¿Quién arregla el edificio del Isauro Arancibia?

¿Quién arregla el edificio del Isauro Arancibia?

Por culpa de una rotura en un desagüe pluvial, producto de las obras en el Metrobús de la avenida Paseo Colón, la escuela que trabaja con personas en situación de calle no pudo empezar las clases.

Desde el 3 de marzo, los alumnos del Centro Educativo Isauro Arancibia, en el barrio porteño de San Telmo, no tienen clases por una rotura en el desagüe pluvial. Por este accidente se cortó el suministro de agua y sus estudiantes se quedaron sin la posibilidad de asistir al único colegio que brinda clases a personas en situación de calle.

Inés, quien prefirió no brindar su apellido, es docente de la institución y en diálogo con ANCCOM relata que no hay nada resuelto todavía. “El edificio donde funciona ‘el Isauro’ viene teniendo distintas complicaciones y la última tiene que ver con la obra del Metrobús del Paseo Colón. El año pasado fue bastante complicado y este año uno de los efectos fue que empezaron a emerger aguas cloacales hacia el interior del establecimiento. Nos dicen que es por un problema en el desagüe de los caños de cloaca hacia afuera, por lo tanto tenía que intervenir AySA en su arreglo”. Es decir, no se trata de algo que se pueda resolver con los mecanismos habituales que tiene el Ministerio de Educación para el mantenimiento de las escuelas.

La institución abrió sus puertas el 27 de febrero para los niños que se encuentran en el jardín maternal y el grado de nivelación para los chicos de 14 años. “Para nosotros, cerrar la escuela es lo peor de todo lo que te puede pasar y tuvimos que cerrarla el martes pasado (7 de marzo) enviando una comunicación a todas nuestras dependencias administrativas”, explica Inés. El colegio tiene nivel secundario para adultos y adultas sin límite de edad y cursos de formación laboral abiertos a la comunidad.

El lunes realizaron un abrazo a la institución con la presencia de estudiantes, familias y amigos del Isauro, también se acercaron legisladores del Frente de Todos, organismos sindicales y de derechos humanos. Inés rescata: “Como siempre hay una red que abraza al proyecto y nos ayuda a visibilizar la urgencia que hay que resolver”.

“AySA se ha hecho presente en el lugar varias veces pero nunca terminó de dar una solución definitiva y nos dijeron que el informe lo teníamos que presentar al Ministerio si ellos lo pedían. Con quienes sí tuvimos mucha comunicación y se hicieron presentes varias veces son el arquitecto y la persona de servicios y mantenimiento de la escuela, les entregamos la actualización del estado del edificio, pero nada de todo esto garantiza una respuesta frente a la necesidad de comenzar las clases”.

Finalmente, entre este lunes y martes, personal de AySA revisó la cámara que corresponde a la salida de la cloaca que había sido tapada por la obra del Metrobús. La cámara fue puesta de forma provisoria y los inspectores del edificio dijeron que podía volver a funcionar el servicio de agua sin inconvenientes.

A pesar de que tienen un reconocimiento de la Organización de Estados Iberomericanos, el colegio lleva años de lucha para que el Gobierno de la Ciudad lo declare como establecimiento educativo. El año pasado tuvieron la visita de legisladores de distintos partidos políticos y “han estado charlando con nosotros, conocen la escuela, nos han dicho maravillas, pero nos pasa esto igual, entonces el reconocimiento es un poco híbrido, no para poner las decisiones y las firmas y tratar la normativa a un proyecto que está en la Legislatura y queda siempre fuera de tablas”, concluye Inés con resignación. La expectativa es terminar esta semana con la escuela abierta y con todos y todas pudiendo ir a sus espacios, desde los bebés hasta los adultos.

¿En qué quedó la UniCABA?

¿En qué quedó la UniCABA?

Después de un ruidoso conflicto con la comunidad educativa porteña, la UniCABA comenzó a funcionar de manera silenciosa y ya tiene su primera egresada. Dos modelos de docentes en disputa. El proyecto para limitar las huelgas.

Julieta Accari es docente en constante formación. Se recibió de bachiller con orientación docente, es profesora de enseñanza primaria y enseñanza de adultos, y realizó varios postítulos, como políticas de la infancia y seminarios de ecología. Hace dos años se animó a dar un paso más en su formación profesional y comenzó a estudiar la Licenciatura en Enseñanza Integrada de Ciencias Naturales, Tecnología y Matemática para Educación Primaria en la Universidad de la Ciudad de Buenos Aires, y el 31 de agosto de 2022 se convirtió en la primera egresada de esa casa de estudios.

La Universidad de la Ciudad de Buenos Aires es una institución pública destinada a la formación de profesionales mediante carreras de grado y de posgrado vinculadas a la educación, la tecnología y la producción de la gestión pública en el área metropolitana. En marzo de 2021 se inauguró el primer ciclo lectivo con más de 350 estudiantes inscriptos. “Mi experiencia en la universidad fue desafiante, ya que hacía años que no tenía una exigencia tan grande en cuanto a cantidad de materias y ritmo de estudio. Yo soy profesora de Matemática y Ciencias Naturales en 6° y 7° grado, soy referente de escuelas verdes y trabajo con la tecnología digital en el aula. Me pareció muy oportuna la temática de la licenciatura de enseñanza integrada en las tres áreas de mi competencia, ya que se nos pide esa integración, pero no se nos enseña cómo hacerlo”, expresó Accari.

Sin embargo, la Universidad de la Ciudad, también conocida como “UniCABA”, presenta un origen conflictivo en el que hay diferentes concepciones y modelos de la educación en juego, así como intereses políticos que hasta hoy generan disputa en la comunidad educativa.

Tiempos de reformas

El 22 de noviembre de 2017 el Ministerio de Educación porteño presentó en la Legislatura el primer proyecto de ley que proponía la creación de la UniCABA, una nueva universidad gratuita que concentrará toda la formación docente de gestión estatal de la Ciudad de Buenos Aires. De esta manera, se reemplazaría a los 29 institutos de formación docente existentes en la Capital Federal mediante la correspondiente transferencia “de sus patrimonios, personal docente y no docente, matrícula y sus partidas presupuestarias” hacia la nueva institución, como explicita el artículo 6°.

Entre los principales fundamentos de este proyecto se encontraban la falta de docentes en la Ciudad y el descenso paulatino de nuevos graduados en esta área cada año. En aquel entonces, la ministra de Educación porteña Soledad Acuña detalló a Infobae: “La formación docente es el aspecto central en la reforma que queremos para las escuelas del futuro, pero partimos de un problema: no hay docentes”.

En un diagnóstico realizado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA) sobre la formación de nuevos docentes se observa la cantidad de graduados que año a año disminuye, así como la cantidad de cargos sin cubrir en escuelas. A la vez, se advierten ciertas desventajas de las carreras terciarias frente a las universitarias, por ejemplo, debido a la demora para recibirse o a la rigidez de los formatos.

El GCBA esperaba la aprobación de este proyecto de ley con la intención de que la UniCABA abra sus puertas en 2019. Sin embargo, la polémica no tardó en llegar y la comunidad educativa salió a repudiar estas medidas, alegando que los directivos de los profesorados no fueron consultados sobre las mismas. “La UniCABA se plantea en 2017 con el objetivo de cerrar los 29 institutos de formación docente que hay en la Ciudad de Buenos Aires. Ese era el proyecto original presentado en la Legislatura, y solo fue impedido a partir de la lucha que llevaron adelante los profesorados”, expresó Enzo Valenzuela, representante estudiantil del Instituto Superior del Profesorado Dr. Joaquín V. González.

Y esa lucha docente se vio plasmada a lo largo de 2018 mediante paros, movilizaciones, asambleas y reclamos de los 29 profesorados contra el proyecto UniCABA. “Fue muy importante lo que sucedió en 2018 en términos de movilización y se siguen sosteniendo esos mismos principios en términos de lo que debe ser la formación docente y la importancia de los profesorados”, sostuvo Gabriela Gelber, pedagoga y docente en el Instituto de Educación Superior Juan B. Justo.

A mediados de 2018, la ministra Acuña declaró que el proyecto de ley avanzaría, pero con algunas modificaciones. Y en septiembre de ese mismo año se presentó un segundo documento que reconoce la continuidad de los Institutos de Formación Docente, aunque no menciona el respeto a su autonomía.

Aún así, el nuevo proyecto no fue bien recibido por los profesorados y sus voces se hicieron escuchar en la calle. Luego de dos tensos días de acampe y represión que dejaron personas heridas, el 2 de noviembre de 2018 se aprobó la Ley 6053, titulada como “Ley de la Formación Docente del Sistema Educativo y Creación de la Universidad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”. 

Así es como en 2019 se puso en marcha la creación de la Universidad de la Ciudad de Buenos Aires con un presupuesto de más de $42 millones para reacondicionar el, hasta entonces, Ministerio de Educación de la Ciudad ubicado en Av. Paseo Colón 255, nueva sede de la UniCABA.

En marzo el GCBA emitió el Decreto 92/2019 que crea un nuevo organismo de regulación para los institutos docentes: la Unidad de Coordinación del Sistema de Formación Docente. Su principal objetivo es supervisar y coordinar a los profesorados para formular una nueva política para la formación de los maestros.

Mariano Palamidessi, doctor en Educación, fue nombrado director de esta unidad y detalló en su momento a Clarín: “La Ciudad invierte mucho dinero en la formación docente, pero con una eficiencia muy baja. Los institutos tienen un grado de autonomía muy grande pero no hay planificación ni coordinación, lo que genera superposición geográfica y de contenidos. Acá nunca hubo una política de formación docente, así que el sistema está generando egresados con diversos niveles”. Nueve meses más tarde, Palamidessi fue designado como el primer rector de la Universidad de la Ciudad, cargo que actualmente sigue ejerciendo.

El año 2020 fue particular a nivel histórico y mundial. La pandemia del covid-19 detuvo el reloj y por ese motivo se retrasaron algunas cuestiones organizativas de la UniCABA. Se pueden destacar algunos avances: se efectuó la mudanza del Ministerio de Educación al Barrio Rodrigo Bueno (ex villa 31), se terminó de acondicionar el edificio de Av. Paseo Colón y se anunció la apertura de la universidad para el año 2021. Mientras tanto, la incertidumbre de los institutos de formación docente crecía día a día.

¿Qué se enseña a los que enseñan?

La creación de la UniCABA y el enfrentamiento con el cuerpo educativo de los 29 profesorados puso en debate dos modelos distintos de formación docente. Según Enzo Valenzuela “el perfil de docente al que aspira un estudiante de un profesorado es totalmente diferente al propuesto desde el Ministerio de Educación de la Ciudad.” Y argumentó: “El primero apunta a la construcción de un pensamiento crítico, a un conocimiento al servicio del pueblo, a que se trabaje con valores democráticos genuinos en el aula”.

En la misma línea la representante estudiantil del Joaquín V. González, Lourdes Yuguero, comentó a este medio: “Sabemos que la educación a la que apuntan ellos es una educación para el mercado, y la educación que proponen los profesorados es una educación totalmente diferente: una educación liberadora, que más allá de que sirva para salir al mercado laboral, es para ser formadores de futuros ciudadanos críticos, con base y eje en los derechos humanos. Esto no aparece en la UniCABA”.

Si bien a partir de las reformas al proyecto de ley la UniCABA se planteó como una institución que no competiría con los profesorados, su oferta académica coincide, aunque con significativas diferencias en su contenido.

María Mercedes Zambrana, profesora y coordinadora del programa de Enseñanza de las Ciencias de la UniCABA hizo declaraciones a este medio sobre la formación docente de la institución: “Nosotros tenemos carreras que si bien tienen títulos similares tienen un enfoque totalmente diferente, enfoques integrados y novedosos, por lo cual no estamos compitiendo en el momento que no ofertamos lo mismo. El año que viene se abren carreras como la Licenciatura en Tecnologías Digitales, ya nos vamos del rubro exclusivamente educativo”. Y agregó: “La idea es fortalecer al equipo de la Ciudad de Buenos Aires, con otras herramientas conceptuales y didácticas que en este momento no están necesariamente en todos los lugares”.

Una cuestión de prestigio

Para Julieta Accari, la primera egresada de la UniCABA, la universidad implicó todo un desafío: “Nunca había asistido a una universidad por diferentes motivos. Antes la universidad no era tan accesible. Mi familia es de clase media, nunca nos faltó nada, pero los ritmos académicos estaban por encima de mis tiempos, tenía que colaborar con la casa.” También agregó: “El título universitario jerarquiza nuestra profesión y nos abre otras posibilidades”.

Gabriela Gelber, profesora en el I.E.S. Juan B. Justo opinó: “Hay una mirada más elitista de la universidad en términos de la educación superior no universitaria.” 

La UniCABA al ser una universidad, ¿tiene mayor jerarquía que los profesorados? Gabriela Gelber explica que “los dos son de educación superior. A partir de la Ley de Educación Superior está la educación superior universitaria y no universitaria. Me parece igual que hay un efecto más simbólico, ligado al sentido común que la universidad tiene más jerarquía en términos valorativos que un profesorado”.

Aunque la UniCABA tiene rango de universidad, sus títulos emitidos otorgan menos habilitaciones que los títulos de los profesorados. Lourdes Yuguero explica: “Hay varios problemas ahí. Primero, los títulos de la UniCABA son sólo válidos en la Ciudad, no son títulos nacionales. En los profesorados, el título te habilita a dar clases en todo el territorio nacional. Segundo, el título de la UniCABA solo te habilita a ser profesor de Nivel Inicial y Medio. El título para nivel superior no existe y queda reservado para los licenciados. Es un recorte a nivel territorial y a nivel formativo”.

¿Coexistencia o unificación?

 

El 10 de marzo de 2021 comenzó el primer ciclo lectivo en la Universidad de la Ciudad con más de 350 inscriptos. Una vez iniciadas las clases, el debate se centró en si es posible la coexistencia entre la UniCABA y los profesorados históricos, o si el caso culminará con la integración de estos a la nueva universidad.

Lourdes Yuguero manifestó: “Que exista la UniCABA junto a los profesorados implica ir desfinanciándolos de a poco. Lo que están buscando es que la educación sea de tan poca calidad que los estudiantes elijan a la UniCABA. Porque para que haya una educación de calidad también se necesitan condiciones materiales”. En ese sentido, se explayó: “Por ejemplo, en el Joaquín robaron microscopios que son carísimos y que nadie los va a reponer. Imaginate estar cursando el profesorado en biología y no tener un microscopio para estudiar. Eso condiciona tu tipo de educación. De forma directa o indirecta el objetivo es el mismo, que se concentren todos los estudiantes en la UniCABA”.

Por su parte, Gelber analiza: “En la Ciudad de Buenos Aires faltan muchos docentes en el Nivel Primario y Secundario. A mí me llama la atención que no haya una política específica en términos de promoción de formación docente en los profesorados. No termino de entender cuál es la apuesta, si apuntan a una verdadera coexistencia, si apuntan a fortalecer uno en detrimento del otro, o si el punto es ese, que la formación docente sea universitaria”.

El 2021 también fue un año signado por la movilización docente, incluyendo reclamos por la titularización de más de 35.000 profesores del Nivel Terciario, así como el desfinanciamiento de los profesorados en beneficio de la UniCABA. “Con la no titularización masiva están haciendo lo mismo. Que los docentes estén en situación de interinos, que es este puesto intermedio entre suplente y titular, demuestra una intención de querer dejar las instituciones acéfalas. Sin titulares no hay directivos y sin directivos es mucho más fácil cerrar los 29 profesorados”, aclara Lourdes Yuguero. “La UniCABA no es autónoma. Sus autoridades y decisiones son dictaminadas directamente por el Ministerio de Educación de la Ciudad. Tampoco tiene órganos de co-gobierno con participación estudiantil”, afirmó Enzo Valenzuela, del Joaquín V. González.

El mejor estratega

Aunque los años pasan, las estrategias del Gobierno de la Ciudad para vaciar las aulas de los profesorados de la Ciudad persisten. En marzo de este año el Gobierno presentó en la Legislatura porteña el proyecto de la Reforma del Estatuto Docente, que, pese a las movilizaciones y protestas, fue aprobado en mayo.

Según la página del Gobierno de la Ciudad, los objetivos de la Reforma del Estatuto Docente son: “Actualizar la carrera y los contenidos brindando nuevas oportunidades de desarrollo profesional a los docentes, jerarquizar la profesión docente otorgando nuevos incentivos y formas de reconocimiento salarial vinculados al mérito, profesionalizar la práctica a través de propuestas formativas para que los docentes estén más preparados para formar a los estudiantes en los desafíos del presente y del futuro”, entre otros.

A su vez, en junio la Unidad de Coordinación del Sistema de Formación Docente envió un documento llamado “Propuesta de renovación de la formación docente” a los profesorados de Educación Física, donde propone una fuerte reducción en la carga horaria y la eliminación de 24 cátedras. Dicha propuesta sería puesta en marcha este 2023, eliminando de la currícula materias como filosofía y sociología.

Otra de sus estrategias utilizadas fue la creación de un examen de ingreso para los 29 profesorados de la Ciudad. La evaluación diagnóstica, además de acortar los plazos de inscripción, traía un mensaje agregado: luego de ser tomada, los postulantes a la inscripción recibían un correo electrónico donde les recomendaban guardar un número de trámite para presentarlo en la Universidad de la Ciudad.

Las luchas docentes también persisten. Bajo las consignas «Basta de vaciar a los profesorados», «Titularización Ya» y «No a la UniCABA», profesores porteños se presentaron en la charla que Mariano Palamidessi dictó, la edición en 2022 de la Feria del Libro. 

 Pablo Jaruf, director del Profesorado de Historia del Joaquín V. González, aseguró a este medio la necesidad de revisar y diagnosticar el estado de los planes de estudio para no incorporar reformas impuestas desde el Gobierno de la Ciudad. “Nuestra propuesta es que armemos un gran movimiento de estudiantes, docentes, egresados y egresadas en el que podamos discutir qué tipo de planes necesitamos, cómo hacer mejoras y cómo actualizarlo con la realidad laboral que nos vayamos a encontrar cuando trabajemos en la escuela secundaria”.

 Por el lado de la organización estudiantil, durante el último semestre de 2022 se realizaron clases públicas, asambleas y marchas para hacer frente al nuevo tipo de educación impuesto por el Gobierno. Ante este panorama, Yuguero declaró que lo que queda es “resistir y visibilizar. Crear estrategias, lazos, salir a las calles juntos. Pensando en grande, y siendo muy optimista, diría que queda concientizar a la gente de la Ciudad para que deje de votar modelos que tienden a recortar el gasto público, con una idea de educación mercantil”.

Licitaciones, remates e innovación

La Universidad de la Ciudad, el año pasado comenzó su segundo ciclo lectivo de forma presencial con 1.100 estudiantes. De 2021 a 2022, duplicó la oferta educativa y triplicó la cantidad de ingresantes. A principios de septiembre de 2022, la casa de estudios tuvo su primera egresada, Julieta Accari, quien declaró: “Al ser la primera corte todo nos era muy próximo y es un camino que se está forjando”.

En enero de 2020 se realizó el “Concurso Internacional de Anteproyectos para la Construcción del Edificio para la Educación del Futuro”. El GCBA mostraba una nueva estrategia: la creación de un novedoso espacio en los terrenos que ocupaba anteriormente el Tiro Federal, ubicado en Núñez, donde se instalaría la nueva sede de la UniCABA. Este nuevo proyecto se llama “Parque de la Innovación”.

Seis meses después, Horacio Rodríguez Larreta, Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, presentó oficialmente el Parque de la Innovación. En la página web oficial de este proyecto se define como “un nuevo espacio de la Ciudad de Buenos Aires que impulsará las actividades de emprendedores, estudiantes e investigadores, facilitando el encuentro entre ellos y generando sinergias con instituciones innovadoras públicas y privadas del país y del mundo con especial foco en educación, salud y tecnologías exponenciales”.

El futuro de la formación docente 

La convivencia de dos modelos de formación docente plantea interrogantes. “Me parece que la UniCABA fue el dispositivo político que se construyó, siendo una de las piezas claves de una estrategia política educativa. Hay un análisis sobre los docentes que existen en el sistema educativo y sobre el docente al que se aspira, que evidentemente no coincide con el modelo docente que quieren fomentar desde el GCBA”, reflexionó Gelber. A su vez, deslizó un debate sobre el rol de la docencia: “Este conflicto plantea también una idea de lo que es el trabajo docente, si la docencia es un trabajo o es un servicio. Hay discusiones en términos de concepciones ideológicas acerca de la educación, de la docencia, de los futuros docentes y de los estudiantes”.

Consultada al respecto, Accari opinó: “El gran debate es para qué sirve la escuela, si es que sirve para algo o es solo una guardería, un comedor y un lugar de contención para los chicos. Espero que podamos volver al rol central de educar y que la sociedad pueda ocuparse de lo demás, mejorando sus posibilidades socioeconómicas”.

En una charla dictada en la UniCABA, en septiembre de 2022, este medio accedió a las palabras del ex ministro de Educación de la Nación y actual diputado, Alejandro Finocchiaro, quien presentó un proyecto de ley vinculado a declarar la educación como “servicio estratégico esencial”, que todavía no tuvo tratamiento.

Esta nueva propuesta plantea evitar la pérdida de clases debido a las huelgas docentes e impulsa la creación de un sistema de guardias escolares para garantizar la apertura de las escuelas. “Vamos a replantear toda la discusión sobre el derecho a la huelga, que claramente debe existir en mi opinión, pero con sanos equilibrios. Está bien que los trabajadores tengan derecho a huelga, pero también está el derecho a aprender, derecho humano básico e inalienable de nuestros chicos. Nosotros decidimos equilibrar los dos derechos. Para eso, en el mismo momento en que la directora entrega la planificación anual, debe entregar un sistema de guardias de directivos, docentes y no docentes. Y entonces, cuando venga la huelga, la escuela se abre”, explicó el exministro. Advirtió: “Nos vamos a empezar a replantear este absurdo de que hay un gremio en la República Argentina que puede hacer 30 días de paro durante un año”.

En caso de que no funcionen las guardias, Finocchiaro respondió “por supuesto que preveré sanciones. También estamos trabajando en una red que se llama Eco Educativo, con la cual le vamos a distribuir a cada mamá y a cada papá un recurso de amparo, para que un juez ordene abrir la escuela inmediatamente. El día que logremos la primera apertura será el día que cambie la historia, porque será el día en que la educación de los chicos triunfe sobre el oscurantismo de la huelga”. Ese mismo día, Sabrina Ajmechet, diputada nacional, agregó: “Con la charla de hoy del profesor Alejandro Finnochiaro estamos iniciando un ciclo que es sobre política educativa, que responde a una de las necesidades que llevó a la creación de esta universidad”.

El GCBA no parece tener reparos que ir contra los derechos de los trabajadores docentes y la autonomía de las trayectorias profesionales. Se vislumbra un futuro agitado en el que ambos modelos de educación siguen enfrentándose. Si bien la UniCABA ya está en funcionamiento y con una expansión notable en su oferta académica, no es desatinado pensar en una nueva etapa de movilización docente, observando los planes a futuro del GCBA. 

Las secundarias después (¿o antes?) de las tomas

Las secundarias después (¿o antes?) de las tomas

Pasaron las medidas de fuerza estudiantiles del 2022 pero los problemas en las escuelas públicas de la Ciudad continúan. Estudiantes y docentes pronostican un 2023 conflictivo.

Los meses de septiembre y octubre del año pasado, se vieron marcados por un clima de tensión constante entre la comunidad educativa y el Gobierno de la Ciudad. Se realizaron diversos tipos de protestas, hasta llegar a la toma en muchos colegios secundarios. Además se realizó  una movilización histórica de más de 10.000 estudiantes, docentes, madres y padres en defensa de la educación pública.

El jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, advirtió que “no habría diálogo bajo extorsión” por lo que las tomas debían levantarse. Las tomas se levantaron, y si bien existieron canales de comunicación entre las partes, fueron poco útiles e insuficientes.

Después de los reclamos

“Lo único que recibimos fue una reunión. Cada dirección de área se reunió con los colegios de Capital para escuchar nuestros reclamos, pero no fueron encuentros fructíferos. No cambió en nada la realidad de nuestros colegios. La mala infraestructura y la falta de viandas continúan”, explica Paloma Vecchio, secretaria general del colegio Julio Cortázar.

“A pesar de que hubo algunos arreglos mínimos, por ejemplo, colocaron un plástico protector a las ventanas para que los vidrios no estallen, todavía hay muchos arreglos pendientes. La situación no mejoró. No hubo cambios significativos”, dice Ludmila Tassi, vocera del centro de estudiantes del colegio Mariano Acosta.

Vanesa Gagliardi, docente e integrante del comité ejecutivo de la Asociación de Enseñanza Media y Superior (ADEMyS), lo resume en una sola frase: “No resolvieron los problemas planteados”. En su opinión, las mejoras fueron pocas y solo se realizaron en un nivel “cosmético”, sin llegar a modificar a fondo la situación.

El Estado de las escuelas

“Bancos rotos, aulas sin ventiladores o con ventiladores que no funcionan, algunos pizarrones rotos, enchufes en mal estado, rajaduras en las paredes”: así describe Tassi el estado actual del Mariano Acosta. Tampoco hubo mejoras en las viandas que reciben los estudiantes.

La realidad del Cortázar es similar. No solo reciben muchas veces las viandas en mal estado, sino también poca cantidad. “Somos alrededor de 400 y nos llegan menos de 100 viandas. No alcanzan y para muchos es la única comida que tienen en el día”, cuenta Vecchio.

Otro de los temas en discusión son las prácticas profesionales. “El Gobierno insiste con las prácticas, en que los chicos trabajen de manera gratuita en empresas que no tienen nada que ver con lo educativo”, dice Gagliardi. Desde ADEMyS no se oponen a las prácticas, pero sí a su condición de obligatorias. “Se podrían pensar prácticas que aporten a los contenidos que se ven durante el año, no mandarlos a hacer sanguchitos o a volantear en la puerta de un teatro”, agrega.

 Este año, las prácticas no solo seguirán siendo obligatorias, sino que se aplicarán mucho más a fondo en varios colegios. “El año pasado lo que se hizo fue que una sola división de los quintos vaya a las prácticas. Desde la dirección de área de nuestro colegio ya nos confirmaron que ahora los cuatro quintos deberán realizarlas”, afirma Vecchio. En el caso del Acosta, eran prácticas únicas, es decir, se hicieron algunos días con distintas divisiones y terminaron. Aún resta saber cómo se llevarán a cabo durante este año.

Se viene, se viene…

Desde ADEMyS pronostican que todas estas problemáticas (sumado al salario docente), continuarán durante el 2023. “Nuestra intención es seguir con el plan de acción porque es la única manera de defender la educación pública”, asegura Gagliardi.

“Nosotros queremos ser partícipes de la discusión de qué colegio queremos y en qué condiciones lo queremos. Porque somos nosotros quienes lo transitamos, quienes vivimos el día a día y sus realidades. Somos nosotros quienes recibimos las viandas en mal estado, quienes estamos en las pasantías en malas condiciones, a quienes se nos caen los techos. Queremos hablar con la ministra de Educación, Soledad Acuña, y mantener abierto ese canal de diálogo”, afirma Vecchio. “Este año vamos a seguir juntándonos y tomando medidas en conjunto con otros colegios. Entendemos que la gremialidad es de las cosas más importantes. La unidad nos fortalece”.

Los estudiantes del Acosta piensan de igual manera. Así lo resume Tassi y anticipa lo que esperan para este año: “Durante el 2023 seguiremos dando las discusiones según el panorama y tomando medidas de lucha cuando sea necesario. Siempre tratando de acceder al diálogo para efectivamente solucionar los conflictos que tenemos históricamente”.

El diálogo fluido y permanente entre la comunidad educativa y el Gobierno de la Ciudad, acompañado de un plan de acción eficiente que satisfaga las necesidades de los estudiantes, es la única solución para lograr terminar, de una vez por todas, con la mala situación que padecen la mayoría de las escuelas públicas.

Estudiantes de una escuela técnica restauraron un avión de la Guerra de Malvinas

Estudiantes de una escuela técnica restauraron un avión de la Guerra de Malvinas

Catorce alumnos de una escuela de Quilmes pusieron en valor un nave Aero Commander 500 como parte de su proyecto curricular para su tecnicatura en Aeronáutica.

Los alumnos del último año de la Escuela de Educación Secundaria N° 7 “Taller Regional Quilmes” ex IMPA, que depende de la Fuerza Aérea, reconstruyeron la nave Aero Commander 500, utilizada en el conflicto bélico de 1982.

Parecía una contienda imposible, pero no lo fue. No al menos para los catorce estudiantes abocados a la tarea de reconstrucción del Aero Commander 500, que formó parte del proyecto curricular del último año de estudios de la tecnicatura aeronáutica y que quedará en esta escuela, que se encuentra próxima al Rio de La Plata, en la ribera quilmeña, como material didáctico para nuevos trabajos en la institución.

El avión, que en el pasado garantizaba las tareas de apoyo para el desempeño de otras aeronaves en la guerra, hoy brilla con un fondo blanco y su trompa celeste con líneas del mismo color que rodean toda la nave, emulando la bandera nacional. Su nombre “55 héroes” homenajea a los caídos de la fuerza durante el combate. La matrícula de la Fuerza Aérea Argentina y la marca del territorio de las Islas Malvinas complementan esta renovación que no olvida la historia pasada.

Lucas Ibarrola, recientemente egresado de la escuela, fue uno de los impulsores para que este trabajo formase parte de las prácticas de profesionalización aprobado por las autoridades del ex IMPA. Destacó que todo estos detalles de la fachada le “dan personalidad” a la nueva versión que, según el joven, hoy está en condiciones de volar pero no lo hace por cuestiones legales. “Decidimos trabajar en este proyecto porque el avión estaba lastimadísimo, le faltaba mucho cariño”, se sinceró Lucas.

Se trata de un avión bimotor a pistón, que fue comprado por nuestro país en 1968, durante la gestión del dictador Juan Carlos Onganía y que, hasta su aterrizaje de emergencia por una falla de mecánica en su tren de aterrizaje y su posterior inactividad, era el más longevo en vuelo que tenía la Fuerza Aérea. El arma donó el avión tras su en 2018 y fue iniciativa de los estudiantes, con apoyo de los profesores y del resto de la comunidad educativa, los que hicieron posible el sueño de restaurarlo.

Aunque el colegio tenía otros dos aviones similares, el desafío era darle vida nuevamente al que había llegado en peores condiciones. “El avión no vino ni para un museo, vino para tirarse. Y nosotros lo dejamos no para un museo, sino para una flota aérea”, afirmó Lucas, orgulloso, que recuerda que sus dos profesores a cargo —Luis Frontini y Leonardo Calienni— los alertaban que no iban a llegar a terminar el trabajo en los plazos estipulados. Sus tutores calificaron la labor como “más que efectiva” y destacaron que el grupo funcionó de una forma “compacta” para alcanzar semejante resultado.

Lucas indicó que tanto él como sus compañeros ignoraban lo que este avión había hecho durante la guerra de Malvinas hasta que se toparon con la posibilidad de hacer la restauración. Pero cuando se enteraron, “se volvieron locos”. “Siempre se le da el foco a los aviones de combate. El Aero Commander 500 le daba la posibilidad a los otros a que lleguen allí. Llevaba personas y carga para que los otros aviones pudieran combatir. Este (señalando la nave), no llegó a Malvinas pero sí proporcionó muchas tareas desde nuestro territorio: garantizando las misiones de enlace, llevando pilotos de combate, haciendo evacuaciones aeromédicas. Todo esto es un poco desconocido en general”, planteó.

La camada de séptimo año que ahora egresó de la escuela trabajó mucho para fabricar casi desde cero la estructura del avión. Los encargados de trabajar en la estructura debían reparar la panza del avión y todos los golpes que mostraba, lijarlo completamente y, luego, pintarlo. “Tenía 17 capas de pintura abajo. Lijamos a pulmón por casi cuatro meses”, afirmó entre risas, y admitiendo que debieron pedir refuerzos con chicos más jóvenes de otros cursos para completar la tarea. “El avión va a quedar acá para ellos”, expresó Lucas, que quiere seguir su carrera en la Fuerza Aérea.

Además del grupo de estructura, se armaron dos equipos más para el renacimiento del Aero Commander: uno que debían poner el sistema de luces que harían que funcionase el de lubricación y el hidráulico; y, otro responsable de poner los dos motores de la nave en funcionamiento.

El proyecto atrajo la atención de varias empresas. Algunas de ellas aportaron pintura y hasta cursos para aprender técnicas. “Nosotros no sabíamos pintar porque la materia la perdimos cuando fue la pandemia”. Trabajaron con máquinas de compresión, también donadas: “En un día, con una sola pasada, pudimos terminar de pintarlo”, destacó. Otras entidades aportaron lubricantes y accesorios para limpiar los tapizados y las uniones eléctricas. Además, fueron donadas abundantes litros de combustible que permitieron que ambos motores funcioncen. “El papá de un compañero de quinto de Aeronáutica nos donó todo el plotteado”, completó Lucas, mientras contemplaba el resultado final.

Los jóvenes no solo se ganaron la admiración de sus pares en el ámbito de las escuelas técnicas del país, sino también la algarabía de excombatientes en la Guerra de Malvinas.

“Muchos chicos están motivados por este tema. Cuando se aborda y se trabaja al respecto, surge el interés”, observó Jorge Pablo Juárez, director del ex IMPA, que, además de trascender por el proyecto de restauración del Aero Commander fue reconocida por la iniciativa de otro grupo de alumnos que diseñó un sistema anti propagación para la extracción de petróleo por derrames en el mar.

“Empezaron a aparecer todos los mecánicos, pilotos y técnicos del avión. Desde todos los puntos del país llegaban sus mensajes preguntando por los avances, y cuando se ponía en marcha. Vino un vecino mío durante la presentación, que combatió en Malvinas con un (Douglas Skyhawk) A-4, y que, años después, voló este mismo avión. Se emocionó muchísimo. También vino a verlo el abuelo de un compañero de segundo año que lo arreglaba y lo volaba. Nos dijo que nosotros le habíamos cambiado la vida”, resaltó Lucas, con una enorme sonrisa.

“Nosotros hicimos todo lo posible para que el avión sea algo que quede en la escuela como un recuerdo eterno de que las islas son nuestras”, concluyó Lucas. El resultado quedó a la vista.

«Un plan sistemático de desmantelamiento de la educación pública»

«Un plan sistemático de desmantelamiento de la educación pública»

La comunidad de los institutos Alicia Moreau de Justo y Mariano Acosta se movilizó contra el cierre de dos carreras y la reducción de matrícula en otra. Desde el Gobierno de Larreta niegan haber tomado la decisión de manera inconsulta.

Estudiantes, docentes, directivos y sindicatos de la ciudad de Buenos Aires realizaron un abrazo simbólico al Instituto de Educación Superior (IES) Nº 1 Alicia Moreau de Justo en protesta por el cierre de las carreras de Física y de Lengua y Literatura en ese profesorado  y en el IES Nº 2 Mariano Acosta. Además, también denuncian un recorte en la cantidad de cupos de la carrera de Psicopedagogía del Moreau de Justo, medida que luego fue revertida por el Gobierno porteño.

            “El 23 de diciembre, nuestro último día de trabajo, nos avisaron que ponían cupos de inscripción para nuestros profesorados de Matemática, Física y Educación Tecnológica, y que no habilitaban la cohorte 2023 del de Lengua y Literatura”, cuenta a ANCCOM el vicerrector del Acosta, Marcelo Rosetti, y agrega: “Lo están mandando a último momento para no dejarnos margen de maniobra como para poder refutarlo”. El directivo y docente detalla que a lo largo del año hubo reuniones organizadas por el Ministerio de Educación con el objetivo de optimizar los planes de estudio y en las que también se discutió sobre la baja en las inscripciones y cómo revertirlas, pero “jamás plantearon este recorte, ni siquiera se mencionó”.

            La argumentación de la Ciudad para implementar esta disposición es la baja cantidad de inscriptos. De acuerdo al comunicado que publicó la Unidad de Coordinación del Sistema de Formación Docente del Ministerio de Educación de la ciudad, el profesorado de Física del IES Nº 1 tuvo solo tres inscriptos validados para 2023, mientras que el de Lengua y Literatura del IES Nº 2 tuvo nueve. Sin embargo, Rosetti afirma que la carrera de Literatura suele promediar entre 50 y 60 inscriptos por año, y que la diferencia con los números de la Ciudad podría deberse a que muchos estudiantes aún no realizaron el trámite de validación correspondiente: “En Lengua y Literatura ahora tenemos una lista de mínimamente unos treinta inscriptos seguros y hay muchos más, pero lo que sucede es que el proceso de inscripción en los profesorados es arduo. El sistema no es amigable y, por lo general, la persona que va a estudiar una carrera se inscribe el mismo año en el cual va a cursar. Acá abren la inscripción en octubre del año anterior y la cierran en diciembre. Es un despropósito hecho para desalentar la inscripción”.

Por otra parte, la carta del Ministerio asegura que la medida “no perjudicará la fuente laboral de los docentes afectados”, ya que las instituciones planificarán actividades orientadas a desarrollar otras funciones de formación o de investigación. “El problema está en que cerca del 70 por ciento de los docentes en el sistema de formación son interinos, porque la Ciudad no titulariza desde hace años. Entonces, ahora nos dijeron que está garantizada la continuidad laboral, pero eso no quiere decir que el año que viene eso se respete, ya que no tienen ninguna obligación contractual laboral”, manifiesta el vicerrector y afirma: “Yo estudié para dar clases, a mí me gusta estar en el aula, no hacer divulgación”.

            Más allá del comunicado del 23 de diciembre, que es “contestable punto por punto”, según Rosetti, no hubo más diálogo con el Ministerio de Educación porteño por la dificultad que representa el cierre de año escolar. “Hoy se estableció en una conferencia de prensa un plan de lucha a partir de nuestra reincorporación el 6 de febrero. Lo que esperamos es hacer movilizaciones y actos lo suficientemente contundentes como para revertir la situación”. El comunicado que publicaron las autoridades del Mariano Acosta en respuesta a la decisión de la Ciudad señala que todo esto se trata de “un plan sistemático de desmantelamiento de la educación pública”, la cual, sostienen, siempre fue vista como un costo por el Gobierno porteño.

 

Lo que dice el Ministerio

Emmanuel Lista, director general de Formación Docente, en diálogo con ANCCOM, sostiene que no se está cerrando ninguna de esas carreras: “Lo que planteamos es suspender este año la cohorte 2023 del Alicia Moreau de Justo en el caso de Física y en el Acosta el Profesorado de Lengua y ofrecerles a esos pocos estudiantes que se han inscripto en estas instituciones que cursen la misma carrera en el Joaquín V. González o en alguna de las otras dos que las dictan”.

 Para el funcionario, la decisión se corresponde con la “necesidad de planificar las ofertas de los profesorados, teniendo en cuenta cuáles son las necesidades de perfiles docentes que hay en el sistema educativo”. Lista afirma que hay una gran cantidad de instituciones que dictan ofertas superpuestas y que forman egresados que tardan mucho tiempo en insertarse en el sistema laboral educativo por la gran cantidad de docentes que hay, mientras escasean funciones de formación continua, de apoyo a escuelas y de investigación. “Nuestro propósito no es reducir la inversión del Estado o dejar a colegas sin su trabajo, al contrario, lo que queremos es aprovechar mejor la inversión del Estado y que las instituciones desarrollen muchas más cosas de las que hoy hacen”, dice.

Para Lista, algunos cursos “se han abierto y se renuevan sistemáticamente aunque quizás tengan tres egresados y cuatro inscriptos”. En el caso del profesorado de Física, cuenta que es una carrera que ofrecen tres institutos simultáneamente: “En general, entre los inscriptos de los tres se puede hacer tranquilamente una comisión. Lo hemos visto muchos años y lo hemos señalado en su momento al Alicia Moreau de Justo, que este año tuvo muy pocos inscriptos. Con la carrera de Lengua del Mariano Acosta ocurrió lo mismo. Estamos hablando de inscripciones validadas de menos de diez alumnos”.

El funcionario asegura que la decisión no se tomó de imprevisto: “Este año hicimos encuentros específicos sobre estos temas, presentamos diagnósticos, los enviamos por comunicación oficial y les pedimos a los profesorados que nos presenten propuestas para reorganizar la oferta. Algunos lo hicieron y otros no, pero siendo comunicación oficial es información pública, abierta y disponible para todos”.

Lista cuenta que la inscripción de cara al año que viene se abrió con normalidad en octubre con un cierre previsto para el 12 de diciembre: “Pero cuando vimos que no venían bien los números entonces habilitamos hasta el 21 de diciembre. Pasada esa fecha, hicimos un análisis de los resultados e identificamos números que son críticos y en algunos casos sostenidos hace mucho tiempo. Ese mismo día tuvimos una reunión donde comunicamos esto a algunos institutos y el 22 se envió por comunicación oficial. Dijeron que esperamos a Navidad, pero en verdad estuvimos esperando hasta el último momento en el que los estudiantes aspirantes podían validar”.

            En cuanto a la acotación de las fechas de inscripción, justifica su necesidad porque permite “organizar con tiempo la planificación de las comisiones y fortalecer y extender lo más posible los cursos introductorios”, que son espacios donde los estudiantes conocen la institución, sus planes de estudios y se realizan actividades de nivelación para mejorar el ingreso a la carrera.  Lista asegura que “los espacios de diálogo siempre estuvieron abiertos” y que sigue “insistiendo y convocando a las instituciones para trabajar conjuntamente en generar todas las condiciones para lograr la reorganización de ofertas y los cambios de planes de estudio que sean más propicios para la formación docente”.