Banderas en tu corazón

Banderas en tu corazón

Walter Bulacio iba a su primer recital, el 19 de abril de 1991, cuando fue detenido y luego asesinado por la Policía. 

 

Varias manos levantan la tela roja y el mural se descubre en la sala de profesores del Colegio N°1 Bernardino Rivadavia, el “Riva”, ubicado en Avenida San Juan 1545, en la Ciudad de Buenos Aires. La música del violín es superada por los aplausos de estudiantes, profesores, compañeros y los demás asistentes. Lo primero que se ven son los colores del arco iris, brillantes y reflejando la luz. En la parte superior, hacia la derecha, la cara inmortalizada de Walter Bulacio sonríe en blanco y negro. Todos lo recuerdan así, sonriendo. El mural es una obra de arte, una explosión de vida y color rodeando el rostro del muchacho. Pero es también memoria, no sólo de una adolescencia interrumpida, sino también de una época y de una lucha.

Walter Bulacio tenía 17 años cuando la Policía Federal lo llevó detenido ilegalmente en el contexto de una razzia. Ricotero como muchos en esos años, ese 19 de abril de 1991, el joven iba por primera vez a un recital de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Nunca pensó que en lugar de pasar la noche en el Estadio Obras, la pasaría primero en un colectivo -donde llevaban a los detenidos, que llegaron a ser más de 80- para luego ser trasladado a una comisaría del barrio de Núñez que, finalmente, se transformaría en la antesala de su muerte. Nunca pensó que esa sería su última noche consciente: la policía lo golpeó brutalmente, provocándole una agonía de cinco días. El único policía condenado -y recién en 2013- fue Miguel Ángel Espósito, comisario de la Seccional 35, pero no a prisión efectiva ni por asesinato. Como dice Teresa Franco, ex rectora del Rivadavia y profesora de Walter,  “se tardó mucho tiempo para que se haga justicia, y no es una justicia completa.”

El acto comienza a las 12:30. El motivo que reúne a estudiantes y profesores, tanto actuales como aquellos de 1991, es la inauguración del  mural en homenaje a  Bulacio. “No vamos a hacer hoy una biografía de Walter, sino un homenaje por la presencia, para saber que Walter está vivo en el recuerdo de cada uno de nosotros”, comienza Fabio Campagnale, el director del Rivadavia, en el buffet que lleva el nombre del homenajeado. Esta marca, así como un mural armado por los estudiantes, demuestran que Walter sigue presente en la memoria y entre las paredes del colegio en el que estudió hasta sus últimos días.

Docentes actuales y de la época de Walter participaron en el homenaje en el Bernardino Rivadavia.

El mural, titulado Walter Bulacio: el universo de la infancia y la adolescencia interrumpida, fue producido por el grupo de mosaiquismo Alikata; consiste en un retrato del joven y una construcción simbólica de la infancia y de la adolescencia realizada con juguetes y diversos objetos, como un walkman, cassettes y varios autitos. Esto se debe a que “es la etapa que vivió él”, explica Karina Zinik, directora del grupo artístico. La obra es descubierta en la sala de profesores debido a las condiciones climáticas; más adelante será colocada en el patio que también llevará el nombre del muchacho.

El proyecto comenzó casi por casualidad, pero se llevó a cabo gracias al muralismo comunitario, social y público que realiza Alikata  y a la fuerte presencia de la historia de Walter en la escuela. “Nos involucramos mucho con la historia, estamos todos muy conmovidos. Aparte, mientras lo estábamos haciendo pasó la masacre de Monte, que es otra aberración policial. Estas cosas siguen ocurriendo, entonces este mural  tomó una actualidad inesperada”, cuenta Zinik.

La memoria y el recuerdo es un punto recurrente durante el acto, que también cuenta con presentaciones del Taller de Música del Rivadavia -los chicos tocan canciones que hacen alusión a la vida de Walter-, y de una murga. Lorena Montauti, compañera de Bulacio en el secundario, sostiene que “este tipo de eventos te moviliza. La memoria se mantiene, y lo que transmiten las autoridades y los chicos es el dato fidedigno: pasó esto y seguimos buscando el 100% de la justicia.” Al Largui, como le decían, lo recuerda como un ángel que siempre ayudaba a quien lo necesitara. La descripción es útil, ya que muchos de los presentes aún no habían nacido en 1991, cuando Bulacio era asesinado por la policía. Pero según Teresa Franco, “la imagen de Walter le ganó al tiempo, le ganó a esa muerte, a ese asesinato”. Y ahora está también inmortalizada en la pared del “Riva”.

El homenaje se realizó en el buffet de la escuela, que lleva el nombre Walter Bulacio.

Walter se convirtió en un emblema de la defensa de los Derechos Humanos en una democracia que sigue viendo morir personas -sobre todo adolescentes- a manos de las instituciones. “Cada vez que se hacen estas cosas, que lo traemos a Walter de vuelta, no sólo es recordarlo a él, sino también a Miguel Bru, a Luciano Arruga, a todos los desaparecidos y asesinados en democracia por el gatillo fácil”, dice Alejandro Imperiali, del Espacio Memoria, a quien por tener un edad cercana a la que hoy tendría Bulacio, el caso lo afecta particularmente. “Por eso tenemos que sembrar memoria: para que juntos como sociedad podamos conocer las experiencias del pasado, transformar la realidad ahora y construir un futuro mejor”. Las palabras de Graciela Gutiérrez, supervisora escolar del colegio, expresan un pensamiento colectivo, y dejan entrever también un mensaje que se repite en todos aquellos que conocieron a Walter: “Gracias por no olvidarlo”.

Walter Bulacio sigue vivo en los aplausos de la gente, en las voces que entonan sus canciones favoritas, en los ojos que se humedecen al evocarlo. A partir de ahora está también en ese mural que lo muestra sonriente, como lo recuerdan. Porque Walter es una bandera en el corazón, como dice la canción «Juguetes perdidos», de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, dedicada a él, al cumplirse diez años de su asesinato.

 

 

Teatro para chuparse los dedos

Teatro para chuparse los dedos

¿Sos fan de los Redondos? ¿Pero sos muy fan de los Redondos? Con estas preguntas empezaba el proyecto de Gabriel y Guadalupe. Todavía no tenía etiqueta y probablemente nunca la tendría. Poesía de Ricota finalmente tomó la forma de un experimento teatral que cargado de tragedia, contradicciones y paradojas del universo de Los Redondos funciona como una reversión de las canciones de Carlos El Indio Solari.

Gabriel Wolf  se adentró en el mundo del teatro a través del grupo Los Macocos, emblemático conjunto teatral de los años 80. Ricotero de toda la vida, se preguntaba qué sucedería si se les sacara la música a las canciones del Indio. De la mano de Guadalupe Bervih, la co-directora, y con un elenco formado por Gabriela Biebel, Marina Garré, José Formento, Miriam Eva Rellán, Marcelo Saltal y Gustavo Slep, ambos directores comenzaron a formar diez micro-relatos , que , llenos de dramatismo, risas y metáforas, logran captar la atención del público en escasos minutos.

Actores con máscaras sobre el escenario.

Poesía de Ricota se presenta todos los martes de mayo.

“Si se ríe, se conmociona de alguna manera, algo pasó en la función. Eso fue también el concepto con el que trabajamos. Tiene que pasar algo en esos dos o tres 3 minutos que dura el texto. Tiene que ser como un fósforo. El fósforo vos lo encendés y ¿cuánto dura prendido? Nada, dos minutos. Entonces esa imagen se la dimos a los actores. Que ellos tienen dos minutos para estar encendidos y que pase algo”, explica Gabriel.

“Es que en el minuto y medio que dura la representación tenés que generar un clima y un público que estén enganchados. ¿Para qué? Para que no decaiga la actuación. Porque vos no le podes entregar a tu compañero un público aburrido. Vos en esos minutos tenés que comunicar algo. Lo que se logra en 45 minutos de una obra, vos lo tenés que lograr en unos minutos”, agrega Miriam.

Dos personas dialogando en el bar, con cuadros e imágenes de santos de fondo.

La obra se presenta en Pista Urbana, un bar ubicado en Chacabuco 874, San Telmo.

La interpretación de José Formento, una especie de maestro de ceremonia, se sale un poco de esa lógica del espectáculo, funciona como conector de los relatos. José comenta  que la idea de su personaje -mucho más irónico y ácido- era romper con el código que establecía el resto del elenco, desde el vestuario, lo corporal y finalmente desde la dramaturgia con los textos. Nutriéndose de escritos del Indio Solari sacados de la revista Cerdos y Peces y de los discos, el personaje de José une a las distintas narraciones.  “Buscábamos una suerte de comodín. Como que mi personaje se encarga de la costura, de ir cociendo, hilvanando. Soy como el puente entre los distintos bloques” expresa.

La locación fue otro de los factores que desencajaría a los actores. Tomando un lugar poco convencional, como Pista Urbana, un  bar de San Telmo, los directores querían lograr que el espectador siempre estuviera cerca del actor; y que este  se moviera entre las mesas, que no tuviera escenario estable y que llenara la sala de un dinamismo fugaz.

Actriz sobre el escenario.

La interpretación de los actores busca romper los códigos del teatro convencional.

“A los actores, el escenario nos resulta un lugar muy seguro. Hacer un espectáculo donde se rompe con la idea de caja negra es todo un desafío porque uno está muchísimo más expuesto y eso también te modifica corporalmente. Es trabajar a 360 grados”, comenta José.

Miriam agrega: “Gabriel utiliza la imagen de pequeños atentados en un bar. Las canciones van surgiendo en distintos lugares del local y funcionan como atentados. Rompen con el espacio teatral. El espectador no sabe dónde tiene que dirigir la mirada, porque la voz sale de atrás o del costado. Entonces estas roturas hacen que la gente se vaya acomodando permanentemente. Y es lindo, porque implica tenerlos atentos a lo que va a venir”.

Actor sobre el escenario.

Las canciones rompen con el espacio teatral.

 Poesía de ricota estará los martes de mayo a las 20 horas en Pista Urbana, Chacabuco 874.

Actriz sobre el escenario.

Las interpretaciones buscan llevar al público a la conmoción.

Equipo de gente posando.

Poesía de Ricota es un experimento teatral que reversiona las canciones ricoteras.

El nacimiento de un mito

El nacimiento de un mito

El alucinante viaje de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota se ha convertido en una película clave para aproximarse a los inicios de, probablemente, la experiencia de rock más emblemática de nuestra cultura. Sus realizadores, Miguel Funes, Walter Blanco, Hidroman, y el Capitán Balurdo, son cuatro amigos de cuya experiencia se percibe el hipnótico espíritu que puebla la leyenda de Patricio Rey. Ellos forman el Comando Luddista, y tras largos años de investigación dieron forma a un documental imprescindible para comprender una historia que promete ser recordada por siempre.

En el surco de su travesía se cruzaron con un protagonista ineludible en los orígenes del viaje, Guillermo Beilinson, hermano de Skay y amalgama en los inicios de una aventura que, con los años y por fidelidad a los preceptos de Patricio Rey, decantó en el rocanrol del país que conocemos y cantamos hoy. Guillermo no solo fue fundamental en la hora cero de Los Redondos, sino que además, ya más acá en el tiempo, modificó el destino del Comando Luddista brindando materiales audiovisuales inéditos de aquellos años y testimonios que, en honor a la verdad, nos ponen cara a cara con una magia que se vuelve perceptible en su relato. Toda una oportunidad.

El alucinante viaje de Patricio Rey será exhibido el próximo sábado 17 de diciembre a las 23 en la legendaria sala Margarita Xirgú -Chacabuco 875, San Telmo-. Las entradas pueden conseguirse en las boleterías del teatro (miércoles y jueves de 16 a 20, viernes y sábados de 16 a 22), o bien a través del portal de Plateanet. Quienes deseen vincularse y acercarse al Comando Luddista pueden hacerlo a través de su sitio oficial o desde su portal de Facebook.

¿Cómo se dio el vínculo entre ustedes y cómo emprenden el Alucinante Viaje de Patricio Rey?

Nosotros somos muy amigos, desde hace muchos años. Después nos une también que sufrimos de ricotitis aguda. A su vez, siempre nos llamó la atención cómo podía ser que no hubiese un documental de Los Redondos, hay muchas publicaciones escritas y hay algunos informes televisivos que tienen algún recital, alguna entrevista, programas que en general no duran más de una hora. Teníamos muchas ganas de ver un documental de Los Redondos y como nosotros venimos del cine, del periodismo, y de la comunicación, teníamos también las herramientas. Empezamos a contactar a la gente, hicimos una entrevista, luego otra, y así fuimos arrancando. La investigación y la realización llevaron ocho años, hasta el estreno del 2014 en el Cosquín Rock.

En un momento el trabajo que venían realizando vira cuando aparece Guillermo Beilinson, ¿cómo fue ese contacto?

En realidad, arrancamos el documental queriendo abordar la historia general de Los Redondos, y en esa historia había una parte que tenía que ver con los orígenes, con todo lo que sucedió en La Plata en los 70, incluso con La Cofradía de la Flor Solar. A medida que fuimos haciendo entrevistas y conociendo gente vimos que había algo en común y, si bien nosotros ya sabíamos de Guillermo, todos los platenses nos hablaban de él y de lo importante que había sido para llevar adelante toda la movida en aquellos años. Supimos entonces que en un momento lo íbamos a ir a buscar, y fue bastante mágico cómo sucedió. Habían pasado ya unos años desde que habíamos arrancado con el proyecto y surgió la posibilidad de hacer una presentación en el marco de un ciclo de documentales en el Centro Cultural San Martín. Nos ofrecieron mostrar algo pero no teníamos nada terminado ni mucho menos, de hecho no había nada montado. Así que lo primero que hicimos fue arrancar con los visionados con dos máquinas sobre una mesa, una de cada lado, y con un televisor reproduciendo y a la vez escuchando, era todo muy rudimentario. Estábamos desgrabando al mismo tiempo una entrevista a Rocambole y otra a Pepe Fenton, y mientras cada uno estaba concentrado en la suya, en un momento, en el mismo instante, ambos entrevistados nombran a Guillermo Beilinson… en sincro. Y para nosotros fue como una señal, ahí dijimos vamos a llamarlo ya mismo. Lo hicimos y cuando nos atendió le comentamos que estábamos haciendo un documental sobre Los Redondos y que queríamos, por un lado, hacerle una entrevista, y que por otro lado sabíamos que él tenía muchas películas de aquellos años, que había grabado recitales y demás, y que nos interesaba el archivo que tenía. Muy amablemente, Guillermo nos dijo que el archivo lo tenía, que tenía que buscarlo y que había unos viejos VHS. Dijo que por el archivo no había problema pero que no daba entrevistas, que no le interesaba que aparezca su nombre en ningún lado porque se trataba de una etapa pasada de su vida y no le interesaba hablar del tema. Agregó que lo contactáramos en un mes, cuando volviera de viaje, para ver si buscaba las películas.

¿Cómo reaccionaron en ese momento?

Fue una alegría enorme, ese archivo eran los cofres de los que tanto se hablaba pero de los cuales nadie nunca había visto nada. Seguimos con lo nuestro, hicimos la presentación en el San Martín y al mes lo llamamos de nuevo y nos dijo que vayamos a su casa que nos iba a dar las peliculas. Nos acercamos un día y él nos preparó unos VHS que tenía pero que se veían bastante mal, estaban gastados y eran copias de copias, pero eran increibles las imagenes. Vimos unos pedazos, hablamos un poco,convenimos que nos los prestaba, los copiábamos y luego se los devolvíamos. Ahí quedó un vínculo, luego fuimos a devolver las películas y él quedó en buscar unos DVD que tal vez se veían mejor. Le gustó el proyecto, vio por donde venía la mano, que era un laburo serio, y congeniamos bien. De la entrevista nunca más se dijo nada porque él fue muy directo y muy franco desde un primer momento, así que nosotros aceptamos desde el vamos. En estas idas y vueltas que tuvimos, cuando ya teníamos un corte de material crudo de solo entrevistas, le dijimos que queríamos que lo viera y nos diga qué estaba correcto o no según su visión. Entonces le llevamos un corte, él lo vio y después me llama un día y me empieza a hablar de la película, que había unas cosas que no eran tan así, que no eran tan correctas, y en eso me dice que se decidió y que iba a hablar para que quede un testimonio certero en honor a la verdad. Así fue que hicimos la entrevista, y Guillermo es quien lleva la narración del documental, porque era uno de los personajes más importantes de esa época y aparte habla muy bien. Cuando llegamos a su casa a entrevistarlo nos empezó a contar todo lo de aquellos años de una manera impecable, un relato al cual no podíamos hacerle ni una pregunta, y nosotros habíamos llevado una de las entrevistas más preparadas, con cuatro hojas de preguntas, y creo que le hicimos tres preguntas nada más. Guillermo es una persona extraordinaria.

FOTÓGRAFO: Quique Peñas. Bambalinas Primeros 80's. En primer término, El Mufercho, Con anteojos en bajo Topo D'Aloisio, a la derecha Indio Solari.

FOTÓGRAFO: Quique Peñas. Bambalinas Primeros 80’s. En primer término, El Mufercho, con anteojos en bajo Topo D’Aloisio, a la derecha Indio Solari.

¿Les planteó algún tipo de requisito con los materiales?

No, los cedió para el documental. Cuando terminó la entrevista fuimos a un cuartito en el que tiene como un depósito y sacó una caja vieja, enorme, toda llena de latas de los originales muy bien conservados. Luego fue nuestra la responsabilidad digitalizarlos, porque ese material no se lo podíamos dar a nadie, además de tomar todos los recaudos para la tarea, porque es una tecnología que no se usa mucho, y si bien nosotros habíamos tenido un contacto, no éramos unos especialistas. Entonces hubo que investigar bien, hacer pruebas para que no se trabe la película, para que no se rompa, porque era la única copia que había.

Con todo lo que aconteció de allí en adelante, ¿sintieron tal vez la presencia de Patricio Rey rondando el proyecto?

Lo de Guillermo fue como una señal, nosotros lo tomamos como una señal, detuvimos todo lo que estábamos haciendo y lo llamamos en ese instante, eso fue paradigmático por la importancia que tiene para la película. Cuando empezamos a encontrar toda la historia que había, los personajes, los testimonios, y el archivo increible que nos puso a disposición, vimos que los orígenes, que eran como un capítulo dentro de la película que estábamos armando, daba para hacer un largometraje que dura una hora cuarenta y llega hasta Gulp, en el 85.

¿Están preparando una segunda entrega?

Estamos trabajando en los tiempos del Comando, nos sabemos cuándo. En principio sería desde Gulp en adelante, ahí ya no hay tanto material inédito, hay algunas cosas, pero es como que es mucho más conocida la historia masiva de Los Redondos, lo cual permite otro tipo de narración. Se trata de una etapa más insitucinacionalizada que posibilita otros saltos porque los cambios tal vez no son tantos; sí lo son en la masividad que van teniendo en cuanto al público. Además nosotros tenemos vidas que llevar adelante, y los tiempos están dados por tratar de tener un acabado de la película que nos conforme a todos, en ese sentido siempre estamos intentando llegar a la mejor película posible. Como nadie nos apura, los tiempos las manejamos nosotros.

Narrar con la película los orígenes de Patricio Rey es tal vez clarificar la estructura del mito, ¿lo percibieron así?

Sí, tal cual. Entendemos a los mitos como visiones que explican el surgimiento de un mundo, como los mitos griegos por ejemplo. Y nos pasó un poco eso, encontramos muchas cuestiones que son lineamientos y bases que después Los Redondos mantuvieron, incluso, con todos los cambios que tuvieron: una banda profesional de cinco músicos que llenaba estadios, con una estructura gigantesca en relación con lo que pasaba en La Plata, que era un happening total, que había de todo y los músicos eran un número más, con monologuistas, actores, fotógrafos, artistas plásticos, bailarinas y un público que no era público, porque era como una fiesta donde subían y bajaban del escenario, era todo el mismo espacio. Sin embargo, hay cuestiones que tienen que ver con la autogestión, con manejarse de manera independiente, con el espíritu de la fiesta, con el mantener un espíritu libre, y son todas cuestiones que están en la historia de Los Redondos al margen de que hayan cambiado muchas cosas, es un nervio que se mantiene inalterable, a través del cual, incluso al día de hoy, el Indio y Skay conversan.

¿Tuvieron algún tipo de contacto con Indio, Skay y Poli?

Sí, le hicimos llegar la película a los tres. A Semilla también, que no aparece en la película pero también estuvimos con él. Ellos valoraron el trabajo. Nosotros teníamos el sueño de entrevistarlos pero sabíamos por la historia de ellos que una entrevista audiovisual era prácticamente imposible, pero si los contactamos. Trabajamos como por círculos, de la periferia al centro, y cuando ya habíamos hecho todas las entrevistas que pudimos nos contactamos y les mostramos un corte más avanzado de lo que había.

¿Desde el primer momento decidieron que el proyecto tendría el mismo espíritu de Patricio Rey en cuanto al anonimato y la autogestión?

El tema de la autogestión y de hacerlo de manera independiente para nosotros es muy importante. Es la idea que tratamos de llevar a adelante, incentivando también a que eso suceda cuando vemos gente haciendo cosas. Nos parece que es una forma de poder hacer lo que a uno le gusta y quiere de una manera que te permite manejar los tiempos, de decidir sobre lo que se está haciendo. Después lo otro estaba dando vueltas, porque en la primera época el juego de Patricio Rey estaba muy presente. Incluso, habíamos armado la idea de una búsqueda de Patricio Rey que al final no quedó en la película. Al llegar el momento de presentar públicamente la película retomamos un poco esos preceptos de Patricio Rey, según los cuales la identidad no agrega nada al hecho artístico, que es importante que la obra hable por sí misma y que es fundamental combatir al ego. Y hoy se resignifica porque el mundo en que vivimos es de una súper exposición total, en todos los medios, en redes sociales y demás, uno puede llegar a ser como una celebridad dentro de su círculo de amigos, es raro, por eso nosotros no hacemos fotos. Es un documental sobre Los Redondos y aparecen imágenes de esa época que son lo que más fuerza tiene, no aporta en nada que aparezca una foto nuestra.

¿Cómo es la dinámica de la exposición del filme?

Una de nuestras premisas es proyectarla de manera autogestionada, poder producir o coproducir con alguien las fechas. Las que tienen que ver con los viajes al interior, en general, son personas que se contactan con nosotros a través de la página web o de Facebook y, cuando vemos que es viable, que es una propuesta seria, le damos para adelante. A nosotros nos encanta presentar la película y fundamentalmente en lugares donde no ha estado. Poder viajar por el país para nosotros es parte del alucinante viaje de Patricio Rey.

¿Ustedes participan de cada expectación?

Si, otra de las cuestiones que nos gusta es generar ese espacio de encuentro, la posibilidad de ver una película con otra gente, en un cine, o en un teatro, con una pantalla grande, con un buen sonido. Por lo general, mucha de la gente que va es ricotera, aunque también van otros públicos, porque la película tiene un cruce permanente con el contexto político, social e histórico. En ese sentido, si bien el eje vector es la historia de Los  Redondos, esa historia está inmersa en un país, en algunas ciudades, en un tiempo, en plena dictadura militar… contextualizada la historia tiene otro valor y otro peso…

¿Han sido tentados por la industria para cooptar el trabajo?

No tanto, ha habido algunos casos pero no, no hubo nada muy serio que digamos.

Tampoco nos interesa, nosotros sabemos la fuerza que tiene la película y el trabajo que es, somos conscientes de lo que hemos hecho y de la repercusión que viene de la gente que que no es cercana, que puede dar una devolución sin ciertos filtros en relación a una devolución que puede darte alguien que te conoce. La recepción ha sido muy buena siempre, y además nuestra película no es un tanque de Hollywood, no estamos compitiendo con eso.

¿Tienen en mente en algún momento hacer una reproducción seriada del filme?

Puede ser, más adelante es probable que hagamos algo. Queremos hacer una linda edición, nos gustaría que sea un lindo objeto para tener y para relacionarse con él, somos un poco románticos con eso también. Somos un poco así en la vida… uno entiende el mundo en que vive pero así y todo trata de tener ciertos refugios para escapar.

FOTÓGRAFO Quique Peñas. Bambalinas Primeros 80's : Skay y las Bay Biscuits

FOTÓGRAFO: Quique Peñas. Bambalinas Primeros 80’s : Skay y las Bay Biscuits

Actualizada 06/12/2016