La película de Evo

La película de Evo

En el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata se estrenó «Seremos millones», un documental que narra el periplo de Evo Morales hasta convertirse en el gran líder boliviano.

El documental Seremos millones fue presentado en el Teatro Colón el pasado sábado en el marco de la 37° edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. A sala llena, la película dirigida por Diego Briata y Santiago Vivacqua, producida por el Grupo Octubre y Opera Mundi y musicalizada por León Gieco, Gustavo Santaolalla y Miss Bolivia, fue vista por primera vez y contó con la presencia del expresidente de Bolivia, Evo Morales.

La jornada comenzó con Gieco cantando algunas de sus canciones y el público coreando, mientras el eco de la llegada del dirigente político aumentaba las expectativas de quienes asistieron.

“Esta película refleja la lucha heroica de un pueblo y la conducción de un dirigente excepcional, del querido compañero Evo Morales”, indicó el Ministro de Cultura, Tristán Bauer, en la presentación de la película que recorre su vida con material de archivo inédito y las imágenes de aquello que, inicialmente, fue la cobertura de la caravana que acompañó a Evo en su regreso a Bolivia a un año del Golpe de Estado. “Hace 17 años llegamos. Estabas vos, Emir Kusturica, el gran Diego Armando Maradona, llegamos en el tren del Alba y acá se le dijo ‘Alca, al carajo’”, recordó el ministro.

“En 2020, después del año de exilio de Evo y el Golpe de Estado, con la certeza de que volvía porque el MAS había ganado las elecciones, se imaginó una caravana que iba a ir de Villazón hasta Chimoré y ante este escenario nosotros dijimos ‘hay que registrar esto porque es un hecho histórico, político y social’. No teníamos muy en claro qué íbamos a hacer con ese material, pero si teníamos en claro la importancia de esa caravana había que tenerla registrada”, comentó a ANCCOM Diego Briata, uno de los directores de la película.

“El material inicial que grabamos en la caravana nos dimos cuenta que era el final de la película. Para que eso tenga realmente sentido, empezamos a remontarnos para atrás y terminamos contando una película que abarca 500 años de historia y, con bastante detalle, los últimos 30 años del proceso político de Bolivia que se integra al proceso político de la región de los primeros años del siglo XXI. Evo a través de su liderazgo y el pueblo boliviano a través de su lucha, lograron refundar el país y plantearse un universo de posibilidades que les estaba vedado”, agregó el otro director, Santiago Vivacqua.

Al finalizar los créditos, Morales se hizo presente en el escenario y, conmovido, comentó su sorpresa, agradeciendo por el resumen de este documental y compartió algunas reflexiones: “Aprendimos a no dividirnos y no rendirnos. En mi experiencia de lucha sindical, lucha cultural y lucha electoral, es importante la unidad”, afirmó.

Esa misma unidad a la que hace referencia Evo es una de las vértebras que retoma el documental a través del mito del Inkarrí. “El cuento por detrás de los hechos es la idea de aquel personaje desmembrado, con sus partes enterradas por el territorio que, cuando sus partes se unan, va a poder derrotar al adversario. Es esa la unidad en la que Evo centra su energía”, comentó Vivacqua.

Horas antes del encuentro, Evo Morales estuvo en Buenos Aires en la Primera Asamblea Plurinacional hacia una América Plurinacional de la Runasur, un espacio que impulsó luego del Golpe de Estado, al respecto mencionó: “Inauguramos el evento internacional y proclamamos ‘América Plurinacional de los pueblos para los pueblos’. La plurinacionalidad es la unidad de la diversidad para enfrentar la adversidad. La diversidad es la riqueza de nuestra identidad y nuestra dignidad. Bajo la política de descolonización tenemos la obligación de recuperar otra forma de vivencia en armonía con la madre tierra. Les quiero decir a las nuevas generaciones que si alguien quiere hacer política, haga política por la patria y no por la plata. La política es la ciencia del servicio, esfuerzo y sacrificio por la gente humilde. Si esa es la política, hay que hacer política”, comentó Evo y finalizó: “¡Que viva Bolivia! ¡Que viva Argentina! ¡Que viva la Patria Grande!”.

La jornada del sábado finalizó con las comparsas de residentes bolivianos que contagiaron el espíritu festivo, pero la película continúa su recorrido participando en el próximo Festival de Cine de La Habana y esperando llegar a las salas el próximo año.

“Nos encantaría que la película llegue a lugares de proyección como escuelas, unidades básicas, centros culturales. Pensar esas proyecciones para generar debates y disputar el sentido, generar que los pibes y las pibas conozcan la historia del pueblo boliviano porque se puede transpolar a cualquier pueblo de latinoamérica. Hay que salir a disputar a través del cine los lugares simbólicos que generan sentido”, concluyó Briata.

Un golazo al patriarcado

Un golazo al patriarcado

Amnisty Internacional organizó un partido de fútbol mixto por la igualdad de género.

Es sábado a la mañana y el azul y rojo de la cancha del polideportivo de San Lorenzo se está mezclando con verde y amarillo. Adentro, jugando, hay actrices, cantantes y futbolistas de distintos géneros con la remera de Amnistía Internacional y periodistas con el pañuelo a favor de la legalización del aborto sujeto en las muñecas.

Van, vuelven, salen de la cancha, firman autógrafos, festejan sus goles a los gritos. Uno de los equipos lo tiene a Juan Pablo Sorín de capitán, el otro a Macarena Sánchez. Y acompañando están Thelma Fardin, Dolores y Tomás Fonzi, Miss Bolivia, Sebastián Domínguez. Todos participan de «Me la Juego por la Igualdad», el partido que organizó el organimo defensor de los derechos humanos para celebrar la profesionalización del fútbol femenino y continuar visibilizando las desigualdades de género que aún persisten.

«El aborto todavía no es legal, es un año de elecciones y necesitamos saber qué políticas de género va a tomar cada partido con sus representantes», dijo Mariela Belski, tras el encuentro.

Desde la profesionalización de la primera división del fútbol femenino el pasado 16 de marzo todo se vive diferente: Este deporte, que no excede la lógica que impera en todos los otros demás, logró empezar a mitigar las desigualdades existentes entre hombres y mujeres: las jugadoras, por primera vez en la historia, van a cobrar por jugar. Claro, todavía ni por asomo lo que cobran los jugadores.

Maca Sánchez, precursora en esta lucha, comenta que para ella fue muy importante el empoderamiento que vivió durante los últimos años. «Desde 2015, con la primera marcha #NiUnaMenos, se nos dio el empujón que nos faltaba para levantar la voz, para poder reclamar lo que nos corresponde».

La jugadora, que está en un litigio legal después de que su club, el UAI de Urquiza, la despidiera en enero de este año sin ninguna indemnización, sueña que en un futuro esta inclusión llegará no sólo a todas la divisiones del fútbol, sino “también a todos los deportes.”

Goles, humor y autógrafos en una jornada que desbordó de alegría.

Las gradas desbordan de alegría. Están llenas de familias tomando mate, grupos de amigas que saben el nombre de cada una de las chicas que está peloteando y de a algún que otro fanático del club que se acercó a pasar la mañana.

Adentro de la cancha, los límites sociales y culturales que no permiten a las mujeres tener los mismos derechos laborales y las mismas garantías que tienen las categorías masculinas en casi todo el resto del mundo, no se notan.

Mónica Santino, ex futbolista y entrenadora de fútbol femenino del Club `La Nuestra`, de la Villa 31, no deja de hacer pases, mientras que Juampi, no para de meter caños, como si todavía tuviese la camiseta de la selección puesta.  

Afuera, comenta que se siente orgulloso de “acompañar la lucha” y lo comparte con Damián Stazzone, campeón mundial de Futsal, quien acota que le parecía “arcaico vivir en un país como el nuestro, que tiene el fútbol como estandarte, y que a pesar de eso, les costó tanto este triunfo.”

Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía en Argentina y organizadora del evento, también se puso la camiseta: “Estamos celebrando. San Lorenzo nos abrió las puertas, pero hay un montón de lugares donde todavía falta. El aborto todavía no es legal, es un año de elecciones y necesitamos saber qué políticas de género va a tomar cada partido con sus representantes. Nos falta un montón de camino. Pero acá, con este partido, estamos festejando de que cada vez es menos.”

“Bien warrior rima con ovarios”

“Bien warrior rima con ovarios”

 Paz Ferreyra nació y creció en la Paternal, más precisamente en la calle Bolivia. Aquella marca de origen resultó tan fuerte, que se constituyó en su verdadera identidad: Miss Bolivia. Antes de subir a escena, se recibió de psicóloga en la UBA, donde también estudió Letras. Trabajó como productora en el Canal de la Ciudad y recién en 2008 -cuando empezó a cantar en fiestas de amigos- se propuso comenzar una carrera de solista. Dos años más tarde editó su primer disco, Alhaja y en 2010 le siguió Miau. En su música fusiona la cumbia, con el rap y distintas variantes de reggae con algunos elementos del dance y un poco de pop.

Con sus ritmos, Miss Bolivia contribuyó a desestigmatizar la cumbia, la hizo sonar en los festivales más taquilleros y hasta la llevó a Hollywood, como banda sonora de la película Focus. Además, compuso e interpretó la canción “María, María”, tema principal de la telenovela La leona. Sus canciones no son pasatistas, se caracterizan por ser combativas y autobiográficas, con un llamado muy fuerte a las luchas reivindicativas feministas, LGBT y de derechos humanos.

En diálogo con ANCCOM, reflexionó sobre el lugar de la mujer en la música, su relación con el público y su punto de vista en la denuncia de Mailén y Rocío, al líder de La ola que quería ser chau, por abuso sexual.

¿Cómo atraviesa tu música tu formación como psicóloga y los años que cursaste la carrera de Letras? ¿Son elementos presentes?

Mi música apunta a hacerse preguntas. Y en la psicología, uno trata de hacerse preguntas. Tanto los libros que leí, como las experiencias que atravesé, no sólo académicamente, sino las experiencias de calle, atraviesan la obra de algún modo. Aunque no seas literal ni te estés refiriendo todo el tiempo a esas cosas, nunca sos el mismo después de leer un libro: te vas transformando; siento que ahí está la carrera. La Psicología es sanar con palabras y yo intento que la música que hago tenga que ver con sanar, con fortalecerse, con empoderarse. El empoderamiento tiene que ver con la salud también. Hay una psicología, quizá no es de diván o de hospital sino un dispositivo distinto que es la pista de baile o el living de tu casa o el auricular donde podés empoderarte o hacerte preguntas.

Los elementos autobiográficos en las letras de Miau generan mucha empatía e identificación, ¿cómo sentís que son recibidas tus historias por el público?

El artista sin el público no es. La gente es muy cálida, muy afectuosa, muy aguanta- trapos, me escribe cartas, me trae regalos, me tira ropa interior al escenario. Me gusta tener un público muy plural, muy diverso, no es que sólo hay una tribu en mis shows, hay gente muy distinta, un oficinista, un heavy, un rapero, un rasta, una señora, y eso está buenísimo. Es una de las cosas que me enorgullece, tener un público plural. Muchas veces, los cantantes o los artistas, los comunicadores en general, tenemos una responsabilidad, o un rol de espejear socialmente o darle asidero al otro. Uno canta sobre eso. En este disco,  canté de ese modo algunas canciones y la gente se apoyó en esas canciones, se vio y se sintió representada. Hace poco me tuve que subir a un bondi porque llovía y no pasaban taxis, y el chabón no me quiso cobrar porque era Miss Bolivia y yo le decía: “¡No, por favor!”. Y puso la música en el colectivo -¡un capo!- y me regaló un chocolate. Son cosas de amor, cosas lindas.

¿Repercute de alguna manera en el ambiente musical tu reivindicación del rol de la mujer y las demandas de género que promovés?

En todos los palos de la música está esto instalado, tengo colegas folcloristas, raperas, cumbieras, del pop, del rock y todas de algún modo hacen foco en esos contenidos y no estamos organizadas, es algo que cada una hace. Está lleno de organizaciones, con las cosas que están pasando hay como una furia y se organizan movidas de repudio o también de empoderamiento.

«Creo hay más conciencia de parte de mujeres y varones antipatriarcales, que hay mayor visibilidad,» declara Paz Ferreyra.

 

Hace unos días se hizo público el testimonio de Mailén y Rocío, dos chicas que denunciaron por abuso sexual al cantante de La ola que quería ser chau. ¿Tenés alguna reflexión al respecto?

Me afectó mucho, me pareció muy duro, vi al video y me pegó un bife. Me pareció que está bien que exista. Las dinámicas de abuso de poder están en toda la humanidad, el humano las puede desplegar en cualquier ámbito, obvio que está el folclore originario de las groupies y de los chabones, pero estos son casos extremos que pueden pasar en distintos espacios de la vida. Estas chicas tuvieron mucha valentía y mucho coraje. Lo que ellas hicieron es una herramienta comunicacional muy importante. Está bueno que si eso sucedió, se viralice, porque tiene que bajar el umbral de tolerancia que tenemos. Hay cosas que hay que cortar la bocha, y se corta así.

Existen  colectivos que tratan de empoderar a las mujeres, y desde la marcha  #Niunamenos esa tendencia se ha acentuado. ¿De eso se trata ser “bien warrior”?

Para hacerla corta, bien warrior rima con ovarios. Es un estado actitudinal, un estilo de vida. Creo hay más conciencia de parte de mujeres y varones antipatriarcales, que hay mayor visibilidad. Bandas femeninas y artistas femeninas hay un montón y siempre hubo un montón, ahora hay más foco, más visibilidad y eso está buenísimo en todos los palos de la música. De algún modo u otro todas hablamos de eso un poco y está bueno que pase.

¿Que nos vamos a encontrar en tu próximo show, el último de esta etapa?

Me van a acompañar algunos invitados del disco y vamos a hacer un adelanto de tres temas del próximo disco.  Miau no es algo que voy a dejar de tocar, sino que es un homenaje. La próxima vez que nos volvamos a ver en Buenos Aires va a ser con otro material.

¿Y en el próximo disco?

Sigue la cumbia, el rap y el reggae como eje, pero son temas que hablan mucho más de amor, hay militancia pero es mucho más autobiográfico, muchas canciones playeras porque estos últimos años estuve casi la mitad del tiempo en la playa y me pintó más playero.

Actualizado 03/05/2016