El proyecto de ley para prevenir la ludopatía está a punto de caer

El proyecto de ley para prevenir la ludopatía está a punto de caer

En dos semanas perderá estado parlamentario. Todos los sectores reconocen la gravedad del problema y, sin embargo, el Senado sigue sin tratarlo. Especialistas en infancias y en salud mental, apoyan la regulación a las apuestas online. El fútbol y las fintech, se oponen.

El reloj, inexorable, no detiene su marcha y juega en contra. En poco menos de dos semanas se vence el plazo para que se pueda aprobar una ley que regule la publicidad de las casas de apuestas deportivas en la Argentina y, a menos que ocurra un milagro, todo parece indicar que el proyecto que cuenta con media sanción de la Cámara de Diputados podría caducar.

La iniciativa, que fue aprobada con 139 votos afirmativos, 36 negativos y 59 abstenciones el 27 de noviembre del año pasado, ingresó en marzo a las comisiones de la Cámara Alta y allí se quedó estancado.

Víctima de un año electoral en el que las sesiones escasearon y los principales debates se posaron en las cuestiones de actualidad pura, como el financiamiento de las universidades, la emergencia pediátrica y en discapacidad y las jubilaciones, la regulación de las apuestas deportivas fue relegado a un lado del temario, para beneplácito de sus detractores y lobbistas.

En un principio, el expediente fue asignado por la vicepresidenta Victoria Villarruel a cinco comisiones, lo cual ya hacía casi imposible que se pudiera avanzar en su tratamiento. Finalmente, se logró que se incluyera únicamente en los temarios de Salud, Legislación General y Justicia y Asuntos Penales, pero únicamente la primera comisión -a cargo de la senadora catamarqueña Lucía Corpacci- fue la que le dio un poco de atención. Eso sí, recién el 5 de junio comenzaron a debatirlo. Es decir, durmió dos meses en algún cajón olvidado del Congreso de la Nación.

Durante varias semanas desfilaron por el Palacio Legislativo voces a favor y en contra del proyecto de ley que busca ponerle un límite al negocio del juego online: psicólogos, miembros de la Iglesia, investigadores, jóvenes, ludópatas en recuperación, representantes del sector fintech, trabajadores del rubro e, incluso, representantes de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y dirigentes de clubes dieron su testimonio.

En octubre se pudo concertar un plenario de todas las comisiones involucradas en el debate y, en principio, estaba previsto que se llegue a aprobar el dictamen que permita debatirlo en el recinto. No obstante, tras dos reuniones con más testimonios, la firma del dictamen quedó frenada y la posibilidad de aprobar el proyecto de ley se desvanece a medida que pasan las horas.

Un debate eterno

A pesar de la demora en abordar el expediente, la temática de apuestas deportivas tuvo su debate puertas adentro del Senado de la Nación con diferentes posturas, pero con más coincidencias que diferencias entre los legisladores de diferentes bancadas y los expositores que fueron pasando. Sin embargo, a pesar de haber un consenso sobre que existe una problemática y hay que tratarla, de momento no se pudo coincidir en la firma de un dictamen que permita llevar el tema al recinto.

Una de las voces más estridentes a favor de la iniciativa fue la de la senadora mendocina Anabel Fernández Sagasti (Fuerza Patria), quien salió al cruce de quienes descalifican la iniciativa como un gesto “populista” o efectista. “Hay algunos dirigentes que han dicho que los legisladores tratamos estos temas como petardos o hacemos populismo tratando el tema de la ludopatía”, advirtió.

“Creo que el Senado de la Nación quedaría muy mal si no hace nada al respecto. Los 72 senadores debemos tomar la decisión de dar la media sanción o modificarla y devolverla para brindarle una respuesta a la sociedad. Me parece que hay que estar a la altura de la circunstancia”, enfatizó.

Por su parte, Lucía Corpacci (Fuerza Patria), al frente de la Comisión de Salud y pieza clave en la articulación del plenario, puso el foco en la urgencia legislativa y en el volumen político que tomó el tema puertas adentro del Congreso. “Asumimos el compromiso de seguir con este tema hasta que se termine, porque verdaderamente es de una capital importancia y hay veintiocho proyectos”, recordó. “Estamos tratando este proyecto de ley con la seriedad que se merece. En cada reunión tenemos expositores que opinan a favor y en contra. Si tomamos de ambos sectores lo que nos parece más útil para nuestros niños y para nuestros jóvenes, vamos a sacar una excelente ley”, vaticinó.

Desde otro ángulo, la cordobesa Carmen Álvarez Rivero (PRO) introdujo la discusión sobre competencias nacionales y provinciales en materia de juego e hizo pública su posición en contra, pero aun así respaldó uno de los núcleos duros del proyecto: la prohibición de la publicidad. “La pregunta número uno que hago es: ¿quién recauda hoy por el juego? Y la respuesta es: las provincias. Por eso, para mí la atribución de reparar o de prevenir debería ser una acción de las provincias”, planteó en el plenario. Sin embargo, cuando el debate se desplazó al terreno de los anuncios, fue contundente: “Estoy a favor de la prohibición. La realidad es que la publicidad entra, penetra en las mentes de los menores y de los adultos. Además, asociada al deporte, para mí es una contradicción enorme”.

Por su parte, la porteña Guadalupe Tagliaferri (PRO) eligió concentrarse en los agujeros del sistema que permiten que los menores apuesten pese a las restricciones formales. “Esto me enciende algunas alertas en relación a todo lo que es el mundo del juego online”, advirtió. Tras escuchar las explicaciones del sector fintech y de las plataformas, la legisladora fue al hueso del problema: “Entendí todos los mecanismos de control que ya existen. Igual, sucede. Quiero entender, entonces, cómo es que los menores terminan pasando por fuera del radar de estos controles”. El mensaje quedó flotando: por más protocolos que exhiba la industria, los chicos siguen apostando.

“Es un problema que crece día a día”

Uno de los especialistas que pasó por el Senado de la Nación para exponer fue Facundo Bianco, director de la consultora Bienestar Digital, que viene trabajando sobre el auge de las apuestas deportivas online en Argentina y su impacto en la juventud. “Ya dejó de ser una novedad para convertirse en un problema instalado”, sostiene, en diálogo con ANCCOM.

“Hace unos años se instalaron y crecieron enormemente, tanto las legales como las ilegales”, relató. Hoy, el mapa es contundente: “Se estima que en Argentina, cerca del 80% de los ingresos que se hace a plataformas de apuestas es a sitios ilegales. Y 4 de cada 10 adolescentes apuestan. Es un problema que crece día a día”, analiza.

Frente a ese escenario, el Estado no puede mirar para otro lado. Sí, hace falta regulación, pero no cualquiera. “Se necesita una ley por varios motivos, pero sobre todo por cómo está afectando a las infancias y las adolescencias. No debe pensarse solo en una regulación de objetivo recaudatorio, sino partiendo de la protección de los pibes y las pibas”, considera. El horizonte es claro: la discusión no puede reducirse a quién se queda con la caja, sino a cómo se cuida a los menores en un entorno hiperconectado.

Uno de los argumentos favoritos de quienes defienden el negocio es que el verdadero problema son las plataformas ilegales. Para Bianco “el tema está desmadrado en menores de edad”. Y ahí, más que una frontera tajante entre legal e ilegal, existe un ecosistema que se alimenta a sí mismo. “Más allá de que lo hagan en plataformas legales o ilegales, la publicidad de las legales valida, da marco y crea sentido”, explica. Ese marketing “tiene un alcance infinito y una capacidad de instalación notable. Los ídolos de los pibes promocionan apuestas a la vista de todos”.

Consultado por el impacto específico del bombardeo publicitario en los casos de ludopatía, es prudente: “Más que influir en casos de ludopatía, lo cual no tengo conocimiento para afirmar, influyen como invitación y como sentido de la época”. Lo que sí marca es el clima cultural que construyen esas campañas: “La cultura de la influencia a través de streamers, instagramers y deportistas marca que hacer plata fácil y rápido tiene que ser un objetivo. Y que, además, es posible”. Ese mandato se vuelve, para muchos chicos y chicas, una brújula distorsionada.

La primera señal de que el problema dejaba de ser marginal llegó desde las aulas. “En capacitaciones a docentes, hace tres o cuatro años, empezaban a contarnos que los chicos apostaban en las aulas, en los recreos”, recuerda. La escena se repite en distintas escuelas: “De pronto, del fondo del aula gritaban gol un día cualquiera a cualquier hora. Empezaron así a evidenciar que estaban apostando a partidos random de otras ligas, por ejemplo”. Esos testimonios, dice, “se fueron multiplicando y sirvieron como primera señal de alerta de que algo estaba pasando y no tenía suficiente visibilidad”.

En su exposición en el Senado definió a las apuestas como “un síntoma de la época”. En la entrevista con ANCCOM desarrolla la idea: “Asociar todo concepto de éxito, de felicidad y de futuro a la posibilidad de hacer plata fácil y rápido”. Las lógicas de consumo y de ostentación, advierte, “están calando muy fuertemente en la cultura, las aspiraciones, las expectativas de generaciones, contraponiéndose a la cultura del trabajo, del esfuerzo, de la formación”. Pero no se trata solo de dinero: “La propuesta de esta era también propone la soledad y el individualismo. Todo esto está generando mucha frustración”.

Mientras no haya una ley que ponga límites claros, el especialista insiste en que igual se puede –y se debe– actuar. “Políticas públicas que contengan y concienticen”, resume. En los relevamientos que realizan sobre adolescencias aparece siempre el mismo dato de fondo: “La salud mental es hoy un problema que tienen presente como generación y que, más allá de que los afecte directa o indirectamente, necesitan ayuda”. Esa ayuda, remarca, “solo puede llegar de los Estados y las familias”. Y sentencia: “Las plataformas de apuestas no son instituciones de caridad, son maquinarias creadas para ganar dinero”.

Todas las voces

Sobre el escenario del Senado también se escucharon las voces de quienes miran el fenómeno desde la salud mental, las infancias, el territorio y las organizaciones sociales. Verónica Laplace, presidenta del Consejo Consultivo Honorario en Salud Mental e integrante de la APDH, defendió el proyecto apoyada en la Ley Nacional de Salud Mental: “Este proyecto de ley que ya tiene media sanción (…) acompaña el abordaje de la salud mental desde la prevención y garantiza el derecho a un entorno digital seguro”. Y subrayó la responsabilidad estatal frente al negocio: “Sostenemos que es el Estado el lugar para poder regular ciertos excesos que el mercado y la sociedad de consumo introducen en la cotidianidad de nuestras vidas”.

Miguel Tollo, del Foro de Infancias de CABA, aportó una mirada que cruzó clínica y política. Para él, la iniciativa responde a una demanda que se repite en foros de todo el país: “Los adolescentes entienden que también es una cuestión azarosa el proyecto de vida. No les transmitimos otra posibilidad”. Y desarmó la supuesta inocencia del negocio: “A veces pensamos que los juegos de azar son juegos. En realidad, no son juegos. Son apuestas. Lo que caracteriza al juego de apuestas es el vértigo a perder, no las ganas de ganar”.

Desde la psiquiatría, Alberto Trimboli fue terminante: “El consumo problemático de las apuestas online es un problema grave de salud mental”. Cuestionó la tendencia a reducir el debate a números fiscales o voluntad individual y advirtió: “Reducir la discusión únicamente a una cuestión económica, de recaudación o de ganancias sería un error grave”.

La dimensión cultural del problema apareció con fuerza en la voz del presbítero Munir Bracco, que apuntó a la alianza entre casas de apuestas y fútbol: “La camiseta de fútbol, que debería inspirar a los niños, se convierte en una publicidad como si fuera una droga. Legal o ilegal, destruye igual”. Para el cura, el impacto va más allá de historias individuales: “Cuando esta adicción golpea a los jóvenes, hipotecamos el porvenir de la Nación, de nuestra patria”.

El sindicalismo del juego pidió que la regulación no se agote en las formas legales del negocio y ponga el foco en el daño social. Guillermo Martín Cain, secretario adjunto de la Federación Argentina de Empleados de Casinos, advirtió sobre el riesgo de transformarse en la “Argentina de la timba” y fue tajante: “No podemos mirar para el costado cuando nuestra actividad se encuentra desregulada y genera un problema complejo para toda la sociedad, especialmente en los niños, niñas y adolescentes”. Para él, “lo más importante” es regular la publicidad, porque “cuando las plataformas legales publicitan el juego online, indirectamente están publicitando las plataformas ilegales. Un joven de diez, once, doce, trece años no sabe discernir entre una plataforma legal y una ilegal”.

La industria fintech también se sentó a la mesa. Lejos de negar el problema, Natalia Díaz, de la Cámara Argentina Fintech, vinculó la discusión con el avance de las plataformas clandestinas: “Según estadísticas de 2024, el 80% de las apuestas transita por operadores no regulados. Y esto genera un doble riesgo: social, porque vulneran la seguridad de los menores, y de lavado de activos”. Detalló que esas webs usan el sistema de pagos “de forma encubierta” a través de procesadores externos, empresas de cobranza que simulan ser cobradores legítimos y cuentas mula: CBU o CVU de adultos que funcionan como cajeros humanos, reciben dinero de chicos, fondean cuentas de juego y “dificultan la identificación de los menores y se encubren como comercios legítimos para operar”.

El testimonio más crudo llegó de la mano de Valentino Solda, un joven de 21 años que se presentó como exludópata. Contó que empezó a apostar a los 16, que el Mundial de Qatar fue un punto de quiebre y que hoy cuenta los días sin jugar. “Me sumergí en un infierno. Es muy difícil de manejar, con una tristeza muy profunda y aislante”, relató. Su mirada sobre el rol de los clubes y las figuras deportivas condensó el malestar general: “Si los dos clubes más grandes de la Argentina tienen en el pecho un sponsor de una casa de apuestas, ¿cuál es el mensaje? Si el máximo ídolo de todos los niños sale a dar la cara en una casa de apuestas muy grande, ¿cuál es el mensaje como ídolo?”.

“El remedio que enferma”

Para los representantes de la AFA y para el exdirector de Ordenación del Juego de España, el proyecto que prohíbe la publicidad y el patrocinio de casas de apuestas apunta en la dirección equivocada respecto de lo que planteó la mayoría de los expositores. Sentados ante el plenario de comisiones, reconocieron sin matices que la ludopatía, el acceso de menores al juego online y el riesgo de amaño de partidos son “problemas reales, crecientes y alarmantes”, pero advirtieron que una prohibición total sobre la industria regulada puede desfinanciar a los clubes y, al mismo tiempo, fortalecer al mercado ilegal que opera sin control.

Javier Méndez Cartier, presidente de Excursionistas y vocal de AFA, admitió que el fútbol convive con una bomba de tiempo –ludopatía juvenil, arreglos, menor control en el mundo online–, pero se desmarcó de las recetas que borran a las casas de apuestas de camisetas y estadios. “Creemos que aquellos proyectos que proponen una prohibición total y absoluta de la publicidad y el patrocinio de esta industria en el deporte no solo no están atacando la raíz del problema, sino que, además, corren el riesgo de agravarlo seriamente”, sostuvo. Recordó que en la Liga Profesional argentina solo una parte de los clubes tiene sponsors de casas de apuestas, pero que esos ingresos ya son estructurales: en Boca representan alrededor del 13% de sus ingresos totales y en River, cerca del 18%.

Desde ahí lanzó la frase con la que buscó interpelar a los senadores: “Estaríamos hablando de la paradoja del remedio que enferma”, disparó. Según su planteo, para combatir el juego problemático y el acceso de menores, el Estado podría terminar debilitando “a quienes ya vienen trabajando frente a esa problemática”: clubes que sostienen comedores, deportes amateurs, fútbol femenino, futsal y otros espacios de contención. “Los clubes somos parte de la solución. No queremos ni somos parte del problema”, insistió, y pidió que cualquier restricción publicitaria sea graduada y compatible con la supervivencia económica de las instituciones deportivas.

Andrés Patón Urich, gerente de Legales y oficial de Integridad de AFA, reforzó esa línea desde otro ángulo: mostró que la casa ya viene tratando de ordenarse puertas adentro con capacitaciones sobre amaño de partidos e integridad para jugadores, árbitros y dirigentes. “Entendemos que este proyecto de ley que busca prohibir la esponsorización de clubes a través de empresas de betting sería un desfinanciamiento para nuestras instituciones y un desfinanciamiento que iría hacia los más vulnerables”, advirtió, en referencia a los deportes no profesionales y a los pibes que dependen de los clubes como espacio de contención.

A modo de contraste, recordó que la propia FIFA solo prohíbe la publicidad de casas de apuestas en la ropa de árbitros y en las salas de VAR, pero no en las camisetas de los clubes. Y dejó una frase que sintetiza su rechazo al esquema propuesto: “A veces, lo más fácil es prohibir, pero muchas veces regular y controlar es muchísimo más efectivo que la mera prohibición”.

El español Juan Espinosa, exdirector general de Ordenación del Juego, llegó con un discurso más técnico, pero que desembocó en la misma conclusión: una prohibición total de publicidad para la oferta regulada difícilmente logre los objetivos que se propone. “El ejercicio de la eficacia implica el contraste entre el objetivo y el instrumento”, planteó. “Si regulamos el juego en línea es porque creemos que mediante dicha regulación la sociedad va a estar mejor que en su ausencia”. En su experiencia, el corte publicitario sobre el mercado legal “tiene beneficios muy reducidos, por no decir nulos” en relación con los menores, porque, por definición, ellos no deberían acceder a esa oferta y el problema central está en los sistemas de control y sanción, no en la pauta.

Espinosa centró su advertencia en otro frente: el impacto que puede tener un apagón publicitario sobre la relación entre juego legal e ilegal. “La existencia de una oferta ilegal de juego online es el factor disruptor número uno de la sostenibilidad social y de la garantía ciudadana de los juegos de azar. Cuanto mayor sea la oferta ilegal frente a la oferta regulada, más desprotegido está el interés público, más inútil es una prohibición”, sostuvo. Según su diagnóstico, impedir que los operadores con licencia se anuncien y patrocinen clubes los deja sin herramientas para diferenciarse de los clandestinos, que seguirán publicitándose igual en otros canales.

En esa lógica, tanto AFA como el exregulador español buscan mover la discusión desde la “voluntad política” de castigar al juego hacia la ingeniería concreta de la norma. Todos reconocen que la ludopatía juvenil y el vínculo entre apuestas, redes y fútbol son un problema que ya no se puede negar; el punto de conflicto es si la respuesta adecuada es una prohibición plena de la publicidad y del patrocinio o un esquema de regulación más quirúrgico, que ataque con fuerza al mercado ilegal sin cortarle de golpe una fuente clave de financiamiento al ecosistema deportivo. Para Méndez Cartier, Urich y Espinosa, tal como está redactado, el proyecto sigue demasiado cerca de ese “remedio que enferma”.

Entre los tecnicismos legislativos, las tensiones sobre competencias federales y los lobbies cruzados del juego legal y de la industria del deporte, el debate dejó, al menos, una foto nítida: especialistas y buena parte de la dirigencia política coinciden en que la ludopatía online no es un asunto de “elección individual” ni un mero problema de recaudación. La apuesta ahora es otra: que algún día se pueda traducir ese consenso en una ley que limite la omnipresencia de la publicidad, proteja a las infancias y ofrezca algo más que una señal declarativa frente a una generación que, como repitieron varios expositores, ya está pidiendo ayuda.

Un potrero de poesía

Un potrero de poesía

Una selección con apodos de animales, el modo de nombrar al potrero en otros países latinoamericanos y el maravilloso barrilete cósmico dedicado por Víctor Hugo a Diego fueron algunos de los disparadores que propuso el poeta costarricense Memo Acuña a los chicos del Instituto Agote en un encuentro del Festival Va Poesía. Una apuesta por el derecho a la belleza para todo el mundo.

En medio de Palermo Soho, entre cafés de especialidad y clases de pilates, se encuentra el Instituto de menores Dr. Luis Agote. Ubicado en una esquina, con molduras y una gran puerta de madera, en él viven chicos de 17 años privados de su libertad. En un contexto que pareciera darles la espalda, el Festival Va Poesía les propuso pasar la mañana realizando actividades que vinculaban el lenguaje, la poesía y el fútbol.

El instituto tiene una dinámica escolar con aulas luminosas y sillas de colores entre medio de rejas y escaleras laberínticas que estructuran el edificio. Aunque esa disposición estaba disponible, el lugar que le designaron al Va Poesía fue un espacio común cuya acústica dificultó un poco la actividad. Es que, según explicaron los docentes, la organización de la jornada estuvo condicionada por una pelea reciente entre dos grupos de chicos.

A modo de inauguración, Ricardo Rojas Ayrala, escritor y director del Festival junto con Marta Miranda, dijo unas palabras antes de presentar a Guillermo “Memo” Acuña, poeta costarricense invitado. Sin posicionarse desde un lugar superior, sino planteando el encuentro desde la horizontalidad de compartir experiencias e imaginarios, Ayrala le preguntó a los chicos acerca de las palabras que usan en su cotidianidad y le explicaron a Acuña algunos modismos argentinos como “berretín” o “chamuyo”. “Cuando uso una palabra, estoy hablando de mi contexto, estoy hablando de donde vengo, de donde estoy y de lo que yo quiero. El lenguaje está vivo.”, afirmó Ayrala.

A partir de allí, Acuña tomó la palabra y comenzó a hacerle preguntas a los jóvenes en relación al tema que abordarían desde la poesía: el fútbol. En diálogo con ANCCOM, el poeta comentó: “Me parece que es un tema que da mucho para hablar, un buen recurso para acercarse a los pibes y tiene mucho de lo poético también”. Su elección fue muy acertada, evidentemente es algo que convoca a los chicos del Agote, pues más de la mitad de los casi 20 adolescentes presentes llevaba puesto algún tipo de prenda futbolera.

Por ese motivo leyó de su colorido cuaderno tres poemas dedicados al fútbol: “Desde la ventanilla del bus”, de Claudio Bertoni; “Estadio de noche”, de Günter Grass; y “Fútbol”, de Blanca Varela. Pese a los ruidos de los handies de los guardias, los jóvenes escuchaban con atención, sentados en grupos de cuatro. Aunque con una evidente falta de confianza, de a poco fueron comentando lo que entendían y les despertaba cada verso.

Aprovechando la incipiente pérdida de timidez, Acuña comenzó a desplegar una actividad preguntando por la palabra “potrero” mientras los y las docentes repartían hojas rayadas y lapiceras. Es que, luego de mencionar múltiples palabras equivalentes a “potrero” en distintos países de Latinoamérica, el escritor les pidió a los chicos que escribieran alguna frase utilizando esos vocablos. “En Bolivia, ‘pichanga’; en Brasil, ‘pelada’; en Costa Rica, ‘mejenga’; en Guatemala, ‘chamusca’; en México, ‘cascarita’ ”, leía Acuña mientras los jóvenes parecían debatirse internamente entre empezar a escribir o tratar de memorizar los múltiples modismos. “Jugar a la bocha. Hoy picado, ¿y mañana?” fue una de las producciones más celebradas entre los compañeros.

Veo unas vacas

en una cancha de fútbol

dos pasan

rozando un palo

la tercera

es gol.

 (Desde la ventanilla del bus”, de Claudio Bertoni).

La siguiente actividad consistió en la misma dinámica, salvo que con otras palabras. Esta vez, el costarricense comenzó preguntando por el vocabulario utilizado en el fútbol relacionado a animales. No tardaron en brotar expresiones como “burro”, “perro” o “palomita”. Luego la charla viró hacia otras expresiones alejadas del mundo animal, hasta llegar al mítico relato de Víctor Hugo Morales en el mundial de México 86’: “Barrilete cósmico, ¿de qué planeta viniste para dejar en el camino a tanto inglés?”. Al recitar esa frase, por un instante se produjo algo distinto en el ambiente, todos los presentes querían escucharla completa. Ni los guardias hicieron ruido, sus handies se enmudecieron. Fue una gran demostración de lo que los escritores venían advirtiendo desde el inicio de la jornada: el peso del lenguaje y las palabras que usamos.

Para cerrar el encuentro, Acuña contó, a través de algunos versos, una historia sobre su padre. Es que Guillermo “Tierra” Acuña fue el único futbolista de su país que pudo meterle un gol al arquero de la URSS, Lev Yashin, apodado “La Araña Negra” debido a sus habilidades y su atuendo monocromático. La hazaña ocurrió en mayo de 1962 y fue narrada por Acuña con admiración hasta quedar suspendida en el aire luego de un fuerte aplauso por parte de los presentes.

De esa manera, finalizaba la jornada en el Instituto Agote, en el anteúltimo día del Festival que sin duda hace de su consigna, “Literatura e inclusión”, una realidad. En palabras de Ayrala: “La idea es generar un lugar de encuentro en el que todos somos sujetos de derecho. En general cuando uno dice que alguien es sujeto de derecho, piensa en un trabajo, en una vivienda, en seguridad social, en justicia, pero nunca se toma en cuenta la belleza. La belleza también es un derecho, también es un derecho de las clases populares”.

Fútbol para sobrevivir

Fútbol para sobrevivir

“¡Yallah! ¡Yallah! Fútbol, pasión y lucha”, una película de Cristian Pirovano y Fernando Romanazzo basada en el fútbol palestino se proyectó en la Ex-Esma con la presencia de Fernando Signorini, el hitórico preparador físico de Maradona. La cotidianidad en medio del horror.

Se proyectó el documental ¡Yallah! ¡Yallah! Fútbol, pasión y lucha (2018) de Cristian Pirovano y Fernando Romanazzo en la Casa por la Identidad con la presencia del director de la película y Fernando Signorini, preparador físico histórico de Diego Aramando Maradona. Fue este fin de semana, en el marco de la Feria y Memoria del Espacio Memoria y Derechos Humanos (Ex Esma), en donde también ocurrió un abrazo simbólico al sitio Museo, que víctima del vaciamiento y en las últimas semanas intervenciones en el contenido por parte del gobierno nacional.

¡Yallah! ¡Yallah! Fútbol, pasión y lucha retrata la cotidianidad en Palestina siguiendo la vida de siete personas teniendo al fútbol como elemento transversal en todas ellas. Se intenta mostrar desde el deporte, el trastorno que ha sufrido la realidad de los palestinos en Cisjordania y la Franja de Gaza. La película muestra al fútbol como resistencia, como un instrumento para mantener la normalidad y representación cultural que se personaliza, en este caso, en la Asociación de Fútbol Palestino, que colaboró con el film.

Cristian Pirovano habló con ANCCOM sobre la historia que lo llevó a hacer esta película: “En comienzos del 2013, yo estaba trabajando como fotoperiodista, quería ir a un campo de refugiados porque me llamaba la atención. Tenía una expectativa entre lo político, lo personal y lo profesional y me fui para allá. Al poquito tiempo de estar ahí, me empezaron a seguir unos chicos, al principio en buenos términos y después se empezó a convertir en una situación más tensa, y bueno, empezaron con una piedrita, otra piedrita, un escupitajo, y la situación se empezó a volver más “violenta”, y ahí conozco a un tipo que interviene y les dice en árabe a los chicos que frenen”. Pirovano cuenta cómo esa anécdota lo llevó a conocer al entrenador del equipo de fútbol de Palestina: “Me voy a tomar un café con el tipo, y al toque se pone a hablar de fútbol, de Messi -él era fanático-, y en un momento me dice que le quería mandar una carta al entrenador de fútbol argentino con unos cambios para el equipo y me dice: con estos cambios vamos a salir campeones en el 2014”.

Mientras estaban en ese café hablando sobre la Selección de fútbol argentina, se empezaron a escuchar tiros. Cristian, que no estaba acostumbrado, palideció. Sin embargo, su “héroe” le restaba importancia, “tranquilo, es una celebración, deben haber liberado a algún preso o es una boda”. Al rato, un grupo de cuarenta personas irrumpió en el bar, mientras disparaban al aire, inmediatamente el hombre palestino le advirtió que no debe mirarlos a los ojos. Cuando el evento terminó, los niños corrieron, se acercaron y juntaron los casquillos que quedaron esparcidos por el suelo de aquel bar. Cristian comenta: “Yo lo miro a Mohamed -que era el nombre del tipo- y le digo: ¿Qué carajo está pasando?” y él responde: “Sabés una cosa, si Argentina quiere salir campeón, necesita buscar un jugador como Riquelme”. Y así el fútbol vuelve a ser instrumento para olvidar la muerte.

El director Cristian Pirovano junto a Fernando Signorini, histórico preparador físico de Maradona.

«En el mismo Mundial de Qatar nadie fue capaz de decir nada sobre los 14.000 muertos que hubo en la construcción de los estadios. Ni siquiera un minuto de silencio en ninguno de los partidos», se lamenta Signorini.

Pirovano y Fernando Signorini conversaron sobre el film y el significado del deporte, al terminar la proyección. Entonces, el preparador físico de Maradona comentó: “En los lugares donde la muerte reina todos los días, el fútbol puede ser una excusa para ser feliz”.

Pirovano asegura que el documental que se estrenó en 2018, lejos de envejecer, está creciendo: “Algo que empecé a ver con las proyecciones, es que al principio -en las primeras proyecciones- teníamos muy pocas preguntas. Hoy, en cambio, hay mas cuestionamientos, sobre el rol de la mujer en estas sociedades en conflicto, sobre las narrativas que recorren los medios, y sobre el papel que tienen o deberían tener los distintos organismos internacionales”, rescata.

Por su parte, Signorini, analiza el rol del fútbol en la actualidad con ojo crítico: “Sabes que yo hace mucho que estoy decepcionado con el rol que el fútbol está representando en la sociedad actual”. Y agrega, en diálogo con ANCCOM: “Tenemos alta mortalidad infantil, corrupción galopante, gente sin trabajo, sin techo, pero juega Boca-River o la Selección y olvidate. Yo creo que se lo utiliza como el árbol que tapa el monte, como el opio de los pueblos, como decía Marx, creo además, que a este negocio le conviene la violencia, la rivalidad”.

El profesor menciona también la frase de Luis Menotti, director técnico de la Selección campeona de 1978: “Cuando la pelota saltó del campo de juego a los escritorios de los grandes jerarcas, el fútbol cambió para siempre. Ya dejó de ser esa construcción cultural de las clases populares que nos podía ayudar a ser mejores mañana, hoy se transformó en esta porquería”, lamenta.

Signorini no puede desvincular el deporte y la política:“Fiijate que hasta en el mismo Mundial de Qatar nadie fue capaz de decir nada sobre los 14.000 muertos que hubo en la construcción de los estadios. Ni siquiera un minuto de silencio en ninguno de los partidos, ningún jugador argentino fue capaz de decir nada acerca de ponerse el luto por la muerte de Hebe de Bonafini -Activista argentina y ex presidenta de Madres de Plaza de Mayo- que murió durante la disputa”.

Como Maradona, el profe no se guarda nada: “Hoy son todos ovejitas del rebaño, campeones así a mi no me sirven, porque están utilizando a la Selección y a sus jugadores como ejemplos de que no hay que decir. Está todo mal, pero no hay que callarse. Entonces hay que tener mucho cuidado, hay que tener otra lectura a la que te quiere plantear el sistema”.

La película se estrenó originalmente en el 2018, pero desde entonces pasaron muchas cosas, los secuestros del 7 de octubre orquestados por Hamas que trajeron un recrudecimiento del conflicto en la Franja de Gaza, las masacres y hambruna provocadas por el Estado de Israel; las tratativas de “alto al fuego”, propiciado por Estados Unidos; la entrega de rehenes de ambos bandos. Pero el cese temporal del conflicto no fue respetado, ya que la defensa civil de Gaza continuó reportando bajas, además de los impedimentos para que ingresen los camiones con suministros vitales-.La película invita a repensar el conflicto de Israel-Palestina desde la cotidianidad de quienes lo padecen.

Cabo Verde clasificó al Mundial y se festejó en Dock Sud

Cabo Verde clasificó al Mundial y se festejó en Dock Sud

La comunidad caboverdiana llegó al país hace más de noventa años y aún mantiene viva su identidad y su historia. Los futbolistas argentinos que podrían integrar la selección africana.

Ya se habían cumplido los 90 minutos reglamentarios en el Estadio Nacional de Praia cuando los jugadores de Cabo Verde decidieron buscar el tercer gol, el que certificara que la tarde de fiesta también sería de goleada. Luego de un remate atajado y una serie de rebotes, Stopira, símbolo de la Selección -que a sus 37 años volvió del retiro para ayudar a su equipo a cumplir su objetivo-, metió la pelota adentro del arco. Cabo Verde le había ganado 3-0 a Esuatini (ex Suazilandia) y se había clasificado al Mundial de Fútbol por primera vez en su historia. Las imágenes de los festejos recorrieron el planeta: se trata del país más pequeño que va a disputar el torneo más importante del mundo. Lo que en ese momento poco se sabía es que, a unos 6.900 kilómetros, en Argentina, también hubo una celebración por parte de toda una comunidad.

Javier Andrigo es hijo de una mujer caboverdiana y vicepresidente de la Sociedad de Socorros Mutuos “Unión Caboverdeana” de Dock Sud. Fundada por un grupo de inmigrantes del archipiélago en 1932. Es, junto a su par de Ensenada, “la asociación más antigua de la diáspora africana a nivel mundial”, según su página web. Andrigo explicó que “empezó como una sociedad de ayuda, una mutual para los socios, en principio para los caboverdianos y después para todo aquel que se quiera asociar”.

A lo largo de casi un siglo de historia la institución se destacó por realizar distintos proyectos y actividades, y de recibir visitas ilustres como la de José Maria Neves (actual Presidente de Cabo Verde y por entonces Primer Ministro) o de la cantante Cesárea Évora. A su propósito solidario hoy también se incorporó la lucha en contra de la discriminación “como otra base fundamental en la lucha por los derechos humanos”, según sostuvo Andrigo. Entre algunas de sus acciones se dirigió el proyecto “Apoyo a la población afroargentina y sus organizaciones de base”, se realizaron los festivales “Argentina Negra” y contribuyeron en la aplicación de una primera pregunta sobre origen afrodescendiente en el Censo de 2010. Además, anualmente se llevan a cabo distintas actividades en la Sociedad. “El 20 de enero hacemos un homenaje a Amilcar Cabral, que es el San Martín de Cabo Verde”, declaró Andrigo y agregó: “Después en abril, en mayo, en julio, en agosto y en octubre hacemos una comida típica que se llama cachupa, una especie de guiso o de locro”.

“Cabo Verde es un pueblo bastante sufrido, pero peleador y, como dijo un amigo de allí, un pueblo que tiene alas en los pies”, manifestó Andrigo. Esta última frase hace referencia a la tendencia migratoria de su gente. El archipiélago ubicado en pleno Océano Atlántico tiene aproximadamente 500.000 habitantes, pero se calcula que en el exterior hay al menos entre 1.500.000 y 2.000.000 de caboverdianos, tanto nativos como descendientes. Javier señaló: “El país está compuesto por diez islas, de las cuales nueve son habitadas y una funciona como reserva natural. Se dice que la diáspora es la isla número once”. Y, mostrando otro ejemplo de la importancia de este fenómeno, señaló: “El mayor porcentaje del PBI es por el turismo. Y el segundo es por las remesas que mandan los caboverdianos a su tierra de origen. Con lo cual es un pueblo muy colaborador, por llamarlo de alguna manera”.

Las causas de esta gran migración son variadas. La economía, los conflictos bélicos durante su independencia en 1975 y los desastres naturales, que siguen afectando a la zona aún en nuestros días. “Puede haber períodos de sequía muy prolongados. En la década de1930 no llovió por diez años, en los 40 no llovió por cinco. Eso hacía que la gente emigrara, porque de todo lo que sembraban no salía nada”, comentó Andrigo y detalló que ahora el fenómeno es opuesto: “Los huracanes que terminan en el Caribe o en la costa este de Estados Unidos, principalmente comienzan en la parte oeste de Cabo Verde. Con el cambio climático, hace dos meses hubo una lluvia tropical muy fuerte, en una de las islas, particularmente en una de las ciudades más grandes hizo desastres”.

Hablando de este último caso, destacó los avances de la tecnología en los últimos años a la hora de generar un mayor vínculo y contacto con el archipiélago: “Nosotros nos enteramos a las horas, cuando antes, a menos que nos llegara un diario de allá que trajera alguno por una encomienda, no te enterabas de esas cosas. Ahora estamos más al tanto de toda la realidad que se está viviendo hoy en Cabo Verde, y eso hace que se sienta más identificación”.

La diáspora caboverdiana en Argentina tiene su vínculo aparte con el fútbol. El más resonado en los últimos días es el de Adriano Custodio Mendes, jugador nacido en Praia, la capital, y que llegó a Argentina para jugar en el Estudiantes de Carlos Bilardo a principios de la década del 80, además de también recalar en Temperley, Chacarita y San Martín de Tucumán. Sin embargo, Andrigo expuso otros casos de jugadores con ascendencia caboverdiana que se destacaron en el país: “Está José Ramos Delgado, hijo de padre caboverdiano, que jugó en Lanús, en River, en el Santos de Pelé y en la Selección argentina. Luego tenemos a Abel de Graca, que jugó en Deportivo Cali, en Colombia, pero también en Almagro, en Lanús, y en Los Andes, donde una tribuna de la cancha lleva su nombre”. Además, agregó un caso actual y poco conocido, el de Ayrton Costa. El defensor de 26 años surgido en Independiente y que juega en Boca es nieto de un caboverdiano y “si él quisiera, podría hacerse la nacionalidad y ser convocado para jugar en la Selección”.

La clasificación mundialista fue inesperada, aunque representa la culminación de un fuerte proceso que se llevó a cabo desde las altas esferas para elevar el nivel competitivo de la Selección. Justamente, este consistió en no desaprovechar la diáspora, ya que en años anteriores se destacaron muchos jugadores de su ascendencia alejados de su conjunto nacional, como Nani (campeón de Europa e histórico ladero de Cristiano Ronaldo en la Selección de Portugal) o Patrick Vieira (campeón del mundo con Francia en 1998). Es por eso que, en un país que hace 20 años no contaba con futbolistas profesionales, se decidió contactar a través de plataformas como Linkedin a futbolistas nacidos en el continente europeo para reforzar al equipo.

Si bien el nuevo mundial de 48 equipos da oportunidad a países más débiles históricamente de meterse a su primer gran torneo (en África los cupos pasaron de cinco a nueve), lo cierto es que Cabo Verde alcanzó esa instancia muy anticipadamente. Compitió mano a mano con una de las potencias del continente, Camerún, la selección africana con más participaciones mundialistas (8) y que cuenta con jugadores de élite. Aunque fue goleado en Yaundé, en Praia logró un triunfo claro contra los “los leones indomables” a falta de dos fechas para el final. Luego rescató un empate en Libia y logró celebrar frente a toda su gente ante Esuatini. “Toda la comunidad está muy contenta con esta clasificación, porque le da visibilidad, no solo a la sociedad que está en Argentina, sino también a Cabo Verde como destino turístico, algo que va favorecer mucho a la economía local y a su gente”, celebró Andrigo.

Sin duda la participación de los apodados “tiburones azules” genera mucha expectativa. Entre los futboleros por lo singular del hecho, pero aún más en la comunidad. “Si bien hay tres países que son sedes (Estados Unidos, México y Canadá), cuando le toque en la costa este va a haber muchos caboverdianos en la tribuna, por la enorme diáspora que hubo allí. Van a jugar de local”, estimó Andrigo. Desde Argentina, él y el resto de nativos y descendientes esperan que alguno de los tres partidos de la fase de grupos sea en un fin de semana: “Así hacemos la cachupa y después vemos el partido en nuestra institución”.

Los bicialentadores

Los bicialentadores

Tres amigos entrerrianos partieron en bicicleta para llegar al Mundial de Fútbol de Estados Unidos para alentar a la Argentina. Pedalearán 10.000 km para emular una experiencia que ya realizaron para Rusia 2018 y Qatar 2022.

El fútbol despierta pasiones capaces de mover multitudes. En el caso de Vicente Conculini, Yamandú Martínez y Juan Miguel Silio, esa pasión los mueve sobre dos ruedas: decidieron emprender un viaje en bicicleta que los llevará desde Argentina hasta Estados Unidos, para alentar a la Selección nacional en el Mundial 2026.

Oficializado el ranking FIFA, la Selección Argentina de fútbol masculino aguarda en el tercer puesto a que comience la competencia deportiva más vista a nivel mundial. Luego de dos años y medio de liderar esa tabla, la caída por la mínima ante Ecuador en el último partido de Eliminatorias modificó la posición del equipo de Lionel Scaloni que, no obstante, encabezó con holgura la clasificación sudamericana.

Tres amigos conforman un equipo que une kilómetros de ruta con el mismo sueño que comparten millones de argentinos: volver a ver a la Scaloneta en lo más alto. “Hace 25 años que practico el cicloturismo”, comenta Miguel Silio, proclamado por sus compañeros como el líder del grupo por su vasta experiencia. “Ya llegué a Moscú en 2018 y a Qatar en 2022, pero ahora quiero cumplir el tercer intento y llegar en bici hasta Estados Unidos”.

La travesía no es solo deportiva. En cada parada, los tres ciclistas se nutren de la cultura y la gente de los lugares que visitan. Conculini lo resume así: “Llegar al Mundial es como la frutilla del postre, pero el camino en sí es lo más importante: conocer gente, paisajes, convivir y superar el desgaste físico y mental. El Mundial será la fiesta final, pero no es todo, es el cierre de un viaje enorme”.

Los desafíos aparecen en cada tramo. Desde las montañas que tanto le cuestan a Martínez —“soy pesadito, las subidas me matan”— hasta el temido Tapón de Darién, la selva que separa Sudamérica de Centroamérica. “La idea es cruzarlo en lancha, porque en avión no queremos. Serán dos días navegando entre Colombia y Panamá”, anticipan los tres ciclistas amigos desde el Chaco Paraguayo, donde se encuentran al momento de esta entrevista virtual.

La logística tampoco es sencilla. Viajan en bicicletas especialmente diseñadas para largas distancias, equipadas con alforjas para cargar lo indispensable, como ropa y provisiones. “Sólo en Europa existen caminos pensados para el cicloturismo. Acá tenemos que convivir con camiones, autos, motos y animales. Siempre buscamos rutas más tranquilas, pero muchas veces hay que enfrentar el tránsito pesado”, explica Silio.

El viaje también es un aprendizaje personal y colectivo. “Esto es un grupo, y como tal tenemos diferencias entre los integranes. El desafío es sortear los momentos difíciles y llegar íntegros, sin perder la amistad”, reflexiona Martínez. Para Conculini, la experiencia significa “introspección, conocerse a uno mismo y a los otros”.

Por primera vez, a pesar de sus experiencias previas recorriendo el mundo en bicicleta, Silio decidió compartir el recorrido en redes sociales (@enbiciandoalmundo). “Siempre viajé para mí, sin fotos ni publicaciones. Pero en este viaje sentimos la necesidad de dar visibilidad. No sé si la exposición te da más seguridad, pero sí la sensación de estar acompañado”.

El viaje de los tres amigos que empezaron a pedalear el 17 de agosto fue declarado de interés provincial oficialmente por la Cámara de Diputados de la provincia de Entre Ríos. Al cierren de esta nota ya habían llegado a Tarija, Bolivia, con el aliento de cientos de seguidores de una travesía diseñada para esperar el mundial.