“Basta de lloriqueo”

“Basta de lloriqueo”

“Me parece que ha habido una derrota pero no estamos derrotados”, expresó Pedro Brieger con respecto a la victoria de Mauricio Macri en la reciente elección presidencial y continuó trazando un paralelismo entre la situación actual de la región latinoamericana y distintos momentos históricos que a su juicio son muy importantes para pensar la actualidad. “Si uno piensa en 1955, Perón se tuvo que ir al exilio y el movimiento quedó desarticulado por la represión que vino después. Si uno piensa en 1973 en Chile, Salvador Allende fue asesinado y la represión posterior desarticuló también a los movimientos sociales. Si uno piensa en el golpe de Estado en la Argentina, de la presidenta del momento, al margen de lo que pensemos de ella, fue arrestada y también la represión desarticuló a los movimientos sociales”.

El sociólogo y periodista especializado en Política Internacional realizó esta afirmación en el inicio de un ciclo de charlas organizado por el portal Noticias de América Latina y el Caribe (NODAL) y el Centro Cultural de la Cooperación. El propósito de estos encuentros consiste encrear y consolidar un espacio de discusión y reflexión acerca de la coyuntura y actualidad regional.

“Me parece que ha habido una derrota pero no estamos derrotados”, expresó Pedro Brieger.

Además de Brieger, director de NODAL, en este primer debate -denominado “América Latina en Disputa”- participaron la periodista Telma Luzzani y Aram Aharonian, director del periódico Miradas al Sur y fundador de la cadena de televisión Telesur.

Luzzani fue la encargada de poner en contexto el ascenso del conservadurismo en la región: “Creo que el triunfo de Macri tal vez no sea exactamente el primero, también (Horacio) Cartes sucedió a (Fernando) Lugo. No es la primera vez que pasa pero si en un país del peso de la Argentina en un momento como el que estamos atravesando de una Dilma (Rousseff) y un (Nicolás) Maduro con un acoso por parte de la derecha brutal”.

Por otro lado, Brieger remarcó un elemento ventajoso que se da hoy en el contexto latinoamericano: “Hay un elemento muy novedoso en este traspaso de mando y es que la presidenta forma parte de un movimiento derrotado pero donde ella sobrevive a la derrota”. Subraya que el movimiento es derrotado en las urnas pero no en el sentido profundo del término y que los momentos históricos analizados más arriba, no tuvieron demasiado tiempo para construir: “En los casos del 73 en Chile y el 76 en Argentina, los movimientos derrotados y derrocados habían tenido un proceso muy corto, no habían tenido la posibilidad de construir. Allende tuvo apenas tres años, si uno lo compara con estos doce años, la diferencia es inmensa”.

El periodista destacó que reflexionar retrospectivamente la historia ayuda a pensar y señaló tres hechos novedosos que se construyeron en la región políticamente. La primera, la aparición de los zapatistas en 1994 como reacción a las políticas neoliberales. La segunda, el surgimiento de Hugo Chávez con el proceso electoral de diciembre de 1998: “Esa jura tan simbólica que en ese momento impactó, llamó la atención, cuando dijo: ‘Juro sobre esta moribunda Constitución’”, recordó. Y tercero: el estallido del 19 y 20 de diciembre de 2001 en Argentina: “A mi juicio es fundamental para entender dónde estamos parados y que muchas veces nosotros en la Argentina lo olvidamos porque fuimos protagonistas. A nivel latinoamericano fue percibido como una derrota del neoliberalismo”.

“El candidato de aquellos que se supone que son el pueblo, se disfrazó de clase media opositora, nos llenaron la cabeza con que estábamos mal, de que estamos en crisis”, definió Aram.

A su turno, Aram analizó las elecciones en Argentina y las calificó como la pérdida de una batalla dentro de la guerra cultural: “El candidato de aquellos que se supone que son el pueblo, se disfrazó de clase media opositora, nos llenaron la cabeza con que estábamos mal, de que estamos en crisis”. Recalcó que hay muchos jóvenes que necesitan que se les hable de futuro y que es muy importante recuperar la memoria histórica para saber de dónde venimos y sobre todo hacia dónde vamos: “Si solamente recuperamos para saber de dónde venimos es lo más retrógrado que podemos hacer, no construye futuro, no da esperanzas, limita a saber qué pasó y nada más”. En este sentido subrayó que es hora de construir una alternativa diferente desde abajo y que los gobiernos que salen de los movimientos sociales no han entendido el tiempo histórico en que vive la región y que ese es uno de los grandes problemas de América Latina: “No hemos entendido que tenemos un cambio de época, que se terminó la época de la resistencia, estuvimos 520 años resistiendo a todos, tenemos postgrados en lloriqueos y denunciología y no aprendimos que estamos construyendo nuevas sociedades y para ello hay que estar todos juntos. Volvamos a la construcción, crear los organismos desde abajo para poder llevar adelante una sociedad diferente, una democracia participativa, un continente que sea para todos”.

Brieger retomó la idea del fundador de Telesur y lo mezcló con el recuerdo del 2001 y los movimientos políticos que aparecieron tras el levantamiento popular: “El desafío era construir, aquello que Aram -siempre de manera provocadora- dijo: ‘Basta de lloriqueo, tenemos doctorados en llorar, tenemos grandes dificultades para construir’. Creo que es bastante más complejo y me parece que los gobiernos progresistas no terminan de responder, porque además creo que la respuesta no es sencilla”.

En este sentido, el periodista -columnista junto a Luzzani del programa Visión Siete Internacional– analizó cómo se va transformando la tarea de los dirigentes de los movimientos sociales una vez que acceden al poder y pasan a cumplir una función en el gobierno y en el parlamento y pone como ejemplo al actual presidente de Bolivia, Evo Morales: “Evo llega al poder y por supuesto que su relación con el sindicato se deterioró, no tiene tiempo de hacer el trabajo sindical que hacía antes”. Asimismo, analizó el caso de Ecuador: “Recordemos que Rafael Correa es elegido presidente la primera vez sin tener candidatos a diputados y a senadores, porque su movimiento político no existía, era él. Consciente de esta falencia lo primero que hace es movilizar en un proceso constituyente, no sólo para cambiar la legislación, sino para construir mayorías porque no las tenía”.

Brieger subrayó cuál fue, a su juicio, el gran mérito de Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa, tomando en cuenta sus propias necesidades y diferencias históricas y coyunturales: “Los tres entienden que tienen que refundar el país y se lo proponen. Para hacerlo en estas condiciones históricas, la mejor manera era a través de una Asamblea Constituyente porque efectivamente se construye poder popular y, a su vez, los procesos constituyentes se hacen a través de la movilización popular”.

“No hemos entendido que tenemos un cambio de época, que se terminó la época de la resistencia, estuvimos 520 años resistiendo a todos, tenemos postgrados en lloriqueos y denunciología», afirmó Aram.

 

Con respecto a otros casos latinoamericanos, en donde no se dio una reforma constitucional sino que los gobernantes electos eligieron otro camino, el periodista comentó el caso de Brasil: “Lula en vez de avanzar hacia un proceso constituyente lo que hace es pactar y negociar. Es verdad que él llega al gobierno ganando la presidencia sin tener mayoría ni en Senadores ni en Diputados. Es más, llega también a contramano porque pierde San Pablo y Porto Alegre que eran los dos bastiones del Partido de los Trabajadores, llega al poder muy debilitado”. Con respecto a los casos de Nicaragua y Argentina expresó: “Salvando las distancias, el Daniel Ortega que llegó después, pactó y negoció con la derecha, no hablo del Daniel Ortega de 1979. El caso argentino fue particular porque no se produce eso de refundar y movilizar ni de pactar y negociar, tiene un camino diferente, pero que sí tiene un punto de convergencia con el camino brasileño y es en cierta medida diferente, el abandono de las calles. Digo en cierta medida, porque acá especialmente después de la muerte de Néstor Kirchner hay un movimiento nuevo de recuperación de las calles”.

Con respecto a la aparición de Mauricio Macri y sus expresiones acerca de una posible suspensión de Venezuela en el MERCOSUR, Brieger declaró: “Dejemos de subestimarlo, muchos lo han subestimado, lo he discutido durante años, su formación es otra y tiene cuadros políticos por todos lados. No hay que pensar que no tiene cuadros, que no saben de política y que sólo tienen globos amarillos, los globos amarillos son parte de la estrategia política y cuando él dice ‘suspender’ estoy casi seguro de que sabe perfectamente que no se puede aplicar aquello que ni siquiera existe porque no hay cláusula democrática en el Protocolo de Ushuaia firmado en 1998, ni siquiera se llama así, es parte de una frase”. Y amplió: “No son ingenuos, lo que buscan obviamente es instalar el tema, quebrar MERCOSUR, UNASUR, es parte de una estrategia política”.

“Dejemos de subestimarlo a Mauricio Macri, muchos lo han subestimado, lo he discutido durante años, su formación es otra y tiene cuadros políticos por todos lados», sostuvo Brieger.

En esta línea, en diálogo con ANCCOM, Brieger opinó acerca de cuál cree que sería el peligro más latente para la región, ante el ascenso de un gobierno conservador en la Argentina: “Creo que a corto plazo, la atomización de los organismos internacionales, principalmente UNASUR y CELAC más que MERCOSUR, éste es un organismo más económico que político, pero si el nuevo gobierno argentino decide intervenir fuertemente en UNASUR puede contribuir a congelar aún más proyectos que están caminando muy lentamente como el Banco del Sur y el Consejo de Defensa Suramericano, creo que ese sería el objetivo de ellos”.

Por su parte, Telma Luzzani comentó: “El regreso del neoliberalismo con una nueva figura y con características diferentes a las que conocemos antes me parece que entraña un peligro en la medida de que es un modelo conocido y que podría llegar a ser usado como ejemplo para otros países de América del Sur. Podemos decir que los países que tal vez tengan más importancia son Brasil en primer lugar, Argentina y Venezuela, también Ecuador y Bolivia por supuesto, pero son países más chicos y me parece que entonces puede ser tomado Argentina como plataforma para cercar a Brasil y acosar todavía más a Venezuela”.

En este sentido, Aram Aharonian comentó a ANCCOM sobre este escenario en Argentina: “El problema es que se rompe una tradición de doce años de estar junto a los gobiernos progresistas de la región, Argentina es uno de los países principales y hoy parece que va a abandonar esa posición, va a tener que acomodarse a la realidad latinoamericana, no es tan fácil tampoco para el gobierno conservador. El problema es que no hay que quedarse solamente en las declaraciones, hay que ver los hechos, vamos a ver cómo va a ser la política exterior. Tampoco tiene tanto margen, ni Argentina es líder de nada en este momento en América Latina como para decir que deja tal cosa. Hay que ver, yo creo que no hay que ser tremendista ni nada por el estilo”.

Brieger recordó cuando el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, fue el único que votó en contra del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) en la III Cumbre de las Américas, en la ciudad de Quebec, Canadá: “Chávez llega al contexto regional del ALCA, rodeado de Menem, Fujimori y Zedillo en México, era el neoliberalismo en su máxima expresión. Era un extraterrestre, no podía actuar, se va construyendo a medida que explota la Argentina en el 2001, aparecen Lula, Kirchner, Tabaré Vázquez”. Asimismo, recalcó: “Es interesante lo que pasó en 2005 en esa Cumbre de las Américas, porque había dos referentes conservadores muy fuertes: (Vicente) Fox y (Álvaro) Uribe, pero que no tenían ni siquiera en ese momento la capacidad de construir una corriente conservadora que se opusiera a lo que estaba germinando y que se construye como muy fuerte”. En esta línea, Brieger explicó: “Macri entra en el escenario regional donde le es desfavorable por ahora y no hay elecciones presidenciales importantes -salvo Perú- a corto plazo. Y aunque Evo Morales pierda el referéndum en febrero, va a seguir siendo presidente, así como Rafael Correa hasta el 2017. En ese contexto, Macri se va a tener que mover y esto quiere decir que entra, salvando las distancias, como Chávez en el 99, solo”.

El director de NODAL explicó que se abre un contexto interesante y todo un desafío: “No sé cómo podremos responder, pero tiene que ver más con la Argentina de seguir construyendo, creo que es un desafío y es novedoso también. Debemos tomar en cuenta que estos doce años fueron muy importantes porque Macri no recibe un país en estallido, ni con la hiperinflación del 89 que logró disciplinar y generar consenso para que se privatice absolutamente todo. Esa transición, además, venía después de las diferentes crisis del alfonsinismo que, a su vez, venía después de la dictadura. Si nosotros juntamos alfonsinismo y dictadura son más o menos los mismos años de kirchnerismo. Sirve para dimensionar lo importante que han sido estos doce años y que me imagino que Macri toma en cuenta respecto de las medidas que quiera tomar”.

El periodista finalizó su exposición con la idea de que el gran desafío de la construcción tiene que ver con construir cosas bellas, atractivas e interesantes para la sociedad en su conjunto: “Construir algo que sea transformador y que genere esperanza porque si no, ganarán los globitos de colores que son mucho más lindos”.

“Dejamos una Argentina que ha renacido”

“Dejamos una Argentina que ha renacido”

“Quiero saludar con todo mi afecto y reconocimiento al maravilloso pueblo argentino en una jornada democrática ejemplar en donde la voluntad popular ha elegido al nuevo presidente, al ingeniero Mauricio Macri a quien acabo de saludar, deseándole éxito por el bien de nuestro país”, dijo el candidato a presidente de la Nación por el Frente Para la Victoria, Daniel Scioli, a las 21.35, cuando la derrota era hecho. Después de horas de expectativa en el Centro de Campaña, Scioli apareció en el escenario de Hotel NH junto a su esposa Karina Rabolini, su hija Lorena y su equipo de campaña. Los ánimos estaban caídos y tres horas y media después de finalizados los comicios se daba por finalizada la elección a presidente de la Nación en una jornada histórica: por primera vez se definió el ocupante del Sillón de Rivadavia a través de un balotaje.

Faltarían todavía un par de horas para que el escrutinio final determinara la victoria de Cambiemos con el 51,4% de los votos contra 48,6%  de Scioli. Fueron apenas 2,80 puntos de diferencia que representan 705.000 votos sobre un total de 25 millones.

Scioli agradeció a la militancia y a los más de diez millones de ciudadanos que le dieron su apoyo.

Scioli agradeció a la militancia y a los más de diez millones de ciudadanos que le dieron su apoyo y recorrió los logros en materia económica y políticas sociales en estos doce años de gobierno: “Dejamos una Argentina que ha renacido, con su fuerza emprendedora que se ha industrializado, un país que dejamos con la enorme tarea de tomar la posta, con la tasa más baja de desempleo de muchísimos años, con la tasa más baja de desendeudamiento desde el año 1976. Nuestro país no tenía esta libertad de independencia económica”. Asimismo, remarcó los logros en estos años en materia de educación: “Una Argentina que ha puesto en la educación un pilar fundamental de inclusión social generando innumerables oportunidades a los jóvenes de cara al futuro. Una Argentina que ha puesto a la ciencia y la tecnología como una política de Estado, con científicos que han vuelto a nuestro país para contribuir al progreso, al desarrollo de nuestro país”. Agradeció a su compañero de fórmula Carlos Zannini y recalcó que el pueblo, profundamente demócrata, ha elegido una alternativa. Agregó que espera que Dios ilumine por el bien de todos los argentinos.

Frente a la tendencia de los resultados, en ese momento con el 63,26% de las mesas escrutadas y con 7 puntos abajo con respecto a Mauricio Macri, expresó: “Los resultados ya muestran una tendencia definitiva y por eso me parece muy oportuno llegar desde lo más profundo al corazón de cada argentino y decirle que como he hecho a lo largo de mi vida, siempre voy a buscar el lugar que sea, para poner a la bandera argentina bien en alto”.

Asimismo manifestó su vocación de servicio y el amor por su país: “Siempre, hasta el último suspiro, voy a estar con esa vocación de servicio y con ese amor por la Argentina, para poder ayudar especialmente a los que más necesitan al Estado al lado suyo para que puedan seguir definitivamente adelante”.

Dijo, además, que defenderá a los compañeros trabajadores ya que son la base fundamental del movimiento justicialista, y el Centro de Campaña se llenó de emotivos aplausos. Puntualizó además que el Estado es el centro fundamental de todas las iniciativas que han generado seis millones de puestos de trabajo, la inclusión de tres millones de jubilados, y políticas de salud con un calendario de diecinueve vacunas y que, gracias a ello, se ha logrado la tasa más baja de mortalidad infantil.

A las 18:26, Alberto Pérez había dado la primera declaración a la prensa: «Hoy ganó la democracia en la Argentina”.

Las primeras palabras en el Hotel NH las había acercado  Alberto Pérez, jefe de campaña del FPV, a las 18.26: “Hoy ganó la democracia en la Argentina”. Se sabe, en la política argentina cuando alguien reivindica el triunfo de la democracia es porque su partido perdió en las elecciones.

Fue a las 19:30 cuando el país entero conocería los primeros resultados de la elección. La tensión crecía a cada minuto y las caras de preocupación y nerviosismo se respiraban en el Centro de Campaña del Frente para la Victoria. En el Centro de Campaña de Cambiemos ya se festejaba un resultado que aún no era oficial, mientras que en el de Scioli, se esperaba con cautela.

Las caras de desconcierto iban en aumento, mientras aparecían los datos oficiales. El equipo que acompañaba a Daniel Scioli subía y bajaba los pisos del hotel NH, donde se reunió el espacio kirchnerista para esperar los resultados del balotaje a presidente de la nación. Por su parte los bombos de la militancia, ya presente en las afueras del Centro de Campaña, se hacían escuchar en las inmediaciones de la Plaza de Mayo con la esperanza de que los datos oficiales revirtieran las tendencias

A pesar de la derrota consumada, miles de militantes de distintas agrupaciones del FPV -Nuevo Encuentro, La Cámpora, el Movimiento Evita, entre otras- esperaron en las inmediaciones de Plaza de Mayo, el tradicional espacio de las manifestaciones políticas argentinas. Se quedaron allí, aún conociendo los resultados. Lágrimas, abrazos contenedores y cantitos que proliferaran en forma de promesa: “No pudo López Rega, no pudo Isabel, no podrá Mauricio Macri, acá estla la JP”, era uno de las consignas.

Una hora después llegó el director de ANSES Diego Bossio: “Es una elección en la cual nos sentimos muy orgullosos, estamos convencidos que de la democracia se ha fortalecido en todos estos días, se han fortalecido las ideas, se han puesto en consideración dos visiones sobre la Argentina, y hoy se escuchó la voz de las urnas”. Luego de las palabras de Scioli en el búnker del Frente para la Victoria la tristeza no tenía fin, algunos trataban de explicar lo sucedido, otros simplemente manifestaban incredulidad.

Los rostros de la militancia en la Plaza de Mayo.

Poco a poco el Centro de Campaña fue quedando vacío, aunque la militancia, siempre presente, no paraba de cantar y acompañar al candidato que no llegó a ser presidente de la Nación. Abrazos solidarios y la promesa de que no dejarán que se atropelle ninguna de las conquistas sociales, acompañaros el final de la jornada.

Fuego cruzado

Fuego cruzado

“Argentina Debate está en Twitter @argdebate”, decían los zócalos de las once pantallas por las que se transmitió el segundo debate presidencial en Argentina, esta vez protagonizado Daniel Scioli y Mauricio Macri.

“En Twitter usá  #ArgentinaDebate”, agregaba el zócalo.

Hay que decirlo: a una semana del primer balotaje del país, Twitter ingresó a la pantalla antes que los candidatos.

El contador de tweets publicados bajo el hashtag  #ArgentinaDebate comenzó a rodar desde el número 159.845 y no paró. Tampoco el rating: según la consultora IBOPE, el debate tuvo un promedio de 54.74 puntos -entre todos los canales- con picos de 58. Midió más que la final del Mundial de Brasil.

Durante una hora y media, la red social Twitter se convirtió en la segunda pantalla de la noche y fue escenario de una cruzada de hashtags que buscaban dominar el juego y declarar ganador a su candidato. Sabemos que los hashtags son palabras o frases precedidas por el signo numeral (#) que sirven para etiquetar y agrupar mensajes sobre un mismo tema publicados en la red social. #ArgentinaDebate fue el hashtag oficial propuesto por los organizadores del debate, y a él se le sumaron los partidarios: #QueGaneScioli, #ScioliPresidente, #QueGaneMacri y #MacriPresidente.

“#Argentinadebate fue trending topic en Twitter con un total de dos millones de tweets”, dijo Gabriela Sued, magister en Ciencia, Tecnología y Sociedad y docente de la UBA a ANCCOM. “Según un muestreo, la amplia mayoría de ellos fue realizada desde dispositivos con sistema operativo Android y una gran cantidad fue producida por multimedios, ONG’s, agrupaciones políticas y robots automáticos. En este sentido, la participación no es de ninguna manera representativa del padrón electoral, compuesto por más de treinta y dos millones de votantes con distintos niveles de acceso a la información”, afirmó.

Sued, además, destacó el alto nivel de redundancia que hubo en la red: se tuiteaban y retuiteaban pocos tweets con escaso contenido, en general palabras textuales de los candidatos, correspondientes a las cuentas oficiales de @DanielScioli y @MauricioMacri, e incluso a medios como @Infobae, @Perfil y @Chequeado.

La agencia Es Viral realizó un relevamiento de las menciones a #ArgentinaDebate durante el transcurso del debate y registró 450 menciones por minuto y un estimado de ocho millones y medio de cuentas alcanzadas por hora. Eso sin tener en cuenta a todos aquellos que twittearon sobre el debate con otros hashtags o sin usarlos.

“Estudiamos no sólo las menciones de #ArgentinaDebate, sino también quiénes mencionaban en ese hashtag a Scioli y a Macri –cuenta Martín Romeo, diseñador estratégico de Es Viral– y ahí se dio algo bastante interesante en términos comunicacionales: el bullying cruzado. El grueso de las menciones a @danielscioli eran de usuarios que destacaban que el debate lo estaba ganando Macri y posteaban el mensaje #MacriPresidente. Por el contrario, el grueso de las menciones a @mauriciomacri hacían lo inverso: apuntaban a señalar que el debate lo estaba ganando Scioli”, explicó.

Esta situación es algo que desborda el debate y tiene que ver con el tono de la red social: “En general las menciones de todos los candidatos y los políticos son negativas”, afirma Romeo. ¿Por qué? Un reciente estudio de IBM sobre Twitter en Latinoamérica demostró que, en general, el tono conversacional de la red es positivo y los temas preponderantes son salud, educación y tecnología. Pero Argentina siempre es un caso particular: acá la política no es un tema predominante de conversación en Twitter y, cuando se convierte en un tema, el tono conversacional que predomina es negativo.  “Hay más voluntad o interés en señalar los errores o las deficiencias del candidato opositor que de señalar los aciertos del propio candidato. Por eso hablamos de bullying cruzado”, dice Romeo.  Entonces ya sabemos que la gran cantidad de menciones a un candidato (en Argentina) no se traduce en una valoración positiva por parte de los usuarios sino que, en muchos casos, más bien tienen connotaciones negativas. En este sentido, Romeo destaca que en volúmenes de menciones no hubo grandes diferencias entre los candidatos.

Cuentas trolls queriendo imponer hashtags durante el debate

Generador de agenda

¿Se pueden comprar seguidores? Sí. ¿Existen cuentas falsas? Sí. ¿Se pueden utilizar para hacer campaña en contra del otro candidato? Sí. ¿Tienen capacidad para crear corrientes de opinión en Twitter? Se lo preguntamos a Martín Romeo: “En general, este tipo de cuentas tienen un efecto muy limitado. En el caso del debate es absolutamente insignificante porque el debate tomó tal envergadura en términos de consumo que el volumen conversacional de los distintos soportes a través de los cuales se siguieron y produjeron interacciones es mucho mayor que el efecto que podría haber tenido una campaña desarrollada a través de bots, trolls o cuentas no genuinas.”

El éxito de las conversaciones está en las interacciones, afirma Romeo, y en este sentido los robots y cuentas trolls se caracterizan por no interactuar con usuarios: tienen como objetivo general publicaciones unidireccionales para tratar de inundar la red con algún tipo de mensaje.

Estas cuentas intensifican el mensaje para tratar de generar una corriente de opinión al respecto. “En general –dice Romeo– el éxito de las corrientes de opinión que circulan en Twitter son las que tiene como vector la interacción genuina”. Y las cuentas robots claramente no la tienen.

En esta línea, Sued sostiene que el «core» o núcleo del debate en Twitter fue altamente redundante, poco dialogal, y  con  escasa cantidad de contenidos.  “Se puede pensar en la adhesión de los usuarios a cada uno de los candidatos en función de los retweets –dice Sued–. En ese caso, la adhesión principal la recibió Mauricio Macri, pero es una adhesión ausente de contenido, redundante, repetitiva, sin introducción de novedades. La producción de contenidos en Twitter buscó una adhesión de escala, pero no de calidad o diversidad de contenidos”. Sued afirma que en las interacciones que se dieron en Twitter no pareció importar demasiado el contenido sino que hubo una función apelativa del lenguaje: el uso de hashtags y las menciones tienen, en un principio, una función de persuasión.

En Argentina existen aproximadamente 5 millones de cuentas de Twitter y, según un relevamiento de Es Viral, 15 de cada 100 personas se informan de política a través de redes sociales: “Un 60% de las personas son mayores de 16 años y constituyen el universo de votantes –explica Romeo–. Aproximadamente dos de cada tres de ellos, o sea el 66%, consume habitualmente redes sociales y dos tercios de esa parte las consumen periódicamente y genera contenidos. De esos dos tercios, un cuarto -el 15% del total de la población- ha manifestado que se informa políticamente a través de las redes sociales y además consulta qué se dice acerca de los candidatos y sus plataformas a través de redes. Es de esperarse que 15 de cada 100 votos se resuelvan a través de redes”.

Más importante que la cantidad de usuarios, la cantidad de tweets, las menciones y los seguidores, es la capacidad que tiene Twitter de generar agenda. Si bien a nivel mundial Facebook es la red social más importante en términos de penetración de mercado, ninguna otra red influye tanto en la agenda mediática y, por lo tanto, en la agenda de opinión pública, como lo hace Twitter. Ser tema de conversación e interacción, entonces, se vuelve fundamental por el rebote mediático.

En las encuestas realizadas por los principales diarios en línea a través de Twitter, los usuarios declararon ganador del debate a Mauricio Macri. El 22 de noviembre, con un sobre en la mano y el celular inteligente en el bolsillo, el país decidirá quién será el próximo presidente de todos –todos– los argentinos.

Piloto de tormentas

Piloto de tormentas

La noche del último 11 de mayo, en plena campaña previa a las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) de agosto, aún no se sabía si sería posible un debate presidencial, pero Marcelo Tinelli ya había reunido en su programa a los tres presidenciables que, según las encuestas, disputarían mayor cantidad de votos en octubre.

“¡Señoras y Señores! –dijo Tinelli en el estudio de televisión de canal 13-. Vamos a presentar – frena, e interpela a sus productores- ¿Cuánto hace que no venía por acá? Primera vez que viene al programa en los últimos años ¿no?”. Y rápidamente vuelve a hablarle al público: “Viene de jugar la Copa Libertadores de América con su equipo de futsal de Villa La Ñata, en Paraguay. La persona que voy a presentar ahora es un amigo personal –continúa Tinelli -, lo conozco desde hace treinta años cuando vivíamos a una cuadra de distancia y yo iba a buscar los casettes a su casa para llevarlos a Badía y Compañía. Corría el año 1985 y él era un corredor de motonáutica muy groso, y yo era un periodista muy desastroso”.

La presentación duró alrededor de dos minutos. Jugaba con la ironía y la expectativa manteniendo la tensión de los televidentes en sus casas y del público presente en el estudio. Algunos sostenían carteles naranjas con la leyenda “Scioli 2015”. Agravando la voz, Tinelli continuó presentándolo: “Candidato a Presidente por el Frente para la Victoria, es el actual Gobernador de la Provincia de Buenos Aires”.

De pronto, volvió al tono jocoso y agitó: “¡Se viene la ola naranja! –se refería al color elegido en la campaña política de Daniel Scioli- ¡Qué grande! –agregó, como pensando en voz alta- Está casado con una gran amiga, una gran modelo y que si sigue laburando así –advirtió- yo la veo con un futuro político. Yo creo que en 2019… Karina Gobernadora” -tituló.

– “¿Vos decís?, le preguntó Marcela Feudale, la voz que lo acompaña a Tinelli hace más de veinte años desde VideoMatch y, ahora, en ShowMatch, un programa de humor popular argentino y de competencia de baile con alto rating devenido en un escenario determinante para políticos en campaña.

– “¡Olvidate!” –afirmó Tinelli y se quedó dos segundos pensativo- Iba a decir una grosería –sonrió cómplice– ¿Vio que Karina hace crema’?, con Karina los encremamo’ a todos y ¡adentro!” –propuso como eslogan.

Retoma la presentación: “Señoras y señores, un placer presentarlo acá. Fuerte el aplauso para presentar, acompañado de su mujer Karina Rabolini -toma aire y repite- fuerte el aplauso para presentar al señor Daniel Scioooliiiiiiiiiiiiiii”, dice Tinelli como relatando un gol.

La cámara ahora enfocó con un plano general  la escenografía que se abrió. Apareció Daniel Scioli de traje y corbata y, a su izquierda, tomándolo del brazo, Karina Rabolini con vestido negro hasta por debajo de las rodillas y un peinado alto. Cuando ambos llegaron hasta el conductor empezó a sonar la canción “Yo creo” del artista Ricardo Montaner, reconocido públicamente como amigo del candidato y que, en campaña, le regaló a Scioli la canción “Himno para la Victoria”.

 

“Quien iba a pensar Marcelo que treinta años después nosotros íbamos a estar acá, en un momento muy especial, de tu vida y de la mía. Vos soñando con presidir la AFA –Asociación del Fútbol Argentino- y yo con presidir la Nación”, le djo Scioli al conductor y se rieron en el estudio, mirándose cómplices.

Treinta años atrás, Scioli intentaba persuadir a Tinelli en Canal 13 para que el periodista deportivo difundiera sus carreras de lanchas offshore (“alejadas de la costa”) por TV casi al mismo tiempo en que se comenzaron a emitir en el prime time de Canal 9, luego de ser recuperado por Alejandro Romay asociado con Héctor Péres Pícaro y José Scioli, padre de Daniel.

El motonauta no sólo se encargaba de buscar emisoras sino también sponsors. Cuando en 1985 compró una lancha de carrera ni siquiera sabía si quería competir en motonáutica hasta que, en Punta del Este, Lelio González Elicabe, entonces subcampeón del mundo, se acercó a hablarle. Ese mismo día se subieron a la embarcación para correr. Las terribles olas y saltos que Elicabe imaginó asustarían a Scioli, generaron en él un efecto contrario: cuando llegaron a la orilla le pidió que le enseñara a manejar. Antes de Scioli, la motonáutica era un deporte conocido por pocos. Los que navegaban en el Delta los fines de semana no pensaban en competir en Europa y menos en televisarlo. Scioli obtuvo ocho títulos mundiales. “Cuando llegaba a la meta, sabía dónde estaban las cámaras. Y quedaba siempre de frente a ellas”, contó González Elicabe al diario Perfil.

***

“Yo hace treinta años que estoy con Daniel. Si hay alguien que tiene carácter y personalidad es él. Siempre ha defendido sus convicciones sin ser agresivo. Siempre ha vivido con mucha pasión, siempre con su estilo y hasta la misma Presidenta –Cristina Fernández de Kirchner- ha dicho que son distintos”, dice Karina Rabolini en el piso de Telenoche junto al candidato, su pareja.

Se conocieron el 23 de noviembre de 1986 en el Delta y ese mismo día él la invitó a cenar a su departamento de soltero, ubicado en Callao y Posadas. Al poco tiempo se mudaron juntos. Ella era una modelo, oriunda de Elortondo -Santa Fé-; él, un famoso deportista de motonáutica. Se llevan diez años de diferencia. Desde el comienzo fueron una pareja mediática que, con peleas y reconciliaciones, coparon tapas de las revistas del corazón. “Siempre fue un tremendo sostén en mi vida, un extraordinario compañero. Es un hombre con una gran fuerza de voluntad y con el optimismo de que las cosas se pueden lograr”, afirma Rabolini a la revista Gente.

“Cuando perdió el brazo y lo fui a visitar a la clínica –agrega la modelo – me preguntó si todavía me quería casar con él, y me dijo: ‘Menos mal que fue el brazo y no otra cosa’.  Siempre tuvo armas para salir adelante. Estaba en terapia y pedía su manzana asada y su pastafrola”. Se casaron en 1991. Después de dos años, Rabolini se enteró por televisión que Scioli tenía una hija no reconocida de cartorce años que vivía en Rosario: María Lorena Rentería Beltrán, hija de Margarita Rentería Beltrán, ex empleada de Casa Scioli, donde había conocido a Daniel.

El libro Scioli Secreto, que presentaron este año los periodistas Walter Schmidt y Pablo Ibañez, da cuenta de que a los once años Lorena, que seguía la vida pública de su padre por los medios de comunicación, logró ver a Daniel sólo unos minutos cuando se enteró que lo habían internado en una clínica de Rosario a la vuelta de su casa cuando tuvo el famoso accidente en lancha. La niña convenció a su madre para que la llevara al sanatorio diciéndole: “Tengo miedo que se muera sin conocerlo”. Después de advertencias del médico sobre el peligro de un shock emocional que podría causarle este encuentro, Lorena desistió de entrar a terapia intensiva, pero sin embargo pudo conocer a su abuela Esther Méndez -madre de Scioli- en la sala de espera. Actualmente, y con el paso del tiempo, desde que la situación se volvió pública Scioli construyó y mantuvo un vínculo estable con Lorena, y esa incorporación sentimental se hizo extensiva a Rabolini.

A pesar de que en 1998 Rabolini y Scioli se divorciaron, en 2003 volvieron a formar pareja. “Que me devuelva la plata del divorcio y nos volvemos a casar”, le dice bromeando Daniel Scioli a Susana Giménez en el programa que la presentadora conducía en Telefé una noche de 2013. La conductora lo entrevistaba junto a Rabolini. “La plata ya me la gasté”, contestó la modelo sonriente mirando a Susana.

Siempre que puede Rabolini expresa el orgullo que le provoca la Ley de Fertilización Asistida que promovió Scioli como Gobernador de la Provincia de Buenos Aires y que luego se extendió a nivel nacional, porque ella asegura que vivió en carne propia la imposibilidad de tener hijos, ya que durante un largo tiempo intentaron concebir mediante tratamientos pero no pudieron lograrlo.

Actualmente, viven en la residencia ubicada en Carlos Belgrano al 4500 sobre el Río Luján, en una zona conocida como Villa La Ñata, en la localidad de Benavídez. Se mudaron allí a fines de 2006 para que Scioli pudiera candidatearse a Gobernador de la Provincia de Buenos Aires.

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Bunker Frente Para La Victoria, Elecciones presidenciales 2015. Luna Park, 25 de Octubre 2015.

“Cuando lo conocí él ya era Gobernador de la Provincia de Buenos Aires. La mayoría de nosotros jugábamos en clubes de barrio y fuimos a lo de Daniel por amigos en común. Desde el primer momento, cuando íbamos a jugar futsal a la casa nos trató como uno más, como compañeros de equipo. Él siempre trata de alentarnos, siempre tira para adelante”, le confiesó a ANCCOM Ismael Maldonado, integrante del equipo en el que juega Scioli.  

Frente a su residencia de La Ñata, Scioli levantó Villa La Ñata Sporting Club. En el lugar, como era de esperar, predomina el color naranja. Una virgen grande en una esquina, un retrato con el Papa Francisco en la otra. La cancha de parqué en la que entrenan futsal equipos de distintas categorías y diferentes edades está rodeada de estatuas: Mandela, Alfonsín, Perón, Evita, Messi, El Che, Tévez, Maradona y Samid, entre otras. Colgados en palcos y en las paredes aparecen carteles de Scioli Presidente 2015.

Scioli juega en el equipo de primera. En la cancha, le dicen Pichichi (como se los denomina a los goleadores en España). “Yo vi que él evolucionó mucho a comparación de lo que era cuando empezó a jugar y eso es por la garra que le pone. Porque él antes no jugaba al fútbol, pero aprendió”, explicó a ANCCOM Lucas Argañara, compañero de equipo. De chico y adolescente, Scioli, practicó natación, básquet, pelota paleta y llegó a ser federado en tenis, pero no solía practicar fútbol. “Cuando le toca entrar a la cancha a Daniel –continúa Argañaraz- nosotros hacemos todo lo posible para que se sienta cómodo y se divierta. Él encuentra acá su descarga, toma el futsal como un cable a tierra”.

“Con el equipo, hemos compartido muchos momentos inolvidables, gracias a Daniel: conocimos a Maradona, Tévez, Agüero, Pichot, Los Pimpinela, Cacho Castaña, jugamos en Fuerte Apache, fue muy lindo jugar con toda la gente mirando el partido desde los monoblocks”, contó a ANCCOM Argañaraz.

“Daniel nos ha invitado a su casa a ver videos, partidos. Más allá de él como jugador, a mí lo que más me gusta es su presencia – subraya a ANCCOM el DT del equipo, Guillermo Freire-, porque para el equipo es motivador, tiene una mentalidad ganadora, siempre hacia delante y eso sirve. Él nos ha contado una anécdota: cuando lo fueron a rescatar cuando tuvo el accidente él pedía por su compañero, ‘dónde está el tano’, decía, ‘vamos a buscarlo’. Cuando finalmente vio al tano le dijo: ‘Cuando volvamos, vamos a salir campeones del mundo’. Dicho y hecho, volvieron y salieron campeones del mundo. Es un hombre con convicciones y emprendedor”.

Camisetas de muchos equipos visten el techo del bufet del club. Desde ahí se escucha aterrizar el helicóptero del Gobernador.

 

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Cuando Scioli llega a su casa en La Ñata, algunas noches se encuentra con Alberto Samid a compartir el ajedrez. “Ahora estamos jugando la copa “Papa Francisco”. Jugamos a eso de las diez de la noche, cuando él termina sus tareas, cenamos y hacemos una partidita. El que llega primero a 100, gana la copa. Lleva mucho tiempo, una copa dura tres o cuatro meses y llevamos como 6 o 7 copas ya”, dice Samid a ANCCOM.

“La mayor virtud que tiene como candidato es que se preparó toda la vida para ser presidente, tiene la edad justa, tiene una relación con todos los países de Latinoamérica extraordinaria, con Brasil, Uruguay, Paraguay. También un vínculo fuerte con el Papa Francisco, que era Bergoglio antes. Todo eso es muy importante. Relaciones en todas partes del mundo, tiene las puertas abiertas en todos lados”, resume Samid.

Daniel Osvaldo Scioli nació el 13 de enero de 1957 en Villa Crespo y a corta edad sus padres, José Scioli y Esther Mendez, se mudaron a Ramos Mejía, Provincia de Buenos Aires, donde vivió hasta la adolescencia. Es el mayor de tres hermanos: José “Pepe” Scioli  y Nicolás Scioli – hijo de José Scioli y Lilia Neumann-.

Cursó sus primeros estudios en el Colegio Ward de Ramos Mejía, y luego estudió en en la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini, dependiente de la UBA, donde egresó como Perito Mercantil. De su paso por allí, en una época de ferviente militancia, sus compañeros lo recuerdan más como un “banana” que como alguien inmiscuido en cuestiones políticas. Más tarde eligió la carrera de Comercialización en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) pero, ante el secuestro de su hermano José, en 1975, decidió demorar su finalización. José había sido secuestrado por el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y liberado, posteriormente, a cambio de un rescate en efectivo que pagó su padre.

En 2015, volvió a retomar sus estudios en la UADE. Obtuvo el título de Licenciado en Comercialización el 5 de octubre del mismo año tras rendir en condición de libre las últimas materias que le restaban y defender su tesis de grado, dedicada a investigar el funcionamiento de la firma Durax,  una empresa emblemática de la industria argentina que, tras su quiebra en medio de la crisis de principios de siglo, ahora es autogestionada exitosamente por sus trabajadores.

José Scioli padre fue dueño por herencia de la cadena de electrodomésticos Casa Scioli, también una firma emblemática en la Ciudad. Con esa empresa, su familia adquirió importantes ganancias y una buena posición económica. Desde adolescente, Daniel trabajó junto a en la compañía famliar, de la que formó parte del directorio hasta 1989 cuando sufrió el famoso accidente en la carrera de lanchas. Casa Scioli quebró en el contexto de apertura económica y del libre mercado generado por políticas menemistas -que el mismo Daniel Scioli defendió en su momento- y que posicionaron mejor a productos importados en detrimento de la industria nacional.

Paralelamente a su carrera deportiva, en plena época menemista, Daniel Scioli se dedicó a la actividad empresarial: en 1989 fue contratado por la firma sueca Electrolux y desde 1994 gestionó  la instalación de la empresa en la Argentina hasta convertirse en director, posición que mantuvo hasta fines de 2006.

El lunes 4 de junio de 1989, la lancha de Scioli y Luca Nicolini, su copiloto del equipo de Fabio Buzzi, iba a más de ciento cincuenta kilómetros por hora cuando pasó por la derecha de un barco carguero que, segundos antes, había provocado olas peligrosas e impredecibles. Ambos volaron hasta caer y flotar en el río Paraná cerca de Ramallo, Provincia de Buenos Aires. “Una mancha de sangre apareció alrededor del cuerpo de Scioli. Mareado y dolorido, no sabía que un gajo de plástico de la lancha le había rebanado el brazo derecho, unos quince centímetros arriba del codo”, cuentan los periodistas Walter Schmidt y Pablo Ibañez en el libro biográfico Scioli secreto.

Cuando Carlos Menem, por entonces Presidente de la Nación, lo vio por primera vez después del accidente, le dijo: “Daniel, los mejores días están por venir”. Puede decirse que sin siquiera pensarlo ahí empezó su carrera política pero hasta 1997, aún después de la pérdida del brazo, Scioli, continuó corriendo carreras de lanchas y trabajando como distribuidor de Electrolux en Argentina. Sin embargo, a partir del año 2006, por diferencias con la empresa, decidió cambiar de “rubro”. Su vida era sumamente mediática y popular. Esa particularidad le garantizó altos niveles de imagen positiva y fue uno de los factores fundamentales que le permitieron abrirse camino como político argentino. Carlos Menem se convirtió rápidamente en su padrino político. Sin embargo, Alfonsín, dirigente radical que conoció gracias a su padre José Scioli, fue quien había despertado primero su inquietud por la política.

“Nos interesó hacer un libro sobre Daniel Scioli porque es un bicho raro de la política – contestó el escritor Schmidt a Infobae-. Es alguien que la gente no considera un dirigente tradicional, lo ven más como alguien relacionado con la farándula o el mundo empresarial, y lo que nos dimos cuenta es que es un personaje conocidísimo públicamente, no hay particularmente nadie en la Argentina que desconozca quién es Daniel Scioli, pero todos ignoran cómo es su vida y qué proyectos e ideas tiene”.

“Creo que el peronismo es un espacio político que le vino muy bien a Scioli para manejarse en esas aguas turbulentas y con diferencias ideológicas –agrega Schmidt- Siempre ha sido leal a su jefe del momento y esta es la primera vez que no tiene uno, más allá de que la líder sea Cristina Kirchner. Esas lealtades son valoradas y le permitieron posicionarse”. Tanto en su faceta política como deportiva Scioli se convirtió en un sobreviviente: ocupó cargos públicos durante los gobiernos de Carlos Menem, Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner y Cristina Fernández y los atravesó indemne.

Desde 1997 fue Diputado Nacional por el Partido Justicialista de la Capital Federal hasta 2001, luego fue reelecto pero estuvo en su cargo unos pocos meses hasta que Duhalde, Presidente de la Nación elegido por la Asamblea Legislativa, lo designó Secretario de Turismo y Deporte de la Nación. Luego, en 2003, acompañó a Néstor Kirchner en la fórmula presidencial como Vicepresidente de la República Argentina, cargo que desempeñó hasta 2007. Desde entonces hasta la actualidad es Gobernador en la Provincia de Buenos Aires, zona geográfica que concentra más de dieciséis millones de habitantes.

“Estamos parejos –continúa Samid-.  Él –por Scioli- juega muy bien, pero según como esté, a veces le va bien, a veces le va mal, tiene muchas tensiones. Por ahí estamos jugando y llama (el ministro de Justicia bonaerense Ricardo) Casal y le dice: ‘Hay un muerto allá’, o llama Salud y hay un problema y se desconcentra, eso me favorece a mí, porque lo distrae”, cuenta el empresario frigorífico a ANCCOM. Lo llaman a cualquier hora sus ministros. Es muy trabajador, es un hombre quelabura hasta 15 o 16 horas por día”.

Algunas de las características que más se destacan sobre el candidato a Presidente por el FpV en el libro Scioli Screto son su lealtad, el humor ácido, la capacidad para mantener vínculos políticos aún en las peores condiciones, el espíritu competitivo, la devoción por salir en las fotos y el carácter templado, metódico y rutinario pero también pendiente de la rapidez, meticuloso y obsesivo. También en el libro se subraya su preferencia por la brevedad: de textos, discursos y  mensajes, explicando que por eso apela a valores universales que cualquiera pueda entender, como la fe, la esperanza y el optimismo constantemente. “Lo que nos quedó claro haciendo este libro –dice Schmidt, co-autor, a Infobae- es que Scioli tiene esta meta desde hace muchos años. Él no va a permitir que nadie se interponga entre él y su deseo de ser Presidente, salvo, claro, el voto de la gente”.

La política autoconvocada

La política autoconvocada

La finalidad de la política para la filosofía griega es lograr el buen vivir. Esto implica tener cubiertas las necesidades básicas para luego -desde una dimensión ética- disponer de la filosofía, la deliberación, y la acción, es decir, involucrarse en la cosa pública. En este sentido, es sujeto de la política, aquel ciudadano que discute, piensa y reflexiona. Esa política, la que concebían los griegos, parece expandirse en la Argentina, que vive una coyuntura electoral crucial ante el balotaje de este domingo. El domingo, además de presidente, la sociedad debate entre dos modelos de país y la ciudadanía levanta su voz para hacer uso pleno de sus derechos.

Después de la sorpresa electoral del 25 de octubre último, miles de autoconvocados fueron protagonistas directos del resurgir de la política: la ciudadanía se convirtió en militante. Las calles dejaron de ser única y exclusivamente jurisprudencia de la juventud organizada, las agrupaciones y partidos políticos, para que la sociedad en su conjunto se empoderara con actividades e intervenciones para hacer ni más ni menos que política. Frente a este ferviente panorama, Tomás Várnagy, filósofo y doctor en Ciencias Sociales y titular de Teoría Política y Social I y II de la carrera de Ciencia Política en la Facultad de Ciencias Sociales (UBA), comenta: “Resulta interesante observar el resurgimiento del interés por la política. Hoy, son tres los principales grupos que parecen interesados en ella: sobrevivientes de los setenta que siempre estuvieron politizados; jóvenes que en los noventa no tuvieron posibilidades de canalizar lo que sentían políticamente, y una generación aún más chica que descubrió un líder (Néstor Kirchner) que sobrepasó las expectativas de esta generación”.

Según Tomás Várnagy, «se encontraron distintas generaciones en un espacio común compartiendo lo mejor de sí: experiencia por un lado y energía renovada, por otro”

El filósofo comentó que le resulta interesante ver, dentro de una reunión político partidaria, a personas de 60, 40 o 20 años: “Se encontraron distintas generaciones en un espacio común compartiendo lo mejor de sí: experiencia por un lado y energía renovada, por otro”. Al mismo tiempo, Washington Uranga, periodista, docente e investigador de la Universidad de Buenos Aires (UBA), sostuvo que el resurgir de la política tuvo que ver con una toma de distancia de la situación política: “No había suficiente comprensión de lo que se estaba poniendo en juego. Lo que ahora está convocando es la reacción de quienes están viendo cómo las políticas públicas efectivamente inciden en su vida cotidiana, y eso es lo que no quieren perder. De todos modos, el trabajo de políticas públicas tiene que ir acompañado de una construcción de sentido político de lo que ellas significan. Y las políticas públicas no estuvieron acompañadas de ese trabajo. Creo que el hecho de las elecciones y su resultado terminó convirtiéndose en un catalizador de la realidad y permitió que emergiera esta mirada”.

Por su parte, Alejandro Grimson, doctor en Antropología, investigador del CONICET y docente del Instituto de Altos Estudios Sociales (IDAES) de la UNSAM, con estudios en Comunicación en la Universidad de Buenos Aires (UBA), expone: “El kirchnerismo fue parte de un proceso más abarcativo de la sociedad argentina. La división operó entre sus miembros, que consideran que protagonizaron los cambios sociales más relevantes en décadas, y sus opositores que consideran que la república está gravemente amenazada. La mayoría de los votantes del Frente para la Victoria (FPV) considera que de no triunfar Daniel Scioli, habrá una pérdida gigantesca de los avances económicos y sociales. La mayoría de los votantes de Mauricio Macri considera que de no triunfar Cambiemos, existirían amenazas para la libertad y la democracia. Más allá de las razones, el hecho social es que las creencias sociales producen consecuencias reales: la polarización y división es justamente un hecho”.

«La mayoría de los votantes de Mauricio Macri considera que de no triunfar Cambiemos, existirían amenazas para la libertad y la democracia. Más allá de las razones, el hecho social es que las creencias sociales producen consecuencias reales: la polarización y división es justamente un hecho”, explicó Alejandro Grimson.

En estas pocas semanas surgieron movilizaciones de vecinos autoconvocados, artistas y científicos que, efectivamente, se encargaron de explicitar a la sociedad cómo las políticas han afectado su cotidianeidad. Para visibilizar esto, en múltiples puntos del país se organizan actividades que van desde tocar los timbres de los barrios hasta encuentros masivos en espacios públicos, como fue el caso del Parque Centenario (donde se reunieron cinco mil personas) o de la convocatoria en apoyo a Daniel Scioli del 18 de noviembre último, que no tuvo ninguna bandera partidaria al frente y reunió a miles de ciudadanos.

Ante la propaganda oficial de quienes se disputarán el acceso al poder del Estado en el balotaje, los ascensores de los edificios, las ventanas de las casas, los tachos de basura, los bancos de las universidades, entre otros miles de espacios públicos y privados, fueron receptores de carteles (impresos o escritos a mano) que explicitan lo que podría suceder en caso de un eventual gobierno de Mauricio Macri. Apelaciones a la crisis de 2001, al neoliberalismo en su máxima expresión, a las consecuencias socioeconómicas que sus políticas podrían traer aparejadas fueron mayoría.

“La intervención del Estado a través de las políticas públicas fue fundamental y abarcó a un gran segmento de la sociedad», explicó Tomás Várnagy sobre el resurgimiento del interés político.

Estas experiencias dan cuenta de una toma de conciencia acerca de la incidencia de las políticas públicas en la realidad concreta de las personas y su impacto en la ciudadanía. Várnagy opina que tuvieron mucho que ver en el resurgimiento del interés político: “La intervención del Estado a través de las políticas públicas fue fundamental y abarcó a un gran segmento de la sociedad: niños y niñas con la Asignación Universal por Hijo (AUH), adultos y adultas mayores con el sistema previsional, amas de casa con su correspondiente jubilación, Ley de Matrimonio Igualitario, política de Verdad, Memoria y Justicia, por nombrar sólo algunas.” El filósofo expone que lo descripto está dirigido a poblaciones históricamente invisibilizadas y marginadas que, a través de las políticas, se empoderaron y, de esta manera, ganaron mayor autonomía.

En este proceso de politización de la sociedad argentina, los medios de comunicación juegan un papel importante. Al respecto, Várnagy comenta: “Depende de qué medios de comunicación. Los hubo a favor de la politización y los hubo en contra. De ambos lados hubo una fuerte partidización. De ahí las divisiones que surgieron y provocaron la famosa “grieta” entre los “K” y los “anti K”. Por su parte, Uranga explica: “El proceso político es necesariamente educativo. Hay un desplazamiento del escenario del debate hacia el sistema de medios y esos medios simplifican la complejidad de lo político. Creo que tienen mucho incidencia pero que, en el último tiempo, se ha planteado una mirada crítica y resignificativa por parte de la ciudadanía en relación a lo que los medios dicen, aportan y la posición que toman”.

«Nosotros tenemos una tradición muy demandante: el Estado me tiene que dar, el gobierno me tiene que dar. ¿Qué es lo que nosotros podemos aportar? ,» se preguntó Washington Uranga.

Según los investigadores, ha habido un traspaso de una democracia representativa o delegativa a otra más participativa, a través de la implementación de diferentes políticas públicas y con ello de factores políticos más o menos relevantes que las propician. Para el doctor en Ciencias Sociales tal vez pueda pensarse en el agotamiento de las conducciones centrales, personalizadas. Al respecto, Washington Uranga expone que hay que discutir el sentido de lo público y en qué medida trabajar en una perspectiva ciudadana que ha puesto demasiado énfasis en los derechos y poco en las obligaciones y responsabilidades: “Una democracia participativa se basa también en que la sociedad civil asuma sus responsabilidades, que los ciudadanos asuman que son copartícipes en la construcción de lo colectivo. Nosotros tenemos una tradición muy demandante: el Estado me tiene que dar, el gobierno me tiene que dar. ¿Qué es lo que nosotros podemos aportar? ¿Cuáles son las obligaciones que son parte esencial de la ciudadanía mirada como dos caras de la misma moneda: derechos y responsabilidades?”.

Por otro lado, con respecto a la posibilidad de que exista una relación entre este despertar y la posibilidad de que el Jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri sea presidente, Várnagy opina: “Es indudable que los jóvenes macristas han despertado un interés en la política, lo cual –en parte- logró que sea elegida María Eugenia Vidal como gobernadora de la provincia de Buenos Aires. El interés sobre la política fue más allá del peronismo o la izquierda, hubo también un despertar del centro-derecha y el neoliberalismo económico y político”. En la misma dirección, Uranga expresa que hay un despertar en ambos sectores: “Hay quienes están reaccionando y la sociedad en su conjunto está movilizada. Lo que está movilizando es un debate sobre cuestiones centrales, el rol del Estado, lo que se puede ganar o perder, cómo puede afectar la vida cotidiana. Más que la posibilidad de que uno u otro sea presidente, se discuten propuestas que afectan la vida, el proyecto de país, el sentido de cómo pensar la sociedad y cómo pensar las propuestas para la sociedad que cada uno quiere”.

“Es indudable que los jóvenes macristas han despertado un interés en la política, lo cual –en parte- logró que sea elegida María Eugenia Vidal como gobernadora de la provincia de Buenos Aires», opinó Tomás Várnagy.

En esta trascendencia de la participación política, más allá de la militancia per se, el filósofo Várnagy opina acerca de las acciones propuestas por colectivos de artistas o vecinos en la tarea de contribuir al debate y la reflexión política: “Las actividades que se proponen que no sean exclusivamente de la militancia son muy importantes y efectivas. En primera instancia, porque une generaciones y a partir de allí hay una reconstrucción de la historia; luego, la red social se fortalece. Estas acciones están en un escalón más abajo de la militancia con el consiguiente riesgo de lo inorgánico pero, insisto, producen, movilizan y ayudan a corregir errores cometidos por las conducciones centrales”.

Uranga expone, en la misma línea. Señala que son importantes porque hablan del sentido político y de su construcción: “Me parece que tendremos que pensar cómo se da la política por fuera de las instituciones, por fuera de los partidos, como un ejercicio ciudadano no orgánico y no institucionalizado. Así como en el 2001 tuvimos que pensar los movimientos sociales, ahora tendremos que reflexionar y analizar esta nueva realidad que, todavía, estamos observando y admirando. No sé si tenemos categorías para un análisis de fondo. Habrá que seguir observando y ver cómo se extiende o no en el tiempo y cuáles son las consecuencias”.

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Actualización: 18/11/2015