Cuatro años de (in)comunicación macrista

Cuatro años de (in)comunicación macrista

A las pocas semanas del inicio del mandato actual gobierno, Mauricio Macri dictó el Decreto de Necesidad y Urgencia 267/2015, aprobado el 6 de abril de 2016, que modificó la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (26.522) y la Ley Argentina Digital (27.078). En este contexto, el jefe de gabinete Marcos Peña sentenció: “Hoy se termina la guerra contra el periodismo y empieza el siglo XXI en lo que tiene que ver con las comunicaciones”. Pero ¿a qué periodismo hacía referencia el funcionario? Los especialistas en la comunicación detallan las abrumadoras consecuencias en materia comunicacional de las políticas por acción y por omisión del macrismo y cómo el periodismo al que apuntó favorecer desde sus inicios hasta hoy se encuentra vinculado directamente con los medios más concentrados.

Una política presidencialista

La política comunicacional de Cambiemos se caracterizó por el uso abusivo del dictamen de DNUs y resoluciones, obturando de esta manera el debate público a cambio de decisiones tomadas directamente desde el Ejecutivo. En este marco, a su vez, el nombrado DNU 267/2015 disolvió los entes regulatorios sectoriales Afsca y Aftic creados a partir de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y conformó, en su reemplazo, al Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), un ente dependiente totalmente del Poder Ejecutivo. Bernadette Calífano, Investigadora del CONICET, sostiene que la conformación del ente “contradice todos los estándares del sistema interamericano de Derechos Humanos” Y agregó: “Los miembros no requieren idoneidad en sus cargos, desaparece cierta representación federal, no es independiente, no tiene estabilidad en sus puestos y el presidente los puede remover por cualquier motivo y sin causa.”

Por otro lado, un acontecimiento de gran relevancia que denota el sesgo verticalista de la gestión oficialista fue la intervención de la Defensoría del Público Audiovisual (creada con la Ley 26.522) por parte de la Comisión Bicameral Permanente de Promoción y Seguimiento de la Comunicación Audiovisual, las Tecnologías de las Telecomunicaciones y la Digitalización,  presidida por el senador Eduardo Costa en septiembre de 2018. Santiago Marino, Doctor en Ciencias Sociales, Magíster en Comunicación y Cultura y Licenciado en Ciencias de la Comunicación de la UBA, es ex Director de Análisis, Investigación y Monitoreo de la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual. Los motivos que lo llevaron a dejar su cargo fueron “la política de censura, el hostigamiento personal, el malestar y la incertidumbre laboral.” En su puesto, Marino recibió la directiva de no poder dar entrevistas sobre el trabajo de la Defensoría y le ofrecieron la renovación de su contrato por un mes. A partir de la intervención se nombró a Emilio Jesús Alonso como defensor a cargo, un hombre del que no se le conocen antecedentes en el rubro. Desde este momento, relata Marino, la Defensoría tomó un nuevo rumbo pese a que venía funcionando con relativa normalidad: se dejaron de hacer capacitaciones y audiencias públicas o se dilataron los períodos entre una y otra de manera notable.

Hernán Lombardi fue la cara visible de la política de medios de Cambiemos.

La concentración como norma

En conjunto con la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual se modificó la Ley Argentina Digital. En este sentido, Calífano explicó que “el mismo decreto modificó el hecho de que la televisión por cable fuera considerada en vez de un servicio audiovisual, un servicio de TIC, es decir, pasó a ser considerada dentro de Argentina Digital. Eso implica que a la televisión por cable no se le pueden aplicar todas las restricciones de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual: el límite en la cantidad de licencias, el porcentaje que la ley establecía como tope de mercado, las cuotas de programación sobre contenidos, etc.”

Por otro lado, la fusión Cablevisión Holding-Telecom marcó un hito difícil de revertir en materia de concentración. Este hecho se explica dentro de un contexto de políticas que avalan y fomentan la acumulación sin límites y sin regulación equitativa. Al respecto, Diego Rossi, investigador en políticas y planificación de la comunicación de la UBA detalló: “En audiovisual básicamente desatendieron a la Televisión Digital Abierta y avalaron los movimientos de los prestadores de televisión por cable. Estos prestadores quisieron avanzar en otros servicios: básicamente Internet, porque telefonía móvil les resultaba complicado ya que es una gran inversión. Salvo para uno de esos prestadores que es Cablevisión Fibertel, el cual venía dando Internet y avanza con la megafusión después de hacerse de espacio radioeléctrico a partir de la compra de Nextel.”

Los noticieros televisivos del fin de semana de la TV Pública fueron eliminados.

Hacia una convergencia impostora

La ansiada y admirada convergencia no se hizo notar en estos cuatro años de gestión. Si bien Cambiemos alza la bandera de la convergencia como rumbo al que hay que llegar y, de hecho, creó una comisión para redactar una Ley de Comunicaciones Convergentes, los proyectos en esta materia se vieron congelados y sin avances.

En este sentido, la conectividad en las escuelas públicas es una cuenta pendiente. Mariela Baladrón, licenciada en Ciencias de la Comunicación Social de la UBA y Magíster en Industrias Culturales, Políticas y Gestión por la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), dijo que “Cambiemos hizo un acuerdo para desarrollar un programa de pisos tecnológicos con escuelas donde se había entregado un monto muy alto (600 millones de pesos) para la primera parte de un programa que se entregó a educ.ar. Sin embargo, Enacom finalmente tuvo que suspender ese programa porque nunca se rindió cuenta de qué tipo de implementación se hizo o cómo avanzó ese programa.”

Por otra parte, Baladrón nombró el caso emblemático del desarrollo del Plan Conectar Igualdad. Este fue renombrado bajo la gestión macrista como Aprender Conectados y si bien las capacitaciones se mantuvieron en algunos casos, lo que marcó la diferencia fue la suspensión de la entrega de dispositivos. En este punto, la investigadora agregó que “en muchos lugares del país el único dispositivo de la familia era justamente la Netbook que se entregaba a los chicos que estaban en etapa escolar.”

Tras un fallo judicial, el gobierno debió reincorporar a los 354 trabajadores despdidos de Telam.

Soberanía satelital y medios públicos

La Empresa Argentina de Soluciones Satelitales Sociedad Anónima (ARSAT) posee actualmente dos satélites geo-estacionarios: ARSAT-1 y ARSAT-2. Pese a que hacia fines del 2015 estaba planeada la creación del tercer satélite ARSAT-3 –pensado para abarcar todo el continente americano-, esta se vio definitivamente suspendida bajo la dirección del ex titular de ARSAT Rodrigo de Loredo. Baladrón explicó que “con la nueva gestión se empezó a autorizar a operar satélites extranjeros que entraban en competencia con los satélites ARSAT-1 y ARSAT-2 y no sólo eso sino que empezaron a operar satélites que directamente prestaban los servicios para lo que se estaba pensando el ARSAT-3.” Y agregó: “Esto es una forma de discontinuar totalmente una política pública de soberanía satelital que se venía llevando adelante con una empresa satelital propia.”

En cuanto a los medios públicos, a partir de la creación del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos se sientan las bases para una concentración hacia el interior del Estado- Así,  distintos proyectos diferentes entre sí -Canal 7, Radio Nacional, Canal 12 de Trenque Lauquen, todos las emisoras que dependían del Ministerio de Educación y otros proyectos culturales como Tecnópolis, el CCK y demás- quedaron comprendidos bajo este nuevo espacio de carácter ministerial con sesgo presidencialista.

A su vez, los medios públicos han sufrido recortes presupuestarios extraordinarios. Según la Resolución 672/2019 el déficit operativo y financiero de la TV Pública y Radio Nacional para 2019 es de $3.860.773.784. Por otra parte, desde el inicio de la campaña, la agenda de los informativos viró hacia el oficialismo. “De los 880 cables publicados en la sección Política referidos a las elecciones generales, que la agencia [Télam] despachó desde el 7 de septiembre –inicio formal de la campaña- hasta el 7 de octubre, el 55% tiene como protagonista a algún referente de Juntos por el Cambio”, señaló Ezequiel Rivero, magíster en Industrias Culturales, Políticas y Gestión de la UNQ y licenciado en Comunicación de la UNC. A esto se agrega el despido masivo de 354 trabajadores al interior de la agencia a mediados de 2018 bajo la gestión de Hernán Lombardi, que gracias a la lucha sindical y gremial de los trabajadores logró retrotraerse. “También se anularon los informativos de la TV Pública los fines de semana y se restringió la programación de Radio Nacional que dejó de transmitir programación propia y retransmite ahora programación de Buenos Aires”, agregó la investigadora cordobesa Daniela Monje.

El olvido de los medios comunitarios y de la federalización

La comunicación como algo que no es estrictamente comercial recién existe en Argentina desde 2005 y se termina de formalizar con la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual en 2009. “En este período, los medios cooperativos y comunitarios dependen mucho de los fondos del Estado para poder funcionar. Entonces, la política de dilación que tuvo el gobierno con la entrega, la convocatoria a concursos y el pago de los fondos de fomento concursables para medios de comunicación audiovisual (FOMECA) generó en algún momento la asfixia financiera de muchos actores de este sector que se mantenían básicamente con fondos concursables del Estado”, explicó Rivero.

“Además –agregó- se da la paradoja de que le toca a este gobierno que denostó a la Ley Audiovisual y que ignoró durante buena parte de su gestión a las radios comunitarias, al sector cooperativo y demás, ser el que finalmente otorga las primeras licencias definitivas a un montón de medios en los últimos meses. Es casi como un acto de hipocresía porque lo hacen sin haber hecho antes un plan técnico de ordenamiento del espectro radioeléctrico.”

Por otro lado existe una deuda actual e histórica en cuanto al federalismo de las políticas comunicacionales en Argentina. Ana Müller es docente de las cátedras Comunicación Popular y Alternativa de la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional de Salta y se especializa en medios rurales. En diálogo con este medio nombró algunas de las dificultades que atraviesan las regiones que no son Buenos Aires. Muchos de los trámites y reclamos deben hacerse con domicilio en Buenos Aires y además tienen que iniciarse de manera virtual.

En este punto, Müller destaca un dato que recabaron desde el Relevamiento de Radios y Televisoras Comunitarias, Populares, Alternativas, Cooperativas y de Pueblos originarios de Argentina, realizado por la Red Interuniversitaria de Comunicación Comunitaria, Alternativa y Popular (RICCAP): “Hay un 10% de las radios y televisoras que actualmente en Argentina no tiene acceso a conectividad porque no existen redes en sus localidades o porque los costos son tan altos que es imposible acceder.” Y añadió: “Ningún ciudadano ni ciudadana de este país quiere solamente ser enunciado por medios de otros lugares que ni siquiera reconocen cuál es la situación de cada contexto. Todos queremos hablar con voz propia.”

#TélamSeDefiende

#TélamSeDefiende

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Las y los trabajadores de @somostelam continuan su lucha frente a la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo para exigir que la justicia ratifique la ilegalidad de los 357 despidos. Mariano Suárez, delegado de @cgitelam le cuenta a ANCCOM Noticias sobre la situación actual del conflicto #TelamSeDefiende

Gleyzer, presente

Gleyzer, presente

Que el lanzamiento de la biografía del cineasta Raymundo Gleyzer que escribieron Juana Sapire y Cynthia Sabat se haya hecho en el edificio de Télam, simboliza mucho más que el homenaje al director secuestrado durante la última dictadura militar. Y es que a lo largo de su vida, Gleyzer filmó una obra que es espejo de mucho de lo que significa el conflicto actual de la Agencia Nacional de Noticias: la lucha de la clase trabajadora. En junio pasado las autoridades gubernamentales despidieron a 357 trabajadores que desde entonces resisten con diversos actos y manifestaciones: la presentación de Compañero Raymundo (Ed. Sudestada, 2018) fue una de ellas.

El libro es el resultado de un trabajo de investigación de cinco años llevado a cabo por la periodista Cynthia Sabat junto a la esposa de Gleyzer, Juana Sapire. En el libro no sólo se rearma en detalle la vida del cineasta y periodista desaparecido, sino que además recompilan fotos, guiones, cartas y documentos que le pertenecieron. “Tuvimos en cuenta la revalorización de muchos documentos inéditos encontrados en la casa de Juana, con el fin de rearmar la vida de Raymundo de la forma más clara posible, ya que hay documentos que no se pudieron rescatar”, sostuvo Sabat en diálogo con ANCCOM.

La labor de Sapire ha sido fundamental para continuar con la reconstrucción del legado de su marido. Además de ser coautora del reciente libro fue la responsable del rescate y difusión de los materiales fílmicos de Gleyzer que se encontraban en su departamento de Nueva York. Ha de ser el testimonio más valioso, si se tiene en cuenta que conoció a Raymundo cuando él tenía catorce años y ella doce. Con él creció, formó una familia, fue sonidista de su filmografía y juntos viajaron para difundirla alrededor del mundo. “Raymundo más de lo que dijo, no pudo. Él tenía 34 años cuando se lo llevaron, y creo que en Los Traidores sintetizó todo”, declaró en rueda de prensa. “Nuestro trabajo era siempre hablar con la gente, sin vueltas intelectuales. Lo que para muchos era algo complejo, a nosotros en el rodaje nos parecía normal, pero de mucha dedicación. Para nada la filmación y el material de esa época difieren de los de hoy”, agregó Sapire acerca de la vorágine del trabajo junto a Raymundo.

El lanzamiento de la biografía del cineasta Raymundo Gleyzer, que escribieron Juana Sapire y Cynthia Sabat tuvo lugar en el edificio de Télam.

Además de la presentación del libro, a modo de homenaje, se proyectó el documental Me matan si no trabajo, y si trabajo me matan (1974). Con una duración de veinte minutos, el film muestra detalladamente la lucha de los trabajadores de la fábrica INSUD frente a las condiciones insalubres y mortales a las que se los sometía: las tareas derivaban en que tuvieran plomo en la sangre. La imposición de “la patronal” frente a la fuerza trabajadora es foco de Gleyzer, con el fin  de registrar la capacidad movilizadora obrera y la reivindicación del movimiento como actor político. “Cada vez que uno ve una película de Raymundo, puede darse cuenta de las problemáticas que aún siguen vigentes –afirmó Sabat-. Las similitudes con la Argentina actual son escalofriantes, pero lo que caracterizaba la obra de Raymundo, es que combinaba la belleza con la solidez política. He ahí el logro de que su trabajo haya durado tanto”.

Finalmente, las autoras resaltaron el hecho de que la presentación se haya realizado en el edificio de Télam, como un paralelismo no sólo desde la obra de Raymundo, sino también dándole importancia al conflicto que actualmente se lleva a cabo. En palabras de Sabat: “Estoy completamente solidarizada con los trabajadores de Télam muchos amigos hacían un trabajo excepcional y quedaron sin empleo como parte de un ajuste. Hablar de Raymundo Gleyzer en este lugar es muy significativo”. Por su parte, Sapire afirmó: “Me parece muy importante la lucha de Télam. Sé que Raymundo estaría muy contento, y a mí se me cae el alma, aunque espero que esta revalorización de la obra de él sirva para seguir reflexionando.”   

El libro es el resultado de un trabajo de investigación de cinco años llevado a cabo por la periodista Cynthia Sabat junto a la esposa de Gleyzer, Juana Sapire.

El cine como herramienta política

La obra de Gleyzer -nacido el 25 de septiembre de 1941- se caracteriza por haber registrado en diversos documentales y largometrajes problemáticas sociales a lo largo de Latinoamérica, con enfoques en quienes son oprimidos y sometidos a fuerzas dominantes: su primer trabajo fue en el nordeste de Brasil y se llamó La tierra quema (1964). Esas fuerzas opresivas toman la forma del Estado o del terrorismo estatal, la patronal de una empresa, o incluso un suceso revolucionario, tal como en México, la revolución congelada (1971), su primer largometraje, prohibido en Argentina y estrenado dos años más tarde. Gleyzer trabajó, además, como camarógrafo de Canal 13 en 1965, y registró en 1966 una serie documental para el noticiero Telenoche sobre la vida cotidiana que se llevaba a cabo en las Islas Malvinas. De formación marxista y con una militancia permanente, se casó con Juana Sapire, quien trabajó junto a él como sonidista y arregladora a lo largo de toda su filmografía, y con quien además tuvieron un hijo llamado Diego. En 1973, junto a su esposa, Gleyzer formó parte del grupo Cine de la Base, y  rodaron Los traidores, una película disruptiva para su época, que narra la historia ficcional de un líder obrero devenido en corrupto, a modo de retrato de la burocracia sindical dentro de una fábrica.  Tras el golpe militar, Gleyzer fue secuestrado el 27 de mayo de 1976, y hoy es uno más de los desaparecidos durante la dictadura.

  “La trayectoria de Raymundo después de cuarenta años, de destrozos en pedazos de documentos que hicieron desaparecer para que nadie los viera, es algo que hoy todavía está –dijo Juana Sapire en el cierre de la presentación-. Es lo importante, lo que tiene su corazón y el alma del Cine de la Base. Hoy me voy llena de amor y con un sentimiento hacia los jóvenes, para que revean la importancia del arte y el cine, principalmente como la fuerte herramienta que puede ser”

(La filmografía de Gleyzer podrá verse en internet a partir de octubre en la plataforma de internet Octubre.tv. La biografía Compañero Raymundo puede conseguirse en Librería Sudestada, Tucumán 1533.)

La obra de Gleyzer, se caracteriza por haber registrado en diversos documentales y largometrajes problemáticas sociales a lo largo de Latinoamérica.

Juana Sapire y Cynthia Sabat.

 

Por una Télam con control parlamentario

Por una Télam con control parlamentario

Cynthia Ottaviano, Diego de Charras, Martín Becerra y Mariana Baranchuk debatieron sobre el proyecto de control parlamentario de la Agencia Nacional de Noticias.

El martes por la tarde, en la sede central de Télam, se llevó adelante una charla-debate en el marco de la presentación de un proyecto de ley para que la Agencia Nacional de Noticias  tenga control parlamentario. Después de los masivos despidos en el sistema de medios públicos argentino, los trabajadores y las trabajadoras que se encuentran en permanencia pacífica decidieron organizarse y seguir resignificando la lucha y la resistencia.

En el panel estuvieron presentes Mariana Baranchuk, docente de la UBA y la UNQUI y ex asesora de AFSCA/FATPREN; Martín Becerra, docente e investigador del Conicet, la UNQ y la UBA; Cynthia Ottaviano, ex Defensora del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual y Diego de Charras, actual director de la carrera de Ciencias de la Comunicación Social de la UBA.

El inicio del encuentro estuvo a cargo de uno de los trabajadores de Télam quien explicó que desde el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) decidieron armar el proyecto con el propósito de “devolverle la función publicitaria a la Agencia, armar una comisión bicameral permanente y cambiar la forma de asignar a las autoridades creando un comité de evaluación”. Dicho proyecto ingresó a la Cámara de Diputados y se espera que pueda ser discutido en comisiones.

Luego de la presentación, Becerra fue el primero en tomar la palabra: agradeció la invitación y se solidarizó con los y las trabajadoras despedidas. Inmediatamente expresó que “la afectación a este servicio es la afectación de la circulación de información” y enfatizó: “Este momento expresa la incapacidad del propio gobierno a la hora de gestionar lo público”. En relación al proyecto de ley opinó que se trata de una vía interesante para probar y de un punto de avance que también obliga a tomar posición a otras formaciones políticas y sociales. Además señaló que “promueve una posibilidad de articulación”. Acto seguido, Ottaviano hizo pie en la importancia de la “construcción colectiva” y felicitó a los y las trabajadoras por “la capacidad de ponerse a pensar en un proyecto de ley en un momento tan difícil”. La ex Defensora del Público caracterizó el avance del gobierno sobre los medios públicos como una “ejecución de planificación estratégica de miseria comunicacional”. Además, remarcó la existencia de una persecución ideológica pero señaló la necesidad de seguir luchando para encontrar la victoria y conquistar el “derecho humano a la comunicación”.

Luego de que los panelistas realizaran su exposición, los y las trabajadoras manifestaron también la necesidad de darle un marco institucional a la agencia.

Baranchuk fue la tercera en tomar el micrófono y lo primero que hizo también fue felicitar a los y las trabajadoras por haberse puesto a pensar en el medio de un gran conflicto, en ese sentido remarcó que se trata de “una gran forma de resistencia”. En lo que respecta al proyecto de ley recomendó que “habría que incorporar aquello que tiene que ver con garantizar el federalismo ya que hay regiones que sin Télam, sin la agencia del Estado, quedarán sin cobertura”. También insistió en que estas situaciones perjudican a la “totalidad de los trabajadores pero también están perjudicando a la calidad democrática del país”. Al finalizar su intervención, rescató la importancia de la articulación que están haciendo trabajadores de Télam con otras instancias para resignificar la lucha y no caer en el desgaste. De Charras, el último en tomar la palabra, aseguró que “la historia de Télam es una historia de lucha”. El actual director de la Carrera de Ciencias de la Comunicación Social (UBA) remarcó el carácter auspicioso de la idea del control parlamentario y expresó que estos escenarios obligan a pensar de manera sustancial el lugar de los medios públicos. Antes de cederle la palabra a los trabajadores y trabajadoras presentes, felicitó la iniciativa y señaló que “son tiempos difíciles con finales inciertos que no deben ser abandonados”.

Una vez que los panelistas realizaron su exposición, fueron los y las trabajadoras quienes manifestaron la necesidad de darle un marco institucional a la agencia. También expresaron que “en todas nuestras luchas nos dejamos un espacio para pensarnos, siempre tratamos de pensarnos”. Agradecieron los aportes brindados por los y las especialistas en comunicación y aseguraron seguir luchando por una comunicación más democrática, participativa y, desde luego, por la reincorporación de las y los 357 despedidos.

La ola de despidos llegó a Radio Del Plata

La ola de despidos llegó a Radio Del Plata

Reclamo salarial de los trabajadores de Radio Del Plata. ARCHIVO: 19/07/2017.

Más de 50 trabajadores fueron despedidos de radio Del Plata, luego de que finalizara el período de conciliación obligatoria con el Grupo Electroingeniería, propietario de la emisora. El viernes último, al intentar ingresar a su lugar de trabajo, los cesanteados se encontraron en una lista y con el personal de seguridad que les prohibió el ingreso al edificio.

Los trabajadores de prensa continúan en una situación de crisis que parece agravarse cada vez más, en un contexto de despidos masivos tanto en el ámbito privado como en el público. Días antes nomás, la agencia estatal de noticias TÉLAM había despedido a 357 trabajadores. Ahora fue el turno de Radio Del Plata, que tras meses de espera y conflicto, la situación culminó con la desvinculación de más de 50 empleados, quienes constituyen el 45 por ciento del personal de la empresa.

“Entre los despedidos hay productores, operadores y columnistas”, comenta Andrea Landi, locutora de la radio. Si bien ella no fue despedida, se solidariza con sus compañeros y compañeras. “En estos momentos la situación es de paro total. Los despedidos fueron citados en un estudio de abogados para ‘negociar’ su propia indemnización, algo totalmente fuera de la ley. Nos adeudan casi cuatro meses de salario, no se realizan aportes y, desde hace dos meses, cobramos el 12,5 por ciento del salario por semana”, agrega Landi.

Esta vez, fueron más de 50 los despedidos.

Si bien el conflicto data de hace un tiempo, la empresa despidió en mayo pasado a 12 personas. El pasado 29 de mayo, el Ministerio de Trabajo dictó un período de concliciación obligatoria tras el cual, la empresa desvinculó a otros 38 trabajadores.

En diálogo con ANCCOM, Marcela Ojeda, columnista de Radio Del Plata, describe: “Trabajo en Del Plata desde hace 14 años. Hasta hace tres años era cronista los sábados, pero lentamente, aunque de manera predecible, dejaron de pagar taxis para poder movilizarnos, e incluso ya no querían pagar horas extras a los choferes de los móviles”. Ojeda explica cómo la empresa fue armando el escenario que concluyó en su despido: “Durante varios meses, y ante este look out patronal, fui a cumplir horario sin funciones. No se me permitía hacer mi trabajo. Ante esta realidad decidí plantear que quería que se me reubique o que vean la forma de darme tareas. Durante el último año hice una columna de género todos los martes en “La Tarde Del Plata”. Esto fue aceptado y coordinado por un gerente de programación. Hasta hace un mes que me llegó la carta documento despidiéndome con causa, de manera mentirosa y perversa, inventaron el motivo”.

Por su parte, Juan Francisco Sala, operador técnico de la radio, sostiene que “si bien ya hubo conciliación obligatoria, a los trabajadores se los volvió a echar. En un primer momento habían sido 12, después hace un mes, a otros 30, y gracias a que se dictó la conciliación fuimos reincorporados. Pero después me volvieron a echar. A excepción de un par de compañeros que no volvieron a desvincular, después echaron a todos y sumaron ocho más, o sea se fueron 38. En total, son 50 con los 12 anteriores. No hay ninguna chance de reincorporación, y lo más grave de todo es que tampoco nos aseguran la indemnización en tiempo y forma”. Y agrega: “La radio quiere hacer un ajuste, un vaciamiento, ya sea para terminar de mandarla a la quiebra o para venderla mucho más barata”.

El cordón policial en una protesta en julio del año pasado, convocada por los trabajadores por reclamos salariales.

Hasta el momento, los trabajadores de prensa se encuentran realizando un paro indeterminado y denuncian que “Radio Del Plata despide pero no indemniza”. A ello se suma la deuda del pago de salarios y la falta de aportes jubilatorios y de obra social. En un comunicado de prensa, los trabajadores de Del Plata repudian el despido a sus compañeros, al tiempo que responsabilizan a Osvaldo y Santiago Acosta, y a Gerardo y Sebastián Ferreyra, dueños de la empresa Electroingeniería, por las deudas. Por otra parte, consideraron que dichas maniobras son un ataque directo a la libertad de expresión y al derecho a la información.

Por su parte, el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBa) sigue el conflicto de cerca y se suma al repudio por los despidos, tanto en Radio Del Plata, como en la Agencia Télam. “Denunciamos el ataque al libre ejercicio del periodismo, en sus dos expresiones más recientes: primero, en el vaciamiento y los despidos arbitrarios e ilegales en la agencia Télam, seguido por más de 50 despidos en Radio Del Plata. Hay tres mil periodistas menos en todo el país. Menos periodistas, menos información y menos libertad de expresión”, sostienen desde el sindicato.