Un año sin Ramona y la Villa 31 sigue sin agua potable

Un año sin Ramona y la Villa 31 sigue sin agua potable

A un año del fallecimiento de Ramona Medina, referente popular de La Poderosa en la Villa 31, la desidia de las políticas públicas en CABA mantienen como una postal las mismas problemáticas por las que ella “gritó y zapateó” hasta el último día.

“Esta sociedad, políticamente hablando, pretende que uno sea más débil de lo que ya es”, aseguraba en un video Ramona Medina, referente popular de La Poderosa en la Villa 31, y continuaba: “Yo no estoy pidiendo más de lo que corresponde. A veces no me gusta ponerme mal, gritar o zapatear por un derecho pero siento que no está de más hacerlo cuando el derecho lo requiere”.

Un año atrás, tras exigir durante 12 días -o más bien durante años- el acceso al agua en el barrio y en su casa, la referente popular perdió la batalla contra el covid 19 y, fundamentalmente, contra la desidia. Mujer de autóctona sabiduría y arraigadas convicciones, a pesar de que poco y nada ha cambiado, sus luchas siguen resonando en las gargantas de los que hoy continúan peleando.

En una de las callecitas de la villa, el rostro de “Ramo” aparece imponente sobre un paredón recientemente pintado, a metros de donde supo estar su casa, pero donde ahora sólo queda un cúmulo de escombros. Y como su casa, cientos de hogares más, que tras la relocalización fueron tirados abajo y cuyos restos el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires dejó a la buena voluntad de quien lo quiera juntar.

“La verdad, mucha urbanización no hay. La manzana donde vivía Ramona está totalmente llena de escombros, destruida, con ratas, llenas de cosas y basura. Eso hace que se estanque mucho el agua cuando llueve”, relató Pamela Andrade, referente en La Casa de las Mujeres y las Disidencias ‘Ramona Medina’, espacio en el que Medina atendía una posta de salud. “En esa manzana siguen viviendo familias que tienen que convivir con la preocupación por no contagiarse del covid ni de ninguna otra enfermedad ocasionada por esas condiciones”, añadió la joven referente.

«La manzana donde vivía Ramona está totalmente llena de escombros, con ratas y basura», dice Andrade.

Así como la pintoresca fachada de la Villa 31 intenta maquillar, para turistas y recién llegados, la miseria planificada que hay detrás, el marketing que infla a un proyecto de urbanización irrisorio, oculta las condiciones en que quedaron quienes ahí aún residen. “Todavía el Gobierno no se ocupó de limpiar todo ese sector que derrumbaron. Alrededor hay muchos chicos, mucha gente mayor y esto, en pandemia y con el dengue, es un problema que perjudica la salud. Necesitamos que eso se limpie”, manifestó Alicia Casimiro, referente del comedor ‘Gustavo Cortiñas’, del cual era parte Medina.

Un vasito de agua, por favor

“El agua es indispensable para cualquier la familia y muy claro lo dejó Ramona que vivió 12 días sin ella y por eso falleció, porque el gobierno y los representantes que tendrían que haberla  garantizado en plena pandemia no lo hicieron”, narró Andrade y, con mezcla de enojo y desazón, añadió: “Ramona murió luchando para que le devuelvan el agua, para poder mudarse a una vivienda digna, y no lo logró. Sus hijas sí, ya que mientras ella estaba por morir estaban mudando a su familia. Tuvieron que esperar a que ella esté intubada para que hicieran algo”. 

Sin embargo, emparchar no es lo mismo que arreglar: actualmente, el barrio continúa con irregularidades y sin agua potable, entre otras tantísimas problemáticas por la inaccesibilidad a los servicios básicos. “A veces simplemente querés sacar un vaso de agua para tomar, en cualquier parte de Buenos Aires se puede hacer, pero en la Villa 31 y en el resto de las villas de Capital, no”, aseguró la joven referente.

“Todavía el Gobierno no se ocupó de limpiar todo ese sector que derrumbaron para la relocalización», dice Casimiro.

“Si querés comer, bañarte, desinfectar tu hogar, ¿cómo lo haces si no tenes agua? La verdad que da bronca e impotencia, te sentís abandonada por el Estado, haces reclamos para que vengan a arreglar la luz, el agua, a ver las cloacas y no hay respuestas”, manifestó Casimiro y Andrade agregó: “La única respuesta es que sigamos esperando. ¿Tenemos que esperar a que se nos vaya el agua 15 días de nuevo y que fallezcan más compañeros y compañeras para que al fin nos pongan agua potable? No queremos ver más compañeros muertos exigiendo un derecho. No exigimos muchas cosas, exigimos agua, agua potable”.

Cuidar a quienes cuidan

Ramona Medina formaba parte del comedor ‘Gustavo Cortiñas’, del cual Casimiro es actualmente referente. “Estos espacios son necesarios porque como vecinas nos organizamos para ayudar a quienes necesitan llevar un plato de comida a sus casas, a quienes necesitan tener un apoyo”, afirmó Casimiro.

En los años previos a la pandemia, en el comedor se repartían aproximadamente 130 raciones, número que se triplicó a partir de 2020. A pesar de la incertidumbre de cada día de si alcanzarán los insumos para todas las personas que concurren, el espacio mantuvo sus puertas siempre abiertas. “Fue un año muy difícil, de mucho miedo. Trabajamos de lunes a lunes y muchas horas de más”, comentó la referente y añadió: “Se nos reconocieron 100 raciones más desde el gobierno, que es un logro, pero falta que nos reconozcan las vacunas para nosotras que somos esenciales, que estamos todos los días expuestas al virus para garantizar la comida a los vecinos que lo necesitan”.

En el comedor Gustavo Cortiñas, los comensales pasaron de 100 a 300 durante la pandemia.

Durante todo el 2020, sin salarios ni descanso, las cocineras comunitarias -como así también las promotoras de salud, de género y tantas más- son las que sostuvieron a barrios, descaradamente empobrecidos, como la Villa 31. La situación de vulnerabilidad que visibilizó la muerte de Ramona Medina es la misma en que se encuentran tantas otras trabajadoras comunitarias en la Ciudad de Buenos Aires, ya que pese a ser las primeras en salir a cuidar, son sin embargo las últimas en las filas del Estado. 

“Nosotras garantizamos un montón de cosas que el gobierno no hace y tejemos redes entre las vecinas para que entre todas podamos seguir adelante”, sostuvo Andrade. Si bien esas redes comunitarias atinan a tambalear cuando uno de sus pilares se cae, más temprano que tarde, recobran la fuerza entre todos tejida y redoblan las ilusiones de un mundo mejor. Recordando a su compañera “Ramo”, Casimiro concluyó: “Era una gran mujer y una referente para mí. Acá la recordamos con mucho amor, mucho cariño y mucha lucha”. 

“Yo creo que no tenés mucho tiempo para soñar, porque todos los días hay un sueño diferente”, decía Ramona Medina en el mismo video grabado desde La Garganta Poderosa. En el primer aniversario de su fallecimiento, sus vecinos y compañeros seguirán exigiendo, gritando y zapateando para que todo sea un poco más parecido a lo que Ramona, cada día, hubiera soñado. Porque el derecho, sea el que fuere, sí que lo requiere.

La movida solidaria de Fotógrafes x los barrios

La movida solidaria de Fotógrafes x los barrios

Aparición de la nieta 126, Adriana Garnier Ortolani. Foto de Daniela Morán en una cobertura para ANCCOM.

Fotografes x los barrios es una iniciativa lanzada por un grupo de profesionales que venden algunas de sus fotografías para donar lo recaudado a los barrios populares del país a través de la organización La Poderosa. En un contexto en el que el mundo entero se ve afectado sanitaria y -en igual medida- económicamente, más de un centenar de reporteros y retratistas se organizaron para aportar, desde su lugar, con el trabajo de emergencia que se está realizando en los barrios más vulnerables.

La pandemia provocada por el Covid 19 ha obligado a la sociedad toda a tomar estrictas medidas para prevenir y evitar el contagio y propagación del virus; el aislamiento social y la constante higiene de manos y superficies son las medidas más importantes. Pero ¿cómo se hace para respetar el aislamiento cuando se comparte un baño con cinco, nueve o doce personas más? ¿Cómo se hace para mantener la higiene en barrios que no tienen acceso al agua potable?

Florencia Guzzetti, fotógrafa y una de las organizadoras de Fotografes x los barrios, en diálogo con ANCCOM contó que el proyecto surgió “a partir de pensar qué podíamos hacer como reporteros gráficos para poder ayudar a los barrios”, aquellos que tantas veces visitan para documentar una historia de vida o mostrar su realidad a tantos argentinos. Una vez lanzada la convocatoria, una gran cantidad de profesionales se sumaron a donar sus fotografías. Entre ellos se encuentran artistas de altísimo reconocimiento como Eduardo Longoni, Adriana Lestido, Carlos Bosch, Giancarlo Ceraudo, Nora Lozano, Pablo Piovano; y también fotógrafos que hicieron su experiencia en esta agencia, como Romina Morua, Daniela Morán y Néstor Beremblum, y sus dos editores, Victoria Gesualdi y Leandro Teysseire. Las producciones estarán disponibles durante diez días a partir del miércoles 6 de mayo, y la compra puede realizarse a través de la cuenta de Instagram y en la Fan Page de Facebook.

24 de Marzo de 2015. Foto de Romina Morua realizada para ANCCOM.

“Días atrás, un texto publicado por Nacho Levy, referente de la organización social La Poderosa, nos dejó algunas pistas y muchas certezas –relatan en una carta conjunta los fotógrafos-. Levy detalla con precisión la frágil situación de la parte más dolorosa del país”. Hace días que, desde La Garganta Poderosa, vecinos y vecinas de las distintas barriadas de la Capital Federal vienen denunciando la situación en la que se hallan: al hacinamiento infrahumano, la falta de acceso a servicios básicos, el empobrecimiento cada vez más estremecedor de las economías familiares y la ausencia estatal se le suma, en una carrera de injusticias, el peligro inminente que el coronavirus y el dengue suponen.

Como si esto fuera poco, desde hace diez días los vecinos de la Villa 31 no tienen acceso al agua en sus casas, lo cual los sitúa en un panorama catastrófico. Las tardías respuestas y la inacción durante este lapso por parte de los funcionarios responsables dejaron como saldo un aumento exponencial de la curva de contagios en “la villa más emblemática de la ciudad más rica del país”, como bien define el referente de La Poderosa. De tan sólo tres casos confirmados de coronavirus, a partir del corte de agua el número se elevó a 198 positivos y una vecina de 84 años fallecida. Mientras tanto, el Gobierno de la Ciudad responsabiliza a las autoridades de AySA y éstas últimas alegan que el encargado de garantizar el servicio en el barrio es el gobierno porteño.

Y no son los únicos: en la Villa 1-11-14, donde ya se contabilizan 69 contagiados y cinco fallecidos, la situación es igual de crítica. Además, el domingo por la tarde las estadísticas oficiales informaron que hay casos en Ciudad Oculta, Villa 20, Rodrigo Bueno, Barrio Mitre, Barrio Ramón Carrillo, Villa 21-24, Fátima, Piletones y en “barrios populares sin precisar”.

Fotografía de Lilian Andrade, de La Garganta Poderosa

Pero esta realidad no aparece en las grandes pantallas ni los principales portales web. O por lo menos no aparece hasta que no lo pueden tapar más, hasta que la situación colapsa. En este sentido, Fotografes x los barrios también “ayuda a mostrar lo importante que es el rol del fotoperiodismo y del fotógrafo para documentar la historia de un país, de un momento, de un barrio, de una situación”, según comentó Guzzetti. Además, agregó que invitaron a participar a los fotógrafos de La Poderosa, que son justamente, dijo, “los que pasan el tiempo y viven en los barrios. Ellos pueden aportar un montón con su mirada que es la que se logra al caminar y vivir los barrios todos los días”.

A partir de que se sumaron un montón de profesionales a la iniciativa, Guzzetti comentó que la intención es “poder continuar con una segunda tanda de fotos de otros autores y seguir avanzando en esto no sólo a través de la venta de fotografías sino también pensando y articulando cuestiones culturales, talleres o alguna otra propuesta que se pueda hacer en los barrios, siempre con el fin social, de intercambio y para poder trazar esos puentes que se trazan cuando uno va al barrio a hacer una historia o sacar una foto”.

Todo el dinero recaudado a partir de esta iniciativa será donado a La Poderosa, quien estará encargada de distribuirla en los lugares donde más urgencia haya. En la página web de Fotografes x los barrios los organizadores afirman que optaron por La Poderosa “porque confiamos en su accionar colectivo, y en su capacidad de llegar a lugares donde otrxs no llegan”.

Con este motivo más de 100 fotógrafos donaron sus producciones, que incluyen desde retratos a paisajes y rincones de cualquier parte del mundo, pasando por marchas y manifestaciones históricas, el carnaval en el norte argentino y jugadas memorables del fútbol nacional. De tan enriquecida compilación, la fotografía ofrecida por Florencia Guzzetti no parece haber sido elegida al azar: se trata de Norita Cortiñas en el interior la mina de Río Turbio, a siete kilómetros de profundidad.

“Es una foto muy importante, muy significativa en mi carrera profesional –dice Guzzetti-. Para mí Nora es todo: es fuerza, es lucha, es coraje. Es ese abrazo que todos queremos tener y que todos necesitamos ahora más que nunca que no nos podemos abrazar”. Y el abrazo de la Madre de todas las batallas llegó, en medio de un contexto extremadamente crítico en los barrios populares de la Argentina, a través de la publicación de la denuncia “del crimen en la villa” frente a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, redactada en conjunto con Adolfo Pérez Esquivel y decenas de artistas, organizaciones de Derechos Humanos, medios de comunicación, personajes públicos, etcétera. “Nora es esa llama que siempre se mantiene prendida y que nos guía cuando no sabemos para dónde ir”, concluyó Guzzetti.

“A veces la Academia también necesita que la ayuden a deconstruirse”

“A veces la Academia también necesita que la ayuden a deconstruirse”

Si hay un rasgo que caracteriza al referente de la revista La garganta poderosa y militante de la organización La Poderosa, Nacho Levy, es su afán por ser un orador vivaz e interpelador. Y son esos mismos rasgos, los que se vieron ayer en el Club Ferrocarril Oeste frente a cientos de personas, al momento de encabezar la charla titulada “Derecho a la información, medios de comunicación y democracia”, en el Primer Foro Mundial de Pensamiento Crítico organizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).

Levy participó de la charla junto a Felipe Silva, integrante de Mídia Ninja, una organización brasileña de periodistas, una red de comunicación libre y popular. En principio, el encuentro tenía como invitados al periodista y fundador de Le monde diplomatique, Ignacio Ramonet, y a la directora del canal de televisión Telesur, Patricia Villegas. Sin embargo, Ramonet, finalmente no asistió al foro a causa de haber perdido el vuelo en avión para llegar al país –personalidad a la que, de todas formas, Levy le dedicó unas palabras de aprecio al recordar su libro sobre la biografía de Fidel Castro.

Pero más allá de los infortunios, a Levy le bastó con menos de veinte minutos para dejar en claro para qué estaba presente en CLACSO, y soslayar así las irregularidades que acontecieron a la charla. “Para nosotros hablar de comunicación no es hablar de periodistas –afirmó-, hablar de comunicación es hablar, y el periodismo no se dice, se hace. Por eso este espacio lo aprovechamos para contar qué nos está pasando”.

Nacho Levy, referente de la revista La Garganta Poderosa habla en el Foro de CLACSO

«Si vos le tenés miedo al pueblo, no podés ser periodista», dijo Nacho Levy.

El discurso de Levy comprendió aspectos que rondaron fuertemente la crítica a la manipulación mediática sobre la imagen de los pobres, y su construcción de trasfondo. Pero además habló de una contraposición entre “sentimientos de pertenencia”, y una oposición crítica frente a la ideología derechista y su relación con los medios de comunicación hegemónicos. Rescató fervientemente rasgos auténticos del discurso de la comunicación popular, desde su posición como editor de La garganta poderosa: “Si vos, en tu legítimo derecho individual, le tenés miedo a la sangre, no podés ser cirujano. Y si vos le tenés miedo al pueblo, no podés ser periodista”, sostuvo Levy en la mitad de su oratoria.

El encuentro con Levy y Silva fue de gran asistencia, ya que se agendó en medio de una entrevista previa a la expresidenta de Brasil, Dilma Rousseff y a la presentación de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, por la cual se esperaba una masiva convocatoria. Debido a esa razón, académicos y políticos estuvieron presentes en el recinto a la espera de CFK.

En diálogo con ANCCOM, el diputado nacional del Frente Para la Victoria, Agustín Rossi, quien presenció el encuentro Derecho a la información, medios de comunicación y democracia, valoró “la importante interpelación del lugar desde el cual se quiere comunicar”, haciendo mención a los dichos de Levy. “Es importante escuchar a quienes están autorizados para hablar sobre la pobreza -agregó Rossi-, ya que sus mecanismos y plataformas de comunicación conviven con eso”.

«Basta de que nos quieran explicar el mundo desde adentro de un hotel, o desde adentro de un avión: hay que romper el aislamiento, porque el terror se basa en la incomunicación”, dijo Nacho Levy.

No obstante, la charla sostenida casi en su totalidad por el propio Levy, logró ser constructiva, pertinente, crítica, y concisa, en virtud de argumentos. En ese sentido resaltó la importancia que la comunicación popular comparta un escenario disruptivo con los academicistas en CLACSO. En esa línea, sostuvo Levy: “No nos trajeron para lucirse, nos trajeron a un foro de pensamiento crítico, y a veces la academia también necesita que la ayuden a deconstruirse. Entonces nosotros venimos por ese camino”.

Como cierre, Levy resaltó el valor de poder entender desde una posición disidente y de tener un pensamiento crítico, y enfocó en la construcción desacertada que se manifiesta en los medios de comunicación al referirse a los pobres: “Pobres sí faltan, en la política y en estos paneles. Basta de mirar por TV a quienes solo conocen la pobreza por TV; basta de leer en los libros a los que sólo conocen a la pobreza en los libros; y basta de que nos quieran explicar el mundo desde adentro de un hotel, o desde adentro de un avión: hay que romper el aislamiento, porque el terror se basa en la incomunicación”.

Gritar para salvarse

Gritar para salvarse

“En nuestros barrios hay zonas liberadas de políticas estatales, zonas liberadas de medios masivos de comunicación. Esto se padece hace mucho tiempo y genera que las fuerzas de seguridad puedan hacer lo que quieran pensando que no van a tener ningún costo”. La organización La Garganta Poderosa formula el diagnóstico en la voz de unos de sus integrantes. El colectivo sufrió en carne propia esas ausencias: primero con la represión y torturas a dos adolescentes y luego con las amenazas de efectivos de la Prefectura por haber difundido el caso en una señal televisiva de noticias.

El reflejo de defensa se tradujo también en un acto masivo en la esquina de Osvaldo Cruz e Iguazú. “Vinieron casi todos y eso es imprescindible para que la frase `Ni un pibe menos´ no sea un frase hecha, sino que realmente se pueda hacer realidad”, afirma La Garganta Poderosa en diálogo con ANCCOM. Y advierte: “Sabemos que varios medios masivos desinforman más de lo que informan”. El portavoz de las declaraciones resguarda su nombre. Cumple con el protocolo de la organización y habla por todos sus miembros.

Ignacio Levy, referente de La Poderosa.

Ignacio Levy, referente de La Poderosa.

Los hechos

Los jóvenes Iván Navarro y Ezequiel Villanueva Moya de 18 y 15 años, respectivamente, fueron reprimidos y torturados por la Prefectura a orillas del Riachuelo. Días más tarde, el mayor de ellos dio su testimonio en el canal C5N. De vuelta en el barrio, vio a un uniformado amenazando a un adolescente. “Van a cobrar todos por habernos escrachado en los medios», vociferaba el prefecto. Iván volvió a correr y gritar por su vida.

Hoy, Iván e Ezequiel están bien. Después de un extenso silencio del Ministerio de Seguridad que encabeza Patricia Bullrich, los prefectos involucrados en el caso fueron separados de sus cargos. Hoy los investiga la Justicia.

Sin embargo, las familias del barrio 21-24 siguen con miedo. “Los que cuidan el barrio son los mismos que los torturaron hace unas semanas”, advierte La Garganta.

Iván con Nora Cortiñas.

Iván con Nora Cortiñas.

Miedo y control

Las villas sufren la estigmatización de ser consideradas nichos donde se concentran los grandes males de la sociedad. El miedo y los medios masivos de comunicación son piezas clave para construir esa secuencia.  En La Poderosa advierten que existe “una cierta luz verde por parte del poder policial para realizar este tipo de atropellos”. La represión policial no empezó el 10 de diciembre con el inicio de la gestión de Cambiemos, aunque los casos de violencia institucional se multiplicaron en los últimos meses. “Desde la vuelta a la democracia, son escalofriantes las cifras de las torturas, los casos de gatillo fácil, las desapariciones y las muertes”, advierte la organización.

Por una necesidad del barrio, La Garganta Poderosa creó “un dispositivo cooperativo que es el control popular a las fuerzas de seguridad”. Y argumenta:“Ningún gobierno supo, quiso o pudo controlar a sus fuerzas. Mientras exigimos que el Estado lo haga, buscamos una alternativa para salvar la vida de todos los pibes y los vecinos”.

El colectivo recuerda la implementación -durante la gestión en Seguridad de Nilda Garré-  del denominado Cordón Sur en las villas de Buenos Aires y el enroque de la Policía Federal por la Prefectura y la Gendarmería. “El primer mes los vecinos estaban contentos porque se iban los vicios de una fuerza retrógrada que tenía un montón de negociados en los barrios y llegaban dos fuerzas nuevas. Después de unas semanas, tomaron los mismos vicios”, agregan desde La Poderosa.

La organización reivindica el apoyo público de diferentes sectores y personalidades a las denuncias. Las advertencias del Indio Solari tuvieron especial repercusión. “Fue  muy importante porque él sabe que su voz mueve. No habla mucho, pero cuando lo hace genera una masividad en su mensaje. Nos llamó el día anterior a la conferencia y nos dijo: ´Si mañana no va toda la gente que ustedes esperan digan que es una vergüenza´. Él no habla mucho porque sabe cómo juegan muchos medios de comunicación, pero cuando habla, grita”, explica el colectivo.

Acto en repudio a las prácticas abusivas que sufrieron Ezequiel e Iván  por parte de las fuerzas de seguridad.

Acto en repudio a las prácticas abusivas que sufrieron Ezequiel e Iván por parte de las fuerzas de seguridad.

La represión los volvió a golpear en el Encuentro Nacional de Mujeres de Rosario…

Por decisión del frente de género de La Poderosa las compañeras no iban a llegar a la Catedral. De hecho, unas cuadras antes doblaron para resguardarse por si llegaba a suceder algo como lo que sucedió en Mar del Plata el año pasado. Y sí, una de las balas de goma que iba dirigida a los fotógrafos impactó en la frente de Johanna Coronel, una de las comunicadoras de La Garganta del barrio El Carrillo en Villa Soldati.

 

Actualizado 13/10/2016

Fútbol Poderoso

Fútbol Poderoso

Son las 9 de la mañana de un frío sábado de julio. En la esquina de Mariano Acosta y Ana María Janer, en Villa Soldati, unos 30 chicos del barrio Fátima esperan ansiosos para subir al micro escolar de Alfredo. La escena se repite en otros barrios del sur de la Ciudad de Buenos Aires. Todos tienen el mismo destino: el Centro Recreativo del partido bonaerense de Ezeiza donde cerca de 150 niños y jóvenes de entre 8 y 20 años disputarán una jornada de fútbol popular, un fútbol diferente, sin árbitros y con reglas colectivas propias.“La única regla es la regla de no imponer”, explica Darío, militante de la agrupación La Poderosa, el espacio que coordina equipos y partidos desde hace una década.

Al predio de Ezeiza llegan micros desde las Villa 21 y 31 y de los barrios Zavaleta, Rodrigo Bueno y Fátima. Además del campeonato de fútbol, la jornada convoca con talleres de recreación, violencia institucional y comunicación, fotografía y género. “Acá venimos a jugar con los barrios. Todos somos un mismo barrio, estamos todos en la misma, construyendo juntos. Así que, a la hora de jugar, acordémonos que lo hacemos todos juntos y no hay contrincantes”, arranca uno de los coordinadores. Y completa con datos de la historia. Recuerda que la primera vez que se reunieron en ese lugar, que está frente a un predio de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) y es cedido por el Ministerio de Desarrollo Social para realizar las  actividades, muchos de ellos ni habían nacido. “Eso es para que vean desde hace cuánto tiempo que estamos trabajando para poder lograr esto, la unión de todos los barrios”, concluye.

La Poderosa organiza el Torneo de Fútbol Popular en Ezeiza.

La Poderosa organiza el Torneo de Fútbol Popular en Ezeiza.

Todos se dispersan. Las cinco canchitas se llenan de chicos y chicas entusiasmados por patear una pelota, distribuidos por edades según las categorías: infantiles entre 8 y 9 años; cadetes de 10, 11 y 12; juveniles entre 13 y 15; y mayores de 16 para arriba, porque en este deporte no hay límite de edad para jugar.

Las diferencias con el fútbol tradicional quedan rápidamente expuestas. Los partidos son mixtos y son los chicos, antes de comenzar el partido y en una ronda, quienes deciden las reglas. Un moderador pregunta: “¿Cómo se hace el lateral?, ¿se puede barrer?, ¿vale el gol desde cualquier lado?”. Y los chicos van contestando hasta ponerse de acuerdo. Además, si surge alguna pelea o alguien discrimina, todos aceptan que deberá salir unos minutos o dar dos vueltas a la cancha. Los militantes –todos tienen al anonimato como una de las bases de la agrupación- elogian los resultados de una dinámica en la que nadie baja las reglas desde arriba y que permite a los chicos decidir lo que está bien y lo que no y, además, los entrena en el ejercicio de hacer cumplir lo que decidieron en conjunto.

La idea inicial, el puntapié, fue de dos periodistas de Zavaleta. Fue allá por 2001, en pleno preámbulo de la crisis y el estallido social de diciembre. Eran los días en los que se difundía la idea de que esa villa era la más peligrosa del país. “Empezaron con esto y se dieron cuenta que la pelota convocaba muchos pibes y que, a partir del fútbol, se podían tocar otros temas, que era como el enganche perfecto para unir a la comunidad”, subraya Darío. Y no duda en rescatar a la actividad como la piedra basal de la organización. “Al tiempo de enseñar este fútbol, se dieron cuenta de que el mismo pibe que iba a jugar después volvía a la casa y su vida seguía igual, eran dos horitas en las que podía divertirse, pero la vida no le cambiaba. A partir de eso se empezó a crear la organización y el fútbol popular se transformó en la base, en el espacio más convocante, donde participan más pibes y más vecinos”, argumenta.

En el torne, los partidos son mixtos y son los chicos, antes de comenzar el partido y en una ronda, quienes deciden las reglas.

En el torneo, los partidos son mixtos y son los chicos, antes de comenzar el partido y en una ronda, quienes deciden las reglas.

Mientras transcurren los partidos, unos de 30 minutos, otros de tan sólo 10, según las categorías, algunos padres que acompañan a sus hijos a la jornada observan atentamente el juego. Miguel es papá de Luciano y vecino de la Villa 31 desde hace 35 años. “Lo bueno del fútbol es que los integra y los aleja de las drogas. En el barrio, la droga ha avanzado muchísimo en todo este tiempo que he vivido ahí. Yo si quiero la puedo conseguir más rápido que un cigarrillo”, asegura. “Lo lindo que tiene el fútbol -completa- es que en cualquier ámbito derriba las clases sociales, justo en el barrio no porque somos todos iguales”.

Los chicos siguen los partidos. Todo es atención a los códigos propios. “Entrenamos los jueves y los sábados. Nos dan la pelota y nosotros jugamos. En los entrenamientos hablamos de esto de charlar las reglas. El fútbol popular puede ser para ´quilombo´. Las reglas del fútbol son las reglas del fútbol…”, reflexiona David, del barrio Fátima, en un breve alto.

El discurso se refuerza en el campo de juego. Hay discusiones, como en cualquier partido. En la categoría infantiles, el coordinador frena el partido cada vez que escucha una queja: charlan los rivales, intentan la solución. La pelea entre dos chicos los saca de la cancha. Dos minutos afuera e intercambio, confrontación de argumentos en la ronda final.

La revista La Garganta Poderosa, que es sólo una de las cooperativas de la agrupación y surgió hace cinco años, también tiene un fuerte anclaje en el fútbol ya que varias de sus tapas fueron protagonizadas por conocidos futbolistas, desde Diego Maradona y Lionel Messi, hasta Juan Román Riquelme y Sergio Agüero. “No queremos dejar que los medios estigmaticen mucho más a la figura del villero”, explican.

Comienza a caer la tarde. Alfredo vuelve con su micro a buscar a los chicos de Fátima que, como el resto, llenan los asientos de los colectivos para volver nuevamente a sus barrios, después de haber jugado, de haber armado varias rondas para decidir reglas y hacerlas cumplir, después de haber aprendido que se puede jugar un fútbol diferente al convencional, en el que sólo hay una norma, la del no imponer.

Actualización 12/08/2015