«¿Está Télam?»

«¿Está Télam?»

Bajo el título “Fotoperiodismo de necesidad y urgencia”, la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA organizó un encuentro con trabajadores de Somos Télam, ARGRA y SiPreBa para debatir acerca de la importancia de la Agencia Nacional de Noticias.

Periodistas, fotorreporteros, docentes y estudiantes, convocados por el apagón de Télam, debatieron la importancia de los medios públicos y de una comunicación democrática y con pluralidad de voces. Bajo el título “Fotoperiodismo de necesidad y urgencia”, el encuentro se realizó el pasado viernes 12 de abril en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.

El 14 de abril de 1945, Juan Domingo Perón determinó la creación de la que años después se convertiría en la mayor agencia de noticias de Latinoamérica. A 79 años de su fundación, Télam se ha consagrado como la principal proveedora de información periodística para más de 800 abonados y nueve millones de usuarios que consultan diariamente su página web.

“Es importante pensar en los procesos represivos que los reporteros gráficos están sufriendo actualmente, porque tienen un rol fundamental en el relato cotidiano contemporáneo de los conflictos que atravesamos como sociedad”, afirmó la directora de la carrera de Ciencias de la Comunicación y anfitriona, Larisa Kejval. De hecho, uno de los ejes de la charla fue el ataque violento a trabajadores de prensa acaecido el pasado 10 de abril, en el que un grupo de periodistas y reporteros gráficos fueron reprimidos por la policía en una manifestación de movimientos sociales en reclamo de comida.

El pasado 1° de marzo, durante la Asamblea Legislativa, el presidente Javier Milei anunció el cierre de la agencia, la cual sería intervenida por personal policial días después. Hasta hoy, los cientos de trabajadores dispensados de sus labores llevan a cabo un acampe fuera de ambas sedes de la agencia. Desde el apagón, aseguran, la soberanía informativa ha sido puesta en riesgo.

Alfredo Luna, parte del colectivo de trabajadores Somos Télam y delegado del SiPreBa, estuvo presente el día que la policía procedió al vallado de la agencia: “Es difícil de entender lo que estamos viviendo. Télam no es solo nuestro lugar de trabajo, sino nuestro lugar de pertenencia. Lo que sentí más violento fue entrar a la página de la agencia y ver un cartel que dice ‘Página en reconstrucción’. Hoy sigo entrando al portal, esperando, por las dudas. Vamos a seguir acampando pacíficamente fuera de las dos sedes, resguardando nuestro patrimonio, que es el de todos”.

Igor, reportero gráfico de ARGRA, en diálogo con ANCCOM, expresó: “Es muy importante estar acá para ver cómo nos encontramos en la calle ante la represión que viene impulsando el Gobierno hacia los periodistas. Por otro lado, hay que resaltar la importancia de los medios públicos y las agencias como Télam, que permite que miles de medios locales e internacionales compren radio cables y difundan una material informativo impresionante. Esto crea la posibilidad de que Argentina tenga soberanía en términos de comunicación”.

“El fotoperiodismo permite contar lo que está sucediendo en la calle constantemente con una imagen –agregó–, a través de las fotografías se puede construir en un futuro un archivo para documentar lo que fue sucediendo a lo largo de la historia. Ningún período es ahistórico, todo se enmarca en la construcción de una historia colectiva y para que nosotros podamos entender lo que sucedió, por ejemplo en la época de la dictadura, las imágenes son clave para difundir ese relato”.

Por su parte, Victoria Gesualdi, fotoperiodista de Télam y una de las coordinadoras del equipo fotográfico de ANCCOM, subrayó la importancia de entender la situación de los medios en una coyuntura de represión y precarización: “Para pensar qué hacer con Télam, que es sin duda la mayor expresión de memoria y patrimonio visual que tenemos, hay que entender que en un contexto de precarización estructural de los medios la lógica de un periodismo con función social y comprendido como un servicio público, está totalmente en jaque. La circulación de las imágenes hoy compite con fuentes como Twitter o Instagram en una trama de inteligencia artificial. En esa coyuntura hay que poner en valor lo que implica la agencia pública de noticias y el producir imágenes desde una perspectiva federal y soberana como sucede en Télam”.

Analía, fotógrafa de Télam, explicó para todos el funcionamiento del área de fotografía: “Télam produce entre 200 y 300 fotografías por día, 90 mil por año. Somos 51 fotoperiodistas de todo el país, con 21 corresponsalías, una de ellas en la Antártida, registramos lo que sucede en cada provincia. Todo el material se sube a la cablera y se concentra en un inmenso archivo, que hoy se encuentra inhabilitado. Esta labor es fundamental para la identidad de un país, y para brindar información en y desde las localidades. ¿Qué cubrimos? De todo. En los inicios de la agencia únicamente se cubrían actos políticos, con el paso del tiempo hemos llegado a cubrir todo tipo de áreas y temáticas. Télam, entonces, como medio público, garantiza la circulación de información de interés público no sometida a presiones políticas o comerciales. ¿Para quién producimos? Para los más de 800 abonados, y para toda la ciudadanía”.

Durante la mesa de editores de pequeños portales y revistas que se llevó a cabo en el marco de la jornada, todos remarcaron el valor que tiene, para sus medios, el cuerpo de imágenes que componen el famoso archivo. La pregunta que la mayoría de ellos hacían en el lugar de los hechos, era: “¿Está Télam?”. La presencia de la agencia les garantiza a cientos de medios la posibilidad de cubrir lo que ellos llegaban, y Télam siempre está, a lo largo y ancho de todo el país. Hoy, sin su archivo, ¿qué información circula?

De la fiesta callejera a la tragedia de la guerra

De la fiesta callejera a la tragedia de la guerra

La 34º Muestra Anual de la Asociación de Reporteros Gráficos Argentinos se exhibe en esta oportunidad en el Centro Cultural Borges. Claroscuros de una vida política y social cargada de emociones fuertes.

La 34° Muestra Anual de Fotoperiodismo Argentino que se puede visitar en el Centro Cultural Borges exhibe las obras de 85 autores y autoras de la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (aRGra) sobre los hechos más preponderantes de 2022. El Comité Editor de este año estuvo conformado por Eva Cabrera, Analía Garelli, Lorena Lucca, Aníbal Greco y Juan Foglia.

En diálogo con ANCCOM, Lorena Lucca contó sobre el proceso de selección de la muestra: «Tratamos de reflejar los hechos más importantes que ocurrieron el año pasado en el país y en el mundo. La fotografía te tiene que generar algo. Las imágenes que recibimos son anónimas. Nosotros no sabemos de quienes son, solo las vemos con un número de referencia. Para la muestra de este año vimos 2.200 fotografías que enviaron los colegas y quedaron seleccionadas 158».

La puesta abre con los festejos del mundial 2022 y la expresión de felicidad de la gente en la calle. A medida que se avanza en el recorrido, el panorama cambia y aparecen reflejos de las otras realidades argentinas. La masividad abandona el tinte festivo y se expresa y reclama ante la pobreza, la desigualdad, la falta de techo. Los incendios forestales constituyen otra de las temáticas que enmudecen la mirada: las imágenes de las llamas ocupando todo el cuadro, queman.

Para Sebastián Vricella, presidente de aRGra: «El espíritu de la muestra nace en 1981 y tiene como objetivo dar a conocer todo el talento que los medios de comunicación no editorializan. Se origina en los años ochenta y, junto con Teatro Abierto, fueron pioneros en empezar a romper con esta lógica de lo que no se muestra en estos 40 años de democracia. A pesar de que actualmente estamos transitando por una infinidad de cosas, hemos ganado un año de elecciones en arGRa. Esto nos ayuda a tener fuerzas y seguir adelante con iniciativas nuevas y renovadas frente a la coyuntura política actual”.

A medida que se avanza en la muestra toma protagonismo una crisis que no se circunscribe solamente a Argentina. Las imágenes del hambre, la precariedad y el terror que se vive tras la guerra de Ucrania y Rusia son unas de las más impactantes. La decadencia que genera el capitalismo protagoniza las escenas e impregna cada una de las imágenes más allá de su ubicación geográfica: el imperialismo y la batalla por monopolizar el poder se hacen presentes.

La reportera gráfica Natacha Pisarenko habló con ANCCOM sobre algunas de sus imágenes que formaron parte de la muestra y de lo que implica el oficio. «Esta profesión hace que un día estés en la cancha de fútbol en una final y otro día estés fotografiando la vida en Kiev. No tiene nada que ver una cosa con la otra. No son ni comparables las sensaciones que tenés en ese momento. En Kiev me pasó ver el esfuerzo de la gente por seguir, acostumbrándose al miedo, con ganas de continuar con la vida que tenían, pero distinta. Eso es impresionante. Los niños no dejaban de jugar aunque estaban en escenarios bombardeados. Todos tenemos cosas dentro que quedan plasmadas en cómo vemos y lo que vemos, pero trato de dejar todos mis prejuicios, opiniones, trato de ir a fotografiar como con la cabeza de un niño para encontrar cosas que me sorprendan».

En relación al espacio donde tiene lugar la muestra, Martin Bonavetti, subsecretario de Gestión de Espacios y Proyectos Especiales del Ministerio de Cultura de la Nación, sostuvo: «Para nosotros es una celebración. Hace cuatro años cuando propusimos recuperar el Centro Cultural Borges para el Ministerio de Cultura tomamos una decisión a partir de nuestra convicción: las instituciones públicas tienen y deben actuar en coyunturas complejas, pero sin lugar a dudas no tienen que estar resignadose a segundos planos o invisibilizandose por debates que muchas veces ensombrecen al empleado público».

ticulando con esta idea, la lucha de los trabajadores está también plasmada a lo largo de la muestra: la disconformidad de las multitudes en relación a una respuesta política se evidencia en las imágenes y explica los resultados electorales de agosto. Aparece una vinculación entre la batalla que enfrentó el Centro Cultural Borges y la que día a día libran los trabajadores de prensa en otros campos. Para Bonavetti: “Esta es la casa del fotoperiodismo. Estas muestras no solamente tienen un alto valor artístico, sino que permiten visibilizar demandas de sectores, sujetos y trabajadores. Los trabajadores fotógrafos siempre han sido los que levantaron la bandera de la dignidad del trabajo frente a otros periodos donde el periodismo se ha sentido tal vez un poco prostituido e intervenido por intereses más espurios. El trabajador fotógrafo está precarizado, perseguido, reprimido y para nosotros es fundamental desde el Ministerio de Cultura asumir una política pública que exprese su trabajo y que le dé voz a todas esas demandas que en la mayoría de veces las editoriales deciden obturar».

 

Orgullo de ANCCOM

Las diversidad de las imágenes muestra desde los textos que son parte del cuerpo de Kike Ferrari, retratado por Leandro Teysseire -editor de fotoperiodismo de esta agencia-, hasta una Moria Casán festejando el día del orgullo subida a una carroza en la obra de Camila Godoy -fotoreportera formada en ANCCOM-. También incluye desde un retrato de una madre que abraza a su hijo en la conmemoración del Día de la Trabajadora Sexual hasta otro de la diputada del Frente de Todos, Cecilia Moreau, tras ser electa para presidir cámara baja, en un hecho histórico. Entre todos, construyen un verdadero rompecabezas que sintetiza el año noticioso.

Graciela Calabrese pertenece al colectivo aRGra desde 2003, fue miembro de su Comisión Directiva durante 2017-2021 y actualmente es coordinadora de las visitas educativas de la muestra anual: «Cada año durante la muestra realizamos en los días hábiles visitas educativas con la presencia de reporteros gráficos que reciben a los estudiantes para recorrerla”. Por otro lado, la muestra pretende tener un alcance federal, tanto en los hechos que se exhiben como en hacerla itinerante. “Nos encargamos de que la muestra recorra todo el país, desde Neuquén, Viedma, Rosario, Tucumán hasta Santa Fe y el sur», agregó Calabrese.

La muestra se puede visitar de forma gratuita en el Centro Cultural Borges, Viamonte 525 CABA, a metros de Galerías Pacíficos, de miércoles a domingos de 14 a 20 horas, hasta el 23 de septiembre.

“Es nuestra propia editorial sobre lo acontecido, por lo menos fotográficamente”

“Es nuestra propia editorial sobre lo acontecido, por lo menos fotográficamente”

La 33º Muestra Anual de Fotoperiodismo organizada por aRGRa se exhibe hasta el 7 de agosto en el Centro Cultural Borges, mañana también se suma la presentación del anuario que cuenta desde el lente de los reporteros gráficos lo que ocurrió durante 2021.

Los reporteros gráficos muestran, a través de imágenes, la realidad que vivió el país en 2021 en el Centro Cultural Borges en la 33º Muestra Anual de Fotoperiodismo Argentino de aRGRa, la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina. Este año está integrada por 130 fotografías y permanecerá abierta hasta el 7 de agosto.

El 2021 fue marcado por las secuelas de la pandemia que llevaron a la urgencia de vacunación masiva, acompañada de la apertura de actividades y la situación de los humedales del Paraná arrasados por incendios, todo eso se ve reflejados en la 33 Muestra Anual Fotoperiodismo Argentino organizada por la aRGRa. Las imágenes reconstruyen la memoria colectiva de un país que festejó con la llegada de la vacunación masiva contra COVID 19, el triunfo de la Copa América, y el festejo de los 70 años de Charly García; pero que también sufrió tragedias ecológicas, casos de gatillo fácil y femicidios.

En 2020 se cumplieron 40 años de la primera muestra en 1980, a partir de la cual se comenzó a realizar la Muestra Anual de aRGRa. Esta exhibición es única en la historia de la fotografía argentina, un hecho bisagra, ya que durante la dictadura cívico militar comenzaron a exhibir fotos de las Madres de Plaza de Mayo y visibilizar su lucha. Se mostraron las fotografías que los medios no mostraban. Esta muestra “es nuestra propia editorial sobre lo acontecido, por lo menos fotográficamente”, cuenta Sebastián Vricella, vicepresidente de aRGra.

La convocatoria para socios y socias de la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (aRGra) se realiza con diferentes ítems: actualidad, vida cotidiana, naturaleza, medio ambiente, deporte, artes y espectáculos. Las fotografías son enviadas por los socios -en este caso participaron 1700 fotos- y el comité editor conformado por Daniel García, Silvana Colombo, Inés Quinteros Orio, Candelaria Lagos y Emiliana Miguelez fueron los encargados de seleccionar 130 fotografías para la exposición.

En el marco de la celebración de los 80 años que cumplió aRGa, la asociación también celebra que por primera vez tiene como presidenta a una mujer, Eva Cabrera. En 2020 se constituyó una comisión de género que viene trabajando desde 2019. “Por el lugar en general que tiene y tuvo el rol de las reporteras gráficas, tanto en la calle como en las redacciones y en el ámbito laboral, que por suerte son cada vez más”, remarca el vicepresidente Vricella.

Sobre los temas sobresalientes de la edición 2021, el Vricella explica: “Hace más de 15 años que se vienen mostrando fotos de incendios, contaminación y problemas ambientales. Decidimos darle la prioridad que quizás todos los años se relegaba en la muestra. Los incendios y los cambios climáticos es una realidad que nos afecta hoy y lo pusimos de relieve en ese sentido”.

La muestra

El recorrido inicia con la fotografía a gran altura del fuego avanzando los humedales que rodean al Río Paraná en la provincia de Entre Ríos, capturada por Tomás Cuesta. El fotógrafo cuenta la dificultad de poder tomar la foto, ya que no había manera de llegar a donde estaba el incendio que fuera por vía aérea: “Fue muy difícil de hacer esa foto porque había brigadistas y algún que otro funcionario volando por helicóptero. No había manera de llegar a donde estaba el fuego a pie o en auto, era por helicóptero. No conseguimos que nadie del Ministerio nos llevara”. Sin embargo, con sus compañeros consiguieron que un joven que estaba haciendo el curso de piloto los lleve: “Nos dejó el precio de la hora de vuelo”, señala.

Con respecto a la elección de las imágenes Cuesta relata el proceso: “Normalmente para un concurso se eligen las fotos más lindas, pero en una muestra como aRGra es un poco distinto, porque creo que se trata demostrar lo que sentimos, lo que no se pudo mostrar en los medios donde que laburamos. En el caso ambiental, mandé muchas fotos de ese tema porque me parece que, si bien se habla cada vez más, no se le da la entidad que tiene”.

Sin moverse del Litoral y con la peor bajante del Paraná en 70 años se encuentra el retrato de la pescadora y referente de la Cooperativa de Trabajo «Fisherton-Pueblo Esther», María Barrios, que parece quedar atrapada por las redes vacías de peces, aunque finalmente consigue su objetivo. En el trabajo fotográfico de Celina Mutti Lovera, la pescadora del Paraná muestra orgullosa el resultado de su tarea.

Las imágenes que rescatan la campaña de vacunación se reflejan bajo el lente de Sebastián Granata, quien muestra a personas mayores disfrutar de películas de Chaplin, antes y mientras se vacunan en el reformado cine Lumiere de Rosario. Esteban Collazo, captura al presidente Alberto Fernández descubrir su brazo para recibir el refuerzo de la vacuna contra el COVID. Es su mismo lente, el que retrata al primer mandatario con una gran sonrisa, mientras muestra entre sus dedos un pequeño frasco con la fórmula contra el virus.

La euforia del fútbol también atraviesa la exhibición, con la imagen de Gustavo Pagano, que retrató a Lionel Messi con la Copa América en el brazo, poniendo punto final a una racha de 28 años sin títulos. La ola feminista aparece en el trabajo de Josefina Nicolini, quien captura la integración deportiva de Mara Gómez, la primera jugadora trans de la liga profesional de fútbol argentino, luego de firmar su pase a Estudiantes de La Plata.

También aparece el primer aniversario de la muerte de Diego Armando Maradona, bajo el lente de Mariana Nedelcu, quien captura a un niño con una peluca negra de rulos ensortijados descansando en un banco, dentro del santuario en el barrio porteño de La Paternal. “Yo había ido a hacer otra historia. Habíamos ido a Villa Fiorito a la casa de la infancia del Diego. Me imaginaba una foto que nunca existió porque llegamos ese día, un día lluvioso, frío y no había nadie. La foto del santuario terminó siendo la última del día, porque nos fuimos de ahí con material escaso. Fuimos a la casa de Enrique García Medina para editar y Enrique muy generosamente me dijo ‘te falta material’”, reconstruye y revela que de ahí ambos decidieron ir a La Paternal: “La verdad que gracias a él hicimos un buen equipo. Fue un poco por su propuesta que pude tener esa foto”, confiesa Nedelcu.
“Una de las miradas que adoptamos como colectivo de aRGRa, es una mirada contundente, que invite a reflexionar. Lo que pasa es que la gente la ve y se acuerda de cosas que pasaron. Se pierde un poco de noción de todo lo sucedido”, explica Lucía Merle, docente en aRGra y fotógrafa encargada de retratar la movilización de trabajadores y trabajadoras de la salud del AMBA pidiendo aumento de salarios en el Puente Pueyrredón. Lucía Merle también es la autora del retrato de la madre de Úrsula Bahillo despidiendo a su hija, víctima de femicidio en la ciudad de Rojas, Provincia de Buenos Aires.

Merle describe el rol de la muestra: “Es importante que estén estas fotografías dentro de la muestra. 2020 fue la pandemia y el 2021 fue la vacunación. Tocan dos temas que fueron muy importante y necesarios de visibilizar. (Que la muestra) Aporte un poquito a visibilizar no solo lo que vimos todo el tiempo como el presidente con la vacuna, o el centro de vacunación, como lo obvio, sino estas otras cosas”. A su vez, como docente rescata la incorporación de los más jóvenes a la Asociación: “potencias que enriquecen el cruce de los fotoperiodistas profesionales y de los que se están formando desde otro lado, diferente del que formó a mi generación. Es súper enriquecedor”.

El área de la exposición dedicada al espectáculo comienza con el retrato de Palo Pandolfo. En julio de 2021, previo a su muerte, el rockero con un sombrero negro, cubierto con un poncho rojo y un echarpe azul, sostiene en su mano derecha un gallo de cresta roja y en la otra tiene un ramo de flores violetas. Fue capturado por Leonardo Vaca. Otra imagen para destacar es la de Fernando Gens que capta al músico Charly García en el festejo de sus 70 años en el Centro Cultural Kirchner, cuando emerge con sombrero y anteojos detrás de un piano sobre el escenario, levanta su mano derecha con los dedos en V y sonríe.

La muestra de 130 imágenes compone la historia argentina sucedida en 2021, el espectador es libre de organizar el recorrido de la muestra según sus intereses. La exhibición se puede visitar de miércoles a domingos, de 14 a 20, hasta el domingo 7 de agosto, en Viamonte 525, Ciudad de Buenos Aires.

El Anuario

Además de la tradicional muestra, como cada año, la Asociación presenta el Anuario Fotoperiodismo Argentina, “un momento de pausa para poner en la mirada lo acontecido en el 2021”. Este evento, se realizará mañana, 9 de Julio, a las 17, también en el Centro cultural Borges, donde está alojada la muestras, todo con entrada gratuita.

 

«Buscar el mejor lugar y poner el cuerpo»

«Buscar el mejor lugar y poner el cuerpo»

Una muestra en Tecnópolis recorre 40 años de la carrera del fotoperiodista Eduardo Longoni y de la represión estatal en la Argentina.

La gente se acerca, niños y niñas miran los asientos y ven una postal sobre cada una de las sillas, toman un par y mientras se sientan las miran, las comparan, comentan entre ellos qué es lo que sucede en las imágenes. Cada vez más personas ocupan sus lugares y esperan para ver al fotógrafo Eduardo Longoni que junto a Cora Gamarnik, investigadora del fotoperiodismo, presentará la muestra “Una mirada honesta” que se puede ver hasta el 12 de diciembre y recorre más de cuarenta años de la carrera profesional de Longoni, a través de quince de sus obras más importantes.

Los protagonistas aparecen seguidos por una cámara que filma su recorrido por el espacio mientras hacen comentarios sobre las imágenes alrededor. Es que desde un principio la muestra surgió a partir de la realización de un documental bajo la dirección de Roberto Persano y Santiago Nacif. De repente, se detienen en el medio de la sala junto a la atracción principal, se trata de un Ford Falcon verde que Longoni compró por internet y luego recubrió casi en su totalidad con una de sus capturas más reconocidas. Para Gamarnik, se trata de una instalación que “tensiona los límites de la fotografía, dándole una profundidad que por su bidimensionalidad esta no puede alcanzar”. 

Los momentos

Todo se puede explicar a través de las fotografías. Cada una de las imágenes exhibidas son capturas de momentos de violencia en las que el Estado argentino fue la fuerza perpetrante. El período elegido se extiende desde 1981, cuando Longoni todavía no había cumplido 22 años y recién había dejado la Carrera de Historia para dedicarse de lleno a la fotografía, hasta el 2017, durante las manifestaciones en contra de la reforma jubilatoria propuestas por el gobierno de Mauricio Macri que terminaron en represión. Para él, estos períodos tienen puntos en común: “Recién volví a ver la agresión tan decidida hacia los fotógrafos del principio de los ochentas en el 2017”, dice.

El retrato de este tipo de violencia, sin embargo, no siempre tuvo las mismas formas. La primera imagen, en orden cronológico, es una de sus obras más reconocidas, y la que está ploteada en el Falcon: se trata de una captura que hizo en 1981 en un acto del Día del Ejército, en donde decenas de uniformados miran a cámara de costado. “Los primeros momentos de la dictadura eran años en los que en la calle pasaba poco a la vista, porque los militares tenían ese precepto de que si algo no se ve es porque no ocurrió”, comenta Longoni. Ese ocultamiento dictatorial se extendía hacia las redacciones de diarios y revistas de la época mediante actos de censura directa e indirecta: “Ahí aprendí a fotografiar como si tuviera una segunda cámara, algunas eran para los medios y otras las guardaba porque sabía que nunca iban a salir en la prensa”. Esta es la razón por la cual esta foto no fue presentada recién hasta 1983 y la razón por la cual la instalación cobra un sentido tan fuerte: “El Falcon es una manera de representar la idea del aparato represivo de la dictadura, de la máquina que hacía desaparecer a la gente”.

Con la llegada de la democracia llegaron los juicios hacia los represores, en los que Longoni pudo capturar el momento en el que los miembros de las juntas militares pasaban al banquillo de los acusados: “Había una puerta que se iba a abrir e iban a aparecer estos monstruos. En ese momento se me vinieron a la mente todas las personas que ya no estaban”. La noticia de que un país juzgara y condenara a sus dictadores por delitos de lesa humanidad recorrió el mundo por lo inédito del caso y su imagen recorrió el mundo: “Fue la única foto de mi carrera que hice llorando”.

Sin embargo, la violencia estatal no cesó y Longoni no dejó de documentarla, dentro de los momentos elegidos se puede ver la imagen de un policía disparando hacia un tumulto de gente en una marcha durante el gobierno de Raúl Alfonsín, el alzamiento carapintada, el copamiento de La Tablada, una movilización por el atentado a la AMIA, el pedido de justicia por José Luis Cabezas y los momentos de tensión en Plaza de Mayo en diciembre del 2001.

La fotografía de La Tablada fue un documento clave para la condena judicial del ex general Alfredo Arrillaga.

Su relación con la militancia fue un punto clave a lo largo de su carrera, tanto que para Santiago Nacif “lo fundamental de su obra es poner el cuerpo, estar ahí, intervenir desde una mirada que nosotros consideramos honesta. Saca sus fotos desde adentro y eso queda reflejado en toda la muestra”. Un claro ejemplo de esto es una de sus imágenes más importantes, que tomó durante el copamiento de La Tablada cuando José Díaz e Iván Ruiz, dos miembros del MTP, se rendían ante un militar que los apuntaba con un arma. Esta fue la última vez que se los vio con vida y hoy son parte de la lista de desaparecidos en democracia que cada vez crece más. La fotografía fue un documento clave para los juicios posteriores y en 2019 sirvió para la condena al ex general Alfredo Arrillaga.

Fue a raíz de estos juicios que Nacif y Persano conocieron a Longoni y se interesaron en su historia: “Sabíamos que era una persona muy importante para el fotoperiodismo argentino por su compromiso con todas las causas de militancia y derechos humanos. Por eso le propusimos la idea de hacer un documental sobre su vida y su carrera en un momento en el que, a partir del 2017, está alejándose de a poco del registro directo de las movilizaciones más tensas”. La película, que empezó el rodaje en el 2020 pero se vio interrumpida por la pandemia, continuará en filmación aproximadamente hasta mediados del 2022 y se espera que su estreno sea a fines de ese año.

“Llegué y me recibieron con una granada de gas lacrimógeno que por suerte pude patear”. Este es el primer recuerdo de Longoni sobre la represión que hubo en la marcha contra la reforma provisional del 2017. Este evento marcó un punto de quiebre en su carrera: “Cuando ya no podés salir corriendo de la policía es porque estás complicado”, comenta entre risas. Es que, para él, el compromiso con este trabajo tiene que ser total: “Uno no aparece como por arte de magia en donde pasa algo. Hay que estar en el lugar, buscar la mejor posición y hay que poner el cuerpo. Un fotógrafo documental se gasta más con los años, por eso ya no hay tantos de mi edad”.

Sin embargo, esto no significa que haya abandonado la fotografía por completo, ni que se quede quieto, actualmente se encuentra en el desarrollo de un nuevo proyecto: “Estoy en el medio de un ensayo sobre algo que podría llamarse la estética del peronismo. Salgo mucho a marchas de movimientos obreros y de sindicatos, pero es un trabajo largo así que me estoy tomando mi tiempo”. Es que a fin de cuentas, Longoni no olvida lo que pensó cuando abandonó la universidad para dedicarse por completo a la fotografía: “Pasé de estudiar la historia a documentarla”.

“Cuando cubrimos la actualidad estamos cubriendo la historia”

“Cuando cubrimos la actualidad estamos cubriendo la historia”

“El periodismo gráfico fue un apoyo, una ayuda y una protección. Los y las fotógrafas han sido nuestros héroes valientes que están en la calle. En un país donde todos somos perseguidos hay que poner el cuerpo y hay que luchar todos los días: todos los días es hoy”, fueron las palabras inaugurales de Norita Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo -Línea Fundadora, en la apertura de la muestra anual de la Asociación de Reporteros Gráficos de la República  Argentina (ARGRA). La edición número 30 de la muestra se puede visitar en la Casa del Bicentenario (Riobamba 985, CABA) y abarca los principales temas del 2018 en Argentina: la lucha por los derechos de las mujeres, los movimientos sociales, la cumbre del G-20, recitales importantes y muchos otros.

En diálogo con ANCCOM, Norita añadió: “Todo lo que se quiere tapar sale a la luz a través del fotoperiodismo y es el testimonio de lo que se vive diariamente: represión, opresión y violación de derechos humanos. Cuando las palabras no llegan a graficar lo que pasa, la fotografía muestra lo que vivimos. Nos sentimos resguardadas cuando hay fotógrafos en cualquier acto y sentimos un agradecimiento muy fuerte para ellos, así que hoy estamos aquí para dar las gracias”.

El mural de bienvenida a la exposición tiene un texto de la socióloga María Pía López: “La calle es el tema fuerte del anuario de este año, la calle como territorio de peleas políticas, de construcción de lo colectivo y también como escenario del drama vital”, dice. Las fotos que se exhiben en los dos pisos de la Casa del Bicentenario buscan reflejar eso.

Como todos los años, en la muestra de ARGRA se presentan nuevos libros de la colección Pequeño Formato.

Daniel Vides, presidente de ARGRA, agradeció a los fotógrafos y fotógrafas que enviaron sus trabajos para la muestra y que están en la calle todo el año. Mencionó especialmente a sus colegas  de Clarín despedidos este año y a los detenidos en el verdurazo, a la vez que subrayó que la práctica de la profesión se pone cada día más difícil.

“La importancia en nuestro oficio es que tenemos un lugar especial en la historia de nuestro país. Cuando cubrimos la actualidad en realidad estamos cubriendo la historia y la muestra trae eso, testimonio en el tiempo. Estas fotos que se ven en la muestra, que son de 2018, sacadas de los medios y puestas en una sala, en otro tiempo y en otro espacio, dan cuenta de esa potencialidad y de nuestra responsabilidad por la memoria colectiva”, destacó Vides entrevistado por ANCCOM.

La editorial de ARGRA también presentó el libro donde se compilan los trabajos de la muestra. Por primera vez en la historia de la institución, la foto de portada es de una mujer, Natacha Pisarenko. “Da cuenta de uno de los temas centrales del año, la lucha por la IVE”, afirmó Vides en referencia a la impactante imagen que muestra a un grupo de pibas cantando y bailando bajo la lluvia, frente al Congreso de la Nación, la noche en la que el Senado rechazó el proyecto por el aborto que llegaba con media sanción de Diputados.

Julieta Ferraro es otra de las reporteras cuyo trabajo sobresale en la exposición. Su foto-ensayo ocupa una pared entera y retrata la intimidad de Maxi, un varón trans en medio de sus cirugías y su transición. “Apunté a lo personal, sin una mirada médica y lejana. Al final toda la idea confluyó en las cuatro fotos que se ven en la muestra” expresó. Para Ferraro suponía un riesgo mostrar algo tan íntimo, pero al final resultó ser un miedo propio. “Usaron las fotos para sus perfiles, les gustaron mucho”, contó.

La muestra se puede visitar de martes a domingo de 12 a 20 en la Casa del Bicentenario hasta el sábado 10 de agosto inclusive. La entrada es  libre y gratuita. Allí están a la venta los anuarios y los pequeños libros de fotografías con los que se financia la anualmente la exposición.