aclaró Vic Decker.
May 16, 2019 | Comunidad, Géneros, Novedades, slider
Las mujeres trans son las más afectadas por la violencia.
El Observatorio Nacional de Crímenes de Odio hacia Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans -creado por la Defensoría LGBT, la Federación Argentina LGBT (FALGBT) y la Defensoría del Pueblo de la Nación- publicó su informe anual 2018 sobre crímenes de odio hacia la disidencia sexual. El relevamiento muestra que las mujeres trans son las más afectadas, con 59 muertes. Sin embargo, el informe advierte que los datos recolectados muestran números muy por debajo de los reales dado que existe un subregistro al que no se accedió porque muchos casos no son denunciados o, en otros tantos, no se registra a la persona asesinada como trans porque no se respeta su identidad de género. Por otro lado, un registro que llevan adelante organizaciones sociales como Mujeres Trans Argentina junto a personalidades como la religiosa católica Mónica Astorga Cremona, de Neuquén, contabilizó 79 muertes de mujeres travestis y trans, también para el año pasado. Además, en lo que va de 2019, treinta son los fallecimientos: una muerte cada 96 horas. Las defunciones registradas fueron por causa de asesinatos, suicidios y travesticidios o transfemicidios sociales, siendo estos últimos los más numerosos.
“Nosotras comenzamos a seguir y a tener un registro de los transfemicidios y los travesticidios sociales. Estos son las muertes de nuestras compañeras que no terminan con un expediente o un rótulo dentro de la Justicia pero que sí dan cuenta de que vivieron en condiciones de extrema vulnerabilidad en donde el Estado no garantizó el acceso a los derechos”, explica a ANCCOM Pía Ceballos, militante trans, referente de la Multisectorial de Mujeres y parte del directorio del Observatorio de Violencia contra las Mujeres de Salta. En relación al tema, Alba Rueda, referente trans y presidenta de Mujeres Trans Argentina detalla: “El travesticidio/transfemicidio social es una cadena de violencias que se inscribe dentro de un sistema opresivo. Tiene como último eslabón la muerte de las personas trans.” La discriminación hacia las mujeres travestis y trans es iniciada desde temprana edad y es una constante a lo largo de sus vidas. La cadena comienza con la exclusión familiar, seguida del acoso escolar, el consecuente abandono de los estudios, la no inclusión laboral y el maltrato en las calles, hospitales y demás instituciones, generando un promedio de esperanza de vida de entre 35 y 40 años.
Por otro lado, los asesinatos perpetrados hacia mujeres travestis y trans presentan la especificidad de ser efectuados con especial violencia. Al respecto, el Informe destaca que se realizan con saña, odio y de manera más brutal. A su vez, estas muertes no son aisladas: se encuentran dirigidas también hacia otras personas. En este sentido, Rueda explica: “El perpetrador no sólo violenta un cuerpo trans. Estos crímenes implican un mensaje social a toda la comunidad trans.”
“El perpetrador no sólo violenta un cuerpo trans. Estos crímenes implican un mensaje social a toda la comunidad trans”, señala Rueda.
El ataque a Mirna Antonella Di Marzo, ocurrido el 21 de octubre de 2018, que terminó en su muerte tras tres meses en coma, es un caso, entre otros, que reúne los elementos que caracterizan al transfemicidio o al travesticidio. La hermana de la víctima, Janet Di Marzo, cuenta que Mirna tuvo que abandonar sus estudios luego de haber cursado medio año en el secundario. “Se cansó de la discriminación. Además, las autoridades no hacían nada”, relata a esta agencia. También recibió maltrato en hospitales. Al respecto, Janet mencionó que su hermana tuvo complicaciones luego de operarse y que en los hospitales no la querían atender. El acoso se hizo extensivo a diferentes espacios públicos por lo que cuando salía mayormente iba acompañada de algún familiar. Con respecto a la vida laboral de su hermana, Janet aclara: “No tuvo nunca un trabajo. Llegó a la prostitución, a lo que llegan todas. El año pasado empezó de nuevo el estudio porque se había cansado. Tenía promedio 10. Se enojó conmigo porque yo dejé de estudiar.” El presunto asesino, José Gustavo Gareca, se encuentra detenido con prisión preventiva, y está imputado de haber atacado a golpes a Mirna a la salida de un boliche, provocándole las lesiones que terminaron en la muerte de ella.
Para el tratamiento de estos casos, el juicio por el travesticidio de Amancay Diana Sacayán cobra una importancia sin precedentes. Con una sentencia única en Argentina, su asesinato, cometido en 2015, fue calificado como travesticidio, siendo reconocido, de esta manera, como un crimen de odio hacia su identidad de género. Al respecto, la abogada feminista y militante lesbiana Luciana Sánchez explicó la importancia del uso de los términos: “Diana había trabajado sobre la necesidad de considerar los travesticidios y transfemicidios como crímenes con una etiología particular, con algunos puntos en común con los femicidios pero también con sus diferencias. En particular, su epidemiología es diferente: la incidencia del travesticidio en la población trans supera ampliamente la incidencia del femicidio en la población de mujeres cis y trans. Por eso es importante el travesticidio como un fenómeno a ser estudiado de manera particular y no como un femicidio más.”
Sin embargo, los obstáculos legales y administrativos siguen efectuándose de manera constante contra los derechos de las personas travestis y trans. “Hablar de crímenes de odio por discriminación hacia el género en la Justicia es todavía un tema pendiente, sobre todo ante la falta de formación técnica de actores con incidencia en estos procesos. Es evidente que los agentes estatales no tienen incorporado el enfoque de derechos humanos con perspectiva en diversidad de género”, señala José Lazarte, abogado de la familia Di Marzo.
Al respecto, María Rachid, secretaria general de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans, comenta: “El proyecto para una nueva Ley Antidiscriminatoria Nacional fue presentado ya hace más de diez años y representado muchas veces por parte de la Federación Argentina LGBT y otras organizaciones de la sociedad civil. De hecho tuvo varios dictámenes favorables. El último fue de la Comisión de Derechos Humanos y la Comisión de Legislación General que tuvo un dictamen de mayoría importante, casi unánime. Sin embargo, nunca llegó al recinto y creo que tiene que ver con la poca prioridad que el oficialismo le da actualmente a leyes como esta.”
En este sentido, el 10 de diciembre de 2018, la Federación presentó un proyecto de reforma al artículo 2° de la Ley Nacional de Actos Discriminatorios Penales (N° 23.592) para incluir como agravante de un delito cuando éste es cometido por odio a la orientación sexual, género, identidad de género o su expresión. A su vez, desde 2013 se presenta cada año el proyecto de Ley contra el Acoso Escolar y varias organizaciones exigen la reglamentación inmediata de la Ley de Cupo Laboral Travesti-Trans, entre otras iniciativas. Además, en muchas provincias existen aún códigos de faltas y contravenciones con figuras como “la moral y las buenas costumbres”, “el decoro” y “la decencia” que frecuentemente son utilizadas para violentar y discriminar a la comunidad travesti-trans. Por caso, desde el Observatorio de Violencia contra las Mujeres de Salta se busca presentar un proyecto de ley para derogar el artículo 114 del Código Contravencional de la provincia. Mientras tanto, referentes de la lucha por los derechos travesti-trans y familiares de las víctimas esperan que se haga justicia por los travesticidios y transfemicidios acaecidos hasta el momento, que se efectivicen políticas públicas y se modifiquen las leyes necesarias para la inclusión de la comunidad y la defensa de sus derechos.