Los trabajadores del Bauen no se dan por vencidos

Los trabajadores del Bauen no se dan por vencidos

La pandemia logró lo que no pudo el poder: que cierre el autogestionado hotel Bauen. Pero sus integrantes ya armaron tres nuevas cooperativas y sueñan con una cuarta.

La cooperativa Sweet Canela la integran cinco extrabajadores del Bauen.

La pandemia de covid-19 causó la pérdida de innumerables puestos de trabajo y con ello la necesidad de decenas de familias de encontrar en medio de la crisis, nuevas formas para sustentarse. El coronavirus, entre otras cosas, logró lo que no pudo el Poder Judicial, el macrismo y empresariado: el Hotel Bauen cerró en octubre de 2020, luego de casi dos décadas de autogestión cooperativista y constantes luchas por las recurrentes amenazas de desalojo, los trabajadores tuvieron que abandonar el edificio debido a las deudas por la falta de ingresos a y previo a esto, los tarifazos y el veto de Mauricio Macri a la Ley de Expropiación, en el 2016.

Se cerró un capítulo para el exBauen, pero sus integrantes se repensaron junto con compañeros de otras cooperativas y así inició una nueva etapa, esta vez con mucha experiencia acumulada. Por eso, tras abandonar el edificio, surgieron tres experiencias cooperativistas. De estas, dos son gastronómicas: Sweet Canela, que administra el bar del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini; Los Carpinchos, que asume la gestión del bar de los trabajadores del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti (en la ex ESMA, Avenida del Libertador 8151) y Rutas Argentinas, la agencia de turismo que les va a permitir a todos los trabajadores conocer los alojamientos y destinos turísticos en manos de cooperativas y mutuales en todo el país y se espera que para el segundo semestre del año este en función en Avenida Cabildo al 1700.

Los exintegrantes de la cooperativa del Bauen ya crearon dos emprendimientos gastronómicos y uno turístico.

“Aún nos resta continuar con el Hotel. Es difícil pero no vamos a parar hasta encontrarlo. Como lo posible no se encuentra tirado por ahí sino que se construye espalda con espalda, salimos nuevamente a la cancha con más ganas que nunca”, indica Federico Tonarelli, presidente de la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajadores Autogestionados (FACTA).

En este sentido, Tonarelli cuenta: “Nos encontramos en la búsqueda de un edificio estatal que cumpla con las condiciones necesarias para el desarrollo de la actividad hotelera, estamos gestionando los permisos de uso con la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), es un proyecto a mediano plazo”.

En paralelo al cierre del Hotel Bauen, algunos trabajadores siguieron en la cooperativa, otros desarrollaron proyectos personales y algunos están trabajando en relación de dependencia. “La dispersión del grupo fue medio inevitable; sobre todo, por no haber podido resolver rápidamente lo del nuevo edificio”, dice Tonarelli. Sin embargo, hubo un grupo que siguió con el horizonte puesto en el asociativismo y la economía solidaria. En la actualidad, son 15 los trabajadores directos, 5 en cada una de las tres nuevas cooperativas, y a ellos se sumarían otros puestos de trabajo, según el número de habitaciones que tenga el futuro hotel y el crecimiento de cada una de las nuevas empresas autogestivas.

Sweet Canela asumió la administración del café-bar del Centro Cultural de la Cooperación en junio de 2022; el equipo de trabajo está integrado por cinco personas (tres mujeres y dos varones) y las ganancias se reparten entre todos por igual. Nancy Galván es la presidenta de esa cooperativa, y también es la encargada del local, en donde trabaja su hija mayor, Jacqueline.

Sweet es el proyecto que más recorrido tuvo en este tiempo y la más pura de los exBauen, aunque son poquitos por ahora, porque el bar de la CCC da para pocos todavía», explica el presidente de FACTA y adelanta “Cooperativa Los Carpinchos somos compañeros de la cooperativa Bar La Cacerola y yo que vengo del Hotel”.

La cooperativa Rutas Argentinas, en tanto, está integrada por siete trabajadores exBauen junto con compañeros de la Cooperativa Escuela Mundo Nuevo y la de lácteos La Ciudad (Séptimo Varón). “Si bien aún el proyecto está en sus inicios, ya tiene matrícula y CUIT y está tramitando el legajo de agencia de turismo en el Ministerio”, explica Tonarelli.

El objetivo a mediano plazo es reabrir el hotel.

El objetivo central es la reapertura del hotel que para el Mundial de 1978 fue hecho para albergar turistas y que tras la crisis económica, política y social del 2001 desatada por las políticas neoliberales que llevaron adelante los presidentes Carlos Menem y Fernando de la Rúa terminó con sus puestos de trabajo. Así nació la cooperativa de los trabajadores que por casi 20 años hospedó a miles de personas y comensales y en sus últimos años supo ser la casa y cuna de diferentes proyectos culturales y sociales tales como las redacciones de las revistas La Garganta Poderosa y Cítrica, el grupo teatral El Descubridor (con Manuel Callau a la cabeza) y un almacén de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP).

“La suma de tantas voluntades hizo nacer el Espacio Cooperativo Bauen, y esperamos poder continuar con el trabajo de tantos años. A estas tres cooperativas que hablamos, se le sumaría la cuarta, que es la cooperativa del Hotel Bauen. Dependemos para poder avanzar de las negociaciones que con la AABE estamos motorizando para conseguir un edificio estatal en comodato. Si conseguimos un edificio habría un rápido reagrupamiento de los compañeros, de eso no tenemos dudas», cierra Tonarelli.

El Bauen, otra vez en peligro

El Bauen, otra vez en peligro

El pasado sábado 22 de junio, un hito histórico podría haber tenido lugar: tras 16 años, el Hotel Bauen tenía previsto reabrir las puertas de su sala de teatro con la presentación de la obra Yo, Feuerbarch, protagonizada por Manuel Callau y Francisco González Gil. Sin embargo, a horas del estreno, volvió a ser acorralado por la amenaza de desalojo. Este viernes vencerá el plazo que el Juzgado Nacional Comercial N° 9 le otorgó para llegar a un acuerdo con la empresa Mercoteles, que reclama la propiedad del inmueble. “Es una situación muy compleja e incierta”, revela Federico Tonarelli, vicepresidente de la cooperativa de trabajadores que gestiona el hotel.

Desde hace 15 años, el Bauen atraviesa una conflictiva situación. Luego de la quiebra declarada en el 2001, el emblemático edificio ubicado en la Avenida Callao fue recuperado por sus trabajadores, pero el litigio con los anteriores dueños nunca logró resolverse. Hasta el día de hoy, el espacio funciona de manera autogestiva como una coordinación de cooperativas: allí se albergan la redacción de las revistas Cítrica y La Garganta Poderosa, el colectivo teatral El Descubridor y un almacén del Movimiento Popular La Dignidad. Junto con la del hotel, estas cinco organizaciones suman 200 personas a cargo de distintas tareas.

Luego de reiterados pasos por la Cámara de Apelaciones y por la Corte Suprema, en el 2016 se logró sancionar la ley 27.344, la cual establecía la expropiación del establecimiento a favor de la cooperativa. La medida podría haber solucionado la situación, pero a fines de ese año el presidente Mauricio Macri decidió vetarla mediante el Decreto 1302/2016. “Eso retrotrajo la causa judicial nuevamente a foja cero, y nos volvió a dejar en situación de desalojo”, recuerda Tonarelli.

Si bien hubo nuevos intentos para revertir este panorama, la Corte rechazó el último recurso extraordinario que se presentó en diciembre del año pasado, por lo cual la propiedad y el empleo de los trabajadores están en peligro. La semana pasada, la jueza María Paula Hualde los convocó a una audiencia para comunicarle que, en el lapso de siete días hábiles, debían intentar llegar a un acuerdo con la vieja patronal. Esto implicaría que la cooperativa abandone el edificio a cambio de un resarcimiento económico. “Ellos tendrían que pagarnos una suma millonaria que no están dispuestos a ofrecer, por lo cual va a ser prácticamente imposible”, aclara el vicepresidente.

Una vez finalizado el plazo, que vence las primeras dos horas de este viernes 5, se podrá proceder al desalojo mediante una notificación previa, pero no está claro cuál será el camino a seguir: “A ciencia cierta, nadie sabe qué haría la jueza una vez que se venza este plazo; si nos daría 48 horas, si esperaría a que pasen las elecciones para ver el panorama general –dice Tonarelli-. Veremos cómo reacciona el juzgado”.

Por lo pronto, desde la gestión actual del Bauen se presentó una petición en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, explicando que el veto de Macri cercena el derecho al trabajo de quienes ponen el cuerpo e invierten en el hotel hace más de una década. Además, presentaron un nuevo proyecto de ley en el Congreso, “un calco de aquél que se aprobó en 2016”, señala Tonarelli, pero al ser este un año electoral, la coyuntura nacional no los favorece.

Frente a la tensión y la incertidumbre, los trabajadores también lanzaron una campaña en sus redes sociales, “Todxs por el BAUEN”, que busca visibilizar la situación actual para masificar el apoyo. En uno de los videos institucionales publicados, la presidenta Eva Lossada arenga a sus compañeros y al resto de la población a seguir defendiendo la propiedad del inmueble: “Es una gran familia esto de las cooperativas. Si nosotros no nos sostenemos, no nos sostiene nada, entonces tenemos que seguir adelante y luchar por esto que es algo digno. Como se dice, ‘lucha, cultura y trabajo’”.