Una movilización que no fue puro humo

Una movilización que no fue puro humo

Miles de personas reclamaron en la 15ª Marcha Mundial de la Marihuana la legalización del cultivo de cannabis.

Iniciada desde Plaza de Mayo, ayer tuvo lugar la décimo Quinta Marcha Mundial de la Marihuana, que en el resto del mundo se realizó días antes, el 20 de abril. La columna estaba compuesta por miles de personas que marcharon hasta el Parlamento para pedir por su legalización. Luego de dos años de pandemia y de la clara imposibilidad para reunirse, finalmente, la Plaza del Congreso se transformó en el espacio de festejo de quienes defienden el cannabis. 

“Yo no soy delincuente, yo no soy un criminal, yo cultivo marihuana, no más presos por plantar”, cantan quienes van al frente de la marcha.

Son las cuatro y veinte en Plaza de Mayo, a una cuadra ya se siente un vaho que pocas veces se percibe con esa intensidad en el centro de la Ciudad de Buenos Aires. Pero hoy es diferente, todo el mundo fuma marihuana con una sonrisa en la cara, todos se juntan con el mismo pedido: “Legalización”. Un policía, desde el Cabildo, filma la concentración, la plaza parece un espacio donde no existe la Ley N° 23737, hay un vacío legal que se llena de humo.

“Exigimos una nueva Ley de Drogas y la derogación de la Ley 23737 por su carácter inconstitucional. Hace más de treinta años que tenemos una norma que vulnera nuestras libertades e instaló la represión y el control social”, dice una de las tantas oradoras en el escenario donde cada persona trata distintos reclamos relacionados al cannabis. 

La movilización la lidera una banda murguera, empiezan a caminar en el mismo momento que suena el Himno Nacional al ritmo de trompetas, bombos y redoblantes. Atrás de la banda, una bandera de Mamá Cultiva llama la atención por sobre las otras, debajo de ella se encuentran las madres que representan la organización: “Empecé a hacer cursos en Mamá Cultiva por un problema de salud de mi hija. Ella tiene endometriosis y fibromialgia, le daban muchos medicamentos derivados de la morfina y lo reemplazamos con aceite y cremas de Mamá Cultiva”, cuenta Susana, de 66 años, que fue a marchar junto a su nieto de 9.

Esta semana se dio a conocer la aprobación de la Ley para la Industria del Cannabis Medicinal y el Cáñamo. Con el objetivo de complementar la Ley N°27350 que permite el uso paliativo y terapéutico del cannabis , se presentó el marco regulatorio necesario para el desarrollo de la industria cannabica y de cáñamo. Si bien es un gran avance para quienes luchan por la legalización y la posibilidad del autocultivo para el consumo personal del cannabis, todavía queda mucho por recorrer. “Necesitamos una legislación que abarque a todos y a todas, que el autocultivo sea una realidad y que esta legislación medicinal y sobre todo industrial tenga una perspectiva de economía popular”, reclama Ornella Infante, directora de Políticas y Prácticas contra la Discriminación en el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI).

 

A medida que avanzan por Avenida de Mayo, cientos de personas se suman al peregrinaje hacia el Congreso. Hay tantas formas diferentes de porros como lo hay en cantidad de personas. Dos chicas caminan en contramano a la dirección que se dirige la marcha: “Que lindo que es mi país, que linda que es Argentina”, exclama como agradeciendo a quienes estaban frente a ella reclamando derechos. 

“Basta de presos por plantar” es el pedido que más se repite en los carteles de la manifestación. Asociaciones e incluso particulares cuestionan la falta de capacitación de las fuerzas de seguridad en cuanto a ley N° 27350: “Estamos luchando para que el autocultivo sea reconocido, que no nos quiten las plantas. Estamos registrados en el Reprocann pero eso no basta, tenemos compañeras que tuvieron muchos problemas. La policía no está capacitada y toma al cannabis como una droga peligrosa”, sostiene Susana que lleva a su nieto de la mano a medida que caminan por Avenida de Mayo. 

 

Al llegar al Congreso espera un escenario aún más grande que el que estaba en Plaza de Mayo junto con una feria de emprendedores donde la estrella es, obviamente, el cannabis: brownie loco, empanada loca, medialuna loca, pizza loca. Para picar, para enrollar, para quemar, para plantar, para decorar, para regar, para bajonear. La comunidad del cannabis se hizo presente en la Plaza del Congreso, la planta santa, como le dicen algunos, sigue buscando ganar derechos y derribar aún más prejuicios. Son las seis de la tarde, empiezan a tocar bandas en el escenario pero siguen siendo las cuatro y veinte. 

 

«Cannabis al Congreso»

«Cannabis al Congreso»

 

Los manifestantes llevaron un petitorio al Congreso pero no consiquieron quién se los reciba.

Ni el calor agobiante ni el hecho de ser un día hábil impidió que miles de personas se congregaran en Plaza de Mayo para marchar de allí hacia el Congreso de la Nación en el marco de la décima Marcha Nacional de la Marihuana, con el objetivo de pedir por la despenalización del autocultivo y la libertad de todos los  presos por cultivar.

La convocatoria estaba pautada para las 15, cuando la sensación térmica superaba los 30º y luego marchar por Avenida de Mayo a eso de las 18. Además de las principales agrupaciones que convocaban a la movilización, como Acción Cannabica, Confederación Cannabica, Mamá Cultiva, Flores de Libertad y Agrupación de Cannabicultores del Norte, entre otras, también se sumaron columnas de partidos políticos, como el Frente de Izquierda y la agrupación Kolina.

En 2017, el Congreso aprobó la Ley de Cannabis Medicinal pero con bastantes limitaciones y manteniendo la ilegalidad  del autocultivo. “Pedimos una ley que nos amparara el autocultivo y lo que conseguimos fue una ley de investigación bastante floja que hace dos años está reglamentada pero no tuvo un cumplimiento efectivo – señala Gabriela Cansiero, de Mamá Cultiva-. Somos parte de un Consejo Consultivo que se supone tiene que estar funcionando desde que se sancionó la ley y nos llamaron una sola vez. La reunión a la que fuimos  no nos aportó nada, solo fue informativa para ellos”. 

 

Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo, encabezó la marcha.

Luisa Boggiano, de Flores de Libertad, agrupación de zona sur, también cuestionó  la Ley 27350 al calificarla de “estafa moral” ya que no dio ninguna respuesta. “El cannabis medicinal habilitó un registro que se llama Recam en el ANMAT que es una trampa. Los padres van y se anotan para recibir el Charlotte´s Web que es otra estafa, porque es cannabis sintético. Esa ley no resuelve nada, el Charlotte es carísimo, se lo dan a  muy pocos casos y cuando los padres van a reclamarlo a la obra social tienen que gastar una fortuna en un amparo”, señaló Boggiano.

“Están dándole tierras fiscales a una firma extranjera a través de un acuerdo con una empresa estatal y esas hectáreas están ocupadas por productores agrícolas locales que seguramente serán expulsados”, denunció Gabriela sobre la decisión de Jujuy de producir aceite de cannabis. Además, destacó la contradicción legal existente porque “ellos de golpe pueden cultivar hectáreas y hectáreas y si yo tengo tres plantas para una patología que pueda tener, voy presa”. 

Una bandera con la leyenda  “Basta de presos por cultivar. Regulación del cannabis ya” encabezaba la manifestación hacia el acto donde os referentes de diversas agrupaciones hablarían en el escenario, con un Congreso bajo reformas edilicias detrás. Destacaron la importancia de la campaña “Cannabis al Congreso” por tratarse del derecho a cultivar marihuana, que es un recurso para todos, ya que tiene uso medicinal, industrial o simplemente recreativo. 

Acerca de los usos de la planta, Boggiano aseguró que convocaban por la legalización de toda la planta y no solo en su aspecto medicinal,  ya que la denominación cannabis medicinal a veces se usa para hacer el tema más agradable a la prensa y a la población, según su opinión. “En este momento donde estamos tan golpeados por la realidad social, política y económica, no solo en Argentina sino en Latinoamérica, el cannabis es un bálsamo”, señaló la referente de Flores de Libertad.

Mamá Cultiva envió una carta abierta a la fórmula presidencial electa pidiendo una nueva regulación.

“Yo no soy un delincuente, yo no soy un criminal. Yo cultivo marihuana, no más presos por plantar”, era el cántico que se escuchaba con más fuerza, acompañado por trompetas y percusión, mientras por el escenario seguían pasando referentes de organizaciones y también Luis, el padre de Damián Raña, un joven de Ensenada que lleva más de cinco meses detenido en La Plata. También se denunciaron casos como el de Roberto Baso, preso desde abril y se reclamó que estar preso o libre por cultivar no puede quedar librado a la voluntad del juez de turno.

Además del reclamo por una ley que despenalice el autocultivo, unos días antes de la marcha, Mamá Cultiva envió una carta abierta a la nueva fórmula presidencial electa pidiendo una nueva regulación. Gabriela explicó  la intención: “Era poner en foco la situación en la que estamos porque entendemos que si es con todes es con nosotres y no queremos quedar afuera en este momento de transición de las decisiones que se puedan llegar a tomar”.

Al finalizar el acto, mientras el cierre estaba a cargo de la banda  Sudor Marika, el médico Carlos Magdalena, neurólogo infantil del Hospital Gutiérrez,  acompañado de veinte personas, de agrupaciones como Thepen y Annanda Cultiva, se dirigió hacia el Congreso para entregarle a Agustín Rossi, titular del bloque de diputados del FPV,  un proyecto acerca de la necesidad de legislar la despenalización del autocultivo con fines medicinales para que se lo haga llegar a Alberto Fernández. El 19, Magdalena fue recibido por un asesor del jefe del bloque, quien le selló, con firma pero sin nombre, una nota que decía que en el marco de la movilización se haría la entrega del documento. Sin embargo, a eso de las 20.30, los empleados de seguridad del Congreso avisaron ante la cantidad de gente presente, que no se encontraban ni Rossi ni ningún diputado del bloque para que les recibiera el proyecto. Igualmente, Marcelo Beitia, uno de los trabajadores de seguridad, se mostró muy predispuesto a ayudar y  acompañó a un número reducido de personas al segundo piso, a la Mesa de Entradas de la Cámara de Diputados, donde tampoco les recibieron el proyecto al aclarar que debían presentarlo cuando se encontraran los diputados presentes ya que era una nota dirigida exclusivamente a Agustín Rossi. 

Las miles de personas que se movilizaron esperan por una solución luego del 10 de diciembre cuando asuma el nuevo gobierno. Por lo pronto, convocaron para el viernes 29 a un plenario de movimientos cannabicos a desarrollarse en Hurlingham.

«Basta de presos por cultivar»

«Basta de presos por cultivar»

La música reggae y la folclórica suenan a la par en las primeras horas de la concentración  que estaba programada para las 13. El primer ritmo sale de una improvisada tarima que reposa en la parte trasera de un pequeño camión estacionado sobre la calle Bolívar. El segundo, de un festival que se realiza al frente al Cabildo. En medio de la música están instaladas las carpas de las principales agrupaciones cannábicas que organizan la versión argentina de la concentración que se realizó por primera vez en 1973 en Nueva York.

Mamá Cultiva es una de las organizaciones sin ánimo de lucro que lleva la batuta de la legalización en el país. En su puesto se pueden conseguir remeras, pegatinas y el libro El camino del cannabis terapéutico. “Lo que hacemos nosotras es dar talleres, cursos y capacitar a profesionales. Nuestra tarea es empoderar, abrazar y acompañar a todas aquellas personas que se inician en el proceso del autocultivo y la autogestión de la salud”, comentó Valeria Salech, presidenta de la fundación que aglomera a más de 30 voluntarias y voluntarios.

Valeria Salech, Presidenta de Mamá Cultiva.

Sobre el objetivo de la movilización Salech afirmó que venían a denunciar al Estado Nacional porque les mintió en la cara cuando sancionó la Ley de Cannabis Medicinal (27.350) en 2017. “Hoy la reglamentación cercena y no respeta el espíritu de la ley. Por otro lado, tampoco tenemos autoridad de aplicación, que vendría a ser el Ministerio de Salud, hoy devenido en Secretaria, y sin presupuesto no hay forma de que se cumpla la norma”, afirma.

Por su parte, Mario Sánchez integra Plantemos Libres Argentina y lleva un chaleco verde fluorescente que lo identifica como organizador de la marcha. “En Argentina se están movilizando en cerca de 27 ciudades. Somos parte de la sociedad y a quien tenga la intención de representarla tiene que tener en cuenta al sector cannábico. Estamos en todos lados. Mucha gente querría estar en esta Plaza y no viene porque tiene un trabajo público”, asegura.

El festival de música folclórica ha finalizado. El reggae, en la tarima, también ha dejado de sonar. “El cannabis es un cultivo que genera un recurso que por un lado es medicinal, por otro es recreativo y también es industrial”, enuncia desde la tarima Facundo De Luca, representante de Cannabicultores del Sur y miembro del Frente de Organizaciones Cannábicas Argentinas (FOCA), que aglomera a casi 30 agrupaciones.

Sobre el tema de la prohibición, los referentes de las organizaciones difieren en cuanto a quiénes son los principales beneficiados. De Luca cree que los favorecidos son “los poderes hegemónicos” como “las industrias farmacéuticas y las industrias petroleras”. En cambio, Salech afirma sin titubear que quienes sacan más usufructo son “los narcotraficantes” y que en su organización cultiva “contra el narcotráfico”.

Las agrupaciones levantan las carpas mientras en la calle Bolivar toca el grupo Tambores en Movimiento. A las 16:30 la humareda verde que había tomado la Plaza de Mayo empieza a desfilar hacía el Congreso de la Nación. Un estruendo y una corrida amagan con empañar una jornada que ha transcurrido en total tranquilidad en medio de la música y la oferta gastronómica que va desde galletas hasta panes rellenos, pero que tiene como principal tentempié a los ‘brownies espaciales’.

La ley aprobada por el Congreso en 2017 dejó por fuera de la reglamentación a los pequeños cultivadores. @Barbaxnegra (en Instagram) es un autocultivador que tiene plantas hace un año. “Aprendí por medio de un amigo. Él, al igual que yo, estaba empezando y una persona con años de experiencia se acercó y le brindó los conocimientos necesarios para empezar un cultivo. Después, él me los transmitió a mí, me regaló mis primeras dos plantas y me motivó a aprender y a dedicarles tiempo, amor y energía”, comenta mientras la movilización camina por la intersección de Avenida de Mayo y 9 de Julio.

Como muchos, @Barbaxnegra marcha por primera vez. La afluencia de asistentes ha superado, por mucho, las concentraciones de años anteriores. “Marcho porque el narcotráfico mata a la gente y hunde al país; pienso que una persona nueva que cultive es una persona menos que compra al narcotráfico”. Salech es optimista por los avances de  otros países y cree que el mundo va camino a la legalización: “Nosotros vamos a tener que avanzar también, sino es con este gobierno tendrá que ser con el siguiente”.

La marcha transita de manera lenta. A las 6 de la tarde el grueso del movimiento entra a la Plaza del Congreso. El pequeño camión que sirve de tarima ha llegado y sobre su pequeña superficie hablan los representantes de cada organización: Latinoamérica Reforma,  Mamá Cultiva, Mamá Cultiva Fundadoras y Mamá se Planta. Las consignas fueron claras: no más presos por autocultivar, que se cumpla y se amplié la Ley de Cannabis Medicinal y que se ponga al cáñamo como actor protagónico de la salud, la recreación y la economía de la sociedad argentina.