Santo y seña para un fuerte reclamo

Santo y seña para un fuerte reclamo

La impactante cifra de medio millón de personas marchó bajo la consigna «Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo». Muchos lo hicieron desde Liniers a Plaza de Mayo y otros se sumaron directamente en la 9 de Julio. La unidad de los movimientos sociales se expresó en San Cayetano.

Gorras, camperas y el vapor de mates calientes cubrieron las caras dormidas de los compañeros que esperaban en avenida Rivadavia y Cuzco desde las ocho de la mañana. En la mañana fría de Buenos Aires el encuentro y los abrazos acompañaron al sonido de los redoblantes ya ansiosos de movimiento. 

Este año, bajo la consigna “Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo”,  los movimientos sociales conocidos como “Los Cayetanos”  convocaron una vez más a movilizar el 7 de agosto, día de San Cayetano, patrono del trabajo.

Entre el manto de banderas que ya desde temprano comenzaban a cubrir la avenida, la bandera grande de la UTEP se impuso al frente y al centro mostrando en letras grandes la “Unión de los trabajadores y trabajadoras de la economía popular”. Las banderas de las organizaciones sociales Corriente Clasista y Combativa (CCC), Somos Barrios de Pie, el Frente Popular Darío Santillán, el Movimiento Evita, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y de la Vía Campesina, entre otras, ya teñían la calle de colores.

Algunos arrancaron a caminar desde Luján el martes, otros en las asambleas populares del sábado, también estaban los que se sumaron en Liniers, el domingo a las ocho y en avenida de Mayo y 9 de Julio ya los últimos esperaban desde temprano la llegada de sus compañeros para realizar el acto central. 

“El 7 de agosto, día de San Cayetano, es una fecha que nos abraza a todos y todas quienes formamos parte de la UTEP, pero también es la fecha en donde pudimos construir nuestro sindicato. Nosotros arrancamos siendo el triunvirato, después el cuarteto y bueno, así se conformó la UTEP. Gracias a esta fecha que nos abrazaba de manera conjunta. Este es ya el séptimo año en que nos movilizamos”, dijo Dina Sánchez, secretaria general de la UTEP.

Cruzando las vías sobre Cuzco, dejando atrás a las pecheras de colores y los redoblantes, el santuario de San Cayetano tenía una cuadra de fila para ingresar. A un costado, una línea de carpas blancas donde vendían chapitas, colgantes, cuadros y estatuas del santo. “Se vende mucho hoy”, dijo María mientras le entregaba un collar rojo a una pareja que quería un recuerdo de la fecha. 

“Hay espigas, espigas, espigas ¿Qué va a llevar mi príncipe?”, se escuchó de fondo.

El olor a sahumerio y palo santo inundaba la cuadra. “Dos por cien las espigas”, grita un señor. El santuario decorado de blanco y amarillo convocaba a un centenar de fieles que esperaban ser bendecidos con “pan y trabajo”, como decia el pasacalles ubicado frente al mismo. 

 De vuelta en la avenida Rivadavía, se escuchó gritar “agarremos al medio”, mientras un grupo se acomodaba al centro de la columna que ya ocupaba tres cuadras. 

 “Frente a la agenda del sector concentrado que continúa pujando por sus intereses particulares en detrimento de las mayorías, especulando y remarcando sin resignar nada; nosotros y nosotras estamos en la calle para imponer nuestra agenda, que puja por los intereses y las necesidades de los y las de abajo. En un contexto de persecución a las organizaciones, seguimos fortaleciendo la unidad, profundizando la organización y peleando por Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo”, decía el comunicado de la UTEP.

 “¡Qué onda Tano!”, gritó uno a su compañero, que con una sonrisa se acercó a abrazarlo mientras le daba pequeños golpes sobre la campera con la frase “Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores”.

 Las espigas se colaron entre mochilas, dedos y abrazos, con la intención de bendecir a los portadores. Previo a salir se escucha la bendición del cura que cierra con “buena marcha hermanos”. 

 “Acá tenés a los peregrinos de Francisco, a los movimientos sociales, a los samaritanos y a samaritanas ¡Arrancamos compañeros!”, gritaron desde el parlante al mismo tiempo que los pies se ponían en marcha para comenzar la caminata.

Primero avanzó la Virgen sujetada por Juan Grabois y rodeada de dirigentes y creyentes. Unos pasos más atrás, la seguía una fiesta de tambores y banderas, acompañada por la militancia. 

Del altavoz de la camioneta que lideraba la marcha sonaba un chamamé. Los “Misioneros de Francisco” acompañaron a la Virgen con su barredora celeste y blanca desde Luján. Frenando cuando se necesitaba para esperar a las organizaciones sociales que seguían atrás, religiosos y militantes avanzaron por avenida Rivadavia. 

Adelante, aparecieron las banderas de los santos populares: Evita, Maradona, Néstor y Cayetano. En la barredora de “Pan, Paz, Tierra, Techo y Trabajo” comenzaba el agite de trapos y el estruendo de las baquetas golpeando los tambores.

“Venimos con un escenario económico social bastante complejo. Nosotros en la economía popular organizada tenemos mucho trabajo, lo que no tenemos son derechos. Eso es lo que venimos a plantear, la Ley Integral de Tierra, Techo y Trabajo -dijo Dina-. El privilegio de comer no lo tienen todas las personas. Creemos que hay que levantar la voz, porque sino pasa lo que pasó hace un par de semanas. El campo levantó la voz y tuvo rápida respuesta, no fue así con los sectores populares. Hay un sector que la está pasando realmente mal y hay que avanzar con respuestas concretas. En los últimos anuncios lo único que hemos obtenido son respuestas para el mercado y para el campo, pero para las organizaciones la única respuesta que hay es la auditoría”.

“Se instaló la idea de que nuestros compañeros no trabajan y yo los veo laburando todo el día”, dijo Esteban “Gringo” Castro, secretario general de la UTEP, quien inició su caminata desde Luján. “Es momento de que le dejemos un mensaje a esa derecha dura que nos viene persiguiendo. Porque se viene el 2023 y claramente ellos van a querer volver. Nosotros les estamos demostrando que estamos organizados y organizadas”, agregó Dina Sánchez. 

Pasando la autopista, entre risas, se escucharon las voces coordinadas de un grupo de mujeres gritando “Ehhhhh”,en el momento en que se cortó el chamamé y se subió el volumen de una cumbia. “Y cuando no estás / me falta el aire”, sonaba y los cantos de las compañeras acompañaban la letra mientras manos y pies se movían al ritmo de los aplausos. “¡Vamo’!”, grita uno al avanzar. La columna no dejó una cuadra de Rivadavia sin recorrer.

 Mientras tanto en avenida de Mayo y 9 de Julio se escuchaba cantar: “Unidad de los trabajadores / Y al que no le gusta se jode, se jode / Unidad de las trabajadoras / Y al que no le gusta que se joda, que se joda”. Tambores, trompetas y columnas de banderas marcaron la pasarela al escenario y dispersaron detrás suyo a miles de militantes que esperaban la llegada de sus compañeros. Siguiendo por la 9 de Julio un mar celeste, azul y blanco se extendía hasta rodear el Ministerio de Desarrollo. 

 “Compañeros, la columna que viene desde Liniers y desde Luján está llegando a la Plaza Congreso. Ya estamos para recibirlos ¡Vamos compañeros que ya llegan! -gritan desde el escenario-. Hoy salimos para mostrarles que además de trabajar venimos con propuestas concretas”. 

 “Compañeros, recibimos a la columna que está marchando desde las ocho de la mañana por Tierra Techo y Trabajo”, se escuchó desde el escenario mientras miles de suelas gastadas dejaban su huella en la avenida de Mayo y, entre aplausos, las rejas se abrían para dejar pasar a los caminantes. 

 Se esperaba una multitud y una multitud llegó. Cerca de medio millón de personas ocuparon la 9 de Julio. El mar de banderas, devotas del viento, rodearon el escenario y se extendieron por cuadras hasta el Congreso.  

 “Una vez más, los compañeros trabajadores de la economía popular, esos que un puñado de chetos llaman planeros, nos hacemos presentes, como cada 7 de agosto para reclamar por políticas públicas concretas -decía Nicolas Caropresi, referente del MTE, desde el escenario -:Tierra, techo y trabajo. Esas reivindicaciones convertidas en proyectos de ley y hoy movilizadas en la calle a través de las organizaciones sociales que convierten los derechos en una reivindicación política”.. 

El acto comenzó oficialmente con la lectura del documento de la UTEP, que subrayaba que “en estos tiempos donde apremia la pobreza y donde se ha profundizado la persecución judicial contra los movimientos populares, reivindicamos nuestra unidad en la diversidad, en la defensa de los intereses de los de abajo”.

 Desde el escenario los y las referentes de los movimientos populares dieron sus discursos. “Lo que nos falta no es trabajo, son derechos laborales”, dijo Gildo Onorato, dirigente del Movimiento Evita, mientras arrancaba el acto. Por su lado, Juan Carlos Alderete, coordinador nacional de la CCC y diputado por el Partido del Trabajo y el Pueblo en el Frente de Todos, dijo que “esta jornada, como las anteriores, alumbra y nos da fuerza, porque la situación se va agravando para nuestro sector”. “El amor por nuestro pueblo, eso es lo que nos motoriza a salir todos los días a la calle”, subrayó Norma Morales, referenta de Barrios de Pie y secretaria adjunta de la UTEP, entre los aplausos de sus compañeros. 

 El cierre del acto, al terminar el discurso del “Gringo” Castro, cerró con un millón de pies saltando al ritmo de “No lo soñé”, mientras la parrillas seguían levantando su humo y las banderas se agitaban con el viento. 

Una marcha de Liniers a Plaza de Mayo por tierra, techo y trabajo

Una marcha de Liniers a Plaza de Mayo por tierra, techo y trabajo

Este sábado, bajo la agenda de “tierra, techo y trabajo”, se desarrolló una movilización convocada por la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP). Como viene sucediendo desde la primera convocatoria ocurrida en el año 2016, contó con la participación de numerosas agrupaciones sociales, políticas, gremiales y representantes de comedores comunitarios.

A propósito de la coincidencia con la fecha de homenaje a la figura de San Cayetano, patrono del pan y trabajo, y en el contexto de la gravísima crisis económica agudizada por la pandemia, la concentración inició a las 8 de la mañana en la Iglesia de este santo en Liniers, donde se unieron con la peregrinación de los Misioneros de Francisco quienes venían caminando desde el miércoles desde Luján. Luego partieron rumbo a Plaza de Mayo con tres paradas previas en Flores, Once y en la Feria de Plaza Congreso, respectivamente.

En Plaza de Mayo, una multitud de personas de distintas organizaciones político-sociales esperaban a la columna que llegaba de Liniers. Mientras tanto, desde el escenario preparado para el acto central, se incitaba constantemente al uso correcto del barbijo y a mantener la distancia. Una vez arribada esta última columna, y tras entonar las estrofas del Himno Nacional, se dio lectura de un documento en el cual, al tiempo que se habló de las nuevas injusticias sufridas por los sectores populares en el contexto pandémico, se exigió la aprobación de un salario mínimo universal, un abordaje integral de la economía popular, políticas de inclusión para las personas en situación de calle, acceso a créditos no bancarios y cumplimiento de la ley de góndolas, entre otras cuestiones.

Luego fue el turno de los oradores. El primero en hacer uso de la palabra fue Gildo Onorato, secretario general adjunto gremial de la UTEP y miembro del Movimiento Evita, quien celebró el reciente reconocimiento de aquella organización gremial como sindicato y destacó la labor del ministro de Desarrollo Social Daniel Arroyo, aclarando que a pesar de las diferencias siempre escuchó los reclamos de los trabajadores. En este sentido se encargó de brindar su apoyo a la candidatura como diputado nacional de Arroyo, explicando que con él la agenda de los trabajadores populares tendrá su lugar en el Congreso. Al mismo tiempo, expresó su deseo de que las cooperativas tomen preponderancia en la producción, accediendo a nuevos mercados de consumo y adquiriendo reservas con el objeto de reactivar la economía desde abajo, otorgándole protagonismo al polo obrero.

En segundo lugar habló Norma Morales, secretaria general adjunta de Somos Barrios de Pie, quién apuntó contra las acusaciones mediáticas que afirmaban que la marcha era en contra del gobierno actual y un foco para la propagación del virus. Por el contrario, aseguró que los movimientos sociales fueron los primeros en asistir, cuidar y proteger a las personas de los barrios populares de la información falsa. Además, reclamó por el reconocimiento económico a las mujeres que realizan tareas esenciales dentro de los barrios y que están invisibilizadas. Al mismo tiempo, aclaró que la categoría de “planeros” es una falta de respeto, ya que lo que se está pidiendo es el acceso a una vida y salario digno.

Posteriormente tomó la palabra Dina Sánchez, secretaria general adjunta de UTEP e integrante del Frente Popular Darío Santillán, quien en un ferviente discurso celebró el retorno de los militantes a las calles y el valor del nuevo sindicato para todos los trabajadores que hasta el momento estaban excluidos del sistema. Aseguró que la única salida para la situación que atraviesan las economías populares es el trabajo colectivo, y propuso a los actuales candidatos discutir la agenda de tierra, techo y trabajo.

El cierre estuvo a cargo de Esteban Castro, Secretario general de la UTEP y militante del Movimiento Evita. Al igual que el resto de los oradores, destacó la importancia de tener un sindicato, valoró el esfuerzo de las columnas que marcharon desde San Cayetano y le pidió a este santo que bendiga a todos los asistentes. Finalizó su discurso, celebrando la unidad en la lucha por los derechos de los excluidos.

El eje de esta marcha, que se replicó en distintas áreas del país, fue el concepto de trabajo digno para los sectores populares. Los interlocutores coincidieron en manifestarse en contra de la actual concentración y extranjerización de la economía, que –señalan- es totalmente opuesta a la idea de la construcción de una Argentina con menos pobreza. Así y a partir de esta movilización buscan que el presidente Alberto Fernández y sus asesores se hagan eco de estos pedidos, en clave de visibilizar la defensa social y económica de las distintas organizaciones comunitarias.

“Hay que convocar un paro nacional”

“Hay que convocar un paro nacional”

 

¡Tienen la máquina de hacer llover comprada! ¡La tienen comprada!” exclamaba una voz refugiada bajo el techo de una galería sobre Hipólito Yrigoyen y Virrey Cevallos. Las columnas de manifestantes llegaban desde varias avenidas hasta el Congreso conforme avanzaba también la nube oscura que traía la tormenta. No obstante, ni la lluvia ni los fuertes vientos lograron callar los bombos y las trompetas que entonaban al ritmo del que parecería ser el hit de toda convocatoria popular desde hace ya más de un año: MMLPQTP.

 

La marcha encabezada ayer por la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) junto a la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) y la Corriente Clasista y Combativa (CCC), que confluyó con la impulsada por la CGT, se consolidó bajo la consigna “Por la unidad, la producción y el trabajo”. No es casual, sin embargo, el contexto en el que se desarrolló, marcado por el anuncio del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) del incremento del índice de pobreza al 32%, la suspensión de la reunión de los movimientos sociales con Carolina Stanley, ministra de Desarrollo Social de la Nación, la semana pasada y la exigencia de una Ley de Emergencia Alimentaria. Al resoecto, Gildo Onorato, dirigente de la CTEP y Secretario de Políticas Sociales del Movimiento Evita declaró a ANCCOM: “Hay una convocatoria de la CGT por la unidad, por la producción, por el trabajo. Nosotros le agregamos a eso la emergencia alimentaria, para que sea tratada con urgencia, teniendo en cuenta los niveles de pobreza y exclusión que tenemos en Argentina”. Añade luego: “Entendemos que hay que convocar un paro nacional, que hay que construirlo, fortaleciendo los acuerdos, las coincidencias y planteando la agenda de los sectores populares, que la están planteando muy mal”.

“Unidad de los trabajadores” fue el grito favorito de las columnas, que tras dar vueltas a la plaza del Congreso adornadas con pilotos y paraguas, se deslizaron por Avenida de Mayo hasta la 9 de julio, donde viraron para dirigirse hacia el Ministerio de Desarrollo Social, cortando el Metrobus y desviando el tránsito. Entre las seis cuadras de agrupaciones (donde se destacaron también el Movimiento Barrios de Pie, la Asociación de Trabajadores del Estado, el Frente Popular Darío Santillán y el Frente de Organizaciones en lucha) uno de los gremios que marcó mayor presencia fue el de la Educación. Roberto Baradel, Secretario General del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires, describió la situación de los docentes como “compleja” y narró: “Ayer se dio un nuevo accidente en una escuela de Moreno, que lastimó a otros docentes. Hay desidia, abandono y también nos vemos afectados por el salario, por la inflación y por las políticas de ajuste de este gobierno”. Representantes de Conadu sumaron a los reclamos los recortes en el presupuesto universitario y en la investigación y el cierre de numerosos institutos. También se encontraban entre los presentes los docentes agrupados en UTE, FEDUN, FATUN, Suteba, Sadop y APUBA.


El pedido de paro nacional fue unánime, tal como se inscribía en la extensa bandera que se posicionó detrás del escenario anclado en Avenida Belgrano. Pese al rumor de que no habría acto al finalizar la convocatoria, representantes de los principales movimientos hicieron lectura de un documento donde se insistió en la unidad y el fortalecimiento del diálogo entre los trabajadores y las trabajadoras de la Argentina y se expuso la preocupación por el cierre de fábricas y comercios frente a la apertura indiscriminada de las importaciones y el crecimiento del desempleo. También se mencionó la decadencia de las cooperativas de trabajo y de la economía popular, el aumento del costo de vida, el fomento de monopolios en la producción de alimentos y el cierre y desfinanciamiento de comedores escolares. “Paro, paro, paro, paro nacional” continuaba el grito de los manifestantes previo a entonar las estrofas del Himno Nacional Argentino y dar por finalizado el acto. Por último, se anticipó una próxima jornada de lucha para el jueves 11 de abril.