Culturas sin barreras

Culturas sin barreras

“En el límite de lo visible” es la consigna del 14° Festival de Cine Migrante que se desarrolla esta semana en Buenos Aires. Un encuentro audiovisual donde se borran las fronteras y se instaura la conversación y el pensamiento colectivo.

Cine Migrante nació en el 2010, en un contexto donde se buscaba extender la Ley Migratoria en Argentina, algo que implicaba un gran desafío cultural. Este festival acompañó ese proceso de ampliación de derechos de las distintas comunidades migrantes para alcanzar un espacio territorial habitable de manera equitativa.

El festival se lleva a cabo en el Centro Cultural Kirchner, en el Centro Cultural San Martín y en el Cine Gaumont. Está compuesto por más de veinte películas que se exhiben por primera vez en Argentina.

Año a año, el festival construye una curaduría que permite profundizar visibilizar problemáticas que están sucediendo. Las dos curadurías de este año son Indicios de Parcelas Habitables y Materiales Fantasmas que buscan mostrar un lugar posible por donde transitar, nuevas maneras de vincularse con nuevos territorios.

En años anteriores la propuesta fue más grande, con más sedes y más películas: «Más que ampliar se profundiza: ahora es más chico pero con curadurías más pensadas, trabajo más profundo en todo lo que es la estructura de los contenidos. Menos es más. De esta manera podemos llevar discusiones a la mesa que antes no estaban», cuenta Juana Sánchez, integrante del equipo de producción general y asistencia de dirección.

Sofía Bensadon, antropóloga, realizadora audiovisual y fotógrafa, reflexiona en diálogo con ANCCOM: «La importancia de este festival es, por un lado, la posibilidad de mostrar cortometrajes argentinos en esta ciudad, donde no es tan fácil exhibir. Por otro lado, abre la posibilidad de cruces de temáticas que se arman y generan debate. El festival comparte toda una línea de pensamiento que no pasa solo por una exhibición de películas sino que son conversaciones que se abren a partir de lo que vemos».

Durante el evento habrá una competencia de cortometrajes y Bensadon participará con su corto Gambote, historia de Rosa e Irineo, una pareja de ladrilleros de La Paz, Bolivia.

En este festival, el cuestionamiento está presente y se hace visible en el habitar del mundo, de qué forma lo hacemos, quién puede y quien no puede moverse. También las formas en las que se realiza cine, quién tiene la cámara, quién tiene el poder de grabar al otro. O cuestionarse las formas en las que mostramos al otro, cómo el otro quiere ser representado: son parte de los puntos de encuentro de esta semana.

«Esta es la invasión migratoria. Sé que cuesta, pero la idea es trascender las fronteras. Cine Migrante intenta dar cuenta de que hay indicios posibles, lugares pequeños, casas comunes que son pequeñas parcelas posibles del habitar colectivamente, y la cinematografía que trae a esta edición es, principalmente, realizada por jóvenes, esos jóvenes que ahora en este país nos dan miedo porque parecería que están promoviendo una manera no colectiva, no común de vivir. En ese sentido si hay algo a lo que este festival apuesta es a entender una manera posible de habitar este mundo, una manera posible de encuentro con todas las existencias que nos rodean», dice Florencia Mazzadri, directora del festival, en la apertura.

Con respecto a En el límite de lo visible, Mazzadi comparte: «Tiene que ver con poder dar cuenta en lo liminal, pensar un cine que muestra menos, que enuncia menos, que esconde más aquellos conocimientos ancestrales y que en ese gesto de esconder guarda y conserva una posibilidad de vida».

Cine Migrante pone en el ambiente privado el debate de lo público, todo esto a través de proyecciones, conferencias, charlas y performances de lecturas colectivas hasta el 30 de septiembre.

«Militamos en distintos movimientos sociales y políticos pero a la hora del armado de listas, siempre quedamos afuera»

«Militamos en distintos movimientos sociales y políticos pero a la hora del armado de listas, siempre quedamos afuera»

Se realizó en La Plata el 4º Encuentro Plurinacional de Naciones y Pueblos Indígenas, Afrodescendientes y Migrantes. ¿Se viene el partido político propio?

“Hablar de cultura es algo muy grande. Yo quisiera hablar del monte. Ya no hay monte donde estamos nosotros, en Salta. Y si perdemos el territorio donde tenemos monte, perdemos las plantas para nuestras medicinas ancestrales. Perdés el monte, perdés la cultura”, sostuvo una de las muchas voces presentes en el taller “Artes y Culturas para la Descolonización”, que se realizó el sábado 15 de abril como parte de la primera jornada del 4º Encuentro Plurinacional de Naciones, Pueblos e Identidades Indígenas, Afrodescendientes, Migrantes y Diversidades celebrado en la Facultad de Periodismo y Comunicación de la Universidad Nacional de La Plata. El Encuentro continuó el domingo 16 de abril en el Centro Cultural Daniel Omar Favero y cerró con la realización de murales colectivos y un festival artístico pluricultural donde 300 personas bailaron al son de sus propias músicas. 

“Estamos trabajando con algo (la cultura) que está vinculado al placer. No podemos olvidar eso, es una ventaja. Porque después de aquí, de este encuentro, tomamos el subte y vuelve el vacío, el miedo, el peligro. Tenemos que lograr que la cultura plurinacional sea un espacio donde se pongan en juego espontáneamente los sentimientos y el pensamiento”, mencionó Izel Paz, moderadora del taller. 

Para un pensamiento plurinacional la cultura es parte de la vida, es una experiencia de la vida. No es un hecho aparte que se puede vender o presenciar como producto o espectáculo”, señaló Héctor Santomil, referente de la comunidad Charrúa Etriek de Villaguay. “El otro día fui al INADI a preguntar quién nos representaba como quechuas, como pueblo, y todos eran blancos”, reclamó otra voz dentro del taller, era la de un señor mayor, guaraní, que hasta entonces había permanecido callado.

El término plurinacional se refiere a una entidad política o Estado que reconoce la existencia y la diversidad de varias naciones dentro de su territorio. Los talleres que reflexionan en torno a este paradigma se erigen como el espacio propicio y necesario donde, año a año, se debaten las problemáticas más urgentes y cruciales para la corriente plurinacional en Argentina. 

El de Artes y Culturas no fue el único taller que se realizó en el Encuentro. También hubo espacios para debatir y reflexionar sobre “Experiencias y Participación Política Plurinacional”, “Reivindicación de la Organización y Lucha Migrante”, “Salud Intercultural, Medicina Ancestral y Parto Respetado”, “Pueblos Originarios en la Guerra de Malvinas”, “Comunicación con Identidad”, “Genocidio Indígena. Tierra, Hábitat, Territorio y Consulta Previa”, en este cuarto encuentro. La idea de los organizadores es que lo debatido lleve a conclusiones y acciones que se impulsen y se retomen los siguientes eventos que el movimiento realice.

El término plurinacional se utiliza a menudo en el contexto de países con una población diversa, como Bolivia, Ecuador y México, donde se reconoce la existencia de diferentes naciones y culturas dentro de sus fronteras. Estos países han adoptado modelos de Estado plurinacional para reconocer la diversidad cultural y garantizar los derechos de todas las comunidades. Sin embargo, en Argentina, donde todavía hoy conviven más de 40 pueblos, naciones y etnias a lo largo y ancho del territorio, el movimiento plurinacional todavía se considera incipiente, aunque desde la organización reconocen que han logrado varios avances.

“Entendamos que las casas de estudio son los ámbitos en donde se construye y se debate el pensamiento. Por eso para nosotros es importante que estos talleres de debate se den en ámbitos como la Facultad de Periodismo”, señala Puma Katrileo, mapuche y encargado de todo lo relacionado con la comunicación del Encuentro. A su vez, señala que “desde el primer encuentro hasta hoy lo que se ha visto es un avance en ciertas políticas públicas o reconocimiento. Por ejemplo, en Buenos Aires ya hay distintos lugares que se vienen reconociendo como municipios pluriculturales y plurinacionales”. 

La mutación de movimiento a partido es un ideal que el Encuentro se ha planteado desde su primera realización. Para Puma ese momento tendrá que llegar tarde o temprano por la naturaleza de los convocados al encuentro: “La convocatoria es a las militancias indígenas, afro, migrantes de diversidades y compañeros y compañeras que aportan y militan estas causas. Esos que somos los proscritos de la política, porque militamos en distintos movimientos sociales y políticos, pero a la hora del armado de listas quedamos siempre fuera. Pero seguimos poniéndole onda porque entendemos que la militancia misma y la dirigencia de esos movimientos sociales tienen que hacer eco de la pluriculturalidad que conforman estos espacios. Y eso lo tienen que llevar adelante la militancia de base, porque las cabezas siempre están en otras cuestiones, en otras roscas”.

A su vez, desde el movimiento reconocen que “la plurinacionalidad de cuando la planteamos en 2019 ha avanzado dentro de los movimientos sociales también, ahora hay movimientos sociales y políticos que tienen su corriente plurinacional. Y en lo discursivo, en los encuentros políticos, ahora aparece el debate de lo plurinacional, cosa que antes no se daba cuando irrumpimos en el 2019 con este nuevo paradigma. Esto ha llevado a rupturas como que el encuentro nacional de mujeres ahora se llame encuentro plurinacional de mujeres”, remarca orgulloso Puma. 

El problema, dice, es que “todavía hay cierta militancia que no entiende la cuestión de la plurinacionalidad y que cree que es algo separatista. Y nosotros lo que venimos planteando es que hay que entender las diferencias. Somos todos diferentes. Partiendo de esa base, la diversidad a los que nos tiene que llevar es a la articulación de acciones y no que haya una bajada de línea unidireccional y monocultural. Porque esto de decir somos todos iguales es mentira, no somos todos iguales. Ni ante la ley ni ante nadie”. 

 Esto último, en resumen, está en la base del pensamiento plurinacional, que se refiere a una entidad política que reconoce la diversidad cultural y étnica de su población y busca garantizar los derechos de todas las comunidades dentro de su territorio.

En los talleres que se dieron durante este 4º Encuentro Plurinacional se habló de dar formalidad y organización a las propuestas. Y de elevar los reclamos a instancias judiciales, “para usar las herramientas de ellos (el Estado) y no ir como indios sueltos”. Alguien entre el público del taller murmuró con eso de “indios sueltos”. El término se considera ofensivo. Pero Eliseo Álvarez Prado, uno de los 70.505 collas en Argentina (según el censo de 2010), quien además es profesor de charango, ante el murmullo, se explicó así: “Lo mío es una postura política y no me ofende que me llamen indio –remarcó–, porque con el término indio nos conocieron, con el término indio nos sometieron, y con el término indio vamos a liberarnos”. 

Migrantes, comunicación y derechos

Migrantes, comunicación y derechos

La investigadora Wanda Fraiman publicó el libro «Derecho a la comunicación y migraciones: circulación informativa en el caso de las comunidades bolivianas, paraguayas y peruanas de la Ciudad de Buenos Aires». ¿Qué pasa cuando las radios comunitarias son comerciales?

 

La investigadora Wanda Fraiman publicó Derecho a la comunicación y migraciones: La circulación informativa en el caso de las comunidades bolivianas, paraguayas y peruanas de la Ciudad de Buenos Aires (IEALC-Editorial El Colectivo), un libro orientado hacia la indagación del ejercicio del derecho a la comunicación por parte de estos colectivos residentes en la Capital Federal, a través del estudio de la circulación informativa que tuvo lugar en las radios de esas comunidades durante el año 2014. La obra, disponible en formato ebook, fue elaborada en base a la investigación realizada para su tesis de Magíster en Investigación en Ciencias Sociales.

“Parte de reconocerse como sujetos de la comunicación, implica tanto acceder a la información, como expresarse en y a través de los medios de comunicación”, dice Fraiman, quien además es docente e investigadora en Derecho a la Comunicación en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.

 

¿Cómo surgió la idea de investigar sobre el derecho a la comunicación y las migraciones?

Mientras cursaba la Maestría reconsideré el proyecto de investigación original y cambié el enfoque; pasé de una tesis que trabajaba más sobre el discurso mediático vinculado a las migraciones, a lo que tuviera que ver con la circulación informativa, donde tienen mucha preponderancia las organizaciones y los medios pero también el Estado, que es el garante de los derechos. Años después, surgió la posibilidad, a través del Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe (IEALC), de publicar el libro, presenté la propuesta y fue aceptada, luego fue un trabajo extenso de convertir la tesis a una publicación. Espero que no solo sea de lectura del campo académico sino general, destinada a hacer un diagnóstico de la circulación informativa vinculada a la comunidad de migrantes y así poder aportar desde mi rol a que haya un mejor desarrollo de la sociedad, más equidad y justicia y plantear algunas cuestiones que habría que modificar o ajustar para que sean mejor ejercidos los derechos; siempre basándonos en la idea de la información como un insumo primordial para el ejercicio de todos los derechos humanos.

 

¿Cómo fue esa búsqueda para llegar a estas tres colectividades en particular?

A partir de las estadísticas que nos proveían las fuentes oficiales que fueron el censo y los datos que procesa la Dirección Nacional de Migraciones, encontré que estas eran las tres comunidades que tenían mayor preponderancia en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el lapso que hice la investigación que fue el año 2014. También me pareció importante hacer dialogar los medios de esas comunidades con las organizaciones que nuclean a estas comunidades de migrantes.

¿Cuánto tiempo tardó toda la investigación, y cuánto fue el proceso de escritura? ¿Fue en paralelo o la escritura fue después?

En el marco de la investigación académica se aconseja analizar los datos de manera retrospectiva, porque sincrónicamente pueden estarse modificando; si bien la investigación la hice en 2014, durante el año 2015 y 2016 estuve analizando los datos -que sería tanto lo trabajado con los medios de comunicación de las comunidades migrantes, como lo hablado con los y las líderes de las organizaciones- que había relevado para hacerlos dialogar con la bibliografía  y el marco teórico.

 

Dentro de todo el proceso de investigación, ¿hubo algún descubrimiento que le sorprendió, algo que no se esperaba encontrar?

Lo más llamativo fue encontrar la forma en que estas comunidades llamaban a estas radios “comunitarias”, puesto que no coincidía con la noción de “libro”. En el acuerdo internacional se denomina a las radios comunitarias a aquellas que son gestionadas por la comunidad;  entonces me di cuenta que esa manera de llamarle no solo era un problema de denominación, sino que también generaba un sentido que no era el esperado, ya que eran radios comerciales, con objetivos comerciales, con una organización comercial y una toma de decisiones comercial. En el marco académico, el sentido que genera el término al interior de las comunidades no se corresponde con el que se plantea en el acuerdo internacional;  la lógica de la radio comunitaria es trabajar para el desarrollo de las comunidades en las cuales se inserta y esto no era lo que sucedía.

¿Por qué tomó las radios como unidades de estudio?

Trabajé con medios radiofónicos porque me pareció que era interesante en el alcance y en la posibilidad de acceso que tenían muchos trabajadores y trabajadoras mientras llevaban a cabo sus tareas. En muchas de las zonas en donde trabajan las comunidades migrantes están puestas las radios -en los talleres, en los comercios, en las fábricas- y me pareció que eran de acceso cotidiano, algo que no sucede con la prensa escrita.

 

¿Qué problema representa para las comunidades migrantes no contar con medios de comunicación no comerciales?

La importancia de la información como un bien en sí mismo, pero además, como una condición para el ejercicio de otros derechos, nos hace dar cuenta que es necesario que circule entre y al interior de las comunidades la información necesaria para ejercer sus derechos. Si encontramos que no existen medios propios de las comunidades -medios comunitarios- ni medios comerciales que tengan como objetivo acercar esa información, finalmente el diagnóstico lo que nos arroja es que hay falta de información en el marco de las comunidades migrantes para que las personas ejerzan sus derechos. Es necesario que existan radios comunitarias tanto para el desarrollo de cada una de las comunidades a nivel colectivo, pero además, a nivel individual para que se pueda ejercer los derechos cotidianamente.

 

¿Hubo una mayor xenofobia en materia de regulación de derechos para la migración regional en comparación con el proceso experimentado por la migración transatlántica?

Sí, de hecho cuando se reformó la Constitución en el año 1994 no se quitó el artículo que recibía con beneplácito a las migraciones europeas, así que en términos normativos sigue existiendo ese enfoque. A nivel social, tanto lo que dice la literatura académica como los líderes migrantes en las entrevistas, es que es sobre todo en los momentos críticos, aquellos que ponen en jaque la tranquilidad social o la sociedad en general, que se vuelve a remitir a ese discurso xenófobo de echar culpas sobre algunos fenómenos vinculados al trabajo, la salud, la economía, etcétera.

 

¿Hace falta un mayor conocimiento sobre qué es una radio comunitaria para que los migrantes las reconozcan como tales y sepan el rol importante qué cumplen?¿La vulneración de derechos de residencia y laborales pueden relevar a un segundo plano el derecho al acceso a la información para los migrantes?

Por un lado es necesario que conozcan los trámites y los pasos para tener una radio comunitaria, pero es importante primero que las comunidades migrantes se reconozcan como sujetos de derecho a la comunicación, como sujetos que tienen mucho para decir y que tienen necesidades en torno a la comunicación. No es algo simple gestionarlos en términos de recursos y conocimientos, porque tienen su complejidad y es necesario conocer esas herramientas. También urge que el Estado los reconozca como sujetos de la comunicación. Parte de reconocerse como sujetos de la comunicación, implica tanto acceder a la información como expresarse en y a través de los medios de comunicación. En la urgencia que tienen las personas de resolver situaciones críticas, no podemos pedir una reflexividad sobre distintas dimensiones del problema que tienen, por ejemplo, el del acceso a la información. Por eso es importante que el Estado trabaje con los colectivos y con las organizaciones en el diagnóstico de cuál es la información que hace falta, cómo circula la información y también en cómo los medios hablan de los colectivos migrantes. El Estado escindido de las organizaciones no va a poder cumplir con la garantía de los derechos,

 

Una de las preguntas que se planteó al inicio de la investigación fue la de cómo se da la participación de los colectivos de migrantes en el espacio público. ¿Qué encontró como respuesta?

La definición que trabajo de ciudadanía comunicacional implica que para poder ejercer los derechos individuales y colectivos es necesario que se participe en las discusiones públicas. Con esto me refiero a las áreas de debate de los temas que hacen a nuestra vida cotidiana, cuestiones vinculadas al transporte, educación, economía y a todas las dimensiones de lo social. Cuanto menos puedan participar en los distintos temas en los debates públicos, más difícil va a ser que puedan hacer valer sus derechos individuales y colectivos.

 

¿Cuáles fueron las estrategias utilizadas para dar cuenta de la circulación informativa en y a través de los medios de comunicación de las comunidades?

Fue un trabajo arduo en términos de que la materialidad de lo radiofónico no es igual a cuando trabajamos con prensa escrita. En este caso era un desafío porque implicó tanto la escucha de los medios como visitas a los mismos, en los casos qué fue posible. También hablé con periodistas que no pertenecían a esos medios, pero que me hacían conocer como circulaba la información y cómo era el vínculo entre medios y organizaciones. Después implicó largas conversaciones con los líderes de las comunidades para conocer cuál era la relevancia de esos medios al interior de los colectivos y cuál era la relación en términos de circulación e información; fueron espacios que lejos de estar aislados los tenía que poner en vinculación, pero que eran absolutamente abstractos e inmateriales y eso fue todo un desafío ya que esas vinculaciones y puntos de relación los tenía que hacer yo, porque no estaban dados de por sí en una superficie discursiva.

Un derecho poco ejercido

Un derecho poco ejercido

En 2021, con el nuevo Código Electoral, los migrantes porteños aparecieron por primera vez de manera automática en los padrones electorales. Hubo 400 mil extranjeros más habilitados para votar pero la tasa de participación bajó de 43% a 18,7%. Los motivos.

A partir de la entrada en vigencia en 2020 del nuevo Código Electoral, la Defensoría del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (DPCABA) y la Red de Derechos Humanos del CONICET realizaron un informe que analiza las dinámicas de participación político-electoral de la población migrante residente en CABA durante las PASO y las elecciones legislativas generales de 2021. 

 Uno de los cambios establecidos en el nuevo Código Electoral fue el empadronamiento automático. Hasta hace dos años, la población migrante habitante de CABA que quisiera votar debía inscribirse de forma voluntaria en el padrón. Este era uno de los principales impedimentos para el ejercicio efectivo del derecho a voto, sumado a la lejanía de establecimientos y escasez de mesas electorales. Según el informe, a partir del crecimiento de la cantidad de empadronados, el número de 19 establecimientos y 50 mesas en 2019 pasó a 367 y 1.198 en 2021 respectivamente, lo que contribuyó a mayor accesibilidad y cercanía de los hogares. 

 Según el documento, se observaron dos efectos de la reforma: no solo el padrón migrante aumentó 20 veces en relación a 2019, con más de 400 mil nuevos empadronados, sino que más de 70 mil de ellos votaron por primera vez para la elección de autoridades locales. También se destacó que a pesar de que aumentó casi 9 veces el número de sufragios emitidos de 2019 a 2021 (que fue de 8.965 a 79.128), la tasa de participación migrante no acompañó ese crecimiento, sino que bajó (de 43% a 18,7%).

 La fuerza electoral puede medirse en su faceta potencial o efectiva. La primera se entiende en relación a las personas del padrón habilitadas a votar, y la segunda como la cantidad de votos que se realizaron en efecto. Una de las autoras del informe, la licenciada en Ciencia Política e investigadora adjunta del CONICET, Ana Paula Penchaszadeh, explicó en diálogo con ANCCOM que si bien la fuerza electoral potencial migrante suma un porcentaje de 14,2% del padrón, es decir, casi un sexto del total, factores como “la desinformación, la desidia estatal, la falta formación y talleres, y sobre todo de la difusión, hacen que el derecho quede desperdiciado: hay una brecha muy importante para que esa fuerza electoral se traduzca en una fuerza efectiva”, comentó la politóloga.

En Argentina, los residentes nacionales y los migrantes no gozan de los mismos derechos. Si bien en materia de derechos civiles la capacidad es más amplia, no sucede lo mismo con los derechos políticos. Un ejemplo de esto se ve en la representación. El sufragio tiene una dimensión activa y otra pasiva. La primera tiene que ver con la capacidad de poder elegir, mientras que la segunda se trata de la posibilidad de ser elegido. En CABA no se reconoce ninguna instancia de voto pasivo para la población migrante. En este sentido, “no se da el círculo virtuoso de la representación. En CABA no hay representantes migrantes, y estamos hablando de un 14,2% de la población”, indicó la investigadora a ANCCOM

Penchaszadeh expone una caracterización de la población migrante: “Hay dos cuestiones que funcionan como condición: una es la expulsabilidad (umbral de deportabilidad) y otra es la participación política limitada y condicionada (umbral de integración política). Además, ese derecho en este país está condicionado localmente, es decir, que no reconoce la participación en cargos nacionales”, comentó. Entonces, en ese marco “cuando decimos que el 14,2% de la población habilitada para votar en CABA es migrante, estamos diciendo que ese porcentaje representa a una parte de la población extranjera que está en condiciones documentarias muy favorables”, agregó.  

La novedad del empadronamiento automático para migrantes en CABA, funciona en la Provincia de Buenos Aires (PBA) desde 2009. Esta es una de las razones por las cuales normalmente se registra un porcentaje mayor en la participación electoral migrante en el conurbano. Según indicó la Encuesta Nacional Migrante de la Argentina de 2020, se observó una brecha mayor a 20 puntos entre ambos distritos: mientras que en PBA se registró un 51%, en CABA tan solo un 30%.

Además de otros factores, Penchaszadeh identificó esto como una cuestión de tiempo que requieren las “culturas político-electorales” para consolidarse ya que “no se construyen de un día al otro, porque los sujetos políticos deben subjetivarse, verse a sí mismos como tales y eso se da en la medida en que las personas migrantes se vean interpeladas, entiendan cómo funciona, qué pueden votar”. Adjudicó el mayor causante de la inasistencia en los comicios a la desinformación estructural. A su vez, agregó que “es todo un debate en sí mismo para esta población que siente que no goza de esos derechos, que están de prestados, que mejor no involucrarse. Al mismo tiempo, hay una falta de incentivo de la sociedad anfitriona para que se ejerzan esos derechos”, explicó la investigadora.

En ese sentido, otro de los autores del informe, el coordinador de Derechos Políticos y Observación Electoral de la Defensoría del Pueblo y licenciado en sociología, Daniel Ingrassia, precisó para ANCCOM que la situación en CABA será distinta y que se observaría una “curva de aprendizaje mejor que la de PBA por ser un territorio más chico, más fácil de hacer campaña y con el paso de las elecciones el número va a ir aumentando fuertemente”.  

 Según el informe, el padrón migrante está compuesto por personas oriundas de Bolivia (22%), Paraguay (20%) y Perú (15%), que suman más de la mitad del electorado habilitado. Asimismo, se resalta en el documento que “la gran novedad de las elecciones de 2021 fue la incorporación, en cuarto lugar y con el 10%, de las y los venezolanos”, que en 2019 había sido menor a 1%. Por otro lado, en las comunas 1, 3, 4, 7 y 8 de la zona sur se encuentra más de la mitad (54%) de la población migrante empadronada.

 Con respecto a los resultados de los comicios de 2021, teniendo el empadronamiento automático, Penchaszadeh resaltó que “el voto migrante se pareció bastante al de los nacionales en la Ciudad. Eso no habla de una especificidad migrante sino que el entorno social y político de unos y otros, así como los canales de comunicación y los debates son los mismos”. En esta línea, Ingrassia explica que este fenómeno no es nada extraño ya que “normalmente es gente que hace mucho tiempo está radicada acá o el tiempo suficiente como para haber tramitado el DNI argentino; es gente que comparte muchos de los problemas y prejuicios que tenemos nosotros”. El especialista lo analiza en términos sociológicos a través de la Ley de los grandes Números: “En una población grande coinciden las grandes tendencias. Ahí cae la población migrante, más allá de los prejuicios que se tienen sobre a quién se estima que voten. Por eso el voto termina por asimilarse”. 

Sobre todo esto, además del debate sobre la nacionalidad o la ciudadanía, sobrevuela un debate sobre la territorialidad del voto. Ingrassia lo explica a esta agencia como las dos caras de una moneda. De un lado, la población migrante que vive, trabaja y cría a sus hijos en un territorio y sus derechos políticos siguen siendo cuestionados, pudiendo votar únicamente referentes locales. Del otro lado, los argentinos que viven en el extranjero pero pueden empadronarse y votar autoridades nacionales: “Uno podría preguntarse, ¿por qué tiene que votar esa persona que no comparte territorio con nosotros?”, concluye el sociólogo. 

Deconstruyendo la argentinidad

Deconstruyendo la argentinidad

El último fin de semana se llevó a cabo el Tercer Encuentro de Naciones, Pueblos e Identidades Indígenas, Afrodescendientes, Migrantes y Diversidades para problematizar los mitos del Estado Nación.

Con la certeza de que aquello que no se nombra no existe y con la convicción de que el cuerpo es lugar de deconstrucción y atravesamiento de discursos, el Tercer Encuentro de Naciones, Pueblos e Identidades Indígenas, Afrodescendientes, Migrantes y Diversidades se reunió para avanzar en la construcción de redes y saberes.

La primera jornada tuvo lugar el pasado sábado 23 de abril en la Universidad de Hurlingham, donde se realizaron diferentes talleres temáticos. Entre ellos se destacaron los que se desarrollaron acerca de genocidios indígenas, participación política plurinacional, tierra hábitat y territorio, economía política y educación plurinacional, lucha migrante, descolonización de género, pueblos originarios en Malvinas, medicina intercultural y parto respetado, entre otros.

En su conjunto, los 14 talleres plantearon la necesidad de avanzar hacia un cambio de paradigma desandando el largo y doloroso proceso que, colonización y genocidio mediante, derivó en la constitución del Estado-Nación, inaugurando una historia de violencia, discriminación y racismo que se extiende naturalizada hasta nuestros días.

Aunque en su conjunto, los talleres conforman una trama, esencia de lo plural y diverso, algunas preocupaciones atravesaron con más urgencia el Encuentro. Una de estas fue sin dudas el Censo 2022 que ya se realiza de manera digital, y que el próximo 17 de mayo finalizará de manera presencial.

Municipios plurinacionales

Según la Unión de Pueblos Originarios de Tigre y Escobar, el Gran Buenos Aires es la región del país con mayor concentración y diversidad de pueblos originarios. En este sentido, un pedido repetido en las conclusiones de los distintos talleres fue que se declare a Buenos Aires como Provincia Plurinacional e Intercultural. El primer paso en este camino lo dieron Quilmes y Marcos Paz primeros, y de momento únicos, municipios bonaerenses declarados oficialmente plurinacionales.

En relación al Censo 2022, una preocupación clave abordada en el taller Tierra, hábitat y territorio fue la de “despertar la conciencia para que los integrantes de los distintos pueblos y comunidades puedan reconocerse en los formularios”. Sensibilización que apunta a romper el mito de una Argentina “blanca” y “bajada de los barcos” que hace pasar por “minoría” lo que es “una mayoría silenciada”.

Como señaló Lourdes Rivadeneira, integrante de la Red Nacional de Migrantes Refugiados y Patria Migrante, a esta Argentina que “la pintan blanca” no todos llegamos en barcos, muchos estaban desde antes, “y nosotras, las marrones, no bajamos de barcos sino que vinimos en colectivo”.

También se espera que el Censo sirva como herramienta para empujar el avance del relevamiento previsto en el Artículo 3° de la Ley 26160 de Emergencia Territorial. A cargo del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), la conclusión de este proceso, iniciado en 2006, es indispensable para sancionar la Ley de Propiedad Comunitaria Indígena, postergada e imprescindible acción de justicia y reparación histórica.

Aunque en su Artículo 2° la Ley 26160 prevé la suspensión de desalojos y de todo acto procesal o administrativo mientras dure el relevamiento, las demoras señaladas dejan a los pueblos y comunidades en una situación en extremo delicada, expuestas a la violencia y las persecuciones, y al solo amparo de las sucesivas prórrogas (2009, 2013, 2017 y 2021) de la norma.

El lenguaje de la descolonización

En una línea de pensamiento en la que podemos también reconocer a pensadores como Enrique Dussel, Walter Mignolo, Anibal Quijano, entre otros, el Tercer Encuentro vuelve a plantear, al igual que en sus ediciones anteriores, la necesidad de descolonizar el saber y el pensamiento, empujando una epistemología del arraigo, la memoria y las diversas cosmovisiones que habitan cuerpos, comunidades y territorios.

De modo que en el Encuentro también se habló de las palabras. De las usadas para pensar y hablar. De las hegemónicas y las silenciadas, las de las más de veinte lenguas que configuran esta trama sociocultural, ancestral e histórica llamada Argentina.

En este marco, desde el taller de Descolonización del Género se discutió sobre lenguaje inclusivo y construcción de nuevos saberes haciendo hincapié en que “el lenguaje es producto de una construcción histórica y se puede transformar para dar cuenta de los cambios sociales”. Al mismo tiempo, y en el marco de los diez años de la Ley de Identidad de Género, se instó a “construir nuevos conocimientos desde las propias experiencias, transversalizando el género y la diversidad sexual en la educación como una forma de despatriarcalizar el saber”.

Por su parte, el taller de Genocidio Indígena alertó sobre la necesidad de entender que, en el Abya Yala (territorio americano), genocidio-etnocidio-ecocidio “son una sola cosa”.

Desde este espacio se convocó, además, a unificar los juicios por la verdad en una única causa de todos los pueblos, entiendo que Napalí, Salsipuedes, Rincón Bomba y la Campaña al Desierto “no son episodios aislados sino prácticas y patrones que desde Canadá hasta Tierra del Fuego estuvieron orientadas a invisibilizar el genocidio y la matanza”.

Todos los mundos

Pensar y cuestionar la formación del Estado-Nación es problematizar la constitución de “la argentinidad” como un proyecto político educativo. Así, desde los talleres Juventudes Plurinacionales y Educación Plurinacional se puso el acento en la necesidad de rever, a catorce años de la sanción de la Ley de Educación Nacional, las políticas educativas vigentes a fin de incorporar, en los contenidos y en la formación docente, la perspectiva intercultural, haciendo hincapié en “el rol pedagógico de la descolonización”.

Tras alertar sobre la vigencia de la discriminación, el racismo y las estigmatizaciones en los espacios escolares, se instó a proyectar y sancionar una ley de educación “que sea plurinacional e integre a todos los pueblos” y reconocer, en el marco de una educación bilingüe, a las lenguas originarias como segunda lengua. También se propuso incluir el canto como instrumento de conocimiento y “rescatar en las escuelas las experiencias donde participan las autoridades de las comunidades”.

Con apelaciones a mantener viva la memoria de los antepasados y las luchas de ayer y de hoy se exigió justicia para Santiago Maldonado, Elias Garay, Rafael Nahuel y Milagro Sala.

El domingo 24 el encuentro cerró con un festival-peña en el Club Atlético Deportivo Paraguayo de San Telmo y el pedido de varios referentes para que la ciudad de La Plata sea la sede del próximo Cuarto Encuentro.