Un rally en sillas de ruedas

Un rally en sillas de ruedas

El sábado pasado se desarrolló la décimo segunda edición de Rallydad, el rally que busca visibilizar las barreras físicas a las que se enfrentan diariamente las personas con movilidad reducida en la Ciudad de Buenos Aires. El evento, organizado por la ONG Acceso Ya, invita a subirse a una silla de ruedas y realizar un breve circuito con el objetivo de ponerse en el lugar del otro. La travesía evidenció tanto los problemas urbanos para quienes tienen una discapacidad motriz como la impaciencia de los automovilistas. Baches, rampas mal hechas y negocios y escuelas que solo tienen escalones como forma de acceso fueron algunos de los hallazgos del recorrido.

Personas en sillas de ruedas, junto a acompañantes, en el d, recorrido en silla de ruedas anual de la fundacion Acceso YA

El Rallydad tiene el objetivo de visibilizar la problemática del acceso en personas con discapacidad o movilidad reducida.

Rallydad se realiza cada 17 de marzo, día en que se conmemora la promulgación de la Ley Nacional de Accesibilidad N° 24314. La norma,  tal como explicó Claudio Waisbord, fundador de Acceso Ya, “establece la obligación de que toda construcción nueva se realice en torno a estándares de accesibilidad”. Para él, usuario de silla de ruedas, “la accesibilidad es un problema específico, que coloca a los discapacitados fuera de la sociedad por razones que se pueden resolver fácilmente”.

Alrededor de las 16:30, sesenta participantes salieron de las inmediaciones de Avenida Córdoba y Uriburu, cruzaron hacia la Facultad de Ciencias Económicas, recorrieron dos cuadras hasta Riobamba y luego cruzaron Córdoba para ir por Ayacucho hasta Paraguay. La vuelta fue por Córdoba hasta el punto de origen en la Plaza Houssay. La elección del recorrido no fue aleatoria: los organizadores de Acceso Ya se encargaron de que en los metros recorridos quedaran plasmados cada uno de los reclamos que vienen sosteniendo hace más de diez años: “Elegimos este lugar porque tocábamos numerosas causas que tenemos con los subtes, con las escuelas públicas, con los locales comerciales…”, dijo Josefina Macías, coordinadora ejecutiva de la ONG.

Foto del presidente de la Fundacion Acceso YA en el Rallydad.

Claudio Waisbord, presidente de la Fundación Acceso Ya.

En el total del circuito, que representa cuatro cuadras, se identificaron baches, pozos, roturas, y hasta rampas mal hechas, “clásicos” obstáculos para las personas con discapacidad. Los participantes pasaron por cuatro instituciones educativas y sólo una de ellas, la escuela Alicia Moreau de Justo, contaba con rampa. Numerosos comercios, entre ellos un McDonald’s y un Freddo, solo tenían escalones para acceder a su interior.

Las barreras físicas no fueron las únicas a las que se enfrentaron los participantes. En el cruce de calles, tanto automovilistas como colectiveros dispararon bocinazos contra los transeúntes y hasta esgrimieron palabras desafortunadas. Tamara, una estudiante de Terapia Ocupacional que asistió al evento, contó cómo vivió el circuito usando silla de ruedas por primera vez: “Es muy laborioso avanzar debido a que las calles están muy rotas y en mal estado. Si tardás un poco en cruzar el semáforo los autos te tocan bocina”, dijo. La falta de empatía no sólo se evidencia en la impaciencia y el trato de la sociedad civil sino también en la negligencia y desinterés que manifiestan: “Los autos se estacionan delante de las rampas y si pedís que se muevan no tienen consideración”, dijo Tamara.

imagen de un papel amarillo que dice "No debe tapar una rampa, no olvide hacer el bien no cuesta tanto y hace mucho ya que usted no está excento/ta"

Acceso Ya busca mejorar la calidad de vida de los ciudadanos con movilidad reducida y, a la vez, mejorar la calidad institucional de la sociedad.

Si algo pretendía Acceso Ya con este “rally” era demostrar los peligros diarios a los que se tienen que enfrentar quienes poseen algún tipo de limitación motriz. Eso quedó a la vista cuando una de las participantes estuvo a punto de sufrir un accidente tratando de atravesar un pozo en la esquina de Córdoba y Ayacucho. Mariel Tesler, abogada de Acceso Ya, contó: “La chica se fue para atrás y casi se mata porque la rampa está mal hecha y la calle tiene una pendiente.  En general, a esas rampas solo se las pinta de amarillo y no se toman el trabajo de arreglarlas. Eso es disfrazar el mal estado en el que está la ciudad”.

Y aunque la ciudad todavía presenta muchos obstáculos, Waisbord, fue optimista al resaltar que en sus treinta años en silla de ruedas pudo ver “enormes cambios” en materia de accesibilidad y esto lo demostró en la jornada del sábado con la noticia de una nueva lucha conquistada. El 5 de marzo pasado, el juez Roberto Gallardo resolvió una cautelar que obliga a Metrovías y Sbase a garantizar la accesibilidad mínima en un plazo menor a tres meses hasta tanto se hagan las obras definitivas. Según Mariel Tesler, ahora los subtes tendrán que “destinar personal de las empresas para asistir a las personas que requieran asistencia y colocar distintos tipos de dispositivos mecánicos para que puedan acceder a los servicios”. Waisbord, por su parte, cerró la jornada con optimismo: “Estos pequeños logros son justamente el sentido por el cual trabajamos: mejorar la calidad de vida de los ciudadanos con movilidad reducida y a la vez mejorar la calidad institucional de nuestra sociedad al poder involucrar a gente que no es discapacitada en esta defensa de los derechos ciudadanos.”

imagen de las personas que participaron del Rallydad cruzando una avenida por la senda peatonal.

El Rallydad se realiza todos los 17 de marzo, día en que se promulgó la Ley Nacional de Accesibilidad N° 24314.

imagen de una vereda rota, en el fondo se ve la gente que realizó el recorrido caminando y en sillas de ruedas.

Los subtes deberán destinar personal para asistir a las personas que requieran asistencia y colocar distintos tipos de dispositivos mecánicos que les permitan acceder a los servicios.

El Arca de los niños

El Arca de los niños

Una nueva forma de lucha por los derechos de los niños. Esa es la premisa que lleva adelante la Asociación Civil El Arca, en Moreno. ¿Cómo? Con un proceso gradual de cierre de los hogares de la entidad a cambio de introducir  la novedosa modalidad de apadrinamiento solidario y así evitar que los chicos pierdan su escuela, su barrio, su familia.

Un poco de historia

Betina Perona, directora y fundadora del Arca, cuenta: «Yo pertenecía a un grupo de parroquia con el que íbamos a la estación de Constitución. Estábamos con los chicos que vivían ahí y que no dormían por el miedo. Así surgió el deseo de tener una casa para ellos». En 1986 se inauguró el primer Hogar en Parque Patricios. Tres años después, se mudaron a un lugar más amplio, en Moreno. «Estuvimos 25 años con los hogares. Funcionamos todos los días y no había vacaciones. Fue una experiencia intensa. Pero esto sirvió para mostrarles a los chicos otros modos de vida posible y que había adultos en los que podían confiar», expresa. El Arca mantuvo en pie un hogar para niñas, otro para niños y otro para los que cumplían la mayoría de edad.

En el año 2000, la asociación sintió que no hacía lo suficiente. Por eso, comenzó con actividades en la zona de Cuartel V. «Nos propusimos evitar que los chicos salieran del barrio, terminaran en la calle y después en un hogar», dice Betina. Años después, cerraron la etapa de hogares. «La decisión fue económica y por cansancio. Fueron muchos años de poner el cuerpo. Pero también por una nueva perspectiva, nuestra tarea iba a seguir, pero de un modo distinto», explica.  

Una nueva forma de lucha por los derechos de los niños. Esa es la premisa que lleva adelante la Asociación Civil El Arca, en Moreno.

Cambio de rumbo

Una nueva perspectiva surgió, basada en dos ejes: inclusión educativa y participación. Se trata de prevenir en vez de curar y la modalidad es el apadrinamiento solidario. Apadrinar a un niño es una colaboración mensual económica (que parte de 150 pesos), pero además es establecer un vínculo personal. Evangelina Paolucci, del área de apadrinamiento, explica: «La parte fuerte es el vínculo, donde el padrino acompaña el crecimiento de su ahijado». El Arca se encarga de mediar entre ambas partes. Al respecto, Paolucci agrega: «Se comunican a través de cartas, fotos y dentro de lo posible, visitas. Se genera un sostén tanto para los chicos como para sus familias. Tienen una figura que los escucha e incentiva». Por otra parte, el dinero de los padrinos no va directamente al ahijado o a su familia, sino que se utiliza para llevar a cabo las actividades de las cuales participa, generando un beneficio expansivo hacia su entorno.

Llevar a cabo un proyecto de esta envergadura no es sencillo. Mirta Quinteros, secretaria y co-fundadora de El Arca, explica: «Mi tarea es la gestión y administración. El fin último es que a los chicos y al equipo les lleguen los insumos y el capital necesario. El financiamiento es  clave, pero este es más efectivo cuando hay identificación. Por esto, tratamos de ser un colectivo con un mismo objetivo: hacer efectivos los derechos humanos en la niñez». En este aspecto, el área de comunicación lleva a cabo una labor de vital importancia. Su encargada, Ayelén Ramayo,  cuenta: «Nuestro objetivo es difundir, pero trabajamos en especial manera en la recaudación de fondos. La página web y las redes sociales son hoy los mejores canales que tenemos». Desde su área, Ayelén también agradece la difusión externa que reciben. «Todos los medios de comunicación que se acercan y nos dan voz, hacen que podamos ser vistos, lo cual se traduce en más colaboraciones».

Una nueva perspectiva surgió, basada en dos ejes: inclusión educativa y participación. Se trata de prevenir en vez de curar y la modalidad es el apadrinamiento solidario.

Las experiencias

El Arca realiza sus actividades en Cuartel V. Lucas Jaime, del equipo de inclusión, explica: «Somos la parte que se inserta en el territorio. Actualmente llevamos a cabo una juegoteca, apoyo escolar y actividades en las escuelas». Además, cuenta que la experiencia de ir a los barrios y trabajar en el territorio es lo que más motiva. «Cuando llegás por primera vez y decís que sos de El Arca, los pibes se acercan y te abrazan, eso es increíble». Pero trabajar en Cuartel V tiene sus dificultades. «Hay que tener en cuenta el contexto de los niños. Son barrios en continuo crecimiento. Las calles se inundan, no hay servicio de la basura, problemas de luz, gas o cloacas, y realmente hay un déficit de escuelas. Entonces nos adaptamos a sus realidades. Armamos todo en base a ellos, a sus necesidades, inquietudes y miedos», expresa.  

Por otra parte, algo que destaca a este proyecto es su sistema de voluntariado internacional. De todas partes del mundo llegan voluntarios a participar. Clara Helberg, de Alemania, relata su experiencia: «Hay un programa del gobierno alemán que te conecta con ONGs de todo el mundo. Elegí El Arca porque vi lo que hacían y me gustó». El gobierno de aquel país le pagó el viaje y le da dinero por mes para sustentarse. Clara está hace diez meses en Argentina y es parte del equipo de inclusión. Esto la ha marcado, según cuenta: «La primera vez fue muy bueno. Era muy distinto a todo lo que conocía porque no hay lugares así en Alemania. Por más que haya problemas de infraestructura, acá la gente es muy amigable y los chicos son muy cariñosos».

El Arca tiene historia, presente y un gran futuro. Un digno deseo la impulsa: respetar los derechos de los niños. Hoy, con un modelo innovador y eficaz, que genera vínculos de por vida, han marcado un camino. «Mucho nos ha dado El Arca -reflexiona Perona-. Pero cuando veo los resultados, los chicos que hoy han crecido y han podido cambiar las historias de sus vidas, siento mi satisfacción más grande».

Actualizado 22/08/2017

 

Una jugada colectiva

Una jugada colectiva

Si bien el fútbol es el deporte que más popularidad despierta en la Sociedad argentina, una serie de vicios y “malas costumbres” lo han hecho acreedor de un número cada vez mayor de críticas. La corrupción instalada en  muchos de sus dirigentes, las complicidades con el sector político, policial y judicial, y el accionar de los violentos “barras bravas” han ido privando a muchas familias de disfrutar de un deporte que cada vez más teñido de negocio y espectáculo.  Pero el  fútbol  también tiene un “lado B”: los departamentos solidarios o de “Responsabilidad Social” que algunos clubes del fútbol argentino habilitaron para aportar y generar campañas de ayuda a los sectores más necesitados.  ANCCOM dialogó con los responsables de tres clubes de Primera División para conocer como trabajan y se preocupan por los que menos tienen.

Una Academia de solidaridad

Cuando Racing Club volvió a ser manejado por sus socios, a fines de 2008, sus dirigentes determinaron la creación de un departamento de Responsabilidad Social y se lo llamó “Racing Solidario”.  Inicialmente estaba a cargo del Padre Juan Gabriel Arias y en las primeras acciones, el club de Avellaneda era sede de recepción y distribución de donaciones para distintas ONGs. Miguel Guidardini es, desde 2012, gerente Racing Solidario y explica: “Se trata de un departamento autónomo pero que cuenta con el apoyo del resto de las áreas del club. Según la campaña que llevemos a cabo, nos ayuda la gente de Marketing, de Socios, de Fútbol y, sobre todo, de Prensa para ayudarnos a difundirlas”.

En los comienzos del Departamento, el club tenía la política de unirse a campañas de distintas fundaciones y ONG´S, pero con el correr del tiempo y aprovechando el gran caudal de hinchas y socios con el que cuenta la institución, empezó a realizar acciones propias en las que se vieron muy buenos resultados. En estos últimos años, Racing ha participado de distintas campañas solidarias, como por ejemplo las realizadas por Red Solidaria en “Frío Cero” y “Un techo para mi país (hoy “Techo”). También colabora asiduamente con el Hospital Garrahan para conseguir donantes de sangre  y con Cáritas. “Hace un tiempo también que estamos en un programa llamado ´Fútbol para el cambio social´, donde tratamos de sacar a pibes de la calle para brindarles herramientas educativas y deportivas”, comenta Guidardini.

El jugador Lautaro Acosta en la visita de integrantes de TGD Padres Tea, organización de los padres y madres de nenes con autismo.

El jugador Lautaro Acosta en la visita de integrantes de TGD Padres Tea, organización de los padres y madres de nenes con autismo.

Los jugadores del primer equipo participan activamente en la difusión de todas las campañas y eso ayuda a que socios y simpatizantes se sumen a las iniciativas. Sin ir muy lejos, en las fuertes inundaciones que sufrió el litoral argentino en los primeros días del año, Racing Solidario armó de urgencia una campaña que contó con un extraordinario apoyo de todos los hinchas y socios del club. Se enviaron  ocho camiones de productos no perecederos, colchones y juguetes a Concordia, uno de los lugares más afectados. El propio goleador del equipo, el entrerriano Gustavo Bou, recibió todas las donaciones y se encargó de repartirlas personalmente con la ayuda de familiares, amigos y gente de Racing que viajó especialmente hasta la zona afectada.

El fortín comprometido

Vélez Sársfield es un club considerado modelo a imitar entre las muchas instituciones que conforman el fútbol argentino. Tomando el legado de su legendario ex presidente José “Pepe” Amalfitani (a quien también se debe el nombre del estadio), la institución de Liniers siempre se mostró preocupada por darle un marco social y cultural a las actividades que realiza.  “Vélez es principalmente un club deportivo, pero también cultural y social. Sentimos que tenemos un compromiso con la sociedad por cómo creció la entidad en las últimas décadas. No seríamos lo que somos hoy sin la ayuda de la gente”, dice a ANCCOM Ayelén Merchak, quien preside el Departamento de Acción Solidaria y además integra la comisión directiva de la institución.

A diferencia de otras instituciones, Vélez es un club que prefiere manejarse de manera independiente en la gestión de la solidaridad. “Todas las acciones las generamos y administramos nosotros mismos. Trabaja toda gente de Vélez y los recursos los gestionamos nosotros también. Tampoco nos gusta hacer mucha difusión en los medios de lo que hacemos”, agrega Ayelén.

En su propio barrio, el club colabora con un hogar de chicos que agrupa a más de 250 familias. También lo hace en organizaciones villeras y, además, apadrina una escuela rural en Salta, donde asiduamente lleva útiles escolares y juguetes.

Una campaña muy original y exitosa que realizó en el último tiempo fue sobre la concientización para  la donación de sangre y órganos: “Junto al Departamento Médico del club armamos el registro de donantes de sangre velezana. Es decir, cuando algún socio necesita dadores de sangre, nosotros consultamos en el padrón y los ponemos en contacto, pero no hacemos las extracciones en el club. Buscamos, más que nada, concientizar a la gente sobre la importancia de donar sangre y también órganos”, comenta al respecto Merchak.

En Vélez, la solidaridad y el fútbol tienen vínculos muy estrechos. Por ejemplo, el ex jugador del club Lucas Castromán, oriundo de Luján, utilizó su casa como centro de recepción de donaciones “velezanas” durante las inundaciones del año pasado. Junto a su familia distribuyó las donaciones entre quienes más las necesitaban. Otras figuras del equipo -señala Merchak-, siempre están “al pie del cañón” para participar en la difusión de las campañas solidarias que realiza el club.

Contando con el apoyo de los Reyes Magos de los bomberos voluntarios de Sarandí, jugadores de Racing Club y Santiago Quintana (Miembro de la CD) Racing Solidario hizo entrega de juguetes a niños de distintos hospitales.

Contando con el apoyo de los Reyes Magos de los bomberos voluntarios de Sarandí, jugadores de Racing Club y Santiago Quintana (Miembro de la CD), «Racing Solidario» hizo entrega de juguetes a niños de distintos hospitales.

El sur también ayuda

Lanús es otra institución del fútbol argentino que en las últimas décadas ha tenido el merecido reconocimiento de sus pares por mantener administraciones ordenadas, haciendo crecer al club a pasos agigantados, traspasando las fronteras de lo meramente deportivo. En cuanto a la política social, todo comenzó con “Granate Solidario” pero con el correr del tiempo el espacio y la organización les quedó chico y en 2015 el club inauguró la fundación FUNDACAL, con la intención de incluir a los sectores más vulnerables a través del deporte y las acciones solidarias. En este caso, el club adopta el modelo mixto de promover acciones solidarias propias y, además, colaborar y acoplarse a otras acciones de importantes ONGs y otras instituciones.

Stella Maris Vedia es encargada de la difusión por redes sociales de la Fundación y, además, coordina varias actividades del organismo. “Desde el año pasado estamos presentes en la campaña Frío Cero de Red Solidaria. También colaboramos con el Hospital Garrahan en lo que respecta a la donación de sangre; en algunas ocasiones han venido en días de partido y la gente podía donar sangre para el hospital voluntariamente. Además, este año vamos a participar junto a otras tantas instituciones de la campaña “Movete Argentina”, que es en contra del sedentarismo infantil”.

Como acciones propias, este año iniciaron la campaña de donación de útiles destinados a las escuelas necesitadas del partido de Lanús. El relevamiento lo realizan en base a la información que les brinda las autoridades municipales. “Además de poner canastos en los accesos a la cancha para que la gente colabore con lo que puedan,  los colocamos también en los distintos comercios de la zona. Luego nuestros voluntarios se encargan de pasar a buscar las donaciones. Todo lo que recibimos lo recopilamos luego en una de las sedes y lo clasificamos. También, luego hay que cargarlo en los camiones y repartirlo, por lo que se necesita la ayuda de muchas personas y por suerte las tenemos”, agrega con entusiasmo Vedia

Si hay algo en lo que los socios de todos los clubes coincide es en la importancia de la utilización del fútbol para obtener mayor impacto en las campañas solidarias. La participación de los jugadores, de los DT, hace que “mágicamente” la gente se solidarice de inmediato y se sume a las campañas. Algo que sería difícil de lograr con otro deporte o si, por ejemplo, la campaña la iniciara alguien con menor trascendencia. “La gente se concientiza más cuando un jugador de tu club te pide que colabores, lo vivimos en carne propia. Cuando hacemos campañas con ellos los resultados son muy buenos y distintos a cuando hacemos campañas sin ellos.”, concluye Vedia,  desde Lanús.

Actualizado 29/03/2016

En enero, Racing Solidario, junto con la Biblioteca La Pancha, realizó el evento de Reyes como todos los años. La cita fue en el Polideportivo Delfo Cabrera (ubicado enfrente al Predio Tita) y hubo muchas sorpresas preparadas para los más chiquitos.

En enero, Racing Solidario, junto con la Biblioteca La Pancha, realizó el evento de Reyes como todos los años. La cita fue en el Polideportivo Delfo Cabrera (ubicado enfrente al Predio Tita) y hubo muchas sorpresas preparadas para los más chiquitos.