«Vamos a salir adelante»

«Vamos a salir adelante»

Los trabajadores de La Nueva Avan, la fábrica de autopartes recuperada por sus trabajadores, no se amilanan por los anuncios de Milei. «Pasamos el gobierno de Macri y la pandemia con perseverancia», dicen.

Maximiliano Ponce de León, socio de la cooperativa.

La Nueva Avan es una empresa nacional autopartista con una característica distintiva: fue recuperada por sus propios trabajadores en momentos de crisis. Es productora de barras, rótulas y extremos de dirección para los trenes delanteros de los vehículos, y se encuentra ubicada en la localidad de Villa Rosa, zona norte de la provincia de Buenos Aires. Comercializa sus productos con importantes marcas de la industria automotriz como Ford, Peugeot, Chevrolet, Toyota, entre otras, y hacia diferentes provincias a lo largo y ancho del país.

Corría 2009 cuando los empleados de la planta comenzaron a notar maniobras de vaciamiento en la empresa por parte de los anteriores propietarios. Jorge Cabello, antiguo trabajador autopartista de Avan, hoy presidente de la cooperativa, comenta: “Ingresaba la materia prima, producíamos y cumplíamos con las entregas, pero a nosotros no nos pagaban, no nos hacían los aportes jubilatorios, nos debían aguinaldo, vacaciones y casi todos los días venían los proveedores a reclamar porque nadie les había pagado. Se notaba que se estaba vaciando la fábrica”.

Jorge Cabello, presidente de la cooperativa.

Ante el repentino aviso del cierre de la planta, el personal decidió tomar el lugar para emprender un periodo de ocho meses de lucha y defender así sus puestos de trabajo. El pedido de desalojo por parte de los propietarios implicó que los trabajadores se vieran imposibilitados a moverse del predio. Inmediatamente se realizaron colectas impulsadas por el municipio de Pilar para juntar alimentos y abastecer a los empleados. Esta comida era racionada por los propios trabajadores y reenviada a sus casas para proveer a sus familias, que se encontraban privadas de su principal fuente de ingresos debido a las faltas de pago.

En el transcurso de esos ocho meses de tensión y negociación, se trató de recuperar la empresa mediante un proyecto enviado al Congreso, que en última instancia fracasó por la negativa del entonces gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli. Agotadas las instancias legislativas las partes lograron llegar a un acuerdo. “Finalmente los abogados de los propietarios del predio y los trabajadores acordaron que los dueños se hicieran cargo de los gastos de mudanza de la maquinaria hacia la nueva locación de la fábrica, y también lograron negociar una suma de dinero extra para que la empresa pudiera comenzar a producir”, explica Maximiliano Ponce de León, socio de la cooperativa.

Ya en manos de los trabajadores, se decidió formar una cooperativa para administrar la fábrica. Actualmente cuenta con treinta socios, de los cuales ocho pertenecen a aquella camada que decidió dar la lucha necesaria para recuperar la empresa. Desde entonces, La Nueva Avan no para de crecer. Con el correr de los años han logrado incorporar maquinaria de última generación que le permite a la fábrica generar más puestos de trabajo, cumplir con la demanda de los clientes y mejorar la calidad del producto para mantenerse competitivos en el mercado.

“La idea es que la fábrica sea no solamente un lugar de trabajo, sino también un lugar socialmente comprometido con el progreso. Nosotros teníamos un socio que se nos fue hace poco, era un chico que venía de Venezuela, que no tenía conocimientos de nada relacionado al rubro, pero en un año aprendió a manejar torno, se especializó en programar y hoy está trabajando en una fábrica del parque industrial en donde tiene un sueldo acorde a sus capacidades. Eso para nosotros es un logro y un orgullo. Era un chico que potencialmente no tenía salida laboral, y al día de hoy logró una especialidad en tornería, que es una formación que se está perdiendo y nosotros buscamos fomentar”, agrega Maximiliano.

Durante los primeros cuatro años la cooperativa se orientó en la reorganización de la fábrica y en volver a generar confianza entre los clientes que dudarán respecto a la calidad de los productos. Hoy, gracias al esfuerzo y empeño que le ponen cada uno de sus integrantes, La Nueva Avan se posiciona como una empresa con gran potencial y comprometida en recuperar sectores del mercado que se perdieron durante la transición.

Actualmente se dedica a vender a casas de repuesto, pero con la ayuda del INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial) la cooperativa busca ordenar la producción y cumplir las normas y requisitos necesarios para volver a colocar sus productos en las líneas de producción de importantes marcas como Fiat, Volkswagen, etc. La estrategia se está desarrollando a través de un proyecto basado en un programa para fortalecer cooperativas a través de capacitaciones sobre gestión, administración y documentación de la producción.

Considerando la importancia que tuvo y tiene la presencia de los diferentes organismos e instituciones estatales en estos casos, los socios de la cooperativa opinan sobre qué expectativas tienen sobre la gestión del nuevo gobierno encabezado por Javier Milei. “A mí me tocó ser presidente durante la gestión de Mauricio Macri y la piloteamos. Después ya con Fernández nos tocó transitar la pandemia y también pudimos sortear los diferentes obstáculos. Yo creo que esa perseverancia, esa voluntad de salir adelante, de trabajar y de no bajar los brazos nos encuentra hoy como fábrica comprando otra máquina para aumentar la producción”, dice Cabello.

“Es muy reciente todo, hay algunas cuestiones que nos alarman, como la del dólar, porque los precios están dolarizados, y entendemos que algunas políticas de las que se está hablando nos pueden perjudicar bastante, pero yo creo que lo peor es la incertidumbre. Hay que esperar una semana o dos y ver cómo va evolucionando todo esto y sobre la marcha decidiremos qué camino vamos a tomar”, agrega.

 

“No somos pesimistas. Creemos que poniendo el lomo se puede salir adelante. Es obvio que si mañana liberan la economía no vamos a poder competir contra los repuestos chinos de buena calidad. Hoy en día circula en el mercado interno el ‘chino malo’ y la gente ya sabe que esos repuestos duran poco tiempo. Nosotros hemos logrado generar mucha confianza porque hacemos productos de calidad, y eso funciona como una especie de garantía en algo tan delicado como es el tren delantero de un vehículo”, dice, por su parte, Ponce de León.

“Nosotros a cada socio nuevo que entra a trabajar acá le explicamos que en La Nueva Avan cuidamos la vida de las familias. Si nuestras rótulas se rompen en velocidad, se puede matar una familia entera, entonces nuestras normas de calidad son muy rigurosas. La gente sabe que compra calidad y nos elige por su seguridad. Entonces frente a un repuesto malo nos vamos a superponer y la vamos a sacar adelante como sea, pero si se libera la economía a lo loco y entran otros competidores se puede complicar”,  reconoce.

Los trabajadores se pusieron en guardia

Los trabajadores se pusieron en guardia

La CGT y las CTA se movilizaron junto a los movimientos sociales a Plaza Lavalle para acompañar la presentación judicial que pide la inconstitucionalidad del mega DNU elaborado por el presidente Javier Milei que amenaza derechos laborales como la indemnización o la huelga, además de avanzar sobre las obras sociales, fomentar la tercerización y eliminar las multas a las empresas por el trabajo no registrado. A pesar que se propuso como una marcha simbólica, resultó masiva. Al final, la Policía de la Ciudad reprimió a los últimos en desconcentrarse para intentar dar una muestra de autoridad.

— Unidad de los trabajadores y al que no le gusta, se jode, se jode

Desde el andén de la estación Tribunales del subte D, el canto de los manifestantes concentrados algunos metros más arriba, sobre Plaza Lavalle, tapa la voz de la centena de pasajeros que se dirige hacia las escaleras. Por momentos parece una manga de una cancha de fútbol: mientras los transeúntes vuelven a la superficie, los cantos ensordecedores se mezclan con las bombas de estruendo que imprimen en el aire el olor a pólvora, que al cabo de unos pasos se combina con el de los chorizos asados en la esquina de Lavalle y Libertad.

La marcha convocada por la Confederación General del Trabajo en contra del Decreto de Necesidad y Urgencia emitido por el presidente Javier Milei reúne a numerosos colectivos y sindicatos. Las banderas se levantan por toda la plaza y forman una paleta de colores que rompe con la formalidad cotidiana de uno de los bastiones del Poder Judicial. 

— Estoy preocupada por las modificaciones a todo lo que tiene que ver con los derechos laborales — declara la periodista María Julia Mastromarino, a metros de la columna del Sindicato de Prensa de Buenos Aires — Hay acá muchos compañeros de Télam y de la TV Pública. Que su trabajo sea puesto en riesgo a fin de año es algo muy difícil. 

Cuando llegan las 12, caminar por la zona es prácticamente imposible. Los cuerpos avanzan juntos, hombro con hombro, bajo la atenta mirada de los efectivos de la Policía de la Ciudad que se paran en las esquinas con sus pecheras celestes. 

Quienes intentan escapar del sol, ocupan cada centímetro de sombra  disponible. Algunos se esconden bajo la sombra de arbustos y árboles, otros tantos ocupan la vereda trasera del Teatro Colón.

Un hombre se cuelga del farol ubicado en Libertad y Talcahuano, mientras despliega una bandera gigante de Argentina, tal como lo hicieron los libertarios durante la asunción del presidente. Los colores celeste y blanco aparecen como recuerdo de que la patria también es de aquellos que se resisten a no pertenecer hundidos en su subsuelo. 

 A una cuadra de la manifestación, sobre 9 de Julio, un grupo de personas hace fila para ingresar al Tango Porteño. Miran con extrañeza los rostros que circulan por el centro de Buenos Aires, casi como si hubiera un error en la matrix. Luego se dan vuelta para intentar ocultar sus caras de fastidio por la escena. Le dan sus espaldas a la manifestación, literalmente. 

Sobre Lavalle, el ex Ministro de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni, observa cómo avanza el Sindicato de Conductores Navales, con unos ojos achinados que intentan vencer el embate de los rayos del sol. 

— En Argentina ha habido gobiernos peronistas, radicales, conservadores, fraudulentos, pero ningún Ejecutivo, salvo el De Facto, cometió una violación de la Constitución de tamaña gravedad como éste — denuncia — La Corte tiene que pronunciarse y veremos ahí quién defiende la Constitución y quien se caga en la Constitución. 

 Al igual que en la manifestación del 20 de octubre, Gendarmería llega tarde al evento. Sus cascos verdes atraviesan las múltiples hileras de cuerpos que se mueven bajo la sombra de la plaza de Tribunales. Al llegar a la puerta de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, se detienen y arman un doble cordón. Es curioso cómo llegan para intentar controlar, una vez que la manifestación está en su auge, casi como si el interés estuviera puesto en ser vistos antes que en mantener la seguridad de la zona.  

Cuando faltan veinte minutos para las 13, la protesta empieza a desconcentrarse. Los miles de manifestantes se alejan en dirección a 9 de Julio, mientras con sus cantos exclaman que la patria no se vende, que los trabajadores siguen unidos y que “este pueblo no cambia de idea, lleva las banderas de Evita y Perón”.

No lo saben, pero gritan sus proclamas en la puerta de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial. A centímetros de donde el poder económico legitima su modelo de acumulación, los representantes de los trabajadores afirman que en la patria de los obreros no hay lugar para el avasallamiento de los derechos conquistados. 

«La lucha por los derechos laborales continúa» | Estuve ahí

«La lucha por los derechos laborales continúa» | Estuve ahí

El abogado laboralista y exdiputado peronista Héctor Recalde recorre la legislación laboral desde la dictadura a hoy. El sindicalismo combativo, los gremios dialoguistas y los empresarios que sobornan. ¿Qué derechos aún no se recuperaron?

40 AÑOS – COMUNICACIÓN Y DEMOCRACIA (1983 – 2023)

ANCCOM –junto a la Carrera de Ciencias de la Comunicación y a la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA- lanza Estuve ahí, un ciclo de entrevistas audiovisuales a los protagonistas de estos 40 años de democracia que celebra la Argentina.

La serie recorre los temas más trascendentes que tejieron la trama social desde 1983: los derechos humanos, la vida política, el mundo del trabajo, la economía, la deuda externa, la vivienda, los pueblos originarios, el campesinado, las luchas de género y diversidades, el ambientalismo, la cultura y el mundo de la comunicación, entre muchos otros.

Cada conversación constituye un verdadero diálogo intergeneracional entre los jóvenes periodistas de la agencia y aquellos que escribieron la historia.

Estrenamos todos los lunes! La primera, que estará disponible el próximo 28 de agosto, será a Estela Barnes de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

Entre los entrevistados se pueden mencionar a Adolfo Pérez Esquivel, Estela Carlotto, León Arslanián, Héctor Recalde, Federico Pinedo, Gustavo Grobocopatel, Mercedes Marcó del Pont, Daniel Arroyo, Dora Barrancos, Myriam Bregman, Juliana Di Tullio, Ana Castellani, Noemí Brenta, Luis Felipe Noé, Daniel Divinsky, Eduardo Longoni, Moira Millán, el padre Pepe Di Paola, Flavio Rapisardi, Emilce Moler, Manuel Goncalvez, Gervasio Muñoz, Enrique Viale y Damián Loreti, por mencionar solo algunos.

Créditos

ANCCOM
Equipo Audiovisual: Eduardo Morales ? – Jairo García – Noelia Pirsic
Producción Periodística: Diego Rosemberg, Sebastián Comellini, Clarisa Veiga, Ángel Berlanga, Cecilia Chervabaz, Esteban Magnani, Guillermo Wulff, Alejandro Cánepa, Horacio Cecchi, Adriana Meyer, Federico Corbiere.
Producción Fotográfica: Victoria Gesualdi y Leandro Teysseire.
Redes y Contenidos Digitales: Julio Alonso, Estefanía Hernández e Ian Werbin.
CEPIA
Florencia Mendes, Javier Ildarraz, Gustavo Intrieri, Nadia Rebrij, Florencia Canosa, Juan Lescano, Jorge Pinola.
Autoridades CCOM
Larisa Kevjal – Directora
Dolores Guichandut – Secretaria Académica | Sebastián Ackerman – Coordinador Técnico | Yamila Campo – Coordinadora Centro de Prácticas
Equipo de trabajo
Lucía Thierbach, Grisel Schang, Paula Morel, Emilia Silva y Sebastián Comellini
Suspendieron el remate de Cerámica Neuquén

Suspendieron el remate de Cerámica Neuquén

Tras un principio de acuerdo entre los trabajadores que autogestionan la fábrica y los antiguos dueños, el Poder Judicial detuvo la subasta. Hay 120 días para formalizar el convenio.

El miércoles 11 de octubre, el juez Hugo Daniel Ferreyra le puso fin, al menos por 120 días, a la posibilidad del remate de Cerámica Neuquén, que estaba estipulado para el 27 de este mes. La resolución del fallo a favor de la fábrica recuperada por sus trabajadores tiene lugar gracias al acuerdo que los obreros ceramistas establecieron con la antigua patronal: la parte productiva pasará a ser de la cooperativa mientras que los terrenos ociosos serán vendidos y, con ese dinero, se podrán pagar las indemnizaciones de los extrabajadores. El magistrado dio el visto bueno a la propuesta y suspendió la subasta para avanzar en la solución conveniada.

Los obreros de Cerámica Neuquén lanzaron un comunicado en el que califican la suspensión del remate como un “importante paso adelante” pero dejaron claro que “todavía resta llegar a una solución de fondo que permita que la fábrica quede en manos de la gestión obrera de la Cooperativa Confluencia” y que “hay que avanzar con el Ministerio de Economía de Nación para que libere la hipoteca sobre el terreno, para acordar una subdivisión de los terrenos entre todos los actores.” También, afirma Andrés Blanco, obrero ceramista de la planta recuperada Zanon (hoy Fa.Sin.Pat.) y diputado provincial por el Frente de Izquierda, que “el próximo paso es que se cumpla el acuerdo, o sea, que se subdivida el terreno y que los ex trabajadores que reclamaron su indemnización puedan cobrarla con un lote.”

La primera conquista en esta problemática que atraviesa Cerámica Neuquén fue el restablecimiento del servicio eléctrico debido al acuerdo con la central eléctrica Calf. El corte se extendió por dos semanas e impidió a la empresa producir, de manera que repercutió en sus ingresos y significó importantes daños en las máquinas por el parate sin planificación de las líneas. Luego de conseguir ese objetivo, los integrantes de la ceramista autogestionada realizaron una movilización de siete kilómetros desde el Parque Industrial hasta el Juzgado Laboral N° 1 de la ciudad de Neuquén y lograron que el juez abriera una audiencia con todas las partes involucradas para que expliquen la situación y se pueda llegar a una resolución.

Para los ceramistas, la suspensión del remate da cuenta de la importancia de la movilización: lograron defender 80 puestos de trabajo.

 

La reducción de la jornada laboral ya se debate en la Argentina

La reducción de la jornada laboral ya se debate en la Argentina

Varios países en el mundo redujeron su jornada laboral. Ahora llegó el turno de discutirlo en Argentina. Diferentes proyectos ingresaron al Congreso. Las posturas del oficialismo, Juntos por el Cambio y la izquierda.

La Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados comenzó a debatir la reducción de la jornada laboral. La regulación actual es de hace cien años y establece, para la mayoría de los empleos, una jornada de 8 horas diarias y 48 semanales. Más de 50 países tienen jornadas inferiores a la Argentina. De hecho, en 1935, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a través del Convenio 47, fijó en 40 horas semanales el máximo sugerido para sus Estados parte.

El diputado Daniel Arroyo (FdT), integrante de la comisión, en diálogo con ANCCOM, afirma que la semana de 48 horas que tiene Argentina es de las más altas en América Latina y en el mundo y que, si bien en un principio fue un esquema avanzando, ahora ya quedó “desfasado”. “La reducción de la jornada laboral es un avance hacia el siglo XXI, a nuevas formas de humanidad, de vínculos de la sociedad y de calidad de vida”, subraya.

Tanto el oficialismo como la izquierda presentaron proyectos en Diputados, algunos buscan reducir la jornada laboral a 40 horas y otros a 36 ó 30. “Mi impresión es que se va a terminar aprobando un esquema que vaya paulatinamente hacia las 40 horas y que le de posibilidad de adaptación y flexibilidad a cada sector productivo y ámbito de trabajo, porque no todos son iguales”, señala Arroyo.

El exministro de Desarrollo Social asegura que reducir la jornada de trabajo no afecta la productividad en la medida en que “se trabaje seriamente”. “El mundo laboral después de la pandemia cambió mucho y el modelo tradicional que era 8 horas de trabajo, 8 de sueño y 8 de ocio se ha modificado por completo aún con altos niveles de productividad. Está claro que reducir las horas de trabajo aumenta los niveles productivos sin necesidad de bajar los salarios”, agrega.

Además, advierte que, tal como lo pueden plantear sectores de la izquierda, reducir la jornada laboral no va a terminar con los problemas de la informalidad, porque trabajar menos horas no va a implicar que trabaje más gente. “Para solucionar el 40 por ciento de informalidad se necesita otro tipo de política como un ingreso universal ciudadano”.

Arroyo adelantó que los diputados del FdT que integran la comisión se metieron mucho en el tema y van a votar a favor. También cree que si se trabaja ordenadamente el proyecto, se escuchan distintas posturas y, sobre todo, si se hace paulatinamente, también va a tener un caudal de votos importante de diputados de la oposición.

Daniel Arroyo impulsa el proyecto desde el Frente  de Todos.

Por su parte, Martín Tetaz, diputado de Juntos por el Cambio, miembro de la comisión, sostiene que “la reducción de la jornada laboral es un punto de llegada deseable, pero nunca puede ser un punto de partida. Es la consecuencia natural del avance de la productividad –opina. El mundo trabaja cada vez menos y gana cada vez más. Hace más de 100 años las jornadas laborales sumaban 3500 horas anuales y ahora tan solo 1500 o 2000, dependiendo del país”.

“Si trabajás menos horas va a aumentar la productividad por hora, en cada hora trabajada rendís más porque estás más descansado, pero en total vas a tener menos productividad. No vas a llegar a producir todo lo que permite pagar tu sueldo y, por ende, sería imposible mantener los salarios”, asegura Tetaz.

El economista asegura que si bien hay países donde se está trabajando menos horas, han logrado producir más bienes y servicios. Según Tetaz, en Argentina sería inaplicable reducir la jornada obligatoriamente, ya que tal vez solo el sector industrial que abarca el 20 por ciento del empleo pueda trabajar menos de manera más intensiva y mantener la producción y los salarios. En este sentido, remarca que, al mismo tiempo, hay un razonamiento de los que pretenden reducir la jornada que ignora que el mercado de trabajo es muy heterogéneo y existen empleos donde se necesita una capacitación específica y que por esto no solucionaría la informalidad.

Sin embargo, dice que “es una buena idea crear condiciones e incentivos para que las empresas exploren, de común acuerdo con sus trabajadores, alternativas a la jornada laboral tradicional”.

Para Tetaz, reducir la jornada es una experiencia que se puede estudiar en algunas ocupaciones pero siempre de manera voluntaria y con un acuerdo entre partes a nivel de la paritaria de cada convenio colectivo. No puede ser impuesto por una ley, sostiene, porque a las PyMEs, por ejemplo, les generaría una complicación, ya que no tienen margen para que dos de los tres trabajadores que tienen trabajen menos horas.

Martín Tetaz, de Juntos por el Cambio, sostiene que la reducción de la jornada laboral se puede dar en algunas ocupaciones, pero que no debe ser impuesta por ley.

En tanto, desde el Frente de Izquierda, el economista Pablo Anino, colaborador en la elaboración del proyecto de reducción de la jornada laboral que presentaron Nicolás del Caño, Myriam Bregman y Alejandro Vilca que plantea reducir la jornada a 30 horas semanales–, afirma que “la jornada laboral tiene que darse sin reducción salarial ni flexibilización”.

Anino plantea que reducir la jornada serviría para repartir las horas de trabajo y generar nuevos puestos formales para desocupados e informales. “Si se reduce la jornada en las 12.000 grandes empresas y se reparten las horas, se podrán generar un millón cien mil puestos registrados en blanco y con derechos. Ese es uno de los puntos importantes que diferencia al proyecto del Frente de Izquierda”.

El proyecto también busca la creación de comisiones de trabajadoras y trabajadores en las empresas que controlen la implementación de la ley. Además, Anino asevera que reducir las horas de trabajo no solo trae beneficios para la calidad de vida, sino que también permite que la clase trabajadora disponga de tiempo para participar de la vida política y económica. Y concluye que se trata de un debate necesario, ya que estamos en un contexto donde la agenda política y económica está corrida muy a la derecha y solo se proponen reformas en el ámbito laboral para quitar derechos.