«No existe periodismo de calidad con sueldos de hambre»

«No existe periodismo de calidad con sueldos de hambre»

El Sindicato de Prensa de Buenos Aires manifestó frente a las puertas de Clarín para reclamar mejoras salariales. Apuesta a obtener la personería jurídica para discutir paritarias.

Dos pequeños grupos de la Policía Metropolitana se reparten los ingresos del edificio del Grupo Clarín en el barrio porteño de Barracas. En la vereda de enfrente, un muchacho trepa un muro para amarrar las banderas del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba). Un cielo grisáceo que deja que se cuele algún rayo de sol. Un par de manifestantes despliegan a lo ancho de la mesa varías docenas de churros rellenos de dulce de leche acompañados por un termo que contiene unos veinte litros de chocolate caliente. Promediando las 15 horas, la calzada se reduce y sobre el asfalto se tiende un trapo de arpillera que reza: “El sueldo no alcanza”. Con esta consigna, trabajadores y trabajadoras de prensa de Clarín enrolados en la comisión interna de AGEA y el Sipreba, realizaron una protesta durante la tarde de hoy en Tacuarí 1846 exigiendo la urgente recomposición salarial.

“Es inaceptable que un trabajador del diario de mayor tirada del país, que pertenece a la empresa de medios más poderosa del país, trabaje jornadas de ocho horas y gane un sueldo que lo ubica por debajo de la línea de pobreza”, dijo a ANCCOM Matías Cervilla, integrante de la Comisión Interna de Clarín/AGEA.

Este sentimiento también fue compartido por Diego Martínez, delegado gremial en Página/12, quien se sumó a la manifestación y dio testimonio a este medio sobre la crisis generalizada de los trabajadores de prensa escrita: La situacion de Página/12 no es demasiado diferente a la de La Nacion, Clarín y Perfil. Es igual de desastrosa, salvo por el plan de lucha mucho más fuerte que estamos llevando adelante, con medidas de fuerza que incluyen paros de 24 y 72 horas, llegando a provocar que no saliera el diario del día domingo. A nosotros, como delegados, no nos responden. El diálogo con el Grupo Octubre no existe, ni cuando no hacíamos medidas ni ahora, cuando hacemos medidas. Eligen no dialogar”.

Por último, destacó la importancia de la unidad de los trabajadores y el rol del Estado a través del Ministerio de Trabajo: Tenemos que estar todos hoy en las calles y el día que tengamos la personería gremial, que ojalá sea la conquista que tengamos en este año, también nos sentemos en la paritaria. Esa conquista, que los trabajadores de prensa tengamos representantes legítimos en la paritaria, dependerá, en gran parte, de la pasividad o no del Ministerio de Trabajo”.

En la manifestación también estuvo presente Carla Gaudensi, Secretaria General de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN), quien dijo a este medio: “Hoy estamos dando continuidad al plan de lucha que se inició hace un par de semanas. Primero fue en las puertas de Página/12, la semana pasada en Perfíl y ahora aquí, en Clarín, denunciando un atraso salarial que no se aguanta más”.

La dirigente gremial agregó: “La situación de los trabajadores y trabajadoras de prensa es preocupante. No se puede vivir con un salario que no llega a cubrir la canasta básica familiar. Es por eso que decidimos estar en las puertas, además de puertas adentro seguir organizándonos para dar esta discusión tan importante como trabajadores. Desde las empresas, lo único que nos imponen siempre es un techo en una discusion paritaria en la que no participan los trabajadores y es por ello que cada año tenemos que recurrir a este tipo de acciones, para que nos escuchen y se den cuenta que la situacion es insostenible. No puede existir un periodismo de calidad con trabajadores precarizados y sueldos de hambre”.

 

Después del reparto de churros y chocolate, y en momentos separados, tomaron el megáfono y hablaron al público Francisco “Paco” Rabini, delegado gremial en Clarín y dirigente de Sipreba y FATPREN, y Agustín Lecchi, Secretario General del sindicato. Rabini insistió en la necesidad de “pelear por la personeria y, mientras tanto, pelear por mejorar lo que firma la UTPBA, como venimos haciendo todos estos años”. Además, instó a los trabajadores y trabajadoras a seguir esforzándose en “pelear por nuestro salario, porque sabemos que si no lo hacemos nosotros, no lo va a hacer nadie”. Por último, y a modo de cierre, realizó una petición a los y las presentes para ayudar en la tarea colectiva de pensar ideas para este plan de lucha”, ya que “sabemos que charlando encontramos las mejores ideas y las mejores medidas. ¡Hasta la victoria siempre!”.

 

A su turno, Lecchi planteó la necesidad imperiosa de una democratización de la pauta publicitaria: No puede ser que los empresarios de medios sigan recibiendo millones en concepto de pauta publicitaria oficial y a nuestros compañeros les niegan las paritarias y les desdoblen el salario”. También resaltó la necesidad de fortalecer la organización sindical y nacionalizar las luchas: “Esta situacion no es exclusiva de la Ciudad de Buenos Aires. Por eso nos estamos organizando a nivel nacional. La semana pasada estuvimos en Córdaba. Estamos reconstruyendo el sindicato en todo el país.”

El acto se cerró con aplausos, abrazos, cantos y una foto grupal, mientras un cuarteto de jóvenes con chalecos celestes hacía sonar bombos y redoblantes, llenando de ruido la calle.

Despidos y deudas salariales en las empresas periodísticas

Despidos y deudas salariales en las empresas periodísticas

La televisión y la radio siguen transmitiendo. Los diarios continúan imprimiéndose. Los medios digitales y portales web mantienen actualizada su información. En épocas de incertidumbre como las que se viven desde -al menos- el 20 de marzo con el inicio del aislamiento social preventivo y obligatorio, los medios de comunicación se establecieron como servicios esenciales, según el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 297/20. Llevan tranquilidad -o no- a millones de personas que transitan el encierro de la mejor manera que pueden. Incluso miles se volcaron nuevamente a los medios tradicionales, tratando de evitar las ya tan conocidas fake news.

De distintas maneras -teletrabajo, protocolos de seguridad e higiene, licencias para personal que forme parte de grupos de riesgo, etc.-, los trabajadores de los medios cumplen con sus funciones. Sin embargo, afrontan nuevas dificultades en el período de aislamiento. “En general las medidas de seguridad se están cumpliendo en casi todas las empresas”, explica Agustín Lecchi, secretario de Organización del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA). Pero “no así otras obligaciones, particularmente las salariales, y esto representa un gran problema.”

El sector de prensa está muy golpeado. Publiexpress, Diario Popular, Perfil, Infobae, Noticias Argentinas. Las lista de medios que atraviesan momentos críticos o conflictos con los trabajadores por motivos de incumplimientos salariales crece constantemente. E incluso comienza a comprender a otros sectores, como en el caso de Radio Metro, en el que, luego de un paro, los trabajadores lograron llegar a un acuerdo para que se les paguen los sueldos atrasados.

El periodismo, aunque se lo considere un servicio esencial, es una de las actividades que más ha sido golpeada por la pérdida de poder adquisitivo en los últimos cuatro años, con un recorte del 50% respecto del 2015. A esta situación de base se le agrega el impacto del Covid-19. “Las empresas argumentan crisis producto de los cambios tecnológicos en nuestra actividad y el consumo de las sociedades de la información, y a eso ahora se suma la situación que produce la pandemia”, sostiene el delegado. “Pero es falso: esta crisis demostró la importancia de los medios tradicionales, que ante la necesidad de contar con información confiable una mayor cantidad de gente se volcó nuevamente a estos medios.”

Según Lecchi, estos conflictos -que incluyen cierres, despidos, sueldos atrasados y en cuotas- son “previos a la situación actual vinculada a la pandemia, pero en este contexto tienden a agravarse; y las empresas también aprovechan la situación de crisis para avanzar sobre derechos laborales y para sacarle plata al Estado a través de pauta o planes de ayuda.”

La precarización también es visible en estos tiempos, ya que los trabajadores freelance o “colaboradores” son los que están en peores condiciones. “Por las características de su trabajo no tienen ningún tipo de seguridad social y son los primeros que se ven perjudicados ante cualquier crisis y ajuste”, sostiene Lecchi. Desde SiPreBA estiman que un 20% de las notas publicadas en los grandes medios son realizadas por estos trabajadores, por lo que exigen medidas concretas en el marco de la pandemia -como la eximición de impuestos al monotributo- y otras más generales, como el reconocimiento de un tarifario que estandarice un valor mínimo por nota.

 

Despedidos y en cuarentena

El 30 de marzo, la empresa Publiexpress -editora de Pronto, entre otras publicaciones- se comunicó con la Comisión Interna Gremial de la revista para informarles a los trabajadores que no volvería a abrir sus puertas. Ningún telegrama había llegado, pero casi cien empleados se habían quedado sin trabajo. “A partir de ese momento empezamos algunas medidas de fuerza porque solo la última semana de marzo la revista no salió a la calle”, explica Mariano Caruso, trabajador y ex delegado de Publiexpress. “Queríamos cobrar nuestro salario de marzo e iniciamos distintas medidas, por lo que la empresa terminó cediendo y pagando, pero siguen en su política de cierre.”

Los dueños de la empresa, Eduardo Lerner y Abel Nahon, alegan problemas económicos a pesar de no haber realizado ninguno de los procedimientos previos al cierre; y, según un comunicado de SiPreBA, haber ganado recientemente una licitación del Ministerio de Educación de casi 24 millones de pesos para imprimir cuadernillos educativos sobre el Covid-19.

“Es un cierre fraudulento, lo que quieren hacer es sacarse a los trabajadores de encima y, cuando pase la pandemia, volver a abrir con personal tercerizado”, sostiene Caruso, también integrante de la Comisión Directiva de SiPreBA. Y continúa: “Es una política que ya viene haciendo la empresa hace unos años con otras revistas: despedía y tomaba personal tercerizado para que no estuviera en convenio, y de esa manera bajaba los costos y seguía con las publicaciones.”

Según el delegado gremial, “la empresa quiso aprovechar la medida de Techint: tratar de despedir por causa de fuerza mayor, pagando el 50% de las indemnizaciones sin haber hecho concurso preventivo de crisis ni haber presentado ningún papel.” Todo esto, ignorando el DNU 329/2020 que suspendió los despidos por 60 días, y sin acatar la conciliación obligatoria impuesta por el Ministerio de Trabajo. Mientras tanto, los telegramas siguen llegando -debido a las demoras en el correo-, y los trabajadores continúan luchando como pueden, desde sus casas. “Queremos que se respete la conciliación obligatoria, que nos devuelvan nuestros trabajos y que se nos pague el salario de abril y volver a trabajar normalmente cuando esto pase.”

A cuentagotas

La situación que atraviesan los trabajadores de Diario Popular no es mejor: el 1° de abril finalmente cobraron la última de las cinco cuotas en las que se pagó el sueldo de febrero, y la empresa, Manpress S.A., volvió a anunciar que continuarán con esta modalidad de pagos que ya funciona desde hace seis meses. Lo único asegurado fue una suma de cinco mil pesos para la primera quincena de abril.

Frente a esta situación, los trabajadores del diario se encuentran realizando un paro en busca de algún canal de diálogo con las autoridades. Sumada a la irregularidad de pagos, denuncian también que no se pagan los aportes patronales que corresponden, a la vez que se incumplen con las medidas de seguridad e higiene necesarias para continuar las actividades.

“Nuestros pedidos siguen siendo cobrar el sueldo en tiempo y forma, ni más ni menos. Poder cobrar y organizar nuestra vida de acuerdo al trabajo que realizamos mes a mes”, explica Juan Manuel Lazzarino, delegado de prensa de Diario Popular. Sin embargo, la respuesta de Francisco Fascetto, dueño de la empresa, fue no pagarle los cinco mil pesos a aquellos que hubiesen adherido a la medida de fuerza.

“Esto no tiene que ver directamente con el contexto de la pandemia, nos viene pasando desde mediados del 2018, cuando comienzan las primeras deudas de la empresa para con nosotros, recortes salariales, quita de ítems. Nuestro caso viene desde hace rato”, puntualiza Lazzarino. Desde la empresa argumentan que la caída de la pauta oficial durante el gobierno de Mauricio Macri perjudicó en demasía a las finanzas del diario. Pero la postura de los trabajadores que quieren cobrar por las actividades que realizan, como corresponde, se sintetiza en las palabras de su delegado de prensa: “Si nosotros nunca fuimos socios en la ganancia, no veo por qué socializar la pérdida.”

La deuda es con los trabajadores

Como explica Matías Cardone, delegado de Perfil, la situación salarial en la empresa de Jorge Fontevecchia “no es muy diferente de la que vive el resto del gremio en lo que se trata de prensa escrita”.

Los trabajadores freelance de la editorial se ven más perjudicados aún: Perfil les difiere los pagos y en su mayoría están atrasados entre cinco y seis meses. “Hay productos de la editorial que se hacen en más de un 50% con freelance, lo que genera una precarización que vuelve al trabajo insostenible,” sostiene Cardone. “La pandemia lo único que hizo fue agudizar el problema para los compañeres colaboradores que necesitan más que nunca percibir sus salarios.”

La empresa alega -como tantas otras- problemas económicos y responsabiliza a la crisis del coronavirus, manteniendo en la incertidumbre a sus trabajadores. Sin embargo, Cardone hace hincapié en que “están recibiendo pauta oficial, la web de Perfil tiene record de visitas y la empresa sigue facturando, por ejemplo, con la impresión de cuadernillos para el Ministerio de Educación”. Por otra parte, en los últimos cuatro años Perfil se expandió con una radio y una canal de televisión nuevos.

Hasta el momento de la cuarentena, los trabajadores de prensa realizaron asambleas y distintas medidas gremiales. Hoy, desde el aislamiento, tienen que limitarse a otras acciones. Pero el reclamo es el mismo: “Le pedimos a la empresa que pague la deuda a los freelance y, a su vez, que dé un aumento de emergencia ya que tenemos la negociación paritaria vencida desde noviembre”, sostiene Cardone, en representación de sus compañeros. Y agrega, como si no fuera suficiente: “A su vez Perfil tiene una deuda con nosotros que data de mayo 2019 y que aún no canceló por la que también estamos reclamando.”