«La prensa es el nuevo opio de los pueblos»

«La prensa es el nuevo opio de los pueblos»

“Han convencido a la sociedad de que hay un estado natural de las cosas, donde el que intente romperlo es el divisionista.»

Ayer el expresidente de Ecuador, Rafael Vicente Correa Delgado -más conocido como Rafael Correa- brindó una clase magistral en la Facultad de Ciencias Sociales sobre la situación actual latinoamericana y su comprensión histórica. Se dirigió siempre a los “queridos jóvenes”, dijo pertenecer a la academia y narró la importancia de reflexionar sobre el contexto que nos convoca.

Con algunas dificultades debido a la falla eléctrica que dejó sin luz a buena parte de Constitución y otros barrios -y puso en duda la realización del evento-, finalmente inició el acto alrededor de las 18.30 en el auditorio de la Facultad. Correa entró por uno de los pasillos caminando a pasos largos y veloces con sus acompañantes y el público dio uno de los aplausos más fuertes de toda la jornada.

El panel lo conformaban el exmandatario, la decana de la Facultad de Ciencias Sociales, Carolina Mera, y el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, quien ingresó al auditorio con una careta de Lula cubriéndole el rostro. Pronto todo el salón lo ovacionó y comenzó a gritar: “Lula libre”. El evento se desarrolló en el marco de la cátedra que preside Pérez Esquivel, Cultura para la Paz y Derechos Humanos.

“Según el ingreso por habitante, Latinoamérica es la clase media mundial pero es la región más desigual del planeta.»

Correa se encuentra actualmente exiliado en Bélgica y no vuelve a su país debido a que tiene una orden de captura preventiva y cerca de 30 procesos judiciales iniciados en su contra por acusaciones de corrupción, asociación ilícita y tráfico de influencias. “Más que los de el Chapo Guzmán y Al Capone juntos”, dijo el ex mandatario entre risas, con la complicidad del público. Cuando se había instalado en Europa, en un primer momento por propia voluntad, como un retiro de la política, su idea era volver a la academia y escribir sobre los problemas de desarrollo en Latinoamérica. En este tema se basó su intervención principal y remarcó la importancia del enfoque histórico. “¿Por qué en un mismo continente la América del Norte se desarrolló y la del Sur no? ¿Por qué en una misma isla o península observamos fuertes contrastes de desarrollo? ¿Por qué países que fueron relativamente ricos en el pasado hoy son pobres y viceversa? la mayor maestra para entenderlo es la Historia”, así inició su charla el expresidente.

“Desde la colonización se impusieron en América Latina tremendas jerarquías sociales basadas no en méritos o capacidad sino en el abolengo”, explicó al público expectante. Y enseguida se trasladó a la situación actual del subcontinente: “En función del ingreso por habitante, Latinoamérica puede ser considerada la clase media mundial pero también es la región más desigual del planeta. La pobreza no es fruto de la escasez de recursos sino de la exclusión producida por sistemas económicos y estructuras de poder donde históricamente unos pocos dominan a muchos”. Y continuó: “Las élites siempre han dominado los factores reales como el económico, mediático, político y hasta religioso. Esto es lo que René Zavaleta, político, sociólogo y filósofo boliviano denominó ‘Estados aparentes’: representan no el bien común sino los intereses de quienes lo controlan”.

También habló sobre el rol crucial de los grandes medios de comunicación. “Para controlar gobiernos, el mejor instrumento de las élites es la prensa -dice Correa-. Esta es la encargada de imponer lo que Gramsci llamó la cultura hegemónica, es decir, la trasmisión de valores y creencias que sostienen el pacto de dominación. Esa prensa cumplirá también el rol de demonizar cualquier intento de romper este pacto, con falaces argumentos como ‘evitar el odio de clases’, ‘mantener la unidad del país’ o ‘buscar la paz’. Sin duda la prensa se ha convertido en la mayor protectora del status quo y es el nuevo opio de los pueblos».

«En 2015 comenzó esa restauración conservadora pero en 2019 inició su sepultura con el triunfo de Alberto y Cristina.»

En cuanto a la cuestión mediática y judicial, profundizó el caso de Evo Morales, forzado a renunciar como presidente de Bolivia  por un golpe de Estado, y exiliado en Argentina, luego de haber pasado temporalmente por Cuba y de haber estado un mes con asilo en México: “Han convencido a la sociedad de que hay una suerte de estado natural de las cosas, donde el que intente romperlo es el divisionista y confrontador. A Evo no lo persiguen por indio, en eso no coincido con él. Por supuesto que existe el racismo, pero si se hubiera sometido a las élites bolivianas sería el indio bueno. La élite boliviana jamás lo dejaría entrar en su casa, por supuesto, pero lo apoyaría si hubiese sido funcional al sistema. A Evo lo persiguen por querer romper el pacto de dominación que por siglos ha mantenido en la exclusión a las grandes mayorías bolivianas».

Con respecto a la asunción de Alberto Fernández como presidente y Cristina Fernández de Kirchner como vicepresidenta, el ex mandatario dijo: «Ojalá ustedes hagan extensivo esta felicitación al pueblo argentino por la alegría que nos ha dado con este cambio de rumbo, por retomar las sendas del progreso. En 2015 comenzó esa restauración conservadora pero en 2019 inició la sepultura de esa restauración conservadora con el maravilloso triunfo en una vuelta de Alberto y Cristina.» Al término de esta frase, algunos se pusieron de pie y el público al unísono comenzó a cantar: «Alberto presidenta (sic)».

Debido a la creación reciente de Ministerio de la Mujer, Género y Diversidad por parte del nuevo gobierno argentino, y a razón de algunos comentarios controversiales de Correa sobre el feminismo, ANCCOM le preguntó sobre su posición frente al movimiento de mujeres en Latinoamérica. «Hay que definir qué es ser feminista. Si es estar a favor del aborto tendré que decir que no soy feminista. Si es buscar la igualdad de derechos, acabar con la opresión de las mujeres, cambiar esta cultura machista, los femicidios, entonces soy feminista. De hecho, tenemos una de las constituciones más progresistas en términos de equidad de género. Sin embargo creo que nos equivocamos estratégicamente: hay tantas cosas para pensar -pobreza generalizada, exclusión, etcétera- que empezar con lo conflictivo es erróneo».

Hacia el cierre de la jornada, el expresidente de Ecuador dio un última reflexión a su audiencia: «La democracia se vuelve crucial para el desarrollo, pero no las democracias de papel que ha tenido nuestra América, sino esa democracia que Álvaro García Linera denominó la democracia plebeya: la que le dio el poder a aquellos sin abolengo, a las mujeres de pollera en Bolivia, a las grandes mayorías. Eso es lo que formó de forma temporal Lula en Brasil, Chávez en Venezuela, Evo en Bolivia, el kirchnerismo en Argentina y la Revolución Ciudadana en Ecuador».

Para la libertad

Para la libertad

Liliana Herrero, Juan Falú, Sudor Marika, Las Taradas y Juana Molina le pusieron calor y música a la fría noche de sábado. El festival, organizado por medios alternativos de Argentina y Brasil con la colaboración de organizaciones populares, se llenó pronto con los carteles de “Lula libre” y “Marielle vive”, más tarde sonaron los cantitos contra Macri y luego fue el momento de miles de bocas abiertas de par en par para la foto del grito poderoso de la noche.

Bajo la consigna “Latinoamérica en emergencia”, la plaza fue el reflejo de las problemáticas que cruzan a los dos países: el endeudamiento, la violencia institucional, el debilitamiento de la democracia y el avasallamiento de derechos civiles. “Hay una avanzada oligárquica importante, un mapa en el continente donde el neoliberalismo va poniendo sus fichas. En Brasil fueron a fondo y han puesto en prisión al único que puede poner freno a los grupos concentrados de poder”, afirmó Rafael Klejzer, referente del movimiento popular La Dignidad (MPLD).

Se observa desde el escenario banda de música y una multitud participando del encuentro.

El festival, al que asistieron unas 20 mil personas, contó con la presencia de artistas, referentes políticos y organizaciones populares.

Mientras tanto, en Curitiba, frente a la sede de la Policía Federal donde permanece detenido el ex mandatario brasileño, continúa la vigilia popular y hasta allí, gracias a las redes, llegaron las voces e imágenes del festival en Buenos Aires. Rogerio Tomaz, coordinador de Comunicación del Partido de los Trabajadores de la Cámara baja de Brasil, presente en la plaza, detalló que hay entre 500 y 600 personas acampando provenientes de distintos estados. “Casi todos los días hay algún tipo de ataque, ya sean ofensas verbales o agresiones físicas. Nos tiran piedras y hasta hemos sufrido dos ataques armados donde un compañero resultó herido de gravedad pero ya está fuera de peligro. Aguantamos, no nos iremos hasta que Lula salga en libertad”, declaró.

Mídia Ninja, medio brasileño independiente y autogestionado, participó activamente de la organización de Lula Festiva. Oliver Kornblihtt, uno de sus integrantes, se refirió a la  Casa de la Democracia que instalaron en Curitiba, un espacio autofinanciado que alberga a periodistas y activistas que viajan de todo el mundo para cubrir la vigilia. “Hay mucha circulación, días en que llegamos a ser 70 personas trabajando. Se realizan debates, proyecciones, hay una sala de coworking con equipos de edición e Internet. Transmitimos en vivo todos los días a las nueve de la mañana el simbólico buenos días Lula y publicamos lo que sucede durante cada jornada”, explicó.

Se observa la multitud con imágenes de Lula en alto.

Las imágenes del evento llegaron, gracias a las redes, hasta Curitiba.

El otro reclamo fuerte del festival fue el de verdad y justicia por el asesinato de la concejala feminista Marielle Franco, de 38 años, el pasado 14 de marzo en Río de Janeiro. “Lo de Marielle podría haber pasado en otro momento como un asesinato más de una mujer negra y, sin embargo, se transformó en un símbolo. Lo que los asesinos han querido eliminar no lo han conseguido, porque como todos los símbolos Marielle se siembra en lucha y en rebeldía”, reflexionó la periodista Liliana Daunes después de la lectura de uno de los manifiestos de la noche. “No queremos ni golpes de Estado ni golpes a las mujeres”, sintetizó.

Una de las fundadoras del colectivo Ni una menos, Cecilia Palmeiro, dejó en claro que en estos casos el disciplinamiento funciona a la inversa ya que “matando a Marielle la convirtieron en un ícono para el mundo de la resistencia de las feministas, negras, lesbianas y faveladas. Renueva el compromiso con la lucha y nos muestra que nuestros cuerpos están en peligro y si no nos organizamos nos van a matar de a una”.

Imagen de banda de música tocando sobre el escenario.

“Latinoamérica en emergencia” fue la consigna central del festival.

Sentada desde temprano en la segunda fila frente al escenario, Analba Brazao Texeira, referente del movimiento  Articulación de Mujeres Brasileras (AMB), sostuvo: “El golpe en Brasil fue un golpe patriarcal y racista que fomenta y profundiza actualmente el odio de clase, a las personas negras y a las mujeres. La sociedad brasileña es muy machista y homofóbica, no soporta la resistencia y búsqueda de autonomía de las mujeres. Esa era una de las luchas diarias de Marielle”. También subrayó su preocupación por la asesora de prensa de Marielle, única sobreviviente de la balacera, quien tras prestar declaración para la reconstrucción del hecho debió exiliarse del país ya que su seguridad no estaba garantizada.

Dos mujeres con sus brazos en alto hablando sobre el escenario.

El pedido de verdad y justicia por el asesinato de Marielle Franco sonó fuerte en la plaza.

Luego de cantar acompañada por el guitarrista Juan Falú, Liliana Herrero, en diálogo con ANCCOM, expresó: “Si bien es un momento abismal en Argentina y Latinoamérica, estoy convencida que el arte y la música son una promesa de comunidad libre e independiente y en eso la política debería copiarnos un poco”. Se sumó a la conversación Silvia León, secretaria de Organización de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), quien reivindicó el papel de las mujeres dentro de las estructuras sindicales, históricamente machistas. “Para que dejen de ser patriarcales debe conformarse un espíritu democrático y participativo que incluya la mirada de la mujer y nuestras formas de forjar alianzas y tomar decisiones”, remarcó.

Las siempre emotivas palabras de Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora, y las canciones de Juana Molina cerraron el festival. El grito “¡Marielle vive y queremos a Lula libre!” retumbó un buen rato, quizás con la esperanza de que se escuche en toda Latinoamérica.

“El Nobel le dará agallas a Santos para retomar las riendas del proceso de paz”

“El Nobel le dará agallas a Santos para retomar las riendas del proceso de paz”

 “Qué terrible un intelectual diciendo esto, pero lo único que nos queda es tener fe”, dice la politóloga colombiana Gina Paola Rodríguez en torno a la situación de su país. Rodríguez, doctora en Ciencias Sociales (UBA) y especialista en violencia política y cambio social en América Latina, se refiere al panorama incierto que dejó el rechazo al acuerdo de paz entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno nacional, que preside Juan Manuel Santos. Las negociaciones entre las partes, llevadas adelante en La Habana, datan de noviembre de 2012; en septiembre pasado se firmó el histórico acuerdo, en procura de poner fin a más de medio siglo de conflicto armado. Sin embargo, el 2 de octubre el pueblo colombiano votó por el “no” y rechazó pacto. No obstante, cinco días después, la Academia sueca le daba al presidente Santos el Premio Nobel por la Paz.

 “Dentro de los sondeos más pesimistas, ganaba por estrecho margen el “sí” a la paz en Colombia, de manera que fue una sorpresa enorme –explica Rodríguez-. Pero si uno lo ve en una perspectiva de mediana duración, teniendo en cuenta lo que ha sido históricamente la participación política de los colombianos, no sorprende. Esta participación bajísima en las elecciones es estructural, no es algo que tenga que ver con esta votación específicamente”.

El jueves pasado Santos anunció que extenderá el cese al fuego bilateral hasta el 31 de diciembre de este año, hecho celebrado por las FARC. Mientras tanto, el ex presidente Álvaro Uribe escribió en su cuenta de Twitter: “Tenemos toda la disposición, como lo dijimos en campaña, en trabajar para que se modifiquen los acuerdos”.

¿Cuáles son los orígenes del acuerdo?

Desde tiempos del gobierno de Uribe, cuando Santos era su ministro de Defensa, se habían empezado a producir algunos acercamientos y charlas informales con el secretariado de las FARC. El paso definitivo se dio cuando las dos partes encontraron un lugar para discutir: Cuba. El gobierno de ese país, y en aquel momento el presidente Hugo Chávez, fueron los principales impulsores de ese encuentro. Ha habido adicionalmente un acompañamiento del gobierno de Noruega. A partir de allí, hubo un proceso largo que dio lugar a este acuerdo de 297 páginas sobre seis temas muy importantes: la reforma rural integral, la participación política de las FARC, la reparación de las víctimas, el tema de las drogas ilícitas, el tratamiento que se va a dar respecto al narcotráfico y, finalmente, los mecanismos de deportación de armas y refrendación de los acuerdos. 297 páginas que tomaron cuatro años, por eso es una situación tan especial y tan urgente.

¿Cuáles son los sectores a favor y en contra del acuerdo?

El gobierno de Santos era el más interesado en que este plebiscito ganara. Pero también hubo una campaña por el “no” liderada por Uribe con mucha circulación mediática. Tuvo a uno de los principales canales privados fogoneando esa campaña, el canal RCN, y una gran inversión en propaganda de radio y televisión.

Uno puede hacer lecturas en muchos sentidos. Son criterios económicos pero también políticos. Por un lado, Uribe nunca se ha destacado por ser un gestor de paz en Colombia. El agravamiento del conflicto interno durante su presidencia fue notable junto a un aumento indiscriminado de las violaciones a derechos humanos -como los casos de los falsos positivos, jóvenes que eran secuestrados y extraídos de barrios populares y después aparecían muertos-. Son innumerables e inconfesables los crímenes que se cometieron por parte de la fuerza pública en connivencia con el paramilitarismo, cuya responsabilidad es de Uribe.

Por otro lado, el uribismo ha construido su riqueza a costa del despojo de miles de campesinos de todo el país. Por lo tanto, las nuevas economías extractivas ven pernicioso la devolución de todos estos territorios a la población desplazada.

 ¿Qué otros sectores estaban por el “no”?

 Las fuerzas militares, porque debían verse abocadas a confesar los crímenes que cometieron, a decir en dónde se encuentran esas víctimas, a pagar penas de cárcel, a verse expuestos. Muchos de estos militares actualmente están en retiro, entonces no tienen ningún interés en que esa verdad se sepa. Hubo también una participación muy importante de las iglesias cristianas evangélicas que decidieron bajar línea a toda su feligresía para que votaran masivamente por el “no”. En definitiva, el “no” ganó por desinformación, ganó porque hubo abstencionismo, ganó porque quizás, también, le faltó al “sí” una campaña más contundente, más masiva. También es cierto que hay un enorme resentimiento en el país frente a las FARC, y eso no es fácil de superar. Las FARC fueron un actor armado que le hizo mucho daño al país y eso parece que persiste en la memoria de los colombianos.

¿Cómo fue el resultado del plebiscito en el extranjero?

Afuera ganó la gente que apoyaba la paz. Lo increíble es que la gente más progresista en Colombia está en el exterior. Cuando uno habla de cerebros fugados, acá es absolutamente patente. Otro rasgo relacionado con la votación en países extranjeros es que hay muchos jóvenes. Los que están intentando actualmente que el proceso continúe son los jóvenes y los estudiantes.

¿Cuál es el impacto del triunfo por el “no” en Latinoamérica?

Muchos ciudadanos latinoamericanos teníamos una esperanza enorme puesta en los acuerdos de La Habana frente a lo que ha sido esta avanzada de la derecha neoconservadora en la región. Y eso no quiere decir que Santos sea un presidente progresista o de izquierda -es un presidente de derecha, neoliberal-,  pero ha marcado un precedente ya que, en un marco como el colombiano en el cual la ultraderecha está representada por el guerrerismo de Uribe, llevar adelante un proceso como el de La Habana era un alivio y era una buena señal para la región. Máxime cuando las conversaciones se produjeron en Cuba y tuvieron el apoyo de Venezuela, de Noruega, y de todos los países de América Latina. Por otro lado, el conflicto armado colombiano no afecta solo a ese país, ni militar ni económicamente. Colombia, desde hace muchos años, se ha vuelto una exportadora de refugiados. Muchos atraviesan las fronteras de Ecuador, de Venezuela, de Perú, huyendo por la violencia. Y nosotros no podemos seguir cargando a nuestros hermanos con los que compartimos frontera de esa responsabilidad. También Colombia se ha vuelto un exportador de violencia, porque en las zonas de frontera, por ejemplo con Venezuela, ha habido claramente una acción del paramilitarismo muy marcada, que incluso ha secuestrado, asesinado y extorsionado a ciudadanos venezolanos. Es un conflicto que fue más allá de las fronteras de nuestro país y afecta seriamente a nuestros vecinos, con el agravante de que el combustible de todo esto es el narcotráfico, que ya tiene un alcance, no sólo regional, sino mundial. Algo que parecía una negociación con una guerrilla, en realidad, tiene una repercusión enorme para toda América Latina y, yo diría, que para todo el globo porque las redes de narcotráfico, de terrorismo, de armas, son globales. Desarticular a uno de estos actores a nivel global realmente era un avance y un aporte de Colombia para hacer de este mundo un lugar con un actor violento menos.

¿Qué puede pasar en los próximos meses?

Cualquier cosa. Fíjate lo que fueron estas semanas. El domingo 2 de octubre nos mataron con el “no”. El lunes siguiente Santos cita a Uribe, que no va. Se encuentran el miércoles, día en que Uribe hace una declaración en la que no dice nada, no propone ningún acuerdo alternativo, no tiene ningún argumento de peso para negar la validez de los acuerdos de La Habana. El jueves habló el jefe de campaña por el “no”, haciendo unas revelaciones que parecen de wikileaks, sobre cómo se produjo toda la estrategia de manipulación. Terrible. Este hombre renunció ese jueves al centro democrático del partido de Uribe. Y el viernes le dieron el Nobel a Santos. En el medio, ha habido una enorme manifestación de los jóvenes en Colombia. Se han movilizado en marchas del silencio, en marchas con antorchas solicitando la paz. Todo depende de qué ocurra de aquí al 30 de octubre. El espaldarazo del Nobel le dará agallas a Santos para retomar las riendas del proceso, y para no delegar el futuro al uribismo. Santos, en su calidad de presidente, es el llamado naturalmente a salvar ese proceso. Creo que  ahora haría falta una mayor presión internacional para que exista un convencimiento. Otro escenario que han planteado es el de una Asamblea Nacional Constituyente, pero esa ya me parece una estrategia demasiado ambiciosa. Si nosotros no logramos juntar censo electoral para votar un plebiscito, menos para reformar la carta constitucional. Segundo, es engorroso procedimentalmente. Tercero, dilata excesivamente los tiempos decisión: esta paz hay que lograrla ahora. El futuro del acuerdo depende de Santos, del liderazgo que él tenga, de que decida definitivamente que los acuerdos sigan. Por otro lado, hay que esperar porque Uribe y los sectores reaccionarios de la derecha colombiana no se van a quedar de brazos cruzados, pueden salir con cualquier cosa. En este momento, el panorama es muy incierto, pero no debemos tirar a la basura este acuerdo que tanto costó lograr.

 
Actualizado 19/10/2016

“Basta de lloriqueo”

“Basta de lloriqueo”

“Me parece que ha habido una derrota pero no estamos derrotados”, expresó Pedro Brieger con respecto a la victoria de Mauricio Macri en la reciente elección presidencial y continuó trazando un paralelismo entre la situación actual de la región latinoamericana y distintos momentos históricos que a su juicio son muy importantes para pensar la actualidad. “Si uno piensa en 1955, Perón se tuvo que ir al exilio y el movimiento quedó desarticulado por la represión que vino después. Si uno piensa en 1973 en Chile, Salvador Allende fue asesinado y la represión posterior desarticuló también a los movimientos sociales. Si uno piensa en el golpe de Estado en la Argentina, de la presidenta del momento, al margen de lo que pensemos de ella, fue arrestada y también la represión desarticuló a los movimientos sociales”.

El sociólogo y periodista especializado en Política Internacional realizó esta afirmación en el inicio de un ciclo de charlas organizado por el portal Noticias de América Latina y el Caribe (NODAL) y el Centro Cultural de la Cooperación. El propósito de estos encuentros consiste encrear y consolidar un espacio de discusión y reflexión acerca de la coyuntura y actualidad regional.

“Me parece que ha habido una derrota pero no estamos derrotados”, expresó Pedro Brieger.

Además de Brieger, director de NODAL, en este primer debate -denominado “América Latina en Disputa”- participaron la periodista Telma Luzzani y Aram Aharonian, director del periódico Miradas al Sur y fundador de la cadena de televisión Telesur.

Luzzani fue la encargada de poner en contexto el ascenso del conservadurismo en la región: “Creo que el triunfo de Macri tal vez no sea exactamente el primero, también (Horacio) Cartes sucedió a (Fernando) Lugo. No es la primera vez que pasa pero si en un país del peso de la Argentina en un momento como el que estamos atravesando de una Dilma (Rousseff) y un (Nicolás) Maduro con un acoso por parte de la derecha brutal”.

Por otro lado, Brieger remarcó un elemento ventajoso que se da hoy en el contexto latinoamericano: “Hay un elemento muy novedoso en este traspaso de mando y es que la presidenta forma parte de un movimiento derrotado pero donde ella sobrevive a la derrota”. Subraya que el movimiento es derrotado en las urnas pero no en el sentido profundo del término y que los momentos históricos analizados más arriba, no tuvieron demasiado tiempo para construir: “En los casos del 73 en Chile y el 76 en Argentina, los movimientos derrotados y derrocados habían tenido un proceso muy corto, no habían tenido la posibilidad de construir. Allende tuvo apenas tres años, si uno lo compara con estos doce años, la diferencia es inmensa”.

El periodista destacó que reflexionar retrospectivamente la historia ayuda a pensar y señaló tres hechos novedosos que se construyeron en la región políticamente. La primera, la aparición de los zapatistas en 1994 como reacción a las políticas neoliberales. La segunda, el surgimiento de Hugo Chávez con el proceso electoral de diciembre de 1998: “Esa jura tan simbólica que en ese momento impactó, llamó la atención, cuando dijo: ‘Juro sobre esta moribunda Constitución’”, recordó. Y tercero: el estallido del 19 y 20 de diciembre de 2001 en Argentina: “A mi juicio es fundamental para entender dónde estamos parados y que muchas veces nosotros en la Argentina lo olvidamos porque fuimos protagonistas. A nivel latinoamericano fue percibido como una derrota del neoliberalismo”.

“El candidato de aquellos que se supone que son el pueblo, se disfrazó de clase media opositora, nos llenaron la cabeza con que estábamos mal, de que estamos en crisis”, definió Aram.

A su turno, Aram analizó las elecciones en Argentina y las calificó como la pérdida de una batalla dentro de la guerra cultural: “El candidato de aquellos que se supone que son el pueblo, se disfrazó de clase media opositora, nos llenaron la cabeza con que estábamos mal, de que estamos en crisis”. Recalcó que hay muchos jóvenes que necesitan que se les hable de futuro y que es muy importante recuperar la memoria histórica para saber de dónde venimos y sobre todo hacia dónde vamos: “Si solamente recuperamos para saber de dónde venimos es lo más retrógrado que podemos hacer, no construye futuro, no da esperanzas, limita a saber qué pasó y nada más”. En este sentido subrayó que es hora de construir una alternativa diferente desde abajo y que los gobiernos que salen de los movimientos sociales no han entendido el tiempo histórico en que vive la región y que ese es uno de los grandes problemas de América Latina: “No hemos entendido que tenemos un cambio de época, que se terminó la época de la resistencia, estuvimos 520 años resistiendo a todos, tenemos postgrados en lloriqueos y denunciología y no aprendimos que estamos construyendo nuevas sociedades y para ello hay que estar todos juntos. Volvamos a la construcción, crear los organismos desde abajo para poder llevar adelante una sociedad diferente, una democracia participativa, un continente que sea para todos”.

Brieger retomó la idea del fundador de Telesur y lo mezcló con el recuerdo del 2001 y los movimientos políticos que aparecieron tras el levantamiento popular: “El desafío era construir, aquello que Aram -siempre de manera provocadora- dijo: ‘Basta de lloriqueo, tenemos doctorados en llorar, tenemos grandes dificultades para construir’. Creo que es bastante más complejo y me parece que los gobiernos progresistas no terminan de responder, porque además creo que la respuesta no es sencilla”.

En este sentido, el periodista -columnista junto a Luzzani del programa Visión Siete Internacional– analizó cómo se va transformando la tarea de los dirigentes de los movimientos sociales una vez que acceden al poder y pasan a cumplir una función en el gobierno y en el parlamento y pone como ejemplo al actual presidente de Bolivia, Evo Morales: “Evo llega al poder y por supuesto que su relación con el sindicato se deterioró, no tiene tiempo de hacer el trabajo sindical que hacía antes”. Asimismo, analizó el caso de Ecuador: “Recordemos que Rafael Correa es elegido presidente la primera vez sin tener candidatos a diputados y a senadores, porque su movimiento político no existía, era él. Consciente de esta falencia lo primero que hace es movilizar en un proceso constituyente, no sólo para cambiar la legislación, sino para construir mayorías porque no las tenía”.

Brieger subrayó cuál fue, a su juicio, el gran mérito de Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa, tomando en cuenta sus propias necesidades y diferencias históricas y coyunturales: “Los tres entienden que tienen que refundar el país y se lo proponen. Para hacerlo en estas condiciones históricas, la mejor manera era a través de una Asamblea Constituyente porque efectivamente se construye poder popular y, a su vez, los procesos constituyentes se hacen a través de la movilización popular”.

“No hemos entendido que tenemos un cambio de época, que se terminó la época de la resistencia, estuvimos 520 años resistiendo a todos, tenemos postgrados en lloriqueos y denunciología», afirmó Aram.

 

Con respecto a otros casos latinoamericanos, en donde no se dio una reforma constitucional sino que los gobernantes electos eligieron otro camino, el periodista comentó el caso de Brasil: “Lula en vez de avanzar hacia un proceso constituyente lo que hace es pactar y negociar. Es verdad que él llega al gobierno ganando la presidencia sin tener mayoría ni en Senadores ni en Diputados. Es más, llega también a contramano porque pierde San Pablo y Porto Alegre que eran los dos bastiones del Partido de los Trabajadores, llega al poder muy debilitado”. Con respecto a los casos de Nicaragua y Argentina expresó: “Salvando las distancias, el Daniel Ortega que llegó después, pactó y negoció con la derecha, no hablo del Daniel Ortega de 1979. El caso argentino fue particular porque no se produce eso de refundar y movilizar ni de pactar y negociar, tiene un camino diferente, pero que sí tiene un punto de convergencia con el camino brasileño y es en cierta medida diferente, el abandono de las calles. Digo en cierta medida, porque acá especialmente después de la muerte de Néstor Kirchner hay un movimiento nuevo de recuperación de las calles”.

Con respecto a la aparición de Mauricio Macri y sus expresiones acerca de una posible suspensión de Venezuela en el MERCOSUR, Brieger declaró: “Dejemos de subestimarlo, muchos lo han subestimado, lo he discutido durante años, su formación es otra y tiene cuadros políticos por todos lados. No hay que pensar que no tiene cuadros, que no saben de política y que sólo tienen globos amarillos, los globos amarillos son parte de la estrategia política y cuando él dice ‘suspender’ estoy casi seguro de que sabe perfectamente que no se puede aplicar aquello que ni siquiera existe porque no hay cláusula democrática en el Protocolo de Ushuaia firmado en 1998, ni siquiera se llama así, es parte de una frase”. Y amplió: “No son ingenuos, lo que buscan obviamente es instalar el tema, quebrar MERCOSUR, UNASUR, es parte de una estrategia política”.

“Dejemos de subestimarlo a Mauricio Macri, muchos lo han subestimado, lo he discutido durante años, su formación es otra y tiene cuadros políticos por todos lados», sostuvo Brieger.

En esta línea, en diálogo con ANCCOM, Brieger opinó acerca de cuál cree que sería el peligro más latente para la región, ante el ascenso de un gobierno conservador en la Argentina: “Creo que a corto plazo, la atomización de los organismos internacionales, principalmente UNASUR y CELAC más que MERCOSUR, éste es un organismo más económico que político, pero si el nuevo gobierno argentino decide intervenir fuertemente en UNASUR puede contribuir a congelar aún más proyectos que están caminando muy lentamente como el Banco del Sur y el Consejo de Defensa Suramericano, creo que ese sería el objetivo de ellos”.

Por su parte, Telma Luzzani comentó: “El regreso del neoliberalismo con una nueva figura y con características diferentes a las que conocemos antes me parece que entraña un peligro en la medida de que es un modelo conocido y que podría llegar a ser usado como ejemplo para otros países de América del Sur. Podemos decir que los países que tal vez tengan más importancia son Brasil en primer lugar, Argentina y Venezuela, también Ecuador y Bolivia por supuesto, pero son países más chicos y me parece que entonces puede ser tomado Argentina como plataforma para cercar a Brasil y acosar todavía más a Venezuela”.

En este sentido, Aram Aharonian comentó a ANCCOM sobre este escenario en Argentina: “El problema es que se rompe una tradición de doce años de estar junto a los gobiernos progresistas de la región, Argentina es uno de los países principales y hoy parece que va a abandonar esa posición, va a tener que acomodarse a la realidad latinoamericana, no es tan fácil tampoco para el gobierno conservador. El problema es que no hay que quedarse solamente en las declaraciones, hay que ver los hechos, vamos a ver cómo va a ser la política exterior. Tampoco tiene tanto margen, ni Argentina es líder de nada en este momento en América Latina como para decir que deja tal cosa. Hay que ver, yo creo que no hay que ser tremendista ni nada por el estilo”.

Brieger recordó cuando el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, fue el único que votó en contra del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) en la III Cumbre de las Américas, en la ciudad de Quebec, Canadá: “Chávez llega al contexto regional del ALCA, rodeado de Menem, Fujimori y Zedillo en México, era el neoliberalismo en su máxima expresión. Era un extraterrestre, no podía actuar, se va construyendo a medida que explota la Argentina en el 2001, aparecen Lula, Kirchner, Tabaré Vázquez”. Asimismo, recalcó: “Es interesante lo que pasó en 2005 en esa Cumbre de las Américas, porque había dos referentes conservadores muy fuertes: (Vicente) Fox y (Álvaro) Uribe, pero que no tenían ni siquiera en ese momento la capacidad de construir una corriente conservadora que se opusiera a lo que estaba germinando y que se construye como muy fuerte”. En esta línea, Brieger explicó: “Macri entra en el escenario regional donde le es desfavorable por ahora y no hay elecciones presidenciales importantes -salvo Perú- a corto plazo. Y aunque Evo Morales pierda el referéndum en febrero, va a seguir siendo presidente, así como Rafael Correa hasta el 2017. En ese contexto, Macri se va a tener que mover y esto quiere decir que entra, salvando las distancias, como Chávez en el 99, solo”.

El director de NODAL explicó que se abre un contexto interesante y todo un desafío: “No sé cómo podremos responder, pero tiene que ver más con la Argentina de seguir construyendo, creo que es un desafío y es novedoso también. Debemos tomar en cuenta que estos doce años fueron muy importantes porque Macri no recibe un país en estallido, ni con la hiperinflación del 89 que logró disciplinar y generar consenso para que se privatice absolutamente todo. Esa transición, además, venía después de las diferentes crisis del alfonsinismo que, a su vez, venía después de la dictadura. Si nosotros juntamos alfonsinismo y dictadura son más o menos los mismos años de kirchnerismo. Sirve para dimensionar lo importante que han sido estos doce años y que me imagino que Macri toma en cuenta respecto de las medidas que quiera tomar”.

El periodista finalizó su exposición con la idea de que el gran desafío de la construcción tiene que ver con construir cosas bellas, atractivas e interesantes para la sociedad en su conjunto: “Construir algo que sea transformador y que genere esperanza porque si no, ganarán los globitos de colores que son mucho más lindos”.

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El “efecto Macri” en Venezuela

¿Cuál es su lectura sobre el triunfo de la oposición ante el chavismo en las elecciones parlamentarias de Venezuela?

La primera lectura es que se trata del “efecto Macri” llegando al Caribe. Mauricio Macri abrió una nueva situación en América Latina en términos de gobernabilidad, pero el proceso que condujo a eso comenzó hace cuatro años con lo que yo defino como “tendencia declinante de los gobiernos progresistas”: larvado y lento. Y ahora tuvo en Argentina el 25 de octubre y el 22 de noviembre su manifestación definitoria, porque ganaron el gobierno. Hasta ahora, la derecha latinoamericana o –para no demonizar- la oposición a los gobiernos progresistas nunca había ganado en 17 años ni un solo gobierno. Sí, ganó parlamentarios, y los perdió, ganó municipios y los perdió, ganó gobernaciones y las perdió. Es decir, ganaba y perdía, pero nunca el gobierno. Eso lo ganó acá (en Argentina). En esa medida es que abre una nueva situación porque ganó con un bastión, un gobierno nacional completo. Eso tiene efecto: a los tres días se le abre el impeachment –juicio político- a Dilma Rousseff en Brasil. No hay una casualidad teológica ahí. Es simple: se empoderaron allá (en Brasil) porque triunfaron acá (en Argentina); es lo que hace cualquier manifestación humana, sentirse fortalecido si tu socio triunfa. No es que Macri va ganando elecciones; es que las causas que ayudaron a Macri a ganar la elección están presentes en todos estos países y facilita la tarea a los opositores de derecha a ganar elecciones o a avanzar electoralmente.

¿Con qué acontecimiento comenzó lo que usted denomina “tendencia declinante de los gobiernos progresistas” hace cuatro años?

Con la primera caída del voto electoral del chavismo en Venezuela, cuando saca menos votos que la derecha opositora en las elecciones parlamentarias del año 2010: si bien gana más diputados por un fenómeno jurídico de circunscripción, consigue menos votos. Y lo que importa para una tendencia social es no perder votos, no ganar más diputados. El resultado es que con más diputados no se pudo evitar la derrota del domingo. Nada mejor para demostrar que lo importante es la señal de la sociedad, a dónde se dirige, a dónde no quiere ir o va. Y en 2010 la sociedad le dijo “atención, alerta, te voy a dar menos votos, acomoda las cosas o te daré muchos menos”. En Argentina, en 2011 por ejemplo, Cristina ganó con el 54 por ciento de los votos, pero el kirchnerismo perdió, porque cayó la masa de votantes. No importa si en proporción ganó, en cuatro años más –ahora- el kirchnerismo perdió, hay una relación causal entre una cosa y otra porque son construcciones, no es mala o buena suerte, lo que tú no construyes bien lo aprovecha el enemigo como grieta y por ahí entra. En Argentina, entró por varias grietas y menores en comparación con Venezuela, en donde entró por una gran grieta que es la comercial.

En cuanto a la grieta comercial en Venezuela, actualmente predomina el desabastecimiento y también un fuerte descontento social…

Es un desastre. Generó angustia. Es como cuando yo vine acá a Argentina en el año 1990, este país vivía angustiado porque remarcaban los precios a cada hora. En el 2001 y 2002, había angustia por hambre, por miseria extendida. Cuando una sociedad llega a niveles de angustia por cualquier causa -a veces la guerra- se producen esos fenómenos: o grandes migraciones como la de Medio Oriente a Europa, o caídas de gobiernos, o colapsos, grandes crisis por desplazamientos tectónicos electorales, eso es lo que ocurrió en Venezuela.

«Venezuela ha sido asediada, agredida y demonizada por la derecha local y por los enemigos del chavismo. Tras las elecciones eso se agudizará», afirmó Modesto Emilio Guerrero.

¿Cómo ve el futuro venezolano?

Venezuela ha sido asediada, agredida y demonizada por la derecha local y por los enemigos del chavismo. Tras las elecciones eso se agudizará. Les van a dar asesores, recursos, dinero –dice-. Además es gente que tiene plata; les falta inteligencia pero eso se lo van a dar desde afuera: la fundación Sintagma, Sophia y otras de acá de Argentina que asesoraron a Macri; se la va a dar también el Departamento de Estado, el diario El País y el Partido Popular de España, se la van a dar de todos lados para que ganen. En América Latina se incrustó un tipo de gobierno llamado bolivariano, que es un grave problema para la gobernabilidad imperialista. No pueden convivir. Tuvieron que convivir con Cuba más de medio siglo, pero Cuba es un pedacito de tierra, es una isla; en cambio, Venezuela es una potencia mundial petrolera y no pueden tolerar eso. Venezuela está a cuatro horas y diez minutos de la costa norteamericana para desembarcar petróleo sin ningún punto de conflicto bélico en el medio. El petróleo que viene del mundo árabe está a cuarenta y tres horas y tiene diecinueve puntos bélicos en el medio. Cada punto bélico implica un gigantesco seguro con riesgo de que le borren un barco y sea un desastre. Eso es lo que hace que Venezuela sea un Bocatto di Cardenale, una presa muy codiciada por el economía norteamericana. Fue así para ellos durante 60 años en los que fue su pozo petrolero, una factoría petrolera de Estados Unidos, la sociedad estaba ‘maiamizada’, la mayoría de la población pensaba, sentía, actuaba, vivía como en Miami porque había, además, capacidad de consumo y plata. Esa `maiamización` estupidizó a la sociedad pero también la hundió en la miseria. Entonces brotó el Caracazo en 1989, brotó la rebelión militar en 1992, y emergió el chavismo como solución histórica profunda. Pero esa solución quedó a mitad de camino, la otra mitad del camino no andada es la que está aprovechando la derecha para actuar.

¿Cuándo dejó de ser Venezuela “el pozo de Estados Unidos”?

Desde el año 2002. Hugo Chávez gobernó desde 1999 pero hasta 2002 no pudo devolver el control de PDVSA estatal (Petróleo de Venezuela SA) al gobierno. Es decir, era estatal pero estaba en manos de Estados Unidos, siendo estatal los gerentes eran de ellos. En el 2002, con el golpe de Estado, cuando sale la burguesía del gobierno por la derrota del golpe, Chávez renacionaliza la PDVSA y ocurrió algo muy bueno: el precio del petróleo se fue a 120 dólares, entonces fue el regalo de Dios para la economía venezolana. En 2003 hacen una huelga petrolera que fracasó y quedó toda la renta petrolera en manos del gobierno. Lo que busca ahora el imperialismo norteamericano es recapturar PDVSA para recapturar la renta petrolera.

¿Cree que Nicolás Maduro puede hacer algo para revertir la situación política, económica y social que está atravesando Venezuela?

Puede, pero otra cosa es si se atreve o quiere. O, si comprende. Hay base social para soportar una acción de Maduro radical que cambie la situación de la derrota actual y remonte la cuesta. Hay suficiente base social pero depende de que Maduro se ponga al frente. ¿Qué significaría eso? El 27 de octubre del año 2012, el ex presidente Hugo Chávez le propuso al Consejo de Ministros, dirigido por Maduro, que demuela, borre, destruya el Estado burocrático capitalista y construya sobre sus ruinas un Estado comunal. Lo comprendió muy tarde pero lo comprendió. Sin ese Estado comunal nos van a tragar vivos. Nos están tragando vivos ¿Por qué? Porque ese Estado democrático capitalista se está comiendo la economía venezolana. Por ejemplo: en abril 2013, Maduro, recién electo, designa a Edmée Betancourt, una mujer de mucha trayectoria revolucionaria y honesta, como nueva presidenta del Banco Central. Ella pide el estado de cuenta y aparece un hueco de 23 mil millones de dólares. Lo informa. El hueco era que la gerencia del Banco Central, dirigida por Nelson Merentes, un general bolivariano pero corrupto, derivó esa cantidad a la banca privada para que importe productos que luego generó acaparamiento. Descapitalizaron al Banco Central, que es la caja del Estado. La banca privada con eso hizo el gran negocio porque no paga nada: aspiraba a sacar al gobierno por elecciones, en octubre de 2013 comienza el acaparamiento en forma masiva, comienza el desabastecimiento programado. ¿Cómo lo financiaste? Con los 23 mil millones de dólares del Estado derivados a la banca privada más la plata de la banca privada de los capitalistas importadores.

  Y eso generó el descontento social…

 El descontento se acumuló en estos dos últimos años. El pueblo primero entendió que los enemigos son los comerciantes. Maduro metió presos como a 60. Cada uno estuvo preso un día, cinco días, ocho días. Salieron rápido porque no han cometido crimen pero hubo precios que aumentaron 700%. Los primeros meses el pueblo chavista comprendió que los enemigos comerciales del chavismo están desbarajustando la economía. En la segunda fase de meses siguió y se profundizó y el gobierno continuó con la misma explicación “los enemigos antichavistas comerciantes…”. Bien, y el planteo social fue: `¿Y qué has hecho para evitarlo?´ Las medidas correctivas de Maduro tardaron mucho en llegar, son dos años acumulados de crisis, colapso que terminó siendo de angustia. Las personas van al supermercado a comprar, algunos son chavistas y otros no, cuando entran al supermercado no entran como chavistas a comprar y cuando salen tampoco, pero cuando salen los dos tipos de consumidores odian al gobierno. Desaparecieron las toallas higiénicas para las mujeres. ¿Qué tiene que ver una toalla higiénica con la política? Crea angustia. ¿A quién? A la madre, a la joven, a la mujer, que en Venezuela es el factor termómetro de la Revolución Bolivariana. La Revolución Bolivariana se la montó la mujer madre, joven, soltera y es un factor clave. Y la mujer es la vanguardia en la derecha: María Corina Machado y Lilian Tintori. Ellas son un termómetro de la angustia. Bueno, ellos hicieron bien la tarea, nosotros no hicimos bien la tarea, no la hicimos completa.

¿Qué significa hacer  la tarea completa?

Expropiar los siete grandes emporios de importación privada que agarraron la yugular comercial del consumo, la apretaron y ganaron las parlamentarias. Porque no los vas a convencer, tienes que liquidarlos, sacarlos, expropiarlos, nacionalizarlos e implementar un control total del comercio exterior.

Periodistas y politólogos advierten sobre el avance de Estados Unidos en la región latinoamericana ¿qué consecuencias inmediatas y a largo plazo cree que tendrá?

Estoy de acuerdo con la visión pero es limitada, es superficial. Hay que ver el fenómeno por dentro. Claro que Estados Unidos hace eso pero ahí no termina el problema y la explicación, ahí comienza. Estados Unidos está aprovechando grietas de nuestros  gobiernos, incompletitudes de la gobernabilidad, de la política económica y de los planes sociales. Un ejemplo: en 2011 aparece en Argentina una frase muy bonita: “profundizar el modelo”. No se profundizó. Y como no se profundizó -y más bien fue al revés- el resultado era inevitable. La sociedad te da un cheque que parece en blanco pero no es en blanco. Haber dicho que la delincuencia es una sensación creada por los medios de comunicación, también dio como resultado que crezca la delincuencia. Porque si tú crees eso, no la combates. El resultado de decir que hay inflación de un dígito es que la gente no te cree, porque va al supermercado y ve que el sachet de leche vale tres veces más. Fueron perdiendo la credibilidad. Los Estados Unidos están queriendo dominar Venezuela desde el año 2002, pero no es la causa que conduce a esta derrota. Al no hacer la tarea completa le dejaste al fondo que se transforme en forma. Entonces hoy la derecha gana las elecciones parlamentarias porque se conformó un estado de angustia. No son buenas las derrotas, son las peores consejeras de la historia. Hay políticos que creen que no importan las derrotas porque “volveremos”. El “volveremos” sale caro. Yo no conozco a nadie que haya vuelto de una derrota igual, vuelven peor, con más defectos, condicionados. Porque el enemigo construyó en ese momento que estuviste derrotado.

Mauricio Macri definió en Argentina las políticas exteriores: recomponer relaciones con Estados Unidos, la Unión Europea, la Alianza del Pacífico y buscar aliados para expulsar a Venezuela del Mercosur, apelando a la cláusula democrática y haciendo foco en la detención de Leopoldo López. ¿Es posible la expulsión de Venezuela del Mercosur? ¿Qué piensa cuando se dice que Venezuela está viviendo una dictadura?

Si es una dictadura, es la dictadura más extraña de la historia de las dictaduras. Ha hecho 20 elecciones en 16 años. No existe ningún gobierno de América Latina que haya vivido esa cantidad de elecciones en ese lapso. El problema es que las ganó todas el chavismo, menos –ahora- dos. Si ellos hubieran ganado la mitad o más no habría problema, no habría dictadura, habría democracia porque ganan ellos. Qué dijo Lilian Tintori hace unos días en Paraguay, cuando la recibió el presidente Horacio Cartés, con honores de Estado: “En Venezuela hay sólo dos opciones, que gane la oposición, o que haya fraude”. Yo creo que de bruta dijo esto, el odio la llevó a hacer eso. Es muy difícil así, es una guerra civil política, es una guerra a muerte en términos de política, o ganan ellos o ganamos nosotros. Eso se construye, no es una frase. Ellos han construido su victoria, nosotros -o los gobiernos progresistas- no hemos sabido construir su defensa, no hemos blindado su democracia, su voto, su base social, su economía, su integración latinoamericana. Entonces, aparece Macri diciéndole al diario El País de España: “Yo estoy para desideologizar la región”. Él sabe que está aprovechando un momento de desideologización. La señora chavista y la antichavista que salen del supermercado sin encontrar productos se desideologizan, aunque en realidad se re ideologizan contra el gobierno de Maduro, pero a eso le llaman desideologizarse. “No me interesa la política, quiero comer, quiero consumir”, eso es ideología también. Si en Venezuela meten preso a alguien por incendiar una fiscalía, se dice que es una dictadura, pero yo quisiera ver a Macri si un kirchnerista embravecido, enfurecido y enloquecido se levanta en armas mañana, ¿no va a aplicar la ley? A Leopoldo López en Venezuela se le aplicó la ley, tuvo su juicio, tuvo su tiempo para la defensa. En Estados Unidos por un diez por ciento de lo que hizo Leopoldo López tendría cadena perpetua, en algunos estados hasta aplican la inyección letal. Se salvó de que es tan pro yanqui que no lo hizo en Estados Unidos, lo hizo en un país donde le dieron 14 años de prisión. Tuvo el privilegio de salir a votar ayer. Es una dictadura muy rara, una tiranía muy rara.

«Si en Venezuela hay una dictadura, es la dictadura más extraña de la historia de las dictaduras. Ha hecho 20 elecciones en 16 años».

¿Es posible la expulsión de Venezuela del Mercosur?

Primero, para excluirla del Mercosur Macri debe arreglar sus cuentas con los capitalistas que están en su gabinete, varios de ellos exportan a Venezuela. Y yo no creo que un capitalista ame más a Macri que a los millones de dólares que le vengan de Venezuela. Si eso ocurre, quiere decir que la humanidad empezó a darse vuelta. Macri tendrá que ajustar sus cuentas. Argentina vende a Venezuela 1.025 millones de dólares por año. Una parte de eso la venden los lecheros, los sojeros, astilleros, maquinarias agrícolas… ¿Los va a convencer de expulsarlos de Venezuela? Segundo problema, Brasil ya dijo que no va a apoyar eso, Ecuador y Bolivia no lo apoyarán seguro,  y Uruguay que si apoya eso, dijo que no puede porque no le conviene, porque es deudora de Venezuela. No va a poder expulsarla. Pero si pudiera hacerlo, Venezuela quedaría afectada en muy poco, porque le compra a Argentina, no le vende. Entonces simplemente haría la compra en otro lado. No veo peligro por el lado económico.

Después de diez años del “No al ALCA”, ¿qué queda?

Queda poco. En primera medida es responsabilidad de Estados Unidos que fue haciendo tratados de libre comercio bilaterales y trabajando conspirativamente en las economías de esos países que derrotaron al ALCA para recuperarlos. Pero en términos políticos o geopolíticos hay buena parte de responsabilidad de estos gobiernos que no hicieron la tarea tras la derrota del ALCA. Aunque la iniciaron creando UNASUR, ALBA, Petrocaribe, Banco del Sur, pero lo dejaron todo a la mitad al no blindar geopolíticamente a esos cinco países en plataformas productivas económicas integradas y plataformas políticas.

¿Por qué decís no hicieron la tarea?

Porque no la comprenden, porque esa tarea implica enfrentar a Estados Unidos. A EE.UU. lo quieren enfrentar solamente Bolivia, Venezuela y Ecuador, además de Cuba. Enfrentar no es la guerra, es desafiar. Brasil, Argentina, Uruguay no tienen eso en su cabeza, solo piensan en hacerse respetar y negociar. Eso no está mal pero no es suficiente para un imperio. A un imperio, lo arrodillas, lo obligas a que te respete o no te va a respetar. ¿Una prueba? Griesa. Todo lo que hizo Kirchner para reducir la deuda y resulta que Griesa viene y te liquida el país, la capacidad de deuda. Confiar en el enemigo es una torpe ilusión. Y esos tres gobiernos se guiaron por eso, creían que le iban a abrir el mercado, créditos, etc. Eso se lo van a hacer a Macri, no a Cristina que vivía enfrentando algunas cosas. Hay dos pruebas lapidarias: el Banco del Sur, tiene siete años creado con edificio en la city porteña y no abre las puertas; el Consejo Presidencial de Alto nivel Binacional, organismo que creó Chávez para asociarse y tomar decisiones de políticas públicas, se hizo con Brasil, Argentina, Ecuador, Bolivia y Cuba. Solo queda el Consejo con Cuba, los suspendieron todos en el año 2012, porque Chávez se enfermó. Es política pública de Estado, no de Chávez. ¿Has escuchado a Cristina Fernández de Kirchner defendiendo a Venezuela por lo que dice Macri?, ¿Escuchaste a Scioli? Se callaron la boca. Scioli dijo en campaña que se iba a reunir con los gobiernos progresistas de América Latina y no nombró a Maduro. Esa es una actitud de gobierno. Entonces, esos gobiernos se fueron dañando a sí mismos. No hay una sola reunión de presidentes de gobiernos progresistas después de que murió Chávez: Cristina creyó que ella sola podía porque su 54% era un caballo blanco, Maduro creía que por la sombra de Chávez y el pajarito bastaba para gobernar, Lula suponía que porque es el gran Lula, jefe de la séptima economía del mundo, Dilma iba a gobernar con el peso del PT. Hay 27 dirigentes del PT presos por corrupción, Dilma con el 9 por ciento de imagen positiva y el gobierno pendiendo de un hilo porque tiene juicio político. Yo no me alegro de eso, pero así les va. Es el costo de no comprender la tarea histórica que tenían hace diez años, en su mejor momento que fue la derrota del ALCA. Entonces hay razones imperialistas de los malos, razones internas de la geopolítica y las materias primas, razones de los enemigos internos en cada país. El problema es que no entendieron la tarea.