«Tamaña persecución resultó insostenible»

«Tamaña persecución resultó insostenible»

La justicia jujeña ordenó la liberación de los “presos por twittear”. Morandini y Villagras lograron la libertad condicional, hasta el insólito juicio que deberán enfrentar en marzo.

Nahuel Morandini junto con su familia.

Después de pasar más de 50 días detenidos, la justicia ordenó hoy la liberación de los jujeños Nahuel Morandini y Roque Villegas, quienes se encontraban presos por twittear.

Los dos hombres fueron denunciados por el exgobermador Gerardo Morales y su esposa, Tulia Snopek, por difundir rumores sobre su matrimonio en redes sociales. A pesar de su liberación, los acusados aún deben enfrentar un juicio en marzo.“La libertad se firmó pero no es efectiva”, explicó a ANCCOM Romina Herrera, cuñada de Nahuel.

Morandini y Villegas permanecían en prisión preventiva desde principios de enero, imputados por supresión de identidad de una persona menor de edad y violencia psicológica en el contexto de violencia de género, ya que en sus publicaciones en redes difunden el rumor de una posible infidelidad de Snopek. Según la querella, la hija del matrimonio sería la víctima de supresión de identidad, mientras que Snopek sería la víctima de violencia psicológica.

Ante este abuso de poder por parte del exgobernador, familiares y amigos de los detenidos exigieron su libertad inmediata y comenzaron a difundir el caso bajo el hashtag #PresosPorTwittear. De esta forma, lograron el apoyo de organismos de derechos humanos nacionales, presentaron el caso ante organismos internacionales, y convocaron a una conferencia de prensa en la que estuvieron presentes diputados de diferentes bloques y representantes de organismos de derechos humanos.

Roque Villegas.

Romina Herrera, describió los sucesos del último día: “Ayer a la noche, nos enteramos que el fiscal Walter Rondón había convocado a una audiencia hoy a las 9 de la mañana, para el cese de la detención. La querella -que solo la integran los denunciantes sino también el Concejo Provincial de la Mujer- rechazó la libertad”. Herrera también cuenta que los querellantes habían solicitado que, en el caso de su liberación, se les prohíba hablar a los detenidos. Luego, se pasó a un cuarto intermedio de quince minutos y, finalmente, Roldán ordenó la liberación de Morandini y Villegas y no dio lugar al pedido de los querellantes.

Sin embargo, horas más tarde, los detenidos seguían sin ser liberados “La libertad se firmó pero no es efectiva”, dijo Herrera: “Nuestra sensación como familia a las 11 de la mañana fue de mucha felicidad, pero a esta hora estamos muy indignados porque creemos que la práctica de tortura aún se sostiene. Hace siete horas estamos esperando que ellos puedan salir”.

Elizabeth Gómez Alcorta, parte de la defensa de Morandini, dialogó con ANCCOM sobre el logro de esta orden de liberación: “Creo que las claves para lograr el cese de la prisión preventiva, tristemente, no son argumentos jurídicos, porque nunca hubo fundamentos jurídicos o legales para la prisión preventiva”. Por lo tanto, la abogada cree que “el escándalo jurídico y político que estaba sucediendo en Jujuy tomó estado público a nivel nacional. Tamaña persecución de Gerardo Morales a dos ciudadanos, resultó insostenible ante la mirada de la prensa y de sectores de derecho a nivel nacional”.

Respecto al juicio, que sucederá en marzo, Gómez Alcorta señaló: “Esperemos que se dé tratamiento a una excepción por falta de acción por el cual pedimos el sobreseimiento de Nahuel por falta de delito”. También expresó que “en el caso de que se rechace este pedido, vamos a enfrentar el juicio con la tranquilidad y la certeza de saber que nadie puede ser condenado por el ejercicio de un derecho”.

Encadenados y en huelga de hambre

Encadenados y en huelga de hambre

Los integrantes del Malón por la Paz continúan sus protestas en Buenos Aires contra la reforma constitucional jujeña. Uno de los indígenas que realiza la huelga de hambre denunció que necesita que le controlen los signos vitales y el SAME no lo hizo. Además, los organismos de derechos humanos presentaron una denuncia por la represión del gobernador Gerardo Morales.

Representantes de comunidades indígenas del norte del país exigen una respuesta del Congreso de la Nación al planteo de inconstitucionalidad de la reforma impuesta por el gobernador Gerardo Morales hace tres meses. “Les pedimos que sesionen e intervengan la provincia para que podamos vivir en paz”, afirmaron.

En las puertas del Congreso de la Nación, más precisamente en la esquina de Entre Ríos y Rivadavia, el Tercer Malón de la Paz, compuesto por miembros de diversas comunidades indígenas de la región norteña, se asentó con la intención de llamar la atención de las autoridades y obtener una respuesta a sus reclamos.

Dado que la reforma de la Constitución provincial llevada adelante por Morales el pasado 20 de junio los afectó duramente, decidieron viajar hasta Buenos Aires, en busca de una contestación por parte de la Justicia. Estuvieron frente a Tribunales y en Plaza de Mayo haciendo una “permanencia”, porque el gobierno de la Ciudad no les permitió instalar carpas.

“Gerardo Morales impuso una reforma de forma ilegítima, burlando la normativa de la Constitución de Jujuy e incluso la mismísima Constitución Nacional”, sostuvo en diálogo con ANCCOM Marcelino Sulca, integrante del Tercer Malón y habitante de la región de Humahuaca. “Los territorios de los pueblos originarios son intocables. No se pueden embargar ni vender. Si quieren trabajarlos o desean hacer uso de los recursos naturales del suelo, tienen que consensuar con nosotros e informarnos de sus intenciones. A lo largo de este proceso, eso no se respetó” agregó.

Frío, hambre y sueño

 

El martes 19 de junio, desde las 11, algunos integrantes del Malón resolvieron encadenarse a las puertas del Congreso y comenzar una huelga de hambre. Tomaron esta medida de fuerza con la esperanza de que se produzca un cambio de actitud por parte de las autoridades. “Allá están nuestros compañeros encadenados, reclamando que se termine esta injusticia. Tenemos frío, hambre y sueño, pero no nos rendimos. No hay una respuesta aún, pero seguimos luchando” aseguró Sulca, asintiendo con seguridad.

Néstor Jerez, uno de los que realiza la huelga de hambre, denunció este lunes, a través de un video difundido por la Revista Cítrica, que necesita que le controlen los signos vitales. Pero la médica del SAME no lo hizo.

 Para el Tercer Malón, ha quedado a la vista que el sistema no atiende a las necesidades e inquietudes de la población. “Parece que al Estado no le importa, pero deberían actuar, porque para eso los hemos elegido y para eso se les paga” comentó Sulca. “Si quieren hacer negocios y no desean ayudar a la gente, no deberían dedicarse a esto”, agregó.

 Tras ser víctimas de sucesos represivos en San Salvador y otras ciudades y pueblos de Jujuy, los maloneros expresaron que desde que arribaron a Buenos Aires e iniciaron su vigilia frente a la Corte Suprema, el gobierno de Horacio Rodriguez Larreta les impidió colocar baños químicos o carpas para protegerse del clima hostil. Pese a que la policía porteña haya intentado desalojarlos, destacan el accionar de la gente de Buenos Aires: “Estamos agradecidos con la gente de por aquí que frena para brindarnos su ayuda solidaria en forma de donaciones”.

 En tanto, estos representantes de varios pueblos originarios se reconocen como protectores de la naturaleza y la soberanía nacional, consideran esencial defender las bases del poder comunitario e interceder por la continuación de las vías democráticas para la resolución de conflictos. En ese sentido, afirmaron que no piensan abandonar la lucha: “Nosotros seguiremos marchando, expresándonos y cantando nuestras melodías. Si observan bien, notarán que son canciones de protesta que están dirigidas a concientizar al conjunto de la población. Queremos que nos conozcan, que nos escuchen, que nos vean”. Mientras hablaban con ANCCOM sonaban los bombos y las voces cantoras haciendo eco en el viento.

Sulca y sus compañeros y compañeras encadenados pusieron en evidencia que sus derechos están siendo vulnerados y sus reclamos ampliamente ignorados por las autoridades. De hecho, fueron solo muy pocos los diputados que los recibieron, hecho que puede ser considerado como una muestra de la impunidad de un Estado ausente.

Si bien múltiples notas fueron presentadas, las demandas de los sectores aborígenes todavía no están en el temario. No obstante, sus reclamos lograron que el Gobierno nacional creará la “Comisión de Investigación, Análisis y Recepción de Datos sobre la Violencia Institucional en la Provincia de Jujuy”, la cual aún se encuentra en proceso administrativo de conformación.

Por su parte, una veintena de organizaciones de derechos humanos presentó una denuncia en la justicia federal para investigar las acciones llevadas adelante por Morales y otros dirigentes y funcionarios políticos en el marco de las protestas acaecidas contra la aprobación de la reforma de la Constitución jujeña. La presentación afirma que en Jujuy fue “brutalmente reprimido” el derecho a la protesta, así como también explica que se desplegaron múltiples acciones violentas contra una infinidad de personas que estaban ejerciendo su derecho a la libre expresión, que estaban manifestándose por sus ideales. En esos días hubo detenciones y allanamientos ilegales, golpes, torturas y personas heridas de gravedad, sobre todo en el rostro y ojos.

Inconstitucional e inconsulta

En junio el gobierno de Gerardo Morales aprobó la reforma Constitucional, que incluye la restricción a la libertad de protesta. La decisión, tomada de manera sorpresiva e inconsulta en el marco de un fuerte operativo represivo, fue resultado de una votación unánime en la Convención Constituyente. No obstante, los diputados de izquierda no estuvieron presentes. Mientras se llevaba a cabo la votación, en las cercanías de la Legislatura, una multitud marchaba con antorchas expresando su rechazo a las políticas puestas en práctica por Morales. Este fue el caso de los docentes, quienes elevaban la consigna “Arriba los Salarios. Abajo la Reforma”. Hoy, tres meses después, la lucha continúa tanto en Jujuy como en la Ciudad de Buenos Aires.

Los pueblos originarios sostienen que la normativa resguarda los intereses de las multinacionales y favorece el avance del extractivismo. A su vez, los interpela negativamente, dado que atenta contra la Ley de Propiedad Comunitaria Indígena. “La reforma nos perjudica, empeña el futuro de nuestros hijos, la legalización del saqueo de los recursos naturales, el despojo de nuestras tierras” expresó al respecto Jorge Angulo, referente del Consejo de Pueblos Originarios Llankaj Maki.

El Tercer Malón de la Paz sigue acampando a las afueras del edificio a la espera de una resolución del máximo tribunal. Pese a las condiciones adversas, sostienen su plan de lucha. Permanecen allí noche y día, a sol y sombra, unidos en una lucha con la fuerte convicción de que pronto serán escuchados y podrán volver a sus tierras: “De acá no nos vamos sin una respuesta para nuestro pueblo. Ya lo hemos decidido. Si nos dan una respuesta, nos vamos de inmediato. No tenemos la intención de quedarnos aquí, pero las cosas no pueden continuar así”.

 

Con las wiphalas en alto

Con las wiphalas en alto

Frente al Congreso, se concentraron organizaciones indígenas feministas del Tercer Malón de la Paz. Con un pañuelazo reclamaron contra las políticas represivas del gobernador de Jujuy. Después, marcharon a Tribunales, donde tres manifestantes permanecen encadenados y realizando una huelga de hambre.

El Tercer Malón de la Paz se hizo nuevamente visible. Las banderas whipalas se encargaron de teñir de colores las avenidas aledañas al Congreso de la Nación. Organizaciones indígenas, feministas y autoconvocados se reunieron en el Día Internacional de los Pueblos Indígenas para exigir  “¡arriba la whipala, abajo la reforma!” 

“Te estoy esperando en la esquina de Yrigoyen y Entre Ríos, apurate que ahí viene todo el quilombo”, dijo una mujer al teléfono, cuando comenzó a escucharse los bombos, cajas y cantos de cientos de personas que recorrieron gran parte del norte argentino para pedir por la nulidad de la reforma constitucional impuesta en la provincia jujeña.

A pesar del largo camino para llegar a la Ciudad de Buenos Aires, la energía  y la fuerza para la lucha no se las quitó. No pudieron en Jujuy con la represión y armado de causas, no pudieron en CABA con las amenazas de hacer actuar a la Infantería.

“Parece que vino el señor Morales a cortarnos la energía del megáfono” se bromeó sobre las reiteradas trabas que le puso el gobernador de Jujuy al malón y con un altavoz que ponía resistencia para hacer escuchar las demandas del pueblo. Gracias a la organización de los convocados, o tal vez debido al sahumado para alejar las malas energías, se pudieron escuchar los reclamos. 

Con intervalos de gritos como “¡abajo la dictadura, arriba los derechos” y “¡jallalla!”, cuyo significado va desde el sinónimo de “viva” hasta la representación de esperanza, se hizo presente la demanda por el derecho al agua, a la participación de los pueblos originarios, a la protesta y a un ambiente sano. 

El Tercer Malón de la Paz se encuentra en viaje desde el 25 de Julio. Con  aproximadamente 1875 kilómetros recorridos, la distancia se hace sentir. Para no extrañar tanto sus hogares, además de traer sus reclamos, trajeron consigo sus costumbres. 

Entre los integrantes de las casi 400 comunidades originarias que se sumaron a la movilización, se observaban unas pequeñas bolsas verdes que llevaban dentro hojas de coca. Se consumían como chicle y ayudaban a combatir el hambre, la sed y el cansancio, lo cual se transformó en una herramienta necesaria luego de más de diez días de movilización.

La música típica norteña también dijo presente y se convirtió en figura del pañuelazo. De la mano de instrumentos como el sikus, el erke, el bombo legüero y la caja se le puso ritmo a las demandas, acompañadas del canto “en Jujuy tenemos un señor dictador/ Morales se llama y nos tiene con hambre/  Morales se llama y no tiene corazón”. 

“Viene toda la familia, ¿no?” preguntó con una sonrisa un hombre que sin querer se chocó con un chico y su pequeña bandera whipala. Pese a que el pañuelazo convocaba principalmente a mujeres indígenas y feminismos, familias enteras acompañaron al malón. Desde madres y padres con bebés y cochecitos, hasta adultos y abuelos. 

El espíritu de la marcha fue pacifico y familiar. Lejos de las declaraciones del gobernador Gerardo Morales, quien en las semanas pasadas a través de sus redes sociales señaló que las protestas se trataban de “sectores violentos organizados” cuyo fin era “la presión sobre el sistema para obtener cada vez más fondos”. Ante estas acusaciones, los representantes de los pueblos originarios respondieron durante la movilización: “No vinimos a mendigar o a que nos regalen plata. Vinimos por los derechos de nuestro territorio, a exigir justicia”.

Si bien el whipalazo debió culminar en el Congreso, se tomó la decisión espontánea de llevar la movilización hacía Tribunales, donde se instaló el acampe del malón hace ya una semana. La partida resaltó por el sonido del sikus, los cánticos y las banderas whipalas con sus siete colores.

Además de hacer el reclamo visible a través de los cantos, los pañuelos  y los carteles que exigían “intervención en la provincia de Jujuy”,  “no a la reforma” y “ afuera Morales”, los integrantes de los pueblos originarios repartieron folletos para desmentir las declaraciones del gobernador de Jujuy y hacer saber a la gente de la ciudad a que se debió su arribo al centro porteño.

Al llegar al edificio ubicado en las calles Talcahuano y Tucumán se dejó de lado por un momento los reclamos para pasar a transmitir palabras de fuerza para los tres integrantes del malón que allí se encontraban encadenados y transitando una huelga de hambre (ver recuadro). La extrema medida de fuerza se tomó luego del silencio de la Corte y posterior impedimento por parte de la Policía de la Ciudad a la instalación de carpas que faciliten la vigilia. 

Caía la noche y con ella el frío, los termos de café y mate que acompañaron durante la tarde quedaron vacíos. La algarabía que recorrió y pintó el centro porteño se reunió nuevamente en Plaza Lavalle. “No nos van a callar/ no nos van a cansar/ ¡Jallalla!” culminó un integrante del malón, con un grito lleno de esperanza. 

La intervención del Premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel

Por Juan Mércuri

El martes 8 de agosto, se cumpió el octavo día del acampe pacífico del Tercer Malón de la Paz frente al Palacio de Tribunales, en Plaza Lavalle. Las comunidades originarias se manifestaron para ser recibidos por la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Su pedido es claro: “Arriba los derechos, abajo la reforma”. Sin embargo, del otro lado aún no hay respuestas, y en la espera, el Gobierno de la Ciudad se negó a permitirles el uso de carpas y tampoco facilitó el acceso de baños químicos.

A partir del mediodía de ese martes, tres integrantes del malón se encadenaron en las escalinatas de Tribunales junto con carteles que exigen justicia ante el Máximo Tribunal para que declare inconstitucional la reforma del gobernador de Jujuy, Gerardo Morales. Uno de ellos exclamó: “Que la policía nos saque muertos, nosotros venimos a luchar para que los hermanos descansen bien. Toda la provincia está sufriendo”.

Pasadas las 14, se hizo presente el Premio Nobel de la Paz y presidente del Consejo honorario del Servicio de Paz y Justicia -SERPAJ-, Adolfo Pérez Esquivel, que luego de ingresar al edificio para intermediar y que los jueces de la Corte atiendan a la delegación originaria, brindó una conferencia de prensa. El activista y defensor de los derechos humanos informó que pese a que no se encontraba ninguno de los jueces presentes, le plantearon a los secretarios la necesidad de que reciban a las comunidades originarias.

También sostuvo que van a realizar gestiones con el Gobierno de la Ciudad para que les provean el espacio que se merecen para desplegar carpas, así como también el uso de baños químicos. Para finalizar afirmó: “Esto es una violación, y les dije claramente que el racismo, discriminación e intolerancia no solo por parte de la Corte, sino también del Gobierno de la Ciudad”.

Acto seguido, el megáfono pasó a manos del referente del Tercer Malón y cacique del pueblo Ocloya de Jujuy, Nestor Jerez, quien rodeado de micrófonos, cámaras y teléfonos, expresó que la reforma de Morales viene a “legalizar la violencia institucional y a avanzar con el genocidio y el exterminio de los pueblos”. Sostuvo que mediante la reforma constitucional, la provincia “se apropia de todo territorio, las tierras fiscales, el agua, los recursos naturales, la biodiversidad y la genética, que son la garantía de vida de toda la humanidad”.

Jerez denunció: “Estamos expuestos a la discriminación, en forma pacífica aquí en la plaza, donde estamos a la intemperie, porque no nos permiten colocar una carpa para nuestros mayores, para las mujeres, los niños, y por eso entendemos que es necesario que la justicia se expida, y si no lo hacen tendremos que ir a la corte interamericana de derechos humanos”. Por último, el cacique enfatizó que el único camino es “el diálogo sincero y que como base deben estar garantizados los derechos establecidos en la Constitución Nacional y Tratados Internacionales”.

El Centro porteño se llenó de wiphalas para protestar contra la reforma  de Morales

El Centro porteño se llenó de wiphalas para protestar contra la reforma de Morales

Unos mil comuneros y comuneras de la Quebrada y Puna jujeña protagonizan el Tercer Malón de la Paz, una marcha hacia la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, luego de pasar por Catamarca, Tucumán, Salta, Córdoba y Rosario, bajo la consigna «Arriba los Derechos, Abajo la Reforma, Arriba la Wiphala!» Reclaman contra la explotación del litio y la reforma de la Constitución de Jujuy por parte de Gerardo Morales, que pone en jaque varios derechos amparados por la Constitución Nacional.

A 77 años del Primero, el Tercer Malón de la Paz llegó a Buenos Aires en una histórica marcha liderada por comuneros y comuneras de la Quebrada y Puna jujeña, con el propósito de visibilizar y defender los derechos de las comunidades originarias. Inspirados por los ideales que guiaron el primer y segundo malón en 1946 y 2006, respectivamente, la movilización, que se inició el 25 de julio desde diversos puntos de Jujuy, ha sido una muestra de solidaridad y unidad, con comunidades de otras regiones que fueron sumándose a lo largo del trayecto. 

En cada ciudad que atravesaron, los manifestantes compartieron sus reclamos en asambleas, ampliando aún más el alcance de su mensaje y la visibilización de sus demandas cobró fuerza con el apoyo masivo de más de 500 jujeños y representantes de diversas comunidades de todo el país, quienes se unieron al contingente inicial.

El objetivo primordial de esta marcha fue exigir a la Corte Suprema de Justicia de la Nación que se pronuncie sobre la reciente reforma constitucional de Jujuy y pedir la intervención de la provincia, además de exigir la aprobación de la Ley de Propiedad Comunitaria. La movilización también se impulsa por el rechazo a la explotación minera en la región -impulsada por el gobierno provincial-, y la oposición a la nueva Constitución de Jujuy.

Al llegar a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los manifestantes participaron en una sesión especial en el Congreso Nacional para presentar sus demandas. Armando Quispe, referente de la comunidad jujeña de Queta e impulsor activo de la marcha, expresó que “el objetivo fundamental del Tercer Malón es proteger la madre naturaleza, el agua, la vida y los recursos naturales”. Además, subrayó que “en Jujuy se vive una verdadera dictadura, lo que ha motivado la movilización en busca de justicia y cambio”.

Mientras la manifestación gritaba «Morales, basura, vos sos la dictadura»; Taty Almeida, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora, abrazó al malón en Tribunales: «La única lucha que se pierde es la que se abandona”, sentención. Después dejó un pedido a la Pachamama: “paz y justicia”.

Nieto de maloneros

El 1 de agosto es un día histórico para el pueblo jujeño, y también una jornada significativa para la Pachamama, por eso realizaron una emotiva ceremonia en homenaje a la Madre Tierra y otras actividades culturales. Durante el ritual, Wili, uno de los primeros nietos de los maloneros de la paz que llegaron a Buenos Aires décadas atrás, se dirigió a la Madre Tierra para pedir perdón por los daños causados y expresó “la importancia de vivir con respeto, paz y amor para preservar un mejor futuro para las generaciones venideras”. Resaltó que sus antepasados “les legaron las montañas y el agua, razón por la cual están allí, ya que deben proteger los recursos naturales frente a la amenaza de ser vendidos a multinacionales”.

Finalmente, Wili abordó la situación similar que enfrentan las comunidades de Perú y brindó su respaldo, y destacó que los acontecimientos actuales están premeditados desde hace tiempo, con el propósito de afectar los valiosos recursos naturales de América Latina. 

El apoyo y respaldo a la marcha han sido significativos, con diversas organizaciones sociales y políticas brindando su solidaridad y acompañamiento como CTA-Autónoma, Movimiento Territorial Liberación (MTL), Movimiento La Dignidad, Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), Corriente Clasista y Combativa (CCC), Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), representantes de las comunidades aborígenes de Perú y Bolivia, entre otros.

En tanto, el referente de la comunidad de Queta Armando Quispe Mayta aseguró que las protestas y movilizaciones son cada vez más fuertes en Jujuy. «A lo largo de la Quebrada del Humahuaca y la Puna de Jujuy están los cortes a la vera de la ruta, más allá de las marchas tanto de día como de noche, y seguirán hasta que la reforma sea anulada porque se vive una dictadura disfrazada de democracia, los derechos son avasallados y pisoteados», dijo. Quispe Mayta agregó que también están exigiendo “que se termine con la persecución y el cese inmediato de todas las medidas represivas y el sobreseimiento de las causas que hay hasta ahora» contra los manifestantes.

Anteriores “Malones”

El Malón de la Paz fue una marcha de pueblos originarios  del noroeste argentino a Buenos Aires, en demanda de la restitución de sus territorios, en 1946. Los marchantes hicieron cerca de 2.000 km para presentar sus reclamos al presidente Juan Domingo Perón. Ese malón estuvo integrado por mujeres y hombres indígenas de la puna jujeña y de los valles de San Andrés de Orán, Salta. El 3 de agosto de aquel año, fueron recibidos por los funcionarios y alojados en el Hotel de Inmigrantes. Hacia finales de ese mes fuerzas de la Prefectura los forzaron a tomar un tren a Jujuy. Hubo resistencia entonces la Policía Federal atacó el hotel con gases lacrimógenos para desalojarlos por la fuerza. Aunque es un oxímoron, los medios de aquella época habían acuñado el término Malón de la Paz, tomando el vocablo “malón” derivado del mapudungun que significa “invasión”. Se refiere a una incursión sorpresiva de los originarios atacando los asentamientos huincas, es decir, de los blancos. 

Como reacción al Malón en 1949 el gobierno nacional expropió tierras en la Puna y en la Quebrada de Humahuaca para devolverlas a sus originarios, pero esto jamás se concretó. El 7 de agosto de 2006, a 60 años del Primer Malón, una marcha de similares reclamos se organizó en Jujuy para demandar al gobierno provincial el cumplimiento de una orden judicial de retornar a las comunidades indígenas unos 15.000 kilómetros cuadrados de tierras. Fue el Segundo Malón.

Las marchas de las buenas razones

Las marchas de las buenas razones

El 20 de julio tras un mes cumplido del inicio de la desmedida represión en Jujuy y en el aniversario de “La noche del apagón”, se llevaron a cabo masivas movilizaciones en contra de la violencia institucional en todo el país. Una de las principales concentraciones en CABA inició en la Casa de Jujuy, en 9 de Julio Y Santa Fe, a las 15 horas y concluyó en Plaza de Mayo. “¡Basta de persecución y criminalización de la protesta” y “El agua no se vende, el agua se protege” fueron algunas de las premisas que guiaron la jornada de lucha.

Este 20 de julio, tras cumplirse un mes del inicio de la feroz represión en Jujuy, miles de personas marcharon en todo el país en continuación con los reclamos por la situación en la provincia norteña. El rechazo a la reforma constitucional impulsada por el gobernador Morales, la violencia ejercida contra comunidades indígenas y el deterioro de los salarios docentes en huelga fueron los principales reclamos de la movilización. La fecha elegida coincidió con el aniversario N°47 de “La noche del apagón”, uno de los episodios más tristes del golpe de Estado de 1976.

La violencia en Jujuy sigue sin dar tregua y la historia continúa repitiéndose: personas movilizadas, fuerzas policiales represivas y consecuentes declaraciones condenatorias de organismos internacionales de derechos humanos son los elementos que resumen lo vivido durante estos últimos meses. El actual gobernador de Jujuy y precandidato a vicepresidente de la nación, Gerardo Morales, rechaza atender a las denuncias por excesos por parte de su fuerza policial. En concordancia a esta negativa, un sector de la población en todo el país ratificó en las calles que, en este caos que se vive, el accionar del gobierno jujeño sólo potencia la violencia y la injusticia.

“Lo que están haciendo en Jujuy es un experimento para luego implementarlo en toda la Argentina. No es casualidad que hoy Morales se esté candidateando para vicepresidente por parte del Pro. Hay un claro manejo de las grandes corporaciones multinacionales que vienen a por los territorios a saquear y a seguir explotándonos, matando en beneficio de un grupo muy reducido de personas a costa de la explotación del pueblo y de los territorios” fueron las palabras de “Roli” miembro autoconvocada de la vigilia que se realiza en Casa de Jujuy. “Genera mucha indignación, pero a la vez es esperable, como hace la mayoría de los políticos que dicen una cosa y actúan de otra forma. Por eso es necesario que el pueblo tome la voz y nos auto-organicemos para decidir; hay mecanismos de participación ciudadana por la Constitución Nacional que hoy no se están implementando, que deberíamos tomarlos y actuar en pos de eso” concluye.

Con poca intención de llamar al diálogo, el gobernador continúa permitiendo una cruda represión. El gobernador ignora deliberadamente las legítimas demandas de los docentes, de los pueblos originarios, de quienes van a verse afectados por la explotación de litio y de los sectores ambientalistas y señala como causa de los disturbios en la provincia a los punteros políticos. “Es el pueblo que se manifiesta, quienes están poniendo el cuerpo allá y acá” afirman las personas que se animaron a hablar con ANCCOM durante la marcha.

“A mí me piden que no vuelva a Jujuy. A mí me gustaría estar en Purmamarca, pero me dicen que no vuelva porque yo puedo hacer visible todas estas cosas, porque allá no dejan llegar la información. Imaginate el poder que tiene este señor que un día todo Jujuy se quedó sin Internet” denuncia “Caporal”, referente del Tercer Malón de Tilcara, quien se encuentra realizando la vigilia en frente de la Casa de Jujuy. “Nosotros de acá estamos ayudando a 27 comunidades, todo lo que hay atrás mío son donaciones que pedimos” agrega. Al ser consultado por la situación de la explotación del litio, Caporal afirmó que ya están siendo afectados, “el agua ya está llegando contaminada a las comunidades, son vertientes nuestras que están usando para el litio”. Cansado y habiendo agotado los espacios institucionales para expresarse, el referente concluyó su descargo con una petición: “Nosotros lo único que queremos es que intervengan en Jujuy”.

La movilización coincidió con otras convocatorias que, a las 16 horas, encontraron su punto de reunión fortuito en una esquina cercana a Plaza de Mayo.Las columnas se unieron y los múltiples reclamos se hicieron uno: “¡Basta de consenso extractivista y represión!”. Luego de este breve encuentro el sector que despedía a las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo se retiró junto a ellas del lugar y le cedió el espacio a los marchantes de la Casa de Jujuy. El acto en frente de la Casa Rosada se dio cerca de las 17 horas y, tras la lectura del documento oficial, las columnas se disolvieron al canto de “Jujuy, escucha, tu lucha es mi lucha”.