Campaña de largada

Campaña de largada

Entre tantos sucesos desconocidos que trajo el virus, uno de ellos son las votaciones en  contexto de pandemia. Tras largas negociaciones y debates, a comienzos del mes pasado la Cámara de Senadores convirtió en ley el proyecto que posterga la realización de las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), así como también las Generales, por lo que, a nivel nacional, nuestro país irá a las urnas primero el 12 de septiembre y luego el 14 de noviembre. 

Más allá de Argentina, según un informe elaborado por el Instituto por la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA, por sus siglas en inglés) sobre su realización durante la pandemia, en el período que abarca febrero 2020 – junio 2021, más de cien países ya han llevado a cabo sus comicios. En septiembre, el nuestro pasará a integrar la lista de quienes pospusieron y posteriormente celebraron las elecciones. 

Ante este panorama, ANCCOM dialogó con tres especialistas en comunicación y política para ahondar en las cuestiones que rodearán a estas votaciones tan particulares: Juan Courel, consultor político; Sergio De Piero, politólogo y profesor de la Universidad Nacional Arturo Jauretche y la Universidad Nacional de Buenos Aires; y Mariano Fraschini, doctor en Ciencia política y coautor del libro Liderazgos en su laberinto. Cómo ejercen el poder los presidentes sudamericanos del siglo XXI

Campaña pandémica 

De acuerdo al nuevo cronograma establecido por la Cámara Nacional Electoral, el sábado 24 de julio iniciará la campaña para las PASO, que concluirá el 10 de septiembre a las ocho de la mañana, momento en el que comienza la veda electoral. Veinte días más tarde, los partidos políticos podrán retomar sus acciones de cara a las Generales hasta las ocho de la mañana del 12 de noviembre. 

Para Courel, lo primero a destacar es un fenómeno que “lleva unos cuantos años” en el que las “campañas de medio término generan poco interés”, por lo que será “difícil llamar la atención alrededor del debate electoral” en el contexto de crisis. En ese camino, según plantea Fraschini, emergen dos agendas: económica-social, usual en cada disputa, y de “calidad institucional”, si es que la logra instalar la oposición, ya que para él es la que “menos chances tiene” de convertirse en un eje trascendental. Por otro lado, De Piero desliza que tendrá que ver más con aspiraciones políticas, ya que el gobierno “necesita consolidar una mayoría en la Cámara Baja” y los opositores “deben resolver una cuestión interna a partir de la definición de liderazgos”.  

Lo cierto es que el oficialismo alcanzaría quórum propio en la Cámara de Diputados consiguiendo sólo diez bancas más de las que pone en juego, y la situación sanitaria y posible recuperación económica que se frenó en mayo a raíz del aumento de casos, serán las variables más importantes. Lo que está en juego, marca Courel, es “quién y cómo es capaz de generar una salida”. De Piero y Fraschini coinciden en que el gobierno puede llegar a mostrar ciertas cuestiones a favor en ese sentido. Courel agrega que deberá ser capaz de “renovar la promesa del 2019”, haciendo entender que, si no se cumplió, fue “por factores externos”. 

Por otro lado, los tres especialistas acuerdan en la manera en que se presenta la principal oposición de cara a estas elecciones. Courel apunta que habrá un intento de que “la discusión sea más ideológica” por la “dificultad para mostrar capacidad de resolver lo económico”. En la misma línea, De Piero nota una campaña muy agresiva, en la que “no hay propuestas comentadas sino ataques a figuras del oficialismo”.

¿Cómo juega la pandemia?

En un contexto mundial donde el coronavirus y las medidas para combatirlo no tienen signo político, la respuesta dada pasa a ser otro de los motivos de apoyo o castigo a través del voto. De esa manera, en especial para los indecisos, el número de contagios y fallecimientos, la ocupación de camas en el sistema de salud, confinamientos, vacunación y ayudas económicas se suman a la lista de factores. También podría incluirse a la pospandemia en el área de las propuestas de campaña para el futuro. 

Para bien o mal, gobernar sirve como vidriera de cara a las elecciones, considerando que los titulares del Poder Ejecutivo cuentan con más recursos que sus rivales. Entonces, la situación excepcional de la pandemia beneficia o afecta a los oficialismos. 

Las crisis son situaciones adversas. Las derrotas de Donald Trump en Estados Unidos o de la golpista Jeanine Añez en Bolivia, entre otros, lo demuestran. A eso se suman estallidos sin precedentes, como en Chile y Colombia. El covid-19 es, al menos, un condimento a no menospreciar. Sin embargo, las elecciones legislativas con victorias para gobernantes, como en México, compensan el panorama. Fraschini hipotetiza que “hace cinco años que hay una insatisfacción prevaleciente con los oficialismos”, inaugurada por Mauricio Macri en 2015, lo que puede conjugarse con “lo perjudicial para la economía de la pandemia y las respuestas dadas” para terminar arrojando un mejor o peor escenario. 

Courel puntualiza que, en ese escenario, “Argentina no está tan mal” pero que el oficialismo tiene que “saber renovar el compromiso de 2019 y regenerar la confianza”. Allí se vuelve relevante la comparación de nuestro país con la región, donde para De Piero el gobierno puede mostrar como logros que “no haya desbordado el sistema sanitario” y el “alto nivel de vacunación”. En definitiva, complementa, “que ofreció cuidado y presencia del Estado ante la situación crítica”.   

El número que más interesa

Sin embargo, hay que tener en cuenta que van a ser unos comicios particulares. El dato al que hay que prestarle más atención es a la participación electoral. Acá, y en el mundo, la pandemia provocó una baja de la asistencia, que debe paliarse con las herramientas de cada sistema, por ejemplo el voto anticipado y por correo en Estados Unidos, o con medidas inéditas, desdoblando en dos jornadas, como en Chile. 

En nuestro país tenemos al menos dos antecedentes durante este año. Ambos con victorias oficialistas y con una disminución del porcentaje interesante. El 6 y 27 de junio se votó en Misiones y Jujuy, respectivamente. En la primera fue a votar un poco más del 60 por ciento del padrón y en la segunda alrededor del 65. Desde 2001 siempre se había sostenido por encima del 70. Por eso, para Courel, el gran tema es “cómo llamar la atención de la gente” a partir de la “creatividad de los equipos de campaña” y la “total  mediatización” de la vida actual. 

En contraposición, Fraschini menciona que la menor cantidad en las PASO suele suceder y que aumentará para las Generales, en línea “con una vacunación más acelerada y mejores condiciones”. De Piero coincide en que es esperable que se vea afectada la participación, sobre todo porque “el clima no va a ser electoral”. Agrega, además, que el “entusiasmo en el espacio público va a ser reducido”, señalando que el oficialismo pierde uno de sus recursos más importantes, como lo es la movilización ciudadana. 

El escenario de alerta para votar en pandemia está planteado. De cara a las nacionales, en el trayecto Salta irá a las urnas el 15 de agosto y cuatro días más tarde lo hará Corrientes, única provincia que por ley tiene los comicios desglosados. También se sumará Santiago del Estero, aún sin fecha definida. Estas últimas dos, además de cargos legislativos, eligen gobernador. La cuestión es que deben implementarse medidas para aumentar el porcentaje de asistencia. Ya sea por miedo, cuidado o falta de interés, la clave es conseguir que la mayor cantidad de personas participen para así seguir fortaleciendo la democracia.

Paso a paso se postergan las PASO

Paso a paso se postergan las PASO

 

La discusión acerca de las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) resurgió estos días, a partir de un encuentro en la Casa Rosada entre el presidente del PRO en la Cámara de Diputados, Cristian Ritondo; Jorge Macri, intendente de Vicente López y el oficialismo, donde se presentó un programa de infraestructura para Buenos Aires. Hasta el momento son cinco las provincias que, por distintos motivos, tendrán calendario electoral propio: Corrientes, Jujuy, Misiones, Salta y Santiago del Estero. 

Según un informe elaborado por el Instituto por la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA, por sus siglas en inglés) sobre la realización de elecciones durante la pandemia, en el período que abarca febrero 2020 – marzo 2021, hay 88 casos en los que se mantuvo la fecha y 41 en los que se pospuso. En nuestro país, la modificación de cualquier plazo incluye cambios en el resto del cronograma electoral, por lo que la presentación de listas y candidatos y el inicio de la campaña también se verían alteradas. 

El 16 de marzo la Cámara Nacional Electoral publicó el calendario, de acuerdo a las fechas que se establecen en el Código Electoral y la Ley 26.571, conocida como Ley PASO. Allí se establece que las Primarias serán el segundo domingo de agosto, es decir el 8, y las Generales el cuarto domingo de octubre, en este caso el 24. Para cualquier modificación es necesario consenso político ya que las leyes electorales se aprueban con mayoría calificada (la mitad más uno) en cada cámara. Por esa razón el jueves 8 de abril, aunque de manera informal, se reunieron representantes del Frente De Todos y Juntos por el Cambio en el Congreso de la Nación. La idea es sumar al resto de los bloques.

Danza de proyectos 

El primer espacio en presentar su iniciativa fue el interbloque Unidad Federal para el Desarrollo, liderado por el mendocino José Luis Ramón. El 26 de octubre propuso un “suspender las PASO y reasignar los fondos al fomento de la actividad productiva de las pequeñas y medianas empresas”, describió en diálogo con ANCCOM. Ramón aclara que el proyecto está sujeto a un “informe del Ministerio de Salud sobre el estado de la pandemia” ya que “no es momento de resolver problemas de fondo”. 

En diciembre se presentaron otros dos. Pablo Yedlin, diputado nacional del Frente De Todos, considera que suspender las PASO por única vez sería “un gesto político”. El proyecto, que lleva la firma de varios legisladores oficialistas, surgió del “consenso de varios gobernadores del norte del país”. El segundo estuvo a cargo de Carla Carrizo, diputada por la Unión Cívica Radical, por el contrario, prohíbe su suspensión por considerarlas “parte integrante del proceso y sistema electoral”. A su vez, propone reducir los plazos entre las PASO y las Generales, trasladando a las primeras un mes hacia adelante. 

La búsqueda de consensos

Con un comunicado conjunto a principios de abril, Juntos por el Cambio sentó su postura en contra de la modificación de cuestiones electorales por considerarlo “inoportuno”, a pesar de que, durante el gobierno de Mauricio Macri, en más de una vez esa fuerza política expresó el excesivo gasto que implican las PASO. De todas maneras, dejó la puerta abierta a una negociación si la propuesta “significa una mejora estructural”. Esa será la puja entre las dos principales coaliciones políticas durante estas semanas. Hay acuerdo para avanzar en una comisión parlamentaria de seguimiento de la pandemia que incluya a varios actores de la sociedad.  

Atrás parecen haber quedado la opción de suspenderlas, respaldada por gobernadores norteños y por el presidente Alberto Fernández, y la intención de realizarlas el mismo día que las Generales, comentada por Sergio Massa, presidente de la Cámara de Diputados. La cuestión es acordar la postergación. El borrador, que no tiene carácter de proyecto de ley aún, presentado por el ministro del Interior Eduardo “Wado” de Pedro, propone llevar las Primarias al 12 de septiembre y las Generales al 14 de noviembre. “Tomamos como base el proyecto de la diputada Carrizo”, aseguró Cecilia Moreau, vicepresidenta del bloque oficialista en la Cámara Baja, y aclaró que: “tener un mes más para vacunar, es muchísimo”. 

Cristián Ritondo, de Juntos por el Cambio cuenta, en diálogo con ANCCOM que, a la reunión del 8 de abril, su fuerza llevó tres propuestas: “Boleta Única de Papel, la vuelta del voto postal para argentinos en el exterior y que efectivos de las Fuerzas Armadas, el día de los comicios estén en funciones puedan sufragar en la mesa más cercana”. 

De Pedro remarcó que esto es una “cuestión excepcional” y que “las modificaciones y reformas más profundas deben ser discutidas fuera de este calendario”, por lo que las primeras dos cuestiones fueron rechazadas. “Sobre la tercera van a buscar un sistema para dar la posibilidad”, completó Ritondo. Si bien aseguran que se va a seguir negociando y que se trasladará el borrador a su Mesa Nacional conjunta, Juan Manuel López, presidente del bloque de la Coalición Cívica, aclaró que “este es el momento para cambiar la ley por los plazos que establece el cronograma electoral”. 

En el Senado, la situación está más encaminada por la mayoría propia del Frente De Todos y por la postura de la primera minoría. Humberto Schiavoni, presidente del bloque del PRO, considera que es “muy grave desde el punto de vista institucional modificar las reglas del juego de la democracia”. En línea con el comunicado de su partido, afirma que no considerarán “cuestiones coyunturales en función de intereses oportunistas”. Schiavoni, senador por Misiones, criticó el accionar de los oficialismos provinciales que desdoblaron el calendario, ya que demuestra “una cuestión de cálculo electoral” y agregó: “Si llegamos a agosto sin tener inmunizada a la población de riesgo, las PASO van a ser un problema menor”. Por su parte, Anabel Fernández Sagasti, vicepresidenta del bloque oficialista, pidió a la oposición “tener en claro que no es una cuestión partidaria, sino sanitaria”, ya que en agosto “históricamente suceden los picos de las enfermedades respiratorias”, y espera que haya consensos. 

El resto de los bloques

Por el lado del interbloque representado por José Luis Ramón mencionan que van a estar a favor de cualquier iniciativa “que cuide la vida y la salud” y en contra de la “especulación política”. En el interbloque Federal se notan las disidencias internas. El bloque Consenso Federal, encabezado por Alejandro Rodríguez, insiste en implementar la Boleta Única de Papel para la votación de cargos electivos nacionales por creer que “ayuda a minimizar la exposición al Covid-19” al reducir “una gran cantidad de acciones propias del proceso electoral”.

Enrique Estévez, del bloque Socialista, agregó que la “dicotomía entre elecciones y vacunas es falsa”, ya que si se quiere ahorrar “debería implementarse este tipo de boleta”. Estévez consideró que el Gobierno “debería convocar a todos los partidos políticos para analizar las fechas”, pero que no están de acuerdo “bajo ningún punto de vista” en suspenderlas. Esa línea coincide con la postura de Luis Contigiani, del Frente Progresista Cívico y Social, pero los otros dos espacios del interbloque sí se mostraron a favor de la suspensión. “Más allá de que históricamente estuvimos en contra, no podemos estar hablándole a la gente de elecciones en mayo”, declaró Carlos Gutiérrez, uno de los hombres de Córdoba Federal, que responde al armado del gobernador Juan Schiaretti. Al mismo tiempo, Andrés Zottos, del Justicialismo, expresó que “exponer al pueblo a votar dos veces en esta situación de pandemia es riesgoso, sumado a lo que se gasta”. El diputado nacional por Salta planteó que con el dinero podrían “comprarse vacunas o insumos para hospitales”.   

Por último, en el Frente de Izquierda y de los Trabajadores también hay disidencias, si bien coinciden en catalogar a las PASO como un “piso proscriptivo”. Juan Carlos Giordano, de Izquierda Socialista, considera que se tendrían que eliminar porque “postergar un mes no cambia nada” y repudió que “el gobierno y la oposición estén especulando electoralmente”. Por su parte, Nicolás del Caño, del Partido de los Trabajadores Socialistas, señaló que la suspensión es un “planteo de los oficialismos a nivel nacional, y provincial de la oposición como Jujuy y Corrientes”. Sobre su postura, afirmó: “No se pueden cambiar las reglas de juego el mismo año electoral, pero sí podríamos considerar la postergación por un mes”. Además, pidió que más adelante haya una “discusión global” sobre el tema.  

El oficialismo, encabezado por “Wado” de Pedro y Sergio Massa, deberá negociar con todas las partes involucradas contrarreloj, mientras avanza el plan de vacunación. La Acordada Extraordinaria N°20 de la Cámara Nacional Electoral, que publicó el calendario electoral, estableció que el 10 de mayo sea la fecha límite para que el Poder Ejecutivo Nacional convoque a las PASO.

“Quiero ser candidato a gobernador”

“Quiero ser candidato a gobernador”

 

¿Cómo ve las políticas de desarrollo social del Gobierno nacional y del provincial?

Las veo mal. El objetivo del desarrollo social en cualquier país es que haya menos pobreza y desocupación. Pero la situación social está empeorando mucho. Se están recortando programas relacionados a los jóvenes y, si bien es cierto que queda mucha gente con programas sociales, se desacomodó la economía y ya no alcanzan. Esto empeora en la provincia de Buenos Aires, en esencia porque el sistema de salud se está complicando mucho, los médicos no tienen insumos. También empeora el sistema educativo. Yo siempre creo que el ministro de Desarrollo Social nació para pelearse con el ministro de Economía, para lograr los recursos necesarios. Eso hoy no está pasando, no hay una política social activa de verdad, que transforme. No veo, por ejemplo, por qué no se decreta la emergencia alimentaria. El resultado de esta política de Gobierno es más pobreza y más desigualdad.

¿Hacia dónde conducen estas políticas?

A mí me parece que el Gobierno imagina un país que es: soja, minería, sector financiero y salarios bajos. La Argentina es competitiva en lo que es tradicional, producción primaria, el mundo financiero que es fuerte y salarios bajos. Ese modelo deja veinte millones de personas afuera. Creo que no sólo es muy negativo en términos éticos y de valores, sino que es un gran error económico también. Porque, en realidad, el que no lo ve con el corazón, al que no le causa dolor y tristeza ver tanta gente afuera, debería verlo por la racionalidad económica: la persona que no tiene plata no consume y si no consume no mueve la economía local.

¿Cómo se podrá revertir ese proceso?

Va a ser muy difícil reconstruir este proceso. Porque además de ese modelo van a quedar muchas condicionalidades. El acuerdo con el Fondo Monetario va a dejar condicionalidades muy altas, van a quedar muy desacomodados muchos sectores productivos, la apertura de importaciones desacomoda un montón de sectores.

Viene un trabajo muy fuerte para hacer. La Argentina requiere de un tipo de políticas muy diferente. Creo que lo que viene después de esto es un gobierno de equilibrio, uno que pueda asegurar criterios, fijar algunas pautas de lo alimentario, que apunte a cortar la venta de droga en los barrios. Va a requerir de mucho consenso, por eso creo mucho en la unidad opositora. Este gobierno es irresponsable. No sólo deja a un montón de gente afuera, sino que construye absurdamente un modelo ingenuo de vínculo con el mundo. Es ingenua porque ahora además llegó (Donald) Trump y el mundo se cierra. Es una idea inviable.

Usted habla de la existencia de “las cuatro Argentinas”, tal como tituló su libro publicado en 2016,  y de la fragmentación social como principal conflicto en el país. ¿Cómo se resuelve ese problema?

Las cuatro argentinas son: una Argentina de los más pobres, los que no tienen lo mínimo, una vulnerable de las changas, una de clase media y una de clase alta. La fragmentación es el peón de taxi que es vulnerable y cuando hay un corte dice: “Yo laburo todo el día, a mí no me regalan nada y a vos te dan todo”. El de clase media dice: “Yo pago todos los impuestos y todo va para allá”. Mi miedo es que las tres Argentinas de arriba entiendan que el problema es la Argentina de abajo y que se potencie aún más la fragmentación. Esta fragmentación consiste en que los distintos sectores se vean de forma contradictoria, el “soy yo o sos vos”, hay conflicto y tensión.

¿Y cómo se combate el núcleo duro de pobreza?

El núcleo duro de la pobreza tiene tres situaciones. Una de las más importantes es la pobreza intergeneracional, esto es que alguien nace pobre, sus padres fueron pobres, sus abuelos fueron pobres y hay todas las chances de que sus hijos sean pobres. Segundo, hay un problema de infraestructura,  de vivienda, de servicios básicos, hay mucha gente que vive en Argentina como en el siglo diecinueve. Y el tercer elemento es la falta de movilidad social, el no vínculo con el mercado laboral, más que una changa de vez en cuando. Por todo esto, en primer lugar hay que hacer tres millones de viviendas en Argentina. Es una gran política de derechos y es un gran programa de empleo, a la vez, dando laburo a mucha gente. Segundo, yo creo mucho en la obra pública de pico y pala, es mano de obra intensiva. La Argentina es un país de tres siglos: en el siglo veintiuno está el que le pone valor agregado a la soja, el mundo del conocimiento. En el siglo veinte está la señora que cose ropa en su casa, el gasista y el plomero. Y en el siglo diecinueve está el pibe sin secundario completo. Eso es el mercado laboral. Hay que hacer mucha obra pública y dar trabajo en ese sector, hay que cuidar la industria textil, hay que armar un conjunto de elementos que vayan sacando a la gente de la pobreza estructural.

La Argentina tiene recursos económicos, humanos y naturales, produce alimentos para cuatrocientos millones de personas. Habla mal de todos nosotros, me incluyo, que tenga pobreza estructural.

Daniel Arroyo conversa en su despacho con la redactora de ANCCOM.

«Lo primero que hay que hacer en la Argentina son tres millones de viviendas», dice Arroyo.

¿Cuál es el rol de las nuevas universidades en este aspecto?

Las nuevas universidades son un factor de movilidad social, por varias razones. Primero porque estás acercando el mundo del conocimiento y de la investigación a lugares alejados del centro, comprendido como la Capital Federal. Segundo porque el ochenta y cinco por ciento de los chicos son primera generación de universitarios. Impulsar una primera generación de universitarios en el conurbano para mí es de un valor impresionante. Y tercero, quienes en general critican no fueron, no vieron cómo funcionan. Estudiar abre cabezas, oportunidades, genera condiciones, brinda movilidad social ascendente. Soy muy amigable con la idea de las nuevas universidades, hay que potenciarlas. Me gusta mucho lo que están haciendo varias de esas universidades.

¿Cómo ve el camino hacia el 2019? ¿Considera posible una unificación electoral del peronismo?

Yo tengo un gran miedo y es que me parece que se está rompiendo el contrato social. La sociedad se está desenganchando del Gobierno. Yo fui electo diputado en 2017. Vi la campaña como una especie de matrimonio, que si bien no estaba andando bien, llevaba sólo un año y medio y había que esperar. Pero después el Gobierno planteó un conjunto de políticas brutales, quedó muy desnudo, muy desacomodado. Frente a eso la sociedad se desenganchó del Gobierno, pero no ve nada en frente. Esa sensación de vacío es la ruptura del contrato social, que el Estado no acompaña, que cada uno individualmente tiene que hacer lo que puede. Es crisis de representación, con el Gobierno y la política en general. En ese contexto, la unidad del peronismo no es opcional. Creo que lo vamos a lograr, trabajo mucho para eso. Mi idea es que el siglo veintiuno es el siglo de los frentes electorales, no de los líderes únicos. Tenemos que ir a una gran PASO, una gran primaria. Espero que nadie se tiente con las vanidades en este contexto. Fragmentados gana el Gobierno y de esa manera quedan veinte millones de personas afuera.

¿Visualiza una candidatura?

Quienes somos opositores tenemos la obligación tanto de construir la unidad como de llenar el vacío del Estado. En ese contexto quiero ser candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires, como uno de los que discuta en ese espacio para ir a las PASO.

Si llegase a asumir un gobierno peronista ¿qué considera que debería pasar respecto al acuerdo con el FMI? ¿Cuáles son las primeras medidas que deberían tomarse en términos de inflación y recesión?

Me parece difícil que en este Gobierno se cumpla el acuerdo con el FMI. Si ya no está cumpliendo las metas, se le disparó el dólar, usa los fondos para evitar una corrida bancaria que igualmente sucede, hay fuga y saqueo constantemente. Hay que hacer una apertura del mercado interno, todo lo contrario a recortar y endeudar. Hay que ver en un nuevo gobierno en qué consiste este acuerdo y avanzar. Pero lo que necesita la Argentina no es la línea que fija el Fondo. Lo peor que hizo el Gobierno hasta ahora fue liberar el precio de los combustibles y dolarizar las tarifas, eso es inadmisible. En términos de inflación, el Estado tiene que tener capacidad de regular, todo se está yendo a precios. Debería haber un secretario de Comercio de verdad, tener una mirada más keynesiana, generar un consejo económico y social con los trabajadores y definir metas de verdad de inflación, generar equilibrio. El gobierno tiene claro qué hacer con el mercado, pero no sabe qué hacer con el Estado.

 

Mitos y verdades del voto electrónico

Mitos y verdades del voto electrónico

El proyecto de implementación del voto electrónico está rodeado de llamados de atención. ANCCOM dialogó con especialistas, informáticos, politólogos y comunicadores para detallar los argumentos de quienes sostienen que el nuevo sistema pone en riesgo los principios fundamentales del voto consagrados en la Constitución Nacional y en las normas electorales. Los expertos explicaron las razones para desandar el laberíntico camino de los defensores del sistema que encierra al engendro mitad máquina, mitad papel, alertaron sobre el riesgo de elecciones controladas por escribas, y pusieron en duda las promesas de una ilusión modernizadora.

El proyecto enviado por el Poder Ejecutivo Nacional al Congreso propone el reemplazo del instrumento de votación para pasar de las boletas múltiples partidarias a la boleta electrónica. Sin embargo, sus pretensiones exceden ese punto. El texto también incluye modificaciones referidas al orden de la oferta electoral, el funcionamiento de las PASO (Primarias Abiertas, Simultaneas y Obligatorias), la unificación del calendario electoral y las atribuciones de la autoridad de aplicación, entre otros puntos.

La implementación del voto electrónico o “boleta única electrónica” está en el centro de esa discusión más amplia. El gobierno apuesta a conseguir su instrumentación como un mecanismo seguro contra el robo de boletas, el clientelismo y las colectoras.

Quienes se abocan al estudio del voto electrónico definen nuevos y viejos problemas y mencionan la presencia de otros actores con capacidades de vulnerar el proceso electoral.

Beatriz Busaniche, integrante de la Fundación Vía Libre y docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA), advierte sobre “una reforma irresponsable”. Y sentencia: “Los problemas no se ven y entonces no se puede articular una resistencia. Es la peor amenaza desde el retorno a la democracia”.

Beatriz Busaniche- fundación Via Libre.

Beatriz Busaniche- fundación Via Libre.

Javier Smaldone es programador y administrador de redes en sistemas y, como Busaniche, participó de la reunión plenaria de comisión de la Cámara de Diputados para debatir el proyecto oficial. También advierte sobre ciertas debilidades de la iniciativa. “Incorporar tecnología acríticamente no es modernidad, pero acá lo que hay es un afán por agregar tecnología informática donde sea, por más que en muchos lugares no las usemos, ya sea por cuestiones de costos o confiabilidad. Nosotros no nos oponemos al uso de la tecnología informática en general, decimos que hay que tener cuidado con cómo y dónde se usa. Sí somos contrarios a su uso en la emisión del sufragio. Ahí no se debe aplicar porque el estado del arte indica que no hay garantías”, advierte.

Otra de las voces de alerta es la del matemático y especialista en seguridad de los sistemas de información Enrique Chaparro. Fue uno de los expositores del debate “Voto electrónico: mitos y verdades”, organizado por la Fundación Vía Libre que también integra. En ese marco, Chaparro advirtió que las reservas sobre el proyecto exceden las cuestiones técnicas. “Es un problema también conceptual, no podemos construir máquinas de voto electrónico seguras, ni relativamente seguras, con los conocimientos que tenemos al alcance porque sus requerimientos son distintos de cualquier otro sistema”, explicó durante la charla en el ND Ateneo de la que participó ANCCOM.

Secreto vs rapidez

Los funcionarios nacionales defensores del nuevo sistema hablan de la necesidad de exigir un sistema de votación “fácil y rápido”.  Para Busaniche esas no deben ser las principales pretensiones. “El voto tiene que ser secreto, universal, y se debe preservar la integridad de la voluntad del votante. Pero cualquier implementación de voto electrónico implica desatender al menos una de estas características que el sistema electoral debe asegurar. Es el teorema de la sábana corta, si velas por la integridad lo podés hacer pero a riesgo del secreto. No es un cajero bancario, ahí garantizás la integridad de la transacción pero no podés tener secreto, y si velás por el secreto dejás desprotegida la integridad. Entonces, todas esas características son posibles de vulnerar, posibles, pero lo que es seguro es que vas a eliminar la auditabilidad por parte de los ciudadanos. Ese derecho se pierde”, sentencia.

Smaldone va incluso un poco más allá. Y subraya: “El secreto del voto tiene que ser una garantía que le debe constar al votante. Porque principalmente las personas más vulnerables, que dependen de un plan social, o incluso cualquier otra, pueden ser amenazadas por un puntero que los convenza que puede saber cómo votaron. Y ante la duda, ¿qué va a hacer el elector?”

Desde el escenario de ND Ateneo, Chaparro desandó los argumentos técnicos y advirtió que “algorítmicamente un sistema de voto electrónico no es algo particularmente complicado de construir”, pero subrayó que “el problema es pedirle que garantice cosas que son contradictorias entre sí”. “Le pedimos que el voto sea íntegro en todo su recorrido, que el votante efectivamente vote lo que pretendía votar, que se registre lo que votó y que se cuente lo que se registró. Pero además estamos pidiéndole que haya desvinculación absoluta e irreversible, es decir, en cuanto fulano emitió su voto no tiene que haber ninguna conexión posible entre ese resultado y quien lo hizo. Es imposible garantizar que se mantengan simultáneamente verificabilidad, integridad y privacidad perfectas. Al diseñar un sistema electoral uno tendría que resignar algo de eso”, explicó.

Joaquin, joven que descubrio fallas en el sistema del voto electronico en Argentina.

Joaquin, joven que descubrio fallas en el sistema del voto electronico en Argentina.

Fiscales, fraude, hacking

Tomás Aguerre, politólogo e integrante del colectivo Artepolítica, reivindica la presencia de los fiscales en el proceso.“El respaldo papel es solo un resguardo – insuficiente en sí mismo- para evitar inconvenientes graves del voto electrónico. Y aún si es cierto que los sistemas electrónicos pueden llegar a disminuir los riesgos con el respaldo en papel, tenés que chequear. Entonces los fiscales se necesitan igual”, explica.

Las autoridades de mesa abren las urnas donde se encuentran las boletas o respaldo en papel, deben retirarlas y acercarlas a la máquina -la misma que se usa para votar, se emplea para contar- que leerá el contenido del chip y contabilizará el voto. Allí, en teoría, se debería corroborar si lo que fue impreso en la boleta coincide y se refleja correctamente en la pantalla. No sólo si el partido o candidato es el efectivamente seleccionado sino también el número de votos que contiene el chip de la boleta.

Aguerre menciona distintos videos de las últimas elecciones provinciales en Salta en los que se puede ver que las autoridades de mesa acercan la boleta sin siquiera mirar la pantalla de la máquina.

En línea con Aguerre,  Smaldone, afirma: “La base del sistema debe ser la fiscalización de los partidos y de los ciudadanos. No confío en un sistema que prescinda de los fiscales”. Y remata: “Combatir el robo de boletas con la boleta única electrónica es querer matar mosquitos a cañonazos”.

Además de la fiscalización por parte de los partidos políticos los referentes se detienen en particular en quiénes tienen la potestad para auditar el proceso. Smaldone dice que “hoy el control lo hace el ciudadano, cualquiera puede denunciar fraude”. Un sistema auditable únicamente por especialistas “es un sistema basado en la confianza en terceros”, concluye.

El voto electrónico, alertan los especialistas, podría ¿abaratar? el fraude con nuevos actores.

El común de los ciudadanos no puede interpretar el proceso de auditar una elección sin ayuda externa. Un protocolo es tolerante a fallas bizantinas [aquellas que hacen que el sistema continúe, dando impresión de funcionar como se espera] cuando es posible tener una mayoría honesta que mantenga correctamente la ejecución del protocolo. Esto sucede en los sistemas manuales porque hay cooperación adversaria: el fiscal del partido A colabora con el del B no porque sean amigos sino para que el B no obtenga ventajas indebidas y recíprocamente. Nuestros sistemas manuales son resistentes a esas fallas, el problema es que cuando ponemos una máquina, que siempre es tautológica, dice cosas sobre sí misma, pero no admite un control externo inmediato en cada paso.

Smaldone completa el argumento: “La auditoría es necesaria porque el ciudadano no lo puede controlar, y nunca va a ser concluyente”.

Y Busaniche agrega otra complejidad: “Está también la cuestión de la propiedad privada porque todo lo relacionado con software está regulado por propiedad intelectual. Entonces muchas veces se ha usado a nivel internacional la cuestión de la propiedad intelectual para obturar la auditoría autónoma. En otros casos en que se permitió la auditoría, se inhabilitó la publicación de los resultados porque vulneraba la propiedad intelectual de los titulares del derecho”.

El nivel de independencia de las auditorías (la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA auditó el sistema de voto electrónico utilizado en las elecciones de la Ciudad de Buenos Aires) también forma parte de la discusión pendiente.

El pasado 06 de septiembre, en el ND teatro, se realizó una conferencia para que distintos panelistas expongan sobre el voto electronico y sus posibles implicancias. Organizó la fundación via libre.

El pasado 06 de septiembre, en el ND teatro, se realizó una conferencia para que distintos panelistas expongan sobre el voto electronico y sus posibles implicancias. Organizó la fundación via libre.

Sábanas, personalismos y estructura

Los sistemas de votación electrónica implementados en el país proponen al ciudadano un menú de dos opciones: “votar lista completa” o “votar por categorías”. Este menú genera un contrapunto entre quienes sostienen que se alienta el arrastre horizontal -o por la negativa, desalienta el corte de boleta- y quienes acreditan que el sistema alienta el voto cruzado, lo que derivaría en uno de los temores de politólogos y estadistas: un gobierno dividido y la posible parálisis institucional.

Una característica que no es ajena al sistema actual de boleta partidaria es lo que popularmente se conoce como listas sábanas: “Con este proyecto de reforma tampoco se disuade la lista sábana en sentido horizontal, esto es, la lista a distintas categorías pegadas entre sí, porque la primera alternativa que ofrecerán las pantallas será la de votar la lista completa. Por otro lado, el artículo 15, que regula el diseño de las pantallas, sostiene que en el caso de candidaturas legislativas debe figurar en la pantalla ´al menos´ el nombre y apellido del primer candidato. Es decir que el elector decidiría sobre el primer candidato sin conocer nunca el nombre y apellido del resto de los integrantes de la lista”, advierte Tomás Aguerre.

Obsolescencia y medioambiente

La obsolescencia -muchas veces programada- de los electrodomésticos o máquinas que cualquier ciudadano adquiere habitualmente fuerza en cierto tiempo a mantener o renovar los dispositivos. Sin embargo, cuando se trata de tecnología implementada a procesos electorales, el problema se complejiza. “En los lugares de Estados Unidos donde se implementó el voto electrónico, tienen el problema de que las máquinas ya tienen en su mayoría más de diez años y las empresas no siempre hacen soporte o no podés comprarles porque quizás la firma ahora se dedica a fabricar otras cosas. Te atás a que esa empresa las quiera actualizar”, comenta Aguerre en diálogo con ANCCOM.

Busaniche también suma a esa explicación: “Algunos argumentan que dejar de imprimir millones de boletas en papel traerá beneficios ecológicos, pero hasta donde yo sé el papel es reciclable. En cambio las cosas que componen un equipo de votación electrónica tienen daños en toda la cadena: las toneladas de litio usadas en la fabricación de las baterías de las máquinas -esos aparatos deben tener autonomía frente a eventuales cortes de electricidad- generan daños posteriores por los residuos”.

El abogado del joven programador que descubrió fallas en el sistema de voto electronico en Argentina.

El abogado del joven programador que descubrió fallas en el sistema de voto electronico en Argentina.

¿Integrados al mundo?

En la actualidad, sólo siete países tienen boleta electrónica para votar: Bélgica, Venezuela, Brasil, Estonia, India, Filipinas y algunos distritos de Estados Unidos. Entre los países que lo implementaron y volvieron al sistema de papel figuran Alemania y Holanda.

“Las objeciones no son ocurrencias nuestras sino que se trata de los que se está discutiendo e investigando en el mundo. El problema de las elecciones es una inquietud universal, no son cuestiones locales. Hay que atender a las experiencias internacionales, no para trasplantarlas ni despreciarlas”, explica Smaldone.

Y sentencia: “El sistema más utilizado en el mundo es la boleta única papel, también llamada ´australiana´ porque allí se implementó por primera vez en 1856. Es decir, no es una cuestión improvisada, o un capricho nuestro. En cambio el voto electrónico, la tecnología electrónica de votación tiene cincuenta años”.

Ninguno de los consultados se anima a afirmar con certeza las razones del gobierno nacional para resistirse a oír las innumerables críticas al sistema electrónico de emisión del voto.Honestamente no sé cuáles son las razones pero sí sé que para el macrismo es llevar la campaña electoral hasta el momento mismo en que se está votando, hasta el último momento de la elección. Es saltearse todo límite que te pueda poner la ley de no hacer campaña electoral con la obra pública, es el emblema de la obra mayor del PRO y es llegar a la elección presidencial con eso sobre la mesa”, arriesga Busaniche.
Actualizada 14/09/2016

Por los puntos de octubre

Por los puntos de octubre

El escrutinio provisional de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) arrojó que Daniel Scioli, el candidato presidencial del Frente para la Victoria (FPV), alcanzó el 38,4 por ciento de los votos y amplió a casi 8 puntos y medio su diferencia con el segundo espacio, Cambiemos, que sumó el 30,7%. Mauricio Macri ganó la interna con el 24,3%, superando al 3,4% de Ernesto Sanz y al 2,3% de Elisa Carrió. Por su parte, Sergio Massa obtuvo el 14,2% y representará a Unidos por una Nueva Alternativa (UNA), que alcanzó el 20,6% gracias al aporte del 6,4% de José Manuel de la Sota.

El sistema electoral argentino establece la posibilidad de lograr el triunfo en primera vuelta de dos formas: con el 45% de los votos positivos o el 40% y una ventaja de diez puntos sobre el inmediato perseguidor. ANCCOM recogió el análisis de la politóloga María Esperanza Casullo y el sociólogo Carlos De Angelis, coordinador del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEDOP) de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Los profesionales consultados ven improbable que Scioli se imponga de la segunda manera pero no descartaron que alcance la primera.

Cam-bie-mos

“Queda afuera el escenario 40 más 10. Macri retendrá la mayoría de la suma de Cambiemos”, sostuvo a ANCCOM María Esperanza Casullo. Y detalló: “Puede haber un desgrane hacia Margarita Stolbizer pero no será de más de un punto. Básicamente los votantes de Carrió son antikirchneristas. Y los de Sanz también. Los costos de la alianza de la UCR ya están pagados. Nadie lo votó pensando que iba a ganar. Sin haber hecho investigación, veo a un votante que elige a Sanz para tranquilizar su conciencia. De hecho, el grueso que fue con Martín Lousteau en la Ciudad de Buenos Aires votó masivamente a Macri. Ese voto se conservará”.

“El líder del PRO puede acercarse al 35% si se queda con una parte de las simpatías de Massa y de Stolbizer. Y no se le escaparán las de los rivales de su frente. Para retenerlos sólo tiene que apelar al antikirchnerismo explícito. No los une el amor sino el espanto”, agregó por su parte De Angelis.

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Casullo recordó que en las PASO del 2011 y del 2013 ya se había registrado el desplazamiento de una porción de los terceros y cuartos hacia los primeros y segundos. “A Macri le faltan más puntos, pero a priori tendría que lograrlos de manera más sencilla buscando en los sectores que se inclinaron por Massa. No le queda otra y con ellos podría forzar el balotaje”, previó.

Frente para la Primera Vuelta

Para los dos especialistas la incógnita es si el FPV podrá alcanzar el 45%. “No es imposible que evite la segunda vuelta. Le faltan sólo 6,5 puntos. Todos los votos kirchneristas ya los tiene. Tendrá que hacer un trabajo muy fino para identificar de dónde sacar uno o dos puntos e ir incorporándolos”, determinó Casullo.

¿Dónde podrían ir a buscar esos nuevos apoyos? “Primero hay que indagar sobre la disminución en la participación electoral con respecto a los comicios anteriores. Fueron 5 puntos menos del padrón. También hay un 5% en blanco, aunque es poco probable que se inclinen por Scioli si no lo hicieron antes”, señaló el coordinador del CEDOP.
Ambos apuntaron a un potencial acuerdo con los respectivos ganadores peronistas en San Luis y Córdoba. “El sciolismo está ligado al kirchnerismo pero no se sabe dónde empieza y termina cada uno. Es posible apelar a una afinidad justicialista. Adolfo Rodríguez Saá logró el 2,1% y se lo vio feliz. Esos votos están ligados al territorio y aparecen disponibles”, indicó De Angelis. “La elección por De la Sota es más flotante, estratégica y menos ideológica que la de Sanz. Está ligada a su figura y a un programa. Veo una fuga hacia el FPV”, resaltó la politóloga.

Los dos expertos concordaron en que el desempeño en la Provincia de Buenos Aires fue menor al esperado. El sociólogo hizo hincapié en la coyuntura: “Fue una mala semana por las inundaciones, la denuncia contra Aníbal Fernández y las discusiones públicas con Julián Domínguez”. Del mismo modo, su colega consideró que la oposición encontró en la acusación contra el actual Jefe de Gabinete un tema para apuntar sus cañones contra el oficialismo.
Donde hubo divergencias fue en la estrategia para incrementar las simpatías, especialmente en territorio bonaerense. “Hay un grupo de clase media que acompañó a Cristina Fernández y al kirchnerismo con el 54% en 2011. La pregunta es donde está esa diferencia con el caudal actual. No lo veo a Scioli cambiando su discurso; hasta sería peligroso. No es una certeza que Fernández puede recoger todo el voto de Domínguez y, en ese sentido, Felipe Solá no aparece como un mal candidato”, señaló De Angelis.

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De manera contraria se expresó Casullo: “El peronismo suele encolumnarse detrás del ganador. No será relevante que no hayan llegado a octubre los intendentes de Merlo y Moreno, Raúl Othacehé y Mariano West. Aníbal no tendrá problemas en atraer los puntos de su adversario en las primarias. El asunto es si puede conquistar independientes. Por eso creo que Scioli se inclinará ahora por un discurso más moderado, hacia el elector de centro, con recurrencia a temáticas como la seguridad y la economía de las clases medias”.

Tercero en discordia

Los dos especialistas desecharon un acuerdo formal de Massa con Macri. “Asoma un escenario con un Congreso de la Nación donde ninguna fuerza tendrá mayoría simple. En ese marco el terreno parlamentario podría cobrar mayor protagonismo. Así sería provechoso para Massa contar con una bancada desde la cual negociar y por ello no puede jugar a que sus votantes vayan con Macri”, estipuló De Angelis.

Casullo concurrió en esa perspectiva pero añadió un matiz: “Bajarse sería suicida. Ahora debe acumular legisladores. De todos modos, si eligiera una estrategia de autonomía completa con un bloque de diputados lo puede hacer valer pero no le otorgará un éxito inmediato. Es difícil construir en Argentina desde el Poder Legislativo”. Y añadió: “Puede arreglar con los otros dos candidatos o con ninguno. Pero cualquier alianza será informal, por abajo, o llamando a votar por alguno en segunda vuelta”.

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Finalmente, De Angelis y Casullo excluyeron que la cosecha de los partidos de izquierda pueda mirar a los otros candidatos. A 74 días de las elecciones generales del 25 de octubre, el panorama para los tres favoritos está abierto.

Actualización 12/08/2015