«En Argentina siento libertad»

«En Argentina siento libertad»

La guerra en Ucrania rompió las fronteras del silencio en un grupo de la comunidad LGTBIQ+ rusa que decidió migrar. En Argentina, sus integrantes pudieron construir sus vidas respetando sus identidades en forma pública, casarse y ser madres. 

Nazar toma el mazo de cartas de Tarot y lo apoya sobre la mesa ratona. Respira profundo y se sienta. Es una mañana fresca pero agradable en la Ciudad de Buenos Aires y los rayos del sol, lejos de tímidos, dan su presente a través de la ventana de la casa que Nazar habita hace algunos meses junto a su esposa y su hija chiquita. En el último tiempo vivió en una variedad de casas, pero ningún hogar; mientras cuenta y ordena las cartas piensa que quizás, tal vez, ahora sí tiene uno. Sabe que por la tarde le espera una reunión aventura con una persona que no conoce, en la que va a hablar de temas que jamás habló con nadie más que con su esposa. No está segure de qué sentir. No sabe si podrá contar todo lo que aconteció en los últimos años. No sabe si le saldrán las palabras. 

Vuelve su atención hacia el Tarot. Las cartas le devuelven el reflejo de una señal que le descomprime el pecho y disipan sus acuciantes preguntas. Sobre la mesa, encima de un mantel celeste, se ve la figura de una mujer en tonos terrosos y sepia. Es la Reina de Bastos, conocida en el Tarot por su asociación con la autoafirmación, el florecimiento y, sobre todo, la comunicación. 

ANCCOM habló con tres personas rusas de la comunidad LGTBIQ+ refugiadas en la Ciudad de Buenos Aires. Nazar es una de ellas. Desde el comienzo de la invasión a Ucrania, el 24 de febrero del 2022, se estima que más de 22 mil personas dejaron Rusia para mudarse a Argentina. Cientos de ellas pertenecen abiertamente a la comunidad LGTBIQ+, y ahora se encuentran frente a un horizonte de posibilidades en lo que refiere a la libre expresión de sus identidades, lejos de un país donde hacerlo es repudiado e incluso penalizado.

Les tres cuentan lo mismo sobre la situación de Rusia: en el país el orgullo y la diversidad sexual están atravesados por un pacto de silencio social y legalmente impuesto. Por ejemplo, actualmente rige una ley que prohíbe hablar públicamente sobre temas relacionados a la comunidad LGTBIQ+ de forma positiva o neutral. Contenidos en internet, programas de televisión, películas, sólo pueden incluir personas de la comunidad o hablar del grupo si esto es hecho de forma negativa. Hasta 2013, la ley ejercía esta prohibición sólo en la comunicación con personas de hasta 18 años, a modo de protección – según las autoridades – de la integridad de niños, niñas y adolescentes. Pero hace algunos años la normativa se amplió y ahora aplica universalmente, sin restricción etaria. 

Otro ejemplo es que las parejas de hombres gays, en particular, no tienen derecho a adoptar hijos: sin una mujer en la fórmula -considerada una figura natural y necesaria en el acto de criar-, la adopción es calificada como inconstitucional e inmoral y condenada a ser imposible. Pero tampoco es fácil para las parejas de mujeres lesbianas. “Es imposible ser dos mamás -cuenta una de las entrevistadas, Ann- porque legalmente solo una mujer puede ser mamá. La otra madre no va a tener ningún derecho sobre su hijo. Además, las personas no van a reconocerlas como dos madres: sos meramente la amiga de mamá”. Incluso las familias que logran avanzar con la adopción a pesar de las restricciones, se enfrentan a diario con el miedo de que alguien las denuncie bajo el pretexto de estar ejerciendo violencia doméstica, aunque la única “violencia” en cuestión sea ser LGTBIQ+.

“No sé qué pasaría si volviera hoy a Rusia”, reflexiona Nazar, mirando al frente, hacia el desfile de árboles del Jardín Botánico. “Porque ahora hablo libremente. Vivo libremente. Y no puedo, es imposible, volverme a cerrar”. 

Tiene 33 años, vivió en Ucrania hasta los 21 -cuando se mudó a Moscú- y llegó a Argentina hace tres meses. Sostiene que, más allá de las leyes recientes, el silencio es algo socialmente establecido y respetado hace mucho más tiempo. El silencio y la mentira. “Mentir es parte de la vida. Y tal vez es la razón por la que empezó la guerra, porque como país no tenemos verdad en nuestra esencia. Es un lugar de mentiras gordas, y las leyes anti-LGTBIQ+, así como la guerra, son continuaciones de ello”, expresa Nazar. 

Desde chique, a los tres o cuatro años, elle ya sentía y sabía que era diferente. Especial. Cuenta que conocía algunas identidades LGTBIQ+, y que incluso por momentos, en un intento por darle un nombre a lo que sentía en su interior, trató de contentarse con la idea de ser transgénero, pero algo le decía que su identidad verdadera estaba en otra parte. “Sabía que era algo pero no el nombre -explica Nazar-. Un día lo encontré: no binario. Y supe que era lo que había estado buscando toda mi vida, todos mis treinta años de vida. Me sentí tan contente. Y la historia de ese primer encuentro con mi identidad es graciosa, porque fue viendo una serie… Sex Education. Un personaje se da cuenta que su género es fluido y pensé: ‘¡Soy yo!´.”

Se acomoda el pelo rubio y largo hasta los hombros, y cuenta que se halla a sí misme abriendo los ojos, observando la ciudad y preguntándose cómo es posible estar acá. Siente que los árboles son distintos, el aire es distinto, y la gente es amable y sonriente. “Mi casero me dijo que en Buenos Aires nadie sonríe -cuenta Nazar- y yo le respondí: ‘Ay, Gonzalo, eso es porque no viviste en Moscú’”. Se ríe. 

“Un día vi a dos hombres caminando de la mano…”, dice Nazar, hace una pausa, suspira, y luego pide perdón, porque sus ojos se le llenaron de lágrimas. Suelta el aire y continúa, aunque no logra terminar su oración: “Es que no me creo todo esto, pero es verdad, aunque a mi mente y mi alma les cueste creerlo. En Argentina siento libertad. Me siento verdadere. Buenos Aires es la ciudad de la verdad para mí. Quiero decirlo más poéticamente pero no tengo palabras”, expresa. Lo que no sabe es que todo lo que dijo fue, sin duda alguna, un poema. 

Ana, a diferencia de Nazar, tuvo la suerte de encontrar el nombre de su identidad cuando era muy chica; siempre supo que le gustaban las mujeres. Explica que desde que tiene memoria habitó su identidad con relativa normalidad porque, según ella, vivió la mayor parte de su vida en Rusia en una burbuja bastante tolerante. Pero también reconoce que su experiencia fue una cuestión de suerte. “Sé de otras personas que sí atravesaron algunas situaciones, por ejemplo de haber sido agredidas en la calle, o una amiga que se quedó sin su trabajo después de que se supo que era lesbiana. Yo nunca tuve un incidente así pero constantemente lo esperaba, entendía que podía pasar en cualquier momento, por eso con mi esposa intentamos no hacer nada en público: no abrazarnos, no besarnos”. 

Para Ana la situación cambió completamente cuando se dio cuenta de que quería tener hijos. Entendió que sería insostenible para ella tener que enfrentarse con los obstáculos que se presentan para las madres lesbianas en Rusia: enseñarle a sus hijos a no hablar en público sobre sus mamás, vivir el terror de que las autoridades pudieran llevárselos en cualquier momento. La claridad de la situación era absoluta; la decisión de irse, simple. Así fue como, hace poco más de cinco años, se mudaron a Argentina junto a su esposa. 

 “Argentina nos dio exactamente lo que necesitábamos. Acá nosotras recibimos el derecho de ser dos mamás, y eso que todavía no teníamos ciudadanía, no teníamos nada, llegamos como turistas pero recibimos este derecho. Nos sentimos muy agradecidas”, expresa. Poder hablar, poder contarle a la directora del colegio o a la pediatra que sus hijas tienen dos mamás, son cosas que rescata constantemente en su día a día, sabiendo que pueden parecer momentos básicos o insignificantes para los demás, pero conociendo perfecta y profundamente la importancia que guardan. “En Rusia da mucho miedo ser visibles, ser visibles y decir lo que queremos, siempre entendimos que teníamos que filtrar todo. Acá ni pensamos en esto”, subraya Ana. 

Lleva el pelo recogido en una media colita, lo que le permite lucir las mechas azules, rosas y violetas que reposan sobre sus hombros. Es una imagen que dista de lo invisible. 

Irse de Rusia para ella fue finalmente empezar a vivir su vida como quería. Durante los primeros años en Argentina siguió escribiendo en su blog en ruso, y dirigió sus publicaciones particularmente hacia el fin de ayudar a otras personas de la comunidad a emigrar al país. Pero dice que con el tiempo este espíritu se le fue yendo y no escribe más sobre estos temas. “Me siento tan lejos ahora de esto, ahora me parece que es algo de otro planeta, no puedo hablar más con personas rusas porque lo siento como una retraumatización, siento todo de nuevo. Prefiero pasar más tiempo con amigos de acá, vivir esta vida normal, diaria. Creo que ahora hay menos de activista dentro de mí, pero más de persona”, reflexiona. 

Sostiene todo el diálogo con ANCCOM en español, y explica que aunque su manejo de la lengua no es tan bueno como el que tiene con el ruso o el inglés, se siente mejor hablando en español. Es parte de las pequeñas cosas que riegan y hacen florecer algo preciado para ella: la vida diaria en Buenos Aires.

El idioma fluctuó un poco más en la última conversación de la que participó ANCCOM, en este caso con un matrimonio de dos mujeres: Ann y su esposa. Llegaron a Argentina hace tan solo siete meses, con lo cual la charla fluye de un español a un spanglish y del spanglish a un inglés final y definitivo, lo que causa algunas confusiones simpáticas y risas varias. Cuentan que tienen clase con un profesor de español dos veces por semana; por ejemplo, ahora están viendo el subjuntivo y lo odian. 

“Yo digo “ir” y el profesor me corrige: “andar”… ¡¿Por qué?!”, se queja cómicamente la esposa de Ann. Sentada, apaga su cigarrillo mientras sostiene en sus brazos un somnoliento border collie marrón y blanco de cuatro meses. Prefiere no compartir su nombre, argumenta razones de seguridad.

Su familia no sabe de su identidad ni tampoco de su matrimonio. Así es como el pacto del silencio se hace presente una vez más. “El silencio es una parte fundamental de la vida -dice Ann-, podés vivir cómoda mientras te quedes callada y mientras digas que tu novia es tu amiga o tu hermana. Después entendés que tal vez algo está mal, tal vez no es la situación en la que quieres vivir”. 

La posibilidad de irse de Rusia estuvo en sus mentes durante varios años, pero la decisión no se hizo efectiva hasta que comenzó la invasión a Ucrania. Compraron los pasajes de avión y tan sólo dos semanas después estaban legalmente casadas y viviendo en Buenos Aires. 

“En Rusia no tenemos orgullo, no hay cosas de las que podamos tener orgullo -expresan-. Allá en realidad no somos luchadoras, nos dimos cuenta que no es posible serlo en Rusia, por el gobierno y por la mentalidad de la gente. Creo que estamos realizando una especie de orgullo aquí y estamos en camino a entender que podemos hacerlo”. Pueden hablar, pueden ser una familia. Pueden colgar la bandera LGTBIQ+ en el balcón, aunque esto último no fue exactamente algo planeado: su border collie, Kenny, un día hizo sus necesidades sobre la bandera; una vez lavada la colgaron para que se seque y decidieron que se veía muy bien ahí. La dejaron.

Dicen que en cinco años se imaginan viviendo cerca del océano, en Mar del Plata tal vez. A la esposa de Ann le gusta surfear. Después, Ann empieza a contar que para ese entonces cree que ya van a estar pensando en tener hijos. Cuando expresa esta expectativa, su pareja agranda los ojos y se apresura a corregirla: “No, no, no -dice-, pensar no. Empezar a tener hijos”. Ann se ríe y le da la razón. “Soy una persona pensadora -admite Ann-, ella es una persona que hace. Nos complementamos”. Comparten una mirada cómplice. Kenny sigue profundamente dormido. 

La bandera, sea en la Ciudad de Buenos Aires o en la Costa Atlántica, sigue y seguirá flameando sin miedo.

Contratá Trans como respuesta a la exclusión

Contratá Trans como respuesta a la exclusión

Contratá Trans es un proyecto de la ONG Impacto Digital que surgió en el año 2018 y funciona como bolsa de trabajo para personas travestis, trans y no binaries. Definido como un programa integral, tiene como objetivo mejorar las oportunidades de inserción socio laboral de las personas trans. Con ese fin, trabaja con ellas para mejorar sus condiciones de empleabilidad, junto con empresas que buscan talento y capacitar a sus equipos en prácticas inclusivas, y con redes para promover espacios abiertos a la diversidad sexual.  

Impacto Digital es una Asociación Civil sin fines de lucro que aborda problemáticas sociales y busca soluciones a través de la tecnología. Hace tres años la ONG se acercó al Bachillerato Popular Travesti Trans Mocha Celis para colaborar en el diagnóstico de la problemática del acceso al empleo formal de la población travesti trans. De acuerdo con las estadísticas de Impacto Digital, el 60% de la población trans ejerce el trabajo sexual, tiene una expectativa de vida de 40 años y el 70% nunca fue a una entrevista laboral luego de asumir su identidad de género. Del restante 30% muchas pasaron por experiencias de discriminación al momento de presentar un currículum o enfrentar una entrevista.

Según un informe elaborado en el marco de una alianza entre Impacto Digital y Fundación Huésped en 2018, surge la propuesta de trabajo de Contratá Trans como un proyecto integral que considera necesario trabajar en dos direcciones complementarias: “Por un lado, continuar incidiendo sobre la agenda pública para lograr avances en políticas públicas y el sentido común de la sociedad para eliminar toda forma de discriminación y transfobia, garantizando el mismo acceso de las mujeres trans a todos los espacios y derechos de los que gozan las personas cis. Por otro lado, mientras se aboga por transformaciones estructurales y de largo plazo entendemos que es necesario apostar por fortalecer trayectorias seguras, y en esta segunda línea inscribimos nuestra propuesta”. 

Incorporaciones durante el 2020

En diálogo con ANCCOM, MaryAnne Lettieri, vocera de Contratá Trans, mencionó que “el objetivo máximo es lograr las inserciones laborales y la empleabilidad en la población trans, seguido de generar ámbitos de trabajo más diversos e inclusivos”. A pesar de la pandemia y “en un contexto de recesión y despidos, hubo sectores que se potenciaron y tuvimos 22 inserciones en 2020”.

Estas 22 inserciones se dan en un contexto desalentador teniendo en cuenta que en 2019, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó un artículo titulado “Inclusión y diversidad en el mercado laboral: un llamamiento a las estadísticas laborales de LGBT+”, donde enfatiza que la falta de datos grafica que no se toman medidas. En la nota, la OIT destacó que “muchos trabajadores de la comunidad LGBT+ de todo el mundo siguen sufriendo una fuerte discriminación en el mercado laboral. Incluso en países con legislación que protege a las personas de la discriminación por motivos de orientación sexual o identidad de género, sigue ocurriendo”. 

Argentina no es una excepción. Según datos de Fundación Huésped en colaboración con la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de la Argentina (ATTTA), en 2013 más del 83% de las mujeres trans entrevistadas declararon trabajar, incluyendo el trabajo sexual. El 70% dijo trabajar de manera autónoma, mientras el 17% reportó hacerlo en relación de dependencia o contar con un patrón o empleador. De aquellas que trabajaban en relación de dependencia, casi la mitad fueron discriminadas por jefes o compañeros de trabajo, y al 54% de las entrevistadas se les negó un trabajo por su identidad. En el caso de los hombres trans, el 40% trabajaba de forma autónoma y el 37% en relación de dependencia. Al 52% se le negó un trabajo por su identidad de género y el 41% tuvo que dejarlo por la misma causa. 

En este sentido, Lettieri agrega: “Recordemos que el 60% de la población trans en Argentina queda por fuera del sistema educativo o lo termina a edad avanzada, y solamente el 6% logra tener el título terciario o una carrera. En muchas posiciones se pide el recorrido universitario, y no es algo que suceda para la mayoría: un 94% no atraviesa esa pata”.

Los nuevos trabajadores que se incorporaron al ámbito laboral el año pasado lo hicieron, principalmente, en tres áreas. Según Lettieri, “los rubros donde más inserciones hubo fue en tecnología y logística, porque en el contexto del 2020 fueron los que más se potenciaron con la pandemia”. De acuerdo con un informe que realizó la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE), en 2020 hubo 1,3 millones de personas que empezaron a comprar a través de internet, un 6% más en comparación a 2019. Así, las ventas online crecieron un 124% respecto al año anterior, lo cual requirió personal para la logística y soporte. Por otra parte, debido a su nulo cese de actividad, el ámbito bancario también precisó nuevos empleados para cubrir personas de riesgo e incorporar nuevos trabajadores a los puestos rotativos de trabajo. 

Obstáculos

“En muchos casos es su primera entrevista laboral, entonces hay veces que las compañías o las empresas no entienden por qué alguien ya tiene 30 años y nunca tuvo un empleo”, señala Lettieri.

Gran parte de la labor con las empresas es eliminar prejuicios, sesgos o desconocimiento. “Que se empiece a entender la realidad, a entender y a ver a las personas trans, sobre todo a las femeneidades, como personas que no solo pueden ejercer el trabajo sexual”, explica la vocera de Contrá Trans.

Por el lado de la población, también hay cosas por hacer, enfatiza: “En el caso de la población y los candidatos/as, el trabajo que se hace es el de volver a armar la autoconfianza para poder presentarse a una entrevista, volver a traer esto de los sueños, de qué queríamos ser, de que queríamos trabajar, cuando años atrás lo pensábamos y después la sociedad te va metiendo en la cabeza que no servis para eso”.

Expectativas para el año en curso

Debido al contexto de aislamiento, la virtualidad se volvió una obligación. Sin embargo, Contratá Trans lo usó a su favor: “Nos permitió poder expandir el programa porque al estar la conectividad pudimos hacer mayores capacitaciones llegando a un público más amplio”. 

Con esta experiencia en su haber, las expectativas de la organización para el año 2021 ya están previstas. En este sentido, Lettieri explicó: “tenemos una proyección de 80 inserciones como mínimo, regionalizar el proyecto en Latinoamérica y federalizarlo en Argentina”. 

A través del decreto 721/2020, el presidente de la Nación, Alberto Fernández, estableció en septiembre del año pasado el Cupo Laboral Travesti Trans en el sector público, que garantiza un mínimo del 1% de la totalidad de cargos y contratos para personas travestis, transexuales y transgénero. El Proyecto de Ley de Promoción del Acceso al Empleo Formal para Personas Travestis, Transexuales y Transgénero Diana Sacayán – Lohana Berkins tiene un carácter más integral aún con miras hacia el sector privado, pero todavía espera su aprobación por parte de la Cámara de Diputados de la Nación. “Mientras tanto, el decreto ayuda a que en el Poder Ejecutivo se vayan realizando inserciones. Eso también contagia la política de pensar inclusión laboral trans, porque se articula con municipios, provincias y otros sectores del Estado”, agrega Lettieri.

Un mes sin Tehuel

Un mes sin Tehuel

Este lunes, distintas organizaciones LGTBQ+ se movilizaron a Plaza de Mayo para exigir la aparición de Tehuel de la Torre.

Este domingo se cumplió un mes de la desaparición del joven trans Tehuel de la Torre, hay dos sospechosos detenidos y la búsqueda continúa. Ante la demora en la investigación, la familia organiza marchas, pide que no se olviden de Tehuel y que hablen los que saben algo. “Nosotros si hacemos marchas, la hacemos por él”, dijo Verónica, su hermana, a ANCCOM. Este lunes, se realizaron convocatorias en distintas ciudades del país, organizadas por grupos que defienden los derechos de la comunidad LGBTQ+.

El joven, de 22 años, desapareció el 11 de marzo. Ese día se dirigió rumbo a la estación de trenes de Alejandro Korn; se supone que tenía una entrevista de trabajo con Luis Alberto Ramos, uno de los dos imputados que tiene la causa. En el domicilio de Ramos, tras el trabajo de investigación por parte de la policía, se encontró un teléfono celular y ropa, ambos objetos calcinados, corresponderían a Tehuel. Se pudo rastrear el celular del joven y se constató que estuvo activo el 11 y 12 de marzo en las inmediaciones de la vivienda del sospechoso.

Oscar Alfredo Montes es el otro detenido, un chatarrero de la zona y vecino de Ramos, detenido después de la primera marcha, acusado de falso testimonio. Montes había dicho que no vio a Tehuel el 11 de marzo pero el Poder Judicial cuenta con una foto en la cual aparecen los dos con Tehuel. 

Tehuel desapareció el 11 de marzo cuando se dirigía a la estación de Alejandro Korn parauna entrevista de trabajo.

En los más de 30 días de búsqueda y espera, se han realizado marchas en San Vicente, en Alejandro Korn, en CABA y hasta fuera de la provincia de Buenos Aires, en Córdoba capital. Verónica destaca que la familia busca hacer marchas sin intenciones de contar con banderas políticas, no quiere que se corra el foco del caso. “Desde el primer momento -dice-, la familia acordó no plantar bandera ni tomar partido, las hacemos con antorchas, como ya se hizo. Acá se trata de un ser humano, de mi hermano, no se trata de hacer política sacando provecho de lo que pasó”.

Las movilizaciones organizadas por la familia se han llevado a cabo en San Vicente y en Alejandro Korn, acompañada por los vecinos y amigos, con una frase como insignia: ”El silencio de Tehuel es nuestro grito de justicia”. 

La familia es consciente que existe un apoyo de movimientos sociales y ONGs que se han manifestado en las calles y han ayudado a la difusión de la noticia por los medios y las redes sociales. Sin embargo, desde el entorno de Tehuel intentan dejar en claro que se manejan de manera paralela. La intención reiterativa de aclarar y de querer despegarse de toda organización o movimiento que habitan en las marchas es una decisión que tiene como fin cuidar el entorno familiar de Tehuel, protegerse entre ellos. 

En el domicilio de Ramos, uno de los detenidos, se encontró un celular y ropa calcinados, que serían de Tehuel.

La familia piensa que la investigación se ha ido ralentizando a medida que pasaron los días, notaron que los medios y canales de televisión que supieron estar presentes, ya no están acompañando la búsqueda como lo hacían en un principio. Los inconvenientes con el clima y las suspensiones de los rastrillajes demoran los avances. “Hay días en que parece que la investigación no avanza, la búsqueda va a un ritmo muy lento, hubo varios días en silencio y eso nos tiene cada vez peor ”, subraya Verónica. No obstante, destacan el apoyo del Estado, tanto a nivel provincial como municipal, que los acompaña desde el principio. “Vinieron todos los técnicos que tenían que venir, seguimos con el apoyo de ellos, vienen y si necesitamos un psicólogo o lo que sea ellos están continuamente, no podemos decir nada porque desde un principio estuvieron”, detalla Norma la mamá de Tehuel.

Pasó un mes y el pedido sigue siendo el mismo, “que aparezca Tehuel, que se siga difundiendo, que lo sigan buscando y que los que saben algo, por favor hablen”, pide Verónica. Para esta semana se harán marchas, organizadas por la familia y también autoconvocadas en otras ciudades. Este lunes ya empezaron. 

El representante de la familia de Tehuel se reunió con el Ministro de Seguridad de la provincia Sergio Berni y la fiscal Karina Guyot, de la Unidad Funcional Descentralizada San Vicente, y llegaron a un acuerdo para que se publique un comunicado que ofrezca una recompensa a todo aquel que aporte datos fehacientes que proporcionen información nueva para la búsqueda. De acuerdo con los datos obtenidos y al resultado que se logre, el monto se fija entre 1,5 millones y 2 millones de pesos. Mientras tanto, la familia, los amigos y comunidad LGTBQ+ sigue preguntando “¿Dónde está Tehuel?