A una voz

A una voz

El pasado viernes 29 de junio se conoció el dictamen de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) que determinó la legalidad de la fusión entre la operadora de cable Cablevisión, perteneciente casi en su totalidad al Grupo Clarín, y la empresa multinacional de telefonía Telecom. ANCCOM dialogó con expertos en política comunicacional para dilucidar las consecuencias de esta operación.

“Esta megafusión consolida a la tercera empresa más importante del país en volumen de facturación, y la primera en su rubro, que además tiene posiciones dominantes en cuatro servicios: televisión por cable, telefonía fija, telefonía móvil y conexión a banda ancha de Internet”, explica Diego Rossi, profesor adjunto de la cátedra Políticas y Planificación de la Comunicación de la UBA y docente de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV). Así, “Cablevisión Holding controlará el 42% del mercado de telefonía fija en el país, 34% de telefonía móvil, 56% de las conexiones a Internet por banda ancha fija, 35% de la conectividad móvil (con posiciones monopólicas en muchas ciudades del centro y norte del país) y el 45% de la TV de pago”, precisa Luis Lazzaro, docente de Derecho de la Comunicación y la Información de la Universidad Nacional de Moreno y de la UNDAV.

Si bien el fallo de la CNDC establece limitaciones a la operación de fusión para que se «garantice el cuidado de los derechos del consumidor» y se «promuevan las inversiones y el desarrollo tecnológico del sector”, para Lazzaro “no es cierto que la medida fomente la competencia, como pretendió justificar el presidente Mauricio Macri”. La posibilidad que tiene la empresa fusionada de ofrecer una modalidad de servicio cuádruple play “desalienta a nuevos competidores que encontrarán un prestador concentrado y con ventajas competitivas, y perjudica más a quienes no tienen espectro para prestar telefonía móvil, o tienen unidades de negocios más pequeñas que no les permite acceder a crédito o invertir de la misma manera”, asegura Rossi.

Para la docente de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco y secretaria del Sindicato de Prensa de Comodoro Rivadavia, Mónica Baeza, una de las conductas de que implica la concentración mediática se manifiesta en materia de costos y tarifas: “Al ser un solo grupo el que controla todo, también va a controlar los costos que se van a trasladar a los usuarios del servicio». Al respecto, Rossi detalla que la falta de regulación del valor de los abonos lleva a una distorsión de precios: “Fibertel, en abril de 2018 para el mismo servicio de TV por cable más Internet cobraba precios que oscilaban entre $684 en Santa Rosa y Toay (La Pampa) y $1666 en Villa María o Río Cuarto, Córdoba”. Además, agrega que estas prácticas son contrarias a la Ley 27078, conocida como Argentina Digital, que en su Artículo 48 establece que “los precios deberán ser justos y razonables, cubrir los costos de la explotación y tender a la prestación eficiente y a un margen razonable de operación”.

Los efectos de la concentración empresarial son múltiples pero los especialistas coinciden en que la fusión por absorción de las dos compañías pone en riesgo la diversidad de información. Claudia Villamayor, docente e investigadora de la Universidad Nacional de Quilmes, sostiene que esta fusión «habla de un nuevo mapa de la comunicación en Argentina que claramente es una afrenta al derecho a la comunicación y a la democracia de las comunicaciones porque deja concentrada en manos de los sectores privados la administración de la palabra en el país. En este caso, el negocio está concentrado en el Grupo Clarín”. Para Lazzaro, la primera víctima de la concentración es la información: “A mayor concentración de los dispositivos convergentes menor será la circulación de voces y opiniones diversas. Por lo tanto, la previsible manipulación de contenidos en las redes audiovisuales y digitales afectarán en primer lugar a los ciudadanos y a la democracia misma como sistema político en que las ideas deben circular con libertad y confrontarse”.

En la misma línea, Baeza añade que esta fusión afecta las condiciones laborales de los trabajadores de prensa. Por eso hay que leerla a la luz de los acontecimientos que están ocurriendo en el país: “En los últimos dos años tuvimos muchos cierres de medios comunicación en las provincias del interior, y por lo tanto pérdidas de fuentes de trabajo”. De acuerdo con la dirigente comodorense, esto no es casual, “sino que es parte de este proceso de concentración en el que solamente se van a escuchar algunas voces y en el que se elimina la responsabilidad del Estado, en materia de regulación de esos negocios y en torno a garantizar el derecho a la comunicación de todos”. En este sentido, para Rossi “está claro que los cambios en las grillas de programación y el incumplimiento de cuotas de pantalla y producción de películas y series nacionales, avaladas por el actual Gobierno, también ponen en riesgo la diversidad cultural y el pluralismo informativo”.

Por otra parte, Villamayor asevera que, en materia de comunicación, “el rol del Estado según el gobierno de Mauricio Macri y de la alianza Cambiemos es un rol ‘gendarme’, un rol que garantiza la potencia de la concentración mediática. ‘Gendarme’ porque dispone todas las políticas y el marco jurídico para favorecer el crecimiento económico solo del sector privado y reduce al Estado a velar porque esto sea así”. De igual modo, Baeza considera que “nos están debiendo a la sociedad un debate con respecto a este tema, un marco regulatorio y sobre todo acciones de control, ausentes en las políticas de medios desarrolladas en estos dos últimos años”.

“El gobierno se encamina a hacer desaparecer los medios públicos”

“El gobierno se encamina a hacer desaparecer los medios públicos”

“El servicio público de radiodifusión constituye una organización fundamental para proveer a las sociedades modernas de una herramienta comunicacional que garantice el ejercicio del derecho a la comunicación de los pueblos”, sentencia el último párrafo del trabajo Medios públicos y derecho a la comunicación, del especialista en políticas de medios masivos y derecho a la información Guillermo Mastrini. “Es de suma importancia -reflexionó-  contar con una activa participación de la sociedad civil en la tarea de legitimar los servicios públicos y en dotarlos de la arquitectura institucional que los transforme en representantes de las inquietudes y necesidades del conjunto de la población, con independencia política de los gobiernos e independencia económica del mercado”. La definición, palabras más, palabras menos, explica qué son y para qué sirven los medios públicos. Medios, siempre en peligro por los usos de los gobiernos. Sin embargo, tal amenaza se ha exacerbado en el último tiempo -exactamente, desde el comienzo de la gestión de la Alianza Cambiemos al frente de la Nación- debido a las constantes políticas de ajuste.

Audiencia pública impulsada por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires .

 

No solo los medios privados se hallan sometidos a las consecuencias de las medidas económicas y el manejo de la pauta publicitaria ejecutadas por el gobierno del presidente Mauricio Macri. También los medios públicos están sujetos a la política de austeridad, que se traduce en recorte presupuestario, reducción de horas y despidos de trabajadores. Al menos 670 puestos de trabajo se perdieron entre diciembre de 2017 y enero de 2018, según datos del Centro de Economía Política Argentina (CEPA). En la Televisión Pública hubo 204 empleos perdidos, mientras que en Radio Nacional, 233.  También la Televisión Digital Abierta (TDA) sufrió las decisiones del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, del cual Hernán Lombardi es el titular, con 180 despidos. Los canales PAKA PAKA, DeporTV, y Encuentro tuvieron 34 cesanteados, y en el Canal de la Ciudad hubo 19. La política de vaciamiento de medios públicos no tuvo piedad: conductores, productores y colaboradores fueron perjudicados violentamente.

No solo hubo despidos. Reducción de gastos, congelamiento de salarios y eliminación de las horas extras fueron otras decisiones adoptadas por el gobierno. En la Televisión Pública, por ejemplo, los noticieros del fin de semana fueron eliminados por completo. Frente a tal cruzada, el jueves 22 de marzo se organizó una audiencia pública impulsada por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA). Participaron de ella vastos sectores que dieron forma a un rico arco político en defensa de los medios públicos y de su necesidad en cualquier sistema democrático. Bajo el lema “Sin trabajadores, no hay medios públicos. Sin medios públicos, no hay democracia”, delegados de SiPreBA, diputados, senadores y legisladores de distintos espacios políticos, organizaciones sindicales y de comunicación, entre otros, dijeron presente en la reunión celebrada en el anexo de la Cámara de Diputados, frente al Congreso de la Nación.

Hugo Yasky ​​, secretario general de la CTA , toma la palabra en la audiencia.

Durante la audiencia, la delegada gremial de Télam Carla Gaudensi indicó el actual estado de situación de la agencia de noticias: “Hemos tenido ajustes en todas las coberturas. Se ha dejado de cubrir hacia el exterior, a nivel nacional y varios trabajos que la agencia estaba acostumbrada a realizar. A su vez, este año tuvimos la reconversión de todo el servicio de radio. Salíamos por streaming, pero ahora no hay más vivo. Todo pasó a ser podcast para poder comercializarlo y venderlo”. Por otro lado, el diputado de Unidad Ciudadana por la provincia de Buenos Aires, Leopoldo Moreau, también se refirió al conflicto que viven los medios públicos: “Estamos frente a una problemática que pone en riesgo fuentes de trabajo y condiciones laborales, pero además, al sistema democrático. El gobierno se encamina, no a debatir una ley de convergencia tecnológica, sino a hacer desaparecer los medios públicos y limitar las voces plurales”.

Como dice Mastrini, el servicio público de radiodifusión -el conjunto de los medios públicos- es fundamental para la sociedad en su totalidad debido a que garantiza el derecho a la comunicación. Además, ello implica asegurar el principio de pluralidad de voces, la libertad de expresión y la heterogeneidad de temas a tratar por estos medios. “Este es un gobierno que se jacta de despreciar a los medios públicos y, por lo tanto, a los trabajadores. Y esa jactancia, en definitiva, se explica a partir del hecho de que ellos consideran que el resto de los medios que pertenecen a los grupos monopólicos son los que interpretan cabalmente su pensamiento y sus lineamientos”, dijo Hugo Yasky, diputado de Buenos Aires por Unidad Ciudadana. Y luego, agregó: “Estamos ante un conflicto que es grave porque afecta a estos sectores pero también a una cantidad muy grande en los medios privados, donde compañeros y compañeras sufren precarización laboral, despidos y trabajo intermitente”.

A los despidos se sumaron la reducción de gastos, el congelamiento de salarios y la eliminación de las horas extras. La situación es crítica.

En un ambiente marcado por la solidaridad entre las partes, la audiencia pública se desarrolló con puntos de vistas similares, a pesar de los diferentes espacios políticos de los participantes. La única voz que faltó fue la oficial: Hernán Lombardi, ni nadie del oficialismo, asistió a pesar de que habían sido invitados. “Vamos a hacer una presentación bien plural. Cuantos más seamos y cuanta más diversidad haya en el apoyo, va a ser mejor para fortalecer la posición de los trabajadores de medios públicos”, expresó Yasky cuando fue su turno de hablar. Quienes participaron de la audiencia advirtieron sobre el peligro que corre la pluralidad y la libertad de expresión y con ellas, la democracia.

La audiencia pública se desarrolló con puntos de vistas similares, a pesar de los diferentes espacios políticos de los participantes.

 

 

“El humor no compite con la realidad”

“El humor no compite con la realidad”

Pedro Saborido recorrió durante su multifacética e incansable carrera los diversos medios de comunicación: empezó como sonidista en cine, lo que le permitió trabajar en películas como Esperando la Carroza (1985), hizo radio con ciclos como Saborido y Quiroga (1989) y en 2009 ideó Lucy en el cielo con Capusottos, transmitido por FM Rock and Pop. A partir del 1991 escribió guiones para los programas de TV de Tato Bores, fue co-creador de programas de culto como Todo por Dos Pesos y de obras de teatro como Una noche en Carlos Paz. Además, dirigió películas como Peter Capusotto y sus tres dimensiones. Hoy es guionista de Peter Capusotto y sus videos, un programa que se emite desde 2005. Después de haber navegado por diferentes medios y de conquistar su lenguaje, Saborido hace un trabajo crítico desde adentro.

El programa tiene críticas a la cultura dominante y, muchas veces, a la tele en particular: ¿pensás que la televisión vuelve a los espectadores seres pasivos o que puede llegar a ser usada para pensar, para incomodar?

Esta es una discusión de décadas acerca de si el entretenimiento es evasivo o te enseña a pensar. En sí mismo, ningún medio tiene moral o ética propia sino la intención que le aplica quien difunde a través de ese medio. Por ejemplo, un libro: bueno, acá tenemos un montón de literatura nazi ¿qué vamos a decir del libro en ese caso? O un libro que alienta la pederastía, o las redes sociales que han hecho rica a mucha gente y hay gente que usa las redes sociales para psicopatear gente o directamente contactar a alguien y hacerle un daño. En sí, ningún medio es una cosa u otra, la TV de entrada nos propone ver algo que ya ha hecho otro, sea un reportaje a Borges o un programa de chimentos pedorrísimo donde se especula o se pone en forma de entretenimiento cosas lamentables que le han pasado a alguien. No me animaría a decir que la televisión hace que el espectador sea pasivo, ahora ¿para qué la usamos? Ahí se pone un poco más espeso el asunto y entonces por ahí sí ‘el medio es el mensaje’, y el mensaje es pasivo, recorta, confunde la realidad con lo que te recortan como realidad, hay un montón de cosas que sabemos que ocurren a través de la televisión. Pero no sé si sería tan apocalíptico en ese sentido.

¿Cómo es el proceso creativo para el programa que hacen con Diego Capusotto? ¿Cómo se les ocurren los personajes, cómo eligen los vestuarios, la voz, los rasgos de cada uno?

No hay una mecánica acerca de cómo se nos ocurre cada personaje. Por ahí todo sale de un personajito que hace Diego y que capaz parece que no tiene sustancia pero tiene una forma de hablar, un movimiento o de una idea que pide un personaje. Entonces, algunos automáticamente aparecen y otros son más a partir de una idea. No hay tanto secreto, hay personajes que son más profundos, logrados y hay otros que simplemente son unos personajes que navegan por una situación.

Pedro Saborido, productor guionista y director de cine.

«No me animaría a decir que la televisión hace que el espectador sea pasivo, ahora ¿para qué la usamos?».

El programa tiene muchas vistas por Youtube, en algunos casos supera la cantidad de espectadores por TV ¿a qué lo atribuís?

Son dos instancias distintas, son dos maneras distintas. La televisión es la simultaneidad en un espacio y un tiempo. Las vistas de Youtube equivaldrían al catálogo, es decir, uno las va viendo a través del tiempo. Pretender que algo se vea al mismo tiempo todo junto es como pretender juntar a todo el mundo para hacer un asado, la posibilidad de ver a tus amigas de a una por ahí es más grande, es otra forma de contacto. Youtube implica que estén más a disposición, todo el tiempo, pero cómo y cuándo podés.

Saborido, además de hacer TV, tiene muchos otros proyectos: realiza un programa de radio llamado Raviolandia que sale los miércoles a las 21 por Bit Box FM, en teatro colaboró recientemente con Daniel Araoz con la obra Demoledores que se exhibe en el Teatro Picadilly y, junto a Mex Urtizberea, hacen Que mundo idiota en el Teatro Picadero. Está por publicar un libro basado en relatos futboleros publicados por la Revista Un Caño en una sección llamada “Los cuentos del Tío Peter” .

Además, lleva adelante la propuesta del bar Bargoglio, espacio en el que se convoca a reuniones “entregadas al vermuth y la comida casera” en el Café Cultural La Forja ubicado en el barrio porteño de Flores. En estos ciclos ya participaron el actor Pablo Echarri, el humorista gráfico Miguel Rep y el periodista Daniel Santoro.

¿Te resulta difícil hacer humor en un contexto político como el actual en el que los funcionarios a veces dicen cosas inverosímiles, como “hay lugares donde sobra agua y lugares donde falta”?

Son barbaridades pero trato de que no me causen gracia, en todo caso me desesperan un poco y me preocupan. Pero el humor no compite con la realidad. Esto de suponer que solo en la Argentina pasan cosas inverosímiles es otra muestra de narcisismo, nada más. El absurdo es parte de la condición humana, no de Argentina. Yo no suelo ver el gobierno para hacer humor, yo hago lo que se nos ocurre a mí y a Diego, lo que hacemos los dos. Seguramente nos influencia la realidad pero no estoy fijándome qué dice Michetti, no hacemos ese tipo de humor. De hecho las cosas que se están viendo ahora son del año pasado y de pronto si coincide con la realidad o los niveles de interpretación que le da el que mira y quiere relacionarlo, bueno, que lo relacione.

Pedro Saborido, productor guionista y director de cine.

«Esto de suponer que solo en la Argentina pasan cosas inverosímiles es otra muestra de narcisismo», dice.

¿Te parece compatible tener compromiso político y tener sentido del humor?

Sí, si no tendríamos un problema. El humor es una característica de ciertos momentos, es una parte de la vida, algo con lo que uno matiza su vida pero no es una cuestión absoluta. Tampoco estaría haciendo un chiste con todas las cosas que veo. Si hago eso es porque estoy trabajando. En este momento es medio difícil porque por ahí hacés un chiste y el otro se ofende. Ni yo ni Diego hacemos chistes directos. Uno trata de tener una pretensión por lo menos artística de hacer algo elegante, bien hecho, que haga reír no basándose en el nivel de provocación que pueda ofender. En la calle ponen “Macri gato” ¿por qué voy a decir “Macri gato” en televisión, si ya lo ponen en todas las paredes?

¿El humor sirve para reflexionar?

A veces hacemos chistes que son graciosos, pero son una pavada. Del mismo modo, reírse de un sin sentido en sí también es una reflexión sobre algo. Otra cosa es querer hacer reflexionar al otro. Yo creo que uno pone su reflexión y que el otro decida qué reflexionar. Aunque en el fondo creo que uno quiere que todos piensen como uno porque uno pretende que el mundo que piensa uno es algo mejor.

 

Actualizado 12/10/2017

Con la música (nacional e independiente) a otra parte

Con la música (nacional e independiente) a otra parte

Los artistas nucleados en la Unión de Músicos Independientes (UMI) reclaman la plena aplicación del artículo 65 de la Ley 26522 de Servicios de Comunicación Audiovisual, que exige cupos mínimos de difusión de música nacional e independiente en las emisoras radiales. Esa parte de la norma, que busca resguardar la producción nacional y autogestiva,  está vigente desde el 2009, pero nunca se cumplió. “Es importante que la sociedad tenga un acceso más amplio a la música. Lo que se consume en las radios comerciales tiene que ver con un segmento que suele estar vinculado a las grandes discográficas. Por eso, la aplicación de este artículo va a redituar una mayor difusión para los músicos y sabemos que eso significa más gente en los recitales y más discos que se venden”, explicó a ANCCOM Juan Ignacio Vázquez, presidente de la UMI y guitarra y voz de la banda Ardilla.

El artículo 65 expone que el 30 por ciento de la música que se transmite en las emisoras privadas debe ser de origen nacional, y de ese porcentaje la mitad independiente.  Por esto último se entiende cuando el músico es dueño de sus fonogramas, por lo que tiene el derecho de comercializar sus propios discos. “El músico independiente es el que desarrolla su carrera de forma autogestiva y sin convenio con discográficas. Genera su entorno de trabajo y no es que el músico independiente tiene que hacer todo, sino que va derivando gente que él elige para que lo ayude en su carrera”, explicó Lito Lisorski, guitarra de Ardilla y tesorero de UMI.

Según un relevamiento de 2016, a cargo de la Federación Argentina de Músicos Independientes (FAMI), de 73 radios analizadas, 51 cumplieron con la cuota de aire para la producción nacional, pero solo siete respetaron la de la música independiente. “Hay muy poquitas radios, alternativas, comunitarias, on line y de universidades que quizás hasta superan el porcentaje de música independiente en su programación, pero el problema lo tenemos en las grandes emisoras en las que no se cumple ni de cerca”, remarcó Vázquez.

“Es importante que la sociedad tenga un acceso más amplio a la música. Lo que se consume en las radios comerciales tiene que ver con un segmento que suele estar vinculado a las grandes discográficas», dice el presidente de la UMI.

El filósofo y músico argentino Gustavo Varela reflexionó acerca del lugar que se le otorga a la cultura independiente: “En los gobiernos populares hay un espacio para la producción de lo nacional dentro de lo cultural. Pero con el sistema capitalista, y más con el gobierno neoliberal actual, la producción de cultura resulta siempre un inconveniente, un gasto”. A su vez, sostuvo que “hay dos tipos de economías: la del Estado y la del mercado, una soporta la posibilidad de la producción cultural y la otra no, ve si es redituable o no”.

En este contexto, los músicos agrupados en la UMI llevan adelante una campaña de visibilización y concientización para exigir el cumplimiento del artículo. En la movida los acompañan reconocidas bandas y músicos nacionales como Lito Nebbia, Ricardo Mollo, El Mató a un Policía Motorizado, Boom Boom Kid, Raúl Porchetto, Onda Vaga y Attaque 77, entre otros tantos que se prestaron a grabar videos y difundirlos por la causa.

El artículo 65 se encuentra vigente desde 2009, cuando la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual reemplazó a la Ley de Radiodifusión 22.285, instaurada en 1980 por la última dictadura militar. No fue modificado en 2016, cuando a partir del decreto 267 del gobierno de Mauricio Macri se creó el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), que alteró una serie de artículos de la ley 26522. “Con la creación del ENACOM, pasó a haber un cinismo total sobre la Ley en general pero sobre el artículo en particular. Hace ya un tiempo largo que dejamos de tener algún tipo de conexión con la autoridad de aplicación”, denunció el presidente de la organización de músicos autogestionados en relación al organismo creado el 5 de enero de 2016 como resultado de la fusión del AFSCA y la AFTIC.

“El período 2009-2015, cuando todavía estaba el AFSCA, fue un momento de trabajo en la implementación del artículo. Había muchas dudas, más que nada en lo que se entendía por independiente”, expuso Vázquez. Por eso, desde la FAMI se generó un banco digital de música independiente, donde las radios pueden registrarse y acceder a discos de distintos géneros de todo el país, para poder cumplir con la cuota de música nacional independiente que exige la ley.

Son muchos los problemas a los que se fue enfrentando el artista independiente a lo largo de los años. Algunos como la producción y fabricación de discos, superados a partir de las nuevas tecnologías. “Hoy uno puede grabar un disco en su casa con una computadora sin necesidad de gastar un montón de plata en un estudio y luego fabricarlo con un sueldo normal”, explicó Lito Lisorski. Los condicionantes que encuentra hoy el músico autogestionado tienen que ver más con la difusión; “con el artículo 65 tratamos de generar esa herramienta por la cual cualquier músico pueda acceder a sonar en una radio de difusión masiva, por eso es tan importante para nosotros este artículo que logramos conseguir”, afirmó Ardilla.

 Además, que se exija la plena aplicación del artículo 65 de la LSCA y de esta manera que se difunda la música nacional e independiente, les permite a los artistas hacer valer los derechos intelectuales de sus producciones. “Lo que estamos pidiendo es que se aplique una ley que está en vigencia. Algo muy simple, que el Estado cumpla con sus funciones de fiscalizar una ley que fue votada por ambas cámaras. Y si no quieren que se cumpla deberían explicar por qué”, denunció el presidente de la Unión de Músicos Independientes.

Actualizada 26/09/2017

Conflicto en el Canal de la Ciudad

Conflicto en el Canal de la Ciudad

La dirección del Canal de la Ciudad desconoció un acuerdo firmado el 11 de julio con los trabajadores y la Dirección General de Relaciones Laborales del Gobierno de la Ciudad. El acuerdo buscaba generar un convenio colectivo que los equipare como trabajadores de televisión dentro de la planta. En protesta, los trabajadores desde hace dos semanas realizan ceses de actividades durante dos horas diarias y se reúnen en asamblea. El último día de agosto también realizaron un corte de calle frente al canal, para visibilizar el conflicto.

El reclamo de los trabajadores tiene dos cuestiones principales. La primera consiste en que se regularice el marco laboral, ya que en muchos casos realizan las mismas funciones pero tienen diferentes sueldos y diferente marco legal. La segunda es que se los considere trabajadores de televisión, ya que hasta el momento no perciben los derechos de su actividad específica, sino que están enmarcados bajo el Convenio de Trabajadores Administrativos.

El canal está conformado por 20 trabajadores de planta y por otros 130 trabajadores contratados, quienes brindan sus servicios como monotributistas, es decir que no perciben aguinaldo, jubilación o vacaciones. Los trabajadores de planta, a su vez, cuentan con estos derechos, pero su sueldo es muy inferior al de los contratados.

Se ve aun grupo grande de personas en ronda hablando en la vereda de la calle.

El canal está conformado por 20 trabajadores de planta y por otros 130 trabajadores contratados como monotributistas.

Mariana Gior, productora contratada en un programa del canal y delegada de la asamblea de los trabajadores, explicó a ANCCOM: «No se reconoce la relación de dependencia que hay entre un trabajador contratado y el Gobierno de la Ciudad. Si quieren pueden dar de baja el contrato, sin previo aviso y sin motivo porque no hay nada que diga lo contrario». Un ejemplo de esto es el caso de Fernanda Heredia, editora desde 2007 en el canal. Quedó embarazada en 2009 y la dirección del canal que estaba en ese momento le dijo que dejara de prestar sus servicios y que se volviera a presentar luego de su embarazo. Ella tuvo que hacer referencia a la Ley 3231 de 2009 que rige en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para aquellos que prestan locación de servicios para el Gobierno, en la que se le da el derecho a la mujer embarazada de la suspensión de sus servicios, con pago de la contraprestación convenida.

Pegado a una ventana se ven varios carteles que dicen "convenio colectivo de trabajo ya" en cada uno de ellos hay una letra escrita a mano y con todos juntos se forman dos palabras: "Fraude laboral".

«No se reconoce la relación de dependencia que hay entre un trabajador contratado y el Gobierno de la Ciudad», explicó la delegada de la asamblea de los trabajadores.

Un trabajador de planta de hace muchos años, habló sobre la situación de los contratados: «Hay personas que hace años que trabajan para el canal, sin embargo siguen teniendo que facturar. El reclamo es regularizar la situación. Actualmente tenemos distintos derechos pero las mismas obligaciones. Un ejemplo: hay dos camarógrafos en un programa y uno cobra como planta y otro como contratado. Esta discusión viene desde hace años». El mismo trabajador también explica que la precarización no es sólo de ahora, viene desde varias direcciones anteriores y nunca se solucionó. «Nosotros a esta gestión del canal le reconocemos que lo puso en marcha. Con la dirección anterior estaba estancado, y hace muchos años, ni bien asumió (Mauricio) Macri, hasta se había pensado en cerrar. Hoy en cambio, el canal cada vez incorpora más gente y programación. Pero la precarización es la misma que con las direcciones anteriores, lo negativo es la regulación que se mantiene». 

El segundo reclamo, que arrastran desde hace diez años, es que dentro de la estructura organizativa no se los considera trabajadores de televisión. Como el canal se enmarca dentro de la estructura gubernamental, se lo considera una administración más. «El canal figura dentro de una Dirección General. Es un último escalafón de la estructura, algo muy pequeño. No tenemos la categoría de un canal de televisión. No se consideran las tareas específicas que hacemos. Somos considerados trabajadores municipales. Pero acá hay cámaras, productores, asistentes de cámara, coordinación y tareas específicas de un canal de TV. No hay otra área del Gobierno donde se realicen estas tareas», expresó la delegada Mariana Gior. Esto además impide que reclamen derechos propios de trabajadores de televisión, como por ejemplo, poder afiliarse al Sindicato de Trabajadores de Televisión (SATSAID). Actualmente están en la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). Fernanda Heredia contó que una vez quiso presentar una ficha de asociación voluntaria al SATSAID y se la impugnaron. El delegado de base de SATSAID dijo que a lo largo del país la mayoría de los canales de las ciudades tienen criterio de canal de televisión, que la situación de la ciudad no puede darse como se presenta actualmente.

Se ve a un grupo de personas sentadas en la vereda de la calle y a tres mujeres paradas, una de ellas hablando con su mano levantada.

Los trabajadores reclaman que dentro de la estructura organizativa no se los considera trabajadores de televisión.

Otro punto que preocupa a los trabajadores es que el lugar asignado para el Canal de la Ciudad en la grilla de la Televisión Digital Abierta (TDA) todavía no se ha usado, y solo pueden mirar la señal los abonados al cable. Buscan que esta situación también se regularice, ya que el canal se paga con los impuestos de los porteños, por lo que no tendrían que tener televisión paga para poder verlo. Uno de los trabajadores más antiguos del canal, resume el reclamo: «Estamos luchando por tener un convenio televisivo».

Se ve un aparato de reconocimiento de huellas digitales en una pared, encima de él se encuentra pegado un cartel en el que se lee: "Convenio Colectivo de trabajo ya".

Uno de los trabajadores más antiguos del canal resume el reclamo: «Estamos luchando por tener un convenio televisivo».

Actualizada 19/09/2017.