Los gremios de la salud festejaron su día reclamando por un mejor salario

Los gremios de la salud festejaron su día reclamando por un mejor salario

Sindicatos y trabajadores, realizaron una jornada nacional de lucha en diferentes partes del país, para reclamar por el 82% móvil, la creación de una paritaria nacional de salud y la inclusión de los enfermeros a la carrera nacional.

El pasado 21 de septiembre, Día de la Sanidad, se llevó a cabo una movilización frente al Ministerio de Salud impulsada por FESPROSA (Federación Sindical de Profesionales de la Salud) y la CTA Autónoma, que contó con la participación de una gran catidad de trabajadores de la salud que reclaman por el 82% móvil, la implementación de una paritaria nacional de salud y por la inclusión de los enfermeros a la carrera profesional. Esta manifestación adquirió la característica de nacional por los actos y movilizaciones que se desarrollaron en todo el país y tuvo su epicentro en la Ciudad de Buenos Aires.

La jornada de lucha que comenzó a las 11 del mediodía y que concluyó en horas de la tarde, se manifestó en torno al grito de “salud unida, jamás será vencida”. En las calles de esta ciudad se observaban carteles y banderas de todos los sindicatos que formaron parte del acto, entre ellos ATE Salud, OSPLAD (SITOS), SITRE (Sindicato de Trabajadores de Enfermería) y FENAT (Federación Nacional Territorial). Un camión, micrófonos, parlantes y los secretarios de las organizaciones exhibieron sus reclamos con firmeza, alentando al pueblo a acompañarlos en esta lucha.

Rodolfo Arrechea, coordinador nacional de ATE Salud, indicó: “Estamos en este Día de la Sanidad festejando pero también reclamando. Le quiero decir al Presidente de la Nación que no ha cumplido con lo que se comprometió en nuestra central y está pendiente esa deuda. Los trabajadores queremos una paritaria nacional, para que en ese ámbito podamos recuperar el 82% móvil que nos sacaron en la época del menemismo. No aceptamos ese acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, porque los trabajadores de la salud estamos siendo una variable de ajuste ya que Sergio Massa, el superministro, lleva adelante un recorte de más de 15 mil millones para todas las áreas estratégicas de la salud pública. Nosotros, solo pedimos tener sueldos acordes al inmenso esfuerzo que, desde el 20 de marzo de 2020, llevamos adelante todos los trabajadores del equipo de salud. En donde pusimos el pecho y hemos sufrido la pérdida de casi 1.400 trabajadores, de Jujuy a Tierra Del Fuego, por estar en la primera línea durante toda la pandemia”.

Alejandro Bassignani, Secretario General de SITOSPLAD (Sindicato de trabajadores de OSPLAD) en diálogo con ANCCOM contextualizó la situación del sector y sostuvo la importancia de difundir sus reclamos para lograr mayor apoyo de la sociedad en esta lucha: “Nos estamos movilizando, para relcamarle al Ministerio de Salud que se conforme una mesa paritaria nacional de salud, y tratar las problemáticas de los trabajadores del sector de toda la Argentina. Así como existe una paritaria nacional docente, necesitamos que haya una paritaria nacional de salud: hoy los niveles salariales son muy desiguales en el hospital público, en las obras sociales y en el sector privado”, detalló.

Eran pocos los medios que se encontraban presentes en la movilización, así como también, las personas que se acercaban a escuchar. Hugo Cachorro Godoy, secretario general de ATE y secretario adjunto de CTA Autónoma fue contundente en su discurso cuando sostuvo que “se critican subsidios de políticas sociales, pero no se critica el subsidio que se da desde el Estado para financiar el dólar soja o el dólar minero, que engorda las ganancias extraordinarias de los grandes grupos económicos. Mientras, se reduce el presupuesto en salud, en educación, en obra pública, en mejoramientos de barrios populares. Hay un golpe de mercado de los grandes grupos financieros y el gobierno se ha rendido y está aplicando un plan económico a la medida de las imposiciones del Fondo Monetario Internacional y de las trasnacionales”.

Godoy, expresó una propuesta en la que busca la unión de todos, para hacerle frente a esta situación: “Se deben realizar todas las medidas de luchas que emanan de asambleas y decisiones de nuestros compañeros trabajadores para pelear por sus derechos, no sólo se respaldan los aumentos salariales y las condiciones de trabajo. Sino también, el reclamo para el reconocimiento pleno a todos los trabajadores del equipo de salud, particularmente que se les reconozca su derecho profesional a los enfermeros. Hay que construir un sistema nacional basado y respaldado en la capacidad e intervención del Estado en todo el país, para que garantice el derecho universal y la gratuidad de la salud. Así como también, el derecho a ‘igual trabajo, igual remuneración’ para todos los trabajadores del sector”.

María Fernanda Boriotti, presidenta de FESPROSA y Secretaria General del Sindicato de Profesionales Universitarios de Sanidad de Santa Fe (SIPRUS), contó qué es lo que ocurre cada vez que le solicitan al Estado que cumpla con lo que se comprometió. “Cuando venimos a reclamar al Ministerio, nos dicen que para los trabajadores de la salud no hay plata, reclamamos hace muchos años la paritaria para fijar un piso de derechos. Hace un año, el presidente en la Casa Rosada nos decía que estaba de acuerdo, que iba a apoyar la iniciativa y que íbamos a avanzar en ese sentido. La realidad es otra”. Y añadió que “para los trabajadores de la salud, no hay plata. Pero para el dólar diferenciado para los sojeros, sí la hay. Por eso tenemos que estar en la calle, clamando por un paro nacional para terminar con este ajuste que nos está hundiendo”.

En medio de una jornada que cambió celebración por lucha, Bassignani con una luz de esperanza confensó que considera que los puntos por los que reclaman se pueden conquistar: “Esperamos que el Ministerio dé respuestas favorables, por eso los trabajadores nos movilizamos y los trabajadores de la Obra Social Docente estamos hoy de paro, en reclamo de recomposiciones salariales acordes a la canasta básica. Desde 2018 hemos perdido el 40% de nuestro salario. Es una situación insostenible”, indicó.

Uno de los temas que se mencionaron y que generan gran indignación en la comuniad es que enfermeros y enferemeras no sean reconocidos como trabajadores de la salud. Nancy Rojas, Secretaria General de SITRE explicó: “Trabajamos todos los días en la pandemia, demostramos que ningún sistema de salud podía sostenerse sin nosotros. Incluso la campaña que se hizo de vacunación por el covid-19 tampoco hubiese sido posible si no estábamos. Somos los más precarizados, los más olvidados, los que más bajo salario recibimos, además de malas condiciones de trabajo. Exigimos mejoras salariales, sueldos dignos, no queremos ser trabajadores pobres. Trabajamos por 30 mil pesos. Somos discriminados por Horacio Rodríguez Larreta y por SUTECBA (Sindicato Único de Trabajadores del Estado de la Ciudad de Buenos Aires) que nos dejan afuera de la carrera por negocio. Nos quieren tener atrapados en su sistema. Son unos corruptos. A los enfermeros no nos dejan crecer. No nos dejan ser. Soy licenciada, tengo una carrera de grado, pero tengo que trabajar en dos lugares porque no llego a fin de mes. No nos reconocen. Ni a mí ni a miles de mis compañeros. Por eso en el Día de la Sanidad estamos junto a todos los sindicatos: porque necesitamos que nos acompañen con esta lucha para tener un sueldo digno. Necesitamos el apoyo de la población, porque solos, no podemos”, sentenció.

El reclamo de los enfermeros de la ciudad

El reclamo de los enfermeros de la ciudad

En medio de un sistema sanitario a punto de ser desbordado, enfermeros y enfermeras porteños reclaman un mayor reconocimiento del Estado, inclusión de la enfermería dentro de las carreras de salud de la Ciudad de Buenos Aires, denuncian falta de elementos de protección personal de calidad y  exigen una disminución de la jornada laboral.

Walter Benítez, licenciado en Enfermería, sostiene que el reclamo de base es la inclusión de la enfermería dentro de las carreras de los profesionales de la salud. “En la Ciudad de Buenos Aires no está incorporada, lo cual es incoherente, arbitrario y discriminatorio”.

La Ley 6035 de la Ciudad de Buenos Aires contempla como profesionales de la Salud a los médicos, odontólogos, obstetras, bioquímicos, farmacéuticos, psicólogos, psicopedagogía, fonoaudiologos, kinesiologos,  fisioterapistas, nutricinistas y terapias ocupacionales. También los  musicoterapeutas,  antropólogos,  trabajadores sociales, veterinarios, sociologos y especialistas en sistemas de información, de estadísticas para la Salud y  comunicadoares sociales. Pero no los enfermeros.

“El enfermero que está en terapia de 6 a 12 horas, e incluso más, cobra la mitad de sueldo que cualquier integrante de las carreras profesionales de la salud. Mientras que muchos de ellos no tienen relación directa con un paciente, los enfermeros nos exponemos a la Covid-19 y la muerte”, expone Benítez, quien trabaja en el Servicio de Neonatología del Hospital Pirovano desde hace 18 años.  Además, denuncia que, mientras a los que están incluidos dentro de la ley profesional se les reconoce como tarea riesgosa e insalubre, a ellos no. 

Benítez explica que es una decisión sin fundamentación y que a fines de noviembre de 2018, la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) presentó un amparo para que se revea esta situación. 

 

Por otra parte, Daniela Scotto, licenciada en Enfermería que trabaja en el Área de Oncología del Hospital de Pediatría Garrahan reclama el reconocimiento de la profesión desde el ingreso al hospital -ya que para ingresar como Licenciada en Enfermería hay que concursar-, reconocimiento de área específica, reducción horaria y vacaciones profilácticas.

Elementos de protección personal

Benítez añade que, cuando comenzó la pandemia, al no contar con los elementos  necesarios, los trabajadores de la salud le realizaron una presentación judial al Gobierno de la Ciudad y a la ART para que el Estado se los brinde. “Dan un poco sí y un poco no. Al que reclama dentro del hospital que le den las cosas como corresponde y  tiene hecha la presentación judicial,  le dan elementos de mejor calidad. En cambio, a los que no reclaman, si pasa, pasa. No es casual que haya tanto personal de salud contagiado. En un momento no había nada, después había de mala calidad y ahora, por orden judicial, se ordena al Jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta y a la ART que nos den materiales de calidad” ”, explica.

Diego Munilla, licenciado en Enfermería, quien también trabaja en el Área de Oncología del Hospital de Pediatría Garrahan, sostiene que los reclamos han sido muy fuertes en cuanto a los elementos de protección personal.  Recuerda que en un primer momento hubo mucha controversia y que no se seguían ni siquiera los lineamientos ni de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni de los ministerios de Salud. “Habitualmente usamos barbijos para la habilitación de catéteres y para pacientes respiratorios, porque los niños oncológicos están muy inmunocomprometidos y tienen infecciones virales del aparato respiratorio de forma habitual. Cuando comenzó la pandemia, a falta de material, nos llegaron a decir que no usáramos barbijo para hacer esas prácticas. Nosotros nos negamos y exigimos que se nos del material para trabajar”, detalle Munilla, quien también trabaja en el SAME Provincia y es Técnico Radiólogo en el Ministerio de Defensa de la Nación. 

El alcohol en gel, que antes había uno en cada habitación, hoy también escasea. Y tanto los barbijos como los camisolines no son usados bajo un estricto protocolo. Cuenta que el camisón está mal empleado: atienden a todos los pacientes con el mismo y, cuando necesitan otro para algún paciente sospechoso, es muy engorroso que se lo entreguen en el momento. “Tenés que ir a pedírselo a una supervisora que tiene todo bajo llave”, detalla Munilla.  

También comenta que han tenido antiparras, anteojos de seguridad, máscaras de impresoras 3D de distintos tipos de calidades pero, para su trabajo, donde necesitan mucha precisión, como por ejemplo, al poner un acceso venoso (que ya cuesta sin protección porque las venas de los niños están muy deterioradas) todos esos elementos se empañan, entorpecen la visión y dificultan el trabajo. Por eso, para estar más tranquilo, decidió adquirir una máscara full face con filtros para gases que son para el ámbito industrial y que cumplen con las características de los barbijos tipo 3M que son los más reconocidos en el mercado, destinados al personal de la salud. 

Sobrecarga horaria

Mientras los médicos y  cualquier otro  profesional de la salud cuenta con una rotación de su  jornada laboral, los enfermeros sufren una sobrecarga horaria.  “Muchas veces, como falta personal, tenemos dos turnos en el día. No contamos con ese descanso sanitario para que nuestra jornada sea más reducida”, denuncia Benítez.

Por su parte, Munilla expone que bajó la cantidad de pacientes, pero aumentó la carga de trabajo a nivel enfermero-paciente por lo que implica la preparación de la protección. “Estamos trabajando el 30 o 50 % del personal de enfermería y hubo pocos ingresos, solo dos compañeras. Pero al no contar con experiencia en nuestro sector, además de la carga horaria y el estrés por la pandemia, uno tiene que ser pseudo- docente del compañero y eso complejiza la situación”, detalla. 

Munilla añade que uno de los reclamos más fuertes que tenían y, que se resolvió hace un mes, fue separar el personal en dos grupos e ir trabajar semana por medio. 

 

Hisopados

En relación a los hisopados, la enfermera Scotto señala que no se los realizan regularmente, a no ser que hayan tenido contacto con un paciente positivo. En conversación con ANCCOM, cuenta que un médico de su servicio dio positivo y que ni a ella, ni a los médicos que estuvieron en contacto estrecho, sin elementos de protección, los hisoparon. Solo los aislaron 15 días y volvieron a trabajar sin saber si se habían contagiado o no.  

Munilla, aclara que hoy todos los pacientes son casos sospechosos. “El niño oncológico es muy lábil y puede ingresar sin ningún síntoma de alarma y, a los minuto, levantar fiebre o comenzar con tos”. 

 

Salud mental

La Covid-19 tiene un gran impacto psicológico en el personal de la salud y, sobre todo, en los enfermeros. “Es trabajar ante a un nivel de estrés que no puedo explicar. Es agotador estar todo el tiempo pendiente de cumplir con todas las medidas. Con un paso que hiciste mal, podés contaminar la ropa o el material”, afirma Scotto. 

En algunos hospitales de la Ciudad de Buenos Aires hay reuniones organizadas por psicólogos y  psiquiatras para darle apoyo al personal de la salud. “En la Ciudad hay 34 hospitales pero eso sucede en cuatro o cinco”, detalla  Benítez.

Muchos enfermeros pidieron licencia psiquiátrica por la pandemia. “El personal de la salud es un ser humano que tiene sus miedos y temores, como cualquier otro”. El temor de muchas enfermeras que tienen hijos chicos es contagiarlos.  Por eso, muchas de ellas optaron por dejarlos al cuidado de algún familiar. 

“El tema no es la pandemia. El tema es cómo se comporta el Estado con el personal de la salud. A fin de cuentas, somos los enfermeros los que estamos en atención directa con el paciente y no estamos siendo reconocidos, no por la sociedad, sino por la Ciudad de Buenos Aires”, concluye Benítez.

Una marea blanca de Congreso a la Rosada

Una marea blanca de Congreso a la Rosada

Enfermeras y enfermeros posando frente al Congreso con carteles en el Paro de profesionales de la enfermeríaMientras el sol comienza su recorrido habitual que lo llevará, cerca del mediodía, a
proyectar treinta y cinco grados, los ambos y guardapolvos de miles de trabajadores de la salud poco a poco van ocupando el frente del Congreso. Los contingentes y grupos se suman de todos lados, aunque se destacan las columnas que vienen desde la Avenida Callao y las que van acercándose, a paso un poco más lento, desde la Avenida Entre Ríos. En pocos minutos estará armada la radio abierta y el asfalto porteño será testigo de una movilización “histórica” para las enfermeras –y también instrumentadores y radiólogos- de la Ciudad de Buenos Aires.

Los trabajadores del sector protagonizaron este miércoles una masiva movilización entre el Congreso y la Plaza de Mayo para rechazar la nueva Ley de Profesionales de la Salud, aprobada por la Legislatura porteña el pasado 1 de noviembre. Esa normativa no los reconoce como trabajadores de la salud e implica una nueva categorización como “personal técnico” que limita tanto el nivel salarial como la carrera profesional.

“Somos una marea blanca que hoy reclama desde CABA hacia todo el país el pase a la carrera profesional de salud de enfermeros, instrumentadores y radiólogos que han obtenido con mucho sacrificio su título de grado en universidades”, arengaron desde la radio abierta.

Mujer de espaldas a la cámara con un pañuelo blanco que tiene una cruz roja y encima de ella escrito "Profesionales"

“La enfermería es uno de los pilares más importantes de la salud porque abarca a más de una profesión», dijo Andrea.

Fue la segunda gran marcha de los trabajadores del sector luego de los debates en el recinto de la Legislatura porteña y la posterior aprobación de la norma que empujó y sancionó la mayoría del oficialismo a través de su bloque “Vamos Juntos”.

Sobre la plaza, los miles de trabajadores siguen de cerca los discursos pronunciados en el palco que la organización montó sobre la vereda del Congreso. El blanco es el color que tiñe toda la jornada y hay mayoría de mujeres. “La ley es discriminatoria no sólo porque nos excluye de los profesionales, sino también porque el 80% de las enfermeras son mujeres, contando el sistema público y privado”, explica Leandro Baltazar, licenciado en Enfermería del Hospital Piñero. Ivonne Álvarez toma la posta de ese argumento y asegura: “Esta ley implica  otra forma de violencia de género”.

“Esto viene de la mano de las políticas que el FMI le exige al gobierno. Si bien es en la Ciudad de Buenos Aires, todos entendieron que la iniciativa se puede replicar en otros distritos”, completa Baltazar.  

Grupo de enfermeras reclamando en el Paro de enfermeras e instrumentistas

“Esta ley implica  otra forma de violencia de género”, dijo Ivonne Álvarez.

Otra trabajadora se suma al diálogo con ANCCOM y subraya nuevas implicancias y contexto de aprobación de la resistida normativa. “En principio hay  un tema salarial, pero también una brecha en cuanto acceso a cargos de gestión y días de licencia. Esto se suma a que faltan insumos en algunos hospitales, personal, salas que están completas pero no se pueden habilitar porque faltan recursos”, explica.

Hay escenas de reencuentros y abrazos, con la complicidad propia de los colegas. A medida que avanza la mañana van llegando trabajadores de distintos centros y hospitales: Durand, de Clínicas, Alberto Duhau, Fernández, pero también del sector privado como la Fundación Favaloro, el Sanatorio de la Santa Trinidad, el Italiano o el Alemán. Todos son recibidos con aplausos y ovaciones. 

Andrea trabaja en una clínica privada y decidió marchar porque considera que la ley implica un agravio a todo el sistema de salud. “La enfermería es uno de los pilares más importantes de la salud porque abarca a más de una profesión, implica conocimientos de nutrición, kinesiología. Es holística; así que tendría que ser más valorada como en otros países del mundo”, puntualiza.

Cartel que dice "Somos enfermeros no administrativos. Clínica los Virreyes".

“La ley es discriminatoria porque nos excluye de los profesionales», dijo Leandro Baltazar.

A medida que el sol del mediodía aumenta la temperatura del ambiente, los miles de manifestantes emprenden la marcha hacia la Plaza de Mayo. Allí, los clásicos oficinistas del microcentro en hora de almuerzo se encontraron con una marea blanca que colmaba la zona y se extendía más allá de la calle Bolívar o del otro lado, sobre Diagonal Norte.

Cerca del Cabildo, de espaldas a la Casa Rosada y de frente a la columna que se extendía por Avenida de Mayo, los organizadores de la Mesa de Coordinación de Unidad leyeron el documento de la jornada. “Cada 21 de noviembre en nuestro país se conmemora el Día de la Enfermería. Esta vez es distinto: Enfermería se levanta y hace honor a su día no callándose más”, argumentaron.

A su vez, en una constante de la movilización, repudiaron la actitud de los gremios, principalmente el Sindicato Único de Trabajadores del Estado de la Ciudad de Buenos Aires (SUTECBA). “Bajo coacción de sindicatos entregadores de nefastas asociaciones municipales deciden olvidarse de los pilares de la salud”, subrayaron.  

De la movilización también participaron algunos de los legisladores que resistieron la iniciativa impulsada por el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta. “Desde el bloque del Frente de Izquierda planteamos un proyecto de ley que contiene el reclamo de los trabajadores. Igual, hay una posibilidad de incorporar a los profesionales, a través de un artículo de la ley que ya se aprobó, que sería una forma de subsanar ese error. Nosotros, de todas maneras, pensamos que Larreta va a resistir esto y va a ser necesario mantener la lucha”, le dijo Gabriel Solano a esta agencia.

La movilización y el reclamo, contó además con las adhesiones de Victoria Montenegro de Unidad Ciudadana y de Luis Zamora en representación del partido Autodeterminación y Libertad.