«Vamos de una Casa Rosada que mira al FMI hacia otra que mira a la Plaza de Mayo»

«Vamos de una Casa Rosada que mira al FMI hacia otra que mira a la Plaza de Mayo»

«La movilización y el debate político son una necesidad para el desarrollo de nuestros derechos», advierte Ofelia.

Mayo fue quizás el mes clave de las contiendas electorales de 2019. Entre la lista de novedades y armados hubo uno que fue particularmente celebrado en las redes sociales: con 19 años, Ofelia Fernandez competiría en la lista del Frente de Todos por un lugar en la Legislatura porteña. ANCCOM fue hasta la sede céntrica del Frente Patria Grande para entrevistar a la candidata que, según todos los pronósticos, se convertirá en la legisladora más joven en la historia de América Latina.

El ritmo de campaña es incesante y a nivel mediático se expresa claramente en la visibilidad de Ofelia. Medios internacionales se vienen haciendo eco de la posibilidad histórica que implica su candidatura, la más notoria entre los posibles legisladores de la coalición en CABA.  El local partidario, ubicado en pleno microcentro porteño, parece funcionar como una estación, en la cual detenerse solo lo necesario para retomar la nutrida agenda: banderas sobre algunos costados, sillas apiladas listas para ser usada en alguna presentación, un cuarto que refleja el trabajo militante de base, y anotaciones con números que diagraman la parte operativa.

A tono con el ritmo incesante del microcentro, habitado por correntadas de personas que trazan un ir y venir permanente, llega a paso apurado la ex presidenta de uno de los Centros de Estudiantes secundarios más afamados del país (Carlos Pellegrini). Ofrece sus disculpas por la demora y se sienta a dialogar.

¿Qué balance de campaña haces y cómo llega el Frente de Todos?

En lo más personal, es una experiencia nueva, sin dudas, de mucho compromiso y disponibilidad. Pero yo siempre tuve esa filosofía con la militancia de que hay que poner el cuerpo, convencer. Me permitió humanizar a personas que para mí eran una imagen, que aparecían en la tele y ver como esa construcción es profundamente humana. Hay decisiones, una convicción y compromiso muy fuerte sobre todo en este momento que la elección carga una épica. En lo colectivo, a nivel nacional no hay que sacarle valor a lo que se logró. Porque no es que Macri perdió tanto porcentaje de apoyo, no hay que reducir nuestros logros a un mal gobierno de ellos sino también a nuestra capacidad de generar resistencias en estos cuatro años y dejar mezquindades para armar un gran frente opositor. Y en la Ciudad se pudo romper un techo histórico, en la línea de no jugar a la rosca sino a tratar de ganar. Hay condiciones para llegar al ballotage y si seguimos teniendo la posición que venimos mostrando, de demostrar que es posible una ciudad que sea linda pero también justa, vamos bien.

¿Cuáles serían las primeras medidas que debería tomar el Frente de Todos, en caso de imponerse en la Ciudad?

Hoy hay siete mil personas en situación de calle, cosa que no debería poder ser eludible por el gobierno de la Ciudad. No es un problema menor. Hay algo a rever ahí. No solamente tener una política de construcción de paradores, que además no existe. Hay dos paradores de varones, uno de mujeres que te verduguean, te maltratan, hay malas condiciones. Hay que tener una política de construcción de vivienda social. No es solamente regalar vivienda sino acompañar en un proceso de reinserción laboral, educativo. Igual que en la problemática del consumo, no pasa por decir “déjate de drogar”. El Estado tiene que estar ahí para que se dejen de drogar porque están matando a los pibes, pero también para que accedan a la educación, al trabajo. Para generar una reinserción real.  El tema educativo también me parece importante.

¿Esas serían las prioridades?

Hay miles de cosas. Para mí la Ciudad tiene muchísimos problemas. Se empezará por todo a la vez y en consonancia con el Estado que nos dejen en la Capital y en el país. Hay problemáticas que atañen a los dos lugares y en la Ciudad la gente tiene que poder comer, trabajar. Estamos también con un proyecto de casas de juventudes.

¿Como imaginas la agenda de la juventud en la gestión?

Alberto dice algo que a mí siempre me conmueve, después de cómo se trató a la juventud en el último tiempo y la política represiva permanente. Ante nuestras expectativas dice “tienen que estar movilizados, expresándolo, no quiero una juventud que esté anestesiada y domesticada”. Yo siempre aclaro, si alguien me corre por izquierda, que no necesito su permiso (risas) pero igual es muy esperanzador para mí que un posible presidente entienda a la movilización y el debate político como una necesidad para el desarrollo de nuestro pueblo y nuestros derechos. Y creo que, sin duda, tenemos que estar a la altura de ese pedido. Y es importante porque no es una agenda tan propia de la política tradicional la que trae la juventud, no es la política que se viene hablando en las campañas. Tiene que ver, por un lado, con el feminismo que tiene mucha historia, pero también una dosis de novedad, al menos en el carácter de esa agenda y la masividad. La agenda ambiental que también es una novedad para la política, el modelo productivo en argentina es destructivo, es extractivista, es de megaminería. Después de una crisis económica como esta, ¿de dónde saldrán los dólares? Pienso en el campo, Vaca muerta, pero hay que poder pensar que sustentabilidad tiene ese proceso. Hay que entender la importancia de esa inyección después de cinco millones de nuevos pobres, pero no hay que perder el largo plazo. Hay que anular la incineración de basura que se votó, que está prohibida en muchas partes del mundo (se refiere a la ley 5966 aprobada por la Legislatura porteña en 2018). No hay que ser importadores de basura y es necesario entender a la justicia ambiental como una cuestión de justicia social. Se expresan desigualdades en las que unos generan ganancias y, en esa ambición, ignoran la destrucción de los recursos naturales y otros la sufren.

Antes mencionaste a la educación…

Sí: la educación pública, su defensa y reformulación. Si podemos dejar de discutir que se nos caen los techos en la cabeza, que hay ratas, que no hay viandas, podremos discutir qué educación queremos, que no es esta porque es vetusta sin dudas. La educación es un derecho real, no un privilegio de algunos.

«La Ley de Educación Sexual Integral es una prioridad clara», subraya Ofelia.

¿Y cuál es la agenda del feminismo?

La Ley de Educación Sexual Integral es una prioridad clara que nos hace pensar otras sociedades, otros vínculos, otras percepciones, que sean diversas, consentidas. El aborto tiene que ser legal, seguro y gratuito. El Protocolo de Interrupción Legal del Embarazo (ILE) debería estar cumpliéndose hace un tiempo: eso el primer día tiene que estar garantizado. Tiene que haber promotoras territoriales contra la violencia de género, más presupuesto para la atención de casos de violencia. La violencia económica termina siendo el mayor de nuestros problemas. La agenda feminista es muy amplia e implica una óptica para ver la política. No tenemos las feministas que reducirnos a una agenda porque el poder real es ese, el que no están queriendo ceder, el tema esta en que podamos discutir todo lo demás porque impregnarle de una perspectiva feminista a la economía es importante ya que la crisis nos golpeó a todes pero principalmente a las mujeres. La pobreza esta feminizada y la riqueza completamente masculinizada. De hecho, las 26 personas mas ricas del mundo son todas varones.

¿Cuál será el rol del Frente Patria Grande dentro de un eventual gobierno del Frente de Todos? ¿Cómo imaginas esa convivencia de diferentes espacios en la coalición en caso de llegar al gobierno?

Tenemos un recorrido diferente, muy específico. Nosotros nos propusimos generar representaciones políticas. Las bancas que conquistamos expresan a un sector que no está representado en la política: en mi caso la juventud. Tuvimos la intencionalidad de que no entren personas particulares que no hacen la diferencia, no por subestimar a nadie sino para aportar y sumar voces desde otro lugar, con otras lógicas. En el caso de Natalia Saracho de las excluidas: ella es cartonera, promotora de salud en su barrio, Villa Fiorito. Fede Fagioli que es de Glew y armaron un barrio de cero, que trae la experiencia y las demandas de los movimientos sociales (ambos son candidatos a diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires). A nosotros nos interesó hacer esa apuesta. Nuestra prioridad es el programa para esos sectores, que el próximo gobierno tenga un programa de tierra techo y trabajo, una perspectiva feminista, juvenil, educativa, de salud pública. Muchos ejes para los cuales nuestros ámbitos de pelea no suelen ser los institucionales y no vamos a abandonar nuestros espacios de organización.

¿No corren riesgo de institucionalizarse?

La apuesta electoral que hacemos es parte de un proceso superador, tanto en el feminismo como en los movimientos sociales que seguirán peleando en las calles por todos los derechos que siguen faltando ahí.  En muchos casos son estructurales y de larga data y es prioritario resolverlo. Y vamos a estar peleando por esos programas desde adentro, en esas Cámaras, desde afuera con nuestras organizaciones y también con la confianza de que vamos a una etapa que va a ser receptiva. Lo sintetizo así: vamos a una etapa de una Casa Rosada que mira a las oficinas del Fondo (Monetario Internacional) hacia una que mire a la Plaza de Mayo. Desde un lugar de acompañamiento sin perder esas herramientas que son la política más transformadora. Hay una recepción en el gobierno que se viene, de todas estas demandas, de una sensibilidad, esa es la diferencia. Hay un modelo meritócrata que se está contraponiendo con uno de oportunidades. Se pueden venir grandes cosas. Nuestro aporte va a ser en ese marco, darle voz a los reclamos que se gestan en nuestros espacios, que no suelen ser esa realpolitik pero que sin embargo tienen fuerza y demandas más que urgentes.

Una de las características que más se te reconoce en redes sociales es tu locuacidad y capacidad argumentativa, si tuvieras que describir de modo general, ¿cuáles serían las lecturas o autores que más te identifican? 

Y hay distintas. No soy la persona más leída del planeta. Leo igual. En materia feminista está Rita Segato que para mí es la más importante o la que más discusiones habilitó en mi cabeza. Silvia Federici tiene muchos libros que están buenos. Acá hay muchos interesantes de economía feminista. El otro día me regalaron “Una lectura feminista de la deuda” de Luci Caballero y Veronica Gago que me gusto. Hay muchas cosas, pero a mí me pasa con los libros que a veces me falta la sistematización. Una compañera el otro día decía algo de que las feministas van más al grano, no juegan tanto al pedantismo, no dan tanta vuelta. En un momento leía mucha filosofía que no se si tiene tanto vuelo en lo que hago hoy o si esa influencia es más inconsciente. Spinoza me interesó mucho, Hobbes también. Y más reciente, Vida de perro de Horacio Verbitsky, Diego Sztulwark  y La larga marcha de Cambiemos, de Vommaro.

Una plaza copada

Una plaza copada

“Fernández va abrir cultura, que fue cerrada y dejó mucha gente en la calle”, sentenció «El Jocker Argentino».

Mientras Alberto Fernández juró ante la Asamblea Legislativa desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de presidente de la Nación Argentina, designado a través del voto democrático en las elecciones del 27 de octubre último. Afuera, en la plaza del Congreso se reunieron miles de ciudadanas y ciudadanas dispuestos a acompañar al flamante presidente hasta la Casa Rosada, para una larga jornada de festejos. ANCCOM recogió siete historias, Individuales y colectivas, en las que se cruzan subjetividades con proyecciones y pedidos al nuevo gobierno, sumado a la experiencia vivida durante los cuatro años del macrismo. 

Entre banderas de agrupaciones políticas, pecheras, remeras, gorros, pins y una cantidad de merchandising con los nombres de Alberto y Cristina Fernández de Kirchner, se encuentra montando como personaje de ficción “El Jocker Argentino” quien describe su actividad principal: “Dar alegría y vencer cada día el sistema que nos viene reprimiendo”. Junto a él aparece “Robin” y ambos personajes de historieta expresan que uno de sus deseos para los nuevos tiempos políticos es que crezca el arte. A la escena se suma un hombre de 42 años vestido de Guasón: “Fernández va hacer abrir cultura, que fue cerrada y dejó mucha gente en la calle”, sentenció el personaje que se popularizó en las últimas elecciones con su performance. “La confianza se la tienen que ganar y el respeto se lo van a ganar si la persona que está de turno hace bien las cosas, esperemos lo mejor de lo mejor de parte de Alberto”, afirma el Guasón mientras extiende sus manos para otorgar imitaciones de billetes de 100 pesos con su cara y se define como “líder popular que votó por los derechos de los trabajadores realizando una linda tarea social”.

Alberto va a sacar a la gente del hambre junto a nuestra Cristina, tengo toda la esperanza”, dijo María del Carmen Veris.

El cielo presenta un sol cenital y la temperatura térmica es alta. Sobre un banquito, vestida de punta en blanco, se encuentra María del Carmen Veris, vive a 10 cuadras de la plaza del Congreso y está desde temprano para aprovechar un doble festejó: el retorno del peronismo al poder y su cumpleaños.  Nació el 10 de diciembre de 1936 y desde sus 10 años dice: “¡Viva Perón!” Está jubilada pero se dedica a hacer telares y ponchos, que le  permitieron no vivir mal estos años. Afirma no entender a sus amigas macristas que han padecido la crisis económica actual: “Jamás podría haber votado a Macri, porque el neoliberalismo es hambre”, sentencia y agrega: “Alberto va a sacar a la gente del hambre junto a nuestra Cristina, tengo toda la esperanza puesta en ellos”. Para ella espera que sea un muy buen gobierno, al igual que cientos de militantes presentes en la Plaza. Víctor y Mariela, de la  agrupación La Cámpora del distrito de Avellaneda, describen: “Venimos bancando este proyecto desde hace años”, al igual que María del Carmen. “Esperamos que Alberto adopte un modelo de desarrollo e inclusión, poniendo la plata en los sectores más vulnerables.”

“Esperamos que Alberto adopte un modelo de desarrollo e inclusión”, apuestan Víctor y Mariela.

Entre un presidente y una plaza se conectan mundos simbólicos diversos y heterogéneos  que confluyen como la sombra de los viejos ombúes y el sol radiante de la  avenida Rivadavia.  Mezclado por la multitud de militantes y ciudadanos, el sonido de los bombos y los cánticos está la atenta mirada de Joel Richards, corresponsal de la cadena China Global Televisión Network (CGTN) para su versión internacional en inglés: “La asunción de Alberto se da en un panorama complicado, con las protestas que hay en Chile, Ecuador, Colombia, la situación en Bolivia, el retorno del conservadurismo en Uruguay y Brasil, que tiene un presidente como  Bolsonaro. Se le dificulta a  la Argentina para tomar una política que necesita cortar la austeridad y aumentar el gasto social ¿Cómo podrá implementar políticas de contención con la deuda con el FMI y los otros acreedores?”, reflexiono el periodista de origen británico.  

Richards ofreció también una mirada sobre la gestión de Mauricio Macri en el exterior: “Se vio decepcionante, hubo en principio una esperanza por el marketing político de ser un país que se abría al mundo y “jugaba con reglas claras” y aunque se abrió a mercados para favorecer la exportación, no se vio reflejado en el  conjunto social, hay muy poco para rescatar en materia de política económica”. Con respecto a las proyecciones de la política exterior de Alberto Fernández agregó: “No se sabe muy bien, en el exterior se hace hincapié en la vicepresidenta Cristina Kirchner que es muy conocida por sus peleas con Estados Unidos y el FMI, aunque se destaca que Alberto es un hombre moderado de centroizquierda y no se espera la misma política exterior del Kirchnerismo”. Por último señaló: “La Argentina tiene que arreglar con los acreedores para retrasar los pagos y lograr salir adelante”.

“La Argentina tiene que arreglar con los acreedores para retrasar los pagos y lograr salir adelante”, opina Joel Richards.

Mientras tanto, en el recinto, el Presidente  seguía con su primer discurso oficial e incluyó las problemáticas de género: “Ni una menos, debe ser una bandera de toda la sociedad y de todos los poderes de la república. El Estado debe reducir drásticamente la violencia contra las mujeres hasta su total erradicación». Carolina y Miranda Galuca son madre e hija y vienen desde Rosario para acompañar Alberto, ambas llevan en sus brazos los distintivos pañuelos verdes de la lucha por la legalización del aborto. Se sienten esperanzadas con el nuevo gobierno, creen que es imprescindible que haya un ministerio de la mujer en este contexto. Su deseo y pedido para la nueva gestión es que se pueda reglamentar el aborto legal, seguro y gratuito. La crisis económica las afectó de manera particular, como a Viviana Ortega Rojas, también en la Plaza, que padeció el despido y la violencia de género en carne propia: “Trabajaba en una casa en Banfield como empleada doméstica, y viví la injusticia de que me echaran sin que me pagaran un solo peso, me dijeron que embarazada no les servía”. La acompañaron a la plaza sus vecinas, que al igual que ella son parte de la comunidad boliviana y decidieron apoyar a Alberto para que cuide a “su presidente”, el derrocado Evo Morales. Fernández  las interpela de manera indirecta en su discurso: “Pondremos especial énfasis en todas las cuestiones vinculadas al cuidado, fuente de muchas desigualdades, ya que la mayor parte del trabajo doméstico recae sobre las mujeres en Argentina al igual que en otros países”, dijo el Presidente de los y las argentinas frente a la Asamblea Legislativa. 

Desde temprano, los manifestantes se reunieron frente al Congreso para terminar el día muy tarde, frente a la Rosada.

La unión entre los argentinos fue el tema que más resonó en la jornada de ayer, de manera espontánea cuatro mujeres se encontraron en la plaza para festejar la asunción del nuevo gobierno. Carmen, su amiga, Juana y Martha  se reconocieron una en la otra de manera fraterna para compartir un día histórico para muchos. El look de Martha y el “amor a la patria” las juntó. “Me llamó la atención como venía vestida”, dice Carmen, mientras Martha muestra su look para ANCCOM: “Yo uso escarapela los 365 días del año, las colecciono y me voy cambiando una por otra”, comenta.  La Plaza del Congreso muestra una diversidad de motivos, sectores socioeconómicos que acompañan a este nuevo gobierno; personas con diversos espacios de pertenencias. Sin embargo, toda esa heterogeneidad se expresó bajo un solo cantó democrático que le da legitimidad a un nuevo proceso político argentino: “Se siente, Alberto presidente”.

La Argentina que viene

La Argentina que viene

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Las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) habían marcado claramente un camino difícil de revertir; la aplastante diferencia que sacó el Frente de Todos a Juntos por el Cambio obligó a la coalición oficialista a modificar su estrategia de cara a las elecciones generales. Sin embargo, nada logró frenar la victoria del binomio Alberto Fernández-Cristina Fernández como presidente y vice electos y aunque desde la oposición se esperaba una diferencia mayor, los ocho puntos que los separan  -que pueden transformarse en diez en el recuento definitivo, según los analistas- bastó para ganar y evitar el balotaje. La polarización diluyó las terceras vías y concentró casi el 90% de los votos entre los dos principales candidatos. ¿Cómo se explica el repunte de Mauricio Macri en las elecciones generales y cuál será la Argentina después del 10 de diciembre?

Los resultados de las PASO fueron un duro cimbronazo para el Gobierno. Se esperaba que el candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, sacara ventaja a Juntos por el Cambio, pero no con la diferencia abrumadora de 15 puntos. Ante ese escenario y luego de las duras críticas al oficialismo por sus comentarios después de enterarse de los resultados, el macrismo giró 180 grados y cambió su estrategia política. Treinta ciudades en treinta días gritando “sí se puede” fue la apuesta oficialista para recuperar votos y aspirar a un balotaje. “Antes despreciaban la calle como campaña política”, afirma Ana Castellani, socióloga e investigadora del CONICET. Su lógica era del marketing de la proximidad: los timbreos, que cosecharon su éxito en 2015, y las redes sociales; sin embargo, la calle como dimisión política fue utilizada por primera vez en Cambiemos. “En la caravana de las treinta ciudades hubo algo de recuperar la épica política de la muchedumbre; de encontrarnos y reconocernos como parte de un todo”, detalla Castellani. Esta nueva forma de lo político recuerda lo que sucede en marchas de otros espacios, donde impera la sensación de formar parte un colectivo que comparte las mismas ideas y valores. “Macri nunca fue a la calle y no se siente cómodo. Su partido es más de salón, no del vínculo expresivo con la gente”, caracteriza Germán Lodola, politólogo del CONICET. Explica que su nueva estrategia tuvo réditos en dos sentidos: por un lado, le sumó votos y por el otro lo ayudó a adueñarse de ellos para transformarse en un líder dentro del espacio de la nueva oposición de cara al futuro.

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“Macri difícilmente se va a parar frente a Larreta y Cornejo y les va a decir qué hacer. El voto de las elecciones le sirvió para disputar internamente la conducción de ese espacio”, aventura Lodola. Y pronostica que puede implosionar y fragmentarse, y que el Gobierno de Alberto Fernández va a incidir para que eso pase. En este sentido, Ana Castellani asegura que el repunte de Macri en las elecciones no responde a la creencia de que podían darla vuelta, sino para demostrar que valía la pena dar la pelea; que sigue existiendo Juntos por el Cambio y Macri como líder, con la posibilidad de amalgamar las identidades ciudadanas que se expresaron a favor de su gobierno.

Lodola cree que a pesar de que Cambiemos pudo hacer una mejor elección que en las PASO, no hay que perder de vista que perdió en primera vuelta, una novedad si se lo mira desde la óptica de la ventaja que el oficialismo siempre tiene según la ciencia política. “La dinámica política del presidencialismo obliga a intentar reelegirse. Son muy pocos que no lo hacen y menos los que van y pierden. Macri hizo una mala elección para ser oficialista”, afirma y establece una comparación entre estas elecciones y las de 1989, en la que Carlos Menem le sacó once puntos a Eduardo Angeloz, candidato de la Unión Cívica Radical: “Esto nos dice que la base del voto de Cambiemos sigue siendo el voto no peronista de siempre”, teoriza. Y agrega: “Esta vez se polarizó en un escenario bipartidario donde se ve que el peronismo más o menos tiene lo que siempre tuvo, cerca de 50% y lo otro tiene lo que siempre tuvo lo otro: cerca del 40%; por lo que se podría decir que las cosas son bastante estables en términos del electorado”, analiza.

El Frente de Todos no pudo agrandar el porcentaje o recuperar algunos distritos que parecía haber ganado en las PASO y eso es lo que preocupa a Ana Castellani: “Desde agosto hasta acá no hubo una mejoría en términos socioeconómicos, lo cual nos deja en una cuestión de disputa por los sentidos de la crisis, las conductas y las formas, algo mucho más sutil que juega decisivamente cuando hay una porción tan grande del electorado que se reivindica independiente y que no se deja conducir partidariamente”.

Germán Lodola sostiene que el triunfo del Frente de Todos responde a la unión del peronismo que fue capaz de coordinar cosas que parecían diferentes al interior del mismo grupo, impulsado además por la mala gestión del Gobierno que hizo converger a los diferentes sectores. “Todo esto lo termina de cerrar la decisión de Cristina, el factor Fernández, de elegir un candidato capaz de tener una línea de diálogo con los sectores de poder y que pueda nuclear facciones diferentes del peronismo. No sólo se lo da a un propio, sino a un crítico”, analiza.

En este sentido, la alianza para salir de la crisis tiene que ser amplia y sólida, que incluya varios actores políticos en todas las áreas, articulado detrás de un acuerdo estratégico para el desarrollo. “Si no se tiene eso, difícilmente se pueda hacer lo que mínimamente necesitamos para salir de este infierno del Dante”, sentencia Castellani. Mantener la unión del peronismo es central, así como ampliarla a sectores que no acompañaron la elección, pero que pueden acompañar al Gobierno. “Creo que Alberto tiene que mostrar un frente legislativo amplio que incorpore actores nuevos y no tratar de llegar de forma ad hoc en cada una de las elecciones”, detalla Lodola.

El escenario es muy complejo y grave en términos financieros, económicos y sociales: hay fuerte presión inflacionaria, riesgo de hiperinflación, las reservas del Banco Central están muy bajas, las provincias muy endeudadas y la posibilidad de acceder a dólares de financiamiento son pocas. “El panorama es muy delicado y hay que trabajar muy coordinadamente”, advierte Castellani. Los servicios básicos están muy deteriorados y hay un desempleo de dos dígitos que aumenta según la franja etaria: “En las mujeres menores de 30 años del conurbano el desempleo trepa al 30%”, dice Lodola. El panorama no es alentador para el nuevo presidente, y dependerá de su muñeca a la hora de moverse equilibrada y coordinadamente. “La situación es difícil, pero todos los actores lo saben. Eso puede permitirle a Alberto acercar posiciones”, concluye. Aún está por verse si Argentina logrará, como la cigarra, resucitar una vez más.

«¡A disfrutar el gobierno en manos de la gente!»

«¡A disfrutar el gobierno en manos de la gente!»

A medida que los minutos se acercaban a las 21, la ansiedad iba creciendo: a diferencia de lo que había sucedido durante las elecciones Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), los primeros datos oficiales sobre el escrutinio provisorio se esperaban con puntualidad. Entre las dos fuerzas principales, se manejaban expectativas distintas: de un lado, una diferencia significativa de, al menos, 10 puntos; del otro, la posibilidad de alcanzar la tan anhelada segunda vuelta, aunque los boca de urna y las primeras tendencias no fueran prometedores. La aparición del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, acabó con las dudas y las especulaciones. Haciendo referencia a la velocidad de escrutinio y con un 65% de las mesas escrutadas hasta el momento, anunció a la fórmula Fernández-Fernández como ganadora de las elecciones del 27 de octubre.

Lejos quedaba la posibilidad de una eventual reelección de Mauricio Macri que, junto con su compañero de fórmula, Miguel Ángel Pichetto, logró un 40,5% de los votos (números oficiales resultantes del escrutinio del 96% de las mesas): si bien mejoró notoriamente su performance de las PASO, al presidente no le fue suficiente para forzar un ballotage. Porque, con el 48% de los votos, Alberto Fernández se convertía en el próximo presidente de los argentinos.

Las elecciones generales transcurrieron de manera pacífica y normal en todo el país, a excepción de algunos incidentes puntuales y la puesta en duda del sistema por parte del Jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien lo calificó de “arcaico” y abrió la posibilidad de tener que esperar el escrutinio definitivo antes de hablar de un futuro presidente.

Los resultados volvieron a poner en escena un panorama de hiperpolarización: entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio acumularon cerca del 90% de los votos a nivel nacional. El frente Consenso Federal, con Roberto Lavagna encabezando la lista, se constituyó como una pobre tercera fuerza, con apenas el 6,2% de los votos. Más lejos quedaron los otros 3 candidatos que dirimieron la presidencia: Nicolás del Caño, del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT-Unidad), logró el 2,2%; por su parte, Juan José Gómez Centurión (NOS) y José Luis Espert (Unite), sólo alcanzaron el 1,7% y el 1,5%, respectivamente.

La participación ciudadana en las elecciones fue muy alta: más del 80% del padrón electoral ejerció su deber cívico, un porcentaje  superior al observado durante las elecciones primarias que forman parte de la explicación de la mejora macrista en los índices. Buena parte de esos nuevos votantes apoyaron al oficialismo, que también succionó sufragios de Lavagna, Gómez Centurión y Espert.

No bostante, los resultados finales no supusieron una sorpresa, más allá de la importante reducción de la brecha entre Fernández y Macri respecto de las PASO. Luego de una ardua campaña electoral -consistente, principalmente de la gira y las marchas del “Sí se puede”- y una mayor concurrencia del electorado, el presidente de la Nación logró un aproximado de 8 puntos más en comparación con el resultado del 11 de agosto.

Córdoba, Santa Fe, San Luis, Mendoza, Entre Ríos y la Ciudad de Buenos Aires fueron los únicos distritos que quedaron pintados de amarillo en la mapa electoral con el triunfo de Juntos por el Cambio. En el resto del país, el Frente de Todos venció al binomio oficialista: Santiago del Estero fue la provincia en la que se registró la mayor diferencia -casi de 56 puntos-; Formosa, Santa Cruz y la provincia de Buenos Aires también mostraron resultados contundentes en favor de la fórmula Fernández-Fernández.

El camino hacia la transición comenzó el mismo domingo con discursos que tendieron al diálogo y a la inclusión de todos los argentinos, independientemente de sus elecciones electorales. Además, Mauricio Macri invitó a Alberto Fernández a desayunar el lunes 28, a las 8:30, en la Casa Rosada, con el propósito de iniciar un proceso de transición ordenada. El paso final será el 10 de diciembre con el traspaso de mando frente a una sociedad que le dijo “basta” a la gestión actual.

 

Festejo y responsabilidad

En  el Centro Cultural C, en Chacarita, búnker del Frente de Todos, desde las 14, los militantes más entusiastas ya comenzaban a llegar a la intersección entre Corrientes y Dorrego, donde se emplazaba un escenario pequeño. Hacia las 17, las arterias del barrio se llenaron de banderas blancas y celestes y bombos con la cara de Cristina y Néstor. Algunos vecinos se asomaron por los balcones, alzando dos dedos y sonriéndole a la multitud que empezaba a emerger.

Uno de las primeras figuras en llegar fue Eduardo Jozami, activista por los derechos humanos, quien explicó cómo vivía la jornada electoral: «Con ganas de festejar lo que creo que es la posibilidad de que el movimiento popular argentino tenga una nueva oportunidad. Con toda la experiencia que tuvimos: repitiendo las cosas que hicimos bien y analizando estos cuatro años y las cosas a mejorar.»

A minutos de las 18 y del cierre de comicios hizo su llegada Ginés González García, quien algunos sopesan como posible ministro de Salud. Rodeado de personas, el ex embajador de Argentina en Chile comentó: «Es un día de festejo y responsabilidad, nos preparamos para lo que viene, que va a ser muy distinto. Lo que estamos buscando es la unidad de la Nación para poder gobernar y cambiar la historia. Tenemos historia, nos pasó en 2001, 2002 y la gente lo vio. Siempre que podamos cambiar la historia vamos a estar presentes.»

También, desde temprano, hicieron su aparición la economista política e investigadora del CONICET, Delfina Rossi; y José Luis Gioja, gobernador de San Juan.

Por su parte, en el sitio habitual de reunión de la militancia macrista, Costa Salguero, los ánimos intentaban estar calmos, si bien la tensión ya se sentía en el ambiente. En los primeros momentos de la tarde, el espacio se encontraba prácticamente vacío de simpatizantes macristas, y no se había dejado ver nadie más que el personaje que se convirtió en emblema de Juntos por el Cambio: el “Mago sin Dientes”.

A las 18:15 hicieron su primera aparición Marcos Peña, Federico Salvai y Eduardo Macchiavelli. Las primeras declaraciones del jefe de gabinete fueron para agradecer la participación masiva en los comicios y la labor de los fiscales en un sistema electoral que calificó de “arcaico”: “Lo que se viene que es muy importante, es defender cada uno de los votos.” Ante la insistencia de los periodistas por saber los números de las mesas testigo, Peña pidió prudencia y paciencia.

Llegando casi a las 21, el panorama había cambiado drásticamente: la esperanza parecía ocupar el espacio que dejaron vacíos los tradicionales globos. El sitio destinado a la militancia se encontraba cubierto y, al grito de “sí se puede”, las banderas argentinas -que primaban entre el público-, se sacudían y agitaban al ritmo de la música de tendencia. El apoyo a Horacio Rodríguez Larreta -reelcto jefe de Gobierno- también se hizo presente con “las remeras de Larreta”, y los jóvenes dominaron la escena juntos a muchos niños que corren entre la gente.

Si bien los primeros datos oficiales sobre el escrutinio provisorio ya daban cuenta de un resultado irreversible, Mauricio Macri recién se hizo presente en el escenario pasadas las 22:20, acompañado de su compañero de fórmula, Miguel Ángel Pichetto. En una actitud bastante diferente a la que exhibió luego de las PASO, el presidente felicitó a los argentinos que participaron de la elección y al presidente electo Alberto Fernández: “Acabo de hablar con él y lo invité a desayunar mañana para iniciar una transición por el bienestar de los argentinos.” Macri también agradeció a los fiscales y a las figuras de su gobierno: Gabriela Michetti, María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta y Pichetto.

“Quiero decirles, queridos argentinos, que transformar nuestro país depende de nosotros. Gracias al trabajo que hemos realizado estamos sobre una base y tenemos que cuidarlo entre todos”, aseguró Macri frente a su militancia. Y pensando en el escenario político futuro, agregó: “Todos estamos comprometidos en cuidar la democracia y la república. Si hay un sueño que tengo es que podamos consolidar un proyecto común, ejerciendo una oposición sana, constructiva, responsable que pueda reafirmar las conquistas logradas.”

Con Abel Pintos musicalizando el momento, Juliana Awada, Diego Santilli, Michetti y Rodríguez Larreta subieron al escenario. “No me importa para dónde vas / yo voy, sin mirar atrás / si te tengo por delante.” La pantalla mostraba un “gracias” y Macri saludó también con un gesto de agradecimiento. Mientras tanto, la gente se abrazaba y lloraba.

Las otras fuerzas

La jornada electoral había terminado temprano en los bunkers de las otras fuerzas. Roberto Lavagna, que obtuvo poco más del 6 por ciento, reconocía que no cumplieron con sus expectativas y que disminuyeron sus votos, respecto a las PASO, producto de la fuerte polarización. Algo similar declaraba Nicolás del Caño, votado por el 2 por ciento de los electores, en la sede del Frente de Izquierda-Unidad, que lamentaba sobre todo que Myriam Bregman no llegara a la Cámara de Diputados.“Nuestra campaña tiene más vigencia hoy -aseguró-, por la crisis que se atraviesa en relación a la fuga de capitales, a la pérdida de reservas del Banco Central y el aumento de los precios, que resulta en una pulverización de los salarios y jubilaciones”.

En el Frente NOS, ubicado en Fraga 1209, Villa Ortúzar. Juan José Gómez Centurión, candidato a la presidencia, se hizo presente a las 19:20 y saludó mano por mano a todos los que lo acompañaron, militantes que habían llegado desde el cierre de los comicios. Luego confirmó que «las expectativas de estas elecciones siguen siendo las iniciales: consolidarnos como el espacio más claro de la derecha Argentina». Además afirmó que disfrutó la jornada de votación a pesar de verse empañada por lo que calificó de «mañas» de la vieja política.

En una sala reducida y visiblemente vacía del hotel Vitrum, del barrio de Palermo, el candidato José Luis Espert también dio un breve cierre a su campaña. Con un número de periodistas que superaba al de los militantes y funcionarios del partido político -el “ejército espertano” estaba representado por pocos jóvenes que no llegaban a 15 e incluso algunas candidatas a diputadas nacionales ofrecieron una presencia intermitente-, los únicos momentos en los cuales la sala se llenó fueron durante las declaraciones de Luis Rosales, candidato a vicepresidente, y Espert.

El candidato a presidente por Unite agradeció e hizo hincapié en los obstáculos que atravesaron durante la campaña: “Esta empresa que hemos comenzado hace unos meses se dio a pesar de esfuerzos internos o extraños pero estamos acá y hemos competido. Hoy afortunadamente pudimos ofrecer nuestra candidatura a miles de personas que nos han votado. Esto es un camino que recién comienza. Argentina tiene un gran futuro y ese futuro es liberal y ya comenzó.” También le pidió a Mauricio Macri que se dedique a gobernar durante el tiempo que le queda a su mandato, culpándolo del “desasosiego de la población”. Y le dio un mensaje a Alberto Fernández: “Nosotros seremos severos defensores en el cuidado de las cosas que hacer por el bien de la gente y su trabajo”.

El recuerdo a Néstor Kirchner

En Corrientes y Dorrego -y sus proximidades inundadas de personas- , la gente también se abrazaba y lloraba, pero a diferencia de lo que ocurría en Costa Salguero, lo hacia de felicidad. Desde las 21 que había estallado la alegría de saber, oficialmente, que Alberto Fernández sería el próximo presidente de todos los argentinos.

A las 22:40,  con «Rezo por vos» como canción de fondo, aparecieron en el búnker  Alberto Fernández, Cristina Fernández y Axel Kicillof, los candidatos victoriosos. Luego de hablar el futuro gobernador de la provincia de Buenos Aires, tomó el micrófono Cristina Fernández, quien, a partir del 10 de diciembre será vicepresidenta de la Nación. Comenzó su discurso dirigiéndose al pueblo argentino: «Déjenme agradecer a los cientos de miles de ciudadanos y ciudadanas anónimos que han resistido y que tienen pensamientos y sentimientos que los han ayudado a mantenerse en pie.» A su vez habló sobre la ardua tarea que tendrán como gobernantes luego de cuatro años de «tierra arrasada», como expresó Kicillof. Y culminó, haciendo un llamado a la sociedad entre la aclamación de la militancia peronista: «Quiero pedirles a todos los hombres y mujeres que, por favor, nunca más rompan la unidad que se requiere para enfrentar estos proyectos neoliberales que tanto dolor han causado.» También le hizo un pedido al presidente Macri: que gobierne a los argentinos hasta el 10 de diciembre y que tome las medidas necesarias para que no aumente el daño social y económico.

El futuro presidente, Alberto Fernández, también inició su discurso con agradecimientos a los votantes, por el compromiso demostrado en “construir una argentina solidaria». Entre los ya clásicos cantos de “Alberto presidente” -esa noche más reales que nunca-, también hizo un agradecimiento específico y especial, teniendo en cuenta la fecha: «La primera salida que tuve como candidato fue ir a visitarlo a Néstor: Gracias, Néstor, donde estés. No sería justo no reconocerle a él lo que hizo por nosotros. De aquí en adelante solo nos queda cumplir con lo prometido.» Luego, Fernández dio un mensaje esperanzador al pueblo argentino: «Vamos a ser la Argentina que nos merecemos porque no es verdad que estamos condenados a esta Argentina. Vamos a hacerlo porque nos lo merecemos y no lo van a hacer Cristina y Alberto, lo vamos a hacer todos y todas. ¡A disfrutar el gobierno en mano de las gente!» El público, dentro y fuera del búnker parecía no poder gritar más fuerte.

El presidente recién electo finalizó saliendo a las calles y mirando a los ojos a los militantes y simpatizantes que colmaban la avenida Corrientes y sus alrededores: «Este no es el frente de nosotros, es el de todos.»

Cuatro años atrás, un enorme grupo de gente se reunió a abrazarse y llorar por el fin de un ciclo político, de una idea de país. En la noche del 27 de octubre, esa gente volvió a reunirse, volvió a abrazarse y volvió a llorar. Pero porque volvían. Renovados, con esperanza y con fuerza para afrontar los desafíos que pone por delante una Argentina en crisis. “Vamos a volver”, cantaban. Y volvieron.

A partir del 10 de diciembre, futuro se escribirá con F. Pero de qué tratará el mismo, solo el tiempo y la política lo dirán.

 

Axel para todos

Axel para todos

Con niveles de participación similares a los de las PASO del 12 de agosto, la elección por la Gobernación de la provincia de Buenos Aires arrojó un resultado distinto en números, pero no en términos de la fórmula ganadora. Pasada la medianoche, con casi el 95 por ciento de las mesas escrutadas, Axel Kicillof se imponía frente la actual mandataria bonaerense, María Eugenia Vidal, por una diferencia de más de quince puntos porcentuales. Pese a que Vidal cosechó cinco puntos más que en las PASO, apenas pudo superar la cantidad de votos que había recibido en 2015, muy lejos de la clara mayoría obtenida por el candidato del Frente de Todos. Un desenlace ampliamente esperado, pese al empuje del oficialismo a nivel nacional por ‘dar vuelta’ la derrota de agosto. A nivel municipal, el escrutinio provisorio pronosticó la futura división del territorio provincial, con un conurbano preponderantemente gobernado por el Frente de Todos y un interior principalmente gobernado por Juntos x el Cambio.

Desde el atiborrado búnker del Frente de Todos en el barrio porteño de Chacarita, inmerso en un clima de festejo, el gobernador electo de la provincia comenzó su discurso como ganador felicitando a los votantes bonaerenses: «Excelente noche porque hoy, una vez más, habló el pueblo argentino. Decidió el pueblo de la provincia de Buenos Aires.»

Kicillof reflexionó, además, sobre las razones de su triunfo y el de la fórmula presidencial integrada por Alberto Fernández y Cristina Fernández. Consideró que «un factor fundamental a tener en cuenta es que lo que ganó fue la política, la solidaridad, todo el esfuerzo que se hizo a lo largo y ancho de la provincia de Buenos Aires.»

Enumeró, a su vez, las herencias de la gestión de Cambiemos: desempleo, devaluación y «casi la duplicación de la deuda»; y aseguró que esto «significa el fracaso de un proyecto económico neoliberal, el fracaso en una forma de gobernar. Lo que hoy tenemos para festejar es que lo que ganó en Argentina es una apuesta a la participación. Así como se hizo esta campaña vamos a tener que gobernar: recorriendo, acompañando a los que sufren, los que necesitan. Cambia la lógica del gobierno a partir de ahora en la provincia y el país.»

A Kicillof lo acompañó en el escenario la vicepresidenta electa, quien se manifestó emocionada por la victoria, en vistas del contexto socioeconómico nacional expresó: «Lo escuchaba a Axel enumerar esas cifras del dolor y de la tragedia social y económica que vive la Argentina (…) Estoy muy contenta de que Axel hoy sea el gobernador de la provincia. Es para mí un inmenso orgullo y lo siento como un reconocimiento político.”

En el búnker medio vacío de Juntos por el Cambio en el Centro Costa Salguero, por otra parte, el clima era muy distinto: los simpatizantes del oficialismo intentaron expresar calma frente a la espera de los primeros resultados, pero sin poder disimular la tensión en el aire. Sólo el Mago sin Dientes, presencia emblemática de los búnkeres del macrismo, se dejó ver e interpelar por los periodistas en el lugar.

Al igual que en agosto, luego del cierre de los comicios, se dio una conferencia de prensa liderada por el Jefe de Gabinete, Marcos Peña, que estuvo signada por la negativa a hacer evaluaciones sobre los resultados. En su lugar, Peña reiteró sus críticas al sistema electoral, que calificó de arcaico, como la fuente de las fricciones y dificultades en la votación y el escrutinio.

La gobernadora bonaerense finalmente hizo su aparición en el escenario pasadas las 22, una hora luego de que se hicieran conocidos los números del escrutinio provisorio. «Gracias a todos los que hacen que Juntos por el Cambio siga siendo una alternativa y por supuesto a nuestro presidente, a Mauricio», dijo Vidal, acompañada por cánticos de “olé Maru, Maru”. “Quiero agradecer a todos los bonaerenses que fueron a votar y a los que no habían confiando en las PASO y nos dieron el voto.”

Felicitó además al ahora gobernador electo, adelantando su expectativa de iniciar la transición democrática en los próximos días y reafirmando su compromiso con los votantes bonaerenses. Luego asumió un tono esperanzador frente a la derrota electoral, diciendo que “las urnas no matan los sueños, nos dicen que este no es nuestro momento.”

“Sigo creyendo en ustedes. Sigo lista que para mejorar contra el narcotráfico, para mejorar hospitales, para seguir con obras. Ustedes nunca me dejaron sola. En este caso Dios me dio un descanso para que recupere mis fuerzas y volvamos a dar juntos las peleas que hagan falta.” Asimismo, pidió disculpas a aquellos bonaerenses que sintieran que les había fallado.

“No me quiero ir de acá sin decirles que hemos dado todo”, dijo con voz quebradiza, “No estamos acá para que la historia nos recuerde o para hacernos ricos. Estamos acá porque creemos en ustedes y esa confianza que tenemos hace que todos los momentos difíciles y obstáculos valgan la pena.”

Su equipo, reunido junto a ella sobre el escenario, respondió al final de su discurso con abrazos de consuelo, gesto que se vio replicado en el público entre quienes comenzaron a caer lágrimas al desvanecerse el ambiente festivo que había envuelto un rato antes a Horacio Rodríguez Larreta, reelecto en la Ciudad de Buenos Aires.

Kiciloff le sacó una diferencia de más del 45 a Eduardo “Bali” Bucca, candidato a gobernador del frente Consenso Federal, quien alcanzó el seis por ciento de los votos afirmativos al finalizar la jornada. En diálogo con ANCCOM “Bali” Bucca sostuvo: “Hemos intentado una propuesta para cerrar la grieta que hay en nuestro país y hace mucho daño. Respetamos la voluntad popular y a partir de hoy mismo estamos a disposición para poder construir ese acuerdo económico que necesita la Argentina para salir adelante.” El actual diputado nacional bolivarense destacó la hiperpolarización de la elección, mayor que en las PASO. “No hay lugar para la soberbia. Sí hay lugar para construir acuerdos políticos y económicos y  para eso estaremos dispuestos a colaborar”.

Entre los demás partidos políticos que participaron en los comicios, el Frente de Izquierda se ubicó nuevamente como la cuarta fuerza en la provincia, de la mano de la candidatura para la gobernación de Christian Castillo, quien alcanzó cerca del tres por ciento de los votos. En el búnker de la coalición de orientación trotskista, los dirigentes presentes reafirmaron su oposición a los acuerdos con el FMI y las políticas de ajuste del gobierno macrista y su solidaridad con las recientes movilizaciones contra el neoliberalismo en Ecuador y Chile. Expresaron además críticas al peronismo englobado en el Frente de Todos, cristalizadas en las palabras de Juan Carlos Giordano, candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires: “Para ganar, el kirchnerismo lavó su discurso”, explicó el candidato, “por lo que no va a ganar el kirchnerismo duro sino un peronismo más flexible.”

Desde su perspectiva, las diferencias programáticas entre el oficialismo y el proyecto de Alberto Fernández no eran significativas. Señaló especialmente la voluntad del Frente de Todos de continuar los pagos de la deuda externa, deuda que Giordano calificó de ilegítima y fraudulenta.

Finalmente, permaneció en quinto y último lugar Gustavo Ricardo Álvarez, del Frente Nos, que no llegó al punto y medio. Mientras que el Frente Despertar, que llevó a José Luis Espert como candidato a presidente, no presentó candidato para la gobernación.

Con el escrutinio provisorio todavía en proceso, la velada concluyó en los búnkeres de los dos principales candidatos con tono emotivo. En Costa Salguero, luego de las últimas palabras del presidente Macri pasadas las diez y media, la noche en el búnker oficialista finalizó con llanto, abrazos y una procesión de militantes y dirigentes cabizbajos. Los presentes no ofrecieron palabras a la prensa reunida tras una valla mientras comenzaron a abandonar el lugar bajo luces de fiesta.

En Chacarita, el gobernador electo salió al encuentro de la multitud que había copado las calles afuera del búnker para festejar la victoria. A ellos dedicó un último discurso emotivo.

«Ahora está empezando a llover pero decimos: de acá no se vuelven más. El pueblo votó por un gobierno que va a pensar en el trabajo, en la salud, en la educación, en la tecnología, en la universidad y en la felicidad de los argentinos.”