Mercado Libre de derechos laborales

Mercado Libre de derechos laborales

La pandemia ha sido devastadora para muchas empresas pero no para Mercado Libre (ML), una de las pocas firmas que se benefició en estos meses gracias al crecimiento exponencial del consumo online. Según el último informe de Mercado Ads en 2020, solo en Argentina se sumaron más de dos millones de nuevos compradores en la plataforma. El informe que presentó la compañía a fines del año pasado, destaca que aumentó la cantidad de usuarios activos en América Latina un 45,2% (alcanzando los 51,5 millones) y sus ingresos netos fueron de 878,4 millones de dólares. Las ventas totales registraron un incremento de 205,7 millones en diversos artículos para llegar a los 5.902,4 millones de dólares. Aun así, su negocio más floreciente durante el trimestre fue Mercadopago: la plataforma registró 559,7 millones de transacciones, lo que representa un aumento interanual del 146,6%.

En 2021 la tendencia continúa: el balance presentado a principios de mayo, correspondiente al primer trimestre de este año, registró ventas por 1.400 millones de dólares y 70 millones de usuarios activos con un crecimiento del 111,4% interanual. De las ventas totales, el 65% correspondió al negocio de comercio electrónico mientras que el 35% restante fue recaudado por el servicio vinculado al negocio Fintech, nombre que se le da a las empresas tecnológicas financieras.

¿De qué se trata este negocio? Las Fintech se distinguen de los bancos y de las instituciones financieras tradicionales por ser empresas enfocadas en hacer un uso de la tecnología para lograr la innovación en las herramientas y transacciones. Este servicio se realiza a través de una red integrada de prestamistas particulares o empresas que invierten su capital privado a cambio de un interés. Para eso utiliza la plataforma Mercado Crédito, la cual le ofrece préstamos de capital a pequeñas y medianas empresas que venden a través de Mercado libre o que procesan sus cobros con Mercado Pago. El registro es online y no requiere ninguna documentación. Para el vendedor esta operación tiene muchos beneficios ya que las condiciones son flexibles y es él quien decide el monto a pagar y sus respectivas cuotas. Mercadopago es la plataforma de pagos de origen latinoamericano más grande de la región, con más 182 millones de usuarios, 370.000 comercios adheridos y ofrece más de setenta opciones de medios de pago.

ML anunció a principios de abril que sumará más de 16.000 trabajadores en toda la región en 2021, lo que implica un crecimiento superior al 100% en tan solo un año. Entre otros objetivos, está el de ampliar la red logística en la región y para ello necesita reforzar las áreas de IT (Tecnología de la Información). En una entrevista, Marcos Galperín explicó: “Nuestro objetivo es optimizar los tiempos y formas de entrega en cada país. Un 70% de los nuevos empleos serán en los Centros de Almacenamiento y un 25% en los equipos de tecnologías de cada país, que desarrollan mejoras continuas en el servicio y la experiencia de pymes, comercios y consumidores”.

Gran lugar para trabajar

El sitio “Great Place to Work” (GPTW) reconoció por tercer año consecutivo a ML como una de las mejores empresas para trabajar en Latinoamérica. Cada año, GPTW evalúa el ambiente de trabajo en las diferentes compañías mundiales teniendo en cuenta las experiencias de confianza en sus líderes, las condiciones laborales, salarios entre otros atributos pero ¿qué tan cierto es? 

ML cuenta con diversas áreas desde Marketing, Customer Experience, Logística, Prevención de Fraudes, etc; pero las condiciones laborales parecen no ser las mismas. Sebastián Manzoni, joven despedido a principios de mayo, publicó una serie de tuits en los que relataba las duras condiciones de trabajo en la empresa, con metas que los obligaban a correr casi las diez horas que dura un turno. Como todos son contratados como personal temporario, la expectativa es rendir lo suficiente como para quedar como empleado permanente. La serie de tuits produjo cierto revuelo en la red. 

En diálogo con ANCCOM, Manzoni contó cómo es trabajar en la firma de Galperín: “En muchos sitios y medios se dijo que critiqué todo de la empresa, pero no es así. Por supuesto que tiene algunos elementos positivos como el buen sueldo que no baja de la inflación, las comidas son económicas y existe un sistema de traslado de combis que te lleva, pero no todos son beneficios”. Sebastián trabajó en el Área de Depósito desde febrero de 2021 y fue contratado junto con doce jóvenes más. Sus días laborales comenzaban los viernes por la noche y terminaban los lunes por la mañana. Respecto a esta situación, el joven expone que existen ciertas irregularidades que violan las leyes laborales: “Por ejemplo, se exceden en la cantidad de horas nocturnas y la cantidad de breaks [cortes] es menor ya que solo teníamos entre veinte minutos y media hora de descanso, lo cual era muy poco por la demanda física que implica estar en depósito”.

 Otra de las cuestiones que denuncia es el fraude laboral que existe con la eventualidad: “Es entendible que se contrate personal eventualmente en fechas como el Hot Sale pero si el setenta por ciento es eventual y realiza trabajos habitualmente, la situación es otra. A la empresa le conviene no efectivizarte porque se ahorran vacaciones, gastos, indemnizaciones, etc”.

El entrevistado cuenta que su tarea laboral se desarrollaba en el depósito que tiene cuatro niveles. Allí debía recolectar entre noventa y cien productos por hora para quedar entre los primeros puestos de productividad al final de la jornada: “Lo que sucedía es que como la mayoría es eventual, la mayor aspiración y preocupación es que te efectivicen. ¿Cuál es la lógica? ‘Doy todo, trato de quedar primero a toda costa, para que me contraten’. Entonces ves como todos los chicos corren como si fuera una maratón, compitiendo entre ellos. De hecho, a mí me echaron con una tanda de chicos que habían quedado en el primer puesto muchas veces.”

Tal como parece, uno de los motores de este sistema de productividad es el incentivo y las aspiraciones de los trabajadores eventuales. Esta situación habilita la pregunta de si ML aplica la tecnología para aumentar la productividad o si en todo caso, lo consigue por medio de la explotación y abusos laborales. En la actualidad, son muchos los jóvenes que consideran a la empresa como uno de los mejores espacios de trabajo pero ¿es así? En este sentido, Manzoni recomienda a quienes decidan trabajar en la empresa ahorrar momentáneamente y no firmar ninguna renuncia: “Van a ganar momentáneamente un buen sueldo pero esto no dura para siempre ya que nunca te terminan de contratar y vos por ahí exigiste tu cuerpo en estas condiciones deplorables. Otra irregularidad que tiene la empresa es que te seducen para que firmes la renuncia a cambio de brindarte trabajo en el futuro: Al final trabajas nueve meses de manera eventual y te vas con las manos vacías”. 

Desde ML no hubo respuesta a las consultas de ANCCOM sobre este tema. 

Juan Manuel Ottaviano, abogado laboralista y asesor de APP (Asociación de Personal de Plataformas), expresó que frente a estas promesas, “deberíamos preguntarnos en qué medida implican una mayor autonomía y qué beneficios tiene el trabajador: por ejemplo, en el Área de Depósito prevalece la jornada por horas que no es un sistema de flexibilidad para los trabajadores sino que es un sistema de flexibilidad horaria para que la empresa pueda organizar su productividad, lo cual implica menor libertad para el trabajador pero sí para la empresa”.

¿Por qué el trabajo en ML resulta atractivo para los jóvenes? Según Ottaviano, estás compañía trabajan fundamentalmente en el marketing del reclutamiento de trabajadores y se esfuerza por presentarla como una buena oportunidad laboral: “La realidad acá es que no en todos los casos pagan muy mal y no en todos pagan muy bien, porque hay labores que requieren más calificación. Por eso hay que tratar de hacer indagaciones más precisas sobre cuáles son los perfiles que estas empresas buscan ya que la tecnología agranda esta brecha”.

León Dario Piasek, también abogado laboralista, coincide con esta postura agregando que “este marketing especializado intenta dar la sensación de que uno es un emprendedor libre y no un empleado: Seducen con la idea de la libertad horaria, el trabajar desde la ‘comodidad’ de tu casa, el no tener que viajar, etc.”

Al parecer,el problema central no solo está en las contrataciones eventuales a trabajadores autónomos en vez de asalariados sino que es mucho más serio. Esto tiene que ver con especificar la clasificación de las actividades económicas que desarrollan empresas como ML, Uber, Rappi: “MercadoLibre se dedica al comercio online pero también presta servicios financieros a través de una billetera electrónica. Por tanto debería haber regulaciones en esas actividades, teniendo en cuenta también los distintos puestos de trabajos”, explica Piasek y agrega: “Hay una falta de fiscalización del Estado que debería ser más rígida sobre todo cuando se trata de derechos. Una falencia es lo que se conoce como policía de trabajo de fiscalización y de sanciones: casi no vas a encontrar empresas sancionadas por no respetar las políticas fiscales o laborales. Hoy, el 40% de los argentinos trabaja de manera informal y casi siempre el Estado juega a favor de los empleadores”.

Las plataformas son una nueva forma de hacer negocios que han acelerado su crecimiento gracias a la pandemia. El desarrollo tecnológico que promueve este tipo de compañías es clave para su crecimiento económico, pero sería necesario analizar cuánto queda si se someten a las regulaciones impositivas y laborales de acuerdo a la legislación vigente y con un Estado presente.

Un virus que también ataca a los libros

Un virus que también ataca a los libros

El 8 de junio las librerías recibieron la confirmación de un acuerdo que las pone aún más en riesgo que con el Covid 19. Que Editorial Planeta acuerde vender sus libros de forma directa por Mercadolibre es vivido por varios libreros independientes como una traición. El método corta la cadena de ventas y afirma un sistema similar al de Amazon que, denuncian, provocó la destrucción del sector en México, Estados Unidos y gran parte de Europa. En parte, deja a varias librerías con un número de ejemplares reducidos de lo que del sello que conforma el 30% de su catálogo (el 50% del catálogo de una librería pertenece a tres gigantes editoriales, afirma la librería No Tan Puan desde un comunicado). Por otro lado, asegura un nivel de ganancias mayor a la casa editora.

“Trabajamos con la venta diaria y los márgenes de ganancia son muy pequeños”, detalla María Victoria Pereyra Rozas, librera y escritora (Mi mamá es electricista – 2008), quien trabaja en la Librería de Mujeres, una de las 62 librerías del mundo especializada en libros y publicaciones escritos “por” y “para” las mujeres. “La situación es catastrófica”, dice Malena Saito, también librera y escritora (Amiga – 2017), quien lleva adelante la librería Luz Artificial. “El verano fue muy duro. Cuando marzo es en general un buen mes para las librerías, cae la pandemia y nos destruye”.

Saito fundó la librería puertas adentro, abrió luego un local a la calle y está habituada al trabajo online. Pero otros tuvieron más dificultades a la hora de migrar a la dinámica virtual. Libros De La Mancha, ubicada en el emblemático circuito de la calle Corrientes y especializada en publicaciones universitarias, compra en febrero grandes cantidades de libros que abona recién en abril o mayo. Andrés Rodríguez, librero de este local, comenta que “hubo que pagarlos de nuestro bolsillo, pidiéndole a mi viejo, a un amigo.  Al menos tenemos muy buenos libros estoqueados para cuando se pueda abrir”.

Los libros de Planeta representan el 30 por ciento del catálogo de las librerías independientes.

La pandemia suma golpes de gracia a una debacle previa: “Se perdieron tres puestos de trabajo entre 2015 y 2019”, comenta Federico Brollo de Librería Norte, ubicada en el barrio de Recoleta desde 1961. “Para una estructura como la nuestra es el 30% de la planta laboral. Eso exige muchísimo a la gente que estaba trabajando. Trabajar más y en peores condiciones”. Con los sucesivos aumentos de precios en insumos, el libro se transformó casi en un bien de lujo. “El papel está dolarizado, así que el libro llegó a subir cuatro veces durante la gestión de (Mauricio) Macri”, detalla Saito. “Antes, por ahí un cliente promedio se llevaba tres, cuatro libros y ahora es uno solo al mes y lo tiene que pensar”. Pereyra Rozas  remarca que gran parte de los visitantes de Librería de la Mujer “son de países limítrofes y resto de Latinoamérica por ser la librería feminista más antigua y referencial de la región”.

Las librerías de calle Corrientes estuvieron abiertas durante dos semanas antes de volver a cerrar por la des-flexibilización de la cuarentena. Rodríguez resalta que en ese tiempo vendieron un poco más: “La gente entra a buscar un libro y cuando llega a la caja encuentra otro, o uno le recomienda un autor. La cosa del oficio que hace que uno entre por un libro y se vaya con tres. En el take-away eso casi no existe”. Modificar las relaciones con el público implica también ganar menos. “A lxs compradorxs de libros les gusta tocar, revisar, leer contratapas y decidir qué llevar con los libros en la mano”, escribe Pereyra Rozas.

“Yo quiero volver a tener una librería física – dice Saito- porque me parece muy importante el espacio de encuentro. En la librería cae un editor, un autor, el lector, hay algo que está vivo”. Brollo detalla: “Se trató de estar lo más cerca posible (del cliente). Eso fue cansador y nos exigió a los libreros ocuparnos de los canales de comunicación más instantáneos (whatsapp, Instagram, etcétera). Los libreros estamos acostumbrados a otra cosa. “

Estrategias ejemplares

Todos coinciden en que la librería que se endeuda para mantener el alquiler sin poder facturar “lo hará hasta el fin de sus días”. Uno de los entrevistados no duda en tildar a la mayoría de los rentistas de “verdaderos fariseos”. Además, la mayoría de las librerías no entra en las exenciones de AFIP. “Muchas están atendidas por sus dueños, en sus casas, en pequeños comercios barriales”.

Algunas librerías han resistido varios embates a lo largo de las últimas décadas. Las que sobrevivieron a la hiperinflación y la crisis de 2001 señalan el mandato de Mauricio Macri como un período de continua, profunda y matizada crisis económica. El acuerdo entre Planeta y MercadoLibre profundiza la necesidad de evitar que se rompa la cadena de ventas.

Sálvese quien lea” es una red de 16 pequeñas y medianas librerías y 27 editoriales surgida en respuesta  la crisis, que profundizaron relaciones para ofrecer al menos tres títulos “en adelanto” con un precio promocional del 20% de descuento que los lectores van a retirar en el momento que sea posible. De esa forma, mantuvieron vigente la cadena de valor. “Lo más positivo es que hubo que organizarse”, cuenta Saito, cuya librería es, junto a De La Mancha, una de las 16 que participaron en la iniciativa. “Ahora estamos planeando una segunda tanda”.

La Librería de Mujeres, en cambio, se quedó sola. “Intentamos generar lazo de solidaridad con algunas, pero su postura fue que iban a concentrarse en la venta minorista”, relata Pereyra Rozas. “Resultó decepcionante. La sensación general es que las grandes cadenas y librerías se arreglaron con las editoriales, y las pequeñas librerías, o cerramos o nos reinventamos como podemos”. La librería cuenta con el aporte solidario de sus socias, que cumplen 25 años de trabajo militando un movimiento al que le han demorado históricamente sus derechos.

Saito aprovechó que no tenía un contrato de alquiler rígido y se llevó la librería a su casa, desde donde ofrece combos que combinan libros y comida. Además, le compensa el costo del envío al lector adjuntando un paquete de libros usados con títulos sorpresa. “Estoy en mi casa y no pasa nada”, describe. “Entonces me llega un paquete con algo que pedí y algo que no sé qué tiene. Es un gesto o mimo, un refugio en este momento donde todo es virtual”. Los libros de obsequio los elige los libros que adjunta al paquete en base a la información que le proveen sobre la persona que los va a recibir: “Si me dice que es periodista, le mando uno de crónicas. Y a veces mando clásicos que siento que está buenísimo leer por más que no sea el interés que estás manifestando”.

Los libreros independientes denuncian que un sistema similar al de este acuerdo provocó la destrucción del sector en México, Estados Unidos y gran parte de Europa.

Más presencia, más solidaridad

Rodríguez afirma que se necesita un estado mucho más activo: “Hay mucho para la tribuna pero no hubo ninguna herramienta seria. Si tenés un Ministerio de Cultura y una Secretaría del Libro podrías haber puesto a esa gente a averiguar qué necesita cada librería. Dar exenciones impositivas, o poner al Banco Ciudad a ofrecer algo”. Los bancos privados, denuncian, no han querido dar líneas de crédito para paliar la situación. “No hay que olvidarse de que venimos de cuatro años de ninguneo y baja del presupuesto para compras de las bibliotecas de las universidades y las escuelas. Muchas de las bibliotecas que nos compraban dos, tres, cuatro veces por año estuvieron cuatro años sin comprar un solo libro”.

Pero los libreros coinciden en llamar la atención a sus colegas: “Los canales de comunicación en el sector no existen”, detalla Brollo. “No hay un gremio de libreros que permita tratar de pensar cómo funciona esto. Los comerciantes necesitan ese tiempo para otra cosa. No pueden hacer política gremial. Son ellos mismos los que hacen las cuentas, pagan, etcétera. Sería más que necesario. Pero a los dueños no les da el tiempo… ”.

“Nuestro reclamo es de mayor solidaridad” insiste Saito. Y Pereyra Rozas completa: “De una feria del libro con acceso garantizado para todos los espacios de difusión cultural (no todxs pueden pagar un stand). De una Cámara del Libro más cerca de quienes nos aventuramos desde cualquier especialización, elección que nos dirige a públicos más acotados. Ayudas a los sectores de imprenta y distribución de libros. Cultura sin especulación”.