“Si nos les gusta que nos manifestemos, que vayan al Congreso y se animen modificar el derecho a la protesta”

“Si nos les gusta que nos manifestemos, que vayan al Congreso y se animen modificar el derecho a la protesta”

Miguel Acuña es docente en CABA desde hace casi 20 años. Trabaja como profesor de 4º y 5º año de la Escuela Media Nº 3 del Distrito Escolar 19, del Bajo Flores. Además, es dirigente de UTE y vecino de Floresta, comprometido con los derechos humanos y los espacios de memoria. El pasado domingo 9 sufrió los golpes y la detención por parte de las fuerzas de seguridad, mientras cientos de docentes instalaban la Escuela Pública Itinerante. Este educador de escuela media pone al desnudo la saña con la que fueron reprimidos, le responde a quienes buscan demonizar el gremialismo y anticipa que contiuará la lucha por una escuela pública de calidad y por salarios dignos.

¿Qué opina de este intento de diferenciación por parte del Gobierno, en su conjunto, entre ser docente o ser gremialista, para justificar la represión y las detenciones de los docentes?

Nosotros queremos salirnos del lugar en que intentan ponernos. Primero, no renegamos de las palabras sindicalismo y gremialismo. Al contrario, nosotros la asumimos porque somos delegados de nuestra escuela y sabemos que nuestros compañeros fueron elegidos democráticamente. Hay una cuestión de querer demonizar estas palabras y el Gobierno Nacional -y en general los dirigentes del Pro- buscan colocarle un sentido negativo a esto para rebajarnos. Sabemos que esto ya se aplicó en otras épocas. Sabemos, también, que este es un gobierno democrático y que fue elegido por una parte muy importante de la sociedad; en ningún momento les decimos que se vayan, simplemente estamos pidiendo que cumplan con una ley nacional, que establece la paritaria docente nacional, que se viene cumpliendo desde hace varios años. Y este mismo gobierno, que el año pasado lo hizo, ahora no quiere darnos un derecho que nos corresponde. Obviamente que entendemos el por qué: porque beneficia tanto a los grupos económicos nacionales, como internacionales y este es un gobierno que le sirve a los sectores más poderosos. A partir de eso, que es un dato real y objetivo, tenemos que tener mucha voluntad política. No somos desestabilizadores, no queremos que se vaya, queremos que cumpla con lo que él dijo que iba a hacer: pobreza cero, que los docentes iban a ser los mejores pagos de Latinoamérica, que no iba a haber devaluación, que no iba a haber tarifazos… Sin embargo, el gobierno está haciendo todo lo contrario, así que ahí ya nos demuestra qué es lo que va a hacer y está haciendo.

El momento en que la Policía se lleva a Acuña, el pasado 9 de abril en el Congreso

¿Qué le respondería al presidente Mauricio Macri cuando afirma que no quiere más a los docentes que violan las normas y al Ministro de Educación, Esteban Bullrich, cuando expresa que la policía actuó porque los manifestantes no tenían la autorización y atacaron a los policías?

Las declaraciones del Presidente son lamentables, no es casualidad que eso lo dijo mientras estaba junto a personas autodenominados ‘emprendedores’, en función de desprestigiar a los compañeros docentes. El Gobierno Nacional tiene la política de confundir y mentir, y tiene una herramienta estratégica, que son los medios de comunicación hegemónicos. Todos esos medios que coordinan con el gobierno para desprestigiar a los docentes agremiados, que pelean por sus derechos como trabajadores. Y las declaraciones de Bullrich y (Horacio Rodríguez) Larreta son muy preocupantes, porque se dedican a cuestiones meramente formales, que si vamos al tema de la autorización, estaba gestionándose. Lo paradójico de esto, nos piden ese tipo de legalidad de la autorización, pero no cumplen ellos con una ley superior que está dentro de la Constitución Nacional, que es cumplir con la paritaria nacional; es muy contradictorio.

¿Cómo se desencadena la represión siendo que ustedes llevaban horas trabajando en el armado de la Escuela Itinerante, a la vista de la misma policía?

En el marco de la instalación de la escuela itinerante frente al Congreso algunos de nosotros formamos una especie de semicírculo para proteger a los obreros que estaban armando la estructura. De repente, pasadas las 8 de la noche, aparece la Infantería con sus cascos y escudos y nos sorprenden, porque desde temprano estaba la legisladora porteña Lorena Pokoik, junto a compañeros de la UTE, CTERA, CTA y SUTEBA, negociando tanto con las autoridades del Gobierno de la Ciudad como con la policía para garantizar que todo se haga en orden y que se pudiera instalar pacíficamente la escuela. Aparecen, entonces, estas nuevas fuerzas de seguridad y nos empiezan a empujar y a tirar gas pimienta. Yo estaba junto a mi compañero Juan Manuel Mauro (quien también estuvo detenido) y nos perdimos en medio de los golpes que nos daba la policía. Ahí es cuando veo que a la legisladora Pokoik la tiran y le empiezan a pegar patadas. Intenté levantarla y cuando la agarro un poco en el aire, me tiran gas pimienta. Ellos sabían bien quién era la Lorena Pokoik y que era legisladora, porque le pegaban con una saña como en las peores épocas de nuestro país.

¿Cómo fue que terminaron presos?

A mí me arrastraron casi 50 metros para llevarme al patrullero y junto a mi compañero Juan Mauro les decíamos, mientras nos pegaban, que nosotros éramos docentes, que somos parte de quienes les enseñan a sus hijos, que no nos pegaran con esa saña. Pero no les importaba nada, nos daban puntapiés y a Juan le pisaban la cara con una impunidad total. Nos llevaron esposados como si fuéramos unos terribles delincuentes, estamos aún muy consternados y no podemos creer que un gobierno que se dice que es del diálogo se exprese con políticas represivas.

¿Imaginó alguna vez que un gobierno democrático iba a encarar una avanzada represiva estatal de esta índole?

No. Desde 1983 hemos tenido distintos tipos de gobiernos democráticos, algunos me gustaban más, otros menos, pero con este tipo de gobierno uno está muy preocupado porque tiene muchos rasgos autoritarios. Eso se expresa faltándole a la verdad y aplicando políticas de terror, en el sentido que, tanto trabajadores como el conjunto de nuestro pueblo, no se pueda expresar. Pero, si no les gusta que nosotros nos manifestemos públicamente, que vayan y discutan con sus diputados en el Congreso Nacional y que se animen a modificar el artículo 14 bis que habla del derecho a la protesta y de nuestro derecho como trabajadores.

Hubo expresiones de apoyo de vastos sectores, ¿qué percibieron del conjunto de la sociedad?

Lo más importante para nosotros ya ni siquiera son los golpes sino el cariño y las muestras de afecto de nuestros estudiantes, alumnos y compañeros docentes que nos dan mucha fuerza para poder seguir, porque sabemos que este gobierno quiere instalar el miedo para poder callarnos y nosotros no nos vamos a callar, vamos a seguir peleando por una escuela pública de calidad, vamos a seguir defendiendo a nuestros pibes en las barriadas populares, para que la escuela pública sea un lugar para enseñar y aprender y no un comedor, como se la está queriendo convertir otra vez por las políticas neoliberales. Por suerte, también hubo mucha solidaridad de parte de docentes y directivos de escuelas privadas, porque son los que también trabajan en la escuela pública. Así que en ese sentido, quiero reivindicarlos, sabemos que muchos apoyan la lucha docente, pero que son muy perseguidos y que por organizarse se pueden quedar sin trabajo.

Abrazo a la ENM3 Distrito 19, escuela en la que trabajan Miguel Acuña y Juan Manuel Mauro.

¿Qué es la Escuela Itinerante?

Esta escuela itinerante va a estar a lo largo y ancho del país, durante una semana va a recorrer las capitales de muchas provincias. Desde esta escuela es que planteamos de cara a la sociedad todas nuestras problemáticas y después iremos pensando distintas medidas de lucha. Obviamente no descartamos el paro porque es una herramienta constitucional que tenemos también, pero sabemos que muchos de nuestros compañeros empezaron a plantear el usar medidas alternativas y la escuela itinerante es una de ellas. Buscaremos distintos mecanismos de protesta para cumplir nuestro objetivo, que es el cumplimiento de la paritaria. Por suerte recibimos la solidaridad de distintos artistas populares que van a expresar su música, su poesía, y tendremos actividades relacionadas con los chicos, como la orquesta infantil, charlas debate, cine-debate, talleres de títeres, y reuniones de discusión con padres y docentes. En los sitios web de Ctera, UTE y SUTEBA se encuentra la agenda día por día.

¿Cómo es su labor como docente en el distrito 19 de la Ciudad?

Yo trabajo desde hace 20 años en las escuelas públicas de la Ciudad. Desde hace 17, lo hago de manera ininterrumpida a través del sistema de concursos para acceder a distintos cargos y horas de profesor. He pasado por muchas áreas, fui preceptor, jefe de preceptores, bibliotecario, y tengo actualmente mis horas como profesor en la Escuela Media N° 3, del D.E. 19. Esta escuela queda en el Bajo Flores y es una escuela con muchas necesidades. Yo doy una materia que está dentro del ámbito de las Ciencias Sociales, se llama “Espacio de acción y reflexión” y la reciben los chicos de 4to y 5to año. Se cruzan las problemáticas sociales, la historia, la política, la comunicación y también tiene que ver con políticas de la actualidad. Es una posibilidad que uno tiene de poder intercambiar con nuestros pibes y pibas para darles herramientas, enseñarles inclusive a cómo armar un currículum, pensando en cómo ingresar al mercado laboral y también conversar con ellos de lo que les pasa en lo cotidiano.

¿Cómo surge tu vocación docente?

Yo llego a la docencia primero desde el lugar de querer aprender y una vez que me terminé de formar, me recibí de Pedagogo en Educación Social con orientación en Derechos Humanos, y también me recibí de Técnico en Educación y Trabajo Grupal, lo pensé como una herramienta laboral y con los años me empecé a enamorar de esta carrera, especialmente de trabajar con los pibes de sectores populares.   

¿Alcanza para vivir el sueldo docente?

Si yo me comparo con el sueldo de algunos otros trabajadores o alguien que no tiene trabajo, podría decirse que estoy mejor, pero habría que ver con quien compararse. Lo cierto es que todos los docentes tienen que tener dos cargos, por lo menos, para llegar a un piso de $22.000. Así que es una situación complicada, cuando además te aumentan la luz, el gas, el teléfono… Queremos subir el piso y que todos puedan vivir en condiciones dignas, un docente con un solo cargo gana la mitad y ahí estás debajo de la línea de pobreza.

¿Qué otras dificultades están atravesando las escuelas públicas en general?

Hay mucho problema de infraestructura, abandono de los edificios y falta de vacantes. En la zona sur podés ver la reducción de horas docentes y la quita de algunos programas sociales como el Programa Alumnas Madres o programas de campamentos, por ejemplo. El recorte es terrible, tanto en la Ciudad, como en la Nación. Por eso pedimos una Ley de Financiamiento Educativo que incremente la partida presupuestaria a educación.

¿Qué participación tiene en el ex centro clandestino El Olimpo, ubicado en el barrio de Floresta?

Formo parte de la mesa del ex centro clandestino El Olimpo y de Automotores Orletti, que también queda dentro del barrio. Colaboro con actividades referidas a la memoria, porque además de estos dos lugares, tenemos el Corralón de Floresta, donde desaparecieron dos curitas villeros. También, cerca de ahí, en Villa Luro, mataron al padre (Carlos) Mugica y en la calle Corro, mataron a la hija de Rodolfo Walsh, o sea que es un lugar donde la memoria resulta muy importante, y yo reivindico las políticas de Memoria, Verdad y Justicia de los últimos 12 años.

 

Actualizado 18/04/2017

¿Formación docente o reforma indecente?

¿Formación docente o reforma indecente?

En el marco de la etapa de reformismo permanente inaugurada por el presidente Mauricio Macri, inmediatamente después de que su partido ganó las elecciones intermedias de octubre, apareció otra propuesta conflictiva en una de las áreas más sensibles y nodales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: la educativa.

A la crisis en los niveles Inicial, Primario y Medio, por la falta de vacantes en la escuela pública –dejando este año a 11.958 niños, niñas y adolescentes por fuera de la educación pública, laica y gratuita-, se le suma el proyecto que presentaron, en conjunto, el Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta y la ministra de Educación de la Ciudad, Soledad Acuña, referido a la creación de la “Universidad de Formación Docente de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires” (UniCABA). El mismo tiene por objeto concentrar en una única institución, la diversidad de los 29 Institutos de Formación Docente que, según la matrícula de 2016, forman a 25.138 maestros y profesores en la ciudad.

Ante la presencia de funcionarios de la cartera educativa nacional y municipal, además de representantes de la educación privada y ONG´s, Rodríguez Larreta presentó el 22 de noviembre pasado, el “Plan de Transformación Educativa de la Ciudad”, que incluye la creación de la universidad pública de formación docente. Antes de enviar el Proyecto de Ley a la Legislatura porteña para su tratamiento, el jefe de Gobierno adelantó que “una educación del futuro para chicos del futuro requiere también docentes del futuro. Por eso, estamos lanzando la creación de una universidad para los docentes, para jerarquizar y para que tenga cada vez mejor calidad la formación”.

La respuesta de la comunidad educativa de los institutos superiores -estudiantes, graduados, docentes, rectores y rectoras, gremios, personal no docente- no se hizo esperar: el jueves 30 de noviembre los rectores de los 29 profesorados porteños, nucleados en el Consejo de Educación Superior Estatal (CESGE), brindaron una conferencia de prensa en el Instituto Superior del Profesorado “Dr. Joaquín V. Gonzalez” para rechazar el proyecto de reforma que incluye el desmantelamiento de las 29 instituciones de formación docente que actualmente existen en la Ciudad de Buenos Aires.

Una multitud escucha la conferencia de prensa brindada en en el Instituto Superior del Profesorado “Dr. Joaquín V. Gonzalez”.

“La jerarquía de la profesión guarda estrecha relación con las condiciones para enseñar que no están siendo garantizadas por las políticas educativas y laborales del Estado”, dijo Paula Topasso, docente de la Escuela Normal Nº1.

¿Qué son los Institutos de Formación Docente?

La propuesta de reforma integral educativa, que en el área de formación docente incluye la creación de una Universidad de Formación Docente pública y gratuita, echa por tierra más de cien años de historia en lo que atañe al sistema de educación superior.

De los 29 Institutos Superiores de Formación Docente (ISFD) que existen actualmente en la CABA, 21 dependen de la Dirección de Formación Docente y ocho de la Dirección de Formación Artística, a la vez que ambas dependencias están dentro de la Dirección General de Educación Superior del Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires. Por su parte, de los 21 institutos dependientes de la Dirección de Formación Docente, 16 fueron creados entre 1880 y 1920, en pleno proceso de organización del sistema educativo nacional, el cual para aquella época tenía un solo propósito: la homogeneización de las masas en una sola identidad argentina, de valores y costumbres devenidos del mundo occidental. Hoy, entre esas 29 instituciones, se ofrecen carreras docentes para los cuatro niveles de enseñanza -Inicial, Primario, Media y Superior-, las cuales se dictan en cinco tipos de establecimientos: Escuelas Normales Superiores (ENS), Institutos de Enseñanza Superior (IES), Institutos Superiores de Profesorado (ISP), Institutos Superiores de Educación Física (ISEF) y en Escuelas Superiores de Educación Artística (ESEA).

Entre variedad de ofertas –de instituciones, de carreras, de niveles-, los ISFD fueron desde fines del siglo XIX los principales formadores de docentes del sistema educativo, tanto público como privado. Es decir que todos los que leemos esta nota seguramente hayamos tenido a uno o varios docentes egresados de los institutos superiores, gracias a quienes se fue consolidando una tradición de educación normalista a lo largo de los últimos dos siglos que fuera reconocida internacionalmente como “vanguardista” por la formación que brinda para “docentes de excelencia”.

Al respecto, y pensando en este proyecto de reforma que significaría el cierre de los institutos existentes, Cecilia Buratti, rectora de la Escuela Normal Superior Nº 11 “Dr. Ricardo Levene”, en diálogo con ANCCOM, adelanta: “No es que estamos encaprichados en que no nos muevan de los Institutos; los Institutos tienen una identidad y un perfil claro de graduado, que se ha ido aggiornando en función de los cambios sociales, pero siempre con un eje: que estás formando un docente, y el docente trabaja con alumnos, y se trabaja en las aulas. Esa es nuestra identidad».

Sobre el escenario, docentes sostienen diferentes carteles que esgrimen su oposición a la reforma impulsada desde el gobierno de la Ciudad.

«Los Institutos tienen una identidad y un perfil claro de graduado», afirma Cecilia Buratti, rectora de la Escuela Normal Superior Nº 11 “Dr. Ricardo Levene”.

¿Cambiar para mejorar?

El principal argumento oficial acerca de la necesidad de transformar la educación, y la formación docente en particular, es la escasez de docentes en la Ciudad y la falta de jerarquía de la profesión. Desde esta visión, la creación de una universidad aparece como respuesta a la profesionalización académica –pasando de ser una formación terciaria, a una universitaria-, trayendo consigo una supuesta jerarquización de la profesión.

Paula Topasso, docente de la Escuela Normal Nº1 y Nº4 y miembro de la Comisión Directiva de la Asociación de Graduados en Ciencias de la Educación (AGCE), aporta en este sentido una opinión compartida por la comunidad educativa que desde enero de 2016, por un motivo u otro, se encuentra en estado de alerta y movilización: “La jerarquía de la profesión docente guarda estrecha relación con las condiciones para enseñar y aprender que no están siendo garantizadas por las restantes políticas educativas y laborales del Estado nacional y jurisdiccional”.

Además de solicitar “no faltarle el respeto a la profesión”, Buratti, que se enteró de las intenciones del Gobierno porteño por los medios de comunicación, agrega que “para jerarquizar la profesión, tenés que dar condiciones de trabajo coherentes y lógicas. No hablo solo de una cuestión salarial, que obviamente es muy importante, sino también que las instituciones cuenten con el apoyo y los recursos que necesitan para llevar a cabo el trabajo: no puede ser que cualquier cosa que pasa en la escuela, es siempre culpa de la escuela”.

Juego de palabras, juego de intereses

Ante palabras tan rimbombantes que anuncian cambios paradigmáticos de cara al futuro –como la “Campaña del Desierto, pero no con la espada sino con la educación”, en términos del ex ministro de Educación nacional, Esteban Bullrich-, es necesario detenerse en cada una de ellas siempre que fuera posible, a modo de tratar de entender qué hay detrás.

En este sentido, es posible recrear un posible diálogo entre los testimonios que ofrecieron a ANCCOM docentes, rectoras, y representantes gremiales, con el Proyecto de Ley que pronto se discutirá en la Legislatura porteña.

Así, al artículo Nº 3 del mencionado Proyecto, el cual se establece que: “La UniCABA tendrá por objeto la formación inicial y continua  para todos los niveles y modalidades del sistema educativo, procurando su excelencia a partir de prácticas pedagógicas innovadoras, criterios multidisciplinarios de trabajo e investigación en la práctica docente, incluyendo las áreas de conocimiento de educación, didáctica, pedagogía, ciencia y tecnología, administración y gestión de la educación”, es interesante preguntar cómo se procurará la excelencia a partir de prácticas pedagógicas innovadoras cuando, a decir de Cecilia Buratti, es notoria la falta de recursos tanto materiales, como logísticos y tecnológicos:

“Es muy irónico que tengamos en todos (los Institutos) problemas con la conectividad; las instituciones tienen en general serios problemas con el uso de Internet, incluso en las secretarías de las instituciones, teniendo en cuenta que hoy en día todo se manda por expediente electrónico, muchas veces está toda la mañana sin poder ingresar un expediente porque se cayó el sistema. De ahí en más, imagínense lo que son las aulas; en general, cuando trabajás con tecnología es porque los alumnos o docentes usan sus teléfonos, porque más allá de que se hayan compartido las netbooks en su momento, o ahora las tablet en Primaria, si vos no tenés conectividad en las instituciones, es poco lo que podés hacer”.

Los docentes marchan por las calles de Buenos Aires. Una de las banderas dice: "Institutos de Formación Docente en lucha".

Docentes marchan por las calles de Buenos Aires rechazando el desmantelamiento de las 29 instituciones de formación docente.

Agrega Paula Topasso: “Hay problemas de infraestructura diversos y demoras en los arreglos de fondo. Este año, por ejemplo, se han pintado las fachadas de algunas escuelas, pero por dentro no se realizaron mantenimientos”.

Al concentrarse todas las ofertas de formación docente de gestión estatal en una única Universidad, como marca el Artículo Nº 5, “garantizando la igualdad, gratuidad y equidad en el ejercicio del derecho constitucional y convencional de enseñar y aprender”, resulta necesario estudiar de qué manera se reasignarán los recursos –los docentes, por ejemplo- y cómo harán los estudiantes para adaptarse a tener solo una opción –pública- donde estudiar, situado en un barrio en particular, contrariando la actual diversidad territorial con que se ofrecen los Institutos. En este sentido, sobre el derecho de enseñar, marca Federico Milman, delegado gremial por ADEMYS, que “evidentemente” lo que hay detrás del cierre de los 29 IFD es la intención de “achicar personal, reducir docentes”. En la misma vereda, Buratti opina que las verdaderas intenciones son bastante claras, porque 29 instituciones no van a poder absorberse en una. Entonces hay una realidad, que un montón de docentes van a quedar por fuera de esta Universidad”.

Al respecto del derecho de aprender, y relacionado con la baja tasa de egresados, es preciso observar las condiciones en las que los estudiantes deben realizar sus cursadas: en las carreras de formación docente, desde el primer año se deben hacer prácticas de intervención en escuelas, a contraturno de los horarios de cursada de las respectivas carreras, volviendo casi imposible compaginar la necesidad de trabajar con la obligación de realizar las prácticas pedagógicas. Pensando en cómo se podría atender este punto, y derribando el mito sobre que sólo creando una Universidad se soluciona el déficit de egresados, Topasso reflexiona: “Las condiciones materiales de vida y estudio de los estudiantes es fundamental; en tiempos de mayores crisis económicas, la provisión de becas a los estudiantes debería incrementarse. Sostener una carrera de nivel superior, aun cuando no sea arancelada, requiere disponer de recursos para poder hacerlo con real igualdad. No todos nuestros estudiantes pueden costear sus estudios y tener la disponibilidad de tiempo para realizar las diversas prácticas y observaciones en instituciones educativas. La gran mayoría debe trabajar”. Por su parte, Milman afirma que mientras no exista “un serio programa de becas” para que los estudiantes puedan concluir sus estudios, el problema seguirá existiendo, ya que en los horarios para realizar las prácticas, los estudiantes deben prodigarse su sustento.

Por último, los objetivos del proyecto de reforma -al cual Buratti caracteriza de “autoritario y vacío”, ya que no fue consultado con la comunidad educativa, ni está planteado desde una concepción pedagógica, sino por el contrario desde “una mirada casi ingenua, de pensar que se resuelven todos los problemas de la formación (y la falta de docentes en la Ciudad), creando una Universidad” tienen que ver con una reestructuración integral, que abarca aspectos pedagógicos, financieros e ideológicos.

Ante el diagnóstico de la realidad en boca del ministro de Educación nacional Alejandro Finocchiaro, sobre que hoy “tenemos escuelas del siglo XIX, maestros del siglo XX y alumnos del siglo XXI”, Buratti hace su propio diagnóstico sobre las búsquedas –ocultas- de la propuesta de reforma: “Además de la cuestión presupuestaria, creo que tiene que ver también con una cuestión ideológica muy profunda, que es querer una educación con poca reflexión y poco análisis crítico. Además de todo esto, creo que los IFD realmente resultamos molestos para lo que es la formación docente y para el Ministerio de Educación, porque tenemos una autonomía que no tiene el resto del sistema educativo. Los rectores contamos con Consejo Directivo y Consejo Académico que, con equipos muy formados, avalan el accionar de las instituciones, y creo que esto molesta, y mucho”.

Así, la concentración en un solo órgano directivo propio de una Universidad, como dice Milman, apunta a que “el Ministerio y el Poder Ejecutivo directamente designen a dedo a las autoridades”, pudiendo hacerse del control, tanto de voces opuestas como de contenidos prescindibles, como la Historia o la Filosofía, que en la Secundaria del Futuro ven acotadas sus cargas horarias en pos de la formación en habilidades para “trabajos que aún no conocemos”. En este sentido, Buratti concluye: “El sujeto que buscan formar tiene que ver con un sujeto menos crítico, menos reflexivo, donde las problemáticas sociales no se tomen en cuenta, más abocado a la tecnología. Sería una necedad no tomar en cuenta hoy el uso de las tecnologías, porque es evidente que la enseñanza lo toma como un recurso, pero una cosa es la tecnología al servicio del pensamiento crítico y del aprendizaje, y otra, es la tecnología como eje principal de la educación. Ahí hay una gran diferencia: si lo que queremos es crear seres tecnócratas, posiblemente la tecnología tenga un lugar que no es el que le damos los que trabajamos enmarcados en nuestra concepción de educación: en la que se piensa y se cree desde el pensamiento crítico reflexivo”.

Eduardo López, secretario general de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) habla con un micrófono sobre el escenario del acto del jueves 30 de noviembre.

Eduardo López, secretario general de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) habló en la manifestación.

Actualizado 05/12/2017

“No hay vacantes”

“No hay vacantes”

El reciente dato, proporcionado a la fuerza por el Ministerio de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a raíz de un recurso de amparo presentado por Miryam Bregman y Patricio del Corro (FIT), indica que en 2017 quedaron sin vacante para las escuelas públicas porteñas 11.958 chicos y chicas de los niveles Inicial, Primario y Secundario. Lejos de revertir la crítica situación de 2016, en la que 11.432 padecieron la misma suerte, el panorama educativo de la Ciudad empeoró, tanto cuantitativa, como cualitativamente. 

“El chico que no tiene educación desde temprano tiene cincuenta por ciento menos de probabilidades de no terminar el colegio. Faltan jardines de infantes en Argentina y desde el PRO vamos a construir 3.000 jardines infantes en cuatro años”, prometía el entonces candidato Mauricio Macri en un programa de televisión previo a las últimas elecciones presidenciales.

Transcurridos casi dos años de su presidencia y tras diez de gestión de su mismo partido político en la Capital Federal, con leyes nacionales que instan –y obligan- al Estado a asegurar el derecho a acceder a una educación pública, laica y gratuita, las conclusiones a las que llega el informe Seguimiento del dispositivo de tramitación de vacantes escolares denominado ‘Sistema de Inscripción en Línea’, de la Defensoría del Pueblo de CABA indican que “se ha incrementado el porcentaje de niños, niñas y adolescentes aspirantes a los tres niveles educativos, sin vacante confirmada, al inicio del ciclo lectivo”. La proyección es la siguiente: 39,8 % (ciclo lectivo  2014); 41 % (2015) y 54,05 % (2017).

Esta inquietante realidad de miles de familias hizo que se movilizaran el último miércoles 22 a las puertas del Ministerio de Educación de la Ciudad, para hacer llegar el reclamo y la exigencia de hacer cumplir lo que es un derecho: la vacante –el ingreso- a la educación. De diversos colores, las respuestas que allí reciben por parte de los funcionarios son, año tras año, las mismas. En diálogo con ANCCOM, Patricia Pines, madre organizadora de la multisectorial “Vacantes para Tod@s en las escuelas públicas” y docente del Mariano Acosta, afirmó que Juan Pedrazzi, asesor del secretario de Carrera Docente (que atendió los reclamos en la calle), “no tiene mucha injerencia en esta problemática, promete solucionar los casos, pero no cumplió el año pasado. Nunca reconoce que faltan escuelas, siempre nos bicicletea con que ‘bueno, estamos trabajando para solucionar el problema’”.

Lo que no especifica el funcionario es exactamente en qué están trabajando, ya que en los estudios que demuestra el ex legislador Patricio del Corro, hasta mitad de año se ejecutó tan solo un 34% del total asignado para la Dirección General de Infraestructura Escolar.

Inscripción en línea

Una de las causas que se aducen a la ineficiencia en la asignación de vacante es, justamente, el sistema de inscripción, que desde el 2013 -para el año lectivo de 2014- es online. Patricia define esa operatoria como arbitraria y expulsiva, porque “como todo lo que hacen, son medidas inconsultas, y porque el que no tiene computadora no puede inscribir a sus chicos en la escuela; y el que la tiene, la primera semana nunca funciona (el sistema) entonces vos tenés que ponerte el despertador a las 2, 3 de la mañana para enganchar el sistema y tratar de que la inscripción entre y cuando vas a llevar los papeles a la escuela, algo que ellos mismos te obligan, en la institución no hay Internet, no hay facilitador, no hay computadora”. Entre los miles de casos de inscripciones azarosas, Patricia recuerda el de tres hermanos, a los que ubicaron en tres escuelas diferentes. “¿Cómo hace la mamá para llevar a tres pibes a tres escuelas distintas a la misma hora?”. 

Esta modalidad contribuye a generar, por ejemplo, un proceso de alejamiento en la relación entre la institución asignada y la familia ya que, en muchos casos, los padres y las madres deben terminar optando entre las posibilidades que les brinda el sistema, que no siempre se ajustan a sus preferencias y/o búsquedas pedagógicas. Así, el Estado nuevamente incumple un mandato, expresado en el artículo 23 de la Constitución porteña: “(la Ciudad) asegura  la  igualdad  de  oportunidades  y  posibilidades para  el  acceso, permanencia,  reinserción  y  egreso  del  sistema  educativo, respeta  el derecho  individual  de  los  educandos,  de  los  padres  o  tutores,  a  la elección  de  la orientación educativa según sus convicciones y preferencias …”. 

La despersonalización del sistema de inscripción online conlleva en muchas familias a tener que aceptar desesperadamente lo que hay, que en la mayoría de los casos no se corresponde con sus propias búsquedas para sus hijos e hijas. Así, se observan diferencias entre las preferencias y la asignación final –en el mejor de los casos- en cuanto al tipo de jornada (simple, extendida o completa), a la propuesta pedagógica de la institución, a la cercanía del hogar o del trabajo de los padres y las madres. De esta manera, el periplo de la inscripción y asignación de vacantes, en su expresión digital, queda relegado a un mero acto administrativo, desconociendo su impronta pedagógica que involucra, entre otros aspectos, las expectativas familiares proyectadas para la trayectoria escolar de sus niños, niñas y adolescentes, es decir, para sus futuros. 

Sin un plan integral de construcción de escuelas, especialmente en aquellas zonas críticas de la Ciudad, como la zona sur, en la que abunda la desescolarización de nivel Inicial y Primario, a las familias que no corren la misma suerte de aquellas que consiguieron por lo menos una vacante -aún lejos de sus barrios, de sus “convicciones y preferencias”- no les queda más opción que tener que inscribir a sus hijos en escuelas privadas. Esto explica, entre otras cosas, el aumento de la matrícula de ese sector. A la pregunta de cómo se podría solucionar la falta de vacantes en la educación pública, Pines es tajante: “No hay voluntad política para solucionar el problema, sino para profundizarlo. Muchas veces estuvimos en la Legislatura exigiendo la aprobación del Proyecto de Construcción de Escuelas, que se ejecute el presupuesto.” 

¿Alcanza con la asignación de un lugar?

La foto sobre el estado de situación muestra que en el presupuesto nacional de 2017 hubo una pérdida de los fondos asignados a la participación de la función educación de un 13% en relación al presupuesto 2016. La película completa expresa un deterioro en las condiciones de acceso, permanencia y finalización de los estudios en los respectivos niveles de la educación pública nacional, signado principalmente por la falta de inversión en infraestructura, en recursos materiales y humanos. 

Patricia lo grafica con sus palabras: “Este año costó muchísimo obtener datos, mucho más que los años anteriores. Hasta el año 2016 venían respondiendo los pedidos de informe de la Legislatura y este año no lo respondieron. Teníamos hasta el año pasado la información de que en los últimos diez años se había sub-ejecutado el presupuesto en 850 millones de pesos. Eso equivale, más o menos, a 60 escuelas. Ese dinero estuvo destinado a infraestructura escolar, pero no sabemos en qué se utilizó. Sí sabemos que no se usó para crear escuelas y entendemos que tampoco se utilizó en mejorar la infraestructura de las instituciones educativas porque todos los años es noticia que los techos se caen, que faltan estufas, ventiladores y los vidrios están rotos. Entonces no sabemos para qué se utilizó.” 

En cuanto infraestructura edilicia, a la promesa de construcción de 3.000 jardines de infantes, el Gobierno respondió especialmente con los Centros de Primera Infancia (CPI), los cuales no dependen del Ministerio de Educación, sino del de Desarrollo Social, funcionando como guarderías sin proyectos pedagógicos y con escaso personal docente, contratado en condiciones precarias. Hasta la primera semana del mes de junio 2017, el informe El derecho a la educación en Argentina, ¿hacia dónde van las políticas educativas actuales?, realizado en julio de 2017 por la Campaña Argentina por el Derecho a la Educación (CADE), arroja que han sido ejecutados 506 millones de pesos, sólo el 9% del total presupuestado para la construcción o ampliación de jardines de infantes ($5.592 millones), siendo hasta el momento la más baja ejecución de las 19 partidas del Ministerio de Educación y Deportes de la Nación.

Actualizado 28/11/17

La reforma secundaria en debate

La reforma secundaria en debate

Desde hace un mes, la reforma educativa «Escuela Secundaria del Futuro» se instaló en la agenda pública a partir de las movilizaciones y protestas de colegios lideradas por los estudiantes que reclaman un debate sobre su educación y el de las futuras generaciones. Hoy se conoció un recurso de amparo presentado por la asesora tutelar de primera instancia Mabel López Oliva, y el asesor tutelar de cámara, Gustavo Moreno, que pide la suspensión de la implantación de la reforma educativa en todas las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires para que se garantice un procedimiento previo, con acceso a la información pública completa, que permita un espacio para el debate sobre la reforma.

Los puntos más cuestionados de la reforma son principalmente los que establecen las prácticas profesionalizantes gratuitas como tiempo de estudio del último año de la escuela media; también se critica el modelo de clase que contempla un 70 por ciento de autonomía del alumno, por sobre el 30 por ciento de tiempo con su docente, sumado a la pérdida de contenidos, y la falta de información acerca de cómo se llevará a cabo la reforma, ya que hasta el momento no abunda información al respecto.  A partir de estos puntos ANCCOM dialogó con fuentes especializadas y trabajadores de la educación para conocer  las preocupaciones y debates que despierta la reforma educativa.

Patricia Sadovsky es profesora de la Universidad Pedagógica Nacional e Integrante de la Secretaría de Cultura del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (SUTEBA). En diálogo con ANCCOM planteó que la formación de la escuela secundaria tiene que ser principalmente en tres líneas: para la ciudadanía, para el trabajo y para la cultura. «Estas tres formaciones tienen que interactuar entre sí. No pueden perderse las demás por enfatizarse una de ellas», explicó Sadovsky en referencia al punto de la reforma que busca que en quinto año los alumnos realicen una porción de la currícula en prácticas para empresas e instituciones, y la otra en formación sobre emprendedurismo.

Los puntos más cuestionados de la reforma son principalmente los que establecen las prácticas profesionalizantes gratuitas como tiempo de estudio del último año de la escuela media.

Una fuente de la estructura educativa del área media del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que prefirió reservar su identidad, explicó que todavía no hay demasiada información de cómo se llevará a cabo la reforma. «Cuando preguntamos todo lo que tenga que ver con el cómo se va a implementar, por ejemplo, las prácticas preprofesionales, nos dicen que todavía falta para que los chicos de primer año lleguen a quinto. Hay cosas desprolijas». Además, confesó que recién la semana pasada –en medio del reclamo de diálogo e información de estudiantes, padres, docentes y gremios- se abrió el espacio a los demás integrantes de la comunidad educativa, ya que hasta el momento sólo se habían realizado mesas de trabajo con algunos supervisores educativos.

Respecto a la necesidad de cambiar la escuela, Patricia Sadovsky explica que hay un gran consenso en todos los sectores de la educación, pero no de la manera en que se ha propuesto hasta el momento, ya que debe haber una planificación en los cambios. Además, considera que la formación para el trabajo excede a que un alumno asista a una empresa. «Aparece una cierta liviandad de que todos los chicos de quinto año van a hacer una práctica y no se garantiza que realmente lo vayan a poder hacer. Se pone el énfasis en la formación de recursos humanos, se prioriza que se construya un vínculo con los establecimientos de trabajo, pero en realidad el acceso al trabajo lo tienen que garantizar las políticas públicas». Jorge Adaro, Secretario General de la Asociación de docentes de Ademys agregó sobre este punto: «Desde el sindicato no concebimos a las escuelas como apéndices de las cámaras empresariales». Opinó además que la prórroga de la reforma no va a cambiar el espíritu que tiene actualmente, por eso el gremio mantiene su total oposición.

Otro de los puntos más significativos de la transformación que impulsa el gobierno, como se mencionó anteriormente, es el modelo clases con un 70 por ciento de autonomía del alumno, y un 30 por ciento del rol docente. La profesora de la Universidad Pedagógica Nacional explicó que hay una tergiversación cuando se piensa en que construir alumnos autónomos implica desvincularlos del docente. «La autonomía intelectual pasa por poder tomar decisiones y ser activo como estudiante. Pero no hay que pensar que el docente no tiene que estar. Tiene que haber un vínculo cooperativo. El docente es un vínculo, un lazo con la cultura».

Uno de los puntos más significativos de la transformación que impulsa el gobierno es el modelo clases con un 70 por ciento de autonomía del alumno, y un 30 por ciento del rol docente.

Otra preocupación de los especialistas es bajo qué régimen quedarán los docentes en la estructura educativa, ya que no queda claro si van a estar normados bajo el Estatuto Docente, mediante el que se regula los derechos y deberes de los trabajadores de la educación. Jorge Adaro indicó que toda la reforma se enmarca dentro del «Plan Maestro» (en referencia al plan del gobierno nacional), al que atribuye una marcada tendencia  hacia el modelo de productividad: «Este año probaron proponer que parte del aumento de sueldo estuviera vinculado a la asistencias del docente», recordó Adaro. Explicó que ésto puede ir en línea con otros modelos educativos de Latinoamérica como el de Chile, en donde hay una correspondencia entre el sueldo del docente y el rendimiento de los alumnos. Desde la estructura del área media, la fuente con reserva dijo que todavía no queda claro si los docentes de este nuevo plan se plantean como facilitadores, si formarán parte de la planta orgánica funcional, o si van a ser trabajadores externos. También agregó: «Hay muchas cosas del cómo se va a llevar a cabo la reforma que siguen sin plantearse. En los documentos ya se cambió el nombre y no aparece como ‘Escuela Secundaria del Futuro’, sino como ‘Profundización de la Nueva Escuela Secundaria (NES)’, la reforma que se realizó en 2012», describió Adaro.

La profesora de la Universidad Nacional Pedagógica hizo hincapié en otro punto central: «Lo más alarmante es lo improvisado, propagandístico y lo mercantilizado de la reforma. No están claramente planteados cuáles son los puntos que se quieren transformar. No se puede pensar que los recursos son novedosos por sí solos, como es el caso de lo que se piensa de las plataformas virtuales. Lo que importa es lo que se pone adentro de esas plataformas. No se puede pensar una reforma sin una perspectiva clara».

«Nosotros elegimos nuestro futuro», una de las consignas que llevan adelante los estudiantes.

 

Actualizada 26/09/2017.

El Isauro Arancibia quiere legalidad

El Isauro Arancibia quiere legalidad

Para que una escuela sea escuela necesita de algunos ingredientes indispensables. Para que una escuela brinde educación y desarrolle personas con un proyecto de vida hacia el futuro necesita de un edificio, necesita de maestros y estudiantes, necesita bancos y sillas, necesita materiales como pizarrones, tizas y libros de lectura. Pues bien, la escuela Isauro Arancibia, a pesar de contar con todos estos ingredientes, no es reconocida como tal por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. El instituto tiene todo pero aún le falta un componente fundamental: el reconocimiento legal.

El Isauro Arancibia da clases a chicos en situación de calle. Se encuentra ubicado en la avenida Paseo Colón al 1318, en el barrio porteño de San Telmo, en un edificio imponente, de tres pisos, con trapos de diferentes tamaños y escritos con diversas tipografías, pero con un mensaje en común: visibilizar el conflicto. Es que el Gobierno porteño se hace el desatendido, tal como explica su directora Susana Reyes, ante el reclamo por el reconocimiento estatal. “La respuesta que recibimos es puro silencio”, dice Reyes.  Asimismo, Evangelina Aguilar, maestra de primer ciclo, se explaya en el mismo sentido: “La reacción del gobierno es contradictoria: por un lado, destina fondos y maestros como cualquier escuela pública y hasta las autoridades que nos visitan reconocen el proyecto que armamos, pero después no avanzan en la firma de la normativa”. Y enfatiza: “Se avanza y se reconoce la experiencia como valiosa, pero no se firma la reglamentación que nos ampare legalmente”.

Frente a este conflicto, el Isauro está preparado porque sabe de luchas. La institución, fundada en 1998, no siempre funcionó en la actual dirección, ya que siempre era trasladada de un lado a otro, hasta que en 2011 quedó instalada en Paseo Colón. Ese año, la Legislatura porteña aprobó un presupuesto de 14 millones de pesos para refaccionar el colegio pero pasó un lustro hasta que comenzaron las obras, porque en el ínterin apareció una seria amenaza: la demolición para dar lugar al Metrobus. Sin embargo, la comunidad educativa resistió con fuerza y logró en 2014 la suspensión del trazado del transporte público sobre su territorio.

Una mujer con una guitarra y un niño junto a ella la mira.

El Isauro Arancibia da clases a chicos en situación de calle. Se encuentra ubicado en la avenida Paseo Colón al 1318, en el barrio porteño de San Telmo.

Pero el Isauro no tuvo paz. Las obras que se iniciaron en febrero de 2016 para remodelar la escuela se congelaron en abril de ese año ante una nueva amenaza de demolición, debido al resurgimiento de la idea del Metrobus. Frente a ello, el Isauro consiguió el triunfo definitivo, al menos en ese tema. No obstante, las malas noticias continuaron: en julio de 2016, la puerta del edificio fue violentada para causar destrozos y robos dentro de él. Allí, se llevaron materiales del jardín maternal como ropa, leche, pañales y juguetes, y también maquinarias del emprendimiento gastronómico autogestionado por los jóvenes que concurren al Isauro.

Consultada sobre qué problemáticas sufre el instituto, la directora indica la inestabilidad de los trabajadores: “A mí me intiman a jubilarme, pero si me jubilo, acá no queda nadie porque pueden mandar a un coordinador externo. Nos ha pasado de tener compañeras que se jubilaron y que nunca fueron reemplazadas. Necesitamos que seamos escuela para que se tomen maestros capacitados”. Reyes cuenta que también esta situación es alarmante para los chicos que asisten al Isauro, quienes la mayoría viven en situación de calle. “Acá vienen a estudiar, a formarse como trabajadores en distintos niveles educativos”, comenta con contundencia.

Una muejer hablando por un micrófono y junto a ella dos mujeres más levantando los brazos.

“A mí me intiman a jubilarme, pero si me jubilo, acá no queda nadie porque pueden mandar a un coordinador externo», comentó la directora.

La escuela, sin embargo, había nacido como un proyecto de centro educativo, es decir, como una entidad que albergara a un número reducido de alumnos, con pocos maestros y solo dos horas diarias para brindar las materias básicas (Matemática, Lengua, Ciencias Naturales y Ciencias Sociales). Pero algo trastocó los planes: la llegada masiva de estudiantes, bajo una extrema vulnerabilidad social, con necesidades particulares para poder llevar adelante su formación primaria, obligó a transformar el proyecto y convertir, por lo tanto, el centro educativo en una escuela. “Esta transformación tiene que ver con más horas de clase, con una formación integral, donde además de las materias básicas, se dictan talleres de arte y comunicación”, cuenta la maestra Aguilar. Al mismo tiempo, se pueden cursar, en el colegio, oficios a contraturno. El objetivo, cuenta Aguilar, es ayudar a los chicos y jóvenes “a pensarse a futuro, construir su proyecto de vida y cambiar la situación de vulnerabilidad en la que viven”, y agrega que “lo que se busca es garantizar el derecho a la educación, a la vivienda, al trabajo y a la salud”.

Se ve en primer plano un niño sentado

El objetivo es ayudar a los chicos y jóvenes “a pensarse a futuro, construir su proyecto de vida y cambiar la situación de vulnerabilidad en la que viven”, afirmó una de las maestras.

UN ACTO PARA RECLAMAR

Frente a este conflicto que padece el Isauro Arancibia, el pasado miércoles 20, la comunidad educativa del colegio organizó un festival tendiente a visibilizar el reclamo y recaudar fondos para hacer frente a los gastos corrientes. Un humilde escenario fue montado sobre la calle Cochabamba, donde en su intersección con la avenida Paseo Colón, se levanta la casa de estudios. Allí, diferentes estudiantes tocaron algunos instrumentos y se dieron el gusto de cantar ante el público que apoyaba la iniciativa. También se exhibieron los productos de los talleres: fotografías, avioncitos de madera, libretas, ruedas de bicicleta,  y también cosas ricas como bizcochos y cuernitos, hechos en el taller de panadería. En el festival también se hicieron presentes los chicos más pequeños, acompañados por una maestra de nivel inicial, quien con dinamismo y simpatía, los asistía hábilmente. A su vez, una cantante invitada tomó el micrófono hacia las cinco para alegrar aún más la tarde. Luego, la profesora de música y algunos alumnos, entonaron unas breves estrofas, compuestas por ellos previamente. “Esta escuela es una construcción colectiva. Fue la forma de organización y la potencia del proyecto lo que permitió en estos 19 años que no solo funcionemos, sino que hayamos crecido”, señaló Aguilar, mientras se iban sirviendo pizzas y gaseosas en la puerta del colegio. “Esta construcción colectiva se logra con los estudiantes, con los docentes, con la comunidad educativa y con un vínculo muy estrecho entre ellos, tanto en la construcción como en la resistencia y en la lucha por este proyecto educativo”, sentenció.

Un grupo de chicos aplaudiendo.

La comunidad educativa del colegio organizó un festival tendiente a visibilizar el reclamo y recaudar fondos para hacer frente a los gastos.

El Isauro sabe que el no reconocimiento por parte del Gobierno de la Ciudad como una escuela más constituye otra problemática a la que deben enfrentar con entereza. Es una lucha más en su larga experiencia, impregnada de triunfos y derrotas. Es un objetivo más, un paso más, para que la escuela sea escuela y no sufrir, por tanto, las condiciones que atraviesan en la actualidad. “Nosotros no tenemos una planta orgánica funcional que diga que tal maestro es de este colegio. Entonces, lo pueden mandar a trabajar a otro lado y este proyecto, desarmarse legalmente y muy rápido”, expresó Aguilar.

Desde aquel lejano 1998, la historia del Isauro Arancibia está plagada de conflictos, luchas y desatinos. Pero también, de muchas otras que alegran a cientos de chicos, jóvenes y adultos, que encuentran en esta escuela, un lugar de refugio ante tanta marginalidad social. También, su historia cuenta con resistencias y victorias. La solidaridad es un valor implícito que se explicita en el festival, donde los alumnos bailan con los maestros mientras Karina, La Princesita, suena de fondo. “Esta es una situación de extrema urgencia que no puede seguir sucediendo. El Isauro Arancibia es una escuela pública que se viene construyendo desde hace 19 años y que necesita de una ley que la reconozca como tal”, concluyó la cálida maestra Aguilar. Es una necesidad no solo de este colegio, con sus chicos y maestros, sino también de la sociedad en su conjunto. El Isauro necesita ese último ingrediente, la pata legal, para alegrar aún más su singular historia.

Un hombre sentado en una tarima cantando. y tocando la guitarra.

Un escenario fue montado sobre la calle Cochabamba, allí tocaron instrumentos y cantaron ante el público que apoyaba la iniciativa.

UN MIMO A LA LUCHA

La valentía que exhiben día a día los trabajadores del Arancibia en su proyecto de resguardar a los chicos y adultos en situación de calle, tuvo su merecido reconocimiento el 14 de agosto pasado, cuando la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) le otorgó la distinción en el marco de la 2da Edición del Premio Iberoamericano de Educación en Derechos Humanos “Óscar Arnulfo Romero”. La escuela fue premiada en la categoría de educación formal por su intensa labor de generar propuestas a las necesidades de los estudiantes, con el objeto de mejorar sus posibilidades de integración social. Asimismo, destacaron el proyecto de vida que elabora la institución “para que cada persona pueda imaginar un futuro y armar articulaciones con otros establecimientos que alojen a este sujeto educativo”.

Actualizada 27/09/2017.