Los maestros volvieron a protestar en el Congreso

Los maestros volvieron a protestar en el Congreso

La CTERA volvió al lugar donde en los 90 plantó la Carpa Blanca y en el macrismo la Carpa Itinerante. Reclama por aumento salarial, el mantenimiento del FONID y la defensa de la educación pública. Analiza un paro nacional.

El martes los gremios docentes rechazaron en unidad la propuesta de la Paritaria Nacional. Este jueves, la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA) ocupó la Plaza del Congreso con un reclamo de base: sin el Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID) no se puede discutir una paritaria que mejore los haberes docentes.

El Fondo se creó en el 98, en el marco de las conquistas de la Carpa Blanca, para mejorar desde el Estado Nacional los sueldos de los docentes de todo el país. El diputado nacional Hugo Yasky que había presentado una reforma laboral para reducir la jornada de trabajo estaba en la Plaza: «Aquí empezó la Carpa Blanca de la dignidad, donde logramos la Ley de Financiamiento Educativo que hoy pretende dejar de cumplir el presidente Milei. Parece que estuviésemos en el juego de la oca: volver atrás para empezar de nuevo. La voluntad del gremio docente es fuerte».

«Estamos acá dándole continuidad al plan de lucha de CTERA -aseguró Claudia Boulan, secretaria general adjunta de SUTEBA Varela-. Principalmente porque el Gobierno nacional de manera inconsulta y violando la ley sacó el FONID. Estamos sosteniendo la unidad de los trabajadores, no es solo por salarios, sino también por los fondos de infraestructura, para los comedores escolares, para que la educación pública siga siendo pública y de calidad y albergue a todos los pibes y pibas».

Frente al Congreso, los guardapolvos blancos estaban sentados en sillas de plástico. En las rejas del Monumento a los dos Congresos estaba colgada la bandera de CTERA. Adelante de esta, tres maestras de primaria inauguraron una radio abierta. «En este sitio histórico se han dado luchas emblemáticas en contra de las políticas neoliberales. En esta jornada, como en todos los actos en cada escuela de la patria vamos a iniciar cantando ‘Aurora’ e izando la bandera nacional», exclamó Silvia Almazan, Secretaria General adjunta de SUTEBA, dando paso a la canción. Desde Rivadavia, dos maestras jardineras y una de primaria acercaron un mástil con una bandera.

“Es la bandera/ de la Patria mía/ del Sol nacida/…” cantaban levantando carteles que contrastaban con el verde gastado de la cúpula del Congreso. En distintos colores se leía: “¡La educación pública no se negocia”, “¡Por el fondo compensador de desigualdades sociales!”, “Exigimos el pago del FONID”, “Sin Télam no hay democracia”. Trabajadores de medios públicos sonríen y aplauden, pero no se saben la letra. Tampoco los trabajadores del Banco Nación que con sus chalecos azules ofrecían libros para firmar el proyecto de ley para impedir la privatización.

Al lado de ellos, estaba una escultura con una placa de CTERA: “Aquí se instaló la escuela itinerante en defensa de la escuela pública 9-4-2017 al 5-5-2017”. Cuando presentaron a Sonia Alesso, secretaria general de CTERA, los docentes la ovacionaron. “Acá hay ayunantes de la carpa blanca que estuvieron en el peor ajuste menemista, hay compañeros de las marchas federales educativas y de los paros provinciales y de la escuela itinerante que estuvo en todas las provincias”, recordaba mirando a los ojos de sus compañeros.

Abriéndose camino en los aplausos, añadió: “No hay escuela pública de calidad sin un proyecto pedagógico nacional. Somos una Nación y sostenemos que en cada escuela, cada día que un pibe se acerca y una familia cuenta su situación, que izamos la bandera, estamos discutiendo el presente y el futuro de la patria. Estamos acá no sólo por nuestro salario, sino por nuestros pibes y pibas que hoy tienen hambre, que se agolpan en los comedores porque no le mandaron los fondos a los compañeros de los movimientos sociales”. En la plazoleta de enfrente, unas diez cocineras de Somos Barrios de Pie juntaban firmas para la Ley Nacional de Emergencia y Soberanía Alimentaria. Cecilia Petrino de la comisión de género decía: “Estamos a ambos lados de la plaza. Son luchas hermanas”.

En la plataforma, Alesso continuaba: “Hay mucho blanquito indiferente, mucha gente indiferente al sufrimiento del pueblo, a lo que pasa con la patria, a la entrega del patrimonio nacional, pero les tenemos una noticia: hoy tuvo que salir un decreto reconociendo que van a enviar fondos para la quinta hora, para la jornada extendida, para comedor y copa de leche. Lo único que se les escapó en el decreto es el FONID porque lo conseguimos acá en la Carpa Blanca con las luchas en todo el país. Nos quieren arrebatar una parte de nuestro salario y una conquista histórica que es la paritaria nacional y el FONID… No nos van a vencer”. Un viento agitó la bandera enmarcando a la dirigenta.

Patricia, una bibliotecaria del conurbano sur, contaba que le está costando llegar a fin de mes, aunque destacó la decisión del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, de completar el ingreso. “Me dio tristeza tener que sacar otra vez este guardapolvo de lucha del armario. Lo usaba durante las manifestaciones del macrismo”, decía mostrando el dibujo de un docente agitando una bandera y gritando “aguante la educación pública”. Mientras rige el DNU y su protocolo antipiquetes, tiene miedo de viajar usándolo, así que lo guarda en la mochila. “Es una sensación horrorosa tener que escondernos. En el subte nos miraban de costado porque nos pusimos los guardapolvos y veníamos hablando de los reclamos”, agregó.

Con una amenaza latente de reforma previsional, los docentes se manifestaron en defensa de su jubilación. «No tienen una jubilación de privilegio, sino un régimen especial por el tipo de tareas que hacemos. No podemos tener una maestra jardinera de sesenta y cinco levantando a chicos de tres… La edad jubilatoria tiene que ver con la tarea. Este régimen especial no es gratuito porque los docentes aportan dos puntos más que el resto de los trabajadores desde hace décadas para sostenerlo», dijo Yasky, anteriormente maestro de primaria y ayunante de la Carpa Blanca.

A diferencia del 26 de febrero, esta fue una jornada nacional de protesta, no un paro. Por eso, había alrededor de 140 personas: sólo delegados del gremio y dirigentes de las seccionales. «Estamos preparando un nuevo paro nacional con la fuerza de todas las provincias. No sirve que una provincia llame a un paro que no puede ser acompañado por las otras provincias. También vamos a conformar una Marcha Federal que recorra las distintas provincias. No todo es el AMBA. Tenemos realidades diversas y la CTERA unifica esas luchas y da un piso salarial y dignidad», determinó Boulan.

Yamile Socolovsky, secretaria de Relaciones Internacionales CONADU y secretaria de Género y Diversidad de la CTA, comentaba: “Acompañamos como siempre porque tenemos un enorme orgullo de ser sus compañeres, pero también porque es una lucha compartida. El ataque a la educación pública es el mismo ataque que está recibiendo la Universidad pública, la ciencia, la tecnología, las artes de parte de un gobierno  autoritario que claramente repudia y desprecia todo lo que permite el pensamiento crítico y los espacios colectivos de organización”. 

 

“Tienen que reflexionar porque están poniendo en peligro nuestra paz social”

“Tienen que reflexionar porque están poniendo en peligro nuestra paz social”

El «Gringo» Castro (CTEP) toma la palabra en la Marcha Federal por Pan Techo y Trabajo.

A 36 años de la primera Marcha Federal por Paz, Pan y Trabajo cientos de miles de personas confluyeron ayer en Plaza de Mayo desde distintas columnas que partieron el lunes desde La Quiaca, Posadas, Bariloche, La Rioja y Ushuaia, entre otros puntos, para participar del acto central con aquella misma consigina, convocada por el “Triunvirato de San Cayetano” liderado por la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), la Corriente Clasista Combativa (CCC) y Barrios de Pie. Las organizaciones  impulsan cinco leyes -de Infraestructura Social, Integración Urbana, Emergencia Alimentaria, Agricultura Familiar y de Adicciones- para mejorar la situación de los sectores sociales más vulnerables, pero la llegada del Fondo Monetario Internacional (FMI) al país, y el veto del presidente Mauricio Macri a la ley contra los tarifazos amplió las demandas de la manifestaciòn. Así, la convocatoria contó también con la adhesión y presencia de gran parte del arco sindical y político, y entre los oradores se destacaron Daniel Menéndez (Barrios de Pie), Juan Carlos Alderete (CCC), Esteban “Gringo” Castro (CTEP), Sergio Palazzo (La Bancaria), Hugo “Cachorro” Godoy (ATE Nacional), Roberto Baradel (SUTEBA), Dina Sánchez (Frente Popular Darío Santillán), Marianela Navarro (Frente Organizaciones en Lucha), Nora Cortiñas (Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora), Adolfo Pérez Esquivel (Premio Nobel de la Paz), y con el acompañamiento de Hugo Yasky (CTA de los Trabajadores), Pablo Micheli (CTA Autónoma).

Nora Cortiñas junto a Adolfo Pérez Esquivel.

Ante las demandas de las economías populares y frente a un clima político-económico hostil Daniel Menéndez de la CTEP advirtió al inicio del acto: “Nosotros nos movilizamos por pan y trabajo, pero tienen que reflexionar porque están poniendo en peligro nuestra paz social”. Y señaló que el pueblo “la está pasando mal” y que “existe temor por el Fondo Monetario Internacional” y las políticas que éste propone. En diálogo con ANCCOM resaltó: “Hay una presión social muy grande que va a hacer que los dirigentes se junten. Nosotros dimos un primer paso y ojalá se pueda leer correctamente y pueda haber un paro en los próximos días”. En este sentido y en vísperas de lo que puede ser el llamado a un paro general nacional, Hugo Yasky dijo a ANCCOM: “El lunes 4 de junio es el plenario de las dos CTA, el mismo lunes la auto convocatoria a las regionales, y en esos días la reunión con la CGT para unificar y sintetizar las aspiraciones de todos los sectores para concretar un gran paro general”. Luego agregó en relación a las conversaciones que vienen manteniendo con la CGT: “Avanzamos el diálogo poniendo una fecha tentativa: el viernes 8. Estamos convencidos de que tiene que haber un paro antes de la primera quincena de junio, es en rechazo al veto a la ley que mitigaba el tarifazo, en rechazo al ajuste”.

El titular de ATE nacional, Hugo Godoy también habló a la multitud y se comprometió “para que en el mes de junio realicemos un gran paro nacional con movilización en todo el país”. Además, le dijo: “Esta fuerza de unidad que demostramos recorriendo todo el país es lo que nos permite llegar a Plaza de Mayo y convocar un paro para el mes de junio. El paro es la mejor continuidad de este plan de lucha”, agregó sosteniendo que el pueblo “tiene la dignidad y la organización suficiente como para construir otra perspectiva de gobierno”. Roberto Baradel a su turno planteó: “Tenemos que construir la unidad necesaria para que una central de trabajadores nos represente a toda la clase trabajadora de este país. La clase trabajadora es una clase sola”.

Marianela Navarro (Frente Organizaciones en Lucha).

El Secretario General de la Asociación Bancaria, Sergio Palazzo, felicitó al Triunvirato de San Cayetano “que puso a miles de compañeros a reclamar contra el ajuste, contra el FMI, para reclamar la derogación de la Reforma Previsional y para que cada argentino tenga un plato de comida en su hogar”. Luego de reclamar que “la CGT acompañe a un paro nacional”, Palazzo propuso que hay que estar “más unidos que nunca en la acción para dar vuelta esta triste historia de un gobierno que hoy condena a la marginalidad a millones de argentinos”. El Coordinador Nacional de Desocupados de la CCC, Juan Carlos Alderete, señaló que quedaron al desnudo los dichos del gobierno sobre la pobreza cero porque “hay mayor pobreza”, como también el trabajo de calidad porque “están destruyendo cada vez más la industria nacional, cada vez más hay despidos”. El representante de la CCC sentenció: “Quedó al desnudo que los capitales de afuera vienen para la timba financiera y no para la producción”. Asimismo, reconoció que “hemos pedido que apoyen este grupo de leyes que, si bien no es la solución, es un paliativo muy importante en este momento de crisis económica que estamos padeciendo”.

El Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel también habló a los miles reunidos en Plaza de Mayo: “Tenemos que estar unidos más que nunca para derrotar al neoliberalismo que trae más hambre, al FMI, y a las fuerzas armadas en la calle. ¿Cuál es la hipótesis de conflicto? La seguridad no pasa por ahí, la seguridad del pueblo pasa por salud, educación, trabajo y techo; pasa por la enseñanza pública, no por cerrar centros educativos”. La palabra de Pérez Esquivel resonó tras los desafortunados dichos de la gobernadora Vidal, a los que se sumó Nora Cortiñas: “No queremos represión, queremos: educación, salud y vivienda. Pobre la señora Vidal que quiere que seamos todos analfabetos”.

Omar Plaini, Pablo Moyano, Sergio Palazzo y Hugo Yaski.

El titular de los docentes de Buenos Aires, Baradel, también apuntó contra Macri y Vidal: “Dejen de atacar a la escuela pública, porque es de nuestros padres, de nosotros y de nuestros hijos”. Sobre el tema, también se expresó Menéndez de Barrios de Pie: “En qué cabeza cabe que quien gobierna la provincia de Buenos Aires tenga ese desprecio por la educación. Que recapacite, porque los movimientos populares hacemos un gran esfuerzo para que nuestros pibes continúen los estudios, le pedimos que reflexione. La universidad y la educación es lo que más necesitamos hoy”. Marianela Navarro del Frente Organizaciones en Lucha apuntó: “Nosotros luchamos para que los hijos de los pobres lleguen a la universidad, sean doctores, sean abogados, sean arquitectos; porque seguramente van a volver a las barriadas populares a devolver todo ese apoyo y ese conocimiento al servicio de la lucha social”. Sobre el cierre del acto el “Gringo” Godoy de CTEP, también se refirió a la cuestión. “Necesitamos más maestros y maestras, no es cierto que sobran. No es cierto que todo el mundo puede ir a la universidad, tiene que haber más universidades, que no nos confundan”, enfatizó quien lideró las marchas y actos que se hicieron en La Quiaca, Jujuy, Salta, Tucumán, Santiago del Estero, Córdoba y Rosario, y aseguró que “fueron cada vez más numerosas”. Luego reconoció en diálogo con ANCCOM que: “El recorrido muestra que hay un amor al pueblo y un convencimiento militante que va a hacer imposible que este proceso que encabeza Mauricio Macri se pueda cumplir. No van a poder llevar adelante ningún acuerdo con el FMI, vamos a estar en la calle, y si es necesario, vamos a vivir a la intemperie”. El líder de ATE, Godoy, ya lo había señalado: “La marcha creció porque no sólo nació para resistir, sino para alentar la esperanza. Además de reclamar porque no queremos que nos entreguen el país y nos saqueen, tenemos propuestas para demostrar que es posible una política pública diferente”.

Un país en marcha

Un país en marcha

Una mujer balancea con sus brazos a una bebé que bosteza con cara de cansada. Un gorrito con orejeras cubre su cara de los soplos de viento de una jornada típica de invierno. Su mamá está al lado. Tiene unos treinta años golpeados por la vida y cuenta que la nena se llama Gema y tiene cuatro meses. “Vine acá por ella, hoy está mucho más difícil comer”, dice Cinthia, una de las miles de personas presentes en el acto cúlmine de la Marcha Federal por Pan y Trabajo, organizada por movimientos sociales, llevada a cabo la tarde de este viernes en la Plaza de Mayo.  

“Siempre venimos a la Plaza, acá nos reunimos todos”, dice Cinthia, que tiene pocas palabras y una sonrisa tímida. “Nos vinimos en colectivo desde González Catán, tardamos dos horas y media en llegar”. Cinthia es una de las tantas mamás con niños chiquitos que hay en el acto, a las que minutos después les dedicó unas palabras desde el escenario la representante del Frente de Organizaciones en Lucha, María Elena Navarro.

La postal abajo del escenario es esa: familias de sectores populares que hacen propia la plaza más representativa del país. Humildes organizados.

En la mitad de la plaza hay una columna de Barrios de Pie. Uno al lado del otro, un grupo de varones vestidos con pecheras celestes, separan el piso de cemento del de tierra, hecho barro. No son los únicos que tienen pecheras: la identidad política está inscrita en los cuerpos de los presentes, que lucen orgullosos de dónde provienen. Metros atrás, un vendedor de choris tiene una pechera naranja fluo que dice “Ctep” (Confederación de Trabajadores de la Economía Popular). La disposición de esos cuerpos es la disposición de sujetos organizados políticamente.

Un hombre escucha atento a Dina Sánchez, del Frente Popular Darío Santillán, cuando grita desde el escenario que “¡el gobierno saquea al pueblo!”. Tiene una boina verde oliva y una barba canosa larga, que le llega hasta el pecho. Claudio tiene habla fácil, como si necesitara contar lo que le pasa. “Vengo acá porque nos están haciendo mierda. Yo soy jubilado y estoy mal, y eso que no tengo la jubilación mínima. Vengo por los docentes, por los trabajadores”. Recuerda: “Yo viví lo que fueron los ‘90 y esto es parecido. A mí me metieron preso porque era sindicalista, y en la época de la dictadura casi me mata la Triple A. Yo pasé muchas cosas”. Tiene unos anteojos de marcos marrones cuadrados, medio empañados por el frío. Habla tranquilo, con tono hasta paternal. En el mismo sentido que la convocatoria, dice que “hay que organizarse, juntarse y hacer un paro. Nosotros somos los que laburamos y estos se la llevan de arriba”, dice por los ministros de Mauricio Macri, de quien dice que “debería renunciar solo, sin que lo echemos”.

Mientras Claudio habla, una chica de unos veintipico con un chaleco que dice “Barrios de Pie” mira para atrás a una señora de unos 50. Le pasa un sanguche de milanesa que está comiendo. La mujer muerde despacio, no tiene dientes. Una mujer que forma parte del mismo grupo dice con una sonrisa: “¿Ven? Eso es ser compañera”.

En el escenario habla Marianela Navarro, del Frente de Organizaciones en Lucha, responde a los polémicos dichos de la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal sobre la educación y la pobreza. “Señora gobernadora: nosotros luchamos para que los hijos de los pobres lleguen a la universidad, sean doctores, sean abogados, sean arquitectos, porque seguramente van a volver a las barriadas populares a devolver todo ese apoyo y ese conocimiento al servicio de la lucha social”. Una señora de unos cincuenta y pico se emociona y aplaude.

Una columna de La Garganta Poderosa escucha atenta. Un pibe de veintipico custodia la caña que sostiene uno de los extremos de la bandera. Está hundida en el barro, que cubre la mitad de las zapatillas del pibe barbudo. Junto a él, una chica de pelo corto carga un bombo gigante. Dice que buena parte de sus compañeros están en la marcha por el juicio contra la Prefectura por las denuncias de “torturas psicológicas y físicas” que presentaron contra esa fuerza Ezequiel e Iván, dos pibes de la villa 21-24. La primer oradora, la madre de Plaza Línea Fundadora, Nora Cortiñas, hizo alusión del caso en su discurso de apertura.

Más atrás, un pibe alto, de 1.80 y pico con un pedazo de telgopor escrito de manera improvisada: “Clarín=FMI=Gobierno”. “Vengo acá porque siento angustia”, dice. “Porque veo que están haciendo cosas que perjudican la vida de la gente”. Tiene una barba importante, pero con poco volumen, y el pelo largo, castaño claro, atado con un rodete. Está con un amigo, que también tiene un cartel de telgopor y viste un tapado de paño negro. “Hay grupos fácticos que apoyan a este Gobierno, hay cosas que nadie las habla. Si Clarín se tirara contra este Gobierno, este Gobierno no dura un día. Lo primero que hizo Macri cuando llegó fue derogar la Ley de Medios, y nadie habla de eso”, se queja Ramiro. “A mí varios amigos me dicen en los grupos de WhatsApp que deje de hablar de política, que no me meta, pero si no ¿cuándo va a cambiar algo?”.

En el escenario habla el último orador, Esteban “Gringo” Castro, secretario general de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular, una de las organizaciones organizadoras del acto. El dirigente pide “más convicción militante”, al afirmar que “eso es lo que necesitamos para cambiar la argentina”. El acto está llegando a su ocaso y comienzan a sentirse los bombos.

Mientras Ramiro me habla, una señora le toca el brazo a una mujer petisita. Le dice de irse. La otra la frena y se niega. “Pará que está por empezar el Himno”. La melodía introductoria suena en una quena y provoca una fuerte empatía emocional.

Terminado el Himno, que fue en versión mitad folclore mitad chamamé, la Plaza empieza a desconcentrarse de manera ágil: cada columna sabe por dónde y cómo debe irse. Suena  “Vencedores vencidos”, de Los Redondos, que se mezcla con el olor de la carne asada y el carbón. Por Hipólito Yrigoyen pasa la seccional Chaco del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) que está de rojo por ser una columna específica de trabajadores campesinos. “Me voy corriendo a ver, que escribe en mi pared la tribu de mi calle, la banda de mi calle”, suena de fondo.

Caer de a miles

Caer de a miles

La Plaza de Mayo se tiñó de blanco. De acuerdo a las estimaciones de los organizadores, 400.000 docentes y estudiantes de diversos puntos del país protagonizaron el capítulo final de la Marcha Federal Educativa con un multitudinario acto frente a la Casa de Gobierno. Algunos agrupados en sindicatos, otros identificados  con alguna organización barrial o política partidaria, y otros solos o en familia; pero todos con el mismo emblema: “Docente luchando también está enseñando”. La movilización llevó al centro de la Ciudad de Buenos Aires, frente a la Casa de Gobierno, el reclamo por la apertura de una paritaria nacional sin techo y salarios dignos.

Los docentes sumaron un firme apoyo ciudadano a una bandera que también se tradujo en un grito de defensa de la educación pública. La reivindicación de haber “caído” en la escuela estatal replicó como una consigna fundamental. Escuelas de nivel inicial, primarias, secundarias, terciarias, universidades, técnicas, y bachilleratos populares fueron actores centrales. Con guardapolvos blancos o pintorcitos cuadrillé, todos expresaron su apoyo a la educación pública y condenaron el lamento del presidente Mauricio Macri -apenas un día antes de la movilización- sobre los alumnos y familias “que no tienen más remedio que caer” en la escuela pública. 

De acuerdo a las estimaciones de los organizadores, 400.000 docentes y estudiantes de diversos puntos del país protagonizaron el capítulo final de la Marcha Federal Educativa.

La movilización coincidió con la segunda jornada del paro por 48 horas convocado por las seis confederaciones gremiales nacionales ante la negativa del gobierno nacional de llamar a paritaria nacional.

Las columnas comenzaron a ingresar al centro porteño poco antes del mediodía. Cuando las agujas marcaban las 12:00, Agustín (11) ya estaba en la Plaza Congreso, con guardapolvo blanco y de la mano de su mamá. “Venimos a  reclamar por nuestros derechos. Al Presidente no les interesan las escuelas ni la educación”, explicó.

Los docentes mostraron en el centro de la Ciudad las dificultades que atraviesan en toda la geografía del país.  Silvina Melger, de la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC), denunció el vaciamiento de programas escolares. “Si se ´cae´ en la escuela pública es porque ellos están haciendo un pozo y nos están desfinanciando. Pero es la educación pública la que nos acobija y nos levanta. Por eso, los maestros la defendemos a toda costa”, dijo.

Mientras una de las columnas avanzaba por Avenida de Mayo, Luis Bazar, de la Asociación de Educadores Provinciales (ADEP) de Jujuy, le contó a esta agencia que el reclamo no es solamente por mejores sueldos y paritarias sin techo, sino también para que se continúen entregando las netbooks y los libros a todas las escuelas rurales y que se avance con los proyectos educativos para adultos. “El 75% de las escuelas de la provincia son rurales. En Jujuy se han perdido los derechos, no sólo de los sindicatos, sino también de las organizaciones sociales. Todo el tiempo hay investigaciones y persecuciones. Vivimos con temor”, explicó.

Las columnas comenzaron a ingresar al centro porteño poco antes del mediodía.

Envuelto entre banderas y redoblantes, Roberto Succa, miembro de la Asociación del Magisterio de Enseñanza Técnica (AMET) de Chaco, le pidió al gobierno que reflexione porque “debemos defender y fortalecer la educación para que la juventud pueda crecer mejor”. Y subrayó: “El gobierno debe reflexionar y llamar al diálogo”.

Las horas avanzaban y así lo hacían los pies apurados de los estudiantes de la secundaria Normal Superior Nº 5. Rebecca, alumna de 17 años, junto a sus compañeras, Julieta y Fiorella, explicóa que marcharon para “apoyar y compartir la lucha de los docentes”. Y agregaron: “Además exigimos mejores condiciones edilicias. Todas cosas que los afectan a ellos y a nosotros”.

“Preferimos estar dando clase y defendemos la educación pública. Por eso exigimos que se cumpla la Ley de Financiamiento y la Ley de Paritarias”, gritó, entre medio de cánticos, Paola Gutiérrez, de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (AGMER). Los dichos de Macri -el repudio se tradujo en casi todos los carteles que inundaron la Plaza- fueron un blanco especial. “Creo que lo dicen desde un desconocimiento de lo que es realmente la educación pública. Ojalá los docentes pudiéramos enseñarle a él como le enseñamos a nuestros alumnos. Tal vez así tendría otro pensamiento”, reflexonó en diálogo con esta agencia.

Cerca de las 14:00, ya en los alrededores de la Plaza de Mayo, Alejandra Guerrillero, de la escuela rural Nº 1414 de Mendoza, explicó que estaba en Buenos Aires para expresar su indignación. “No hay respeto por la diversidad ni la inclusión. Las escuelas tienen unas condiciones edilicias paupérrimas. El gobierno no quiere recibir a los chicos”, subrayó.

Los docentes mostraron en el centro de la Ciudad las dificultades que atraviesan en toda la geografía del país.

 “No a las políticas de ajuste. Paritarias abiertas ya” fue el grito que dio inicio al acto. Al lado del icónico Cabildo, Claudia, maestra de nivel inicial en la escuela 15 D.E. 18 de Parque Chacabuco, contó que “los distintos presidentes se deberían acercar a la historia de nuestro país, ya que tienen conceptos erróneos de la enseñanza. Es la educación la que te puede hacer libre de pensamiento”. Y finalizó: “Es más fácil crear un enemigo que atender los problemas sociales”. Mientras, desde el escenario, se escuchaba: “De la Antártida a La Quiaca los gobiernos tienen la obligación de garantizar la educación”.

Durante las dos horas que duró el acto pasaron por el micrófono distintas organizaciones políticas y sindicales. Entre ellas, la del secretario general del Sindicato Argentino de Docentes Privados (SADOP) de Santa Fe, Pedro Bayúgar, quien llamó “a no arrodillarse ante el enemigo que tiene los medios masivos de comunicación a su favor”.

En primera fila escuchaban Estela de Carlotto, titular de Abuelas de Plaza de Mayo, y Taty Almeida, madre de Plaza de Mayo – Línea Fundadora, quien con una sonrisa portaba la foto de Milagro Sala.

Asimismo, el jefe de la Unión de Docentes Argentinos (UDA), Sergio Romero, advirtió que «este Gobierno va por la escuela pública» y recordó que «tendríamos que estar discutiendo en paritarias la recomposición del salario».

Por su parte, Víctor Báez, titular de la Confederación Sindical de las Américas (CSA), dijo estar honrado de la lucha de los docentes y repudió las amenazas a la familia de Roberto Baradel, secretario general del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (SUTEBA).

La última dirigente en hablar fue Sonia Alesso, secretaria general de la Confederación de Trabajadores de la Educación (CTERA). Con voz cascada gritó: “La llave para destrabar el conflicto la tiene el gobierno y no los trabajadores. Es una batalla de ideas. Vienen por la educación”. Unas pequeñas gotas cayeron del cielo, pero eso no interrumpió el acto.  “A militar todos”, convocó Alesso.

 

Actualizado 23/03/2017

 

Unidos y federales

Unidos y federales

Se agota el ancho y, hasta donde se vio, el largo de la 9 de Julio. La columna sur se derrama sobre ella al ritmo de bombos lejanos. La serie de banderas, alterna colores: agrupaciones sindicales, estudiantiles, organizaciones barriales, fábricas recuperadas, PyMEs y organismos de Derechos Humanos, entre otros. Encabezada por Avellaneda, y respetando cierto orden geográfico, a medida que la columna avanza se visualizan agrupaciones del sur de la provincia de Buenos Aires y de ciudades patagónicas. La misma imagen se repite en los frentes norte y oeste: todos convergen en la 9 de julio y así comienza a concluir la Marcha Federal que se inició tres días antes, el 31 de agosto, en todo el país, bajo la consigna: «Un pueblo movilizado para terminar con el tarifazo, los ajustes y los despidos». El cierre es en Plaza de Mayo a las 17. La Marcha Federal es una de las tantas costumbres noventistas que se retoman este año.  

Entre la organizada heterogeneidad de banderas, se destaca -algunos metros detrás del telón del Frente Ciudadano de Avellaneda- la figura de San Cayetano, cargada sobre los hombros de dos manifestantes. A su paso, suspendido en el aire, va recibiendo reverencias, agradecimientos y rezos breves. La imagen del santo, ornamentada con flores blancas, sostiene un cartel que se queja: «Lo que San Cayetano te da, Macri te o quita». Encabeza ese grupo el Frente Ciudadano de Isla Maciel, con el Padre Francisco «Paco» Olivera, párroco de Nuestra Señora Fátima. 

Previo a la marcha, la columna sur se nucleó en la Plaza Alsina de Avellaneda, en dónde el intendente Jorge Ferraresi presidió un acto en el que además hablaron representantes de las provincias de Neuquén y Chubut y Jorge Baradel, titular del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación de Provincia de Buenos Aires (Suteba). «Fueron discursos que hablaron de la unidad del campo popular, de la lucha contra este gobierno neoliberal que nos está sacando día a día los derechos», comenta el Padre Paco, sosteniendo una bandera blanca con letras gruesas y rojas que piden por la libertad de Milagro Sala. «Tres curas de la Opción por los Pobres hicimos una pequeña oración pidiéndole fuerza a San Cayetano para que sigamos en la lucha», agrega inmediatamente, con los ojos azules distraídos en el flamear de la bandera. «Después nos sumamos a la marcha por el Puente Pueyrredón, puente histórico, dónde los trabajadores cruzaron para exigir la libertad de Perón hasta llegar a Plaza de Mayo».

A medida que avanza por la avenida, reducida a dos carriles por la doble hilera de micros estacionados, la columna se va nutriendo de otros grupos de manifestantes que desembocan desde las calles aledañas. En avenida Belgrano se desvía para encaminarse finalmente por la Diagonal Sur hasta Plaza de Mayo.

Los Curas en Opción por los Pobres, cuenta el Padre Paco, están repartidos en las distintas columnas. Algunos partieron desde Jujuy y llegarán al último punto de encuentro desde La Matanza, encarando el tramo final por Avenida de Mayo. «Nosotros no entendemos que ser cura pueda ser de otra manera. Yo siempre digo que el día que vea un alma caminando, a lo mejor cambiaré. Somos personas de carne y hueso, con necesidades. Creo en un Dios que comparte el pan, que es pan partido y compartido para todos, un Dios que dice ´no matarás y el hambre es un crimen´, un Dios que quiere que vivamos con dignidad y si no hay trabajo, aunque tengamos el pan, no estamos viviendo con dignidad. Un Dios que no quiere que explote un hermano a otro hermano».  

Inmediatamente detrás del Frente Ciudadano de Isla Maciel marcha ATECH, Asociación de los Trabajadores de Chubut. Melisa y Luján, de Puerto Madryn y Rawson, repasan el recorrido que arrancaron el 31 de agosto en Comodoro Rivadavia. Pasaron por Trelew en un acto en el Museo de la Memoria, en el lugar en donde ocurrieron los históricos fusilamientos, pasaron por Puerto Madryn, por Viedma, siguieron por Bahía Blanca, después por Tres Arroyos, Necochea y Mar del Plata, para llegar ahora, dentro de poco más de una cuadra, a Plaza de Mayo. «En todos lados se iban sumando compañeros», aclara Melisa, tan orgullosa como cansada después de tantos kilómetros. Toma mate para mantenerse a ritmo, estimulada también por la masividad de la marcha.

En relación a la situación de Chubut, Luján advierte: «Está en un momento muy crítico. Yo trabajo en la construcción y cada vez hay menos trabajo. Se pararon los planes Procrear y tampoco se están cobrando las becas Bicentenario. El gobernador (Mario) Das Neves persigue a los dirigentes sindicales. No hay derecho a manifestarse, están echando gente por sumarse a las marchas y a los reclamos”. Como docente, Melisa plantea que su situación es igual de delicada: «Los profesores y maestros estamos de paro porque la inflación ya nos comió el salario. Nuestra paritaria cerró en 24% y la inflación ya está alcanzando el 50. Pero si paramos, somos malos docentes porque no vamos a trabajar».

Una vez a orillas de la Plaza, la columna se detiene. La voz metálica y enardecida de la locutora anuncia a través de los parlantes la incansable lista de agrupaciones que están marchando para finalmente estimar una convocatoria de más de 200.000 personas. Cada grupo responde al anuncio de sus siglas con cánticos particulares, aunque hay un canto que abarca toda la plaza: «Unidad, de los trabajadores».

Arriba del escenario que fue montado de frente al Cabildo, se termina de condensar el paisaje de diversidad y la consigna de unión. Allí se encuentran gremialistas de diferentes centrales obreras, como Daniel Catalano (ATE Capital), -quien se encargará de leer una carta escrita por la dirigente jujeña ilegalmente encarcelada Milagro Sala– Roberto Baradel (SUTEBA), Sergio Palazzo, (Bancarios), Víctor Santa María (Trabajadores encargados de edificios), Eduardo Lopez (UTE), Omar Plani (Canillitas), Pablo Moyano (Camioneros), junto a los principales oradores del acto de cierre, Hugo Yasky y Pablo Micheli (CTA Autónoma). También algunos dirigentes políticos como Alejandro Godart (MST), Daniel Filmus (Diputado del PARLASUR), Carlos Tomada (FPV), entre otros. Además están presentes Estela de Carlotto y Taty Almeida, junto a otras Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, ovacionadas y reconocidas por todos los presentes.

Cuando le toca su turno, Micheli no da rodeos: «Hay que dejarse de joder con el sectarismo y con el interés individual o corporativo. Hay que pensar en la patria y en nuestro pueblo, sin perder la identidad. Las diferencias las discutimos en la calle codo a codo, no tirándonos piedras”. A continuación le responde al Ministro de Trabajo, Jorge Triaca, quién el jueves por la mañana declaró que la marcha tenía “tintes políticos e ideológicos”: “No queremos ajuste, esa es nuestra ideología”, replica Micheli, antes de rematar: “Ajuste violento o gradual, ese es el debate del equipo económico. Ni violento, ni gradual, ajuste las pelotas. No vamos a pagar con despidos, suspensiones, rebaja salarial, salario indigno, impuesto a las ganancias, precariedad laboral”.

Antes de ceder el micrófono, Micheli aborda el tema de las paritarias apuntando contra el discurso oficial: “Desde el Gobierno hablan de darles tiempo, pero cuando tienen que transferir recursos a mineras y al capital concentrado tienen una celeridad pasmosa. Mientras que, para reabrir paritarias, comienzan a poner peros”.

Hugo Yasky lo sucede en la palabra, como último orador, marcando que el acto fue posible gracias a la convergencia de movimientos sindicales y estudiantiles, organizaciones de derechos humanos, PyMEs y pequeños productores del agro, trabajadores informales, empresas recuperadas y organizaciones de izquierda. “Esta unidad”, sostiene, “es el mapa del campo popular que el neoliberalismo quiere dividido. Si construimos la unidad con la convicción de la lucha para la liberación, emancipación y justicia social, entonces somos invencibles.”

Gran parte de la ovación se convierte en abucheos cuando el titular de la CTA agradece a Pablo Moyano, diciendo que “no hubiese sido lo mismo sin tantos compañeras y compañeros de la CGT. Por debajo, la unidad entre esa central obrera y la CTA crece y se hace fuerte –continúa Yasky- y nos permite decir que estamos en el camino de la construcción de un sujeto colectivo que va a tener la agenda social que el gobierno se niega a discutir”. En sintonía con Micheli, retoma una frase repetida insistentemente por los funcionarios del gobierno de Cambiemos, y en especial por el Presidente Mauricio Macri: “No somos nosotros los que ponemos palos en la rueda. Al contrario, al Presidente le decimos que nosotros queremos sacar los palos de la rueda que metieron en nuestro salario. No queremos un bono para llegar a fin de año, queremos un salario para llegar a fin de mes”.

A continuación, Yaski refuerza en los temas abordados por Micheli y hace hincapié en las consecuencias del aumento de tarifas de los servicios de luz, agua y gas. “Necesitamos que a las PyMEs no se las desparrame con tarifazo, y que una familia no tenga que elegir entre comer o pagar tarifas”, reclama, antes de llamar a una nueva marcha de unidad sindical para el 16 de septiembre, día en que se tratarán, en audiencia pública, los nuevos cuadros tarifarios. “Las centrales sindicales, las dos CTA y los compañeros de la CGT, vamos a convocar a estar movilizados, presentes y discutiendo el nuevo cuadro de tarifas”, afirmó. De esta forma, Yaski anunció los pasos a seguir, en consonancia con lo que Micheli había advertido unos minutos antes: “Va haber paro nacional más temprano que tarde”. “O cambia la política económica o acá va a haber lucha todo el tiempo, con paro y movilizaciones, a lo largo y ancho del país. A no conceder un solo milímetro de las cosas conquistadas”.


Actualizado 04/09/2016