Los Drag Queen y la ópera se fusionan

Los Drag Queen y la ópera se fusionan

El sábado se llevó a cabo la final del concurso Neobarrosas, la más reciente propuesta artística de Ópera Periférica. Esta primera edición, que reunió a más de 200 participantes en la instancia de audición, presentó a las siete selecccionadas y llenó la sala de Santos 4040 gracias a su innovadora colaboración entre la música orquestal y la comunidad Drag Queen, el canto lírico en vivo y la simultánea dinámica play back. Pablo Foladori, Director General, lo definió como un “proyecto de investigación sobre el encuentro entre dos comunidades” e invitó a reflexionar sobre la poética de la fusión.

El evento, que abrió sus puertas a las 21, inició los preparativos tres horas antes. El montaje de las artistas drag fue un proceso que requirió de una gran elaboración previa. No bastaba con ponerse el vestuario; se debía interiorizar la esencia del personaje, adentrarse a la historia que su performer creó, pensar y actuar como tal. Cada persona drag propone un estilo singular asociado al mensaje que desea transmitir. “Hay tantos estilos de drags como personas que lo hacen”, explica la concursante Rita La Salvaje, cuyo propósito particular es “trabajar el tema de la marginalidad y representar la disidencia de los cuerpos: una drag con pelo en pecho y un cuerpo distinto”, concepto que desafía al estereotipo con el que se asocia a esta comunidad.

Mientras se maquillaba en el camarín, la conductora del evento, conocida como Vedette, afirmó que Neobarrosas representa “una gran oportunidad para difundir el movimiento, alcanzar la participación en otros escenarios poco usuales para les artistas queer y profesionalizar la práctica.” Asimismo, propuso erradicar el concepto de drag queen comúnmente conocido: “Queda muy asociado a la prostitución y a la fantasía heterosexual, porque la cultura paqui (término con el que denominan de forma peyorativa a las personas heterosexuales, sus consumos culturales, formas de hablar o comportamientos) no entiende que puede haber otra cultura aparte del binarismo”. La presentadora lleva tres años de carrera intentando suplantar dichos mitos, despegarse del anticuado concepto “Dress As a Girl” (de donde se origina el término DrAG) y, en cambio, visibilizarlo como un arte performativo que usa los cánones culturales de género como herramienta principal.

Rita, La Salvaje.

Vedette irrumpió en la sala con un vestido azul brilloso, ceñido y escotado, una cabellera de largos rizos colorados y tacones aguja. “Parece Jessica Rabbit”, susurró con asombro alguien del público mientras que otros silbaban. Pero la estética se tornó algo complementario cuando la presentadora le dio inicio al show con su satírico sentido del humor que invitaba a las concursantes, los espectadores y la orquesta a “darlo trolo”. 

El público esperaba la primera aparición de la noche. Los más afortunados habían conseguido una silla o un espacio para sentarse en el suelo, mientras que otra gran parte tuvo que mantenerse de pie en los extremos de la sala. Si bien la apertura del evento demoró una hora más de lo previsto y desafió la paciencia de los presentes, la primera concursante, Chika Mala, logró acallar las quejas con su llamativa malla de colores fluorescentes y su interpretación junto a la cantante lírica Luz Matas. 

Esta concursante inició su experiencia como Drag Queen en la década de los 90, pero dejó momentáneamente la escena artística por cuestiones laborales. Decidió aprovechar el espacio cedido por Ópera Periférica para retornar al escenario y, a su vez, iniciar un proyecto personal denominado La Mash-Up, un espacio común a todos los artistas de la comunidad LGBT+ que pone en un segundo plano los ánimos de competencia y en un primero, la cordialidad y el respeto mutuo. Para Chika Mala “hay lugares para visibilizarse, pero hay que buscar los propios” para desvincularse de la participación limitada que les ofrecen los espacios heteronormativos. 

“Se funden los cuerpos y no se sabe de dónde sale el sonido”, dice Foladori.

Las presentaciones eran tan particulares como los personajes que las desempeñaban. Malibú, acompañada del intérprete Esteban Manzano, realizó una oda a la belleza vestida de encaje negro y con un gran cono alrededor de su cabeza. Petra optó por maquillaje pálido, pelo puntiagudo y uñas postizas tan largas como garras para personificar el demonio interior de una interna de un manicomio envuelta en un chaleco de fuerza. Rita La Salvaje presentó un encuentro pasional entre dos amigas junto a la cantante Patricia Villanova. 

Hacia el final, Nube simbolizó el despertar de la furia y la venganza con el aspecto alienígena que la caracteriza, y tras una serie de batallas duales en las instancias eliminatorias, terminó llevándose el primer puesto. Como parte de su discurso de agradecimiento, expuso las dificultades que conlleva el trabajo de una drag queen y pidió mayores oportunidades profesionales para sus colegas en la industria del entretenimiento.

Neobarrosas concluyó con un público expectante de una segunda edición. El artista contemporáneo e integrante del jurado Lorenzo Anzoátegui destacó “la sensación de colectivo, de no juzgar al intérprete en vivo y de que la drag es el frente de la performance y el intérprete en vivo es lo que está atrás” que suele ser un formato reiterativo en otras competiciones de playback. Ambos protagonizaban la escena por igual, llegando a un punto, según Pablo Foladori, donde “se funden los cuerpos y no se sabe de dónde sale el sonido”.

Cantar ópera sobre el acoplado de un camión

Cantar ópera sobre el acoplado de un camión

«Tuve una conversación con Fundación Telefónica para el sponsoreo de distintas intervenciones que vamos haciendo y les conté que iba a empezar a experimentar la ópera clásica con la música electrónica y, como la fundación trabaja con las nuevas tecnologías, me dijeron si podíamos hacer algo para la Noche de los Museos», dijo a ANCCOM Pablo Foladori, uno de los fundadores y directores de Ópera Periférica.

El grupo, que realizó intervenciones en espacios como Villa 20; en el Galpón Piedrabuenarte; en el Tren Urquiza; en Villa 31 y Villa Soldati, tiene como objetivo pensar otro tipo de poética  para este género que, como explica el director, se construye habitualmente desde el lujo. Los interrogantes que rigen este proyecto son  el modo de hacer ópera en «un lugar periférico» y «qué tipo de condiciones de producción brindan esos lugares”.

Si bien tiene una arista social, Ópera Periférica es un proyecto artístico que tiene un alto impacto visual y dialoga mucho con la Ciudad. «El proyecto en sí tiene cierta ruptura con el tipo de espectador que tiene la ópera tradicional, que es espectador clásico que ya sabe lo que va a recibir y queremos quebrar con eso y darle una tinte más inesperado.»

Violinista tocando y leyendo una partitura

El grupo tiene como objetivo pensar otro tipo de poética  para este género quse construye habitualmente desde el lujo.

Sábado a la noche: al llegar a la calle Arenales 1541 en el exterior del edificio de la Fundación Telefónica, los sonidistas conectaban el sistema de amplificación y las luces mientras Pablo colaboraba subiendo las sillas al camión en el lugar en donde se ubicaría la orquesta.  Los transeúntes que pasaban por allí preguntaban qué era lo que se estaba haciendo. La actriz Julieta Díaz, con un libreto anillado en su mano, se acercó a la cabina de sonido para saber qué hacía ese camión con luces y sillas en aquel pasaje de calle.

A las 21 el público miraba el ensayo de la obra que estaba estipulada para media hora más tarde. Foladori le daba las instrucciones a los actores sobre lo que tenían que hacer y ellos acataban. La gente se asomaba por los balcones y los que salían de recorrer las actividades que se hacían en el interior del edificio  se acercaban al pequeño grupo de espectadores que ya estaba en el lugar.

Dos actores interpretando un musical con banda de fondo

Ópera Periférica es un proyecto artístico que tiene un alto impacto visual y dialoga mucho con la Ciudad.

“Hay que ver qué pasa acá porque lo interesante es que esta obra empezó en el galpón Piedrabuenarte en Lugano y ahora viene a un espacio que se supone más central, en Recoleta, Plaza Vicente López. Pero supongo que acá habrá mucha gente que no vio ópera y que dirá: ´Ah me da ganas de seguir mirando para saber un poco más’ ”.

Demorada por ajustes de último momento, la obra Bastián y Bastiana comenzó. Los doce músicos de la orquesta salieron disfrazados de apicultores y los tres cantantes dieron lugar a su libreto. Un argumento corto e irónico que Mozart compuso a sus doce años en el cual los dos pastores protagonistas temen haber perdido el amor de uno hacia el otro y, por separado, recurren al brujo Colas para que los ayude, pero son engañados por sus consejos.

Cantante

Tres cantantes dieron lugar a un argumento de Mozart.

“Es un contexto donde hay muchos estímulos y hay que tener mucha concentración pero después hay mucha más libertad que en un teatro, tenemos la posibilidad de intervenir con la gente, de bailar, de sentirnos más libres”, comentó Cintia Verna, soprano y actriz que interpreta a Bastiana.

“El proyecto está muy sobre el ad Hoc. Hay cosas que se van dando; no tenemos un proyecto sostenido con la misma gente ni financiación para que los que participaron en otras producciones puedan seguir formándose” explicó Foladori.

Actualmente, Ópera Periférica cuenta con la Beca Bicentenario a la Creación del Fondo Nacional de las Artes. Sin embargo, el aporte no llega a cubrir los gastos: se trata de un género muy costoso y todos los participantes son profesionales en sus respectivas áreas. “El mecenazgo de estos sponsors es lo que hace posible que las intervenciones sean gratis y mejoren en cuanto a su calidad musical a medida que cobra visibilidad”,  explica el director.

Dos actores interpretando.

Ópera Periférica cuenta con la Beca Bicentenario a la Creación del Fondo Nacional de las Artes.

Actualizado 07/11/2017