En el nombre del padre, del hijo, y del rock

En el nombre del padre, del hijo, y del rock

Dirigida por Guillermo Rocamora, se estrena en el país Temas propios, una comedia que enfoca en las relaciones entre padres e hijos, las crisis vocacionales y el paisaje de las bandas independientes. “Me considero un contador de historias”, dice el director de esta película, representante por Uruguay en la preselección de los Oscar.

“A mí me interesaba crear una comedia que te haga reír pero en donde los problemas que los personajes atravesaran fueran profundos”, comenta el director uruguayo Guillermo Rocamora. Este jueves 14 de septiembre se estrena en los cines de Argentina Temas Propios, una coproducción argentino- uruguaya que cuenta con el apoyo del INCAA y que está preseleccionada para los premios Oscar como mejor película internacional.

“Me vino el recuerdo de que mi hermano invitó a mi papá a tocar a una banda de rock cuando mis padres se separaron –dice Rocamora, en diálogo con ANCCOM–. Y también quería tratar el tema de las crisis vocacionales que yo viví en mi juventud”.

La película trata de un joven de 18 años, Manuel, apasionado por la música en plena crisis de vocación, y un padre inmaduro en una crisis de los cuarenta. En medio de una tormenta familiar, tras la separación de los padres, y con el hijo más chico a punto de ser echado del colegio, a Manuel y el padre no se les ocurre mejor idea que formar una banda de rock. Temas Propios cuenta el difícil camino de convertirse en adulto, el vínculo entre padres e hijos y el mundo de las bandas independientes.

Protagonizada por Diego Cremonesi, Franco Rizzaro y Ángela Torres, en esta comedia de 91 minutos se intenta mostrar todas las facetas de cada uno de los personajes, principalmente de los padres, para que así el espectador pueda empatizar con sus problemas y ver la transformación de cada uno de ellos.

Fue por el año 2008 cuando surgió la idea de Temas Propios, un recuerdo y una historia familiar que diez años después finaliza en un guion literario. La voz del director a través de la cámara revive ciertos momentos personales, pero a la vez logra transmitir y tocar esos problemas que un montón de gente vive y vivió a lo largo de su vida. “La música es un lugar donde me siento cómodo para representar estas situaciones de crisis vocacionales o de identidad que quiero contar”, dice Rocamora          .

En este proyecto incorporó a su equipo de trabajo a Juan Campodonico y Martín Rivero, quienes se encargaron de la supervisión musical. “Ellos fueron cruciales para la construcción de los personajes y los ambientes musicales en los cuales se iban a involucrar. Había que crear un ambiente musical convincente para la banda del hijo, que coincidiera con el tipo de música que el padre tocaba en su juventud”, afirma el cineasta. La música juega un rol clave en la película, no solo por la banda sonora, sino también por las canciones que los personajes iban a interpretar en sus bandas. “Ahora estamos sacando videoclips de las canciones tomadas de distintos artistas uruguayos, pero versionadas a la película”, apunta el director.

Sin embargo, uno de los trabajos más arduos fue el casting y la selección de actores y actrices, ya que en ciertos personajes resultaba indispensable que supieran cantar y tocar algún instrumento. “Diego Cremonesi fue una de las excepciones, tomó clases de canto, guitarra y bajo para quedarse con el papel del padre. La idea era mostrar que estaban naturalizados con los instrumentos, como si los hubieran tocado de toda la vida”, cuenta Rocamora.

Por estos aspectos, y así como la dirección de fotografía a cargo del argentino Julián Apezteguía, que trabajó en películas como El Ángel y El Clan, este largometraje fue preseleccionado para representar a Uruguay en los premios de la Academia hollywoodense de los Oscar. “Lo tomé con alegría sobre todo porque quienes eligen eso son mis colegas, los productores, realizadores, los críticos, los trabajadores del mundo del cine. Es un orgullo muy grande que esa gente te elija para eso”, dice el director.

El cine latinoamericano nuevamente se hace presente en las premiaciones estadounidenses, más allá de los graves problemas económicos que atraviesan en estos últimos años Argentina y Uruguay. Rocamora señala: “Se ha complicado mucho en el último tiempo la financiación de películas, históricamente en nuestros países era algo más accesible, y ahora cada vez se complica más. Y eso atenta contra la diversidad, y solo llegan directores que ya tienen carrera o las grandes producciones”.

El director remarca la importancia de la existencia del INCAA, que apoyó en la financiación de esta cinta, y que se mantengan las políticas públicas orientadas al cine ante un eventual cambio de gobierno. “La industria y el cine cultural son dos caras de la misma moneda, entonces yo creo que en vez de dividir hay que unir cada vez más. El INCAA es importante para el país, porque es como no tener un himno, una bandera o una moneda, ahora que se está discutiendo tanto en torno a ese tema; y es clave para desarrollar lo industrial y no perder la identidad”.

La película también cuenta con el apoyo económico de institutos, agencias y programas estatales de Uruguay. Estos organismos nacionales, en los países rioplatenses permiten una mayor diversidad de contenidos, calidad, y mayor igualdad de oportunidades.

En los últimos años, la industria del cine y las plataformas ha avanzado sobre la Argentina. “En el cine argentino siento que se están partiendo un poco las aguas entre las películas de autor y las de plataforma o de producción grande; igualmente no por eso pierde calidad, el cine argentino es impresionante y hay cada vez más realizadores. Pero a veces veo que a ciertas películas les interesa menos contar una historia, y vienen más enlatadas”, opina Rocamora.

“Yo no tenía claro que quería ser director de cine ni hice el recorrido clásico de los que estudian. Más que un cineasta me considero un contador de historias, me gusta contar chistes, cuentos, anécdotas. Y me di cuenta de que el cine me iba a ayudar a contarlas”. Un joven que en un principio quería ser periodista, que es licenciado en Ciencias de la Comunicación, y que luego comenzó su camino en el mundo del cine en el 2004, tras haber participado en la producción de Whisky.

En la actualidad, luego de ya finalizado este proyecto, el cineasta se encuentra trabajando con la adaptación de una novela de Mario Levrero, y en una nueva serie titulada AMIA, lo que implica todo un hito en el mundo del cine, ya que es la primera vez que un director uruguayo hace una serie para un país extranjero, en este caso con una productora israelí. Por lo que, Israel, Uruguay y Argentina se unen para trabajar sobre el atentado en la mutual judía en el año 1994, el cual ya tiene fecha de estreno para febrero de 2024.

Las dos violencias del Oscar

Las dos violencias del Oscar

No hay lugar para hacer chistes sobre los cuerpos ajenos. La violencia estética que tuvo como respuesta una agresión física en la noche más esperada de la industria del cine es analizada por una escritora feminista y un publicista.

La entrega de los premios Oscar este 2022 generó revuelo en medios y redes sociales. En su mayoría los posteos reprodujeron, remixaron o comentaron el cachetazo que el actor Will Smith le dió al humorista Chris Rock. ANCCOM indagó acerca de  la violencia estética, que sigue siendo parte de una conducta cultural a modificar.

Para Esther Pineda, doctora en Ciencias Sociales, “la violencia estética es el conjunto de narrativas, representaciones y prácticas que ejercen presión y formas de discriminación sobre las mujeres para obligarlas a responder al canon de belleza”.

Cómo vimos en infinidad de memes, el  presentador Chris Rock recibió un cachetazo por parte de Smith -en el escenario del Dolby Theatre- luego de escuchar un chiste sobre su esposa, Jada Pinkett-Smith,  motivado en la calvicie que sufre la mujer producto de una enfermedad autoinmune. 

“A las mujeres se  les exige feminidad, delgadez, blanquitud y juventud para responder al estereotipo de belleza”, agrega Pineda. Al respecto, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood sólo hizo una breve alusión al tema en su cuenta de Twitter y se enfocó en la agresión física entre los hombres.

Bellas para morir

Nuestro punto de partida es que hay una hegemonía de belleza propalada por los medios de comunicación. “Uno de los ámbitos que más ha contribuido a la construcción del canon de belleza y a la reproducción de la violencia estética son los medios a través de sus diversos contenidos, como el publicitario”, destaca  la también escritora feminista en su libro Bellas para morir. Estereotipos de género y violencia estética contra la mujer

En este sentido, la autora entiende que la broma de Rock hacia Jada Pinkett está dentro de los cánones de la violencia estética “porque se critica, interpela y ridiculiza a aquellas que no responden al estereotipo de belleza”.

Por su parte, el redactor publicitario Ezequiel Saul agrega una mirada autocrítica desde nuestra cultura:  “Uno a veces le reclama a la sociedad que cambie cosas y la realidad es que la publicidad no va a cambiar porque la sociedad tampoco ha cambiado en ese sentido”.

En ese sentido, explica que las campañas de publicidad de productos de limpieza donde apuntan a mujeres son así porque “los datos y estudios estadísticos así lo reflejan”. Aunque, por otro lado,  advierte que “hay marcas que se modernizaron y  que  supieron darse cuenta a tiempo”. 

Saul recuerda  las publicidades de Axe que en una época decían “ponete siempre Axe y vas a conquistar a las mujeres”, y hoy la comunicación cambió por eso ”habla de uno mismo -sostiene- y ya no se pone a la mujer como un objeto a conquistar”.

Pineda  agrega sobre esa noche que “la respuesta de Will Smith es un ejemplo de la masculinidad hegemónica tradicional, en la cual se sigue concibiendo la violencia como el mecanismo de respuesta por excelencia para la resolución de conflictos”.

Al respecto, Saul considera que “la actitud de Smith es remachista. La violencia nunca es la respuesta, además denota una  emoción violenta donde ´yo soy el fuerte y vos la débil´. Esto lo dice un golpeador”. Además, destaca que “en el momento en que Rock dice el chiste, lo enfocan a Smith y se está riendo, acto seguido, ve a su esposa y cuando ella denota una cara de enojo, va caminando hacia Rock y fue cuando le da la cachetada”.

Un poco de historia publicitaria

Diversos son los ejemplos de campañas publicitarias donde se hace referencia a comentarios homofóbicos, violentos o machistas. Tal es el caso de la publicidad “Dame otra piña”, de Piña Colada American Club del año 1985. En aquel entonces, levantó polvareda y escándalos sociales, a tal punto que un grupo de mujeres logró que se levantara el aviso del aire.

Años más tarde, el spot del Mundial de Rusia 2018 de TyC Sports  generó revuelo en las redes sociales. La publicidad explicitaba situaciones alentadas por la “pasión del fútbol” que no estarían bien vistas por el mandatario ruso (Vladimir Putin) como “ver a un tipo agachado frente a otro”, “tatuarse una teta”, “revolcarse por el pasto” y “pasearse con los genitales en el cuello”. Al respecto, activistas de la comunidad LGBT pidieron bajarlo de la programación por  considerar que se trataba de un corto homofóbico. “Banalizan la gravísima situación de la población LGBT en Rusia y reproducen estereotipos que estigmatizan a esta población”, le reprochó la Fundación Huésped al canal de deportes.

Así las cosas, uno de los shows más vistos de la televisión mundial muestra que el recorrido es largo en la búsqueda infinita por la paridad de género. Estas prácticas atávicas y sus memes son parte de una cultura que aún debe profundizar los cambios. 

La argentina que ganó un Oscar

La argentina que ganó un Oscar

“Es interesante cuando desde la cultura se puede generar algún tipo de cambio en el pensamiento”, expresó en diálogo con ANCCOM Fernanda Del Nido, la argentina coproductora de la película chilena Una mujer fantástica del director Sebastián Lelio y recientemente ganadora de un Oscar a la mejor película de habla no inglesa.

Del Nido estudió Ciencias de la Comunicación en la UBA y luego realizó un máster de producción cinematográfica en España, donde actualmente vive y dirige Setembro Cine, una productora independiente fundada por ella en 2014 que tiene entre sus trabajos la producción de los largometrajes Princesita (2016) de Marialy Rivas y Neruda (2016) de Pablo Larraín.

Imagen en frimer plano de Fernanda del Nido.

Fernanda Del Nido, coproductora de la película chilena Una mujer fantástica.

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Después de ser vapuleada por la familia de su novio fallecido y por la policía, Marina – una mujer trans representada por la actriz Daniela Vega- va a la casa de su profesor de canto, un anciano dulce pero exigente que pareciera ser el único que la comprende y la quiere tal cual es. Luego de unas caricias recomponedoras le pide que le cante. Marina empieza a cantar lírico y con su intensa y potente voz de fondo aparece una escena en la que ella va caminando por una vereda contra el viento. A medida que avanza el viento es cada vez más denso, hasta que no la deja seguir. No se da por vencida ni retrocede, se sobrepone y no deja de intentarlo. Cuando pareciera que el viento va a arrasar con todo lo que esté en su camino, ella queda suspendida y desafiando las leyes de la gravedad, su torso queda muy cerca del suelo con los pies firmes en la vereda. De fondo sigue el canto lírico cada vez más intenso y la imagen fija de Marina que con las manos se tapa la cara y no deja de brasear nunca entre el polvo y las hojas que el viento levanta. Esta es una de las tantas escenas fantásticas, casi tan fantástica como Daniela Vega, o Marina Vidal –el personaje que ella representa- que hacen de la película una gran obra con un fuerte contenido social que volvió a poner en el centro de la escena en Chile el debate por la Ley de Identidad de Género.

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¿Cómo fue el camino de ser estudiante de Ciencias de la Comunicación en la UBA a coproductora de una película que ganó un Oscar?

Me gradué en la UBA justo antes de viajar a España. En ese momento fui a hacer un doctorado en Humanidades, una especialización más cercana a la Semiótica. Al poco tiempo de estar cursando el doctorado me invitaron a cursar un máster en producción de cine y de audiovisual que se realizaba en La Coruña. En ese momento -cursé en 2003 y 2004- había muy pocos estudios realizados en producción y la verdad es que si bien había hecho algunas prácticas en medios en Buenos Aires todavía no tenía en claro a qué me quería dedicar. Esos fueron algunos de los motivos por los cuales decidí ir a especializarme afuera. Me terminé quedando en España porque en ese master me di cuenta que era la producción lo que me gustaba y a lo que me quería dedicar. Una vez allá, al entrar en el ámbito universitario en otro país, pude reconocer el buen nivel que tenía de la Universidad de Buenos Aires. No es que me tuve que ir para valorar lo que tenía, pero tener otros referentes me hizo dar cuenta realmente el valor de lo que tenemos en Argentina.

¿Cree que su formación en Ciencias Sociales contribuyó a que tenga una mirada crítica y sensible para tratar temas como el de Una mujer fantástica?

Sería un poco reduccionista, más que nada porque pasaron muchos años, me pasaron muchas cosas en la vida, y porque he seguido estudiando. Después de mucha incertidumbre durante la carrera, con el paso del tiempo descubrí que me gustaba la producción y tuve la suerte de poder estudiarlo en España, a través de distintos programas de la Unión Europea. Pero lo que es seguro es que me ayudó mucho el tener la base académica de la UBA y la formación de una mirada crítica. Siempre tuve una perspectiva diferente del universo en el que estaba; por ser latinoamericana y a la vez por la propia carrera en sí, por el nivel de la formación. Aunque no lo esperé durante la carrera, una vez iniciado mi trabajo profesional agradecí haberla elegido y haberla hecho hasta el final. Siento que la aproveche y la disfruté mucho.

¿Cuáles son los criterios de Setembro Cine a la hora de elegir las películas que producen?

A lo largo de los años me he dado cuenta de que las películas que me interesan siempre tienen una mirada diferente. Siempre está la ambición y la intención de simplemente contar buenas historias. En realidad lo de simplemente es casi una ironía porque lo más difícil es encontrar una buena historia y que se pueda contar bien. Pero bueno, siempre me ha gustado aquello donde aparece una mirada diferente o una mirada propia sobre algún tema, sobre el mundo, o sobre la sociedad. Me interesa cuando aparece reflejado algún contexto histórico o problemática social, algo que en definitiva aporte a nuestra mirada del mundo actual. Aunque no lo he sabido antes de entrar a los proyectos, mirando atrás, todas las películas en las que he participado de alguna manera reúnen eso.

Imagen de Sebastian Lelio - Prensa Una Mujer Fantastica.

Sebastián Lelio, director de la película chilena Una mujer fantástica.

¿Cree que el éxito y la gran repercusión de la película puede estar relacionado con el movimiento feminista que cada vez cobra más relevancia en el mundo?

Sí, creo que el contexto sin duda ha hecho que de alguna manera esta discusión o conversación que trae la película y pone sobre la mesa facilita el terreno para poder hablar del tema y para que se genere ese diálogo. Es importante que el diálogo sea de a dos partes, el espectador tiene que ser una de ellas. Sin dudas, creo que es un momento mundial importante donde, si bien no fue para nada intencional, por algún motivo probablemente no casual, confluyó todo esto.

Por un lado el movimiento feminista crece cada vez más, pero paralelamente en Latinoamérica y en el mundo las elecciones las ganan gobiernos de derecha, como es el caso de Chile en donde ganó Sebastián Piñera ¿Cree que a pesar de eso es posible avanzar con ciertas reivindicaciones como las que reclama la película?

La película en realidad se estrenó en Chile bajo el gobierno de (Michelle) Bachelet y hubo un empujón respecto de la Ley de Identidad de Género. A partir de la película -es en lo que confiamos y es lo que la hace aún más interesante- se ha fomentado el debate. Es interesante cuando desde la cultura se puede general algún tipo de cambio en el pensamiento. En Chile se está dando un cambio de gobierno, pero a pesar de eso la película ha conseguido tener tanta repercusión que hace que no se pueda dejar el tema de lado. Que esta película tenga mayor repercusión, que tenga mayor alcance, promueve una llegada mayor con respecto a lo que se puede hacer o debatir sobre el tema. Es algo que estamos viendo que sucede, que lo venimos viendo a lo largo de la trayectoria de la película y que esperamos verlo mucho más.

En la conferencia de prensa que dio el equipo de Una mujer fantástica después de la visita al Palacio de la Moneda, Daniela Vega cuestionó en su discurso al gobierno chileno por evadir el proyecto de ley de identidad de género. Luego de eso el proyecto avanzó en su tramitación para ser revisado por una comisión mixta ¿Cree que el cine -como todo arte- puede influir en la política para cambiar las cosas?

Esa es la ilusión principal de todos los que hacemos cine o trabajamos en cultura. Lamentablemente no siempre pasa, creo que ésta es una circunstancia particular. Daniela es una excelente embajadora de la película que pudo poner su situación en palabras y desde la ficción pasar a la realidad. El Oscar permite que sucedan estas cosas. Pero bueno, muchas otras veces hemos querido y no se consigue. Creo que la intención está siempre y es lo que más nos interesa. Sabemos que es una gran suerte en nuestro caso.

Imagen de Daniela Vega, quien interpreta a Marina en Una Mujer Fantastica - Prensa Film.

Daniela Vega, actriz que representa a Marina, una mujer trans, en la pelicula Una mujer fantástica.

¿Cómo fue la elección de Daniela Vega para ser la protagonista de la película?

Ella entró en el equipo como consultora de guión a trabajar con Sebastián Lelio, el director. Inicialmente el contacto no fue pensando para que protagonizara la película, pero en el proceso Sebastián fue teniendo en claro que quería que fuera ella y así fue.

¿Sabe cómo fue la decisión de incorporar ciertas escenas “fantasiosas” o “surrealistas” como la de la protagonista bailando con un gran elenco en medio del boliche o la de ella cantando lírico con el viento en su contra?

Eso es claramente parte de la identidad del director, de su marca, de las huellas que él deja de esa voz tan especial que hace que la película sea Una mujer fantástica. Es una decisión puramente artística que viene de su parte. Podemos pensar que tiene que ver también con esa capacidad de Daniela de poder ver más allá de la realidad o de poder fantasear y vivir más allá de lo que le sucede día a día. Es una parte fundamental de esta mujer tan fuerte y resiliente que sale adelante a pesar de todo.